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Materiales para la Historia del Deporte, Nº 17, 2018 - ISSN: 2340-716
We can conclude that, mostly in Spain, the predominant gymnastic method to attend Physical
Education in schools, until the beginning of the 20th century, was Francisco Amorós´
gymnastics and Dr. Schreber´s ‘Playroom Hygienic Gymnastics’, which were lately replaced by
Corporal Games and by Swedish Gymnastics, whose influence came from France and, in later
years, the presence of an eclectic movement towards Hébert's natural method and the Sport
Games was emphasized.
Keywords: gymnastic schools, war of methods, Physical Education
1. Introducción
Desde principios del siglo XIX se fueron desarrollando en Europa los diferentes
movimientos gimnásticos deportivos de la educación física contemporánea. Principalmente su
aparición estuvo fraguada por los escenarios bélicos del siglo XVIII y a los movimientos
higiénicos, pedagógicos surgidos en la Ilustración. En esta coyuntura, aparecieron pues
destacadas celebridades que proyectaron la difusión de la gimnástica como instrumento
educativo y regenerador de lo físico. Históricamente estas manifestaciones son conocidas
como los “grandes movimientos gimnásticos” de P. H. Ling (1776-1839) en Suecia, de Friedrich
Ludwig Jahn (1778-1852) en Alemania, de Thomas Arnold (1795-1842) en Inglaterra y de
Francisco Amorós (1770-1848) en España y Francia. Todos ellos trataron de desarrollar con
ideales educativos y patrióticos los principios de la educación física y de la higiene moderna.
Valserra denominaba al siglo XIX el “renacimiento atlético”, y lo definía como uno de los
grandes procesos de transformación social registrados de la historia moderna. A los citados
1
precursores, Valserra los llamó los “verdaderos apóstoles de la educación física” .
Como veremos, en España estas manifestaciones técnicas, construidas como sistemas o
métodos de educación física también fueron conducentes en el entorno escolar. Aquí se
encontraban personalidades de diferentes campos profesionales (pedagogos, militares,
médicos, profesores de gimnástica e higienistas), los cuales tomaron partido posicionándose a
favor de uno u otro sistema. En el escenario internacional, el enfrentamiento técnico doctrinal
2
de estos generó la llamada “guerra de sistemas” o “guerra de métodos” . Para Cecchini este
enfrentamiento conceptual y técnico ya se observa desde J. C. F. Guts Muths (1759-1839),
puesto que, a partir de él “se inicia un confucionismo importante que prácticamente llegará
hasta nuestros días conformando lo que distintos autores han calificado como “la guerra de los
métodos”, que progresivamente fue disociando el desarrollo práctico de la teoría que debe
3
iluminar todo proceso” .
No obstante, como trataremos de argumentar estos sistemas y concepciones de la
educación física fueron susceptibles a los posicionamientos personales de los expertos
gimnasiarcas españoles, aunque también fueron portadores de posiciones ideológicas y
nacionalistas, ya mostrándose partidarios de los comúnmente llamados sistema de educación
física (francés, alemán, inglés o sueco), según el país de procedencia de educación. Por lo
tanto, las discusiones generadas a raíz de estas posiciones fueron conformando un
caleidoscopio crítico de textos y argumentos a favor o en contra de uno u otro sistema.
Analizando el contenido de las obras publicadas en España en torno a la educación
física y otras obras afines a la materia, entre el periodo de 1800 a 1936, vamos a ver cómo las
opiniones de los autores fueron inscribiéndose en la defensa de algunos de los movimientos
gimnásticos de educación física. Como nos ocuparemos, la actitud de estos autores no sólo
consistió en demostrar la eficacia del “método” que aconsejaban, sino que, además, se
dedicaron a realizar ataques contra otros métodos y escuelas. Por ello, muchas
1
Fabricio Valserra, Historia del deporte (Barcelona: Ed. Plus-Ultra, 1944), 227-230.
2
Jacques Ulmann, De la gymnastique aus sports modernes: historie des doctrines de l’éducation physique
(Paris: Vrin, 2004), 418.
3
José A. Cecchini Estrada, Reflexión histórica, antropofilosófica y epistemológica como base para una
teoría sistemo-cibernética de la educación física (Tesis doctoral), (Universidad de Oviedo, Departamento
de Ciencias de la Educación, Oviedo, 1992), 107.
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4J. Soler Damians, Assaig d’un pla general d’educació física (Barcelona: Norma, 1936), 39.
5
Xavier Torrebadella Flix, Repertorio bibliográfico inédito de la educación física y el deporte en España
(1800-1939) (Madrid: Fundación Universitaria Española, 2011). Xavier Torrebadella Flix, Contribución a
la historia de la educación física en España. Estudio bio-bibliográfico en torno a la educación física y el
deporte (1800-1939). Lleida: Universitat de Lleida, Departament d’Història de l’Art i Història Social
[tesis doctoral no publicada], 2009.
6
Xavier Torrebadella Flix, “Del espectáculo acrobático a los primeros gimnasios modernos. Una historia
de las compañías gimnástico-acrobáticas en la primera mitad del siglo XIX en España”, Aloma, vol. 31, nº
2 (2013): 67-84.
7Miguel Piernavieja, “Francisco Amorós, el primer gimnasiarca español”, Citius, Altius, Fortius, vol. 2
(1960): 277-313. Rafael Fernández Sirvent, Francisco Amorós y los inicios de la educación física
moderna. Biografía de un funcionario al servicio de España y Francia (Alicante: Publicaciones de la
Universidad de Alicante, 2005).
8
Miguel Vicente-Pedraz, Miguel y Xavier Torrebadella-Flix. “El dispositivo gimnástico en el contexto de
la medicina social decimonónica española. De las políticas higiénicas a los discursos fundacionales de la
educación física”, Asclepio, vol. 69, nº1 (2017) p172. doi: http://dx.doi.org/10.3989/asclepio.2017.04
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“Cualquiera que de aquí en adelante piense ponerse bajo mi dirección, quisiera llevase
estas ideas y no las de aprender Funambulismo, que sólo enseñare a los que piensan
ganar su sustento; y esto porque siendo un objeto de diversión y de expectación entre
las naciones, no tengamos, como acabo de decir, que mendigarla de los extranjeros. Por
lo demás, propiamente dicho, nunca será objeto exclusivo de diversión pública, sino un
10
establecimiento de utilidad, que cesará donde cese esta o comience el Funambulismo.”
Sobre esta cuestión, una de las primeras inquietudes del colectivo profesional fue el
diferenciar la práctica de la gimnasia racional y metódica de los ejercicios acrobáticos y
11
funambulescos, propios del circo y de las exhibiciones callejeras . En esta diferenciación se
unían los profesionales del sector médico-higiénico, quienes advertían de los serios peligros de
la gimnasia de aparatos. Con frecuencia se opinaba sobre el uso y abuso indiscriminado y poco
12
racional de este tipo de gimnástica .
En este momento, una las primeras discusiones provino del trapecio, un aparato que fue
introducido por Francisco Amorós en los ambientes gimnasiarcas. En el Manuel d’éducation
13
physique, gimnastyque et morale , en el capítulo XXVI “de los ejercicios del trapecio”, Amorós
señaló y aclaró la controversia y las “largas y acaloradas cuestiones sobre sus ventajas que
14 15
pudieran reportar el triángulo o el trapecio” con Phokion Heinrich Clias . Amorós expresaba
9
Xavier Torrebadella, “Del mito al olvido: el Conde de Villalobos y la gimnástica española (1841-1867)”,
ODEP. Revista Observatorio del Deporte, vol. 3, nº 2 (2017): 69-111.
10
Conde de Villalobos, Ojeada sobre la jimnasia, utilidades y ventajas que emanan de esta ciencia
(Madrid: Imp. de Yenes, 1842), 27-28.
11
José Luis Pastor Pradillo, El espacio profesional de la educación Física en España: génesis y
formación (1883-1961) (Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá, 1997).
12
José del Campo, Elementos de educación física (Palma: Imp. de Pedro J. Gelabert, 1878). José Sánchez
González de Somoano, Propaganda gimnástica (Madrid: Imp. Minuesa de los Ríos, 1884).
13
[Francisco] Amorós, Manuel d’éducation physique, gimnastyque et morale, vol. I y II. (Paris: Librairie
Encyclopédique de Roret, 1830).
14
“Amorós, fundador de la enseñanza de la gimnástica en España y en Francia”, Ilustración Gimnástica,
15 de octubre de 1886, 121-125.
15
Phokion-Heinrich Clias (1782-1854) criticó duramente la gimnasia de Amorós e intentó adaptarla al
entorno escolar a partir de los principios pedagógicos de J.C.F. Guts Muths (1759-1839). A Clias se le
debe la primera publicación en Francia sobre educación física Gimnástica elemental, 1819 y en 1828
publicaba otros tratados gimnásticos (de calistenia) dirigidos a los niños y a las mujeres. Clias llamaba a
los ejercicios gimnásticos en forma de evoluciones sencillas, ejercicios calisthémicos o somoscética
natural. J. Defrance, “À propos de Callisthénie ou somascétique naturelle de Phokion-Heinrich Clias”,
Revue EPS, nº 250 (1994): 48-49. En España el método de Clias pasó desapercibido, pero consta que fue
la gimnasiarca Teresa Castellanos la primera en seguir y divulgar las enseñanzas del contrincante de
Amorós. Xavier Torrebadella, “La educación física femenina en el período Isabelino (1833-1868): Teresa
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que el trapecio que fue ideado por unos funámbulos italianos, y que al principio era conocido
con el nombre de triángulo, siendo él la persona que lo modificó en la forma conocida:
“La preferencia que el Sr. Clias le da sobre todos los demás instrumentos gimnásticos es
un error peligroso, ya que, antes de estar en condiciones de usarlo, hay que prepararse
mediante otros ejercicios y por medio de otros instrumentos, que son por consiguiente
más necesarios. Una escalera de madera, las pértigas de suspensión y otros
instrumentos gimnásticos son más digno de la preferencia que el Sr. Clias concede al
triángulo, porque son más necesarios, más elementales y porque producen resultados
16
más útiles.”
El uso del trapecio fue aceptado en muchos de los establecimientos gimnásticos y en los
18
manuales de gimnástica de la época también se aconsejaba su ejercitación .
Castellanos de Mesa, primera profesora española de gimnástica”, Ágora para la educación física, vol. 15,
nº 1 (2013): 20-39.
16Francisco Amorós Ondeano, Manual de educación física, gimnasia y moral, 1830-1848 (Oviedo:
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gimnasia tanto por la utilidad que reportan sus ejercicios a los individuos que lo ejecutan como
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por la sencillez del mismo” . En esta época popularmente se conocía del trapecio en relación
21
con los arriesgados ejercicios que exhibía el célebre Jules Léotard (1838-1870) , que junto a
tantos otros acróbatas viajaron por España entreteniendo al público en los espectáculos
circenses.
No obstante, la utilización de este aparato creó una importante reacción, sobre todo, en
la clase médica. Así, por ejemplo, el doctor Sebastián Busqué se encargó de desacreditar su
uso, con el propósito de excluirlo definitivamente de todos los gimnasios. La asociación del
trapecio con los ejercicios arriesgados del acrobatismo de las compañías gimnásticas era una
de sus principales causas, aun así, había otros inconvenientes:
“No se ha hablado del trapecio, sólo por el abuso que se ha hecho de este aparato y
tratáremos de él para señalar sus inconvenientes, no obstante ser reputado hasta ahora
y todavía por la generalidad como el característico de la gimnasia y en el que los
gimnasios de oficio ejecutan tan sorprendentes habilidades en los espectáculos públicos.
[...] En primer lugar, el desarrollo muscular en vez de ser general, es parcial: el antebrazo
y brazo se robustecen en su parte anterior en detrimento de sus músculos extensores:
las espaldas abultan enormemente en prejuicio de los diámetros del pecho que
deprimen: además de la mala conformación, no existe la relación de vida entre el plano
22
anterior del tronco y el posterior, entre la mitad superior del cuerpo y la inferior.”
“Este aparato tan usual en los gimnasios, esta demás en la Gimnástica Militar. Sus
ejercicios en vez de ser saludables, son dañosos y peligrosos; por eso vemos que lo van
suprimiendo en la Gimnasia Sueca y en los gimnasios de las principales poblaciones de
Europa. [...] Los diversos ejercicios que con ellos se practican, sólo dan a los músculos
24
un desarrollo parcial y son más bien propios de volatineros y titiriteros.”
Sin embargo, sorprende que, pese a la insistencia de desterrar el uso del trapecio, había
algunos tratados de pedagogía que no advertían sobre el uso “dañino” de este aparato: “[...]
para desarrollar las extremidades superiores conviene, el juego o ejercicio de la barra, el
25
trapecio, etc.” . De todos modos, como vemos, el rechazo del trapecio fue la antesala para
cuestionar el uso de otros aparatos considerados también peligrosos y antihigiénicos, entonces
muy familiarizados con los ejercicios propios del gimnasio. La gimnasia higiénica pretendía
eliminar los ejercicios acrobáticos producto de la simbiosis entre las destrezas y agilidades
circenses, que asimismo se extendió en referencia a los ejercicios practicados en los antiguos
gimnasios amorosianos, como en el de aquellos que se inspiraron en el método alemán.
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Miguel Piernavieja del Pozo, “Francisco Amorós,…” Alejandro Prieto Ayuso, “La escuela
gimnástica amorosiana: Una revisión social y educativa de su método”, Materiales para la Historia del
Deporte, nº 13 (2015): 63-77.
27
José Luis Hernández Vázquez: “Los aparatos de Amorós y su influencia en la gimnástica española del
siglo XIX”, en Seminario Francisco Amorós. Su obra entre dos culturas (Madrid: Instituto Nacional de
Educación Física de Madrid, 1990), 30-63.
28Amorós, Manuel d’éducation physique…, 204.
29
Eduardo de los Reyes, Amorós. Adelantado de la gimnasia moderna. Su vida, su sistema (Madrid:
Publicaciones del COE, 1961).
30
Xavier Torrebadella Flix, Gimnástica y educación física en la sociedad española de la primera mitad
del siglo XIX (Lleida: Universitat de Lleida, 2013).
31
Miquel Vicente-Pedraz y Xavier Torrebadella-Flix, “La gimnástica como dispositivo antionanista en la
conformación de la educación física escolar en el siglo XIX en España. Recepción de los discursos”,
Movimento, vol. 21, nº 4 (2015): 1037-1049.
Xavier Torrebadella-Flix y Miguel Vicente-Pedraz, “La gimnástica como dispositivo antionanista en la
conformación de la educación física escolar en el siglo XIX en España. El nacimiento de una disciplina
escolar”, Movimento, vol. 22, nº 1 (2016): 99-114.
32
Joaquín Lladó, Nociones de gimnástica higiénica…,
33
Miguel Vicente-Pedraz, Mari Paz Brozas-Polo, “El triunfo de la regularidad: gimnasia higiénica contra
acrobacia en la configuración física escolar en la segunda mitad del siglo XIX”, Revista Brasilera do
Sporte, vol. 39, nº1 (2017): 49-55.
34
Conde de Villalobos, “Criterio del prólogo de la obra de gimnasia del coronel Amorós”, La razón
Católica, nº 6 (1858): 548-559.
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francesa (o de Amorós) era habitual entre los profesores de gimnástica . En 1907, el profesor
del Instituto de Lérida se resistía en abandonar por completo el método de Amorós, indicando
que este podía ser perfectamente armonizado con la gimnasia sueca, creándose un solo
36
método . Sin embargo, este profesor y otros fueron rechazando finalmente la llamada
gimnástica atlética de Jahn al considerarla poco educativa: “pues que el hombre forzudo no es
un ser perfeccionado ni individual, ni socialmente, y que, en la tendencia militar, representada
por nuestro insigne compatriota Amorós, tampoco satisface las exigencias de la educación
37
escolar” . Sin embargo, había quienes veían en la educación prusiana un modelo a seguir:
“El día en que la gimnasia no sea una ridícula asignatura de segunda enseñanza, sino
una necesaria componente de la educación integral, el gimnasio será una escuela y la
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escuela un gimnasio como lo fue en la antigua Grecia y lo es en la moderna Alemania.”
“Hoy los métodos de Amorós y Jahn representados por el Trapecio y la Barra fija, son los
que se disputan la primacía, debiendo desaparecer los dos en un tiempo no lejano para
dar lugar a otro, cuyo autor es el sentido común, y con el cual se consigue, además de lo
que pretendían dichos autores, con relación a lo militar, un buen desarrollo, que es
43
garantía segura para todos en el porvenir.”
primera y segunda enseñanza e institutos (Madrid: Imp. de Manuel Minuesa de los Ríos, Madrid, 1883).
43
José Sánchez, Tratado de gimnasia…, 38-39.
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higienistas, a la vez que insistía en diferenciar la gimnasia de aparatos de la que era gimnasia
44
acrobática :
“¿Qué dificultad hay que una vez conocida la fuerza, más que necesaria de un individuo
cualquiera se dedique a la gimnasia acrobática o recreativa en toda clase de aparatos,
puesto que por ella se consiguen la esbeltez y gracia de los movimientos corporales, la
más simpática agilidad y hasta el valor que nace de la convicción en el dominio de
ciertos aparentes riesgos? Y dicho está que son riesgos aparentes aquellos que sin gran
esfuerzo y metódicamente acometidos llegan a vencerse hasta por los hombres de
fuerza y agilidad problemáticas. [...] El sueño de regenerar el mundo moral por medio de
45
la gimnasia higiénica es un sueño y nada más que un sueño.”
“La gimnasia amorosiana fortifica el cuerpo y desarrolla la belleza plástica tan bien como
otros sistemas gimnásticos, ofreciendo además la ventaja práctica de acomodarse mejor
48
a las condiciones de la vida escolar.”
La incorporación del juego como medio de educación física tiene sus antecedentes en el
naturismo de Jean-Jacques Rousseau, y, sobre todo, en las bases pedagógicas de Johann
Heinrich Pestalozzi, Friedrich Froebel y Herbert Spencer, todos ellos pilares fundamentales en
los postulados de la educación moderna. En la educación física escolar, el juego motor popular
44
Emilio Castañón, “No hay Gimnastas”, El Sport, 15 de noviembre de 1890, 188.
45
Emilio Castañón y López, “Consideraciones”, Ilustración Gimnástica, 1 de julio de 1886, 66-67.
46
David Ferrer, De la utilidad general de la gimnasia y acción que ejercen sobre el organismo humano
sus diferentes ejercicios (Barcelona: Est. Tip. de José Mriret, 1883).
47Recuérdese que Alejandro San Martín había sido el director de la Escuela Central de Gimnástica (1887-
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y tradicional fue el primer recurso curricular, tanto en Europa como en España . En el caso de
España, los juegos corporales fueron el elemento más representativo y significativo para la
51
educación física de todo el siglo XIX y principios del siglo XX .
La incorporación educativa del juego fue decisiva en todo el movimiento de la Escuela
Nueva, que, bajo el concepto de educación integral, encontraron en este medio educativo, no
solamente el poder restituir el conocido surmenage, sino también una educación completa:
natural, libre, espontánea, recreativa, higiénica, moral, intelectual y física. Como nos
ocuparemos, los juegos libres a lo largo de todo el período se configuraron como una
alternativa pedagógica de incuestionable valor higiénico y moral. No obstante, la opinión y la
aplicación metodológica del juego libre, entendido como la mejor gimnástica posible, no estuvo
alejada de cierta controversia en los debates doctrinales. Efectivamente había importantes
discrepancias pedagógicas e higiénicas:
50Xavier Torrebadella, “Vicente Naharro y los juegos corporales en la educación física española de la
primera mitad del siglo XIX”, Ágora para la Educación Física y el Deporte, vol. 13, nº 2 (2011): 165-
182.
51
Jordi Brasó y Xavier Torrebadella, “El marro”, un juego tradicional y popular en la educación física
española (1807-1936)”, Revista Complutense de Educación, vol. 26, nº 3 (2015): 697-719.
52
F. J. Pons y C. Martínez, Lecciones de higiene individual al alcance de los niños (Barcelona: Imp. de
Luis Tasso Serra, 1885), 83-84.
53
Pedro de Alcántara García, “Los juegos de la infancia bajo el punto de vista de la educación”, Revista
Europea, nº 205 (1878): 97-102.
54
P. de Alcántara García, De las teorías modernas acerca de la educación física (Madrid: Imp. de J. Gil y
Navarro, 1886), 113.
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Además, hay que destacar la contribución ideológica y divulgativa que la Institución Libre
de Enseñanza (ILE) manifestó sobre la absoluta preferencia hacia los juegos corporales al aire
55
libre, eso sí, al estilo de las Universidades inglesas . Por lo tanto, también la ILE rechazó,
tajantemente, la gimnástica de Amorós de “un entusiasmo meridional, una excesiva vanagloria
por el valor del sistema, bastante afición a las exhibiciones públicas y desmedido apego a la
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profusión de aparatos” .
Menos estudiado, por el carácter institucional de la cultura dominante con el que se ha
historiado la educación española, y más aún la educación física, se encuentra la opción físico-
recreativa de las escuelas vinculadas al movimiento racionalista. En estas escuelas, el juego
natural, espontáneo y libre fue uno de los recursos más utilizados para contribuir a la educación
física, la cual se fundamentaba hacia un modelo higienista no disciplinar. Estas escuelas, que
mayoritariamente seguían el modelo de Francisco Ferrer y Guardia, buscaron la oxigenación
del juego y los movimientos naturales del cuerpo en espacios abiertos al aire libre, buscando el
contacto con la naturaleza. Esta influencia se destacó en muchas de las escuelas públicas
57
durante el periodo de la II República .
“¿Por qué su inquina contra esos aparatos de gimnástica que, auxiliando unas veces a la
Terapéutica, otras a la Ortopédica y siempre a la Higiene, ya sirven de regulador de
nuestras funciones fisiológicas, ya corrigen un defecto de configuración, y en todo caso
sostienen y desarrollan en el hombre la salud, la agilidad y la fuerza, sin las cuales, la
obra más perfecta de la creación sucumbe o degenera? ¿Por qué hacer tan cruda guerra
55
Francisco López Serra, “Los juegos en la Institución Libre de Enseñanza”, Ensayos, nº 13 (1998): 249-
264. Andrés Payà, “Joc corporal, esport i educació física a l’ideari pedagògic de la Institución Libre de
Enseñanza”, Educació i Història, nº 7 (2004): 117-133.
56Álvarez Buylla: “El libro de M. Daryl sobre educación física (fragmentos de un estudio)”, BILE, 1890,
nº 313, 50-54.
57Xavier Torrebadella, “Francisco Ferrer Guardia, postmoderno avanzado y precursor de la educación
física crítica. Análisis y reflexión para un giro didáctico”, Educar, vol. 52, nº 1 (2016): 169-191.
58
Sergi, “La gimnástica con aparatos”, La Regeneración Física, 1 de enero de 1896, 8-9.
59
Este debate proporcionó a la Regeneración Física un total de 24 artículos de opinión.
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C. Strehly, catedrático del Liceo de Montaigne de París, veía en la opinión del Dr. Sergi
un nuevo ataque de “asalto al edificio de Amorós.” Hacia finales de siglo XIX, este profesor fue
uno de los más destacados defensores de la gimnástica amorosiana en Francia.
“La gimnástica de aparatos es más idónea que cualquier otra a fortalecer al cuerpo a
desenvolver la hermosura plástica: es también la más práctica, por ser la que más
fácilmente se conforma con las condiciones de la vida moderna. [...] La gimnástica de
aparatos es de una aplicación más fácil que los juegos ingleses que van ahora alabando
y celebrando en todas partes, olvidando que la educación en ciertos colegios de ultra-
mancha, es esencialmente aristocrática, y que los alumnos de Oxford y Cambridge
gastan todo su tiempo en juegos, no teniendo necesidad de trabajar para hacerse una
posición. Pero el juego practicado en pequeña dosis es ineficaz; y para dedicarle cinco o
seis horas cada día, sería preciso disminuir de una manera sensible la importancia que
entre nosotros se concede a los estudios intelectuales. De una manera general, la
gimnástica se confirma mejor a las condiciones de la vida escolar, y de la vida social. Si
nuestros establecimientos de educación estuviesen todos situados en el campo, y los
programas de estudio menos cargados, fácil sería practicar el método inglés. [...] Y por
eso concluiré diciendo que la gimnástica es el instrumento más rápido, más seguro y
61
más cómodo para la educación física de la juventud.”
60
Pedro Castellanos Taulet, “La Gimnástica y el Dr. Sergi”, La Regeneración Física, 1 de enero de 1896,
4-6.
61
C. Strehly, “Refutaciones al Doctor Sergi, La Regeneración Física, 1 de febrero de 1896, 5-7.
62
F. Lagrange, “Debates internacionales sobre el valor higiénico-pedagógico de la gimnasia, el sport y los
juegos corporales XIX”, La Regeneración Física, 1 de febrero de 1897, 4-6. En Francia Lagrange realizó
una sistemática oposición a la gimnástica de aparatos, tratando de descartar toda influencia de la
gimnástica de Amorós.
63
Demeny, “Debates internacionales sobre el valor higiénico-pedagógico de la gimnasia, el sport y los
juegos corporales XXII”, La Regeneración Física, 1 de abril de 1897, 9.
64
E. S. López Gómez, “Un solo método gimnástico”, La Regeneración Física, 1 de octubre de 1895, 6-7.
Salvador López Gómez, Unificación de la enseñanza de la gimnástica por un solo método (Sevilla: Imp.
El Mercantil, 1899).
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La obra del inglés Herbert Spencer (1820-1903) marcó la superioridad educativa de los
juegos corporales por encima de la gimnasia y, en España, esta tesis sedujo las posiciones
65
pedagógicas de la ILE .
“Nuestra generación ante las generaciones futuras acusa gran decadencia en el vigor
físico, precisamente por esa lucha constante de ideas, sentimientos o intereses que
mantiene en el olvido lamentable el desarrollo corporal. Y nuestra raza, la ponderada
raza latina, frente a frente de la anglosajona, se presenta viciosa, inferior y decadente por
haber despreciado los músculos, por no haber hecho nada para combatir esa debilidad
del cuerpo. Otra vez la corpulencia, a la potencia física han vencido a la precocidad
intelectual y a la debilidad muscular; de nuevo los germanos mostrarán su superioridad
67
sobre los latinos.”
“Si por acaso puede asistir a algún colegio de los que poseen gimnasio, beneficio de que
sólo disfrutan los hijos de familias acomodadas, los ejercicios se verifican en tropel, con
65A. A. Buylla, “La educación física y moral en las universidades”, BILE, 15 de julio de 1885, 205-206.
66H. Spencer, De la educación intelectual, moral y física (Madrid: Lib. de Victoriano Suarez, 1884), 282-
283 y 310.
67
Francisco Rahola, “Artículos de Género inglés. Los ejercicios corporales”, La Ilustración, Barcelona, 4
de marzo de 1883, 1-2.
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una uniformidad absurda y una monotonía que llega a hacer odiosos y aburridos los
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trabajos en vez de asociarlos al esparcimiento y al solaz.”
Ante la falta de espacios para impartir la gimnasia, puesto que no existían los espacios
adecuados, peor era para la práctica de los juegos corporales. Así lo expresaba Melchor Daviu
y Matas, profesor de primera enseñanza en Palma de Mallorca y seguidor de la Escuela
69
Moderna de Francisco Ferrer y Guardia : “El juego es comparable, y a veces sustituible por la
gimnasia de sala; pero esto solamente en caso de faltar en la escuela sitio apropósito (patio,
70
jardín) en donde verificarse” .
Sin embargo, había quien prefería la gimnástica ante los juegos corporales o los
deportes, puesto que estos no garantizaban el completo equilibrio orgánico y muscular, que
podía reportar la gimnástica. Este era el caso del profesor de educación física Julián de las
Barreras: “la superioridad de los ejercicios, bien dirigidos, sobre los juegos corporales y
71
deportes, no se puede discutir, aun ejecutándolos en locales cerrados” .
Las primeras propuestas de la ILE sobre el juego corporal deben ser buscadas en el
Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE), en el último cuarto de siglo XIX. En 1886,
aparecen los primeros artículos sobre la relación de la educación física con los juegos
corporales. Como conclusión a estos artículos, el autor redactaba una serie de puntos que
marcarían, en lo sucesivo, la línea pedagógica de la educación física en la ILE.
“El número de horas semanales dedicadas en nuestras escuelas a la gimnasia, debe por
lo menos, cuadruplicarse a expensas de las enseñanzas teóricas. Dos de dichas horas
deben reunirse en la misma tarde y destinarles a juegos corporales al aire libre. Estos
juegos deben elegirse de modo que favorezcan la actividad corporal y la disciplina del
espíritu por medio del esfuerzo adecuado a cada edad determinada. Para los jóvenes,
debe recomendarse ante todo la introducción de los juegos nacionales ingleses foot-ball
y cricket, así como la barra; para las jóvenes, la pelota con pala, el lanw-tennis, y otros
juegos análogos. Donde las circunstancias lo permitan, debe procurarse ocasión a los
jóvenes de uno y otro sexo para que en el tiempo de juego aprendan la natación y los
patines. Los campos de juego deben estar cubiertos de césped, ser todo lo más llanos
posible y de la extensión mínima de una hectárea para cada 100 niños que juegan al
mismo tiempo. En las escuelas normales para magisterio, se debe preparar a los
alumnos en tardes especiales destinadas al juego, para que en su día puedan
72
introducirlo en las escuelas.”
A estos primeros artículos siguieron otros, destacando entre ellos el “De los juegos
corporales más convenientes en España”, profesor doctor, Alejandro San Martín. En estos
artículos el autor exponía la supremacía de los juegos corporales sobre la gimnasia. En el
discurso se deduce una oposición al sistema de enseñanza que la institución pedagógica de la
gimnástica disponía en España, la Escuela Central de Gimnástica (1887-1892); pues no
faltaron críticas contra la excesiva dominancia que el sistema de gimnástica de Amorós ejercía
en este centro de formación. Una de estas críticas venía del profesor José Eugenio García
68
“Educación Física”, La Época, 31 de agosto de 1888, 1.
69R. Garcerán, “La herencia institucionalista y la enseñanza activa en Mallorca (Labor de: Miguel Porcel i
Riera, Rufino Carpena Montesinos, Joan Montserrat i Parets i Melchor Daviu i Matas)”, Educació i
Cultura. Revista Mallorquina de Pedagogía, nº 18 (2005): 55-75.
70
M. Daviu, “Juegos escolares. III Observaciones generales”, El Magisterio Balear, 29 de marzo de 1901,
118-119.
71
Julián de las Barreras, “Gimnástica y juegos”, Heraldo de Alcoy, 23 de marzo de 1904, 1.
72
X., “Juegos corporales”, BILE, vol. X, 1886, 43-46, 62-64, 105-108 y 124-125.
149
Materiales para la Historia del Deporte, Nº 17, 2018 - ISSN: 2340-716
73
Fraguas que reprochó la falta de una asignatura de juegos corporales , circunstancia que se
presenta paradójica, con las declaraciones del mismo director de la ECG sobre los juegos
corporales y la gimnástica:
“[…] el juego parece más natural que la gimnástica reglada […] Por otra parte, los juegos
corporales producen más desarrollo general que la gimnástica, cuyo efecto se
circunscribe a ciertos grupos musculares […] El juego corporal es además agradable,
74
mientras que el trabajo gimnástico se hace penosamente.”
“Cuando los juegos escolares formen parte de la educación con un fin más elevado que
el que el concepto vulgar les concede considerándolos como expansiones de la infancia,
entonces formarán parte de ese grupo de medios apropiados para la educación física,
rama importantísima de la “educación integral”, y cuyo principal propósito ha de ser
elevar la «condición» física á sagrado prudencial de vigor, si no queremos que lo
excepcional, suplantado la regla en lo que debe ser el vigor colectivo de la raza, nos lleve
a estados patológicos ó anormales, según ya se demuestra, por desdicha, con ese
cuadro aterrador de un tanto por ciento excesivamente elevado de jóvenes
corporalmente inútiles para cumplir los sagrados cuanto patrióticos, deberes del servicio
76
militar.”
En toda Europa, durante el primer tercio del siglo XX se fueron sucediendo los distintos
77
cambios metodológicos de los primitivos sistemas gimnásticos ; aunque en España, las
nuevas corrientes centroeuropeas de la “gimnasia moderna” y la Escuela Natural Austriaca; las
manifestaciones de los “movimientos del norte”, de la gimnasia neosueca, de Joseph Gottfield
Thulin y Maja Carlquist; no tuvieron apenas incidencia. Sin embargo, hay que destacar las
influencias del “movimiento del este” de la escuela francesa, en especial de Georges Demeny,
Fernand Lagrange y Philippe Tissié. La otra influencia, aunque no tan notable, fue la de la
gimnasia natural de Georges Hébert.
73
José Esteban García Fraguas, Tratado racional de gimnástica y de los ejercicios y juegos corporales...,
Tomo I Historia de la gimnasia y mecánica animal (Madrid: Est. Tip. de Enrique Rubiños, 1893), 157-
173.
74
Alejandro San Martín, “De los juegos corporales más convenientes en España”, BILE, nº 302 (1889),
303-304.
75
José Estadella Arnó, Educación Física en las escuelas de primera enseñanza (Lérida: Imp. Juventud,
1910).
76
Marcelo Sanz, “De cultura física. El niño, los juegos y los deportes”, La Correspondencia Militar, 9 de
julio de 1913, 3.
77
Alberto Langlade y Nelly R. Langlade, Teoría general de la gimnasia (Buenos Aires: Stadium, 1986).
150
Materiales para la Historia del Deporte, Nº 17, 2018 - ISSN: 2340-716
Luis Agosti, citaba el periodo entre 1882 y 1907 como el de mayor momento en difusión
en la gimnasia sueca, y el momento en que empezaba a traspasar la influencia hacía toda
78
Europa . Sin embargo, en España esta influencia del método sueco fue tardía, iniciándose el
periodo a principios del siglo XX, especialmente a partir de obras muy divulgadas y populares,
79
que además se encargaron de desacreditar a los sistemas de aparatos .
El sistema de gimnasia sueca (llamado también de Ling), era diametralmente opuesto a
todos sus coetáneos (Amorós y Jahn), no se basaba en la formación militar, ni en el
patriotismo, todo lo contrario, era un sistema basado en la higiene y la salud y dirigido a una
Suecia para vivir en paz. Ling no era militar, era un pedagogo sensible conocedor de la
literatura y la lengua, instruido en la anatomía y la fisiología, practicante de la gimnasia y la
esgrima. Su sistema se caracteriza por un conjunto metódico y armonioso de ejercicios
artificiales, racionales, analíticos, localizados y sencillos, que parten de una posición inicial y
terminan en una posición final. El sistema era básico y podía ser practicado por todo tipo de
personas, sin necesidad de aparatos. No obstante, el sistema de Ling, también tenía otras
ramas: la gimnasia pedagógica, la gimnasia militar, la gimnasia estética y la gimnasia médica.
Véase que decía el sevillano Salvador López Gómez, en 1881:
“La “guerra de sistemas”, que caracteriza las discusiones sobre la educación física pocos
años hace, parece haber acabado prácticamente. Se conoce que los fines esenciales de
todos los sistemas son idénticos y las diferencias están en los detalles, que, en su mayor
parte, son de poca importancia. Las violentas disputas entre los partidarios de los
diversos sistemas han cedido al campo, por tanto, a discusiones más útiles en una
81
esfera superior. La educación física ha llegado a significar algo más que gimnasia.”
Puede decirse, como mencionaba José Roda Rodríguez, que en España no existía aún,
ningún colegio, gimnasio o escuela de cultura física, que se aplicase con integridad la citada
82
educación . De todos modos, con el tiempo fueron desterrándose de la educación física
escolar los ejercicios de aparatos, y dando cabida a un empírico método sueco que se
compaginaba con los juegos tradicionales, las excursiones y los juegos deportivos. Sin
78
Luis Agosti, Gimnasia educativa (Madrid: Talleres del Instituto Geográfico Catastral, 1948).
79
L. G. Kumlien, La gimnasia para todos (Madrid: Lib. Gutenberg de José Ruiz, ca. 1907), M. Soleirol de
Serves, Manual de gimnasia racional y práctica (Madrid: Lib. Edt. Bailly-Balliere, ca. 1906).
80Salvador López Gómez, Breve reseña histórica de la gimnástica en Europa (Sevilla: Imp. Juan
151
Materiales para la Historia del Deporte, Nº 17, 2018 - ISSN: 2340-716
“Entre los métodos de gimnasia que hoy se disputan la hegemonía, el más vulgarizado,
el que la experiencia ha sancionado y la sana crítica ha consagrado alcanzando una
práctica mundial, el que está reputado como el más racional y científico es el método de
gimnasia sueca, el cual debe adoptarse, sino en toda su pureza, en lo que se acomode a
88
nuestro temperamento cono raza latina y pueblo meridional que somos.”
83
Lorenzo Niño Viñas, La escuela primaria y la educación física para niños y niñas (Salamanca: Andrés
Iglesias Imp. Salamanca, 1911), Isaías Bobo-Diez, Educación física teoría y práctica... (Valladolid, Imp.
y Lib. Vda. de Montero, 1917).
84
Alexandre Galí, Història de les institucions i del moviment cultural a Catalunya 1900-1936, obras
completas, libro X (Barcelona: Fundació Alexandre Galí, 1983), 167.
85Recordemos que la gimnasia sueca era concebida desde diferentes aplicaciones: pedagógica, militar,
médica y estética.
86
Xavier Torrebadella-Flix, “Quan l’educació física arriba a l’escola primària. Notes per a la història de
l’educació a Lleida (1901-1931)”, Educació i Història: Revista d’Història de l’Educació, nº 28 (2016):
255-287.
87
George, Hébert, Lecciones prácticas de cultura física (Paris y México: Viuda de Bouret, 1913). Hans
Spitzy, La educación física del niño (Madrid: Casa Ed. Calleja, 1917).
88Eduardo Masip, “Consideraciones acerca de la gimnástica escolar”, La Escuela Moderna, vol. 30, nº
(1908): 753-761.
89Xavier Torrebadella, “Las primeras revistas profesionales y científicas de la educación física española
152
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Además, hay que sumar la obra del Dr. Saimbraum (Juan Bardina Castará), Salud,
91
fuerza y belleza por medio de la Gimnasia Sueca , reeditada repetidamente hasta 1944, la
cual ha sido considerada como una de las obras más importantes de la educación física
92
publicadas en España .
91Xavier Torrebadella, “La aportación bibliográfica de Joan Bardina a la educación física moderna (1911-
1939)”, Cabás, nº 9 (2013): 1-22.
92
Xavier Torrebadella y Javier Olivera, “Las cien obras clave del repertorio bibliográfico español de la
educación física y el deporte en su proceso de legitimación e institucionalización (1807-1938)”, Revista
General de Información y Documentación, nº 22 (2012): 119-168.
93
Saimbraum, Salud, fuerza y belleza por medio de la Gimnasia Sueca (Barcelona: Sociedad General de
Publicaciones, 1912).
94
Marcelo Sanz Romo, “Exposición y juicio crítico de la gimnasia escolar en Suecia”, La Escuela
Moderna, nº 229 (1910): 694-706.
95
Ezequiel Solana, Curso completo de pedagogía (primera parte. (1ª ed.) (Madrid: El Magisterio Español,
Madrid, s.a.), 95.
96
Philippe Tissié, Compendio de Gimnasia Racional a pie llano a manos libres. Gimnasia educativa
(Bilbao: Ayuntamiento de Bilbao, 1912).
97
Adolfo Revuelta Fernández, “Dos fechas. Un pasito hacia la regeneración física de España”, El
Régimen Naturista, abril 1911, nº 88, 54-57.
98
Ministerio de la Guerra. Escuela Central de Gimnasia, Cartilla de Gimnástica Infantil (Madrid:
Sucesores de Rivadeneyra, 1924).
153
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Fagoada, que decía llevar diez años practicando el método sueco en el Colegio de San
99
Miguel .
Hacia mayo de 1915 José Elías Juncosa (1880-1944) presenció uno de tantos festivales
gimnásticos de un reputado colegio de Barcelona. En ese festival se ofreció una charla sobre la
preparación física por medio de los deportes, y a continuación, tras un débil conjunto de
ejercicios de gimnasia sueca, se desarrollaron “brutales trabajos” en las anillas y la barra fija,
contradiciéndose con lo anteriormente dicho en la charla ofrecida por el presidente de la
entidad “acrobático artística”. Horrorizado del acto presenciado, José Elías expuso un artículo
criticando la aún perdurable gimnástica acrobática de hacía 50 años:
“Ignoran esos señores que existe para la juventud una gimnasia sueca, racional y
utilitaria, estudiada en todos sus aspectos, de óptimos resultados para los organismos...
Y esos colegios modelo van sembrando su obra, inútil cuando menos, perdiéndose
energías y tiempo, cuando una buena dirección podrían obtenerse los resultados que
100
cabe siempre de esperar de una buena educación física.”
Por otro lado, la gimnasia sueca fue también criticada, sobre todo por los seguidores del
101
llamado método natural . En oposición se propusieron, además, otras alternativas también
consideradas educativas y aplicadas a los escolares. Una de ellas fue método deportivo inglés,
102
que como ya se ha tratado, también tuvo sus detractores . Todos los detractores a la gimnasia
sueca coincidían en el poco estímulo y motivación que producía al alumnado: “... que se mande
a paseo la pseudogimnasia sueca de salón que se da en muchos centros de enseñanza por
profesores improvisados, los cuales sólo consiguen aburrir a los muchachos y desarrollarles el
103
mal humor y la desesperación...” . Efectivamente, en estos años las disputas eran
considerables. Entre estas hay que destacar la del Dr. César Juarros (1879-1942), que, siendo
partidario del sistema natural de Hébert, criticó tanto el sistema de Ling como el de Jahn, de los
104
cuales ninguno de ellos los concebía para atender la educación física escolar .
Durante el periodo republicano, importantes portavoces de la educación física (médicos,
pedagogos y militares), continuaron inclinándose y argumentando las ventajas higiénicas y
105
pedagógicas del método sueco . Curiosamente, la defensa de la gimnasia sueca no
solamente consistía en identificarla como un sistema racional de educación física, sino que,
99
Fernando Fagoada, “La gimnasia sueca”, Gran Vida, 1912, nº 104, 5-7.
100
José Elías Juncosa, “Sobre gimnasia al amigo Eladio Homs”, Arte & Sport, 22 de mayo de 1915, 18.
101
El sistema sueco fue muy criticado, sobre todo en Alemania y en Francia, se le acusaba de no perseguir
un fin moral ni a una tendencia hacia la formación del carácter. W. P. Welptom, Principios y métodos de
educación física e higiene (Madrid: Ediciones de La Lectura, 1917). Sin embargo, el sistema sueco fue
incidiendo progresivamente en ambos países. Asimismo, este sistema fue también criticado, por el exceso
de mecanicismo y la pasividad de los ejercicios. La escuela sueca encontró la continuidad Hjalmar
Fredrik Ling (1820 -1866), hijo del primero, el cual lo estructuró a modo de programa fijo y muy
ortodoxo. Por ello, más tarde, discípulos de Ling, también llamados los “heterodoxos suecos” (Víctor
Gustaf Balk, Elin Falk, Elin Bjorksten, Niels Ebbesen Bukh, Josef Gottfield Thulin) introdujeron
ejercicios de mayor dinamismo y juegos que mejoraron la educación física escolar. No obstante, Hjalmar
Ling fue quien realizó las propuestas para que la gimnasia fuera obligatoria en las escuelas de Estocolmo.
En 1881 se publicó un libro de texto para uso de las escuelas Ejercicios diarios de gimnasia, su autor fue
Carl Harald Liedbeck.
102Xavier Torrebadella, “El deporte contra la educación física. Un siglo de discusión pedagógica y
154
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además, los autores procedieron a plasmar análisis críticos de las diferentes escuelas y
métodos de educación física.
En los años en que la gimnasia sueca se estaba divulgando como el mejor de los
métodos gimnásticos para atender la educación física de los escolares y cuando Suecia estaba
viviendo el honor de realizar unos Juegos Olímpicos, aparecieron en Europa las primeras
críticas, que pusieron en duda la eficacia educativa de esta gimnasia. Una de ellas era del
profesor Adolfo Revuelta (1867-1935), que propuso dejar de imitar y crear un propio método de
educación física “y unificar el plan de gimnástica escolar, sin prejuicios ni modas, y acomodarlo
106
al carácter de nuestra raza, de nuestro clima y de nuestros recursos” .
En España, las noticias del “método natural” de Georges Hébert fueron inmediatamente
107
conocidas . Uno los principales divulgadores fue el Capitán Augusto Condo que tuvo la
oportunidad de observarlo en el Congreso de Educación Física de París (del 17 al 20 de marzo
108
de 1913), puesto que asistió en calidad de representante oficial del Ministerio de la Guerra .
Además, también asistió el prestigioso Joaquín Decref (1864-1939), que afirmó que el método
109
de Hébert era la mejor gimnasia de aplicación que jamás se había visto . A partir de entonces,
la gimnástica natural de Hébert se presentó en toda Europa como una alternativa al popular
método sueco, y en Francia elevó todavía más las disputas internas en la comunidad
110
académica de la educación física . Así citaba Hébert la necesidad de fijar un programa natural
y funcional, alejado de la rutinaria e inútil gimnasia sueca y de las especialidades deportivas,
111
que en ningún caso aseguraban el equilibrio y el desarrollo orgánico .
Después de los JJ.OO. de Estocolmo, la campaña pro-olimpismo que se inició en
Cataluña, materializó uno de los episodios de mayor significación regeneracionista del deporte
112
y de la educación física .
“El caso es que, en 1916, año del Quijote, para nosotros, se celebrarán en Berlín las
Olimpiadas y como en las tres anteriores nos distinguiremos por la ausencia. ¿Estadios
en España? Aquí donde hay cuatrocientas siete plazas de toros y cinco en construcción,
aquí donde hay ciudades como Barcelona que tienen tres Plazas de toros y como Madrid
que tiene seis, aquí no puede haber más que un pueblo roído por lo vulgar, la roña y las
113
epidemias.”
106
Adolfo Revuelta Fernández, “Dos fechas. Un pasito hacia la regeneración física de España”, El
Régimen Naturista, abril 1911, nº 88, 54-57.
107
Bally-Balliere: “Para formar hombres. El Sistema de Hebert”, Almanaque Bally-Balliere, 1912, 407-
409.
108
Augusto Condó González, Congreso Internacional de Educación Física: celebrado en París en marzo
de 1913. Principales demostraciones gimnásticas de los diversos equipos que tomaron parte en el mismo
(Madrid: Imp. y Enc. de Valentín Tordesillas, 1913).
109
Joaquín Decref, Educación física (Madrid: Impresor R. Velasco, 1913). Joaquín Decref, Congreso de
educación física de París (Memoria presentada a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones
Científicas) (s.e.: Madrid, 1913).
110
Philippe Sarremejane, “L’héritage de la méthode suédoise d’éducation physique en France: les conflits
de méthode au sein de l’Ecole normale de gymnastique et d’escrime de Joinville au début du XXème
siècle”, Paedagogica historica vol. 42 nº 6 (2006): 817-837.
111
Hébert criticó los ejercicios analíticos de la gimnasia sueca, así como el entrenamiento especializado y
no generalizado de los deportes. H. Hébert, L’educatión physique, virile et morale par la méthode
naturelle (Paris: Librerairie Vuibert, 1936), 10-11. Primera edición de 1912.
112
Xavier Torrebadella y Fernando Arrechea, “La polémica participación de España en los Juegos
Olímpicos de Amberes 1920”, Materiales para la Historia del Deporte, 14 (2016): 113-138.
113Eugenio Roel (dir.), “Cultura física”. El Flamenco, Semanario Antiflamenquista, 12 de abril de 1914,
1.
155
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“Sin embargo, la, cuestión a resolver es mucho más compleja. Cada país necesita (un
sistema de educación física apropiada a las condiciones de la raza. Sería una vía
peligrosa la de limitase a poner en castellano textos suecos. Son varios los sistemas
entre los cuales se podría escoger. El método Hebert cuenta ya con numerosos
partidarios, que han llevado a cabo interesantes investigaciones y comprobaciones.
Heckel, por su parte, ha publicado unas bases muy dignas de ser tenidas en cuenta.
Varios autores aconsejan la vuelta a los métodos helénicos. El querer imponer un
método exclusivo radicalmente equivaldría al fracaso. La nota culminante del Congreso
ha de ser la originalidad. Ha de intentarse crearse, ante todo y, sobre todo, unas reglas
adaptadas a las condiciones del clima, de raza, de costumbres, de alimentación. Y esto
117
sin preocuparse de si se coincide o no con lo que es norma en otros países.”
114
Sociedad Gimnástica Española: Festival de Educación Física – 1916. Están invitados SS. MM. y AA.
RR. A las tres de la tarde del 16 de abril en el Campo de Deportes de la Sociedad, s.e. (Sociedad
Gimnástica Española) (Madrid: Imp. Alemana, 1916), 15.
115
Primer Congreso Nacional de Educación Física, bajo el Patronato de S. M. El Rey D. Alfonso XIII,
que se reunirá en Madrid en 1917 (Madrid: Imp. de Nicolás Moya, 1917).
116
Ricardo Ruiz Ferry, “Educación física”, Heraldo Deportivo, 15 de agosto de 1916, 261-263.
117
César Juarros, “Las finalidades del Congreso de Educación Física. Hay que crear no traducir”, El Día,
14 de diciembre de 1916, 3.
118La Redacción: “Nuestro propósito”, La Educación Física, 1919, nº. 1, 1.
119
“La gimnasia moderna. El método de Hébert”, La Educación Física, febrero de 1919, nº 2, 27-29.
156
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no se puede hacer en Suecia por ser país frío y sí en el mediodía de Francia o en sus
costas. En España más cuenta nos tenía poner en práctica el método de Hébert que el
120
sueco, por ser más fácil de enseñar, no porque sea mejor ni peor.”
Al contrario que sucedía con la escuela sueca, la escuela francesa de inicios del siglo XX
no era aceptada comúnmente. En los análisis de las distintas corrientes europeas de la
educación física, podemos encontrar duras críticas a los métodos de Demeny y Hébert, por
121
considerar que carecían de suficientes aplicaciones pedagógicas y bases científicas . Una de
122
estas críticas venía de Francisco Javier Fernández Trapiella (1904-1989) .
“Por encima de todas estas facetas inamisibles tiene dos principalísimas, que son: la
ausencia de movimiento educativo y la falta por completo de ejercicios correctivos. [...] el
método natural no puede ser un procedimiento de educación física, pues sólo llena, y
esto incompletamente, ya que no tiende a educar físicamente ni a corregir nuestras
tendencias naturales ni las asimetrías artificiales: sólo trata de desechar la superficial
123
tendencia a la inacción.”
120
Espartano, “Laminas gimnásticas de Amorós”, La Educación Física, marzo de 1919, nº 3, 29.
121
J. Soler Damians, Assaig d’un pla…, Marcelo Sanz Romo, Cultura física (Madrid: Manuales
“Germen”, 1932).
122
Emilio Nieto López, “Trapiella sigue vivo y es necesario revisar su obra”, Revista Española de
Educación Física y Deportes, nº 16 (2010): 77-92.
123
F. J. Trapiella, Ciencia y arte de la educación física (Toledo: de Rodríguez y Cª, 1933), 120-123.
124
George Hébert, El sport contra la educación física (Barcelona: Imp. Mercantil, 1925), 9.
125
M. D. Salas, “Gimnasia artificial y gimnasia natural comparadas”, La Escuela Moderna, nº 392
(1924): 329-345.
126
G. Pérez Acosta, “La educación física I”, La Vanguardia, 21 de julio de 1925,10.
127
G. Pérez Acosta, “La educación física III”, La Vanguardia, 8 de octubre de 1925, 18.
157
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éste había quedado abandonado en todas las naciones que inicialmente había hecho furor,
para suplirlo por el método natural:
“La moda que se estableció con el método sueco y que repito se ha concretado siempre
a simples ejercicios llamados educativos, de extremidades y tronco, fue debido más que
nada a la facilidad en la ejecución y la visualidad de conjunto que sedujo en los primeros
momentos a todos los que no tuvieron formado nunca un verdadero concepto de los que
debe ser la gimnasia práctica utilitaria. […]”.
Comprendo que tendré que sostener una verdadera batalla por el mero hecho de querer
establecer el método cuya ejecución lleva consigo un cambio radical en nuestra manera de ser,
pero el cambio de método se impone de manera imperiosa, es preciso despertar del letargo
que por largo tiempo nos tiene sumidos, casi en el sueño de los justos, por lo menos en cuanto
a educación física se refiere. […]
En el terreno de la educación física, hay que esperar, que nuestro país no quede a la
zaga de las demás naciones al no aceptar, en la presente oportunidad, la orientación, tan
evidentemente reconocida por todas las demás, en el sentido de establecer dicha educación
física obligatoria en todas las edades y a base de los ejercicios naturales, con prioridad a todos
128
los demás.”
En respuesta ante esta campaña propagandística por el método natural hubo también
quien se manifestó a favor del método sueco. En otro artículo en La Vanguardia, Isaías Padilla
129
argumento los inconvenientes del método natural versus las ventajas del método sueco .
Pérez Acosta matizó algunas de las aclaraciones sobre la concepción que se tenía en
España del método sueco. Sostenía que dicho método podía ser un complemento a la
gimnasia natural, pero nunca un substitutivo de ella. Asimismo, indicaba que la gimnasia de
aplicación o naturales, no era de uso exclusivo del método sueco, ya que se habían practicado
en todos los países mucho antes de nacer Ling. También hacía una aclaración al indicar que la
130
Escuela Central de Gimnasia no era representativa del método sueco puro .
Demetrio F. Salas Maturana (1872- ca. 1952), autor chileno cuya influencia fue muy
significativa en el entorno de la cultura naturista de los años treinta, puso sus críticas en
131
desacreditar los métodos de gimnasia artificiales . En Higiene Biológica (1925) atendía las
diferencias entre la gimnasia “artificial y la “natural”. Consideraba la gimnasia artificial como
aquella que se fundamentaba sobre la base del estudio de la anatomía y la fisiología y que
estaba representada por los métodos llamados sueco, francés y alemán de cultura física (y los
métodos de Sandow y Desbonet). Por otro lado, manifestaba que la gimnasia natural era
aquella “instintiva”, más acorde con el movimiento animal y la vida misma que protagonizaba
Hébert. Así consideraba que la gimnasia artificial ya no podía seguir argumentándose como
agente de regeneración humana, de las naciones y de las razas.
Por otro lado, el juego escolar como alternativa a la normativizada y aburrida gimnástica
132
tenía respuesta en las obras de Ketty Jentzer y José Eleizegui (1879-1956). Este último
defendía el juego en la educación física y se manifestaba contrario al generalizado abuso de la
gimnástica sueca en la edad infantil, con lo cual se perdía el tiempo de la clase de educación
128
G. Pérez Acosta, “La educación física III”, La Vanguardia, 8 de octubre de 1925, 18.
129
Isaías R. Padilla, “El método sueco y el de Hébert II”, La Vanguardia, 28 de agosto de 1925, 4.
130
G. Pérez Acosta, “La educación física”, La Vanguardia, 27 de septiembre de 1925, 5.
131La obra de Demetrio Salas fue muy divulgada en los círculos naturistas catalanes (Barcelona) y del
levante español (Valencia). Se destacan las publicaciones: Demetrio F. Salas, Higiene biológica (Santiago
de Chile: Ed. Nascimiento, 1925), Demetrio F. Salas, Educación físico-biológica (Barcelona: Magazim
Pentalfa, 1932). Demetrio F. Salas, Higiene biológica (Valencia: Ed. Guerri, 1930).
132
Ketty Jentzer, Juegos educativos al aire libre y en casa (Madrid: Ed. Francisco Beltrán Librería
Española y Extranjera, 1921)
158
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física, sin los juegos corporales, que era el mejor ejercicio físico que podían realizar los
133
escolares .
El impulso que los estados y los nacionalismos concedieron al deporte después de la I
Guerra Mundial, cuya razón de ser envolvía las disputas simbólicas de las nuevas formas de
hacer la guerra con otros medios, puso en escena la obra más crítica de Hébert, El sport contra
134
la educación física , cuyo discurso inconcluso trasciende controvertidamente en la
135
actualidad .
9. Discusión y conclusiones
133
José de Eleizegui, Los juegos en la infancia (guía médico-pedagógica para padres y maestros
(Barcelona: Sociedad General de Publicaciones, ca. 1924), 140.
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