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Descubriendo a Lacan

"Pienso, luego existo" decía Descartes. Frente a ello, Jaques Lacan replica: "Yo pienso donde no soy. Yo
soy donde no pienso". En algún lugar entre estas dos afirmaciones está el deseo, y lo real como un
imposible. Para Lacan, una persona no esta loca por creerse otra, por ejemplo Napoleón. Más bien
Napoleón estaría loco si se cree Napoleón, si cree que su Verdad coincide con su Saber.

La incesante interrogación, su inconformismo, su desconfianza hacia el éxito de lo que parece consagrado


son rasgos generales del pensamiento de Jaques Lacan. Por eso, desde el comienzo de su carrera intenta
relativizar el papel del saber y la ciencia positiva en la sociedad.

Podemos considerar su pensamiento como el envés (no el revés) del discurso contemporáneo de la ciencia
positivista, como la negatividad que necesita este determinismo extremo del mundo técnico.

Lacan retorna y radicaliza a Freud, para remitirse a un malestar incurable en la cultura. Desde ahí intenta
subvertir el sujeto de la ciencia y conmueve los cimientos del determinismo. ¿Qué tipo de ciencia es
posible después del descubrimiento del inconsciente?, se pregunta.

Lacan pone en el centro de escena la inaprención de lo real. Ya no como las limitaciones históricas y
sociales que tiene la ciencia para alcanzar la Verdad. Sino como condición fundante del sujeto. Nuestro
vínculo con lo real es fantasmático y el fantasma no es otra cosa que la obra que el significante ha
realizado en lo real. Se trata de una relación paradójica, pues el fantasma es una ecuación que conecta al
que habla con lo real que ha perdido.

La materialidad del inconsciente, estructurado como lenguaje, incluye lo real como imposible, y esta es
una imposibilidad constitutiva (1). Somos sujetos del inconsciente, que "no para de escribirse" en nuestra
vida cotidiana. La "spaltung", la división del sujeto, su alienación, es uno de los conceptos nodales del
pensamiento lacaniano.

Lacan reinterpreta el inconsciente freudiano y muestra al sujeto dividido por su propio discurso, debido a
la pulsión sexual y a la incidencia del significante en el deseo. De esta forma remite el inconsciente a la
estructura del lenguaje. El sujeto, en tanto efecto del lenguaje y producción significante, queda barrado,
atrapado por su deseo. El sujeto queda dividido entre el sujeto del conocimiento y el sujeto del
significante. Entre el enunciado y la enunciación, lo real se vuelve imposible.

De esta manera, el error en las Ciencias sería confundir lo que decimos con lo que somos, nuestro Saber
con nuestra Verdad. Ya que todo texto no es más que la historia de su interpretación.
Para Lacan, no hay un sujeto totalizante, elevado sobre cada situación, único y envolvente como lo
concibe el positivismo. En cada situación permanece la indeterminación del inconsciente, una cifra que
siempre va "por delante" con un mensaje que es preciso descifrar una y otra vez.

De ahí que el hombre sólo conozca el sentido de lo que hizo o lo que dijo después, cuando ya no hay
remedio. El significante %u2013 para Lacan %u2013 esta así ligado a la contingencia, no al
determinismo, ni a una causalidad que fuera predecible (pre %u2013 decible).

Con Lacan se produce el retorno de una Verdad que sólo acaece en la falla del Saber: se trata de una
Verdad que no puede conocerse, no puede saberse positivamente de una vez por todas, permitiendo el
autoconocimiento del sujeto.

En este sentido, Lacan no es un simple humanista, tampoco un pensador de las Luces o un hombre de
izquierdas. Simplemente abandona la creencia en el autodominio del hombre, en su capacidad de
iluminarlo todo. Hay un resto asocial e incultivable, el inconsciente, que es fundamental e impone que la
Verdad sólo pueda decirse a medias.

(1) Lacan elaboró un concepto para describir esta imposibilidad: la extimidad. El Hombre permanece
expropiado de su intimidad, es un afuera que ésta en el centro mismo del sujeto.

Durante la fase del espejo el niño aprende (con júbilo) a distinguirse del otro y anticipa su madurez
identificándose con su imagen en el espejo. Pero, la simetría invertida del espejo y el carácter externo de
la imagen especular llevan consigo una alienación del sujeto en lo imaginario: el yo como lugar de
desconocimiento.

Gabriel Genri

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