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La pata de Oca

En su obra “Gargantúa”, Rabelais habla de la “pata de la oca” y precisa que se trataba de un “símbolo pitagórico”. Pero,
¿Por qué la pata de la oca? En el diccionario de Frèderic Mistral, leemos:
“La reina Pédauque, imagen de mujer con pies de oca, puede verse representada en la decoración de algunas iglesias gó-
ticas, y se supone que es la representación personificada de la reina de Saba o de Berta pies grandes” Rabelais cita un
proverbio tolosano “por la rueca de la reina Péduaque”. Según esta leyenda, fundadora de la iglesia de la Dorada, poseía
una rueca encantada, inagotable a pesar del trabajo incesante. Esta rueca inagotable evoca la Materia Prima, o aún más
a la Madre Tierra, hipótesis reforzada por la presencia de una Virgen negra en el famosos santuario de la Dorada.
Todavía hoy en día existe un barrio en Toulouse que se llama “la pata de la Oca”. La tradición oral precisa que en él ha-
bía un puente tan estrecho que sólo dejaba pasar una oca. La tradición oral presenta a la reina Pédauque como reina visi-
goda, en la época en que este imperio de extendía de Toulouse a Compostela (varios siglos antes del descubrimiento de
la Tumba del Apóstol). En el “ábaco de los pédauques” citado por Henry Vincenot en su obra “Las estrellas de Compos-
tela”. Este ábaco permite trazar en una misma figura los lados de cinco cuerpos regulares con relación al diámetro de la
esfera que los circunscribe. Esta figura geométrica, semejante a la marca de la pata de la oca es el emblema que lleva-
ban los “Pédauques”, cofradía de compañeros constructores.
Desde un punto de vista práctico, para los carpinteros que a veces se hacían llamar “pie de ganso”, es el soporte exacto
de las tres vigas que sostienen el caballete del tejado. Desde un punto de vista astronómico, para el maestro de la obra
que debe realizar el plano en un santuario orientándolo correctamente, este símbolo representa las direcciones de la apa-
rición solar en los equinoccios y en los solsticios. Para el iniciado en la tradición sacerdotal de los druidas, es la repre-
sentación de los tres rayos, símbolos del Ser inefable, increado y perfecto: O.I.W. Representación de los tres atributos
primordiales: Amor, Sabiduría y Poder, orígenes de la Justicia.
El gráfico de la pata de oca coincide con la imagen de la runa céltica “MAN” que representa la parte superior del cuer-
po del hombre. La misma imagen que ya vimos en el Cristo de Puente de la Reina con los brazos abiertos hacía arriba y
no en horizontal. Todo ello nos lleva a pensar ¿qué relación tendrían los pédauques, compañeros constructores con el sa-
ber de los druidas?
(PD) Si alguien quiere buscar la imagen de dicha runa céltica le agradezco que la ponga para que todos podamos ver su
similitud con la pata de la oca

Dicen que en Iria Flavia nació Prisciliano, aquel sacerdote que pretendía armonizar las viejas creencias célticas con el
naciente cristianismo, por lo cual fue declarado hereje y “santamente” ajusticiado. Iria fue también el lugar donde, se-
gún la tradición, arribó el navío que transportaba el cadáver del apóstol Santiago. En su iglesia de Nuestra Señora de
Adina estuvo la sede episcopal, antes de trasladarse a Compostela. Y en su cementerio aparecieron numerosos sarcófa-
gos, suevos y visigodos, ss.V-VIII, en cuyas tapas figuran relieves, en “Y”, que los arqueólogos definen como “de esto-
la” y “doble estola”.
Aunque, entre ellos, hay otros con un relieve más enigmático. Son los que muestran una “Pata de Oca”, sencilla o do-
ble. Es decir, hablando con exactitud, la “runa de la vida”. Un signo de los pueblos germánicos y nórdicos, incorporado
a la escritura gótica creada por el obispo Wulfila, s.IV, para difundir las Escrituras en la lengua de los godos.
Signo muy apropiado, para los sarcófagos de fieles que esperan renacer. Pero símbolo, también muy adecuado, para los
Compañeros Constructores, peregrinos siempre en pos del conocimiento, marcados con este sello como hijos de la Ma-
dre Oca.
Entre éstos sarcófagos gallegos, suevo-visigóticos, y el crucifijo gótico de Puente la Reina (Navarra), se extiende un lar-
go camino, el “Camino”. Que, muchos, anduvieron simplemente con sus pies y, otros, con su Pata de Oca... Algunos, in-
cluso, dejaron constancia de ello sobre los sillares de los templos, grabando cruces de Oc, del país de Oc, con los cuatro
brazos en forma de “pata de oca”.

La pata palmeada se encuentra detrás del simbo


lismo de ciertas sociedades iniciáticas. Cuatro
patas de oca unidas por el centro constituyen la cruz paté de Occitania y de la orden templaria
(paté deriva
de «pata palmeada»). Dos cruces paté yuxtapuestas (una blanca y otra negra) constituyen el oc-
tógono
sagrado de los templarios, muy empleado en la arqu
itectura gótica catalana. No hay torre en Barcelona
que no tenga como base el
octógono. Allí encontraremos una de la
s pocas plazas octogonales del mundo:
la plaza Milans, sita en lo que otrora fuera
la capilla del Palacio Menor de los templarios.
Los cátaros, como los llamados cagots (lo cito en mi libro
El conocimiento secreto
), eran
llamados «patarines», no aludiendo a la patera (a la «copa sagrada»), sino a la pata de oca, que,
por
cierto, llevaban cosida —en una pieza de
paño rojo— en su manga derecha. En fin, la oca es un elemento
iconográfico (de carácter gnóstico, cátaro y pagano)
de primera categoría. En términos simbólicos,
representa el hermafroditismo, que es una forma de
denominar a la «dualidad primordial». Según Juan

Eduardo Cirlot, la oca alude al dios andrógino de muchas religiones primitivas, al rebis de los
alquimistas,
y al hombre bisexuado de Platón

El Laberinto de la Oca y el Tridente de Poseidón


Según la Historia General de España: “……el monte Idubeda (llamado así por los antiguos) se desgaja. Tiene su
principio cerca de las fuentes del Ebro, que están sobre los Pelendones, pueblos antiguos de España: por mejor decir
nace en las vertientes de Asturias, donde está un pueblo por nombre Fontibre, que es lo mismo que fuentes de Ebro.
Al presente este monte Idubeda se llama Montes de Oca del nombre de una ciudad antigua llamada Auca, cuyos ras-
tros se muestran cerca de Villafranca cinco leguas sobre Burgos…..”
http://books.google.es/books?id=-JYLAAAAYAAJ&pg=PA141&lpg=PA141&dq="+rey+Beto"+rey+de+españa&source=web&ots=2iX0bcSnp1&sig=nn4cH3qs3jKzdGP1_
0K3guYLW88&hl=es&sa=X&oi=book_result&resnum=1&ct=result#PPA3,M1

Vemos en la foto la carretera que va a Fontibre, en Reinosa y las columnas que dicen trajeron de Juliobriga y
que detrás está el cementerio municipal.
Se puede apreciar en muchos escritos antiguos que el Ebro nace en Asturias, aunque actualmente esto sea Canta-
bria.
Los reyes míticos de España, descendientes de Jafet hijo de Noé fueron seis: Túbal, Ibero, Idubeda, Brigo, Tago y
Beto. A partir de ahí empezó la famosa guerra de la Atlántida, la primera después del Diluvio y que fue protago-
nizada por el Titán Gerión que gobernó la Panínsula o Península y que fue de alguna manera el que puso fin a la
era de Cáncer, representada por el Diluvio. Después de “cortar la cabeza de la Medusa”, cosa que simboliza el fin
de la era de Cáncer, empezó la era de Géminis representada por los los mellizos que fueron el Caballo Alado Pe-
gaso y Crisaor, más conocidos como Osiris y Anubis y cuyo padre era Poseidón que se identifica también con Ge-
rión y con Pan. Osiris sucedió en el gobierno de la Panínsula a su padre, que era el representante masculino o
mesías de la era Cáncer, un arquetipo de Capricornio y por lo tanto de signo opuesto al de la era en questión,
osea que era ese Capricornio tan feo y que al nacer se asustó tanto su madre, que de ahí viene la palabra pánico,
que nació el día 25 de diciembre y que ha sido también identificado con Saturno-Satán o ese demonio con cuer-
nos, pezuñas y rabo que va armado con un tridente y que gobierna el mundo infernal y que devora a sus propios
hijos. Debemos tener en cuenta que aquí se está hablando de arquetipos de una Era, de un mesías Capricornio
que era negro, porque negro es el color de Capricornio y que se identifica también con la Piedra. Todo ello tiene
también un simbolismo alquímico.

Vemos en la foto un fragmento del sarcófago de San Félix, que está en la Colegiata de San Félix y en él vemos a
San Narciso conjurando al demonio negro que tenía poseidas a Santa Afra de Augsburgo y a sus tres sirvien-
tas. Debemos de resaltar, que de alguna manera San Narciso emula a Osiris y hasta podrían tratarse del mis-
mo, ya que las fiestas de Osiris y las del patrón de Gerona (que es San Narciso), son el mismo día 29 de octubre.
El monte Idubeda, que nace en las fuentes del Ebro recibe su nombre por Idubeda, que fue el hijo de Ibero, sien-
do esté útimo hijo de Túbal y el que da nombre a la Panínsula o Península Ibérica y al río Ibero o Ebro.
Sucedió a Idubeda su hijo Brigo, en honor del cual se fundaría Juliobriga, que está también en Reinosa o donde
nace el río Ebro. Durante el reinado de éste se fundaron diversas colonias y de entre ellas estaba Brigia, que co-
nocemos como Frigia y da nombre al Caputaque Frigide o actual Golfo de Rosas, en el Mediterraneo. En el mar
Atlántico dió nombre a las Islas Británicas.
A Brigo le sucedió su hijo Tago, en honor al cual se fundaron los Tagas o Tagos de la antigua Panínsula. Sucedio-
le a Tago su hijo Beto, que dió nombre a la Bética.

Vemos en el dibujo a San Narciso, émulo de Osiris, que ha domesticado al Dragón o fuerza oscura o Demonio Po-
seidón, que se había posesionado de Santa Afra y sus sirvientas.
“IANUA SUM”, latín traducible por “Yo soy la puerta”, estas palabras son las que suelen rezar a la entrada del
laberinto y suele representarse también a Jano (Saturno), dios de las puertas, con una cabeza cortada gigante. Ia-
nuarius o Januarius es el mes de enero, que da nombre a Jano-Saturno-Poseidón. Se identifica también con San
Pedro o la Piedra Negra o el Nigredo alquimista y con San Juan Bautista.
Vemos en la foto del lateral de la puerta de San Pedro Galligans de Gerona como aparece una cabeza cortada
que representa a Jano, el guardián de las puertas reglamentario y que evidentemente se identifica también con
San Pedro y por ello se llama San Pedro Galligans. Portan la cabeza dos caballitos que representan al Caballo
Pegaso.
La Cabeza de Jano o Cabeza de Juan, que es como le llamaban los antiguos porque encabezaba el año…se suele
fusionar también con San Juan Bautista y al juntarse con San Juan Evangelista se forma el águila bicéfala.

Vemos también en ilustraciones antiguas como se identifica al Creador con La Cabeza cortada de Jano-Pan y co-
mo se convierte también en la figura del Pantocrator, relacionando el asunto con el proceso alquímico final de la
Creación.
Jano es pués el guardián de las puertas o del Laberinto de la Oca antiguo, antiguo Camino de la Oca o Camino
de las Estrellas, el laberinto que hay que recorrer a modo de iniciación y el antiquísimo símbolo de la pata de oca
se identifica con el tridente de Poseidón y con los atlantes o astrólogos.
Es Beforo el que afirma las siguientes palabras:
“Entonces el viegifsimo entre todos los padres Noé, habiendonos yá antes educado en la Theología y Sagrados Ritos,
comenzó tambien, á educarlos en la humana Sabiduría”
No es de extrañar que cerca del nacimiento del río Ebro se halle el Pico Jano y que como dirían los antiguos está
en las Asturias, aunque actualmente esté en Cantabria.

Vista del Pico Jano, que está algo borroso por la niebla. La foto está tomada desde un alto de San Miguel de
Aguayo, desde el que se veía también el Embalse del Ebro a la izquierda de la foto. Antiguamente pasaba por
aquí el camino que subía a Aguayo, desde Orzales y que iba a Pico Jano también, que actualmente han puesto
encima el embalse de Mediajo Frio, al que suben el agua del embalse del Ebro por una cañería y que luego lo ba-
jan al embalse de Alsa, que está más abajo del Pico Jano.
El camino que subía de Orzales, al llegar a San Miguel de Aguayo, se encontraba con el barrio de Somavía, que
como su nombre indica era una especie de vía o camino del soma; que nos recuerda a los Vedas y al Idubeda y a
los anakoretas o sacerdotes de Anak o Enoch que poblaron esos montes y que fundaron las ermitas rupestres que
hay por la zona.
Pico jano o Ano, como también le dicen los lugareños.
Según el libro Asturias Ilustrada:
“Los celtiberos fue nombre, que se dió a los celtas, que habitaron junto al río Hebro, y el nacimiento de este río ya
diximos era en Cantabria antigua, bien cerca de las montañas que hoy corresponden a Asturias, y afsi lo afirma el
mismo Strabon diciendo:
El nacimiento de el Hebro es en la Cantabria. Los vecinos de estos, que habitan en la parte de el Boreas, o Septen-
trión, son los que oy habitan las Montañas de quatro Villas, y en las de Asturias”
El nombre de Asturias viene de Astur, que según la Cósmología de Tolomeo: Afterio o Aftur (que es Asterio o As-
tur según se lea porque la s y la f se confunden) es hermano de Hércules, ambos hijos de Osiris. Astur se llamó a
Mercurio Trismegistro.
Véase también:

El Antiguo de los Días y su hija la Reina Munt

http://patadeoca.blogspot.cl/
Charpentier afirma que en cualquier mitología la Oca es un símbolo que refleja al “iniciado” y ello seda des-
de la más remota antigüedad. Habitualmentela Oca es simbolizada por su pata, lo que parece co-rrecto por
ser éste el principal signo distintivo deella.El símbolo conocido como “pata deoca”, es una runa, en concreto
la “runa dela vida”. Es la señal que otorga Melusina,la Madre Tierra céltica, compañera deldios Lug.
- Rafael Alarcón Herrera -
Ella, cuya particularidad es que posee un pie deoca, marca con este signo a los caballeros iniciados,“caballe-
ros cygnatus”, llámense Parzival, Lohen-grin, o Raimundo de Lusignan. Son estos personajes“cygnatus”, se-
ñalados con el signo de la Oca, loshéroes de numerosos cuentos, romances y leyendas.Aparecen empuñan-
do espadas encantadas y cabal-gan mágicos corceles. Cabalgan sobre la Cábala, ve-hículo del conocimiento,
guiados por Mamá Oca, laMadre Tierra.

Melusina...la mujer serpiente

Una de las leyendas más famosas dentro del imaginario colectivo medieval es la de Melu-
sina, la mujer serpiente. Esta leyenda es recogida por primera vez por Jean D'Arras quien
escribió una novela titulada La Noble Historia de Lusignan o La historia de Melusina(s.
XIV) en prosa. Sin embargo, Melusina es un hada muy vieja nacida en un pasado muy re-
moto. Algunos ven en ella una deidad celta protectora de la Font de Sé (Fuente de la
Sed), otros creen que fue una superviviente de la Meluciena de los escitas. Los historiado-
res encuentran en ella la personificación de auténticas heroínas como la Reina Sibila. Co-
mo vemos hay variedad de interpretaciones sobre este personaje, su simbolismo y el sign-
ficado de la leyenda, pero sólo hay un relatode los hechos, así que pasemos a exponer-
los.

La leyenda del hada Melusina comienza en el momento que su madre, El hada Pressi-
na, la maldice condenándola a ser eso, mitad mujer, mitad serpiente en castigo por haber
encerrado a su padre, el rey Elinas de Escocia en la montaña mágica de Northumberland
a causa de una falta no tan grave como para ser penada con semejante severidad –de he-
cho la falta era el quebrantamiento de la consabida promesa dada, en este caso a su ma-
dre Pressina.
Cuenta la leyenda que el
rey Elinas de Albión perdió a su mujer muy joven, y nada podía consolarlo. Para intentar olvidar su soledad salía cada
mañana a cazar sin ninguna compañía. Un día, a mitad de la jornada, llevado por el cansancio se acercó a una fuente a
beber.
Una bella mujer de cabellos rubios y piel blanca estaba sentada en el borde de la fuente. La joven se llamaba Pressina y
era un hada de buen corazón. Cuentan que el rey, nada más verla, quedó impresionado de la belleza de la joven y le pi-
dió que se casara con ella. - Me casaré contigo, noble caballero, pero tienes que prometerme una cosa. Nunca podrás
verme en el momento de dar a luz, porque entonces me veré obligada a dejar tu presencia. - Así lo haré, amada mía. Y
cuentan que se casaron y fueron muy felices. Llevaban muy poco tiempo de casados cuando ella quedó en estado, y el
día del parto avisaron las doncellas al rey de que su mujer estaba dando a luz a tres hermosas niñas.
El padre, llevado por la emoción, entró en la alcoba ante la sorpresa de su amada. En ese momento desaparecieron las
cuatro, el hada Pressina y sus tres hijas: Melior, Palestina y Melusina, que se refugiaron en la Isla de Avalon.
Crecieron las niñas sabiendo que vivían pobremente allí cuando podían ser princesas, si no hubiera sido por el descuido
de su padre, y desde muy pequeñas reprocharon a su padre el error que cometió. Con los años este sentimiento se fue
convirtiendo en odio y querían venganza. Incitadas por Melusina, las tres hermanas aprovecharon un descuido para en-
cerrar a su padre en el Monte Braudelois, de donde no pudo salir. Cuando la madre supo lo que sus hijas habían hecho
con el hombre que ella tanto había amado les echó una maldición. Melior fue encerrada en un castillo,
condenada hasta el fin de sus días a proteger a un gavilán prodigioso,
pero a pesar del encierro conservaba su belleza. Palestina no podía salir de una cueva en el condado de Barcelona.

Después de esto, y junto a una fuente, tiene lugar el encuentro entre Raymondin y Melu-
sina. Cierto día, habiendo salido a cazar, Raymondin mata accidentalmente a otro noble
cuando lo que intentaba era salvarle la vida del ataque de un jabalí. Desolado e invadido
por la desesperación, Raymondin vaga por los bosques sin saber como comunicará tan in-
fausta nueva a los hijos del muerto, mas hete aquí que, junto a una fuente, La fuente de la
Sed, se encuentra a una bella muchacha vestida de blanco: es el hada Melusina. Melusi-
na le consuela y le da la solución para explicar a los hijos del conde de Poitou, como suce-
dió la muerte accidental de su padre. Raymondin, prendado tanto de su belleza como de
su sabiduría, la pide en matrimonio, imponiéndole ella sólo la condición de que los sába-
dos le permita retirarse a sus aposentos sin ser vista en todo un día y una noche, a lo que
su enamorado se aviene sin discutir.
El caballero regresa a la corte del hermano de su padre y relata a sus primos como su-
cedieron los hechos conducentes a la muerte del conde; sus primos aprecian la nobleza
de su conducta y no tienen nada que reprocharle, al contrario, pues le ofrecen como rega-
lo de bodas unas tierras que él debe elegir, entonces el hada Melusina le aconseja que pi-
da toda la extensión que pueda caber en una piel de ciervo, y, cogiendo esa piel, hace lar-
gas tiras de ella, las cuales, al ser enlazadas, dan un inmenso territorio que desde enton-
ces será su feudo.Ambos contrajeron nupcias y Melusina le hizo el presente de construir,
con ayuda de otras hadas y entidades mágicas, el castillo de Lusignan para él, aparte de
la capilla en la que se casaron. Vivieron felices muchos años, hasta que un malhadado
día, el conde de Forez, hermano de Raymondin, en el transcurso de una alegre cena que
se celebraba precisamente la noche de un sábado, vertió insidioso en su oído comprome-
tedoras dudas acerca de la desaparición de su esposa Melusina, ya que no compartía con
ellos la mesa. Entonces, Raymondin, acicateada su curiosidad, subió a las estancias del
hada y espiándola por el agujero de la cerradura pudo descubrir el secreto tan celosamen-
te guardado; ella estaba en el baño y de cintura para abajo era una serpiente.

Con todo, y porque la amaba, Raymondin prefirió callar y no comentarle a nadie lo que
había visto.Sin embargo, tiempo después, uno de sus hijos, Geoffroy, enzarzado en lucha
fraticida con su hermano Fromont, acabó con la vida de éste, arrasando el convento en
donde era monje, con cuya existencia pagaron también los demás religiosos al haberle
acogido. Raymomdin entonces acusó a Melusina de haberle traído la desgracia a su lina-
je, y rechazando las muestras de consuelo que su esposa le ofrecía la trató de odiosa ser-
piente, lo cual hizo comprender al hada que el secreto había sido descubierto, o sea, que
Raymondin no cumplió su palabra dada como caballero.
Melusina, herida en lo más profundo por la traición, se encolerizó y huyó volando del cas-
tillo, para no volver más que de noche a visitar a sus hijos, pero nunca a Raymondin,
quien la perdió para siempre, acabando sus días como ermitaño en la montaña de Mont-
serrat Según la leyenda, el hada Melusina acostumbróse a volar entorno al castillo de Lu-
signan cada vez que los condes iban a morir, alertando a sus moradores con gritos y la-
mentos.

Una posible explicación a la leyenda.

Según la escritora especialista en hadas Estrella Cardona, el origen de esta leyenda lo hallamos en las
hadas acuáticas. La simbología del agua, en las más antiguas culturas del planeta, se halla unida a la fecundidad igual
que las serpientes -y por deformación, o transformación, también los dragones. Fue en tiempos remotos que bien pode-
mos llamar prehistóricos, cuando el misterio de la maternidad tenía sometido al varón de la especie que adjudicaba unos
poderes incomprensibles, y por ello mágicos, a la mujer, el matriarcado imperaba en la sociedad de su época; la mujer
era dadora de vida y las diosas gobernaban la Tierra muy por encima de sus homónimos ( ya que en épocas pretéritas,
incluso el sol era una deidad femenina), luego, cuando el hombre descubrió que él tenía arte y parte en el misterio de la
concepción, las cosas cambiaron hasta el punto que ancestrales saberes tuvieron que disfrazarse con ropajes diferentes;
de ser madres y señoras, sacerdotisas de fecundidad adoradas sin discusión, las mujeres empezaron a convertirse en he-
chiceras, brujas o hadas (que viene a ser lo mismo), y éstas a su vez en leyenda, una leyenda que intentaba preservar lo
poco que les quedaba ya del concepto sagrado de un divino ministerio, el de dar la vida, y Melusina es una de ellas: ha-
da y leyenda.

link complementario donde describe los hijos de Melusina y Raimondin:

http://sobreleyendas.com/2008/04/16/la-leyenda-de-melusina/

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