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“Aprendizaje y métodos para

niños con discapacidades


auditivas”
¿Cómo enseñar a niños sordos?
A ciertas edades, los niños son esponjas capaces de absorber todo el conocimiento que
seamos capaces de transmitirles. Esto lo saben bien los profesores, acostumbrados a
tratar diariamente con toda clase de alumnos, desde los más concentrados a aquellos que
se distraen con el vuelo de una mosca. Todos ellos, como decimos, tienen en común una
capacidad innata de aprender con facilidad.
Y cuando hablamos de niños con alguna discapacidad auditiva, la situación en la misma.
Enseñarles materias algo complicadas como inglés, matemáticas, música o, incluso, los
colores puede ser una tarea algo costosa para los niños sordos. En niños con algún tipo
de sordera, los profesores tienen el mismo problema con la dificultad de la discapacidad
auditiva que pueda tener el alumno. En ningún caso sería correcto pensar que estos
pequeños aprenden de una forma diferente al de resto de niños, los que oyen
perfectamente. Por supuesto, y dadas las circunstancias asociadas a padecer algún grado
de sordera, sí que existen algunos mecanismos de enseñanza que los docentes deben
conocer para poder desempeñar su labor.
Metodología para enseñar a niños sordos
 Refuerzo visual. Para ello, la pizarra será nuestro gran aliado. Todo lo que le
expliquemos a un alumno con discapacidad auditiva quedará mucho más claro si, a
modo de conclusión, lo apuntamos en un esquema sencillo que además puedan
grabar en su mente como referencia.
 Lectura labiofacial. Muchos niños sordos captan la información visualmente, es
decir, leyendo nuestros labios. Por ello, es importante tener en cuenta que sus
tiempos de aprendizaje son algo más largos que el del resto de alumnos. El
profesor debe tener paciencia en articular cada una de las palabras que forman
cada lección de forma sencilla y clara y a una velocidad moderada para que
el alumno pueda leer los labios. Este tipo de lectura no es algo tan sencillo (en el
mejor de los casos la comprensión sólo alcanza al 30% del mensaje).
 Trabajar en grupo. Precisamente por esa necesidad de tener que concentrarse en
cómo se mueven nuestros labios, a la hora de hacer trabajos grupales es
conveniente no formar grupos de más de tres o cuatro niños. De esta forma
facilitaremos las cosas para todos.
 Un lugar estratégico. Todos los niños requieren de una atención personalizada en
el aula, pero parece justo que aquellos que tienen más dificultad para escuchar
dispongan de un sitio privilegiado, a poder ser cerca del profesor y con una buena
visibilidad del resto de la clase. Los niños se beneficiarán de la lectura bio-facial.
 Evitar ciertos tics. El profesor debe procurar no poner obstáculos en la boca que
dificulten la comunicación, como, por ejemplo: un bolígrafo o la propia mano. El
profesor debe procurar no poner obstáculos en la boca que dificulten la
comunicación, como, por ejemplo: un bolígrafo o la propia mano.

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Existen materiales visuales que ayudan a facilitar esta comunicación entre profesor y
alumno con dificultades auditivas. Estos recursos visuales pueden ser:
 Mapas
 Fotografías
 Recursos tipográficos
 El uso del ordenador
La vía visual es importante para el desarrollo en el aula de los niños con problemas
auditivos. Fomentar esta parte junto con los distintos avances tecnológicos y apps para
enseñar a los niños sordos ayudarán en su rendimiento escolar. Los juegos y la
adaptación curricular en las clases también benefician a que el alumno se sienta parte de
la clase sin quedar excluido en ningún momento.
Niños son sordera profunda
El recurso visual es aún más importante para los niños a los que se le ha detectado
una sordera profunda. Si los profesores tienen en su clase a algún niño con sordera
deben potenciar:
 Poner en práctica el sistema bimodal que consiste en combinar el lenguaje oral
junto con la Lengua de Signos.
 Emplear el recuerdo para ayudar a los alumnos a recordar cómo se pronuncia un
fonema y que servirá de apoyo a la lectura labio-facial.
 El poder de la dactilología. Consiste en emplear la técnica de hablar con los dedos
y las manos. En este caso, haremos un “escritura en el aire” para representar las
letras de forma manual.
La participación del alumno sordo en clase
Una de las preocupaciones más habituales en los profesores es motivar al alumno para
que active su participación en clase y con el resto de compañeros. Estas herramientas
van a ser de gran ayuda para que los alumnos levanten la mano y quieran participar de
las actividades que se desarrollen en el aula:
 Ser conscientes de que algunas de los alumnos con problemas de audición
llevan un audífono. Por lo que oyen mejor, pero no los convierte en oyentes.
 Intentar comunicar de la forma más expresiva posible. El profesor o ayudante de
aula debe apoyarse en el movimiento corporal, gestos naturales, mímica… y otros
recursos.
 Los sordos profundos no oyen muchos de los sonidos que percibe una persona
que oye bien y, además, otros les llegan distorsionados. Lo que dificulta su
problema del habla. El profesor debe corregirle, pero nunca desanimarles si no

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consiguen una buena pronunciación. Aquí la figura del logopeda es de vital
importancia.
 Preguntar si el alumnado se ha enterado y ha comprendido bien la lección y los
mensajes. Repetir la información con frases más sencillas puede ser la solución
para que no aparezca el desánimo.
 Buscar aulas poco ruidosas que faciliten el proceso de la labio lectura, ya que los
ruidos pueden distorsionar los pocos sonidos que un alumno sordo recibe a través
de sus audífonos, produciendo interferencias en ellos a veces muy molestas
(como, por ejemplo, dolor de oído, de cabeza…).

 Evitar reflejos en la zona de la pizarra y el espacio donde explica el maestro.

 Apoyo de la psicología para dar ánimos y transmitir seguridad a los chicos y chicas
sordos explicando que no pasa nada por equivocarse.

 Planificar las actividades que se van a realizar previamente. en el aula, ya que


algunas pueden ser dificultosas para los niños con pérdidas auditivas (debates,
visionado de una película…).

Preparación del material para el profesor


Aunque el profesorado prepara sus clases con antelación sabiendo las características y
curso de casa alumno, no está de más que tenga en mente estas pautas si en el curso
hay una persona con algún tipo de sordera:
 No utilizar frases demasiado largas.
 Facilitar resúmenes escritos para que los niños sordos tengan que tomar apuntes
lo menos posible y les ayudará a ordenar y comprender la información.
 Usar un vocabulario cotidiano y menos técnico.
 Dividir los temas en partes si son demasiado densos.
 Usar oraciones causales y condicionales claras.
 Asegurarse de que el alumno sordo ha comprendido los términos o lecciones
importantes. Es importante saber que un alumno oyente necesita entre 30 y 60
exposiciones para aprender una palabra nueva.

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