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LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: La Lujuria, en la Catedral de


Huesca (I)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (05/05/2011)

(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el
agradecimiento por su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la
belleza del románico y del gótico, a mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Tímpano de entrada a la Catedral de Huesca, presidido en su


centro, por una Virgen María con Niño, sostenida sobre una zapata con una figura que se
denomina -o entiende- como representación de "La lujuria". La escena se interpreta
como el "castigo a la lujuria", al considerarse que María pisa aquella alegoría de lo
obsceno. Podemos observar en las fotos, bajo La Virgen y en la ménsula debajo de sus
pies, la mencionada escultura con una mujer desnuda, cuyos pechos están mordidos por
dos animales (que comúnmente se identifican con culebras, a las que sujeta y amamanta
a modo de nodriza). Dicha representación se suele considerar en iconografía románica y
gótica de "la adúltera" o "la lujuriosa".

Pese a ello, creemos que su origen y simbolismo es más profundo; ya que tal como los
expertos opinan, las figuraciones e iconografías del Románico -que hereda el Gótico-,
nacen de religiones ancestrales y antiquísimas. Ello, porque durante esta etapa del final
de la Alta Edad Media, la Iglesia hubo de catequizar a un pueblo absolutamente
paganizado, arraigado a costumbres y usos populares, anteriores al Cristianismo. Debido
a que el Románico se desarrolla en plena época de Reconquista o de dominio árabe, por
lo que su arquitectura y lugares sacros se elevaron en su mayor parte en zonas muy
alejadas del las urbes (en pleno campo). Siendo la aldeas del norte de España y
fundamentalmente sus montañas, donde se extiende y difunde este estilo. De ello, que
sus iglesias se vieran en la necesidad de aceptar y asimilar las costumbres de gentes
paganas (del pago = campo) y representar en sus fachadas y en sus interiores, no solo las
figuras bíblicas o religiosas, sinó también esculturas relativas a supersticiones,
costumbres y creencias populares. Después, el Gótico, recogería esta imaginería
"ancestral" o pagana, entre las que muchas de sus figuras son representaciones de seres
mitológicos y de alegorías fantásticas,solo nacidas del pueblo.
BAJO ESTE PÁRRAFO: Detalle de la mujer amamantando bestias, que se identifican comunmente con
serpientes, teniéndose así por la figura de La Lujuria. Pese a ello, si aumentamos las fotos veremos que
dichos animales que cuelgan de los pechos de esta rara "matrona" parecen mas bien perrillos. Pues tienen
dientes y patas. Desde este punto comenzamos nuestros análisis, iniciándolo centrado en la iconografia y las
posibles representaciones de esta escultura, que se considera una mujer mordida por culebras en sus senos.
Muy importante, al comenzar nuestro estudio sería ver representaciones con significados iconográficos
similares a la que nos interesa. Por ello, empezaremos por exponer brevemente lo que nos dice sobre figuras
cercanas a ello Cesare Ripa, en su "Iconología" (Ed. Akal Madrid 2002). En este tratado, La Lujuria se
describe como una mujer con pelos largos y rizados, casi desnuda y muy hermosa, que
lleva en su mano una perdiz y se sienta sobre un cocodrilo; habida cuenta de que como
describe Ripa, el cocodrilo es animal de un apetito carnal y sexual terrible ( Tomo II, p.33).
Una página después, en el mismo libro, veremos que en todo caso se puede representar
La Lujuria de manera similar y sobre un carnero, pero que realmente en nada se parece
a la imagen que arriba se contiene (la dama mordida por culebras).

Por su parte, El Adulterio, se simboliza como un joven regordete, ricamente vestido que
con la mano derecha sujeta una serpiente y una murena, ambas entrelazadas; en su
mano izquierda tendrá una alianza de oro partida (Tomo I, p.69). Por lo anterior, en lo único
que se puede asemejar la iconografía clásica del adulterio a esta que hemos visto arriba,
es en las dos culebras. Ello siempre que supusiéramos que en la imagen que hay bajo La
Virgen en la fachada de la catedral de Huesca, amamanta a dos serpientes (pues tienen
dientes y patas... ¿?). Todo ello, nos lleva a intentar buscar nuevas interpretaciones a la
ménsula que estudiamos, para lo que sería de gran importancia tener en cuenta varios
aspectos que Cesare Ripa en su obra ya citada, menciona.

En primer lugar, veremos otras figuras que también se sirven de serpientes o culebras,
como símbolo de inteligencia (o hasta, de bondad), y que coinciden más con la
iconografía definida en la mencionada estatua de la fachada. Entre las que se puede
destacar la representación de La Concordia Militar; que es una mujer armada, quien
sujeta entre sus manos varias serpientes. Siendo los reptiles la imagen de la sabiduría
unida a la inteligencia y la fuerza de la milicia, que la dama controla (Tomo I, p.210). Por su
parte, La Eternidad, también se representa como una mujer con ropa de matrona, quien
con su mano derecha sujeta una gran culebra que se enrosca en sí misma, llegando a
introducirse la cola, en la propia boca del reptil. Esta sierpe que se muerde "el rabo", es
el símbolo de lo eterno, por cuanto significa el principio y el fin unidos ( Tomo I, p.329).

Para observar la complejidad que puede suponer el análisis de lo que estudiamos, si


consideramos que son culebras aquello que muerde los senos de la horrible dama en la
fachada, seguiremos exponiendo que de ser La Herejía, se representaría como una vieja
desnuda con los pechos caídos y con culebras en las manos; portando un libro en una de
ellas, de donde han de nacer las sierpes (Tomo I, p. 464). Viendo facilmente que esta última
imagen descrita, se acerca posiblemente mucho más a lo que parece representado en la
Catedral de Huesca. Aunque incluso pudiera ser La Ingratitud, que se simboliza como una
mujer vestida en tonos de herrumbre y que lleva una sierpe sobre su seno, a la que
acaricia; tanto como una segunda representación de la misma, es la de una fémina
revestida de plantas que sujeta dos culebras con sus manos; una de ella macho que mete
su cabeza en la otra, que simboliza la hembra (Tomo I, p.525).

No deseándonos extender demasiado en iconografías similares a la que tratamos,


simplemente diremos que la "Lamentación de los Bienes Ajenos", es una mujer vestida
de negro, cuyo pecho izquierdo es mordido por una serpiente (II, 12). La Medicina, es una
anciana con un bastón (caduceo) del que sale una culebra y lleva un gallo en otra mano
(II, 48). La Prudencia, es una mujer que sujeta con una mano la cabeza de un muerto y con
otra la de una serpiente (II, 237). La Salud, una fémina con una culebra en una mano y con
un gallo en la otra (II, 291); y por último, La Sustancia, una matrona con los pechos llenos
de leche, con los que alimenta y lleva espigas o uvas a sus lados (II, 351).

Visto lo anterior, comprenderemos que la identificación del icono que tratamos es algo
difícil, máxime cuando hablamos de una representación gótica; época en la que es
normal salir del contexto y figuración clásicas. Creando nuevas simbologías, complejas,
nacidas de imágenes tomadas del románico (que representaba escenas paganas o
imaginería popular y campestre, ajenas a la religión). Pero, antes de intentar buscar su
significado, profundizaremos más en la imagen, basándonos en lo que los expertos
aseguran que es, afirmando que se trata de "la dama lujuriosa" mordida en los pechos
por dos sierpes. De tal manera, intentaremos encontrar serpientes y figuras parecidas a
la que estudiamos en Huesca.
EN LA IMAGEN SOBRE ESTAS LINEAS: Perros-culebras de la basilica de San Vicente de Ávila (Imagen tomada
del libro "Bestiario románico en Castilla-León y Cantabria", de Jesús Herrero Marcos; Palencia 2006). El
significado de este capitel es de difícil comprensión, aunque pudiera estar relacionado con el entorno, dado
que en el cenotafio vemos el martirio de San Vicente y de sus hermanas, quienes tras haber sido muertos por
un infiel (al huir de Evora, que se supone, Talavera); aquel que les había matado luego fue atacado por una
gran culebra. La unión del perrillo con la sierpe en la imaginería románica se da, generando un animal
fantástico muy relacionado con el "Ouroboros", la sierpe gigante que se muerde la cola y que en la mitología
nórdica es el dragón que habita bajo la tierra. Pudiera darse el caso de que aquello que amamanta la dama
de la Catedral de Huesca fuera un perro-culebra... Aunque no expresamos esta idea con pleno
convencimiento

Por su parte, si la dama que estudiamos realmente estuviera mordida por dos culebras (o las amamantase);
como ya hemos dicho, ello nos llevaría a incluirla entre la serie de figuras llamadas "La Adúltera" (en
imagería románica). Pese a que, como vimos, no se corresponda con la iconografía clásica de La Lujuria, ni
menos con la del Adulterio. Pero se tiene como cierto que estas mujeres representadas en las iglesias -con
sierpes que muerden sus senos-, son la lascivia o el pecado carnal. Pese a ello, querríamos presentar otras
figuras en las que la víbora come la cara de la mujer, por mostrar que quizás no sea tan fácil argumentar que
aquellas féminas que amamantan reptiles, representen tan solo a la lujuria.
SOBRE ESTAS LINEAS: Imagen tomada del libro de Jesús Herrero Marcos (antes citado). Capitel de la iglesia
de San Andrés de la ciudad de Ávila, en el que vemos claramente como unas grandes serpientes comen la
cara de una persona, que está junto a otra -se observa un segundo rostro que parece de mujer, tras la sierpe
de nuestra izquierda-. Al lado derecho, parece que se sitúa un león o un caballo, en la otra cara del capitel.
A nuestro juicio, ello puede referirse a la escena de Laoconte, sacerdote de Troya; quien habiendo profanado
el santuario teniendo relaciones sexuales con su mujer en el interior de este, fué castigado por los dioses,
que les enviaron dos grandes ofidios, que devoraron a sus hijos (de lo que intentó inutilmente salvarles). Ello
sucedió durante el asedio y la entrega del famoso Caballo de Troya, mientras le fué encargado a este
sacerdote que inmolase un gran toro a los dioses (algo a lo que puede referirse el animal que hay junto a las
personas devoradas por las culebras, que parece el Caballo de Troya o un Toro-León). Lo más importante de
todo ello, es que aquí podríamos encontrar la relación mitológica e iconográfica, entre la lujuria y las
serpientes comedoras de humanos. Habiendo sido Laoconte y sus hijos, atacados por las grandes sierpes
debido a su lascivia, tras unirse este con su mujer, en el interior del templo.

EN LA IMAGEN JUNTO A ESTAS LINEAS: Capitel de la Catedral de Santiago de Compostela con una mujer a la
que dos ranas le chupan los pezones, mientras sujeta dos culebras. En la capital gallega llaman a aquellas
representaciones "La adúltera", pese a lo que nosotros creemos que su simbología es más profunda y procede
de ritos y mitos mas antiguos.

Visto un nexo que puede explicar la unión plena entre la mujer mordida por la sierpe y la imagen de "la
lujuria", pasaremos a exponer que son muchas las estatuas conteniendo matronas amamantando sapos,
reptiles y culebras, a lo largo de todo el Camino de Santiago. En opinión del anteriormente mencionado,
Jesus Herrero Marcos (estudioso del Románico, tanto como de su imaginería y simbología) esta mujer con
culebras en sus pechos no es otra mas que "la imagen del pecado de la lujuria". Otros, quizás atendiendo más
a cuanto de popular contiene el Románico, consideran que procede la escena de una leyenda que se repite
entre los pastores del Norte de España. De tal manera, en internet podemos encontrar múltiples textos que
hablan de esta narración que menciona el caso culebras que maman. Siendo interesante un blog llamado
"elblogdeayoo.blogspot.com", que en su entrada intitulada "Culebras bebedoras de leche", nos comenta esta
historia mantenida de padres a hijos, en la que se dice que las serpientes se introducen en los establos para
chupar la leche a cabras, ovejas y a las vacas.

Él lo explica comentando que muy probablemente el cuento o la superstición nace de que al meterse las
culebras a cazar ratones, entre las pajas de las que han de ser ordeñadas. Este ganado -ovino o bovino-, al
ver la presencia de un reptil, queda con la leche cortada del susto y que quizás por ello se diga que la víbora
le ha mamado, dejando vacía la ubre. Por su parte, un segundo tema más peculiar es aquella historia popular
que narra como a los ofidios les gusta tanto la leche, que cuando una mujer está en lactancia, se acercan
hasta ella mientras duerme para chuparle. Y que hasta incluso, mientras las madres dan de mamar al niño,
viene la culebra y confunde a la matrona, poniendo la boca en lugar de la del bebé, al que para que no llore,
mete la cola en su boquita (a modo de chupete). Historia que por muy real que nos digan que es, se debe a
otros motivos, más bien relacionados con la simbología. Porque quizás nace igualmente del temor de las
embarazadas y las lactantes, hacia las culebras; sufriendo estas el mal llamado ofidiofobia, que consiste en
que cualquier animal (e incluso objeto) que les recuerde a una sierpe, les produce vómitos, nauseas (tanto
que solo pensar en serpientes, les corta la leche a las madres). Por lo demás, lo que sí es absolutamente
cierto es que a las culebrillas les encanta la leche, y que por ello el medio más fácil de cazarlas en casa era
el de poner cebos de esta envenenada, en cuencos escondidos.

Siguiendo con portales de internet que nos hablan de esas conocidas leyendas sobre serpientes que maman,
en el de "Celtiberia", existe un artículo intitulado "Leche y culebras", firmado por Llengreo; que también
expone interesantes leyendas. Entre ellas, la creencia asturiana de que si bebes demasiada leche, cuando te
echas a dormir puede entrarte en el estómago y a través de la boca, una sierpe. Igualmente, narra como las
culebrillas, antes de ir a chupar los pezonas hipnotizan al animal, a la madre, o al niño, para que duerman y
poder succionar la leche. Narrando historias sobre El Cuélebre, de la mitología asturiana, serpiente alada que
se cazaba con una gran olla de leche, que al ser calentada atraía a la culebra voladora, que allí caía. Este
último relato, tan relacionado con aquellos otros que narraban como El Cuélebre se metía en los niños, tras
lo que había que sacarlo con leche; creemos que quizás puede tener su fundamento en las Tenias Solitarias.
Pues de niño siempre oí contar como aún se "sacaban" las tenias, del interior del intestino, colocando un gran
cazo de leche caliente junto al ano del que la sufría y esperando que "la culebra" saliera del cuerpo, que
había invadido (a beber la leche). Narraban que el proceso era largo y sufrido, pues había que esperar a que
el parásito saliera por completo y se introdujera en el cazo de leche tibio colocado en el recto (ya que de
tirar de ella, se rompía y quedaba dentro la cabeza, que seguiría viviendo y creciendo en el intestino
afectado). Estas historias y el "amor" de las sierpes por la leche y los huevos, han podido generar estas
leyendas, de las que quizás nacen las imágenes que recogemos.

Siguiendo con esta imagen de la sierpe, nunca debemos olvidar evidentemente que aquella es entre los
judecristianos el totem del diablo. Por lo que ofidio y demonio son dos símbolos que van tan unidos como
puedan serlo la cruz y el cristianismo. Ello, porque nuestra cultura nace principalmente de pueblos pastores,
que odian a la víbora que puede matarles al ganado y a ellos (cortando la leche de las ovejas y vacas,
simplemente con su presencia). Este odio se debe además al hecho de que cuando se conforma nuestra
civilización, el gato ya estaba domesticado y la sierpe no se necesitaba para ahuyentar a ratas ni a roedores
de los silos, o los pastos. Puesto que ancestralmente la sierpe fué adorada como animal de utilidad, ya que
previamente a la "creación" del felino doméstico (por los egipcios), parece que el único animal que podía
proteger los almacenes de grano y los sembrados, eran culebras. De lo que se usaban, semiamaestradas, para
evitar así que los ratones -o los conejos- acabaran con las cosechas. Aunque el problema de aquellas culebras
-por muy poco ofensivas que fueran- era que siempre atacaban y mordían, no pudiendo ser verdaderamente
bien domesticadas (por lo que se debió recurrir al gato). Y aunque algunas contienen un poder venenoso
terrible (principalmente las serpientes del desierto); otras, como las de zonas húmedas, apenas tienen
agresividad ni fuerza en sus colmillos que solo sirven para matar ratas y (a lo más) algún conejo. Siendo estas
las que se usaban en los silos y que fueron adoradas como imágenes de diosas.

Por cuanto decimos, ya en la Edad de Hierro, cuando nace nuestra civilización, el gato doméstico se había
dispersado por todo el área mediterránea, y la culebra era tenido port animal repulsivo, inútil y malvado. De
ello que se identifique siempre con el demonio en nuestras culturas y que así, con este significadp, aparezca
en cuantas imágenes de ofidios suele haber en las iglesias. Referente a ello, no hace mucho, Angel del Pozo,
publicó en El Norte de Castilla una lista de templos que aún tenían pieles de grandes culebras disecadas.
Comentando que algunas, habían sido traídas por los misioneros en los siglos XVII y XVIII, aunque en otros
casos, las apariciones de reptiles extraños y enormes en los templos, estaban unidos a leyendas, que
emparentaban estos monstruos con el dragón de San Jorge o con narraciones sobre la Biblia Adán y Eva, por
ejemplo). Así comenta el autor, que en Santa María la Real de Nieva (Segovia) existe una tremenda boa
disecada y llena de serrín colgada en sus paredes, con la que los sacerdotes ilustraban historias como las del
Paraiso. Aunque otros contaban que aquella gran culebra había crecido en el monte y tal era su tamaño solo
por haber sido alimentada con leche, por un pastor, al que luego atacó y que por ello la mataron y allí
colocaron (para que nadie alimentara culebras con leche).

La misma historia, casi exacta, existe en la ermita de la Virgen del Cañizo, en Zamora; en cuyas paredes
conservan también un ofidio relleno de paja, de dimensiones similares. Tanto como en Medina de Rioseco,
donde se habla siempre del cocodrilo que asoló aquellas tierras y que ahora cuelga en la iglesia de Santa
Maria. Algo muy similar a lo que pude ver hace años en la parroquia de San Gines en Madrid, que también
guardaba caimanes disecados, de los que se decía habían sido mostrados en el siglo XVII para enseñar y
probar ante los fieles la veracidad de la historia de San Jorge y el Dragón.
(continuará)

FOTO JUNTO A ESTE PÁRRAFO: Otro capitel del camino de Santiago. Esta vez de la iglesia de Teza, en Burgos,
donde podemos ver dos grandes ofidios que rodean la figura de una mujer, a la que chupan los pechos. Su
relación con el mito -o leyenda popular- de las culebras bebedoras de leche, parece fundada. Aunque no hay
que olvidar que realmente existe el tema de las tenias solitarias, tanto como el hecho de que a las serpientes
verdaderamente les encanta la leche. Por lo que esta terrible imagen de la culebra mamando de la mujer,
puede contener en el fondo una simbología antiquísima, relacionada tanto con la realidad zoológica del
ofidio, asi como con la imagen del sexo. Ya que como bien es sabido, la culebra significa el pene para el
inconsciente humano, lo que la identifica con el diablo, la tentación y la lujuria. Por su parte. obsevemos
que sobre las serpientes hay un ave a la izquierda y un caballo alado (caballo con cuerpo de pajaro). En el
siguiente capitulo del presente estudio, intentaremos descifrar estos simbolos tan complejos como
interesantes.

Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé


LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFIA: "La Lujuria", en la catedral de
Huesca (II)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (06/05/2011)

(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el agradecimiento por
su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la belleza del románico y del gótico, a
mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Catedral de Huesca en su parte frontal; fachada que da a la plaza. Podemos observar en ella el
tímpano de la entrada principal, donde se encuentra la escultura que estamos analizando. Como observamos, bajo ese
icono tiene que pasar todo aquel que desee acceder a la catedral, desde su puerta primera. Pues aquella, se encuentra
"presidiendo" el acceso al templo, estando situada justo debajo de la Virgen con Niño (como zapata o ménsula de esta, a
los pies de María).

Terminábamos la parte primera de este estudio con las imágenes de un capitel de la iglesia de Lastra de
Teza en Burgos, donde veíamos una mujer sobre la que se enroscaban dos grandes serpientes (esta
imagen, del final de la ultima entrada, la repetimos a continuación). Encima de los mencionados ofidios,
observábamos -a la izquierda- un pájaro; que claramente era un Ibis (o una grulla); junto a lo que parecía
una quimera: Un ave con cabeza de caballo, situada a la derecha. Evidentemente, pudiéramos pensar que
se trata simplemente de una representación de "la mujer malvada" o de "la adúltera" -tal como nos
dicen-, rodeada por dos seres fantásticos . Pero antes de simplificar así la solución de la imagen, en el
capitel de Teza, hemos de considerar y tener muy en cuenta que en esta época del románico, los monjes y
los sacerdotes eran personas de una gran cultura. Máxime si nos referimos a la cultura iconográfica y
mitológica, dado que en los claustros y "scriptoriums", realizaban a diario los clerigos las copias de libros y
textos; en su gran mayoría religiosos - cristianos, o grecorromanos- donde se recogían toda la mitología y
leyendas antiguas.
JUNTO A ESTAS LINEAS: REPRESENTACION CONSIDERADA "LA LUJURIA", EN LA IGLESIA BURGALESA DE TEZA

De ello, si reflexionamos sobre lo que figura en aquella escena de Lastra de Teza, donde una mujer es
rodeada por serpientes que le maman los pechos; atendiendo a los autores clásicos, podemos llegar a
conclusiones muy interesantes. Evidentemente, la fémina de la que hablamos, va tocada a modo medieval
-con la cabeza cubierta-; pero el resto de la imagen del capitel concuerda con otras iconografías que se
refieren a deidades y monstruos descritos en la Grecia antigua: Iliada (V, 714; VIII, 349; XI, 36) y en la
Odisea (XI, 623), en la Teogonía de Hesiodo (274 y ss), en Pindaro (Pit. XII y XIII) o en Apolonio de
Rodas (Arg.1515) o por Diodoro Sículo (III, 54 y 55). De tal modo,, si pensamos que aquellos ofidios que
rodean a la mujer son parte de ella misma y de su historia, podemos llegar a la conclusión cierta de que se
trata de una representación "metamorfoseada" de La Gorgona (Medusa). Que curiosamente cubre la
cabeza con moda del Medioevo, por lo que las serpientes salen de sus pechos (y no de los cabellos, como
comúnmente se dice).

La confirmación de que este capitel contiene una representación de la Gorgona se halla en el hecho de
que sobre aquella se encuentra un caballo alado, que sin duda es Pegaso -al menos a nuestro juicio-. Y así,
sabiendo que Pegaso nace cuando Perseo corta la cabeza de Medusa (Hesiodo Teog. 276; Estrabón VIII, 6,
21; Pausanias II, 2,5; Ovidio Met. IV, 784) ; podemos entender a qué se refiere la iconografía de esta
piedra de Teza, que estudiamos. Máxime si sabemos que la Gorgona, tal como dice Diodoro Sículo (III, 54-
55) era una reina del extremo Occidente que vivía en las inmediaciones del Océano. Tal identificación
entre Medusa y las reinas de las zonas occidentales, cercanas al "fin del Mundo", fué admitida por la
mitología clásica y de ello se consideró que aquella monstruosa deidad simbolizaba las zonas de nuestras
tierras atlánticas; gobernadas entonces por mujeres y donde el acceso se hacía casi imposible en
embarcaciones griegas (que naufragaban en el Océano, debido a la diferenia de oleaje con el
Mediterraneo).

Esas, nuestras tierras occidentales, donde el Sol se ponía; se suponía a su vez, que era el lugar donde el
Mundo acababa y donde comenzaba el infierno. Pues en un Mundo plano, que terminaba cerca de nuestras
costas, las aguas del mar allí caían del "plato terrestre" (en el Oeste final), hacia el Averno; donde se
juntaban con las aguas del cielo -con la lluvia-. De tal manera, al llegar los primeros griegos a nuestras
tierras -sobre todo a las atlánticas-, vieron que en ellas reinaban mujeres (vivían en ginecocracia los
iberos, tal como recogen los textos). Con lo que consideraron que allende "comenzaba el infierno",
existían unos monstruos, que gobernaban aquellas tierras del Occidente extremo; que vigilaban con sus
terribles sortilegios femeninos. Lugres a los que dieron una fama de tener unos peligros terribles y ser
dominados por mujeres sierpes. Mitos e historias que extendieron los helenos, con el fin principal de que
no visitasen nuestras ricas costas otros comerciantes.

Aquellas reinas iberas, fueron identificadas con las Grayas y las Gorgonas (muy relacionadas entre ellas);
que se consideraban las vigilantes y dominadoras del Atlántico. Por lo que además, a ello se une le
circunstancia, de que posiblemente en Iberia hubo adoradoras de la serpiente (como sucedía entre las
civilizaciones de agricultores). Por lo que se consideró y se dijo, que esas reinas eran demonios con formas
de culebras. El hecho que hace suponer que en nuestra tierra se adoró a la sierpe está en que uno de los
nombres que se daba al Norte de la Península fué el de Ophiussa -lugar de culebras-. Por lo que de todo
aquello (de las reinas y de los ofidios), se crearía esta leyenda-mito de las Gorgonas y de las Grayas, entre
las que destacaba Medusa: La monarca occidental, con pelambrera de sierpes y mirada mortal.

Como decimos, no debemos de olvidar nunca cuando mencionamos este mito de las Grayas y las Gorgonas,
a las reinas ibéricas que conocieron y mencionan los griegos. Pero si vamos a hablar del Románico es
obligado también recordar a Lupa Luparia, la que gobernaba la zona del Corcubión y Compostela, en la
época en que llegó por mar el cuerpo del apóstol (para ser allí enterrado). De tal manera, el mismo relato
de Santiago nos enseña que cuando arriba la barca que había traído el cadáver decapitado del Santo
(desde las costas de Israel hasta las de La Coruña, por efecto de la corriente). En aquellas tierras aún
paganas de la Galicia romana, gobernaba la reina Lupa Luparia; lo que muestra y demuestra (a nuestro
entender) que en este lugar existía un culto o templo de Venus-Astarté. Diosa reina fenicia, extendida por
toda la Península, en cuyos "sacros recintos" se practicaba la prostitución sagrada; de lo que aquella diosa
llamada por los romanos "del Lupanar" (de la prostitución), simbolizaria esta reina Lupa que gobernaba el
Corcubion a la llegada del cadaver del Santo. Deidad nacida de Astarté-Venus-Loba y que en mucho se
asimilaba también con la misma que había amamantado a los fundadores de Roma (Rómulo y Remo).
Quienes habían sido arrojados al Tiber y criados por la loba Capitolina.

Pero no nos adelantemos tanto a las conclusiones que podemos obtener de estas figuras de "las adúlteras"
o de las representaciones que denominan: "La Lujuria". Pues para comprenderlas habremos de explicar
paso a paso sus orígenes e interpretaciones. De tal manera, la que veíamos en el capitel de Burgos, en
Teza, afirmamos y creemos que al margen de representar "el pecado carnal"; se puede denominar
claramente como La Gorgona (Medusa). Tanto que dijimos como a su lado tiene a Pegaso, el caballo alado
que nace igualmente en las tierras occidentales y atlánticas. Un mito que de seguro procede por saberse
en la Antigüedad, que los equinos más veloces del Mediterraneo eran los del sur de Portugal (para su
comprensión, consultar mi obra "Higo, higa, higado y aojo" en El Cuerpo en La Tradición. Fundación
Joaquín Diaz, 2007; donde explico que el mito de las yeguas fecundadas por el viento en El Algarve, que
recogen varios autores clásicos, se relaciona con Pegaso, el caballo alado nacido de Medusa, la reina de
Occidente) .Por lo demás, sobre la otra serpiente que rodea a esta mujer (monstruo del capitel de Teza),
vemos una grulla. Algo que plenamente concuerda con la iconografía de la Muerte de Medusa. Ya que Las
Grayas -las grullas, en griego- igualmente vivían en el extremo occidente y eran otras "reinas" terribles,
que vigilaban el paso de los estrechos (posiblemente su mito, se refiere al de Gibraltar y sus dificultades
para cruzarlo). Estas Grayas, estaban emparentadas con las Gorgonas y gracias a ellas, Perseo consigue
conocer el camino para llegar hasta Medusa, a quien mata el héroe heleno, siguiendo los consejos de
aquellas viejas monstruosas denominadas grullas ( otras monarcas del Oeste).
Así es sabido que para dar muerte a La Gorgona, cuyos ojos convertían en piedra a todo aquel que la
mirase. Ideó Perseo poner frente a aquella un escudo, para que actuara de espejo y que con aquel reflejo,
Medusa se petrificase a sí misma. Tras aquello, cortó la cabeza a la reina horrible, cuyos cabellos eran
serpientes; momento en que el mito dice que nace Pegaso. Pero para comprender que la escena a la que
nos referimos es exactamente esta que describe el capitel, observemos no solo a Pegaso con la Graya
(grulla) y la diosa llena de sierpes. Sino, que además, con detenimiento, también veremos como Medusa a
quien rodean las sierpes, lleva en el centro del cuerpo un espejo-escudo, que sujeta y que de seguro es
aquel con con cuyo reflejo quedó convertida en piedra... ¿En capitel?...

Podemos hasta incluso preguntarnos si es ese el simbolismo de esta piedra tallada de Teza. Pues la riqueza
iconográfica que contiene esta imagen que hemos descrito, es solo comparable con su significado histórico
y mitológico. Todo ello, de seguro, porque la cultura de los monjes y sacerdotes en el románico era
enorme; fundamentalmente en lo que se refería a mitos, mitología, religión e iconología (grecolatina y
cristiana). Por otro lado; lo que parece claramente un espejo y que sujeta la dama en su vientre. Se
relaciona con un "omphallos" (ombligo) y con la imagen del embarazo y el parto. Con la de las Pitias que
guardaban el "pomphallos" y con el comienzo de Pegaso, nacido de la muerte de la madre, rodeada de
sierpes.

Por cuanto decimos, aquella mujer que en principio nos pudo parecer una simple representación de la
lujuria (la amamantadora de bestias), al menos en el capitel de la iglesia de Teza -en Burgos-, tiene una
simbología y significado profundísimo y mucho más amplio que una simple "dama adúltera". Simbolismo
sobre el que incluso, nos podríamos plantear de dónde procedería el recuerdo que aqui guardan. Al igual
que sus ritos, o los de estas reinas y deidades tan monstruosas que a los griegos tanto amedrentaban y que
situaban en zonas cercanas a nuestras tierras (Las Grayas, Las Gorgonas, Caribdis y Escyla etc). Unos ritos
y unas serpientes que se conservaron en los principales mitos griegos y que al referirse a Occidente, por lo
que es normal que los clérigos las representasen en las iglesias hispanas.

Aunque muy interesante sería también, intentar saber si en verdad hubo algún tiempo en el que reinas o
sacerdotisas, fueron veneradas como diosas de las serpientes (sobre todo en nuestras tierras). Pues ello
puede explicar el origen del mito y el temor de los helenos por aquellas religiones antiguas (u
occidentales) que veneraban a las culebras y que pudieron encontrar al llegar a la Peninsula, como restos
ancestrales de cultos antiquísimos. Para comprenderlo mejor brevemente estudiaremos lo que se llamaron
en Creta Minóica, las señoras de las sierpes o las diosas de la culebra (por algunos confundidas con
Britomartis). Pues en ellas puede haber una imagen relacionada sobre los cultos y ritos que permanecieron
en Iberia y que luego encontrasen los griegos al llegar a nuestras tierras.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Estatuilla minoica anterior al 1600 a.C., que es efigie de la famosa diosa o
sacerdotisa de las serpientes, cretense. Veamos como el parecido con la representación de la lujuria de la
que hablamos es mucho; tanto como el significado puede tener similitudes en su sentido sexual, relativo
al ofidio. Estas estatuillas pertenecen a una época en la que las deidades aún eran daimones, o dioses que
luego se llamaron demonios (nacidos en cuevas y con forma de culebra). Se trata de la Edad del Bronce,
época en la que la serpiente era aún de gran utilidad para guardar los silos y el grano. Pese a ello, vemos
como el gorro de esta sacerdotisa-diosa ya contiene en su parte alta un gato. Ello hace alusión clara a la
aparición del gato doméstico que sustituiría en sus funciones como guardían de los roedores, a la culebra
(tan adorada y cuidada, hasta que se domestica el felino).

BAJO A ESTAS LINEAS: Otra deidad de las llamadas diosa de las sierpes. Igualmente y como la de arriba, del
Museo de Herakleion, fechable en época anterior al 1600 a.C.. Observemos que de manera exacta a las
mujeres mordidas o amamantando ofidios, que representa el románico, van estas de Creta con el pecho
descubierto. Ello porque existe una conocida unión entre lactancia y la culebra de la que más tarde
hablamos; debido a que a las sierpes les atrae sobremanera la leche (tanto que antiguamente, el medio
más fácil para atraparlas era poniendo un cacillo -para envenenarlas o para amaestrarlas con esa leche
que se les daba-). Los orígenes de Iberia se relacionan culturalmente muchísimo con Creta, por lo que no
es de extrañar que al igual que el toro fué totem de la isla del Egeo y de nuestras tierras, la culebra lo
hubiese sido también aquí, durante la Edad del Bronce y a los comienzos del Hierro.
Una vez vistas estas figuritas que tanto se nos parecen a las que hemos presentado en los capiteles,
parece que podemos entender de donde procede este icono que llaman "La Lujuria". Por lo que deseamos
exponer -a grandes rasgos-, como era esta religión que aquellas mujeres cretenses profesaban y que tanto
horror (seguramente) les producía a muchos de los griegos, ya en época clásica. Pues es casi seguro que
en Iberia existieran cultos muy parecidos, que quizás se mantuvieron hasta bien entrada La Edad Media (y
de ello, posiblemente, que se recojan con tal profusión en los capiteles románicos y góticos escenas como
estas). Para comprender lo que significaba esta religión de la culebra, quizás baste con leer lo que recoge
R.W. Hutchinson sobre ese tema, en La Creta Prehistórica (Fondo de Cultura Económica. Mexico 1978.
Cap. VIII; La religión minoica) al escribir: "La serpiente doméstica que se alimentaba y reverenciaba como
el genio doméstico o el angel guardian del hogar ", aunque es un rito que no se ha acabado en Grecia.
Pues los campesinos aún liban leche, o ponen un cacito en las esquinas de la casa para aquella a la que
llaman "nicocires"(señora) o "zópacas" (genio del hogar). El motivo de este cuidado hacia tan aberrante
"mascota" nace del miedo a los ratones que en verdad transmiten malas enfermedades (no una simple
picadura). Tanto como al terrible poder destructivo para el cereal, las semillas y las cosechas, que tienen
los roedores. De tal manera, una civilización basada en el trigo (como fueron muchas de la antigüedad),
parece lógico que se sirviera de sierpes relativamente venenosas para defender sus casas y cosechas
(como la culebra bastarda -común- ibérica, cuya mordedura apenas produce más que malestar y fiebres).

De todo ello, parece lógico que se desarrollara una religión en la Edad del Bronce que adorase a los ofidios
-sobre todo cuando el gato no estaba aún domesticado-. De hecho y consecuentemente con ello, en Egipto
la sierpe era sagrada hasta que aparece el felino de casa, época en las que la diosa Mehent (la gran
serpiente protectora) se sustituye por Mafdet, deidad con cabeza de gato que mata a los ratones -y a las
culebras-. Pese a ello, la cobra siguió siendo adorada en Egipto siempre, pues parece que esta especie
ofidia es bastante fácil de domesticar, conoce al amo y era usada para proteger templos o tesoros (a mas
tumbas y de recintos sagrados). Consecuentemente, hubo una religión en la que aquellos dioses sierpes
eran los dueños y señores del templo; ritos que llegaron en parte a la Grecia clásica en la forma del culto
a la serpiente Pitón. Estando entre sus oficiantes las pitias (o pitonisas) y a la adivina Delfine (la culebra
delfín, del templo de Apolo de Delfos). Aunque en época tardía y clásica, aquella Delfine se sustituyó por
la forma de una mujer con medio cuerpo de delfín pez y no por la originaria, que era mitad culebra y
mitad persona.

Consecuentemente, vemos como estos ritos de los que procede el Oráculo de Delfos, vienen directamente
de aquellos anteriores cultos de Creta; nacidos en las épocas en las que estas diosas-sacerdotisas (que
vemos arriba, con culebras), reinaban en el mundo religioso. Sobre ello, Joseph Campbell en Las Máscaras
de Dios (Mit. Occidental; Cap. I "La desposada de la serpiente"; parte 2 "Zeus Meilichios") habla del templo
de Apolo en Epiro con las siguientes palabras, recogiendo una cita de Elio (autor del siglo III d.C.):

Es un "bosquecillo dedicado al dios, con un cercado redondo en cuyo interior hay serpientes, seguramente
que se interpretan como juguetes de la deidad (Apolo). Solo se les puede acercar la sacerdotisa virgen,
quien desnuda lleva la comida hasta las sierpes. Las gentes de Epiro dicen que estas culebras descienden
directamente de la Pitón de Delfos. Y de ello, si cuando la sacerdotisa se acerca, las serpientes se
muestran apacibles y comen benévolamente lo que les lleva, se dice que ello significa que habrá un año
de abundancia y sin enfermedades. Pero si se asusta y no comen los dulces de miel que les regalan, ello
augura lo contrario".

En las frases anteriores, comprendemos claramente lo que era el oráculo serpentario, tan comun en
Grecia y tan arraigado y tan normal, que en casi todas las ciudades importantes había una pitia y templos
de este tipo. Aunque eran recintos dedicados a los más antiguos dioses, llamados daimones y situados en
los bosques, donde se realizaba el rito de regalar dulces de leche con miel a la culebra, exvotos llevados
hasta la sierpa, para que se los entragase una sacerdotisa virgen (como las que vemos en las estatuillas).
En el análisis de Joseph Campbell, aquellas deidades correspondían a dioses de la Noche de los Tiempos
(la Prehistoria) y algunos de sus terribles ritos se conservaban. Esos horribles ritos consistían en inmolar
seres vivos, que normalmente eran cerditos; aunque se sabe que en otras ocasiones lo fueron, humanos....

Sobre estos rituales y lo que en esos templos sucediera, no nos puede caber la menor duda de que la
adoración al ofidio podía tener consecuencias nefastas para las sacerdotisas que lo llevaban a cabo. De
aquí, seguramente, el prestigio y el reinado de estas damas de las culebras en Creta y Grecia (donde eran
las "amas de los oráculos" -las pitias, con nombre de serpientes-). Algo que quizás ocurría de manera
parecida con el toro, del que vemos en los frescos minoicos como era igualmente reverenciado y toreado
por sacedotisas (a "la landesa", con recortes y saltos). No dejando lugar a dudas de que aquellos ritos
tendrían terribles consecuencias comúnmente para las mujeres que los hacían, muriendo muchas de las
oficiantes ante el dios toro, o ante las diosas sierpes.

Aunque aquello nos pueda parecer imposible que haya sucedido, máxime con un carácter sagrado y menos
que se haya representado en los templos (como la dama con serpientes o los hombres con toros). Aún en
nuestras tierras se ofician ceremonias muy relacionadas con una sacralización similar de uno de estos
totems minoicos (y griegos). Ritos procedentes de reiligiones ancestrales y que increiblemente han
pervivido hasta nuestros dias. Los referidos a la religión de las sierpes, han desaparecido y ello,
seguramente por la sustitución del gato por culebra en la guardia de las cosechas y los silos. Pese a elló,
en la época de Pausanias aún proliferaban los cultos al ofidio y este autor recoge en su "Descripción de
Grecia" (20, 1-3) un santuario de las culebras, de origen cretense, situado en la Hélade. Narrando como
visitó en la ciudad de Ilitia este templo-cueva, que estaba dedicado al "salvador de la urbe", donde las
sierpes eran alimentadas por sacerdotisas vírgenes con agua cebada y miel. El mito que daba origen al
santuario, narraba como una anciana, al ver que la ciudad estaba siendo atacada por enemigos, mientras
llevaba a su nieto en brazos, lo dejó en el suelo por un momento. El niño se convirtió en ese momento en
una gran culebra, defendiendo la ciudad y salvándola del asedio. Desde ese día se habia venerado allí a
una gran serpiente, que se guardaba junto a la estatua de Perséfone y a la de Lucina (las diosas de la
Tierra = Perséfone de los infiernos; y la de los partos, que ayudaba a dar a luz = Lucina). Siendo ambas,
Lucina y Perséfone las compañeras comunes de estos "daimones" o dioses culebras.

Sobre estos hechos nos podríamos extender muchísimo, partiendo ya de mitos como el de Erecteo y la
fundación de Atenas. Debido a que este primer rey de la ciudad (Erecteo), que se conoce como el hombre
que trajo el cereal hasta Grecia. Era hijo de Cecrops (en otros mitos padre) rey de Atica quien nació mitad
hombre y mitad serpiente. De ellos (Cecrops y Erecteo) que se narran multiples historias relacionadas con
su calidad de seres semi-serpentinos, habiendo sido conservados en cestas como culebras, al parirlos así
sus madres (con cuerpo de víboras). De igual manera, el primer Zeus, el más antiguo, nacido en Creta era
igualmente de la misma índole (mitad hombre mitad serpiente); tanto como el más antiguo mito de
Dionisos, le hace también originario de la isla de Minos, e igualmente venido al mundo con forma de
culebra. Ello procede de la época en la que los dioses eran Daimones (tal como Campbell expresa) y
curiosamente estas sierpes se alimentaban principalmente de leche y miel (lo que explica que las nodrizas
de Zeus fueran Melisa y Amaltea -la cabra y la abeja-).

Una vez expuesta la importancia de esas diosas o sacerdotisas de las sierpes, regresamos de nuevo al
Románico y sus representaciones. Pues tal como dice Maria Angeles Curros ("El Lenguaje de las Imágenes",
Madrid 1991; pag. 83-87 y ss) , "El arte románico y su relación con religiones universales telúricas: Si
queremos comprender las formas religiosas del románico no cabe la menor duda que tendremos que verlas
en relación con otras religiones ancestrales". Para seguir exponiendo sobre las imágenes del románico en
su capítulo "Religiones telúrico mistéricas: La Madre Tierra aparece con diversas adoraciones: Demeter,
Isis, Cibeles etc. Su encarnación originaria fue la serpiente y más tarde la del dios que muere y renace".
Expresando que estas Madres de la Naturaleza se contienen en casi todas las representaciones femeninas
de la Antigüedad y en especial se expresan como matronas que amamantan. Siendo entre todas, la mas
conocida, la del Ara Pacis; que está presidida por un ama que amamanta a dos niños.
Continúa esta autora (Ma. Angeles Curros) exponiendo que "la matrona" en la estatuaria románica a veces
amamanta sierpes, escena que ella interpreta como claro símbolo peyorativo, que deriva hacia el
significado de "la lujuria" (como pecado terrible de la carne). Pese a que, cuando la misma matrona lleva
niños, significa "la caridad" y cuando porta otros animales o personas chupando de sus senos, tiene muy
distinto significado. Terminando la exposición con una aclaración en la que esta autora opina que la Virgen
nada tiene en común con esta Madre Tierra, diciendo: "En Maria, no hay nada que ver con la diosa Tierra,
ni con sus personificaciones evolucionadas". Así afirma que muy por el contrario, es esta la que lleva la
sierpe a sus pies, que pisa, tal como El Antiguo Testamento enseña, dictando que entre ella y la culebra,
habrá siempre odio: "Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo. Te pisará la cabeza,
mientras tú acecharás su talón" (Génesis 3,13-16).

Pero regresemos a la figura que estábamos analizando, refiriéndonos a la que preside la entrada de la
Catedral de Huesca. Así veremos de nuevo, la mencionada "dama monstruosa" que llaman La Lujuria y que
precisamente se sitúa bajo los pies de la Virgen y el Niño en la portada.

AL LADO: de este párrafo, observamos la portada de entrada al templo, en cuyo centro está precisamente
aquella imagen tan extraña.

BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo otra foto de la escultura que preside la entrada de la Catedral de Huesca.
Esta vez, tenemos una imagen aumentada, en la que observamos que no parecen ciertamente serpientes
aquello que chupa los senos de la mujer. Dama decrépita, que figura con los pechos muy secos, medio
andrajosa y con el rostro deformado (sin cara). Todo ello nos servirá para analizar con detenimiento el
significado y simbología de esta curiosísima entrada a un templo tan importante como el de Huesca.
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: ¿La Lujuria, o La Peste... En


la catedral de Huesca? (III)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (07/05/2011)

(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el agradecimiento por
su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la belleza del románico y del gótico, a
mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Representación del Juicio Final en la iglesia de Santa María la Real de Sangüesa. En primer
término observamos a quienes están siendo juzgados y van desnudos en una actitud un tanto "vergonzante". Mientras,
tras aquellos, hay una mujer (que hemos de suponer, ya condenada); quien es devorada por una gran culebra. Este
templo navarro está pleno de alusiones a la serpiente y muy relacionado con escenas donde se representan lo que
parecen Pitias o Erinias (féminas con cuerpo de culebra; dado que una de las iconografías de la Erinia, es la de mujer
con patas de perro y el resto de ofidio).

Dejábamos el estudio en la entrada anterior, presentando de nuevo (y al final), una foto ampliada y
detallada de la famosa escultura bajo la que todos los oscenses han de pasar, al acceder a la Catedral (por
su puerta principal). Imagen que se dice LA Lujuria, que preside la zona baja del tímpano y que se sitúa a
los pies de la Virgen María y entre los escudos de la ciudad junto a los del reino Aragón. El lugar y la
importancia de la iconografía que le rodea nos hizo sospechar que podía tratarse de una representación
con un diferente carácter, ya que La Lujuria, por muy "importante" Pecado Capital que sea, no creemos
que tenga tal relevancia ni la categoría como para representarse entre los blasones de Aragón. Menos aún
en el siglo XV, cuando se realizó esta parte de la fachada catedralicia; en tiempos en los que el
puritanismo decimonónico, felizmente, no había llegado áun a nuestras tierras. De cuanto narramos,
creímos desde un principio, que una imagen de ese tipo (como La Lujuria) no debiera presidir el acceso a
tan importante templo, ni menos era aquel un lugar apropiado para ponerla (entre dos escudos con las
barras de Aragón y en el lugar por donde todas la novias y autoridades salen). A menos, que la cuidad de
Huesca tuviera una historia lujuriosa o una leyenda que relacionara la urbe, con algún milagro o una
narración sacra entorno a este "pecado de la carne" (hechos estos que no se encuentran en la Historia
oscense).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Representación de Erinia o de Pitia en Santa María la Real de Sangüesa. Como
decimos, esta imagen nace de la "generación de los daimones", surgidos de la tierra. Pues se dice que las
Erinas surgieron de la tierra al caer sobre ella la sangre de Uranos, cuando Cronos le corta los testículos a
su padre. Pese a ello, esta mujer mitad serpiente (muy relacionada con la mal llamada sirena, de cola de
pez); es la viva imagen de la diosa Delfine, que guardaba el templo de Apolo en Delfos. Siendo aquella
Delfina, el icono de sus sacerdotisas (las pitias); que como su nombre indica, eran medio sierpes (pitones)
y por ello, adivinas (pitonisas). Puesto que la culebra se tenía en Grecia como animal sagrado capaz de
pronosticar el futuro. Para ello, eran alimentadas con dulces de leche y miel, en los serpentarios, ritos
que ya dijimos, realizaban sacerdotisas desnudas. Lo que (como hemos visto) relaciona plenamente a los
ofidios sagrados, con las mujeres enseñando los pechos y con la lactancia de bestias dada por mujeres. Por
lo demás y sobre los poderes telúricos de las sierpes, es sabido hoy que son capaces de percibir o
pronosticar un terremoto con varias horas de antelación (alterándose su conducta antes de que se
produzca el cataclismo, al igual que le ocurre a los gatos, quienes lo intuyen solo varios minutos antes).

De tal manera, ya expusimos como "aquella mujer" que allí, en Huesca, está -sobre todo el que accede al
templo- tiene más visos de relacionarse con la diosas telúricas, o con las Mater Nutrex- "Demonias o
deidades" de la mitología antoigua, que tienen un sentido común con la lactancia, el nacimiento, la
nutrición, la agricultura y la fecundidad (significado que permanece en la iconografía del gótico y del
románico). Estas diosas de la antigüedad, vimos que se representaban con cultos y ritos unidos a las
cuevas, entre los que destacaban los de las "vírgenes serpentarias". Mujeres o sacerdotisas que adoraban a
la culebra como daimón (dios telúrico) y como dueña de la tierra (o de la cueva); para quienes en la
maldad y la inteligencia de la sierpe, se esconde el bien y el mal de la vida. De tal manera, existió una
religión durante la Edad del Bronce, dirigida por las diosas madres y sacerdotisas de la maternidad, en la
que el dueño de la cueva era el dios culebra, que guardaba y era el genio y señor del interior de la tierra.
Un "inter-nos terrae" (infer-nos, o infierno bajo nosotros), de donde procedían las riquezas. Bienes
regalados por el "infernos" en forma de las semilla que allí entierran y brotan, dando la espiga y la
cosecha. O una riqueza, nacida de los metales, que guarda y vomita la tierra -preciosos como el oro y la
plata; o útiles, como el bronce y el hierro-.

Y aquella que nos nutre y regala esos bienes y esas riquezas se consideraba por los antiguos como la "diosa
madre nodriza", o Dea Nutrix, quien desde el interior de la tierra nos amamanta y nos lo regala todo:
Comenzando por las aguas, que nacen de la Matrix (el manantial) y siguiendo por los vegetales que
cultivamos. Al igual que era "dadora" y generadora de las riquezas de minas y de los yacimientos (en
piedras, minerales, o metales). De ello, se pensaba, que aquellos cuantos morían, eran enviados a este
inter-nos; donde, como la semilla plantada, germina. Así aquellos fallecidos, volvían a renacer al ser allí
enterrados (renacimiento o resurección agraria, que parecía indiscutible -al menos desde el punto de vista
de la Naturaleza cíclica y de su comportamiento-).

BAJO ESTAS LINEAS: Figura de una "mal llamada" Sirena, en la iglesia románica de Vecelay en Borgoña.
Realmente, estas representaciones, debieran denominarse Nereidas o más bién una Pitia o una Delfine,
pues tienen el cuerpo de pez y no de ave (las Sirenas, son medio mujeres y mitad pájaros, cuyo atractivo
residía en atraer con sus cantos a los marineros). Estas Delfinas, representaban -entre otras cosas- la
virginidad no sagrada y la maternidad virgen agraria; por lo que habría que relacionarlas con Kora y con
Demeter. Por lo demás, su carencia de sexo, al ser su cuerpo medio de pez, las hace relacionarse con lo
que en alquimia llaman "piedra de toque, o ácido sulfúrico". Siendo en la Baja Edad Media, el símbolo de
la piedra o el ácido para descubrir la pureza del oro (como pura es la consideración de su virginidad).
Las adoraciones a esta Dea Nutrix, como dijimos, se llevaban a cabo en la forma de cultos telúricos entre
cuyos símbolos y totems más destacados estuvo la espiral, la culebra y la mujer que amamanta y pare.
Esta segunda -la nodriza que asiste al parto-, fué representada por una diosa de carácter femenino y
durísimo, llamada en Roma Lucina y en Grecia = Eileidyua. En referencia a ella, hemos de
matizar que su denominación significa Diosa de Eilei (Eilei diosa) y se relaciona plenamente con Eleuisis,
procediendo su nombre del verbo heleno  , cuyo significado es el de "cerrar, contraerse, revolverse,
apretar". Actos que nos recuerdan al parto en el que la madre se contrae, se revuelve, aprieta, e intenta
abrir su interior, para dar la vida; pero también a los movimientos de la sierpe. Porque este hecho del
alumbramiento, curiosamente se identificaba en la antigüedad con la serpiente; no solo porque aquella se
parece al pene; sinó también porque los ofidios, para nutrirse, abren sus fauces y su cuerpo como una
vagina, tragando a la víctima en forma de vaina; engulléndola de manera elástica, tras lo que regurgitan
sus restos. Imagen que se asociaba a la de la madre pariendo, de lo que la patrona de las perturientas fué
esta Lucina, que se representaba junto a culebras.

Y es que aunque el alumbramiento hoy sea un hecho cargado de felicidad y de bondad, hace miles de años
era muy distinto. Porque una gran mayoría de las mujeres morían en el parto (así como los neonatos). Al
igual, la carencia de drogas o medios de asistencia, hacían del nacimiento un suceso más trágico que feliz,
y mas terrible que bello. Por lo que no es de extrañar que la diosa de los alumbramientos fuera una deidad
telúrica y terrible, relacionada con la sierpe, debido a que la venida al Mundo en una gran mayoría de los
casos suponía la muerte para la madre, o para el niño (cuando no lo era para ambos). De todo aquello, y
del horrible dolor que sufría la parturienta, su deidad era un protector más cercano al mal que al bien;
entendido como un daimón de ayuda, nacido de la tierra (la culebra, cuya facilidad para abrir sus fauces y
tragar era admirada por toda madre que tuviera que dar a luz y conseguir que el niño saliera de su
interior). Por lo que la vagina femenil, se identificaba con el cuerpo del ofidio, pero también con esa
cueva donde aquel daimón (sierpe) vivía. Así, como esa misma culebra era la personificación del propio
neonato, que en el interior de la mujer sobrevivía e intentaba salir, provocando los espasmos
(retorcimientos, contracciones, apreturas etc. En griego: .

Habiendo entendido estos conceptos, podremos comprender como la Dea Nutrix (madre terrenal que nos
nutre) se relacionaba tanto con el mal, pese a ser la nodriza que nos proporciona la vida. Así como sus
misterios nacerían de los agrarios, encomendados a la diosa terrible Demeter, en el templo de Eleusis.
Misterios que se llevaban a cabo en esa ciudad (sita junto a Atenas) por medio una profunda y dura
iniciación de los asistentes, valiéndose de las drogas. De tal manera, los últimos estudios han determinado
que el medio para oficiar en estas ceremonias del daimón Demeter en Eleusis, era valerse del "cornezuelo
de centeno" (o de hongos fermentados), que actuaban de manera alucinógena a quienes se los
suministraban. Así los paticipantes a la ceremonia de El Camino de Eleusis, donde se explicaban los
secretos y los misterios agrarios, se les daban unas dosis de este cornezuelo, para que sufrieran
alteraciones psíquicas, tuvierar visiones o se sintieran en el mismo Averno, cuando eran bajados a la cueva
de la diosa Demeter (allí donde Kora, la madre virgen, aparecía con el hijo nacido bajo la tierra, quien era
niño y culebra...).

Estos y otros "misterios", que se sucedían entre orgias, borracheras y bebidas combinadas con extracto de
mandrágora (o con cornezuelo y setas alucinógenas), eran los que se enseñaban en Grecia y Roma en las
ceremonias de inicianción telúricas (de la madre tierra). Siendo los mismos que de manera mas brutal,
burda o básica, se mantuvieron en lo que luego se llamaron religiones paganas (en la Edad Media). De tal
manera, tras la caida de Roma, en el pueblo y sobre todo en las zonas del campo o de montaña (pagos),
quedó el recuerdo de estos rituales que para muchos eran de gran diversión y celebracion. Tanto que en
parte, varias de las costumbres y de las fiestas de nuestras tierras (como el Carnaval), tienen su origen en
los misterios que relatamos (de las iniciaciones agrarias, o pastoriles, en Grecia y Roma). En cuyas
celebraciones más importantes siempre estaban los ritos de fertilidad, que se representaban con
"ceremonias" de una sexualidad desatada y obscena. Siendo las "oficiantes" de tales fiestas paganas del
sexo, las representantes de Venus y sus "sucedáneas", que incitaban a la orgia de lo que se denominaron
ritos de "luparias" (prostitutas); pues en ellos, a veces, se llegaba a la licantropía (dando muerte durante
la orgía a un ser humano, para devorarlo).

Por su parte, las participantes y sacerdotisas, de quedar encintas, entregaban a sus padres o a sus familias
los hijos (o bien los vendían si eran esclavas) para convertirse en Nodrizas. Así, mientras el niño suyo se
alimentaba con leche de cabra, la madre podía pasar a ocupar el puesto de ama en el hogar de un rico.
Criando a un bebé que luego la trataría como de la familia, o como su segunda madre. Ya que sin duda lo
era (su Mater Nutrix), quien a imagen y semajenza de la misma Loba del Capitolio, amamantaba al hijo
ajeno -de ello, que a las prostitutas y nodrizas se les llamara "luparias"-. Así, por cuanto exponemos
podemos entender que los ritos de amamantar y su iconografía son bien complejos y siempre muy
relacionados con las deidades de la tierra y los daimones (con los infiernos de Demeter). De ello, que
exista comunmente una unión, entre las mujeres de pechos descubiertos (como Dea Nutrix) y las
serpinetes. Nodrizas que a veces dan de mamar de sus senos a ofidios, pero muchas otras a seres
horrorosos (ranas,o sapos) o a sus padres y hasta a los dioses. Inversamente, los hijos abandonados por
ellas, a veces mandados al sacrificio por su padre, son en ocasiones rescatados milagrosamente y criados
por lobas, ciervas, osas y etc. Un ejemplo de estos bebés-dioses que sobreviven a estas circuntancias
fueron: Rómulo y Remo (en el Lacio); Habis en Hispania (amamantado por la cierva). Y, hasta Moisés entre
los judíos, quien igualmente es rescatado de las aguas del Nilo y criado por la hija del Faraón.
AL LADO DE ESTE PÁRRAFO: Imagen de La Envidia, conforme describe "Moralia Horatiana en 1635).
Tomamos el grabado del libro de Jose Luis Morales, artículo "Envidia" del "Diccionario de Iconología y
simbología", editado en Madrid en 1984 y que fué la primera publicación de mitología en la que colaboré.
En esta imagen podemos observar claramente que la representación de la anciana andrajosa al lado de un
perro, con cabellos que parecen sierpes y senos secos, es mucho más cercana en iconología a la de
escultura de la Catedral de Huesca que estudiamos. Siendo una anciana siempre símbolo de males y
maledicencias (no de placeres ni obscenidades) La Envidia, La Injuria o La Maledicencia, son figuras mucho
mas cercanas en representación y expresión a esta escultura que hay en el tímpano de la catedral que
otras con las que se identifica (como La Lujuria o El Adulterio). Pero, para su análisis, lo mejor es estudiar
detalladamente la mujer que hay en el templo de Huesca.

BAJO ESTAS LINEAS: Detalle de la cabeza de esta matrona que amamanta unas bestias en la Catedral de
Huesca. Vemos, que tiene la cara deformada o vendada, incluso manchada de sangre, mientras se
encuentra mirando de lado (como si escondiera su rostro a los que hay bajo ella y van entrando en el
templo). Sus pelos son horribles y su aspecto deja ver que la piel parece que tuviera lepra o bubones
(obsérvense los brazos, con algo que parecen trozos de piel caída, al igual que su cara vendada y
deforme).
Sigamos con la diosa que habíamos mencionado: Lucina (la Ilitia en Grecia), patrona de los partos, cuyos
santuarios se encontraban bajo tierra, o en cuevas, donde se adoraba comunmente a la serpiente. Pues es
esta realmente la que origina toda la iconografía de la que hablamos, con madres amamantando raras
bestias. Pero a la vez, de ella nace aquella Dea Nutrix, que se representa mitad fémina y mitad pez -o
sierpe-. Una diosa antiquísima, tanto que ya existe en el Minoico Medio con un nombre cercano al de
Eleuysis (o Ilitia), llamándose a principios del II milenio a.C. en Creta: "E-re-y-ti-ja" (palabra que aparece
escrita en signos tipo Lineal B, al menos sobre el 1800 a.C.). Siendo aquella, la misma que vimos adorada
como diosa de las culebras, y que en la entrada anterior recogíamos en dos fotos de estatuaria minoica,
fechadas en igual época (con casi cuatro mil años de antigüedad).

El templo de esta deidad (Ereytiya), se encontraba en las cercanías de la capital cretense (Cnossos) en una
cueva donde se dijo que nació, o vivió también, el Zeus Daimón. Siendo este uno del los Zeus más antiguos
recordados por la mitología helena, del que se consideraba que en su infancia habitó en Creta, escondido
en una caverna y con forma de sierpe. Igualmente, en esta cueva habría nacido el primer "Dionisos",
también de la familia daimón (con cuerpo de culebra) y por ello se veneraba aquella gruta donde los
dioses vivieron, con el nombre de esa deidad protectora de los partos (Ereytiya en Cnossos, Ilitia en Grecia
y Lucina en Roma). Habiendo de considerarse que el origen y el nombre de las Erinias (monstruos
mitológicos, mitad mujer, mitad sierpe, y con garras de perro), estaría en esta diosa de los partos. Pues
como ya hemos explicado, esas Erinias, eran genios del infierno, aunque bondadosos, pese a que se temía
su cólera y sus ataques.

Siendo aquellas, una de las figuras más antiguas en el panteón heleno; pues nacidas de la sangre de
Uranos (como ya dijimos), no obedecen a los dioses y hasta el mismo Zeus las teme y por lo que el dios,
cumple su voluntad y no se enfrenta a las Erinias. Eran las protectoras del orden social y tenían derecho a
castigar a quien lo mereciera; concibiéndose como las que hacen justicia en los Infiernos. Así aparecen en
la mitología griega atormentando a los muertos y luego en las iconografías del gótico y el románico, como
torturadoras de almas. De tal manera, es como las vemos en la iconografía medieval, del modo en que las
presenta Virgilio, atormentando las ánimas con sus serpientes y sus látigos (Virgilio: Églogas X, 18).

Para terminar lo que se refiere a esta diosa antiquísima cretense, que en Roma se le hizo madre de
Cupido; diremos, que (curiosamente) una de las tres Hespérides es precisamente Eritia (Eurytia), mujer de
casi igual nombre. Siendo a su vez la denominación de Eriteia (Euruteyia) como llamaban a la isla que
estaba frente a Tartessos, en la desembocadura del Guadalquir. Situando algunos textos clásicos la capital
de Tartessos en la isla de Eiryteia, que muchos traducen por "la isla rojiza" (por ser la del poniente o del
atardecer). Siendo a nuestro juicio esta diosa de las sierpes (Ereytiya de Creta) la que daría nombre a la
isla y a la Hespéride. Voz que heredaría "la princesa tartessia" denominada igualmente: Eriteya.
Considerando que ambas han de ser el recuerdo de una misma deidad y nacidas de una igual civilización
(la de Cnossos), que adoraba a las culebras. Dejando en ello una evidencia de que el culto a los ofidios
estaba establecido e importado, en el sur hispano (igualmente al del toro), traido por cretenses en
tiempos del minoico.

AL LADO: Igualmente, detalle de los pechos de la mujer de la catedral de Huesca. Se observa que se trata
de senos de vieja, muy secos y deformados, que para nada se corresponden con los atributos de la lujuria
(siempre representada como una jóven de pecho turgente). Por lo demás, sus pezones son mordidos por
dos animales que parecen ratas o bien Furias - es decir extrañas Erinias: mitad sierpes, mitad perros-.

CONCLUSONES A LA ICONOGRAFIA:

En base a lo que hemos estudiado, hemos visto que la escultura del tímpano de la catedral de Huesca, no
representa a ninguna mujer lasciva, joven, ni menos a una obscena fémina desnuda. Sinó que su imagen es
exactamente la de una mujer, de aspecto horrible y vestido andrajoso; con pies descalzos, traje con
arapos, pechos secos y descubiertos, que muerden unas ratas (o Furias). Su piel parece dañada y con lepra
o marcas, a la vez que su rostro está vendado y vuelto, teniendo manchas y un pelo tan asqueroso, que
más bien parece el de un viejo, que el de una vieja. Con ello, de ser un pecado capital nunca sería el de
La Lujuria, y tedríamos que orientarnos hacia la iconografía de la Avaricia, la Envidia, la Injuria o la
Meledicencia (por ejemplo).

De tal manera ya hemos visto como se representa la Envidia, que Césare Ripa expresa textualmente como
"Mujer delgada, vieja y fea, de lívido color. Ha de tener desnudo el pecho izquierdo, mordiéndole una
sierpe allí donde se le enrosca. A su lado figurará una Hidra, sobre la que también apoya una mano" (T. I;
pag. 341). Otra imagen es la de "Mujer vieja y mal vestida, con el traje de color de herrumbre. Ha de
llevarse una mano a la boca, como hacen las desocupadas (...) aparecerá torciendo la vista y mirando de
lado, poniéndose a su lado un delgado perro (...) animal envidiosísimo" (T. I; pag. 343). En estas
descripciones de La Iconología de Ripa, podemos ver que es mucho mas cercana la descripción y los
atributos de la dama de la catedral de Huesca a una alegoría de La Envidia.

Otra imagen cerana es la de la Calamidad y Miseria, que se describe por Ripa como: "Mujer enjuta y
plagada de lepra, con algunos escasísimos harapos que le cubren las vergüenzas. A su lado, unos perrillos
le lamerán las llagas, mientras la dama pone la mano pidiedo limosna" (T. I; pag. 158). Siendo igualmente
muy parecida la iconografía de La Peste, que define el autor así: "Mujer vestida de color castaño oscuro
que ha de tener un rostro horrible y mortecino, con frente vendada y brazos y piernas desnudos. Su
túnica ha de pintase abierta por los flancos (...) Además ha de vérsele los pechos sucísimos (...)
colocándose a sus pies la figura de un lobo" (en una segunda iconografía habla de que ha de representarse
con rostro espantoso y piel con humores y enferma) (T.II; pag. 205 y ss).

Por cuanto recogemos, consideramos que la mujer de la catedral de Huesca, se trata de una
representación de La Calamidad y La miseria, tanto como de La Peste (iconografias que se relacionan,
pues es evidente que La Peste es una gran calamidad). En todo ello, la aparición de lo que parecen ratas
mordiendo los pechos expresa aún más el hecho de que se trata de la figura de La Peste Negra. Pues como
varios diccionarios iconológicos explican, la rata es el símbolo de esta enfermedad (tal como recogen
entre otros: Morales y Marín, obra citada, pag. 288; Krappe, "Le Genése des mythes", Paris 1952; pag 25).
Habiendo sido la rata negra el animal que expandió La Peste, de igual nombre, parece cierto que esta
escultura se trate de una alegoria de aquella terrible epidemia que asoló la Europa del siglo XIV.

CONCLUSIONES A LA IMAGEN DE LA ENTRADA DE LA CATEDRAL:

Como decimos, fué la llamada "rattus rattus" llegada desde la India (probablemente en barco), la que
asoló Europa desde 1348, año en el que comienza La Peste en Italia. En esta misma fecha, llega a Aragón
esta enfermedad que quizás vino al Mediterraneo por que los árabes en estos años, cerraron la Ruta de las
Especias y los europeos se dispusieron a navegar directamente hasta Asia (esta es al menos nuestra
teoría). Así, en barcos directamente llegados desde la India o el sur del copntinente asiático, vendría esta
rata negra, que al tocar tierra en Italia y en las zonas de Europa, la asoló al infectarlas de Peste. Un hecho
que se agravó por la falta de higinene en las ciudades de la Baja Edad Media, tanto como porque al ser
nueva la epidemia, los europeos carecían de inmunidad alguna, muriendo en masa y llegando a perderse
en algunas grandes urbes hasta dos tercios de su población (como en las del Norte de Italia).

En Aragón (tan unida a Nápoles) llegó la epidemia el mismo año y a Castilla meses después, con una
virulencia que mató y desertizó zonas enteras, a la vez que llegó a tener entre sus víctimas a grandes
nobles y hasta a los reyes (como Alfonso XI, de Castilla quien muere de Peste en 1350). La enfermedad se
manifestaba en horas (apenas en dos días) y se contagiaba por aquella rata que para colmo habitaba y
buscaba el techado (pues no gusta de vivir en campo libre, la rattus rattus). Aparecían en horas, bubones
y pupas de un olor pestilente, con fiebres y llagas por todo el cuerpo, siendo la única solución que el
cuerpo superase por sí mismo la enfermedad (con lo que el individuo que la pasaba se hacía inmune al
horrible mal). Las únicas que no la sufrían -a mas de la rata que la trasmitía- eran las ovejas, a las que
llamaban "las hermanas de la Peste"; aunque también la transmitían en sus lanas o en su contacto, ya que
la epidemia era terriblemente contagiosa.

Por cuanto decimos, creemos que lo que muerde el pecho de la vieja de la caedral de Huesca son dos
ratas negras (de la peste) de las que ya en 1350 se decía que eran las transmisoras del mal -tal como
aparece en algunos tratados sobre esta enfermedad-. Otra hipótesis es que aquellas bestias que chupan
los senos de la mujer decrépita, fueran "dos hermanas de la peste" o dos pequeños corderos representados
como animales malignos (cuya apariencia y similitud también es posible). Pese a lo que más bien parecen
ratas y nunca culebras (en todo caso Furias, que quizás deseen replejar el azote de La Peste). Por lo
demás, le vestimenta y descripción cuadra perfectamente con la de esta Calamidad, teniendo el rostro
deformado, el pelo horrible y la frente vendada; estando cargada de pupas y con unos pechos secos, viejos
y descubiertos entre harapos.

De todo ello, creemos que la alegoría es la de LA PESTE, que debió ser además el motivo por el cual se
pararon las obras de esta catedral, a mitad del siglo XIV. De tal forma y como esa enfermedad asoló las
ciudades de Aragón, principalmente en los años: 1348, 1362, 1371, 1381 y 1396. Parece normal, que
pasada ya la epidemia y un año mas tarde (precisamente en 1397) se comenzaran de nuevo las obras de
cosntrucción del mencionado templo, que habían sido abandonadas durante decenios. Así se sabe que en
1398 y tras poner una curiosísima "segunda primera" piedra de la catedral, volvieron a comenzar las obras,
que duraron mas de cien años. En este tiempo y poco después se realizo la fachada de la que hablamos
(hacia 1420), en la que sí comprendemos que se situara en su centro la efigie de La Peste a los pies de la
Virgen, como mal vencido. Dado que en el primer cuarto de este siglo XV se había logrado superar por fin
aquella terrible apidemia que asoló Europa.

Siendo seguramente la iconografía del tímpano de entrada la de: LA PESTE VENCIDA POR LA VIRGEN MARÍA
Y EL NIÑO. Junto a ellos, los tres Reyes Magos ( posiblemente a imagen de los monarcas de la época:
Aragón, Castilla y de Navarra -de ello que se situén los escidos de la ciuudad y del reino bajo estos-). Del
otro lado de la Virgen (a la derecha), Jesús junto a Maria Magdalena, en la famosa escena Nolli me
tángere, que significa: NO ME TOQUES. Ello quizás en relación igualmente a La Peste, pues los enfermos de
este mal no debían ser tocados, a menos de correr el grave riesgo de contagiarse.

EN LA FOTO DE ABAJO: El tímpano completo, con su iconografía ya interpretada, como la Victoria de la


Virgen y la ciudad de Huesca, sobre La Peste.

Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: "Castigo a La Peste", como


imagen de "la muerte vencida" en la Catedral de Huesca (Parte
Primera)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (13/05/2011)

BAJO ESTAS LINEAS, ESCULTURA DE VEZELAY: Como exponemos, muchas de las representaciones románicas
esconden una simbología de gran dificultad en su análisis. Ello debido a que los monjes de aquella época traducían a
diario y copiaban los textos clásicos; con lo que dominaban la mitología y las religiones antiguas de un modo, que hoy
practicamente casi nadie puede comprender ni conocer. De hecho, la interpretación de la iconografía románica gótica se
consigue a veces, tras meses de estudio de una simple escena (o de un icono románico). Existe una tendencia a justificar
casi todas las representaciones como simples ejemplos del mal o del pecado; pero en nuestra opinión, los templos del
Medievo eran verdaderas cátedras de mitología y antiguas religiones, conteniendo simbología y leyendas de las épocas
greco-romanas, tanto como su expresión en el Mundo Pagano (que hasta sus días había llegado). Como ejemplo de
cuanto narramos, ponemos esta esculturita, que parece hasta una muerte y se ha tenido por muchos como una
representación obscena. Aunque hoy se piensa que más se trate de la figura de Virgo o de una "mater virgo" de la
cosecha (simbolizando a la misma Virgen, madre del todo).

Finalmente y ante algunas preguntas sobre esta clave o dintel que hemos estudiado en la Catedral de
Huesca, desearíamos exponer algunos aspectos que pudieran ampliar y mejorar lo expuesto y el tema
desarrollado.

En primer lugar, que la iconografía de la adúltera, como tal, es muy confusa en su iconología, descripción
y definición. Tanto que el profesor Francisco J. Ocaña en su artículo "La mujer Adúltera" (publicado por
"Amigos del Románico" en diciembre de 2005), expone que en la portada principal de la Catedral de
Santiago, existe una famosa "dama" sujetando una calavera, quien es la representación de aquella
adúltera mujer... . Mucho la han discutido al mencionado F.J. Ocaña la identificación como La Lujuria en
esa iconografía, aunque en realidad el citado especialista en románico puede tener más que razones en
clasificarla de ese modo, algo que se basaría en las representaciones de María Magdalena ("tan de moda",
en su culto durante le Edad Media). Ello, porque la mujer que porta calavera, en iconología religiosa (no
mitológica, ni clásica) es normalmente esta Maria de Magdala cuya veneración era mucha y extendísima
hacia el siglo X. Principalmente, en el Sur de Francia, donde comienza la ruta Jacobéa, y precisamente,
en época en la que Santiago comienza a adorarse y a considerarlo Patrón de Hispania (pues hemos de
tener en cuenta que hasta este siglo X, el Santo Primero Hispano había sido, San Millán, con "sede", o
centro monacal, en La Rioja -convento de igual nombre y en La Cogolla-).

De tal manera y aunque tanto hayan criticado el mencionado artículo del profesor Francisco J. Ocaña
-especialmente "quien" se identifica como "Jota" y que tiene abierto un foro sobre este tema-. En nuestra
opinión, la conclusión por la que afirma que aquella "dama con una calavera" del Pórtico de la Gloria,
representaría a "la mujer adúltera", se puede justificar plenamente. Pues la Magdalena era una "santa
típica" del románico, muy adorada en el país galo. Así, en el Sur de Francia, desde el siglo VIII al XI, se
vino venerando a María de Magdala en un extraño culto que se llevaba a cabo principalmente en capillitas
-o ermitas- excavadas en el monte. Muchas de estas grutas eran yacimientos o asentamientos
prehistóricos, reaprovechados para esconderse, donde los cristianos franceses se ocultaban al llegar las
razzias de los musulmanes.

Tanto fué esa "costumbre", que la proliferacion de capillas escondidas y "esculpidas" en aquellas cuevas
prehistóricas dieron nombre al periodo "cavernícola" estudiado desde hace doscientos años y por ello
llamado "Magdaleniense". Precisamente porque fue en la zona de Lascaux donde más se sucedieron este
tipo de cuevas-ermitas dedicadas a "Las Marias". Y decimos bien al indicar "Las Marias", porque el culto no
era solo hacia María Magdalena, sinó a las Marías de la Biblia, quienes amaron y ayudaron
incondiciobalmente a Cristo. Siendo ellas, además de la ya mencionada (de Magdala): María, la hermana
de Lázaro; Maria de Arimatea (esposa de José) y La Virgen, Maria. Considerándose aquellas el símbolo del
cariño y amor puro hacia Jesús, que a diferencia de sus discípulos, ni le negaron nunca, ni le generaron
dudas, ni problemas (o situaciones difíciles). De ello, que "Las Marías" fueran las primeras en enterarse de
la Resurección, y fueran un símbolo del bien en el estado más puro, lo que llevó a su veneración en el
Medievo. Siendo aún sinónimo la expresión "las Marias" para indicar lo agradable, lo fácil y aquello carente
de problemas (pues es muy normal entre "los examinandos", que se diga de una asignatura sin problemas
para aprobarla: "Es una Maria" -algo sencillo y agradable-).

Pero volviendo a la iconografía que presenta Francisco J. Ocaña, identificando el Castigo a la Lujuria, con
una dama con calavera, a modo de Éxtasis de María Magdalena (Profesor del que recogemos el mencionado
artículo a continuación -recomendando su lectura-). Diremos que en verdad puede tratarse aquella imagen
del Pórtico de la Gloria de La Adúltera, como la cataloga. Pues, aunque para muchos lo pareciera, no
creemos que se trate esta dama con craneo, de una "muerte" -aunque haya quienes también se empeñen
en clasificarla de este modo-.

Porque a nuestro entender, "las muertes", son figuras que aparecen mucho más tarde entre las esculturas
de fachada (no durante el románico); llegando a la iconografía religiosa y civil "de mano" de la terrible
Peste Negra. Por lo que habiéndose importado aquella epidemia entre los años 1347 y 1348, transmitida
por las ratas llegadas a Europa en barcos venidos desde el Mar Negro, a Italia. Las Muertes y La Peste, no
se "institucionaliza" como icono "protector" de las fachadas hasta que aquella epidemia se extiende de
modo terrible. Por lo que habríamos de esperar hasta fines del siglo XIV, para poder tener una iconología
referente a estas "muertes" medievales y a su portadora (la peste), entre las que podía catalogarse esa
"dama de la calavera". Escultura que al ser muy anterior y situarse en el Pórtico de la Gloria, puede ser
considerada una "Lujuria".

PARA CONSULTAR EL ARTÍCULO DE F.J. OCAÑA, PULSAR:

http://www.amigosdelromanico.org/dearteromanico/dar_41_mujer.html

Sobre el tema que tocamos, acerca del Castigo a la Lujuria y las representaciones de La Adúltera, muy
importante es también el artículo que sobre ello presenta el siguente portal de internet, cuyo estudio en
PDF se denomina LA ICONOGRAFIA DE LA LUJURIA:

http://www.ucm.es/centros/cont/descargas/documento19555.pdf

De tal manera, el mencionado trabajo (arriba enlazado), considera La Adúltera o Lujuriosa, como uno de
los pecados capitales más graves para el Medieoevo y por ello a representar siempre en el románico (en la
forma de "mujer con serpientes"). Diciendo textualmente "El motivo iconográfico es muy sencillo, tanto en sus
componentes, como en su definición. Se trata de la representación de una mujer (rara vez el castigado es varón),
desnuda y habitualmente de largos cabellos sueltos, cuyos senos son mordidos por sendas serpientes que ascienden
enroscándose". Pese a ello, tras afirmar lo antes dicho, luego expone que realmente no hay fuentes escritas que
testifiquen ni demuestren que esta imagen descrita, sea verdaderamente la de "La Lujuria" y que tan solo algunos
códices miniados y algunos textos sobre el Apocalipsis, pueden hacer identificar aquella mujer mordida por sierpes, con
la "obscenidad o el adulterio". Aunque como considera realmente, que La Lujuria era un terrible pecado en el
Medioevo, hebía de ser uno de los mas presentados en su iconografía, considerando que su castigo (seguro) se
representaba con aquella dama condenada en los infiernos, a la que las sierpes (o las ranas) le mordían los pechos.

Tras ello, y pese a lo que ha dicho, pasa a afirmar de nuevo, que las únicas fuentes escritas y ciertamente históricas son
las que identifican con Gea -o con la Madre Tierra-, esta mujer amamantando (niños, o animales -aunque estos que
cuelguen de sus tetas, sean repugnantes-). Por lo que en nuestra consideración, por nuestro lado concluimos que: Esas
damas con reptiles en los senos, son diosas telúricas y hemos de "traducirlas" por las figuras de Demeter, de Kore o de
Gea. Ya que en nuestra opinión (algo que también comparte el artículo) la dama con el pecho que amamanta, se trata de
represenctaciones de diosas telúricas, y ello explica que se identifiquen con la sierpe o con los animales de agua. Por lo
que aquella mujer con dos culebras o dos sapos en los senos, puede ser una condenada por lujuria -¡Evidentemente!;
pero sobre todo y también, una diosa antigua del "infierno" grecolatino. Demeter o Medusa, un monstruo cuya aparición
en el Averno se justifica por lo terrible de las religiones paganas, que aún subsistían en el siglo XII, XIII y XIV.

Esculturas con damas en los pechos, que creemos sí servirían mucho para catequizar durante La Edad Media. Época
plena de paganismos, en la que brujas y akelarres se mezclaban con ritos cristianos, tanto que muchos de ellos nos han
llegado en fiestas como El Carnaval o las celebraciones religioso-populares. Por lo que la simple explicación del
condenado por lujuria, al que le chupan unas culebras, nos parece poco "catequizadora" en un "mundo Medieval",
donde aún en las cuevas, en los pagos y las montañas, se unían los santimbalquis y las obscenidades, con lo religioso
(ver para comprobarlo, el románico erótico de zonas como Cantabria o Palencia) . Pues, La Lujuria ni la Obscenidad,
eran tan graves en el Medioevo; algo que puede demostrarse en las mencionadas imágenes de mujeres enseñando el
sexo (o de clérigos itifálicos), colgantes de los canecillos en las iglesias románicas; tanto como en El Libro del Buen
Amor, escrito por el Arcipreste de Hita. Finalmente, volviendo al mencionado artículo sobre La Lujuria y su
iconografía; cita numerosos capiteles y representaciones de lo que es el "llamado" castigo a La Lujuria en el infierno;
explicando que se trata de " un típico tema de condenados", entre la imaginería del románico y del gótico.

Ampliando conceptos sobre el mismo estudio, si deseáramos ver innumerables imágenes románicas, de lo
que se considera "La Lujuria". Incluimos bajo este párrafo dos importantes portales. Cuyo trabajo sobre
esta iconografía es extensísima. Pese a ello, invitamos a quienes estén inteserados en analizarlos a fondo,
que estudien las esculturas que se recogen y que denominan "castigo a la lujuria", pàra ver que
ciertamente esconden representaciones religiosas y mitológicas mucho mas profundas (que una simple
imagen de condenados en el infierno). Aun sin negar, que aquellas escenas de la mujer comida por
culebras, pudiera representar el castigo en el infierno, a ese pecado capital de lo obsceno. Creemos que
su expresión muchas veces narra historias de la mitología antigua, contando leyendas como las de Medusa,
de las Grayas, de Equidna (y largo etcétera de monstruos serpentarios, que habitaban también en el
Averno griego). Por cuanto consideramos que la imagen que hemos analizado en la Catedral de Huesca, se
trata de la "Victoria sobre Peste", más que el mencionado "castigo a la lujuria".
http://www.tesisenred.net/bitstream/handle/10803/5191/prb2de9.pdf?sequence=2

http://tdx.cat/bitstream/handle/10803/5191/prb3de9.pdf?sequence=3

LA MUERTE EN LA FACHADA DE LA CATEDRAL DE PLASENCIA: En la imagen, podemos ver en este


bajorrelieve que recogemos (de la Catedral de Plasencia, fechable a fines del XV), una representación de
la Muerte, relacionada con la imagen de La Peste. Ello nace tras la epidemia terrible, generando entre las
iconografías religiosas y civiles este tipo de esculturas con esqueletos (denominados "muertes" y que nacen
por asociación y relación, con la terrible enfermedad). Una gran mayoría de esas "muertes", se acompañan
junto a adornos de bolitas, que a nuestro juicio rememora a los bubones de La Peste y quizás se usaran
como "un talisman", puestos en la fachada para que actuara contra esta enfermedad.

La imagen de estas "muertes" nos recuerda a la "dama amamantando ratas" que hemos estudiado en la
catedral de Huesca. Así su sentido e interpretación, pudiera ser en el caso de una y otras, el del "triunfo
sobre La Peste" (algo que históricamente se logra progresivamente en el siglo XVI; debido a que la
población fué -en parte- inmunizándose, tanto como la rata negra, desapareciendo). Pese a todo, para
quienes no consideren que La Peste y Las Muertes hayan de unirse iconográficamente; veremos en toda la
estatuaria civil y religiosa, como desde fines del siglo XIV y principios del XV, la imagen de la defunción es
la de aquella enfermedad. La mas terrible muerte de entonces; esa epidemia cuyos síntomas eran peor
que cualquier tortura. Por lo que la "dolencia negra" se representaba también con unas sierpes enrolladas
sobre un esqueleto putrefacto y en la forma del más fétido cadáver; ya que su sintomatología, era de una
pestilencia terrible. Una muerte y tortura hecha enfermedad endémica, que asoló Europa en sucesivas
"oleadas" y se propagaba en "etapas" de contagio y que regresaba cada diez años -aproximadamente- .
Apareciendo en diferentes zonas y volviendo a azotar las mismas poblaciones (una y otra vez), hasta
acabar con un tercio de la población, en menos de cinco lustros.
IMAGEN DE UNA APESTADA: Sería en estos tiempos -desde 1348 hasta 1450-, cuando los habitantes de
nuestro Continente hubieron de familiarizarse a diario con la mayor enfermedad imaginable. Tanto y tan
terrible era aquella epidemia, que crearon un género de humor (literario y artísitico) unido estrechamente
a esta. Naciendo las famosas "Danzas de la Muerte", poemas y músicas satíricas, a la vez que
representaciones en las que se reían de la vida y bailando a la muerte (llegando a ser aquel tema, los mas
divertido de los carnavales). Así las fiestas del pueblo y en las Cortes, estaban plenas de danzas, poemas y
obras teatrales macabras; como un medio de reirse de la terrible mortandad que les azotaba. Un remedio
para poder convivir con aquella epidemia que devastaba Europa en sucesivas fases y que "regresaba" cada
década. A continuación, recogemos un dibujo de "la apestada", sufriendo los famosos "bubones". Debido a
que esta enfermedad se manifestaba comunmente con la inflamación de los ganglios (en las ingles, cuello
o axilas), pasando luego a generar bultos por todo el cuerpo.

Referente a ello, hace varios años, pregunté a uno de los mas importantes especialistas de Francia en
arquitectura del gótico (François Peugheol): Qué podía significar esa proliferación de adornos en forma de
medias bolas, que aparecen en las fachadas y paredes de todo el gótico (en especial en la popular y en
época cercana al Renacimiento). A lo que me contestó que los estudiosos, en La Sorbona, habian
considerado que se trataba de formas con sentido mágico o con la intención que un "exvoto"; para
"recordar" o "protegerse" de La Peste. Y que, por tanto, simbolizaban los bubones, colocándose aquellas
hileras de bolitas en los dinteles de las puertas o de las ventanas (principalmente) para proteger la casa o
el templo de aquella epidemia. Algo que encaja con el único remedio que tenía la enfermedad en la
época, que era "el aislamiento" y "la magia". Puesto que los médicos, entonces incapaces de curarla, se
limitaban decir a los no contagiados, que habían de aislarse de los infectados, encomendarse a Dios y
rezar. Siendo el único "remedio" que podían darle, romper los bubones con un corte, por acelerar la
muerte del apestado; o en su caso, conseguir la superación del bubo (quedando inmune aquel que tras
haberle abierto las pupas, se curaba). Tan dura era aquella dolencia, que alguna de Las Danzas de la
Muerte, se bailaban al son de las risas y con letras que decían por ejemplo: "El apestado, arrancándose el
bubón, se abre con las uñas sus propias venas...." (señalando que aquello era lo mejor que se podía
hacer: Abrirse las venas en caso de verse contagiado).

Como decimos, a nuestro juicio, estas bolitas que adornan casas y edificios sagrados, desde mitad del siglo
XV al medio del XVI; seguramente son el recuerdo de los bubones, con fines terapéutico-mágicos, para
evitar que allí entrase la enfermedad. Por su parte, es seguro que debido a La Peste, se propagaron las
esculturas d e esqueletosa y calaveras, llamadas "muertes"; de las que muchas (como la que vemos arriba)
están rodeadas de esos adornos en forma de semicírculos. Por lo que estas esculturas macabras y con
bolitas en su contorno, las de apestados, o los huesos cruzados que figuran en toda la estatuaria del XV y
XVI; en principio tendrían también como misión ahuyentar la enfermedad. Algo que quizás se pretendió
también con la escultura que hemos estudiado de la Catedral de Huesca.

DEBIDO A LA CANTIDAD DE IMÁGENES FOTOGRÁFICAS Y A LA DOCUMENTACIÓN QUE CONTIENE ESTE


ARTÍCULO, PARA UN MEJOR FUNCIONAMIENTO DEL BLOG, NOS VEMOS EN LA OBLIGACIÓN DE DIVIDIRLO EN
DOS PARTES.

PASA A LA ENTRADA SIGUIENTE

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: "Castigo a La Peste", como


imagen de "la muerte vencida" en la Catedral de Huesca (Parte
Segunda)
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (13/05/2011)

PARTE II; CONTINUACIÓN: VIENE DE LA ENTRADA ANTERIOR

(SE RECOMIENDA LEER ENTRADAS ANTERIORES SOBRE ICONOGRAFIA EN CATEDRAL DE HUESCA)

BAJO ESTAS LINEAS,CHURRO GÓTICO DE AJUSTICIAR EN YEPES: Entendida quizás La Peste por algunos
como un castigo divino, se comprende que muchos la identificaran con la justicia. Así es normal que aparezcan estas
bolitas (bubones) en los churros góticos contemporaneos a la epidemia; donde se ajusticiaba a muchas personas a las
que incluso se les culpaba de la llegada de la enfermedad. Bien por ser de otra religión o por pecadores; siendo algo
extendido y promovido desde las altas esferas de fines del XV culpar a los judíos de la epidemia. Entre otros motivos,
para perseguirlos y poder confiscar sus bienes, o inculpar a los médicos por no poder controlar la enfermedad (habida
cuenta de que la profesión de físico -médico- era de hebreos). Pues la superstición y el odio de religión, hacía pensar a
muchos que Dios había enviado aquella dolencia para acabar con el Mundo (para "lavar" los pecados del hombre).
BAJO ESTAS LINEAS, CAPITEL DE TIPO GÓTICO-RENACIMIENTO POPULAR EN CAÑETE (Cuenca): Ponemos
como ejemplo de "piedra con bubones"; este capitel que contiene aquellas bolitas y que a nuestro juicio,
eran un amuleto para espantar La Peste. La proliferación de estos adornos en forma de hileras de círculos,
en Castilla y Extremadura, es enorme. Tanto que en ciudades del Renacimiento como Ciudad Rodrigo,
Salamanca, Ávila, Segovia, Plasencia, Trujillo, o Cáceres; difícil es llegar a una calle donde haya palacios o
iglesias de esta época, que no tengan en sus dinteles las semiesferas de las qua hablamos. Consideramos
que tuvieron una función "mágica" (mas que religiosa propiamente dicha) y muy parecida a la que pudo
contener la escultura de La Peste, que hemos analizado en la Catedral de Huesca. Puestas en dinteles o
puertas para evitar que allí entrase esa enfermedad (un talismán de protección contra la epidemia).

En el caso de Hueca, existe una Virgen sobre aquella escultura de La Peste (pisándola), por lo que creemos
que representa la salvación contra la epidemia y no el Castigo a la Lujuria -entre otros motivos porque La
Adúltera ha de ser una mujer bella y regordeta, que amamanta sapos o culebras (no ratas)-. Debiendo
comprenderse aquella imagen central del tímpano de la catedral, como una protección de María hacia la
ciudad. Pensando que esta representación quizás nos hable de una época en la que La Peste no había sido
superada del todo (lo que permitiría fechar la escultura y esta parte de la fachada hacia 1420- 1430).

CASA DE LA INQUISICIÓN EN ALHAMA: Como hemos dicho, uno de los motivos que daban para la aparición
de La Peste era el de que esta enfermedad había sido mandada al Mundo por Dios, para castigar a los
herejes y judíos. Habiendo quienes incluso afirmaban que la habían traído los de religión hebrea, porque
se sabia que llegó de reinos extranjeros (como Italia). De ello, no es extraño que la Casa del Santo Oficio,
presentara estas decoraciones, que tanto recuerdan a los bubones del apestado. Puesto que se aprovechó
la circunstancia de la aparición de la epidemia para promover de nuevo el antisemitismo; lo que lleva a
grandes matanzas de judíos hacia 1391, en todas las aljamas de España.

PALACIO DE JUAN DE ALAVA EN SALAMANCA, también llamada "Casa de las Muertes": Como hemos
explicado, tras los años de La Peste, la proliferación de decoraciones con motivos macabros fue tal; que
podemos decir, no hubo edificio, retablo, iglesia, o espacio en el arte del Renacimiento.... En el que, en
algún lugar no se guardase una calavera, unos huesos, o un recuerdo a la muerte terrible. Claro ejemplo
de ello, es este palacio del Renacimiento de Salamanca, hecho por Juan de Álava y vulgarmente llamado
"Casa de las Muertes"; debido a que su decoración se basa en calaveras (que se situan junto a motivos
florales, niños y hasta, entre bellas cariátides). Pertenece al momento del Plateresco, en que culminan
esas decoraciones en las que siempre existe un motivo macabro en memoria de La Peste o de La Muerte.
En esta foto -de hace más de treinta años- está asomado al balcón de este palacio, el autor del artículo.
En los años en que aún esta casa era el Consulado de Suecia y en los que pasábamos felices fines de
semana y vacaciones, junto a sus propietarios: La familia Blanco-Cobaleda, que restauró el palacete y que
aún lo mantiene maravillosamente; conteniendo hasta un jardincillo con piscina interior, decorada con
capiteles y columnas Renacimiento (conformando así el patio de la casa, junto a su pozo y sus cocheras).
ARRIBA Y ABAJO: Dos imágenes más del Palacio Juan de Álava -tomadas del libro LA CASA DE LAS MUERTES,
de Juán Álvarez Villar; editado precisamente en Salamanca y en 1981, justo en el año en que fué tomada
la foto mía anterior (asomado a la terraza principal de esta casa):

En la primera imagen, vemos la fachada entera. Se trata de una foto muy curiosa que tiene más de ocho
lustros y pertenece a los años en los que aun, Miguel de Unamuno, vivía en la casa contigua a esta (en la
calle bordadores, N.10 de Salamanca). La siguiente, muestra una de las ventanas donde podemos ver estas
calaveras llamadas "muertes" que actúan como decoración y talismán. El situar esas calaveras o "las bolas
de Peste", en los dinteles; ya dijimos que en nuestra opinión, se debe a que las ventanas y las puertas
simbolizan la entrada y salida de la casa. Por ello, llenarla de "bubones", o de esas decoraciones
macabras, debieron considerar que era un medio de ahuyentar a la misma "muerte" y seguramente se veía
como un medio de proporcionar suerte al edificio.

Como conclusión a cuanto hemos explicado en estas entrada, podemos considerar que igual función tuvo
la figura de La Peste, en la entrada de la Catedral de Huesca.
Un hecho muy curioso, referente a este palacio salmantino del que hablamos, es que en el siglo XIX,
alguien lo compró y destruyó las calaveras que había sobre su fachada (precisamente "las muertes" que
daban nombre al famoso edificio). Posiblemente, considerando que proporcionaban una "mala imagen", un
"aspecto macabro" y "de mal fario"; su decimonónico propietario tomó la iniciativa de limar las calaveras
-en los dinteles de las ventanas-, dejándolas convertidas en simples bolas. Hasta 1960, la casa había
pasado de mano en mano, deteriorandose de manera lamentable, pero afortunadamente en estos años la
adquiere Matias Blanco-Cobaleda (el hijo del banquero salmantino, de principio de siglo, y de igual
nombre). Restaurando el palacete, de forma admirable, para convertirlo en su residencia de vacaciones y
fines de semana; se preocupó, incluso, de retallar las famosas "muertes" que habían sido limadas.

Reconstruido el palacio de Juan de Álava perfectamente hacia 1965, se le restituyeron estas famosas
calaveras. Algo de lo que damos cuenta, pues explica como se pudo olvidar gran parte de la simbología e
iconología de los siglos XV y XVI desde la siguiente centuria. Ya que en el Barroco (y aún más en el
Neoclasicismo), las gentes intentaron olvidar o quitar muchos de los símbolos medievales y renacentistas
de las decoraciones, por considerarlos siniestros o macabros. De tal maera y sin conocer verdaderamente
el significado que tenían, algunos sacerdotes en los siglos XVIII y XIX, intentaron "tapar" algunos de los
muchos esqueletos y escenas tétricas en piedra de sus iglesias; tanto como amputaron estatuaria "pagana"
medieval (por considararla obscena). En estas calaveras que se limaron y hubieron de reconstruirse
observamos el caso claro de como los arquitectos y gentes civiles hasta fines del XIX, despreciaban estas
alusiones a lo macabro o a la muerte, del Gótico y de principios del Renacimiento. Por lo que no es de
extrañar que el significado de la clave de la catedral de Huesca se perdiera y se reemplazara por una
simbología en la que se aludía a La Lujuria (ya que La Peste, en 1800 estaba olvidada desde hacía siglos) .

Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé

INDICE DE CAPÍTULOS EN ESTE PDF


Recogidos de
TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE
(artículos número: 17º, 18º, 19º, 20º, 21º)
Pag. 1 ......... LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: La Lujuria, en la Catedral de Huesca (I)
Pag. 10 ......... LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFIA: "La Lujuria", en la catedral de Huesca (II)
Pag. 19 ....... LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: ¿La Lujuria, o La Peste... En la catedral de Huesca? (III)
Pag. 29 ....... LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: "Castigo a La Peste", como imagen de "la muerte vencida"
en la Catedral de Huesca (Parte Primera)
Pag. 35 ....... LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: "Castigo a La Peste", como imagen de "la muerte vencida"
en la Catedral de Huesca (Parte Segunda)

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