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San Lucas

(San Lucas Evangelista; siglo I) Autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los
Apóstoles. Se ignoran los detalles de su biografía, si bien la tradición indica que
nació en Siria y que fue discípulo de San Pablo, quien se refiere a él como su
ayudante e iluminador. De sus obras se infiere que acompañó a San Pablo a lo
largo de toda su vida, que dedicó a la enseñanza y a la predicación. Se le atribuye
la autoría del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles, obras que en
realidad conforman un mismo libro.
Son escasos los datos que se conocen acerca de San Lucas. Contra la tradición,
que lo supone oriundo de Antioquía (Siria), parece haber nacido en la ciudad de
Filipos, o al menos en Macedonia; los pasajes donde habla en primera persona se
refieren, precisamente, a acontecimientos de estos lugares, por él mejor conocidos
que los restantes. El nombre de Lucas, seguramente abreviación de Lucano o
Lucio, puede ser el de un liberto entregado al estudio.
Las primeras referencias a su persona están contenidas en las epístolas de San
Pablo, en las que se le cita como «colaborador» y como «querido médico». En los
Hechos de los Apóstoles, San Lucas habla de sí mismo usando el plural
«nosotros». En ese mismo libro aparece acompañando a San Pablo en su
segunda misión, en el viaje que éste hizo de Troas a Filipos. Después de
permanecer en aquella ciudad por espacio de unos seis años, volvió a acompañar
a San Pablo en un viaje a Jerusalén, y nuevamente cuando aquél fue conducido
prisionero a Roma. En la víspera de su martirio, San Pablo recordó que «sólo
Lucas está conmigo» (II Timoteo 4:11).
La tradición lo considera médico de profesión, así como dotado para la pintura;
probablemente, sin embargo, tal noticia no es sino la transposición al campo
pictórico del arte con que Lucas supo describir a los personajes en sus textos. Su
símbolo como evangelista es el toro. Son diversas las versiones sobre su muerte:
unas tradiciones lo hacen sufrir martirio en Patrás; otras, en Roma; otras, en fin,
en Tebas de Beocia.
El propio San Lucas se excluye a sí mismo de las personas que fueron testigos
directos de Cristo. Interesado por la verdad histórica, San Lucas reprodujo en su
Evangelio aquello que había oído directamente a los apóstoles y discípulos de
Jesús: «... según nos lo transmitieron los que fueron desde el principio testigos
oculares y luego servidores de la palabra, también yo, después de haber
investigado con exactitud todos esos sucesos desde su origen, me he
determinado a escribírtelos ordenadamente...» (Lucas 1:2-2).
El Evangelio de San Lucas es el más extenso de los Evangelios y también es el de
expresión y composición literaria más culta y elegante, debido a la preparación
cultural de su autor, aunque éste huye del lenguaje clásico para hacerlo más
comprensible al pueblo, acomodándose al lenguaje común. Aunque no fue testigo
de todos los acontecimientos, su relato es exacto y está lleno de afecto y
sentimiento. Después de una breve introducción, Lucas inicia su relato con el
nacimiento y los primeros años de la vida de Jesucristo, y lo finaliza con la
ascensión de Cristo a los cielos, enlazándolo de esta forma con el versículo inicial
de los Hechos de los Apóstoles, obra imprescindible para el conocimiento del
cristianismo primitivo.
Biografía de Marcos
(Jerusalén?, ? - Alejandría?, 68 d.C.) Evangelista cristiano. La tradición cristiana
atribuye a San Marcos la autoría del segundo de los Evangelios sinópticos (los de
San Mateo, San Marcos y San Lucas) que relatan, de acuerdo con un mismo
esquema, la vida de Jesucristo.
Las referencias a San Marcos en el Nuevo Testamento son fragmentarias, y
muchas de ellas dudosas. Su nombre original, de acuerdo con los Hechos de los
Apóstoles, parece haber sido Juan, y Marcos la versión latina. La información más
fidedigna en torno a él aparece en las Epístolas de San Pablo; en la dirigida a
Filemón, San Pablo hace referencia a Marcos como uno de los colaboradores que
enviaban saludos desde Roma a Filemón. Asimismo, en la epístola a los
colosenses se habla de «Marcos, el primo de Bernabé», y parece muy posible que
el personaje aludido fuera el evangelista Marcos.
Según consta en los Hechos de los Apóstoles, la casa familiar de la madre de San
Marcos en Jerusalén habría sido un activo punto de encuentro de los primeros
cristianos, y en ella se reunieron durante la persecución de Herodes Agripa (44 d.
de C.). Los Hechos de los Apóstoles refieren además que Marcos acompañó a
San Bernabé y a San Pablo a Antioquía (12:15), donde actuó como auxiliar de San
Pablo (13:5), y que cuando llegaron a Perge de Panfilia, Marcos regresó a
Jerusalén (13:13). Se produjo entonces un agudo conflicto, ya que San Bernabé
quería contar con Marcos para sus visitas apostólicas, pero San Pablo pensaba
que debían prescindir de quien se había separado de ellos (15:37). Así, Bernabé y
Marcos embarcaron rumbo a Chipre, y el segundo ya no volvió a ser mencionado
en los Hechos de los Apóstoles.
Otras menciones sugieren una estrecha relación entre Marcos y San Pedro, quien
en su primera epístola transmite los saludos de la iglesia de Roma y «de mi hijo
Marcos» (5:13). En el siglo II, el obispo Papias de Hierápolis, en el Asia menor,
afirmó que «Marcos fue el intérprete de San Pedro», y que su evangelio estaba
basado en los recuerdos y enseñanzas del anterior. Una tradición tardía, en fin, lo
incluye entre los 72 discípulos de Jesús de Nazaret citados por San Lucas. Todas
estas referencias, aun con sus inexactitudes y contradicciones, revelan que San
Marcos desempeñó un importante papel en los primeros tiempos del cristianismo.
El Evangelio de San Marcos, cronológicamente el más antiguo, aunque luego
colocado detrás del de San Mateo, fue redactado en griego, seguramente hacia el
año 70. La Iglesia Copta de Egipto considera a San Marcos su
padre fundador; la sede de Alejandría fue llamada «cátedra de
Marcos». Según una tradición posterior, sus restos fueron
trasladados a Venecia, ciudad de la que es patrón. La
festividad de San Marcos, cuyo símbolo como evangelista es
el león, se celebra el 25 de abril.
Matías el Apóstol
Según los Hechos de los Apóstoles, fue elegido apóstol después de la muerte y
resurrección de Jesús de Nazaret para sustituir a Judas Iscariote tras su traición a
Jesús y su posterior suicidio.2 Su llamado como apóstol es único en que su
nombramiento no fue hecho personalmente por Jesús, quien de acuerdo a la
enseñanza cristiana ya había ascendido al cielo, y también se hizo antes de la
venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia primitiva.
Nombre y elección
Existen tradiciones, muy variadas, a veces contradictorias, acerca del resto de su
vida. Nicéforo Calixto (Hist. Ecl., 11,40: PG 145,865) refiere lo siguiente: «Matías,
que rellenó la docena, atracó en Etiopía primeramente, y después... de haber
llevado las multitudes a Cristo, con ánimo valeroso, recibió la corona del martirio»
(cfr. Clemente de Alejandría, Stromata, IV,9.71: PG 8,1281). Otras leyendas se
encuentran en los Hechos de Andrés y Matías.
Se le atribuyen tres escritos apócrifos:
a) un Evangelio de Matías al que se refiere Orígenes: «corre también el Evangelio
según Tomás y el según Matías» (Hom. in Lucam, I: PG 13,1803). Un testimonio
de Eusebio (Híst. Ecl., 111,25.6: PG 28,269) alude al mismo y algunos entienden
que habla también de sus actos.
b) las Tradiciones de Matías, de las que Clemente Alejandrino cita tres sentencias
(Stromata, 11,9.45: PG 8,981; 4.26: PG 8,1132; VII,13.82: PG 9,513; cfr. ib.
IV,6.35: PG 8,1248 lo que se dice de Zaqueo o «Matías»). Estos dos escritos tal
vez proceden de la primera mitad del s. II.
c) Clemente de Alejandría (Stromata, VII,17.108: PG 9,552) e Hipólito Romano
(Refutación, VII,20.1: PG (Orígenes) 16 (3 parte) 3.302) hablan de «palabras
secretas» que Matías recibió del Salvador y comunicó a Basílides y otros
gnósticos del s. II. La investigación no llega a establecer hasta qué punto estos
tres escritos son una sola o diversas obras, ni si es Matías o Mateo el «escritor»
del Libro de Tomás con sus «secretas palabras» proveniente de Nag Hamadi (cfr.
J. Doresse, Les livres secrétes des gnostiques d'Égypte, París 1958). En los Acta
Apostolorum Apocrypha (II,I,65-116, editados por M. Bonnet en Leipzig 1891-98,
reimp. 1959) figura en griego “Los Actos de Andrés y Matías
en el país de los antropófagos” (¿obra del s. VI?).
Se dice que las reliquias de Matías fueron, por encargo de
Santa Elena, llevadas a Tréveris, donde se venera su tumba
en la abadía dedicada al Santo. También hay reliquias en
Roma (Santa María Mayor) y en Padua (Santa Justina),
también en la iglesia de San Pedro en Lima, Perú. Es también
patrón de los carniceros y de los arquitectos.
Su fiesta se celebra en la iglesia latina el 14 de mayo; en las
Baleares y Aragón el 24 de febrero, y en la iglesia griega, el 9
de agosto.

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