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La “indumentaria tradicional” en su aspecto cotidiano es, salvo excepciones, uno de los campos menos estudiados

de la antropología andaluza. El examen de una serie de prendas propias de los jabegotes, y, en general, de los hom-
bres de pueblo, nos acercará a la vestimenta diaria malagueña de principios del siglo XX. La indumentaria popu-
lar no fue siempre la misma en todos los lugares y se vio afectada por la modas. Las sargas fueron siempre las más
utilizadas para las ropas de mucho uso y ropa de trabajo, lo que en la actualidad sería nuestro tejido “vaquero”.

Jalando el copo
Los jabegotes malagueños y la indumentaria tradicional
a principios del siglo XX

IRENE SECO SERRA


CUERPO FACULTATIVO DE CONSERVADORES DE MUSEOS

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uando se habla de “indumentaria tir de los jabegotes malagueños albergadas
tradicional” o “popular” se suele en el Museo del Traje de Madrid. Una indu-
Tintes tradicionales
aludir al traje festivo estandariza- mentaria sencilla, se aparta de los tópicos
do, objeto de repetidos estudios, que se uti- ■ El mundo de la indumentaria para adentrarnos en la vida diaria.
liza todavía hoy como emblema local. Sin tradicional empleó materias Las piezas en cuestión pueden datarse en
embargo, hasta la fecha se ha prestado muy naturales para teñir durante mucho torno al año 1900. Fueron compradas en El
poca atención a las ropas de diario de las cla- tiempo. A principios del siglo XX, Palo al señor Miguel Martínez, e ingresaron
ses populares, que comenzaron a diferen- cuando ya hacía años que los en el Museo el día 20 de marzo del año 1935.
ciarse del traje urbano de forma consciente habitantes de las ciudades vestían Se trata de una chaqueta de trabajo, un cha-
a mediados del siglo XVIII, para acabar sien- ropas teñidas con colorantes leco de más vestir y un traje de invierno.
do engullidas por la marea del “traje regio- artificiales, las clases populares aún La chaqueta de trabajo es de simple algo-
nal” de principios del siglo XX, con su etapa usaban prendas coloreadas a la dón azul; como única concesión decorativa
final de definición en torno a la Sección Fe- manera antigua. se ha pespunteado a máquina con hilo blan-
menina. El calzón que se presenta aquí ha co. Lleva tres bolsillos grandes de plastón, y
Naturalmente, la indumentaria popu- perdido parte de su color original cierra con botones de metal. Tiene huellas
lar no fue siempre la misma en cada lugar a precisamente por este motivo. Es de uso continuado y está remendada con
lo largo del tiempo, y también se vio afecta- posible que no se aplicara bien el parches de su mismo tejido, que presenta el
da por las modas, aunque menos que las mordiente, por lo que el tinte natural tipo de ligamento denominado “sarga”. En
vestimentas urbanas. La mayor parte de las no pudo entrar en las fibras de lana la sarga, los hilos se entrecruzan formando
piezas que han llegado hasta nosotros co- con la fuerza requerida, pero líneas diagonales, lo que confiere a la tela
rresponden, bien a trajes festivos o domin- también es probable que se utilizara resultante resistencia y cierto grado de im-
gueros, bien, directamente, al modelo de una materia tintórea de poca permeabilidad. Por eso, en el mundo popu-
“traje regional” al que ya hemos aludido. calidad. Los mejores negros se lar, las sargas han sido tradicionalmente
Son infrecuentes las ropas de diario, pues extraían del exótico y caro Palo de empleadas para forros de prendas de mucho
en los años en que se formaron las grandes Campeche, pero nuestro calzón fue uso y para ropa de trabajo. En nuestros días,
colecciones textiles, no solían considerarse teñido sin duda con algo más la sarga por antonomasia es el tejido “va-
de interés. Por ello resultan especialmente humilde, como un zumaque o una quero”. En realidad, esta chaqueta está rea-
sugestivas las piezas en las que queremos agalla de roble. lizada ni más ni menos que con el mismo ti-
fijarnos aquí: una serie de prendas del ves- po de tejido de los tejanos: sarga de algodón
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1. Chaleco de vestir.
2. Chaleco.
3. Trasera del chaleco.
4. Faja.
5.Calzón (vista lateral)
6. Calzoncillo.
Museo del traje.

7. Calzón.
8 8. Chaqueta de trabajo.
9. Detalle de botón.
azul, por lo que, en este sentido, podría cali-
1 ficarse de proto-vaquera.
En el extremo contrario en cuanto al
uso, se encuentra el chaleco de vestir, que
no se emplearía para la faena, aunque no
se trata tampoco de una pieza de lujo. El
delantero es de sarga cruzada de lana ne-
gra, mientras la espalda se ha realizado
con tafetán de lana a cuadros en verde, na-
ranja y morado. Está forrado con sarga
batavia listada de algodón, y cierra con
cinco botones negros. El patrón del delan-
tero, el cuello de pico y la ausencia de sola-
pas son elementos morfológicos recientes,

Antonio Mandly Robles.


casi diríamos que muy actuales. Este cha-
leco es, así, interesante por cuanto nos
muestra la incidencia de la moda “moder-
na” en el mundo tradicional.
Por último, entre las prendas de jabe-
gote compradas para el Museo se cuenta
AH 2 un traje de invierno, confeccionado en pa-
ño, como es de rigor para las prendas de
ABR abrigo en el ámbito popular. El chaleco,
2008 negro y de líneas rectas, está forrado de
paño rojo, que asoma en el cuello de tiri-
74 lla. Presenta tapas externas imitando bol-
sillos, y no posee elementos de cierre. Al
contrario de lo que ocurría con el chaleco
de vestir al que hemos hecho referencia,
Aguilera. Revista Estampa (1929).

‘¡Al rico boquerón!’


■ En verano del año 1929, la pluma de
Alfonso González Hidalgo describía
para los lectores de la revista Estampa
una escena de pesca con jábega en las
playas de Málaga. Sol de agosto. En el
3 balneario de moda, los trajes
polícromos de los bañistas. Y, como
Una visión de Málaga a través de sus tarjetas postales (1897-1930).

contraste del lujo y del ocio, los


pescadores se afanan en el ímprobo
trabajo de sacar un “copo” […]
—¿Cuánto se tarda en sacarlo? -Unas
dos horas, desde que sale la barca […]
Interrumpe nuestra charla la llegada
de un chicuelo semidesnudo y locuaz.
En la mano, encallecida ya por el
trabajo, saltan unas plateadas
sardinas […] Uno de los “jabegotes” le
increpa: -¿Dónde cogiste eso? […]
—Me las dio Salvaor, el patrón de la
Mercedes. Yo soy honrao y no robo na
[…] Ha llegado el “copo”. Viene
repleto y la alegría rebosa en los
rostros. Al abandonar la playa, cerca
ya de la ciudad, sentimos el típico
Arriba, las playas de El Palo pregón de un “cenachero” […] Y
en los años 40. Debajo, la recordando el ímprobo e impagable
salida de un copo cargado de esfuerzo de los pobres “jabegotes” no
boquerones. Y jábega cerca nos pareció caro, esta vez, el precio de
de los Baños del Carmen. la mercancía.
JÁBEGAS Y JABEGOTES
TOMAN SU NOMBRE DEL
TÉRMINO ÁRABE HISPANO
‘SABKA’. QUE PROVIENE DEL
ÁRABE CLÁSICO ‘SABAKAH’,
QUE SIGNIFICA “RED”

no sigue las modas de la época, sino que,


como a menudo sucede en la vestimenta
tradicional, nos remite directamente al
siglo XVIII. La faja del conjunto es de sarga
cotonina de lana roja. Los lados menores
rematan con flecos y se adornan con cintas
de tafetán de seda, muy deterioradas, de
color beige, gris, amarillo y azul. El calzón
es de paño negro, recto y ancho; no tiene
alzapón, y se abrocha en la cintura con
cinta corrediza de algodón. Es interesante
comprobar que su color negro original ha
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virado a pardo. Bajo el calzón se vestía un
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calzoncillo de tafetán de algodón blanco, 2008
que llegaba hasta más abajo de la rodilla,
asomando por las perneras.
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Las piezas apenas descritas, chaleco, fa-
ja, calzoncillo y calzón, complementadas
con camisa de lienzo y opcionalmente con
una chaqueta, componen el paradigma de
la indumentaria popular masculina de pa-
trón dieciochesco, que puede encontrarse
con variantes en casi todas las regiones es-
pañolas. Éste fue también el modelo que se
fue imponiendo en el Reino de Granada
tras la derrota de los moriscos, sobre el que
se irían diferenciando tipos locales como
consecuencia de la división provincial de
1833 y del progresivo influjo de las modas
urbanas. La indumentaria que hemos exa-
minado no es, por tanto, exclusiva de los
jabegotes, aunque éstos también la utili-
zaran, sino que corresponde a los trajes
empleados por las clases populares mala-
Jábegas y jabegotes
gueñas en general a fines del siglo XIX y ■ La jábega es un tipo de red de versión popular) desde tierra para
principios del XX. ■ arrastre de bandas largas, que se echa embolsar en el copo sardinas y
al agua desde una barca, no muy lejos boquerones. De todos modos no hay
de la orilla. Su nombre viene del que olvidar que, como señala el
Más información árabe, y se documenta por primera vez académico Manuel Alvar, el jabegote
en castellano en textos del siglo XIV. no es sólo el que tira de la jábega, sino
Cuatro siglos más tarde, la el pescador en general, y, por
■ Alvar, M. embarcación desde la que se cala la extensión el hombre de pueblo
‘Historia lingüística de jábega’. red acabó tomando por extensión el malagueño.
Revista Jábega 11 y 12. Málaga, 1975. mismo nombre, y con él ha perdurado En la fotografía, Imagen de una jábega
■ Álvarez Calvente, M. hasta nuestros días. Se trata de una en la playa malagueña, cerca de los
‘La jábega’. barca de madera a remo y sin timón, Baños del Carmen. En la distancia,
Revista Jábega 4. Málaga, 1973. que viene a medir en torno a ocho Pedregalejo y El Palo. Fotografía:
■ Martínez Moreno, R.M. metros de largo sin el botalón; las Desde Málaga, recuerdos...Una visión
El traje tradicional, Rodríguez, F. (ed.): rodas de proa y popa se prolongan en de Málaga a través de sus tarjetas
Proyecto Andalucía. Antropología, volumen curva sobre la borda, dando a la postales (1897-1930). Selección y textos
8, 196 - 249. jábega su perfil característico. Una vez de J. A. Fernández Rivero. Málaga,
Publicaciones Comunitarias. la red ha sido echada al agua, los Miramar 1994, págs. 168 y 170.
Sevilla, 2003. jabegotes la halan (o jalan, en la Cortesía de Antonio Mandly Robles.

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