Carta a Fase 2:
Y en ese momento me sentís en la cima del
Bueno, supongo que por mucho pesimismo que haya puesto sobre la mesa las cosas han
llegado a su tiempo. así que comencemos por el principio;
Hola, me llamo Ariadna Borghese y tengo 15 años, mi historia empieza un 29 de agosto de
2006, en Valencia. Desde que nací vivía con mis abuelos y mi madre, y por ese entonces,
toda mi familia, o la mayoría, estaban en España, ya que ellos eran de Argentina, pero tan
solo a los 2-3 añitos, se fueron casi todos, quedándome sola con mis abuelos y mi madre,
sintiendo así un gran abandono que me dejó con un miedo casi irreal a quedarme sola.
En ese tiempo mi madre conoció al que hoy en día es mi padrastro, no tardaron mucho en
estar juntos y a los 5 años me mudo a Torrent, a 15 minutos de Valencia centro. Realmente
mi infancia la recuerdo medianamente feliz, tenía cariño y todo lo que un niño pudiera pedir.
Pero en clase las cosas no fueron bien desde un principio, siendo el centro de burlas desde
3º de infantil.
En primaria pasaba muy desapercibida, y aunque en 2º de primaria mis miedos se
cumplieron, ya que mi abuela se fue a Argentina y mis amigas me dejaron completamente
sola, yo seguía intentando mantener una sonrisa en la cara para mi madre.
Los cursos siguieron así, yo sola en los patios, llorando todos los días porque no quería ir a
clase y todos burlándose de mí, pero, en 4º de primaria un chico se fijó en mí, y vaya que
me sorprendí ya que era de los ‘populares’, pero tampoco me quejé. Así que esa fue mi
primera interacción romántica de niños pequeños. Aunque eso no tardó en cambiar para
mal, pasó el verano, y para poneros en contexto, en 5º, empezaron a meterse conmigo por
mi físico, y yo sé que no era como el de otras niñas, puesto que desde 1º me veía muy mal
y me pellizcaba las partes que no me gustaban frente al espejo, ahora me doy cuenta de
que era muy joven para sentir esas cosas.
Siguiendo en 5º, mi ex-como se llame lo que teníamos, dijo la frase que desencadenó mi
TCA; 'Que voy a salir yo con esa gorda'. Y aunque yo me hice la fuerte y aparenté que no
me dolió, eso me destrozó por dentro, desgarrando cada parte de mi ser.
En 6º me vino la regla y mi cuerpo cambió, pero eso solo freno las burlas y malos
comentarios externos, pero nunca los que me decía a mí misma. Por ese entonces empecé
a restringir más notoriamente, escondía comida y mentía a mis padres en la cara con gran
facilidad, como si estuviera destinada a eso.
En 1º de la ESO empezó el sentimiento de incompetencia, de inutilidad, de sobre exigencia
y de autosabotaje. Y claro, también empezó el síntoma autolítico, siendo eso el pan de cada
día.
Las peleas en casa eran constantes y la que era mi mejor amiga desde 1º de primaria se
me confesó, no siendo correspondida y haciendo la relación sumamente incómoda,
haciéndome sentir cada vez más sola y menos entendida. Pero eso cambia en 2º de la
ESO, cuando conozco a Irene, ella es como esa luz en el camino que me guía de vuelta a la
realidad, es ese abrazo que necesitaba y esa mano que coger cuando me siento perdida, no
es nada romántico, es simplemente como la hermana que nunca tuve, la mejor persona que
he conocido nunca sin dudarlo.
En 3º los síntomas estaban descontrolados y como consecuencia ingresé en hospital de día
llamado CTA un 16 de Diciembre de 2020 por Anorexia Nerviosa; durante mi tratamiento
mentí compulsivamente todo el tiempo, y puse muchísima resistencia a curarme, pero, al
final todo llega y aunque no fueron unos buenos meses, todo era mejor que ir a clase, y al fin
y al cabo ese era mi objetivo, yo busqué ingresar, en cualquier sitio, me daba igual, con tal
de no ir a clase y no sufrir con el bullying que se cernía sobre mí.
Me dieron el alta en septiembre de 2021.
mundo, hasta que llegó Víctor.
Lo conocí poco antes del alta y todo parecía indicar que era el chico perfecto, pero era como
la luna, preciosa desde un lado, pero tenía una cara oculta que nunca me habría imaginado.
Empezamos a salir a mediados de agosto y gracias a que quería complacerlo, intenté
cambiar mi cuerpo un poco para gustarle más, creyendo que todo giraba en torno a él.
Pronto me di cuenta en donde me había metido, él no era un buen chico, era todo lo
contrario, me decía cosas hirientes y se enfadaba conmigo cuando le llevaba la contraria, y
creo que me habría dolido más un golpe que todas las cosas que salieron por su boca. Pero
no queda todo ahí, ya que él siempre tenía, digámoslo así, las hormonas por las nubes, y no
se podía estar tranquila con él ni un minuto, siempre tenía que estar restregándose contra
mí, tocándome sin permiso, y como último, abusando sexualmente de mí, haciéndome
llorar incontables veces, por cierto ¿había comentado que tenía casi 19? Porque sí, era
bastante mayor que yo y sabía muy bien lo que hacía, era lo suficientemente listo para
saber que me estaba violando, pero lo suficientemente tonto como para gritarme en la puta
cara que no se iba a poner un condón y que me jodiera.
Lo dejé a finales de Octubre, tarde, el TCA había vuelto gracias a él y no lo podía frenar,
oscilaba entre Trastorno por Atracón, Bulimia y Anorexia Nerviosa, iba de un extremo al otro
y así todo el tiempo, hasta que mi psicóloga del ambulatorio y mi psiquiatra concordaron
conque de enero no pasaba y que necesitaba un ingreso cuanto antes, pero les cerré la
boca y empecé a mejorar, aunque no pudiera frenar el proceso, así que un 3 de marzo de
2022 ingresé a ITA Argentona, sintiéndome derrotada con la vida y sin ganas de nada más
que morirme.
Cuando llegué un poco más y me da un infarto al ver toda la gente que había ahí, y al no
integrarme y tener el síntoma autolítico tan presente, me subieron a la UC, donde estuve
trabajando un mes. Y cuando bajé me sentí otra persona totalmente nueva, pudiendo decir
así que por fin había empezado mi tratamiento.
Que me ha aportado Fase 1: Me ha aportado esperanza, valor y ganas de seguir, de no
tener miedo a enfrentarme a las cosas que me asustan y plantarle cara a mi enfermedad,
porque soy mucho más que un síntoma, también me ha aportado felicidad, gente increíble y
momentos únicos.
Que puedo aportar a Fase 2: Puedo aportar mi seguridad, mis ganas de ayudar a la gente,
mi lealtad, respeto, mi amistad, puedo aportar mi experiencia y mis vibras gays.