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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA NACIONAL DE FORMACION PROFESIONAL POLICIAL

CURSO DE CAPACITACIÓN EN INVESTIGACIÓN CRIMINAL EN EL MARCO DEL CÓDIGO


PROCESAL PENAL

TEMA:

INTERROGATORIO POLICIAL Y DE CONFESIÓN SINCERA EN EL


PROCESO PENAL.

PARTICIPANTES:
1. TNTE PNP ROJAS CASTRO PERCY
2. ST3 PNP MATOS VIVANCO SANDRA LUZ
3. S1 PNP VASQUEZ VERA DEYSY JANETH
4. S1 PNP PEREZ GONZALES GABY JACKELIN
5. S1 PNP GALVEZ INFANTE FIORELLE MEDALY
6. S2 PNP PUMA GIRALDO RENZO EFRAIN
7. S2 PNP CRUZ VALDIVIA LUCIO HUMBERTO
8. S2 PNP HUAMAN BRINGAS ROSMERY ISABEL
9. S3 PNP CIEZA DIAZ EDGAR ALEXANDER
10. S3 PNP DIAZ CRUZ YESSICA ARACELI

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CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DEL ESTUDIO

1. CARACTERIZACION DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA

En la historia del proceso penal ha existido una marcada tendencia,


de quien oficia de investigador o instructor, en generar de cualquier
manera, que el imputado acepte o reconozca los hechos
incriminados, han existido muchos casos en los que se realiza este
tipo de actividad manifestándose un total desprecio por la libertad y la
dignidad del investigado, afectándose incluso su libertad. Haciéndose
uso, así mismo, formalmente, de la violencia o la intimidación, como
por ejemplo la tortura y las amenazas, como ocurría en el sistema
inquisitivo puro, que estuvo vigente durante los siglos XIII al XVIII. En
el mencionado sistema, las autoridades realizaban la búsqueda de la
verdad a través de la reconstrucción de los hechos por parte del
mismo agente; lo que llevó a considerar a la confesión como una
prueba plena, como “la reina de las pruebas”, la principal de las
pruebas o la probatio probatissima, pese a que dicho acto vulneraba
el “instinto de mantenimiento de inocencia” o la “esperanza de
exculpación” del investigado dentro del proceso, debiéndose tener el
consideración que todos los hombres, normalmente, tratan de evitar y
rechazar aquello que pueda causarle perjuicio, en el presente caso, la
limitación de su libertad personal, a través de una pena privativa de
libertad.

1.1.1 DIAGNOSTICO

La problemática que sucede en el proceso del interrogatorio policial


durante el proceso penal se basa en que este se emerge en el inicio
de las evidencias e indicios de manera interpretativa por parte del
delincuente, determinando que casi la totalidad de estos procesos

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culmina con la imposición de una sentencia con pena privativa de la
libertad efectiva o suspendida en su ejecución, esta última genera un
problema grave de trascendencia social: el hacinamiento penitenciario
o mejor dicho una sobre población de los centros penitenciarios.
Directamente hablando, la presente investigación se desarrollará en
los Juzgados Penales de la Corte Superior de Justicia, donde se
encuentran los juzgados de investigación preparatoria y los juzgados
de juzgamiento o de flagrancia delictiva. En todo momento se
enfocara en la relación que guarda el Interrogatorio Policial y
posteriormente la confesión sincera en el proceso penal.

1.2 FORMULACION DEL PROBLEMA

 ¿Porque el uso de la tortura como método de interrogatorio?


 ¿Cuáles son los criterios jurisprudenciales de la Corte Suprema de
Justicia del Perú respecto de la institución denominada “confesión
sincera”?

1.2.1 IDENTIFICACION DEL PROBLEMA


 Las denuncias interpuestas en contra de efectivos policiales por
delitos que asemejan a la tortura, secuestro, abuso de autoridad y
otros.

 ¿En qué circunstancias la Corte Suprema de Justicia del Perú


considera la declaración del imputado como una confesión sincera?

1.2.2 SELECCIÓN DEL PROBLEMA


 La mala ejecución del Interrogatorio Policial que conlleva al mal
proceso penal y no coadyuva a la imputación, denuncias en contra del
personal policial como también confesión del autor del hecho delictivo.

1.2.3 DELIMITACION DEL PROBLEMA

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 En esta investigación se pudo reconocer limitaciones financieras,
dado que para la elaboración de la presente monografía de
investigación no se contó con un financiamiento externo, sino
únicamente con recursos propios.

1.2.4 ENUNCIADO DEL PROBLEMA

A. PROBLEMA PRINCIPAL

 ¿Cuál es el Nivel de conocimiento de los tipos de preguntas sobre


interrogatorios y contrainterrogatorios?

 ¿Cuál es el Nivel de conocimiento de las técnicas se oralidad?

 La evolución del Derecho Procesal penal y en sobre todo, del


reconocimiento de sus principios fundamentales (respetándose los
derechos y garantías del procesado), y así poder afirmar que la
confesión es insuficiente para que el juez fundamente una condena,
es decir, para destruir la garantía constitucional denominada
presunción de inocencia.

B. PROBLEMAS SECUNDARIOS
o ¿Cuál es el Nivel de conocimiento le las leyes relacionados con la
teoría del caso?

o El progreso de la ciencia y de la técnica, han permitido utilizar dentro


del proceso penal diferentes métodos científicos con la finalidad de
descubrir la verdad, la confesión, por lo tanto, está perdiendo eficacia.
Sin embargo, todavía existe entre las instituciones del sistema penal
marcado interés por lograr que el inculpado confiese que es
responsable penalmente.

1.3 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION

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1.3.1 OBJETIVO GENERAL
 Determinar el nivel de conocimiento de los efectivos policiales en el
interrogatorio y contrainterrogatorio, durante el proceso penal.

 Identificar los factores que, de acuerdo a la doctrina jurisprudencial de


la Corte Suprema del Perú, corresponden a la figura procesal de la
confesión sincera, con la finalidad de adaptarlo al tema de la
graduación de la pena, lográndose a través de esta figura la eventual
aplicación del beneficio señalado en el código adjetivo, consistente en
la reducción de la pena.

1.3.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS


 Determinar el nivel de conocimiento de los efectivos policiales, sobre
los tipos de preguntas relacionados al interrogatorio y
contrainterrogatorio.

 Determinar el nivel de conocimiento le las leyes relacionados con la


teoría del caso

 Determinar el nivel de conocimiento de los abogados, sobre las


técnicas de oralidad en Interrogatorio.

 Demostrar con la presente investigación que se tiene que dar una


uniforme aplicación de los supuestos señalado dentro de la figura
procesal de la confesión sincera, y de esta manera contribuir a
fortalecer una percepción de seguridad jurídica dentro de nuestro
medio social, sobre todo entre las instituciones que se encargan de
administrar justicia.

1.4 JUSTIFICACION E IMPORTANCIA

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 A través de la presente monografía, se establece en dar en
conocimiento de las distintas opiniones y críticas en razón de los
abogados, juristas y especialistas en el tema jurídico penal, asimismo
las razones que nos impulsan para la elaboración del presente
trabajo, es poder determinar criterios, dentro del conocimiento
científico, que nos permitan verificar en qué circunstancias estaremos
ante una confesión sincera, puesto que en la jurisprudencia expedida
en los diferentes órganos jurisdiccionales, existen contradicciones y
parecería incluso que la dogmática procesal penal no se pone de
acuerdo en algunas características que tendría que tener la figura
jurídica en estudio. Asimismo, afianzar el correcto desenvolvimiento
de un agente policial en circunstancias de un interrogatorio.

 La confesión sincera es una institución que aún no ha sido


debidamente estudiada ni desarrollada en toda su complejidad. Existe
una diversidad de opiniones, tanto a nivel de la Magistratura como en
los Letrados, quienes finalmente inciden en la postura que adoptarán
sus patrocinados- que dificultan, precisamente la aplicación y
valoración objetiva de la confesión sincera al momento de dictar
sentencia. La existencia de una marcada tendencia en la Magistratura
de exigir requisitos no contemplados en los diversos dispositivos que
norman la confesión sincera; como el que no sea reincidente, ni
habitual, el mostrar arrepentimiento (que consideramos es una
cuestión absolutamente subjetiva, de acuerdo al criterio que pueda
tener cada juzgador y, por tanto, poco confiable) uniformidad en la
declaración o por el tipo del delito. Un importante porcentaje de
Magistrados entrevistados y Letrados no conocía o no recordaba
algún precedente vinculante relacionado con la confesión sincera.
Esto a pesar del importante esfuerzo y aporte que vienen realizando
los Magistrados de la Corte Suprema por contribuir a la predictibilidad
de la administración de la justicia penal en nuestro país. Sí es
preocupante que un importante número de abogados no consideran a
la confesión sincera como una eficiente estrategia de defensa, razón

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por la que no lo invocan, aun cuando sostenga que es por temor a no
saber cuál es el criterio de la Sala, lo que evidencia un
desconocimiento del ámbito y alcances de esta institución
CAPÍTULO II

MARCO TEORICO

2.1 ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION

INTERROGATORIO
El enfoque general de las entrevistas en los Estados Unidos
durante los últimos 50 años se ha alejado de la utilización de técnicas
coercitivas acercándose hacia la manipulación psicológica y el
engaño. Estas técnicas pueden ser muy eficaces rompiendo la
resistencia del sospechoso durante el interrogatorio.
Desafortunadamente, entrañan ciertos riesgos y el propósito del
artículo es señalar las consecuencias indeseadas de las técnicas
coercitivas y manipulativas de interrogatorio recomendadas en
algunos manuales.
Los dos cambios más innovadores para reforzar la fiabilidad y la
imparcialidad de los interrogatorios policiales son las grabaciones de
las entrevistas y la presencia de “adultos responsables” para evitar
que las personas vulnerables hagan falsas declaraciones.

LA CONFESIÓN SINCERA

INTERNACIONAL .- Podemos comenzar señalando que


MITTERMAIER, cuando analizaba los motivos de la confesión,
indicaba que la sociedad “nunca se muestra más convencida de la
culpabilidad del acusado, que cuando sabe que ha emanado de él
una confesión completa” (MITTERMAIER, 2006, 217), por ello, como
ya hemos mencionado con anterioridad, pese a la evolución del
proceso penal, siempre se mantiene una marcada tendencia por parte

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del investigador, de lograr que el imputado se reconozca responsable
penalmente, sin importar el medio y a cualquier precio. Muchas veces
las autoridades, con el objetivo de lograr la confesión, han vulnerado y
menoscabado la libertad y la dignidad del inculpado, haciendo uso,
incluso, formalmente, de la despreciable violencia en diferentes
manifestaciones, como ejemplos de lo mencionado, tenemos a la
tortura y a la amenaza utilizada en el sistema inquisitivo puro que
estuvo vigente durante los siglos XIII al XVIII, y que era el más duro
de los sistemas procesales. En este, la verdad histórica del caso se
buscaba a través de la reconstrucción de los hechos realizada por el
propio sujeto activo del delito, esto llevó a considerar a la figura
procesal de la confesión como prueba suficiente, además de directa y
plena, pese a contrariar tal actuación, de acuerdo a TABOADA “el
natural ‘instinto de conservación de inocencia’ o la ‘esperanza de
exculpación’ del imputado en el proceso, en la experiencia común de
que todo hombre de sano juicio evita y rechaza aquello que pueda
causarle perjuicio” (TABOADA, 2008, 213). Ya en otras épocas, con
la penetración del pensamiento liberal en el proceso penal del siglo
XIX, la doctrina y la jurisprudencia, de acuerdo con ROXIN “abrieron
paso a la idea de que el imputado debía ser reconocido como un
sujeto procesal dotado de derechos autónomos en el proceso”
(ROXIN, 2000, 124), y que dicho imputado podía hacer valer sus
derechos constitucionales desde el primer momento en que las
instituciones del sistema penal procedían a atribuirle participación en
un delito.
De acuerdo a HORVITZ y LÓPEZ, “esta posición provenía de la
consideración estricta del principio de presunción de inocencia o de
no culpabilidad” (HORVITZ y LÓPEZ, 2005, 225), garantía que
permitía superar la concepción inquisitiva que hemos indicado líneas
arriba, de ver al imputado sólo como un objeto del proceso y de la
investigación, es decir, sólo como una fuente de información que tenía
el fin la determinación de la verdad material. La evolución de la
doctrina de los derechos y garantías constitucionales del procesado,

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dentro del proceso penal, nos permite afirmar actualmente que la
confesión no resulta suficiente para que un juez expida una sentencia
condenatoria, o sirva para destruir el principio de presunción de
inocencia, consagrado en la Constitución y en el Código Procesal
penal. Podemos indicar que la evolución de las ciencias permite la
utilización de métodos científicos en la investigación, dentro de un
proceso penal, con la finalidad de descubrir la verdad. Como vemos,
en el transcurso del tiempo la confesión está perdiendo eficacia. Sin
embargo, todavía existe un preocupante interés por parte de las
autoridades de lograr la confesión del imputado, CAFFERATA
NORES señala que tres razones explican este fenómeno:
1) El juez teniendo una confesión se siente más tranquilo al dictar
una sentencia condenatoria;
2) No es el juez quien condena al imputado, sino que es el mismo
imputado que confesando se condena a sí mismo; y
3) La confesión lleva a la sociedad, a la opinión pública, a una
impresión indubitable de la justicia del pronunciamiento; la comunidad
frente a un imputado confeso no duda normalmente de la corrección
de la sentencia”. (CAFFERATA NORES, 2001, 169)

NACIONAL.- En nuestro medio, CUBAS VILLANUEVA señala


que “el uso y abuso exagerado de la confesión frente a un hecho
delictivo no sólo correspondía a la Policía Nacional, encargada de la
investigación preliminar (institución interesada en encontrar ‘un
culpable que se auto inculpe mediante una confesión), sino también a
los magistrados que se preocupaban demasiado por ‘arrancar’ una
confesión; esto ocurría, inclusive, cuando existían otras pruebas
fehacientes en el expediente sobre la comisión del delito y la
responsabilidad del procesado, pese a lo cual se insistía, una y otra
vez, que el acusado diga la verdad y señale si era el autor del delito”
(CUBAS VILLANUEVA, 2000). Como ya hemos indicado líneas arriba,
la figura procesal de la confesión se encuentra regulada en el artículo
160° del Código Procesal penal, cuya naturaleza jurídica sería un

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medio de prueba, el mismo que consistiría en el reconocimiento por
parte del investigado, de manera sincera y espontánea de los actos
que se le incriminan; no obstante, para que dicha figura sea legítima,
tiene necesariamente que ser confirmado con los demás elementos
de convicción actuados de manera válida dentro del proceso penal
que es incoado. De ser considerada muchos años atrás como una
prueba plena, ahora de acuerdo a TABOADA “es un medio de prueba
más, pero no cualquiera” (TABOADA, 2008, 215), pues la presencia
de la confesión siempre tendrá que dar un plus de certeza a los
jueces y con ello estos podrían sustentar la expedición de una
sentencia condenatoria. Al analizar en detalle la confesión, podemos
hacer una distinción entre un examen formal y un examen material de
la misma. El primero correspondería a la integridad de la confesión y
a su libertad de producción, o, en todo caso, si está es obligada o
sugerida por las autoridades del sistema penal, debiéndose evaluar
su motivo. Es importante tener en consideración que resulta muy
convincente la confesión del imputado que nace del arrepentimiento,
o puede ser también de la conciencia de la responsabilidad penal o,
de repente por la resignación del inculpado ante la condena o sanción
inevitable. Deberá considerarse también la confesión que nace de
algunos sentimientos que pueden ser extraños a la verdad fáctica,
como es el caso del conmiseración o quizá la depresión motivado por
un interrogatorio prolongado, el mismo que fuera realizado por varias
horas; GORPHE señala que también se tiene que tener en cuenta “la
esperanza de obtener la clemencia de los jueces; el deseo de
aparecer en asuntos sensacionales; la necesidad instintiva de efusión
ante actos que han producido una fuerte impresión; la venganza
contra un cómplice o, al contrario, el deseo de encubrirlo, entre otros
móviles” (GORPHE, 1950, 225). Es importante, entonces, conocer
que es lo que habría motivado la confesión del imputado, y así
apreciar si la misma puede ser creíble o no.

2.2 BASES TEORICAS

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INTERROGATORIO POLICIAL
“La serie o catálogo de preguntas que se hacen a los testigos
para probar o averiguar la verdad de los hechos. Luego que se abre la
causa a prueba, cada litigante forma su interrogatorio con varios
artículos o preguntas, de las cuales la primera y última se llaman
generales, porque en todos se ponen, y las demás especiales o útiles,
porque conciernen al punto que se controvierte, y le presenta al juez
con un pedimento para que a su tenor sean examinados los testigos
que se presentaren a este fin. Las preguntas generales se reducen a
si el testigo conoce a las partes que litigan; si tiene noticia del pleito; si
es pariente por consanguinidad o afinidad de alguna de ellas, y en
qué grado; sí es amigo íntimo suyo o enemigo capital; si tiene interés
en la causa; si desea que gane alguno de los litigantes, y cuál,
aunque no tenga razón; si fue sobornado o intimidado para que
mienta u oculte la verdad, y si está pronto a decirla, aunque se halle
en alguna de estas circunstancias. Estas preguntas tienen por objeto
saber si los testigos tienen alguna tacha que desvanezca o disminuya
la fuerza de su deposición; y así es que no debe el juez dejar de
examinarlos, aunque vea que pueden ser tachados. También les ha
de preguntar, aunque en el interrogatorio no se mencione, la edad, el
oficio o destino y la vecindad: la edad, para saber si tienen la que el
derecho exige para dar testimonio; el oficio o destino, porque si este
fuere vil, se supone al testigo capaz de soborno y de mentira; la
vecindad, para averiguar en caso necesario su carácter y conducta.
Buscarle y castigarle en caso de perjurio, y para otros fines que
convengan al colitigante. Las preguntas útiles o especiales, que son
las que conciernen al asunto litigioso, han de expresarse con toda
claridad y distinción, formando artículo separado de cada hecho que
intente probarse, y han de ceñirse a lo alegado y excepcionado en el
pleito, bajo el concepto que el juez debe desechar todas aquellas
preguntas o artículos impertinentes que no conduzcan a la
averiguación de lo controvertido; bien que como el cúmulo de

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negocios no le suele dar tiempo para el examen e inspección de cada
interrogatorio, está puesto en uso que lo haya por presentado en
cuanto es pertinente, con cuya cláusula se pone a cubierto de la ley, y
desestima luego los dichos de los testigos sobre los artículos
inconducentes. La última pregunta que se hace a los testigos,
pertenece a las generales, como hemos insinuado, y se reduce a una
mera fórmula relativa a la fama, y concebida en estos términos: «Mas,
de público y notorio, pública voz y fama, común opinión, digan y den
razón.» Del interrogatorio de cada parte parece sería conveniente dar
traslado a la otra, para que en su vista formase otro de repreguntas, a
fin de que los testigos expusiesen mejor el hecho y la razón de sus
dichos; pero según la práctica, casi no se comunica el interrogatorio
sino en los tribunales eclesiásticos. En aquellos en que se admiten
repreguntas, se forma el interrogatorio como el de preguntas,
refiriéndose al de estas en el pedimento con que aquel se presenta,
pretendiendo que a los testigos que fueren interrogados se repregunte
tal o tal cosa, etc. también se estila en algunas provincias nombrar
acompañados que asistan al examen de los testigos, y les hagan
repreguntas con el objeto de apurar la verdad de los hechos.

Tan peculiar compilación de textos pudiera parecer caótica, si bien la


finalidad de la misma es por una parte delimitar que se entiende por
interrogatorio, así como enumerar y describir las principales y más
extendidas técnicas de esta labor policial, para realizar una breve
reflexión final sobre la aplicación práctica de estos métodos de trabajo
en el ámbito de profesiones tan dispares como los negocios o el
campo judicial.

De los tres textos elegidos respecto a las principales técnicas de


interrogatorio policial cabe concluir que:

1. Podemos definir el interrogatorio policial, partiendo de la finalidad del


mismo (descubrir el delito, obtener una confesión o datos
incriminatorios suficientes y detener al autor), así como de la

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definición del término contenida en el Diccionario de la Real Academia
Española y de su exclusiva aplicación a los sospechosos de haber
cometido un crimen; como una serie de técnicas cognitivas y
conductuales, entre las que priman diversos tipos de preguntas,
dirigidas al principal investigado en una causa criminal (presunto autor
o sospechoso policial), con la finalidad de esclarecer en su totalidad
un delito y lograr la confesión o declaraciones incriminatorias
(groseramente falsas o contrarias a los indicios existentes) y la
detención del autor del mismo. Todo lo cual permite satisfacer, al
menos en parte, a una de las caras menos visibles de la criminalidad,
las víctimas.

El interrogatorio policial se configura así como actividad tendente a la


averiguación del mayor número de datos posibles en relación con el
objeto de las pesquisas y en referencia concreta al principal
investigado. En palabras del profesor González Álvarez J.L. (2015) se
habla de “interrogatorio” cuando se pregunta al sospechoso de haber
cometido los hechos y por tanto, es de índole acusatorio, realizándose
mediante el cuestionamiento sistemático de las negaciones o
resistencias del posible autor. Las entrevistas, mantenidas de forma
más dialogada y conversacional, se utilizarán por el contrario con
víctimas y testigos con la intención de optimizar su memoria y obtener
mediante diversos recursos (reconstrucción contextual,
complementación de datos, recuerdo invertido y cambio de
perspectivas), el mayor número de datos posibles y de la mejor
calidad, en relación a los hechos objetos de la investigación.

2.- Desde una perspectiva básicamente policial, Existen dos grandes


escuelas en torno al método del Interrogatorio

2.1.- En el método REID, la presión psicológica se aborda sobre el


sospechoso mediante la creación de ansiedad para facilitar así la
confesión. El sospechoso es ayudado a confesar, por ejemplo,
cuando el investigador sugiere una versión de lo que ocurrió que

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minimice la culpabilidad del sospechoso, la inmoralidad o su
anormalidad social. Los interrogadores pueden mentir a los
sospechosos, por lo general respecto a las evidencia disponibles en
contra del interrogado. Al igual que la mayoría de los otros estilos de
interrogatorio de Estados Unidos, el método Reid pone énfasis
considerable en la capacidad de los interrogadores para leer el
“lenguaje corporal” del sospechoso (Dixon 2010).

Este método de 9 pasos (confrontación positiva, desarrollo del tema,


manejo de negaciones, objeciones inminentes, atención, pasividad,
preguntas alternativas, detalles y declaración firmada), nació con la
finalidad de realizar interrogatorios de forma eficaz y fue desarrollado
por John E. Reid and Associates a través de un periodo de
investigación y experiencia profesional de 50 años.

El problema que plantea este método de interrogatorio policial es que


en ocasiones y dependiendo de la rudeza del interrogador, pueden
conculcarse derechos procesales (a guardar silencio, a no confesarse
culpable, etc.), coaccionar al interrogado y someterle a un estrés
cercano a la tortura o proponer pactos y acuerdos entre investigador-
investigado que nuestra marco jurídico no aprueba, como promesas
de reducción de condena o de un trato benévolo por parte de la
Justicia.

2.2.- El Método PEACE, acrónimo que recoge la esencia de esta técnica de


entrevista/interrogatorio, (planear y preparar, explicar e involucrar,
recuento, aclaración, cierre y evaluación) es especialmente empático
con el entrevistado/interrogado y garantista de los derechos de los
investigados, pero en ocasiones poco eficaz cuando los sospechosos
son especialmente reticentes a colaborar en la investigación policial.

Con un buen entrenamiento y años de experiencia profesional creo


que este método de interrogatorio, puede establecer con cierto grado
de éxito si un sujeto miente o no a partir de un amplio espectro de

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comportamientos físicos y verbales, conscientes e inconscientes
observados y analizados en su conjunto (conducta verbal, respuestas
divergentes, lenguaje corporal). Además dentro de este tipo de
interrogatorios se acepta utilizar la mentira y el engaño no coactivos,
por ej. decir que el compañero detenido ha confesado, esto no sería
ilegal en nuestro país al no encuadrar dentro de la coacción ni de las
promesas o acuerdos que pueden inducir a error al interrogado)

Asimismo, en la actualidad, existen diferentes escuelas de negocios


que se dedican al análisis de este tipo de problemas, aplicando
diferentes

3.- Así mismo existen diversos tipos de técnicas de comunicación en


búsqueda de la verdad que podrían ser aplicables al interrogatorio
policial (de hecho muchas integran el método REID), como la
utilización de los silencios (ante estos se tiende a hablar), la empatía
con el interrogado, te comprendo (genera comodidad), minimizar las
consecuencias del crimen cualquiera hubiera reaccionado igual
(permiten ver la confesión como una salvación), apelar a la
emociones, eres buen chico y a la espiritualidad te sentirás mejor
(ayuda a que el interrogado se libere diciendo la verdad), señalar
signos de mentira se te nota muy nervioso (esto aumentará la presión
para decir la verdad), manifestar que conocemos la verdad tus
compañeros ya han confesado, ofrecer versiones falsas para ver si el
interrogado las utiliza (demostrando con ello que miente). Técnicas
todas ellas que bien aplicadas pueden ser muy efectivas, siendo así
mismo respetuosas de los derechos que asisten a todo investigado en
nuestro país.

A los métodos analizados, tristemente he de sumar la tortura, como


técnica de interrogatorio que los nuevos tiempos de convulsión social
en los que vivimos han revivido y ello pese a lo dispuesto en el marco
internacional sobre derechos humanos donde se prohíbe de forma
contundente y rotunda el uso de la tortura. Nadie podrá ser sometido

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a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes esta máxima
se contiene en la Declaración Universal de Derechos Humanos
(artículo 5), así como en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (artículo 7), la Convención de las Naciones Unidas contra la
Tortura, el Convenio europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales (artículo 3), la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 5.2), la
Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos (artículo 5)
y en la Carta Árabe de Derechos Humanos (artículo 8).

No obstante, tras los atentados del 11 de septiembre, el uso de la


tortura en los interrogatorios policiales a sospechosos de terrorismo
se ha institucionalizado en países occidentales como EEUU y así el
17 de octubre del año 2006 el Presidente en aquel momento, el Sr.
George Bush, firmaba la Military Commissions Act, con la previa
aceptación de 65 senadores (solo 34 votaron en contra) y 253
congresistas contra 168. Esta ignominiosa ley establece que “será
legal la detención de una persona por tiempo indefinido y sin
presentación de cargos, será legal el uso de pruebas obtenidas
mediante coerción y serán legales prácticas de interrogatorio como la
privación de sueño por períodos prolongados o exponer a los
interrogados a bajas temperaturas” (Milena Costas Trascasas 2007).

Esta visión utilitaria del castigo y el empleo del sistema judicial como
único medio de prevención (obviamente el derecho penal siempre es
el fracaso de la prevención), es una herencia de la escuela de la
criminología clásica (S. XIX), aquella que renegaba de toda teoría
etiológica del crimen y profesaba una explicación meramente
situacional del mismo, el crimen es en consecuencia producto del mal
uso de la propia libertad. Herencia de aquel pensamiento
criminológico y social (el delincuente es un sujeto que sin
condicionamiento alguno decide delinquir) es el llamado
neoclasicismo que surge en la década de los 70 en el S. XX en los
EEUU. Retornando con ello la idea del castigo, de la retribución de la

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pena y del control social, como principales y únicos medios eficaces
de prevención del delito. Valga como triste ejemplo el limbo jurídico
que ha supuesto la cárcel ilegal de Guantánamo (realmente un campo
de torturas y confinamiento) que para vergüenza y espanto de
muchos de nosotros, ha sido justificada y mantenida tras los
atentados del 11/09/01, durante más de una década.

Dicho lo anterior y aun aceptando que la tortura es una técnica de


interrogatorio policial que muy a mí pesar no se limita a los “países
tercermundistas”, ante las técnicas expuestas y por razones obvias
eliminado todo comentario respecto al uso de las torturas en
interrogatorios policiales, no ya porque legalmente no son aceptados
en nuestro país (el art 15 de la Constitución española garantiza el
derecho a la integridad física, psíquica y moral de todo ser humano,
impidiendo con ello el trato degradante en cualquiera de sus formas.),
sino por lo ineficaz de la tortura como método de obtener la verdad,
dado que bajo coacciones, amenazas y abusos físicos y psíquicos
cualquier persona admitiría el asesinato y violación de su propia
madre, con tal de que el tormento cesara; como profesional del
ámbito jurídico, en mi condición de abogada, creo que lo más
acertado es utilizar un método ecléctico.

Y así, el interrogatorio más eficaz en el campo jurídico (dejo toda


valoración en el ámbito del interrogatorio policial a los profesionales
de la investigación criminal), será aquel que mezcle, como diríamos
en términos vulgares, “lo mejor de cada casa”. Muchas técnicas del
método REID resultan muy útiles en una sala judicial, como la
utilización de los silencios (generan la expectación de una respuesta
en los acusados y tiempo para recordar detalles y hablar a los
testigos), la utilización del tono de voz (dependiendo de las inflexiones
utilizadas se pueden generar diversos estados anímicos según el fin
perseguido, incomodidad, relax, temor, etc.), la empatía con el
interrogado (crea cercanía y facilita las declaraciones), minimizar las
consecuencias del crimen (genera la opción de una explicación

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racional de los hechos protagonizados), apelar a la emociones,
(facilita que el interrogado asuma el rol de que lo mejor es actuar
correctamente), señalar signos de mentira (es una de las principales
técnicas del buen interrogatorio judicial, contraponer al sujeto frente a
sus contradicciones y mentiras). En el campo de la abogacía, existen
cursos de oratoria, de convicción y asertividad y para interrogar, la
propia ley de enjuiciamiento criminal establece los límites de un
correcto interrogatorio. Y así en los arts 418 y 439 se regula la forma
en que habrá de interrogarse a los testigos: Ningún testigo podrá ser
obligado a declarar acerca de una pregunta cuya contestación pueda
perjudicar material o moralmente y de una manera directa e
importante, ya a la persona, ya a la fortuna de alguno de los parientes
a que se refiere el artículo 416…. No se harán al testigo preguntas
capciosas ni sugestivas, ni se empleará coacción, engaño, promesa ni
artificio alguno para obligarle o inducirle a declarar en determinado
sentido. 

Como decía un profesor mío de derecho Penal (el ilustre Muñoz


Conde) un juicio se gana o se pierde con un buen o un mal
interrogatorio. Es muy habitual que como la policía, los operarios
jurídicos (jueces, fiscales y abogados) nos enfrentemos en sala o en
los juzgados de instrucción a interrogatorios hostiles, con testigos
adversos o incluso inveraces que ocultan, cuando no tuercen
maliciosamente la verdad. Ni que decir tiene que lo mismo nos ocurre
cuando ejercemos la acusación particular frente al imputado que
además tienen derecho a no decir la verdad o cuando siendo defensa
la víctima no es tal, o siéndolo aumenta deliberadamente la apariencia
victimal para conseguir algún beneficio.

Quiero decir con esto que si hay un campo profesional donde se


trabaja a diario con la mentira y la ocultación esa es el policial y el
jurídico y en ambos un buen control y manejo de las técnicas (no
coercitivas) de interrogatorio resultan de vital importancia para
desarrollar nuestra labor con eficacia.

18
Pero no sólo en el ámbito jurídico (especialmente el penal, muy
cercano al marco policial), pueden ser de utilidad las técnicas de
entrevista/interrogatorio policial, estos métodos también son
adaptados a otros campos profesionales como el empresarial y así he
podido comprobar como en una página de autónomos y pequeñas
empresas (anexo nº 6) se establecen las pautas para aplicar estas
técnicas a los negocios y así se afirma que muchas técnicas policiales
se utilizan desde hace tiempo en entrevistas con proveedores, en
negociaciones comerciales, reuniones con empleados o selección de
personal, etc.

Remarcan entre los factores de interés en el campo empresarial y de


los negocios, el contacto visual y físico con el interlocutor para
generar una buen entendimiento, la aclimatación inicial con una
conversación fluida que permita observar el lenguaje corporal y verbal
del sujeto ante una situación cómoda, extremo que permitirá detectar
su lenguaje fuera de esa zona de confort, el uso de los silencios, la
escucha activa, el uso de pausas (muy útiles en las negociaciones
pues dan tiempo a pensar), con preguntas y sugerencias conseguir
que nuestro interlocutor adopte una resolución que crea propia pero
en realidad haya sido inducida (conseguimos que el potro haga lo que
deseamos sin que se de cuenta), en situaciones extremas conseguir
que el competidor se convierta en un aliado ofreciéndole a su
encrucijada (entiéndase empresarial) una salida beneficiosa.

Tras lo expuesto puedo afirmar que los métodos propios del


interrogatorio policial, con el entrenamiento dogmático necesario y la
práctica que da la experiencia, pueden resultar de gran utilidad, no
sólo en el marco de la investigación criminal, sino en otros ámbitos
profesionales tan dispares como el derecho o los negocios. Llegando
incluso a plantearme, que muchas de estas técnicas son importantes
herramientas que podemos utilizar para confrontar muchos de los
retos que nos plantea de forma habitual la vida.

19
LA CONFESIÓN

Podemos indicar que el Código Procesal penal nos brinda una


definición de la confesión, lo que no ocurre con el Código de
procedimientos penales del año 1940, el denominado nuevo código
establece las condiciones y criterios para que el órgano jurisdiccional
otorgue valor probatorio a este medio de prueba. La figura procesal
de la confesión tiene que consistir en que el imputado admita los
cargos imputados en su contra, por parte del Ministerio Público.
Estamos de acuerdo con MANZINI cuando señala que “la confesión
consiste en cualquier voluntaria declaración o admisión que un
imputado haga de la verdad de los hechos o circunstancias que
importen su responsabilidad penal, o que se refieran a la
responsabilidad o a la irresponsabilidad de otros por ese mismo
delito” (citado por CLARIÁ OLMEDO, 1966, 326). Es decir, nos
referiríamos a la confesión cuando exista un reconocimiento libre y
voluntario por parte del inculpado respecto al reconocimiento de su
responsabilidad penal frente a un tribunal de justicia, esta aceptación
de responsabilidad puede ser de dos tipos: total o parcial. De acuerdo
con PARRA QUIJANO “la confesión es la declaración del acusado (en
sentido genérico), por la cual narra o reconoce ser el autor de unos
hechos que la ley penal describe como delito” (PARRA QUIJANO,
1992, 180). En nuestro país, el profesor MIXÁN MASS, señala que “la
confesión en el procedimiento penal es un acto procesal que consiste
en la declaración necesariamente personal, libre, consciente, sincera,
verosímil y circunstanciada que hace el procesado, ya sea durante la
investigación o el juzgamiento, aceptando total o parcialmente su real
autoría o participación en la perpetración del delito que se le imputa”.
(MICÁN MASS, 1999, 59), De lo mencionado con antelación,
podríamos entender como confesión, de acuerdo a lo señalado por
CAFETZÓGLUS “la declaración que en contra de sí hace el imputado,
reconociéndose culpable del delito y demás circunstancias. En rigor,
la confesión importa la admisión del procesado de haber cometido

20
una conducta penalmente típica, aun cuando contenga alegaciones
encaminadas a atenuar o a excluir la pena” (CAFETZÓGLUS, 1982,
29). Es decir, la confesión es el reconocimiento formulado por el
inculpado de manera libre y voluntaria frente a la autoridad que es
competente para conocer una investigación penal o un proceso, dicha
aceptación o reconocimiento se realiza acerca de su participación los
hechos materia de instrucción, la misma que procedería a fundar la
pretensión punitiva del Ministerio Público deducida en contra del
imputado. Hay que tener en consideración que existen algunos tipos
de confesión, por ejemplo la confesión simple y llana, en la que el
imputado admite ante las autoridades competentes un hecho
principal, sin embargo, no incorpora una circunstancia atenuante,
justificante o exculpante; en tanto que de acuerdo a CAFFERATA
NORES se llama “confesión calificada si se le añaden circunstancias
capaces de excluir o atenuar la responsabilidad penal (por ejemplo:
maté, pero violentamente emocionado); en esta última hipótesis es
posible, si se acredita (por elementos objetivos independientes) la
inexistencia de la disculpa, aceptar el reconocimiento de participación
en el hecho y valorarlo como prueba de cargo” (CAFFERATA
NORES, 2001, 159). La confesión, como vemos, de acuerdo a lo
mencionado por JAUCHEN “puede ser manifestada como narración
de los hechos o como aceptación de la verdad de los cargos
formulados. Se muestra como una decisión voluntaria del imputado,
que implica no sólo el haber optado por manifestarse sino también de
hacerlo en su contra; y en ese preciso momento puede ser que
adquiera el deponente, en virtud de la autoincriminación, la calidad de
imputado, si es que ésta no se obtuvo con anterioridad, por el hecho
de haber sido detenido o sindicado como autor o partícipe del hecho
delictuoso” (JAUCHEN, 2004, 232). Es importante señalar también
que MITTERMAIER sostenía que “no hay nada más natural que dar
crédito al acusado, cuando se refiere a las observaciones de sus
propios sentidos, ya que mejor que nadie conoce el secreto de todas
las circunstancias del crimen, mas no es exacto que este solo

21
testimonio produjera la convicción del juez” (MITTERMAIER, 2006,
142). Podemos inferir que el artículo 160° del Código Procesal penal
regula tanto los casos de confesión, como medio de prueba única
directa rodeada de otros elementos de cargo que la sostendrían, así
como la confesión en conjunto con otros medios probatorios que sean
autónomos o directos, he allí la importancia del mencionado
dispositivo legal.

2.2.1 MARCO DOCTRINAL

El interrogatorio y la entrevista son en definitiva un arte, una técnica y


también un método de los que se vale la policía para obtener
información de una o más personas, en base a preguntas planeadas y
hábilmente planteadas, para el esclarecimiento de un hecho
delictuoso.

Decimos que es arte, porque requiere habilidad, destreza y exige


dotes de actor, por parte del interrogador.

Es una técnica porque se basa en un conjunto de procedimientos,


tales como la formulación de preguntas, el acercamiento o ruptura del
equilibrio psicológico del detenido, etc.

Es un método policial porque exige, un razonamiento lógico


determinado frente a las circunstancias, para ir en busca de la verdad.

 SIMILITUD ENTRE INTERROGATORIO Y LA ENTREVISTA

Ambos procedimientos tiene por finalidad buscar información para


llegar a la verdad. Esta similitud hace que su diferencia sea mínima.

 OBJETO Y FINALIDAD DEL INTERROGATORIO

El objeto del interrogatorio es esclarecer los hechos, esto es, la


verdad. Tiene por finalidad específica obtener del autor o

22
sospechosos la confesión o admisión de su delito así como una
declaración voluntaria escrita.

 OBJETO Y FINALIDAD DE LA ENTREVISTA

La entrevista tiene, por objeto obtener de una persona la información


que pueda poseer en relación a un hecho, su finalidad específica es,
entonces, que la Policía acopie información que le sirva de base o
apoyo para el proceso investigatorio.

 DIFERENCIAS ENTRE INTERROGATORIO Y ENTREVISTA

El interrogatorio tiene por objeto establecer los hechos, esto es la


verdad y permite al Policía obtener evidencia física o de otra
naturaleza que pruebe o refute la veracidad de una admisión o
confesión. La entrevista tiene por objeto en cambio obtener de una
persona la información que pueda poseer con relación a un hecho.

El interrogatorio tiene por finalidad específica obtener del autor o


sospechoso la confesión o admisión de su delito y una declaración
voluntaria escrita y firmada. La entrevista tiene por finalidad
específica. La entrevista tiene por finalidad especifica que el Policía
acopie información que le sirva de base o apoyo para el proceso
investigatorio.

Se interroga al sospechoso, autor o implicado. Se entrevista al testigo,


agraviado, perito, etc.

 IMPORTANCIA DEL INTERROGATORIO EN EL PROCESO


INVESTIGATORIO.

La importancia del interrogatorio en el proceso investigatorio ha sido


resaltado, con el derecho que otorga a la persona la Constitución
Política del Perú, al permitir que un detenido, sea asistido por un
defensor de su elección desde que es citado o detenido por la

23
autoridad, lo que da un mayor valor probatorio al interrogatorio y
elimina la posibilidad de que posteriormente el detenido pueda alegar
que existió coacción o violencia física durante el mismo. Asimismo, el
interrogatorio es importante porque no solamente permite obtener la
admisión de culpabilidad de un sujeto que ha cometido un delito, sino
que además cumple con los siguientes fines:

 Eliminar sospechosos de la comisión de un delito.


 Determinar los hechos y circunstancias en que se cometió un
delito.
 Establecer la identidad de todas las personas implicadas en un
delito.
 Descubrir detalles de otros delitos cometidos, así como
actividades de organizaciones criminales.
 Localizar escondites, guaridas y lugares frecuentados por
delincuentes.
 Buscar la confirmación de informaciones anteriores sobre
actividades criminales.
 Obtener informaciones para acciones futuras.
 Determinar las circunstancias eximentes, atenuantes o agravantes
de la comisión del delito.

La declaración indagatoria del imputado (Interrogatorio) como


regla general constituye un medio de información de los cargos objeto
de imputación criminal y de los derechos que le asiste como
investigado. Así mismo, es un medio de defensa de la misma opinión
Juan Montero Aroca, expresión del derecho a la no auto incriminación
(“nemo tenetur edere contra se” nadie está obligado a declarar en su
contra), tanto en su dimensión negativa de abstención de declarar,
como en su dimensión positiva de aceptación de declarar, sin prestar
juramento de decir la verdad. Si la libre declaración del inculpado
contiene la admisión de la imputación formulada en su contra,
confirmada con el material probatorio actuado en el proceso, se
convierte en medio de prueba (art. 160º del CPP), que permite la

24
realización de los principios de economía, celeridad y eficacia
procesal, evitando las complicaciones procesales que pudieran
presentarse en la búsqueda de la verdad de la hipótesis acusatoria.
La confesión en un sistema acusatorio adversarial también es vista
como una decisión estratégica, en miras a obtener beneficios
premiales concretos, como la utilización de diversas salidas
alternativas de solución del conflicto jurídico penal, permitiendo en
algunos casos, evitar la condena, previa reparación efectiva del daño
al agraviado (principio de oportunidad), en otros casos, la imposición
de condena, pero reducida la pena a limites inferiores al mínimo legal,
sin necesidad de exponer el caso a juicio público (terminación
anticipada del proceso). La perspectiva objetiva de la confesión como
estrategia de defensa técnica, no descarta de plano que tal
reconocimiento de los hechos delictivos, pueda derivar de un plano
subjetivo de profundo y sincero arrepentimiento, como precisaba
Mittermaier producto de “una conciencia atormentada y que quiere
desembarazarse a todo trance del peso que la oprime” , la
revivificación de Raskolnikov en la conciencia del criminal arrepentido,
amén de eventualmente acontecer otros móviles, a decir de
Hinostroza Pariachi: por laxitud (ansiedad), por necesidad de
explicarse (en crímenes pasionales), por lógica (interrogatorio sin
salida), por orgullo (vanidad de hazañas), por esperanza o temor
(evitar una pena mayor) .

 DECLARACION DEL IMPUTADO


Instrucciones previas a la declaración El artículo 87º del CPP
prescribe que los operadores jurídico-penales (jueces, fiscales,
policías) antes de iniciar la declaración del imputado o acusado
cumplan las siguientes instrucciones preliminares:
a. Antes de comenzar la declaración del imputado, se le comunicará
detalladamente el hecho objeto de imputación, los elementos de
convicción y de pruebas existentes, y las disposiciones penales que
se consideren aplicables. De igual modo se procederá cuando se trata

25
de cargos ampliatorios o de la presencia de nuevos elementos de
convicción o de prueba.
b. Se le advertirá que tiene derecho a abstenerse de declarar y que esa
decisión no podrá ser utilizada en su perjuicio. Asimismo, se le
instruirá que tiene derecho a la presencia de un abogado defensor, y
que si no puede nombrarlo se le designará un defensor de oficio. Si el
abogado recién se incorpora a la defensa, el imputado tiene derecho
a consultar con él antes de iniciar la diligencia y, en su caso, a pedir la
postergación de la misma.
c. Será informado de que puede solicitar la actuación de medios de
investigación o de prueba, a efectuar las aclaraciones que considere
convenientes durante la diligencia, así como a dictar su declaración
durante la etapa de Investigación Preparatoria.
d. Sólo se podrá exhortar al imputado a que responda con claridad y
precisión las preguntas que se le formulen. El Juez, o el Fiscal
durante la investigación preparatoria, podrán hacerle ver los
beneficios legales que puede obtener si coopera al pronto
esclarecimiento de los hechos delictuosos.

 DESARROLLO DE LA DECLARACIÓN
El artículo 88º del CPP 18 precisa la siguiente secuencia de la
diligencia de declaración del imputado:
A. Primero se le requerirá al imputado que proporcione los siguientes
datos personales:
a.1. Nombre, apellidos, sobrenombre o apodo, si lo tuviere, lugar y fecha de
nacimiento, edad, estado civil, profesión u ocupación, domicilio real y
procesal, principales sitios de residencia anterior, así como nombres y
apellidos de sus padres, cónyuge e hijos y de las personas con
quienes vive.

a.2 Si ha sido encausado anteriormente por el mismo hecho o por otros,


proporcionando los datos que permitan identificar el proceso o
procesos seguidos en su contra.

26
a.3. Si tiene bienes, dónde están ubicados, quien los posee y a qué título, y
si se encuentran libres de gravamen.

a.4. Sus relaciones con los otros imputados y con el agraviado.

B. A continuación se invitará al imputado a que declare cuanto tenga por


conveniente sobre el hecho que se le atribuye y para indicar, de ser
posible o considerarlo oportuno, los actos de investigación o de
prueba cuya práctica demande.

C. Luego se interrogará al imputado. En la Etapa Preparatoria lo harán


directamente el fiscal y el abogado defensor. En el juicio participarán
en el interrogatorio todas las partes mediante un interrogatorio directo.
El juez podrá hacerlo, excepcionalmente, para cubrir algún vacío en el
interrogatorio.

D. En el interrogatorio las preguntas serán claras y precisas, no podrán


formularse preguntas ambiguas, capciosas o sugestivas. Durante la
diligencia no podrá contactarse en modo alguno al imputado, ni
inducirlo o determinarlo a declarar contra su voluntad, ni se le hará
cargos o reconvenciones tendientes a obtener su confesión.
E. Podrá realizarse en dicho acto las diligencias de reconocimiento de
documentos, de personas, de voces o sonidos, y de cosas, sin
perjuicio de cumplir con las formalidades establecidas para dichos
actos.

F. Si por la duración del acto se noten signos de fatiga o falta de


serenidad en el imputado, la declaración será suspendida, hasta que
ellos desaparezcan.

G. Durante la Investigación Preparatoria el acta que contenga la


declaración del imputado reproducirá, del modo más fiel posible lo

27
que suceda en la diligencia. El imputado está autorizado a dictar sus
respuestas. La diligencia en dicha etapa finalizará con la lectura y
firma o, en su caso, la impresión digital, del acta por todos los
intervinientes. Si el imputado se niega a declarar, total o parcialmente,
se hará constar en el acta. Si rehusare suscribirla se consignará el
motivo.

 OBJETIVOS DE LA DECLARACIÓN
Las técnicas de interrogatorio aplicables a todo órgano de prueba
(imputado, testigo, perito), que declara en un proceso penal de corte
acusatorio adversarial, buscan los siguientes objetivos:
1) Solventar la credibilidad del declarante,
2) Acreditar las proposiciones fácticas de nuestra teoría del caso,
3) Acreditar e introducir al juicio prueba material (objetos y
documentos)
4) Obtener información relevante para el análisis de otra prueba.

 TÉCNICAS DE INTERROGATORIO
a. Cine: Significa instalar en la mente del juzgador, con ese nivel
de precisión y realismo las imagines y los movimientos, las
secuencias, aproximando la cámara a los rincones relevantes del
relato. No basta que el declarante mencione la proposición fáctica
para que el litigante pueda darla por tratada, “mencionar un tema” no
es lo mismo que “acreditar un tema”. El título del cuento no es el
cuento. Un buen examen directo ofrece la precisión de la fotografía y
la comprensión del cine. No hacemos que “escuche” al declarante,
hacemos que “presencie” lo que él presenció. b. Dieta: Hay que
discriminar información, seleccionar aquella más relevante y valiosa
para fortalecer y probar nuestra teoría del caso, no llenar al tribunal de
información distractiva del núcleo central debatido, perdiendo
información valiosa en un mar de detalles insignificantes. No consiste
en guiar al declarante para que diga todo lo que sabe, sino más bien,

28
para que diga todo lo que sirve, para que los jueces puedan obtener
información completa, organizada y clara.

Tipos de preguntas

a. Preguntas abiertas: El declarante tiene amplia libertad para


expresarse en sus propias palabras sin que el abogado limite,
restrinja o sugiera ciertas palabras para la declaración. Eleva la
credibilidad del declarante, pero puede incluir detalles
sobreabundantes o de escaso interés, incluso la declaración de ideas
o principios, que pueden afectar la comprensión de información
relevante por el juez, en tal caso, debe efectuarse preguntas cerradas
de seguimiento interrumpiendo cortésmente. Ejemplo: ¿qué
actividades realizó el 13 de agosto del 2008?
b. Preguntas cerradas: Invitan al declarante a escoger una de entre
varias respuestas posibles y por lo mismo focalizan la declaración en
aspectos específicos del relato. El declarante tiene plena libertad pero
dentro de un entorno de información muy específica. La ventaja es el
control del litigante para obtener información relevante sobre puntos
específicos, refresca la memoria al declarante poco apto. La
desventaja es un eventual impacto en la credibilidad. Ejemplo: ¿cómo
estaba vestido el imputado?

c. Preguntas sugestivas: Están prohibidas en el examen directo y


permitidas en el contra examen. Son aquellas que incorporan su
propia respuesta, son las preguntas más cerradas de todas, ya que
solo permiten al declarante confirmar o negar su contenido, quien
realmente está declarando es el abogado en su pregunta, pone las
palabras de la respuesta en la boca del declarante. Hace perder
credibilidad en el declarante. Ejemplo: ¿Vio al acusado realizar dos
disparos contra el agraviado? Un buen examen directo integra con
frecuencia tanto preguntas abiertas como cerradas de seguimiento o
para enfatizar aspectos específicos. La intensidad de una u otra

29
pregunta dependerá del tipo de declarante. El litigante debe utilizar
introducciones y transiciones para ubicar al declarante en su
respuesta o para introducir un tema nuevo en el relato. Un litigante va
al juicio a exponer información, no a buscarla, no hace en el juicio
preguntas que no conoce, cada vez que hago la pregunta, es porque
conozco la respuesta y se cómo encaja ella en mi teoría del caso. El
juicio no es una instancia de investigación.

d. Preguntas Objetables: Técnicamente la objeción es un incidente,


debe ser planteada tan pronto sea formulada la pregunta impugnada y
antes de que comience la respuesta del declarante, debiendo
manifestarse oralmente la causal específica que se invoca. Las
objeciones son una decisión estratégica y como litigante objetaré
cada vez que una pregunta mal formulada pueda dañar mi caso y no
cada vez que haya solo una pregunta mal formulada, porque puede
generar una predisposición negativa del juzgador. a. Preguntas
sugestivas: Ella misma sugiere o fuerza el contenido de la respuesta,
quien declara en definitiva es el abogado, poniendo las palabras en la
boca de su propio declarante. Está prohibido en el examen directo y
permitido en el contra examen. Se aceptan por razones de economía
procesal, las preguntas de sugestividad irrelevante, cuando la
respuesta a la pregunta no admite más que una sola formulación de la
realidad, entonces se torna irrelevante. Ejemplo ¿es Ud. la madre del
acusado?

e. Preguntas capciosas o engañosas: Inducen a error al sujeto que


responde, favoreciendo de este modo a la parte que las formula. Ejm.
¿Ud, vio que el 15 de julio del 2008 el imputado agredió al agraviado
en el parque? Los hechos incriminatorios datan del 15 de junio del
2008.

f. Preguntas destinadas a coaccionar ilegítimamente: Acontece cuando


se coarta de manera significativa su libertad para formular sus

30
respuestas, su utilización depende de factores como quien es el
declarante que se está examinando, cual es el desarrollo del
testimonio, que es lo que está en juego y cuál es el aporte. Ejm. Diga
la verdad acusado sino la justicia actuará con mayor severidad en su
condena ¿Ud. Lo mato?

g. Preguntas formuladas en términos poco claros: No permiten


comprender al declarante con claridad cuál es el tema que se indaga,
evita introducir información de baja calidad. Puede ser: confuso (poco
claro), ambiguo (sugiere distintas cuestiones) y vago (amplitud). Ejm.
¿Qué hizo el 20 de junio?

h. Preguntas impertinentes o irrelevantes: No tienen relación sustancial


con los hechos que son objeto de prueba, no avanza la teoría del
caso y tampoco son relevantes para decidir el asunto litigioso por el
tribunal. Ejm. ¿Ha tenido Ud. relaciones sexuales antes que el
acusado le realice tocamientos en sus partes íntimas? El delito es de
actos contrarios al pudor.
i. Preguntas por opiniones o conclusiones: El rol del declarante es
relatar hechos que percibieron directamente a través de sus sentidos
o de hechos que pertenecen a su estado mental en un momento
determinado en la medida que son legos, a excepción de los peritos.
Ejm. ¿Cree Ud. que el acusado es culpable?

j. Pregunta repetitiva: Preguntada y respondida. En el caso del examen


directo busca intensificar con la repetición el valor emotivo o prejuicial
de una información (valor agregado). En el contraexamen busca que
el declarante cometa un error y se contradiga con su declaración
anterior (“que pise el palito”). Los jueces deben ser flexibles, pues lo
relevante es el por qué estoy repitiendo.

k. Pregunta que tergiversa la prueba: La formulación de la pregunta


cambia o altera la información que efectivamente ha incorporado al

31
juicio la prueba respectiva o la pregunta incluye información que no ha
sido objeto de prueba en el juicio. Ejm. ¿Cómo es posible que Ud.
Haya observado que el acusado ha lesionado al agraviado en la
espalda, si la pericia médico legal ha concluido que éste no tiene
lesiones? La pericia ha concluido con 10 días de asistencia
facultativa.

l. Preguntas compuestas: Cuando una pregunta contiene en realidad


más de una pregunta. Incorpora en su contenido varias afirmaciones,
cada una de las cuales debe ser objeto de una pregunta
independiente. Se le invita al declarante a responder a la última
pregunta contenida en la frase, pretendiendo que cuando responde lo
está haciendo también respecto todo el resto de la información. Ejm.
¿Dónde compró la pasta básica de cocaína y que cantidad de “ketes”
tenía? Sin preguntar antes si el acusado tenía en su poder droga o la
clase de droga.

CONCEPTO DE CONFESION
En doctrina extranjera: Para Parra Quijano: “la confesión es la
declaración del acusado (en sentido genérico), por la cual narra o
reconoce ser el autor de unos hechos que la ley penal describe como
delito”. Para Cafferata Nores: “la confesión es el reconocimiento del
imputado, formulado libre y voluntariamente ante la autoridad judicial,
acerca de su participación en el hecho en que se funda la pretensión
represiva ya deducida en su contra”.

En doctrina nacional: Para Mixán Mass: “la confesión en el


procedimiento penal es un acto procesal que consiste en la
declaración necesariamente personal, libre, consciente, sincera,
verosímil y circunstanciada que hace el procesado, ya sea durante a
investigación o en el juzgamiento, aceptando total o parcialmente su
real autoría o participación en la perpetración del delito que se le
imputa” . Para San Martín Castro: “la confesión es la declaración que

32
en contra de si hace el imputado, reconociéndose culpable del delito y
demás circunstancias. En rigor, la confesión importa la admisión del
imputado de haber cometido una conducta penalmente típica, aún
cuando contenga alegaciones encaminadas a atenuar o excluir la
pena”.

CONTENIDO
El contenido de la confesión es la admisión del imputado de los
cargos o imputación formulada en su contra (art. 160.1º del CPP). La
confesión del imputado se encuentra exclusivamente referida a los
hechos y sus circunstancias, descartándose aspectos jurídicos de
reconocimiento de criminalidad, tipicidad, culpabilidad,
responsabilidad o grado de participación, así como tampoco aspectos
subjetivos como juicios de valor. No basta el mero reconocimiento de
responsabilidad en términos generales o imprecisos, sino el relato
expreso y pormenorizado de cómo se desarrollaron los hechos objeto
de imputación, como expresión del animus confitendi. No basta decir
“yo he matado a una persona”, sino que valdrá como confesión
cuando contenga la descripción detallada de las circunstancias del
homicidio y su ubicación espacio temporal, con especial referencia a
las diferentes etapas del iter criminis, desde la ideación del plan
criminal, los primeros actos preparatorios y finalmente la consumación
del delito, los móviles, la ubicación de los objetos, instrumentos o
huellas del delito; de ser el caso la identificación y participación de
otros sujetos, entre otros datos útiles para la reconstrucción del
evento delictivo .

CLASES
Según su contenido:
Confesión simple: cuando el imputado asume exclusivamente los
hechos que le son objeto de imputación, por ejemplo, el sujeto agente
confiesa simple y llanamente que poseía un revolver con dos
cacerinas, sin licencia oficial, a las dieciocho horas del día

33
15/01/2008, hecho coincidente con la descripción de la tesis
acusatoria del delito de tenencia ilegal de armas de fuego (art. 279º
del CP), obviando inconsciente o deliberadamente informar otros
datos relevantes para la individualización judicial de la pena (art. 46.4º
del CP), como haber efectuado – inmediatamente antes de su
captura- disparos al aire en una zona residencial, lo cual no forma
parte de las proposiciones fácticas de la teoría del caso de la
acusación.

Confesión compleja: cuando el imputado añade elementos


fácticos que complementan la descripción de los hechos principales o
nucleares de imputación fiscal, que permiten modificar (atenuar,
agravar o excluir) su responsabilidad penal, por ejemplo, el imputado
reconoce la posesión de pasta básica de cocaína envueltos en bolsas
de polietileno, denominada vulgarmente como “ketes” en número de
cinco, los cuales sometidos a la prueba de descarte y pesaje arroja un
peso neto de cinco gramos, coincidente a priori con la tesis
incriminatoria del delito de micromercialización de drogas (art. 298º
del CP), luego agrega que es drogadicto desde hace cuatro años,
habiendo sido internado reiteradas veces en un centro de
rehabilitación de la ciudad y la droga que poseía al momento de su
intervención, estaba destinada para su propio e inmediato consumo
(art. 299º del CP).

REQUISITOS INSTRINSECOS
Es realizada por el imputado: la calidad de imputado alude a la
persona a quien se atribuye su participación en un hecho delictivo,
que comprende desde el primer acto de la etapa de investigación
preparatoria (dividido en la fase de investigación preliminar y la fase
de continuación y formalización de investigación preparatoria
propiamente dicha), pasando por la etapa intermedia, hasta la etapa
del juzgamiento (hasta antes de la expedición de la sentencia

34
condenatoria firme). Por ello, se afirma que la confesión sólo tiene
lugar en el marco de un proceso penal.

Es una declaración de parte: no debe confundirse con el


testimonio que corresponde a toda persona hábil (distinto al imputado)
para prestar testimonio sobre lo percibido por los sentidos, en relación
con los hechos objeto de prueba. Consiste en relatos, aclaraciones y
explicaciones efectuadas por el imputado sobre su caso (art. 376.2.a.
del CPP).

Es personalísima: la confesión del imputado es insustituible e


irremplazable - intuito personae-, está absolutamente prohibida
hacerla por medio de apoderado o representante.

Es oral: la confesión será exteriorizada a viva voz por el imputado,


esto es, mediante mal palabra hablada, en presencia del fiscal o juez
(inmediación). No vale como confesión, las declaraciones juradas
contenidas en documentos, sino han sido reproducidas por el
confesante en forma personal y oral ante la autoridad competente,
con la participación de su abogado defensor. Claro está que si
estamos ante un imputado mudo, sordo o sordo mudo declarará por
medio de interprete (art. 171.1º del CPP).

Es en el idioma del declarante: el idioma es parte del desarrollo de


nuestra personalidad y representa la forma innata de expresión de
nuestras ideas, por tanto, en caso el imputado hable en idioma
diferente al castellano, deberá nombrarse un intérprete que auxilie en
el interrogatorio (art. 171.1º del CPP).

Tiene por objeto hechos: pueden ser hechos personales del


confesante (art. 160.1º del CPP) o sobre hechos ajenos de terceros
vinculados siempre con los cargos o imputación formulada en su
contra. La confesión recae sobre los hechos que el confesante

35
conozca por recepción de sus sentidos, que tiene lugar cuando
reconoce ser el autor del delito y/o proporciona la identidad y la
descripción de la conducta de los demás partícipes.

Tiene una significación probatoria: no implica que necesariamente


pruebe la integridad del hecho objeto de imputación, pero si el
aspecto sustancial o nuclear de la hipótesis normativa del tipo
delictivo, ocurre cuando el imputado narra cómo aprovechando su
condición de cajero, se apropió sistemáticamente en un mes de la
suma de S/. 5,000.00 de la empresa donde labora, mientras que la
hipótesis fiscal hace referencia a un monto mayor de S/. 8,000.00, sin
embargo, la significación probatoria reside en que el aporte
informativo por sí mismo es suficiente para subsumir la conducta en la
hipótesis normativa del delito de apropiación ilícita (art. 190º del CP).

Es consciente: requisito subjetivo interno del animus confitendi:


intención de confesar, es decir, interés en ejecutar ese acto y no otro.
No debe ser el resultado de métodos violentos que destruyan la
voluntariedad del acto, quedando proscrita la tortura en cualquiera de
sus manifestaciones con el objeto de arrancar una confesión.

Es expresa y terminante: no hay confesiones implícitas, que


resulten de razonamientos inductivos de la interpretación de las
declaraciones escritas u orales del imputado. Es indispensable que no
haya dudas acerca de la declaración y de su contenido. Debe ser
expresa, cierta, terminante, no vaga, ni genérica, ni implícita. No es
suficiente decir: “yo he lesionado a la víctima”, debe ser
circunstanciado. Tampoco vale cuando se dice “creo haber hecho
esto o aquello”, debe ser explícito.

Es divisible o fraccionable: pudiéndose tomar de ella la parte que


parezca sincera y útil, rechazando las demás partes que no lo
parezcan, en otras palabras, las declaraciones confesorias son

36
separables y valorables en cada una de sus partes. Ejemplo: un
imputado ante una investigación formalizada en concurso real de dos
delitos, confiesa haber cometido un delito, pero niega el otro.

REQUISITOS EXTRINSECOS

- Sea prestada ante el juez o fiscal (art. 160.2.c del CPP): Solamente
es aceptable la confesión intraproceso, esto es, la realizada por el
imputado en el marco de instauración de un proceso penal,
recepcionada por el fiscal o juez competente, según la etapa del
proceso en que se produce.

a. Durante la investigación preparatoria En la etapa de investigación


preparatoria la confesión será recepcionada exclusivamente por el
fiscal, por tener a su cargo la conducción de la investigación desde el
inicio (arts. IV.1 y 61.2º del CPP), lo que posibilitará más adelante el
requerimiento de un proceso inmediato o de una terminación
anticipada del proceso, según el caso. En el curso de las actuaciones
procesales y en todas las etapas del proceso, el imputado tiene
derecho a prestar declaración y a ampliarla cuando sea conveniente
según la estrategia de defensa diseñada (art. 86.1º del CPP). El
aforismo ”el tiempo que pasa es la verdad que huye”, contrastado en
la práctica judicial, nos permite concluir que la confesión del imputado
generalmente tiene lugar durante las primeras diligencias de la
investigación preliminar, esto es, dentro del plazo legal de 20 días,
ampliado según la complejidad y circunstancias del caso (art. 334.2º
del CPP), la misma que forma parte integrante de la etapa de
investigación preparatoria, una vez expedida la disposición fiscal de
continuación y formalización respectiva.

La Policía Nacional en su función de investigación, bajo la conducción


del fiscal, puede recibir la manifestación de los presuntos autores o
participes de delitos, con presencia obligatoria de su abogado

37
defensor. Si éste no se halle presente, el interrogatorio se limitará a
constar la identidad de aquellos (art. 68.1.i del CPP). Si bien es cierto,
que el fiscal puede disponer que algunas diligencias sean realizadas
por personal policial, bajo su conducción y control (art. 65.3º del CPP),
para el caso de la confesión del imputado no podrá aplicarse tal
delegación, debiendo el fiscal intervenir personalmente en la
recepción de la declaración, dejándose constancia en acta de su
participación, conjuntamente con el abogado defensor.

b. Durante la etapa intermedia Concluida la investigación preparatoria


con requerimiento de acusación y aperturada la etapa intermedia bajo
la dirección del Juez de Investigación Preparatoria (art. 351.2º del
CPP), la confesión al tener la naturaleza jurídica procesal de medio de
prueba, también corresponde ser recepcionada directamente por el
fiscal, debido a que en la misma audiencia preliminar de control de
acusación, no pueden actuarse diligencias de investigación o de
prueba especificas (art. 351.1º del CPP). La confesión es admitida
como excepción a la regla de precluir toda actividad indagatoria del
fiscal con la conclusión de la investigación preparatoria, esto porque
cabe la posibilidad de instar la aplicación de un criterio de oportunidad
en la audiencia preliminar de control de acusación (art. 350.1.e del
CPP), como el principio de oportunidad, acuerdos reparatorios e
incluso la terminación anticipada del proceso, los cuales presuponen
el reconocimiento de responsabilidad penal del imputado. La
confesión no debe ser confundida con la convención probatoria que
tiene lugar en la audiencia preliminar de control de acusación (art.
350.2º del CPP), la misma que en rigor representa una propuesta
(acto bilateral) de los hechos que los sujetos procesales –
ordinariamente entre fiscal e imputado- aceptan y que el juez podrá
darlos por acreditados, obviando su actuación probatoria en el juicio o
desvincularse de esos acuerdos (acto condicional); como se advierte
la convención probatoria es sustancialmente diferente a la confesión
básicamente por el carácter unilateral e incondicional de éste último.

38
c. Durante la etapa de juzgamiento La confesión deberá recepcionarse
por el juez penal (unipersonal o colegiado), al tener a su cargo la
dirección del juicio oral (art. 28.3.a del CPP), e incluso la actuación
probatoria reconoce el primer orden a la declaración del acusado,
pudiendo rechazar o aceptar ser interrogado. La confesión en la etapa
final del proceso permite la conclusión anticipada del juicio (art. 372º
del CPP), la misma que tiene lugar cuando, el juez después de
haberle instruido de sus derechos, le pregunta si admite ser autor o
participe del delito materia de acusación y responsable de la
reparación civil, entonces si el acusado, previa consulta con su
abogado defensor, responde afirmativamente, el juez declarará la
conclusión anticipada del juicio. Antes de responder, el acusado
también podrá solicitar por sí o a través de su abogado conferenciar
previamente con el fiscal para llegar a un acuerdo sobre la pena para
cuyo efecto se suspenderá por breve término. La sentencia de
conformidad se dictará en la misma sesión o dentro de las 48 horas,
la misma que aceptará los términos del acuerdo previo análisis de su
legalidad.

o Sea prestada en presencia de su abogado (art. 160.2.c del


CPP): La presencia del abogado defensor en la declaración
del imputado, brindada ante la autoridad fiscal o judicial, en el
marco de una investigación penal, resulta imprescindible a
efectos de que pueda ser informado previamente de los
efectos jurídicos de renunciar a su derecho a la no
autoincriminación y para darle validez a la confesión como
medio de prueba lícito. La presencia del abogado tiene lugar
desde los actos iniciales de la investigación, esto es, desde
que su patrocinado fuere citado o detenido por la autoridad
fiscal o policial (arts. 71.2. c y 84.1º del CPP). Durante la
investigación preparatoria el imputado, sin perjuicio de
hacerlo en la policía, prestará declaración ante el fiscal, con la

39
necesaria asistencia de su abogado defensor, cuando éste lo
ordene o cuando este lo solicite (art. 86.2º del CPP). De otro
lado, se garantiza la defensa gratuita a todos aquellos
imputados o acusados que dentro del proceso penal, por sus
escasos recursos no puedan designar abogado defensor de
sus elección, o cuando resulte indispensable el nombramiento
de un abogado defensor de oficio para garantizar la legalidad
de una diligencia y el debido proceso (art. 80º del CPP).

o Sea previamente instruido el imputado de sus derechos (art.


87º del CPP): Antes de comenzar la declaración, se le
comunicara detalladamente el hecho objeto de imputación,
los elementos de convicción y de pruebas existentes, y las
disposiciones penales que se consideren aplicables. Se le
advertirá que tiene derecho a abstenerse de declarar y que
esa decisión no podrá ser utilizada en su perjuicio. Se le
informará de que puede solicitar la actuación de medios de
investigación o de prueba, a efectuar las aclaraciones que
considere convenientes durante la diligencia, así como dictar
su declaración durante la etapa de investigación preparatoria.
Se le informará los beneficios legales que puede obtener si
coopera al pronto esclarecimiento de los hechos. La garantía
a la información oportuna, comprensible y veraz de los
derechos del investigado detenido, se ratifica en la obligación
de la policía de poner al detenido inmediatamente a
disposición del juez de investigación preparatoria, cuando se
trata de la ejecución de una detención preliminar judicial,
procediendo a examinar al imputado a fin de verificar su
identidad, designarle un abogado de oficio sino cuenta con
abogado particular y garantizar el cumplimiento de sus
derechos fundamentales, procediéndose a levantar una acta
(art. 71º del CPP).

40
o Luego de la sumarísima diligencia judicial antes descrita,
recién es puesto el imputado a disposición del fiscal, para que
proceda a interrogarlo y requiera la medida coercitiva
personal que corresponda según su estrategia de
investigación. Esta debidamente corroborada por otro u otros
elementos de convicción (art. 160.2.a del CPP): La sola
autoincriminación del imputado, sin prueba que lo corrobore,
no puede servir de base para emitir una sentencia
condenatoria. La confesión impone la actuación probatoria de
carácter indispensable a la confirmación de los hechos
incriminatorios antes reconocidos, esto es, de aquellos
medios probatorios dirigidos concretamente a corroborar los
datos relevantes de la información proporcionada por el
imputado, en conexión con las proposiciones fácticas de la
teoría del caso acusatoria. La confesión debe probarse por
otros medios, es indispensable probar la prueba: cuando
ocurrió, en qué lugar, ante quiénes, de qué manera: por eso
se dice que es una probatio probanda o prueba por probar.

 Sea prestada libremente y en estado normal de las facultades


psíquicas (art. 160.2.b del CPP): La manifestación del imputado
debe ser libre y espontánea, vale decir, no provocada por medio
coactivo alguno, excluyéndose aquel reconocimiento de cargos
obtenido con procedimientos prohibidos por los tratados
internacionales sobre derechos humanos y la legislación nacional
interna, tales como la tortura física o psíquica o incluso la
formulación de preguntas capciosas o sugerentes, puesto que la
libertad y espontaneidad del confeso, constituyen los elementos
esenciales para su actuación y posterior valoración. La Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 5º, ha
reconocido que “toda persona tiene derecho a que se respete su
integridad física, psíquica y moral” (inciso 1). “Nadie debe ser
sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o

41
degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el
respeto debido a la dignidad inherente al ser humano” (inciso 2º).
Por su parte, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes , en su artículo 1º, ha definido
como "tortura a todo acto por el cual se inflija intencionadamente a
una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o
mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o
una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se
sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa
persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de
discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos
por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones
públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o
aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos
que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que
sean inherentes o incidentales a éstas”. En este contexto normativo
internacional, la Constitución Política del Estado en su artículo 2.

 Prescribe que “nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o


física, ni sometido a tortura o tratos inhumanos o humillantes.
Cualquiera puede pedir de inmediato el examen médico de la
persona agraviada o de aquella imposibilitada de recurrir por sí
misma a la autoridad. Carecen de valor las declaraciones obtenidas
por violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad”. Por su
parte, el CPP ha establecido como derechos del imputado en su
artículo 71.

 Que “no se emplee en su contra medios coactivos, intimidatorios o


contrarios a su dignidad, ni ser sometido a técnicas o métodos que
induzcan o alteren su libre voluntad o a sufrir una restricción no
autorizada ni permitida por ley”. Así mismo, como garantía de la
declaración del imputado, en su artículo 88º, se exige que “durante
la diligencia no podrá coactarse en modo alguno al imputado, ni

42
inducirlo o determinarlo a declarar contra su voluntad, ni se le hará
cargos o reconvenciones tendientes a obtener su confesión”. Tales
son los derechos y garantías de protección de su declaración
indagatoria en libertad y en estado normal de las facultades
psíquicas que “si por la duración del acto se noten signos de fatiga o
falta de serenidad en el imputado, la declaración se suspenderá,
hasta que ellos desaparezcan”.

a. Narcoanálisis: La normalidad de las facultades psíquicas del imputado


como requisito de validez de su declaración, descarta aquellos
métodos y técnicas sicológicas que le provoquen una disminución del
control consciente de sí mismo, debilitando las facultades de
autodefensa, como el narcoanálisis, que consiste en poner al sujeto
examinado en estado de subnarcosis, las facultades de crítica y de
inhibición disminuyen gravemente, pero conservando la posibilidad de
comunicarse con el examinador, logrado tal estado mediante el
suministro por vía endovenosa de preparados como pentothal,
escopolamina, mescalina, evitan y narcover, eunacor, narconumal.
Al respecto el V Congreso Internacional de Derecho Comparado
realizado en Bruselas en agosto de 1958, adopto que “todos los
procedimientos de investigación científica que constituyan un
atentado contra la personalidad humana, como el narconálisis, deben
excluirse de entre los medios de instrucción judicial”.

b. Polígrafo: También existen otras técnicas que tienden a controlar pura


y simplemente la verdad de las declaraciones del sujeto,
aprovechándose de sus reacciones sicológicas ante estímulos
síquicos, como el polígrafo, mal llamado “detector de mentiras”,
consistente en un aparato que mide y registra los disturbios
emocionales o reacciones que sirven de estímulo, esto es, pueden
relevar el estado de inquietud que acompaña a la mentira, pero nunca
esta, se basa en la experiencia de que la marcha de la respiración
corporal, el grado de las transpiraciones, el pulso, la presión arterial,

43
entre otros síntomas, suelen cambiar cuando el declarante dice
conscientemente falsedades. Bajo el principio de libertad probatoria,
puede admitirse el uso del polígrafo en el proceso penal, porque no
pone al sujeto en estado de incapacidad de entender o de querer,
sino simplemente a pretender darle mayor credibilidad a la
declaración del imputado, lo cual no obsta de la exigencia de la
confirmación de lo declarado con otros medios de prueba.

- Debe ser sin prestar juramento o promesa de honor: la confesión


tiene la naturaleza de medio de defensa, el imputado puede negarse
o aceptar declarar, según su estrategia de defensa como garantía del
derecho a la no autoincriminación, pudiendo exponer los hechos con
prescindencia (total o parcial) de su veracidad según su propio
interés, es decir, puede mentir sin que tal conducta tenga
consecuencia penales negativas de carácter sustantivo (no constituye
otro delito, atípico) o de carácter procesal (no se presume su
culpabilidad). Distinta es la situación de los testigos, quienes tienen la
obligación legal de decir la verdad, siendo calificada toda desviación
intencional de la verdad (ocultarla, modificarla, falsearla) como delito.
Tampoco la autoridad encargada del interrogatorio debe exhortar al
imputado a que diga la verdad como antes lo exigía el artículo 132º
del CPP de 1940 “el juez instructor deberá exhortar al inculpado para
que diga la verdad”, solamente el imputado puede ser exhortarlo a
que responda con claridad y precisión las preguntas que se le
formulen, e incluso el juez o fiscal durante la investigación
preparatoria, podrá hacerle ver los beneficios legales que puede
obtener si coopera al pronto esclarecimiento de los hechos
delictuosos (art. 87.4º del CPP).

- Es registrada en forma fidedigna: la declaración del imputado quedará


registrada en el soporte documental (acta) o técnico (sistema de
audio) , que acreditará fielmente -con sus propias palabras- la forma

44
como respondió , no debiendo sustituirse o reemplazarse lo
manifestado por el imputado , con la excusa de “entenderse mejor
así”, al punto de desnaturalizar su real significado dentro del texto y
contexto empleado, lo que no obsta que el interrogador pueda realizar
las preguntas aclaratorias pertinentes en caso de emplearse
expresiones oscuras o ambiguas, para que el propio imputado
explique el significado de la utilización de determinadas palabras o
jergas, no comprensibles en el lenguaje usual. En resumen, durante la
investigación preparatoria, el acta que contenga la declaración del
imputado reproducirá, del modo más fiel posible lo que suceda en la
diligencia, estando autorizado el imputado a dictar sus respuestas
(art. 88.7º del CPP).

REQUISITOS LEGALES “ADICIONALES”

El CPP en su artículo 161º, establece expresamente que la


confesión debe ser “sincera” y “espontánea”, para justificar la
reducción de la pena, por ello, será preciso analizar cuál es el
significado usual de tales conceptos recurriendo al mismo diccionario
usual, a efectos de ser entendidos en su real contexto jurídico.

1. Sincera: Sincerarse es explicar alguna cosa de la que uno se cree


culpable, sinónimo de veraz, entendido para efectos de comprensión
de la confesión, como la veracidad o más propiamente la
verificabilidad de la información de los hechos proporcionados por el
imputado sobre el evento delictivo, a partir de su confrontación con
otros medios de prueba.

2. Espontánea: Espontáneo es aquello “voluntario o de propio impulso”,


se relaciona con la libertad de voluntad del declarante, o sea, la
imposibilidad de obtener la declaración mediante coacción, sugestión
o mediante engaño. La “sinceridad y espontaneidad”, no constituyen
en rigor requisitos legales “adicionales”, sino requisitos intrínsecos,

45
dado que toda confesión en un sistema procesal moderno acusatorio
garantista, centralizado en la figura del imputado como sujeto de
derechos y garantías, es por definición sincera y espontánea, es
decir, debe obedecer a una libre decisión del imputado, sin mediación
alguna de violencia, amenaza o engaño en su formación, y sólo
tendrá eficacia probatoria si puede ser confirmada con el resto del
materia probatorio. Ejemplo: En el proceso por delito de seducción
tipificado en el artículo 175º del Código Penal (no derogado
tácticamente por Ley Nº 28251), el imputado “A”, con la asesoría
técnica de su abogado, decide declarar ante el fiscal o juez según el
estadio procesal, aceptando haber mantenido relaciones sexuales
consentidas, con la menor agraviada de 17 años de edad, precisando
haberle mentido sobre su estado civil de soltero, siendo casado, así
como haberle ofrecido contraer matrimonio y ayudarle en sus estudios
universitarios, lo que se corrobora con la versión de la agraviada y el
certificado médico legal practicado a la agraviada que certificada la
desfloración reciente de himen.

REQUISITOS DESARROLLADOS POR LA JURISPRUDENCIA


Una de las novedades del CPP constituye la regulación de los
requisitos de existencia y validez de la confesión contenidos en los
artículos 160º y 161º, como resultado de la evolución conceptual
desarrollada por la jurisprudencia nacional a partir de la interpretación
de la fórmula abierta del artículo 136º del Código de Procedimientos
Penales de 1940 que limito la configuración de la confesión a la sola
exigencia de corroboración de los hechos confesados con otras
pruebas. Los principales criterios esbozados en la jurisprudencia
nacional, para calificar a la aceptación de cargos del imputado como
medio probatorio de confesión, son:

1) Uniformidad: Implica que la versión que proporciona el imputado si se


ha fraccionado en varias declaraciones- debe ser, en términos
generales coincidente una con otra en sus aspectos elementales

46
(coherente), estableciéndose una relación de semejanza o
complemento. No obstante lo expuesto, la confesión no debe
descartarse si durante la investigación el imputado inicialmente negó
los hechos incriminatorios y luego en el juicio los admite, sin antes
valorar las causas que tuvo el imputado para recomponer lo
declarado, como podría ser el temor o presión o incluso la ignorancia
de su característica premial; por ejemplo, cuando el potencial
confesante durante la investigación preparatoria es amenazado por
los demás imputados para negar los hechos delictivos, temor
superado posteriormente por diversos factores que lo llevan a
confesar recién en la etapa final del juicio.

2. Utilidad: La confesión es útil cuando genera provecho, esto es,


cuando puede servir o ser aprovechados en alguna forma por el
sistema de administración de justicia penal. Si la confesión beneficia
los objetivos de dilucidación de la verdad de los hechos es aplicable el
beneficio de reducción de la pena, por ello, debe ser graduada por el
juez en cada caso concreto, “cuando más útil sea la confesión, mayor
será la reducción de la pena”. Nótese la coherencia del
reconocimiento del criterio de utilidad de la confesión, en la propia
redacción del artículo 161º del CPP, cuando “faculta al juez disminuir
prudencialmente la pena hasta en una tercera parte por debajo del
mínimo legal”, esto es, la utilidad plena de la confesión justificará la
reducción hasta el límite del tercio de la pena, en tanto que, la utilidad
meridiana de la misma recibirá un beneficio menor al límite señalado.
Entre los parámetros de valoración utilitaria de la confesión invocados
en el novísimo precedente contenido en el Dictamen Fiscal N. º 1545-
2007-MP-FN-FSCA, pueden citarse: la conducta diligente del
imputado en la corroboración u obtención de pruebas, desconocidas
hasta ese momento, incautación de objetos del delito, identificación y
eventual captura de otros involucrados o la determinación de hechos
que mantenían incierta la investigación.

47
2.4.1 BASE LEGAL

 Según la Constitución Política del Perú, Título I: De la persona y


la Sociedad, Capítulo I: Derechos Fundamentales de la Persona, Art.
2 Enciso h. " Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o
física, ni sometido a tortura o a tratos inhumanos o humillantes.
Cualquiera puede pedir de inmediato el examen médico de la persona
agraviada o de aquella imposibilitada de recurrir por si misma a la
autoridad. Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la
violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad."

 El Libro Segundo, "La Actividad Procesal", Sección Segunda, "La


Prueba", Título II "Los Medios de Prueba", Capítulo I: "La Confesión",
del nuevo Código Procesal Penal, debidamente regulado en sus
artículos 160°, afirma:
La confesión, para ser tal, debe consistir en la admisión de los cargos
o imputación formulada en su contra por el imputado.

 Sólo tendrá valor probatorio cuando: a) Esté debidamente


corroborada por otro u otros elementos de convicción; b) Sea
prestada libremente y en estado normal de las facultades psíquicas; y
c) Sea prestada ante el Juez o el Fiscal en presencia de su
abogado…". De esta normatividad se colige, que la confesión se
delimita a partir del reconocimiento o admisión de los cargos o
imputaciones que se le imputa a una persona que se halla sumido en
un proceso penal; esto es que la diferencia jurisprudencial que se
instituía entre confesión y admisión de cargos se ha rasgado en el
sentido que la confesión misma se somete a aquella; empero, esta
concatenación reside en la diferencia entre la mera confesión y
aquella otra que es eficaz para los fines probatorios y cuya propósito
en su epígrafe segundo funda condiciones o presupuestos de su valor
probatorio. Asimismo, el 161°, sentencia: "Si la confesión,

48
adicionalmente es sincera y espontánea salvo los supuestos de
flagrancia y de irrelevancia de la admisión de los cargos en atención a
los elementos probatorios incorporados en el proceso, el Juez
especificando los motivos que la hacen necesaria, podrá disminuir
prudencialmente la pena hasta en una tercera parte por debajo del
mínimo legal"

FUNDAMENTOS JURÍDICOS

 El artículo 22 del Código Penal de 1991 estableció, expresamente,


como eximente incompleta de responsabilidad penal, lo siguiente:
“Podrá reducirse prudencialmente la pena señalada para el hecho
punible cometido cuando el agente tenga más de dieciocho y menos
de veintiún años, o más de sesenta y cinco años, al momento de
realizar la infracción”. Esta disposición, como se advierte de su tenor,
no contemplaba ninguna excepción por razón del delito cometido.

No obstante, en las cuatro reformas sucesivas, desde la dación del


Código Penal, se incorporaron progresivamente excepciones a esta
eximente incompleta en atención a determinados delitos,
considerados muy graves. Los cambios legislativos son los siguientes:

 Ley número 27024, de 25-12-1998. En lo pertinente, agregó al artículo


22 del Código Penal un segundo párrafo, cuyo tenor literal es: “Está
excluido el agente que haya incurrido en delito de violación de la
libertad sexual, tráfico ilícito de drogas, terrorismo, terrorismo
agravado, atentado contra la seguridad nacional y traición a la patria,
u otro delito sancionado con pena privativa de libertad no menor de
veinticinco años o cadena perpetua”.
 Ley número 29439, de 19-11-2009. En el primer párrafo, añadió la
frase siguiente: “[…], salvo que haya incurrido en forma reiterada en
los delitos previstos en los artículos 111, tercer párrafo, y 124, cuarto
párrafo”.

49
 Ley número 30076, de 19-8-2013. En el segundo párrafo adicionó
como delitos excluidos los de “homicidio calificado, homicidio
calificado por la condición oficial del agente, feminicidio, extorsión,
secuestro, robo agravado y apología”.
 Decreto Legislativo número 1181, de 27-7-2015. En el segundo
párrafo aumentó como delitos excluidos los de “criminalidad
organizada, sicariato, conspiración para el delito de sicariato y
ofrecimiento para el delito de sicariato, genocidio, desaparición
forzada y tortura”.

 El artículo 136 del Código de Procedimientos Penales, modificado por


la Ley número 24388, de 6-12-1985, estableció una bonificación
procesal por confesión sincera. El segundo párrafo de esa norma
estatuyó: “La confesión sincera debidamente comprobada puede ser
considerada para rebajar la pena del confeso a límites inferiores al
mínimo legal”. Sin embargo, la Ley número 28760, de 14-6-2006,
introdujo una excepción en los casos de confesión sincera: “[…], salvo
que se trate de los delitos de secuestro y extorsión, previstos en los
artículos 152 y 200 del Código Penal, respectivamente, en cuyo caso
no opera la reducción”.

En esa misma perspectiva, el artículo 161 del Código Procesal Penal


reconoció tal bonificación procesal. Su redacción es: “Si la confesión,
adicionalmente, es sincera y espontánea, salvo los supuestos de
flagrancia y de irrelevancia de los cargos en atención a los elementos
probatorios incorporados en el proceso, el juez, especificando los
motivos que la hacen necesaria, podrá disminuir prudencialmente la
pena hasta en una tercera parte por debajo del mínimo legal”. Sin
embargo, la Ley número 30076, del 19-8-2013, primero, unificó el
régimen de la confesión sincera extendiendo la vigencia del artículo
161 del Código Procesal Penal a todo el territorio nacional –derogó,
por consiguiente, para todos los efectos, aun cuando en una
determinada área territorial no está en vigor íntegramente el Código
Procesal Penal (v. gr.: Lima y Callao), el artículo 136 del Código de

50
Procedimientos Penales–; y, segundo, modificó el referido artículo
161 del Código Procesal Penal, y bajo el presupuesto de que la
confesión debe ser, además, sincera y espontánea, estatuyó: “Este
beneficio es inaplicable en los supuestos de flagrancia, de irrelevancia
de la admisión de los cargos en atención a los elementos probatorios
incorporados en el proceso y cuando el agente tenga la condición de
reincidente o habitual de conformidad con los artículos 46-B y 46-C
del Código Penal”.

 Ambas normas: artículo 22 del Código Penal y artículo 161 del Código
Procesal Penal, a final de cuentas, tienen una incidencia en la
punibilidad. En el primer caso, se está ante una causal de disminución
de la punibilidad –se construye desde la estructura del delito–,
mientras que, en el segundo caso, se trata de una regla de reducción
de la pena concreta por bonificación procesal, que apunta a la eficacia
motivadora que ejerce para generar efectos de abreviación de la
actividad procesal; no se vinculan, como en el caso anterior, a juicios
de valor propios del procedimiento de individualización de la pena ni a
la verificación de defectos de estructura o realización del delito
[Conforme: PRADO SALDARRIAGA, VÍCTOR: Consecuencias
jurídicas del delito, Lima, 2016, pp. 245 y ss.].
 El artículo 161 del Código Procesal Penal, conforme con la última
modificación establecida por la Ley número 30076, de 19-8-2013 –
que, finalmente, es la norma que debe ser objeto de examen por ser
la vigente en todo el país, sin perjuicio del régimen procesal
respectivo–, instaura como regla general la disminución prudencial de
la pena hasta en una tercera parte por debajo del mínimo legal en los
casos de confesión. El apartado 2 del artículo 160 del Código acotado
establece los requisitos de la confesión. Tres son las excepciones que
el artículo 161 del Código Procesal Penal reconoce a esta regla:
1. Flagrancia delictiva.
2. Irrelevancia de la admisión de los cargos en atención a los elementos
probatorios incorporados en el proceso.

51
3. El agente tiene la condición de reincidente o habitual.

 La confesión, en su aspecto nuclear, importa el reconocimiento que


hace el imputado de su participación en una actividad delictiva. Lo
que se valora, en este supuesto, es la realización de actos de
colaboración a los fines de la norma jurídica, por lo que se facilita el
descubrimiento de los hechos y de sus circunstancias y autores. La
confesión supone una especie de “premio” a quien colabora con la
justicia en el descubrimiento de un hecho que tiene relevancia penal y
que le afecta como responsable. Como tal, es inaceptable una
confesión no veraz (se proporciona una versión de lo ocurrido que no
se corresponde con la realidad); por tanto, esta debe ajustarse a la
realidad (no debe ser sesgada ni ocultar datos de relevancia), no
debe contener desfiguraciones o falencias que perturben la
investigación, y debe ser persistente (mantenerse a lo largo de todo el
procedimiento). No es confesión cuando se reconoce lo “evidente”,
cuando no se aporta dato alguno para el curso de la investigación; lo
que se debe aportar, en suma, son datos de difícil comprobación
(SSTSE números 43/2000, de 25 de enero; 1506/2002, de 19 de
septiembre; 1346/2009, de 29 de diciembre; y, 817/1998, de 15 de
junio).

52
CAPITULO III

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.1 CONCLUSIONES

 La confesión, constituye la declaración emitida por cualquiera de las


partes respecto a la verdad de los hechos pasados, relativos a su
actuación personal. Se le conoce también con el nombre de
declaración de parte, institución de origen religioso, testimonio
personalísimo y veraz, conducente a los esclarecimientos de la
verdad histórica de los hechos materia de investigación penal.
 Gran parte de tratadistas consideran a la confesión como la reina de
todas las pruebas. Para los Jueces la confesión del imputado es la
base en que se fundan sus sentencias condenatorias pues, por regla
general aparecen como fuente genuina de la verdad.
 Deriva arbitrario ensanchar la aplicación de la figura del beneficio de
la confesión sincera a aquel que se circunscribe a aceptar su autoría
o participación en la comisión de los delitos consentidos en la ley,
declaración en la que relata con suntuosidad de detalles los sucesos
de su consumación, considerando si tal asentimiento de cargos es
posterior a su intervención en flagrancia en la comisión del delito
sustanciado.
 La jurisprudencia nacional examina la confesión, como la declaración
del imputado en la que reconoce ser autor o participe de un delito o
falta, facilitada sinceramente, veraz y racionalmente, ante una
autoridad competente, y con la formalidad y garantías adecuadas.
 La conceptualización de la confesión debe enmarcarse en los
presupuestos: sinceridad, espontaneidad, veracidad, coherencia y
uniformidad, constituyendo supuesto de confesión sincera el hecho

53
que los inculpados en su declaración de instrucción hayan reconocido
su culpabilidad y descrito la forma en cometieron el hecho materia de
investigación penal.

 Es importante el conocimiento de la doctrina jurisprudencial y los


respectivos acuerdos plenarios, esto tanto para jueces, fiscales y
Abogados, toda vez que con respecto de la confesión sincera se ha
creado un precedente importante en la figura de la confesión sincera y
sus consecuencias.

 Que es importante el aspecto de la unificación de la jurisprudencia


acerca de la confesión sincera ya que ésta permitirá su utilización
directa a razón de los aspectos como de la declaración espontanea,
veraz coherente y uniforme en todo el curso del proceso en razón de
la comprensión de los beneficios jurídicos, y asimismo teniendo
presente que si no se cumple se perderá los beneficios prémiales.

 La Corte Suprema de Justicia de la República señala que la confesión


sincera constituye una circunstancia atenuante excepcional de orden
procesal que autoriza a disminuir la pena por debajo del mínimo legal
y que está constituida por la declaración del imputado en la que
reconoce ser autor o partícipe de un delito o una falta, prestada en
forma espontánea, oportuna, veraz y coherente, ante una autoridad
competente y con las formalidades y garantías correspondientes.

54
5.2 RECOMENDACIONES

 El Policía que interroga no debe estar bajo efectos emocionales ni con


problemas personales, puesto que ello crea predisposición negativa
capaz de efectuar indudablemente el descubrimiento de la verdad.
 El interrogador debe hacer un examen mental del hecho delictuoso, lo
que unido a las circunstancias concurrentes le permitirá adoptar
las técnicas apropiadas y sacar conclusiones valederas. El
interrogador debe ser capaz de entrar en el proceso de la acción
criminal en la forma más vivida que le fuere posible, es decir,
manteniendo el lazo de unión entre los testigos y el hecho mismo.
 Nunca se debe llegar a conclusiones cuando solo se han descubierto
algunos de los detalles; por lo general es un error en el que incurren
muchos interrogadores inexpertos.
 El interrogador policial debe plantear su estrategia de antemano y
estar en actitud de cambiarla de inmediato si no le diera buen
resultado o si llegara a comprobar la existencia de contradicciones
entre los hechos y lo expresado por el interrogado.
 Que se debe crear un compendio de especialización en resoluciones
supremas vinculada a la confesión sincera, teniendo en cuenta su
pronta y rápida aplicación esto en el poder judicial, en vinculación con
los colegios profesionales y las universidades en las facultades de
derecho.

 Que se recomienda la realización de un reglamento acerca de la


unificación de la jurisprudencia, asimismo la presentación de un
proyecto de ley al presidente del congreso en función de la
incorporación de la celeridad y espontaneidad de la confesión sincera.

 Se hace necesario una mayor capacitación a los operadores del


derecho (abogados, fiscales, magistrados) respecto a los criterios
introducidos por la Corte Suprema respecto de la confesión sincera,

55
con la finalidad de contribuir a que las sentencias tengan mejores
fundamentos y la percepción que tiene la población de sus
Magistrados mejore ostensiblemente.

 Los docentes universitarios deben contribuir a que se tome en


consideración en los planes de estudios de las diferentes
universidades, la promoción de una mayor capacidad de análisis, de
síntesis, de argumentación y razonamiento jurídico con relación a las
sentencias expedidas por la Corte Suprema.

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