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La gente quería compartir momentos importantes y qué más fácil que la versatilidad de
Internet para ello. Kodak olvidó que su misión no era generar las mejores tecnologías para
imprimir fotografías, sino que ayudar a la gente a compartir momentos importantes. Si
bien invirtieron recursos en lo digital, incluso lanzaron una plataforma para compartir fotos
online, no fue suficiente. Se requería un cambio radical.
Aferrarse a lo que les dio muy buenos resultados en el pasado, se convirtió en un lastre
para Kodak: querían a toda costa incentivar a la gente a imprimir las fotografías, pero las
reglas del juego habían cambiado: lo análogo estaba destinado a ser desplazado por lo
digital, y las imágenes físicas por las virtuales.
¿Cuál era su estrategia?
La misión de Kodak era y es " proveer a sus consumidores con las soluciones necesarias
para capturar, almacenar, procesar, generar y comunicar imágenes donde sea y cuando
sea ". Resulta sorprendente: una misión así debería haber impulsado a Kodak a resumir,
cuando no a liderar, el desarrollo de la fotografía digital.
Kodak tuvo la oportunidad de liderar la revolución digital en los 90, pero optó por seguir
exprimiendo la vaca lechera de la fotografía tradicional. El negocio de los carretes y el
revelado era altamente rentable, mientras que la fotografía digital implicaba un concepto
"do it yourself" que requería pensar en nuevos modelos de negocio. Sin embargo, ¿acaso
el hecho de que el nuevo mundo digital no fuera tan rentable justificaba la decisión de
aferrarse al negocio de siempre? La respuesta es no. Si Kodak no daba el salto, otros lo
iban a dar. Y siempre es mejor pasar de un negocio grande a uno mediano, que quedarse
con un negocio inexistente
Empresas como Canon, Nikon o Sony dieron ese salto. Tenían poco que perder y su
estrategia fue mucho más atrevida. Cuando Kodak quiso reaccionar, ya no era nadie en el
mundo de la fotografía digital.