Está en la página 1de 2

Técnicas del Teatro

Relajación
La edad de nuestros alumnos, su revolución hormonal, los exámenes y otros
elementos hacen que acudan al aula nerviosos y alterados. Nosotros mismos,
acusamos el estrés muy a menudo.
Lo primero que hay que hacer para trabajar la relajación es crear un clima
adecuado. Puede ayudarnos bajar un poco las persianas o la luz, no totalmente.
Después pondremos una música relajante, chill-out, por ejemplo. En Youtube se
puede buscar “música japonesa para relajación”.
Activación
En ocasiones, la actitud de los adolescentes es contraria a la que describíamos
anteriormente. Están cansados, abúlicos, sin ganas de nada. Así también es muy
difícil motivarlos para hacer cualquier actividad de aula. Si empleamos cinco
minutos de la clase haciendo un ejercicio que los active, durante el resto de la
hora trabajarán más y esto que en principio puede parecer una pérdida de tiempo,
hará que mejoremos el rendimiento y aprovechemos más la sesión.
No es necesario que las preguntas tengan ningún sentido ni orden alguno, pero
podemos hacer una variante y proponerles que hagan preguntas sobre nuestra
materia. No se responde a ninguna, sino que se contesta con otra pregunta lo más
rápido posible.
Una vez que hayamos terminado el juego porque hayan pasado todos por el
primer puesto, les indicaremos que se sienten y podemos comenzar la clase
respondiendo a algunas de las cuestiones que se plantearon en el juego.
Concentración
Esta es la piedra angular de cualquier actividad de aprendizaje: conseguir que los
alumnos se concentren en la tarea. Existen muchas técnicas para trabajar la
concentración, que podemos aplicar simultáneamente en varias materias.
Proponemos una que se base en listas de palabras.
 Necesitamos un listado que los alumnos deban memorizar, por ejemplo la
conjugación verbal, la tabla de multiplicar, los ríos de Europa, etc.
 Colocamos a los alumnos en una fila de frente al profesor: todos deben
haber memorizado la lista de contenidos completa aunque daremos a cada
uno un puesto en la fila y una parte del texto memorizado. Iremos indicando
a cada alumno que repita una parte, de forma alterna para que todos
tengan que estar preparados porque no saben en qué orden les va a tocar
ni qué parte de lo memorizado tendrán que decir.
 En medio introduciremos palabras que no tengan relación con el texto
memorizado, por ejemplo: dos por una dos, dos por dos cuatro, dos por tres
seis, “manzana” dos por cuatro ocho, “manzana” dos por cinco diez,
“manzana y silla” dos por seis doce, manzana y silla” dos por siete catorce,
“manzana, silla y África” dos por ocho dieciséis…
Esta técnica se puede realizar inmediatamente después de alguna de las dos
anteriores (relajación y activación) combinándolas, lo cual mejorará la atención del
grupo.

Memorización
Durante años hemos pasado de un estudio totalmente memorístico a otro que
eliminaba completamente la memoria como recurso de aprendizaje. Todos
sabemos que los extremos en uno u otro sentido son antipedagógicos. A pesar de
que el alumno deba comprender los textos que lee, es necesario que memorice
ciertas informaciones sin las cuales no podrá avanzar en el aprendizaje de las
diferentes materias.

Vocalización
Es muy común en nuestros alumnos y en los adolescentes en general, la
tendencia a vocalizar lo mínimo posible haciendo que apenas sean entendibles
sus discursos. Si conseguimos que mejoren la vocalización, su expresión oral
habrá ganado bastante. En teatro existen muchas técnicas que nos ayudan a que
los alumnos mejoren en este aspecto, esencial para su vida académica, sus
relaciones personales e incluso, su futuro profesional:
 Es muy conocida la de ponerse un lápiz atravesado en la boca e intentar
hablar con él.
 Otra que da bastante buen resultado es la del “espejo”. Una pareja de
alumnos se sitúa frente al mismo espejo. Ambos tienen que hablar sin emitir
sonidos, de forma que el compañero entienda lo que el otro le quiere decir
sólo leyendo sus labios, el espejo sirve para que cada alumno compruebe
su propia vocalización.

También podría gustarte