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Te Miro - Magalí Tajes

Te miro dormir y siento que sos la persona más linda


del mundo, aunque en este momento tengas la
expresión enojada, probablemente por mi intensa
manía de tocarte el pelo. Tengo miedo de que te
despiertes y me preguntes: ¿Qué hacés? Tengo miedo
de que me lo preguntes porque realmente no sé qué
hago tocándote el pelo hace más de media hora. Creo
que es una necesidad, sabés, la de tocarte, digo. Es
como si el cuerpo me doliera si no lo hago. Te miro
dormir y siento que sos la persona más linda del
mundo. Yo sé que no conozco todo el mundo, pero
tampoco me hace falta. Una puede percibir bastante
el mundo sin conocerlo. ¿Viste esos días en los que te
levantás triste y no sabés decir la razón? Bueno, yo
estoy segura de que es el dolor del mundo que cada
tanto se nos cala en los huesos. El dolor es tan fácil
de sentir… con el amor la cosa es un poco diferente.
Difícil, sí. Porque los malos momentos vienen solos y
de repente, pero el amor se construye y lleva tiempo.
Debe ser el amor el que me hace verte como la
persona más linda del mundo, aunque no lo conozca.
Al mundo, digo. Del amor escuché algunas cosas,
sabés. Que duele. Que es mutuo. Que si no es mutuo,
se parece al amor, pero es otra cosa. Que se termina,
a veces. Que te da sensaciones raras en la panza. Que
nunca te completa, pero sí te parte. No tiene buena
fama el amor, pero todos lo buscan. Te miro dormir y
siento que sos la persona más linda del mundo. Y que
si no lo fueras, igual te querría durmiendo al lado, por
hacerme sentir que lo sos. Queda cursi, sabés. Pero a
veces hay que ser cursi, digo. Porque de todas las
millones de personas que están existiendo, vos sos la
que me moviliza. Y en este momento, sabés, ahora,
digo, sigue habiendo enfermedades, guerras,
muertes, balas, policías reprimiendo, políticos
estafando, pibes robando cosas que no querían robar,
pibes disparando a personas que no querían ser
robadas, sigue habiendo pibas secuestradas, y
millones y millones de tipos y tipas infelices,
asfixiados en una vida que los va a matar de angustia,
si no es que los y las matan antes las pastillas que
consumen para tapar esa angustia. Sigue habiendo
corrupción, xenofobia, pedofilia, homofobia. Sigue
habiendo injusticias. Sigue habiendo todo, pero te
miro dormir y yo me olvido.
Por un rato, el mundo se vuelve un lugar habitable.
Para ser honesta, hermoso. Hasta pienso que quizás
tu ceño fruncido no sea producto de mi insistencia en
tocarte el pelo, sino la manera inconsciente que tenés
de estar en desacuerdo con lo horrible del mundo.
Y sonrío, triste. Me pregunto cómo hacés vos para
olvidarte un rato del mundo cuando no tenés la
suerte, la increíble suerte, de verte durmiendo.

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