TALLER  Dejamos de
mascarillas
FATIGA PANDEMICA
La pandemia no es un paréntesis, no es una
emergencia, no es algo que se pueda
resolver lo antes posible, es mejor definida
como un desastre lento y en esa línea
tenemos que empezar por desarrollar
herramientas para soportarla y manejarla.
Complacencia: a medida que vamos
perdiendo el miedo, ya no es una
preocupación y generamos exceso de
confianza.
Alienación: es un proceso donde las personas
se comportan de manera contraria a aquello
que se esperaba de ellas.
Este cansancio es una respuesta normal del
organismo. Al principio de esta crisis,
contábamos con nuestros mecanismos
naturales de adaptación al estrés, pero
cuando las circunstancias extremas se
prolongan en el tiempo y se presenta la
incertidumbre, resulta difícil mantener
dichos mecanismos.
¿Qué es lo que nos está pasando?
1. Efecto de habituación: nos
acostumbramos a la situación y
comenzamos a no estar tan alerta
ante el virus y empezamos a cambiar
las ideas acerca de la probabilidad de
contagiarse, lo que favorece que no
se sigan o se abandonen las medidas
de protección.
2. Abandonamos las pautas de
autocuidado: porque el “viaje” se
nos ha hecho demasiado largo y no
vemos una pronta salida, por eso
empezamos a darnos por vencidos:
lado las
 No respetemos la
cuarentena
 Menos lavado de manos
lo que incrementa la posibilidad de contagio.
3. Experimentamos sensaciones de
malestar continuo: entre más
cansados estamos, más sensaciones
negativas o desagradables
experimentamos.
4. Estamos más irritables: lo que quiere
decir que nos vamos a enojar más
con nuestro jefe, con la pareja, con
los hijos. Los problemas de pareja se
han incrementado en la pandemia,
desencadenando en separaciones y
divorcios.
 Teletrabajar con los niños en
casa es mucho más difícil.
 Doble presencia.
 Clases virtuales.
5. La vida como la conocíamos cambió:
pero pasa, todo pasa. Aunque haya
durado mucho en el tiempo, esto
también va a pasar. Ahora nos toca
esto, pero en un tiempo podremos
volver a hacer muchas cosas que
ahora se han limitado.
Hay que enfocarse en el aquí y el
ahora y no en lo que llevamos ni en
lo que falta.
Pérdidas claras, pérdidas ambiguas
Pérdidas claras:
El duelo por la pérdida de un ser querido,
sumado al temor y la ansiedad relacionados
con la pandemia, puede resultar
especialmente abrumador.
El distanciamiento social, las órdenes de
quedarse en casa, usar mascarilla, son
pérdidas que también estamos sufriendo.
Pérdidas ambiguas: es una pérdida que es
vaga, que no es fácil de definir, no es obvia,
es compleja y ambivalente: pérdida de
sueño, pérdida de sensación de seguridad,
pérdida de poder viajar y movilizarse,
participación en las fiestas.
Las pérdidas ambiguas son intangibles por
eso cuesta tanto entenderlas y resolverlas:
pérdida de libertad, pérdida de contacto
físico y pérdida de control.
Plan de acción para sentirnos mejor
1. Aprender a manejar todas nuestras
emociones: nos enfrentamos a
situaciones que hacen que nuestras
emociones estén más vívidas que
nunca: el estrés, el insomnio, la
irritabilidad, el aburrimiento, los
problemas de concentración.
No hay que reprimirlos pero si hay que
aprender a manejarlos de manera que
podamos seguir rindiendo en el trabajo y
disfrutando de los buenos momentos
que nos ofrezca la vida social y familiar.
Si me siento angustiado puedo sentarme
a escuchar música o salir a caminar.
2. Limitar la información acerca del
Covid: esto genera extra angustia y
ansiedad. Hay que decidir cuánto
tiempo vas a dedicar a informarte
pero evítalo antes de ir a dormir.
3. Aprende técnicas de autocontrol:
relajación muscular, meditación,
yoga, ayuda a neutralizar la actividad
fisiológica que activa el estrés y
ayuda a controlar los pensamientos y
emociones.
 Evita tomar medicamentos y
haz ejercicio.
4. Recuperar el control: como esto no
es un paréntesis, tenemos que seguir
con nuestra vida, es decir retomar
nuestros proyectos: estudios,
negocios, encuentros, pero siempre
desde la nueva realidad.
5. Encontrarle el sentido a la vida: el ser
humano no tiene la obligación de
definir el sentido de la vida en
términos universales. Cada uno de
nosotros lo haremos a nuestra
manera, partiendo de nosotros
mismos, desde nuestro potencial y
experiencia.
 Trabajar día a día con
motivación.
 Vivir desde la esfera del
amor.
 Tener el coraje en cada
momento para hacerle
frente a la adversidad.
Si somos capaces de encontrar un propósito,
el sufrimiento no solo podrá soportarse, sino
que se convertirá en un desafío.
“No podemos cambiar lo que pasa, pero si
nuestra actitud ante dichas circunstancias”.
¿Qué hacer como líderes?
 Fortalecer la comunicación con el
equipo.
 Ser más empático.
 Inspirar confianza y cercanía.
 Definir prioridades.