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Ángela Bastos Estética

ESPINARIO

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Ángela Bastos Estética

Práctica: Construya su propio Mnemosyne BilderAtlas

Autor/es: Ángela Bastos Rodríguez

Título de la plancha: El Espinario

Leyenda de las imágenes: Original: Anónimo. (s.I a.C). El Espinario. Museo Capitolino.
Roma

Explicación iconográfica (imágenes y textos):

La primera imagen y la que dará origen a multitud de representaciones en periodos


posteriores es El Espinario o El niño de la espina, de época helenística. La leyenda detrás
de esta escultura es la de rendir homenaje a un joven pastor, Martius, que en su tarea
de enviar un mensaje no se detuvo a retirar siquiera la espina que tenía clavada hasta
una vez finalizada su labor. Se cree que esta leyenda surgió durante el Renacimiento,
cuando se abandonó el pensamiento negativo que primó durante la Edad Media.

Esta es una de las interpretaciones que podemos encontrar de esta obra.


Posteriormente y, como veremos, en la Edad Media este gesto de retirarse la espina
cobrará otro significado y, a día de hoy, podemos incluso proporcionar nuestra propia
visión o perspectiva sobre esta obra original, como realizaré como conclusión.

La imagen que encontramos a la izquierda procede de la Portada lateral derecha de la


fachada norte de la Catedral de Chambres. (c.1210-1220). Marcolfo como Espinario.

Como vemos, se trata del mismo gesto, pero su ubicación ya nos está indicando que su
significado no será el mismo que en el anterior y el personaje protagonista no es un
joven atlético, sino un enano, a quienes se les asociaba, ya desde época de Aristóteles,
un gran tamaño de los órganos sexuales. Se ha relacionado esta escultura con el
interlocutor de Salomón, el enano Marcolfo, por lo que se recoge en la paródica
disputatio de un libellus latino de origen alemán. (s. XII). (Moralejo, 1979). Apreciamos
características en él como una cabeza grande, ciertos rasgos que podríamos considerar
grotescos y estatura y piernas cortas y arqueadas, tal y como se describía en su retrato
literario. Cabe destacar que, durante la Edad Media y hasta el año 1471, el Espinario
original se encontraba expuesto en lo alto de una columna frente al Palacio de Letrán
(Alcalde, 2020), destacando, por su posición elevada, los órganos sexuales del joven.
Esto llevaría al Maestro Gregorio en su De mirabilibus urbis romae a identificar la imagen
con el dios rústico de la fertilidad, Príapo y, a partir de aquí, surgiría la cristianización
de la figura, vinculándola a la lujuria y considerando la espina como símbolo o alegoría

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del pecado. Esto podríamos relacionarlo con pasajes de la biblia, como el siguiente
(Génesis 3:17-19):

Las espinas representan, desde el mismo origen del mundo, un símbolo maldito,
manchado por el pecado original. Sin embargo, aunque no es motivo de este trabajo
debido a los límites del mismo, las espinas cobrarán una nueva resignificación dentro
del cristianismo cuando a Jesucristo se le coloca la corona de espinas sobre su cabeza.

La representación de los pecados y de los excesos aparece siempre en los límites, es


decir, todas estas esculturas, estos, por así decirlo, contraejemplos, se sitúan a la
entrada de los edificios devocionales, en lugares limítrofes, porque son los márgenes los
que siempre tienen que ver con el placer y la diversión. La escultura tiene así dos
finalidades; una ornamental y otra pedagógica, esta última es la que domina y remite
a lo moral y a la exhibición de aquello que no se debe hacer.

Sin embargo, cabe mencionar que existen otras opiniones acerca del significado del
gesto como las que aportó el autor germano Heckscher, entre ellas la alusión a una
enfermedad física o la imagen de un dios pagano.

La imagen de la derecha es una de las cuatro figuras de las mochetas de la portada del
Sarmental (c.1240) de la Catedral de Burgos, que cumpliría con los mismos objetivos
anteriormente mencionados.

Posteriormente, ya durante el Renacimiento, numerosos pintores se inspiraron en la


Antigüedad para sus creaciones, lejos ya de conseguir una misión didáctica.

Un ejemplo lo podemos encontrar en la imagen inferior izquierda (Cranach, L. The Elder.


(1530). Apolo y Diana. [Óleo sobre tabla]. Bélgica.) donde la figura que ejecuta el gesto
es una mujer, la diosa Diana, que se vincula con la castidad y la caza. Aquí ya vemos
claros algunos elementos que definen el Renacimiento como la individualidad y el
naturalismo. El paisaje detrás de los dioses es importante, destaca. Podemos ver cómo
el pelo de Diana se riza alrededor de las astas del ciervo y aquí el gesto nos remite a una
expresión individual, que no tiene que ver tanto con una codificación fijada, sino que
expresa un sentimiento, una emoción, depende de la espontaneidad y parte de un
individuo. Ese es precisamente el cambio que adquiere la gestualidad del arte medieval
al renacentista.

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Otro ejemplo de este gesto moderno con connotaciones eróticas es la imagen inferior
izquierda (Haldeman, I. (1985). Spinario. [Acrílico sobre lienzo]. Colorado, EEUU. Ya de
por sí, los perritos calientes antropomórficos de esta artista están llenos de sensualidad,
de nociones de deseo y consumo, lo que se acentúa todavía más con el gesto del
espinario.

El último ejemplo sobre el que voy a reflexionar y aportar mi propia interpretación es la


imagen inferior central. (Claesz, P. (1628). Naturaleza muerta Vanitas con el
Espinario. [Óleo sobre panel]. Países Bajos.) Y el texto que apoyará dicha reflexión es el
siguiente fragmento de las cartas de Vincent Van Gogh a su hermano (Gogh, 1886-89):

Con este óleo y este texto podríamos interpretar cómo el artista, tanto en la antigüedad
como en el día de hoy, vive en agonía y sufrimiento, ya sea por falta de creatividad en
algún momento dado, por críticas o por autoexigencia. Su obra sería esa pequeña espina
que, aunque diminuta, dificulta todas sus tareas cotidianas.

Bibliografía
Alcalde, J. A. (Jueves 3 de Diciembre de 2020). Los guardianes del umbral. Diario de
Burgos.

Gogh, V. V. (1886-89). The Letters of Vincent van Gogh to his brother. Londres:
Constable & co.

Moralejo, S. (1979). Marcolfo, El espinario, priapo: un testimonio iconográfico gallego.


(págs. 331-355). Santiago de Compostela: Separata.

Úbeda Martínez, V. (2018). Imagen, valoración y uso del pasado en la Roma medieval.
(Tesis doctoral). Universidad Autónoma de Madrid.

Castiñeiras González, M.A. (1996). El calendario medieval hispano. Texto e imágenes


(siglos XI-XIV), Salamanca: Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura.

Henández Garrido, J.L. (2015). Mala espina: de la estatuaria antigua a la escultura


medieval y otros afeites. Studia Zamorensia. Vol. XIV. 53-78.

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Marcolfo. Peana de la estatua-columna de Salomón en la portada occidental de la fachada
septentrional del crucero de la catedral de Chartres (Francia). C.1210-1220.

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