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Rubén Fernández
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WILLIAM SHAKESPEARE

OBRAS
COMPLETAS

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WI LLIAM SHAKESPEARE

OBRAS
COMPLETAS
ESTUDIO PRELIM!N AR
TRADUCCION Y NOTAS
POI\

LUIS ASTRA NA MARIN

PRIMERA VERS!ON INTEGRA DEL INGLES

Unica cdiúón completa cu lengua castellana, cc-n 68 ilustraci o~


ncs, originaies de dh•crsos au1ores, reproducid:1s de la de Baudry'5
Europea!": Library, de Pnís, de i843

AGUILAR, S. A. DE EDICIONES
MADRID - 1951

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El di bujo de la s guardas es una re p roducción. a pluma,
p or Boni, en que se representa a Shakespeare declamando
ante la reina I sabel de Inglo.ten a .

DECIMA EDICION

Printed in Spain. Impreso e¡1 España por Gráficas H ala r, Bla sco de Garay, 28.

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TITO ANDRONICO

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TITO ANDRONICO
(TITUS ANDRON!CUS)

DRAMATIS PER.SONJE

5ATUHN1NO. hijo del últ.imo e 1npera - SEMPRONIO \


dor de Roma y en seguida pro- C•vo Parient-e s de Tito.

i
c1amado emperador. VALEN TÍN
EMILIO, noble romano.
BAssTA NO, hermano de Saturnino y
enamorado de La vio.la. ALARBO ....... ·
DEMETRIO . . . . . . Lijas de T a m orn..
TITO ANDRÚNICO, roma no, general Cll CHmóN ....... .
la gucrrn contrn los godos. l\:\RÓN, moro, amante de Tamora .
lvbRCO ANDRÓNJCO. tribuno del p ue- Un CAPITÁN • .. • . . . . \
blo y hermano de Tito. Un TRIBUNO . ... ... . Romanos.
Un MENSAJERO . . . . . .
Lucro
QUINTO . . \ Ó Un RúsTJco ........ .
:~Rc~~o .. : : : Hijos de Tito Andr nico. TA!'.IOR,\, reina de los godos.
LAVINIA, hija de Tito Andrónlco.
Una NODRIZA, con un niño negro.
El JOVEN LUCIO, mo zalbet e. hijo de Godos y Romanos_
Lucio. Sena.dores, Tribunos, Oficiales, Sol-
PUBLro, hijo de l\'1arco Andrónico. dados y acompañamiento.

EscENA.-Hom;:i , y en los campos clrcunvecinos.

ACTO PRIMERO
conciudadanos, mis partidarios fieles ,
ESCENA UNICA :sostened con vuestros aceros mis títulos
Roma
heredita!'ios. Soy el hijo primogénito clel
u.'timo empera.dor que ha ostentado la
A.parel!e el m.o-numento ele los Andrónic(1s. l!,;11 diadema impe1·ial de Roma. Haced, por
la parte superior, los Tribunos y los Se nactn- tanto, revivir en mi los honores de mi
res. Después se presenta S'ATURNTNO. acompa.- padre, y no permitáis esta injuria a mí
ffado de sus partidarios, en una de las puertas.
edad.
BAssrANO, con sus parciales, en la ot1·a . Ba-
ten los tambores, y las banderns quedan
BASSIANO. - Romanos amigos, camara-
desplegadas da.s y favorecedores de mis derechos: Sl
nlguna vez Bassiano, el hi.io del César,
SATURNINO.-Nobles patricios protecto- fué agradable a los ojos de Ja Roma im-
res de mis derechos : Defended con las perial, guardad entonces este paso al Ca-
armas la justicia de mi causa; y vosotros, pitolio y no consintáis que el deshonor
.SH.H:E~PFARE 28

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WILLIAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS
se acerque al trono imperial, consagrado cuencia del tribuno colmar mis pensa-
a la virtud, a la justicia, a la conti- mientos!
nencia y a la grandeza de alma, sino BASSIANO. - M'arco Andrónico, pongo
que el mérito brille en una elección pu- confianza en tu rectitud e integridad ; y
ra; y en seguida, roma.nos, combatid siento tal respeto y afecto por ti y por
para mantener la libertad de vuestra 103 tuyos, por .tn noble hermano Tito,
elección. por sus hiJos y por aquella ante la -::ual
todos mis pensamient<JS se prosternan,
I
1>ntra M •Rco ANnRóN1co, po_r la par t e superior. ht encantadora Lavinia, rico ornament.o
con za corona de Roma., que voy a licenciar aquí a mi:;
1 querido-> amigos y abandonar mt causa
MARco.-Príncipes, cuya ambición, se- a mi destino y al favor del pueblo, a fin
cundada por faccion es y por vuestros de que pese en la balanza. (Salen los se-
amigos, lucha por el mando y el impe- cuaces de BASSIANO.)
rio: Sabed que el pueblo romano, que SATURNINO.-Amigos, que tan celosos
estamos encargados de representar, ha os habéis mostrado de mis derechos, os
señalado por voz común, en la elección doy las gTacias y os licencio a todos, y
al imperio romano, a Andrónico, llama- abandono al efecto y al favor de mi pais
do el Piadoso, en consideración a los mi persona y mi causa. (Salen los par.
grandes y numerosos servicios• que ha tidarios de SATURNINO.) Roma. muéstrate
hecho a Roma. La ciudad no encierra justa y favorable conmigo, como yo soy
hoy en su recinto un hoID_bre de más confiado y generoso contigo. Abrid las
noble carácter ni un más bravo gue- puertas y dejadme entrar.
rrero. El Senado le ha llamado a la BASSIANO.-Y a mí también, tribuno,
patria al final de las largas y sangrien- sn pobre competidor. (Trompeteria, BAs-
tas guerras que ha sostenido contra los SIANO y SATURNINO entran en el senado.)
bárbaros godos. Este general, terror de
Entra un CAPITÁl'I
nuestros enemigos, secundado por sus
hijos, ha encadenado a esa nación ro- C11PITÁN. - ¡Romanos, haced sitio! El
busta v disciplinada en las armas. Diez digno Andrónico, patrón de la virtud y
años :ti.a que se encargó de los intere- ei más bravo campeón de Roma, siem-
$es de Roma y que castiga con sus ar- pre feliz en las batallas que libra, vuel-
mas el orgullo de nuestros adversarios. ve, coronado por la gloria y la fortuna,
Cinco veces ha vuelto cubierto de san- de lejanos países, donde ha batido con
gre a Roma, transportando desde eJ cam- su espada y sometido a yugo a los ene-
pe de batalla a sus valerosos hijos en migos de Roma.
un féretro. Y hoy, en fin, el ilustre Tito
Andrónico regresa a Roma cargado de ,Suenan tambores y trompetas.. y en seguida
los despojos de la gloria y ennobieci- entran M.rncw y Mucw; después, dos Solda-
do con nuevos timbres. Por el honor dos. llevando un féret,.o cubierto con paños d e
del nombre de aquel que deseáis ver dig- luto; a continuación, Luc10 y QUINTO. Síguenlos
ANDRÓNICo y, tras ét TAMORA, con AtARBO.
namente reemplazado; en nombre de los Tito CHIRÓN, DEMETRIO, 11.ARÓN y otros godos. pri-
sagrado3 derechos del Capitolio y del Se- sioneros. Séquito de Soldados y pueblo. Depo-
nado Que pretendéis adorar :' r2spct!1.r, sita" el féretro en tierra y hab.la TITO
o.s conjuramos a que os retiréis y desar-
méis vuestras fuerzas, licenciéis a vues- TITO.-¡ Salve, Roma, victoriosa en tus
tros partidarios y hagáis valer vuestras vestidos de duelo! ¡Mirad ! Semejante a
pretensiones en paz y con modestia, co- la nave que, después de descargar su (!3r-
rno conviene a los candidatos. gamento. ¡·etorna cargada de un fardo
SATURNINO. - i Qué bien logra la. elo- precioso en la babia donde primero levó

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OBR.\S DRAiViÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-Ac~·o r 867

el ancla. así Andrónico ceñido de rama.> rnr mis hijos degollados en vuestras ca-
de laurel, vuelve de nuevo a saluda: la 1!es por haber defendido valientemente
patria de r;us lágrimas; lágrimas d0 sin- ia cuasa de su país? ¡Oh! Si para los
cera alegría por su regreso a Roma. ¡ Oh tuyos constituy6 un piadoso deber <:om-
tú, potente protector de este Capitolio, batir por <,u soberano y por su patria,
sé propicio a los re:igiosos deberes 0ue así lo fué para ello3. Andrónico, no 111an-
nos proponemos cumplir! ¡Romanos, de ches d·3 sangre tu tumba. ¿Quieres apro-
veinticinco hijos valerosos, mitad de :a ximarte a la nat uraleza de los dios<'s?
suma que poseía el rey Priamo, he ::iquí Aproxímate a ellos en cuanto miseriror-
la pobre resta, todos los que me qued,ú1, , ciioso: la tlulce piedad es el símbol·'.l de
vivos y muertos! ¡Que Roma recompen-1 1a verdadera grandeza. Tres veces no-
se <:on su amor a los supervivientes y blE Tito, sé indulgente con mi promogé-
que cuantos he conducido a sn últ/;na nito.
morada reciban la sepultura co:i. sus a:c-· Tno. - Calmaos, señora, y perdo~1ad­
tepasados ! Aquí es donde los godos me me. Los que veis alrededor de mí :::en
han pi:irrnitido envainar mi espada. Tito, htrmanos de los que los godos han v:st-0
padre cruel y sin cuidado de los tuvos, vivir y mo~·ir, y su piedad exige un SB.-
¡,por qué dejas a tus hijos, aún sin se- crificio para s us hermanos inmolados.
pultura, er~ar rnbre la terrible ribera de Vuestro hijo queda señalado por ·viCi.i·
la Estigia? Permitidme depositarlos jun- ma, y deb e morir para aplacar las ~om­
to a sus mayores. (Es abierta la tuml1a) bras dolientes de los que ya no exis ten.
¡ Salud~mo¡;los en silencio y como c:;n- Lucrn.- ¡Que le conduzcan y que se
viene a los difunLos ! ¡Dormid en ·::iaz, encienda al instante el fuego! Cortemos
vo!mLrns, que habéis sucumbido en las s u..~ miembros con nuestras espadas, so-
g·uerrns de vuestra pa tria! ¡Oh sacrosan-· bre una pira de leña, hasta que s~an
to asilo de mis alegrias, apacible r etiro enten•,mente consumidos. (Salen Lucro.
de la virtud y del honor! ¡Cuántos de QUINTO, M.11Rcro y Mucrn con P..LARBO.)
m.is hijos encierras en t u seno, que no TAMORA.- ¡Oh cruel, impía piedad!
me devolverás más! CHIRÓN.-¿Fué nunca Ja Escitia Ja mi-
Lucro.~Cedednos el más ilustre de !os tad de feroz?
prisioneros godos, para cortar sus rnicm- DEMETRIO. - ¡No compares la Escitia
bros y ofrecer en una pira el sacrificio con la ambiciosa Roma! Alarbo, mar-
di:i su carni:i ad manes fatrum ante e.~ta cha al reposo; y nosotros sobrevivamos
visión tern;stre de sus huesos, a fin de para temblar bajo Ja mirada amenaza-
que sus sombras no queden descontentas dora de Tito. Vamos, señora, tened va -
ni nosotros seamos a tormentados en la lor; pero esperad a la vez que los mis-
tiena con apariciones. mos dioses que procuraron a la reina de
Tno.-Os entrego éste, el más noble Troya ocasión de ejercer su venganza
de los que viven, hijo primogénito ce sobre el tirano de Tracia sorprendido en
es ta afligida reina. su tienda. podrán favorecer igualmente
TAIIWRA. - ¡Deteneos, insignes roma- a Tamora, reina de los godos (cuando
nos! Generoso conc¡uistador, victor~oso los godos eran godos y Ta mora reina) y
Tito, apiádate de las lágrimas que vi<'r- permitidle vengar en sus enemi~os su.o
~o. lágrimas de un'l. madre que impJ0,·a sangrientas ii1jurias.
por su hijo. Y si alg-una vez tus hijos
• f . . . ht · . .;
'e ue1 on cai os, 'o . ' piensa que mi h.- ,
Vuelt;en a entrar Lu cio~ QUINTO, MARC.:Lü
Y MuCTo con las espadas sangrante s
JO me es caro t<.mbién. ¿ Nb basta ser
tus cautivos, sometidos al yugo romano. Lucro.- Mirad, sefior y padre, cómo 111~·
y ser conducidos a Roma para orna.e tu I mos cumplido nuestros ritos romano¡; ..
triunfo y tu retorno? ¿Aún tendrán que Los miembros de Alarbo han sido cor1.a-

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~&8 WILLI/\M SIIAKESPEARE.-OBRA.S COMPLETAS

<los y sus entrañas alimentan el fuego nidos tumbién, los que regresáis supnrvi-
del sacrificio, cuyo humo, como incie11so, vientes de una guerra feliz y los que dor-
perfuma los cielos. No resta sino cni.e- mís en la gloria. Jóvenes héroes, vuestra
rrnr a nuestros herma.nos y darles su dicha. es igual, pues habéis tomado la es-
bienvenida en Roma al son de las trom- pada en servicio de vuestra nación;
petas. ahora, esta pompa funeral es un triunfo
TrTo.-Asi sea, y que Andrónico dirija más asegurado, ya que aspira a la felic:-
a sus sombras el último adiós. (Suenan clad que deseaba so:ón y vence al s:no
las trompetas, mientras se depositan en en el lecho de la honra. THo Andróníco,
la tumba los féretros.) Descansad aqui, el pueblo romano, de quien has sido siem-
hijos míos, en la paz y el honor. Intré- pre un amigo justicero, te envía por mí,
pidos defensores de Roma, repos8.d aqui su tribuno y ministro, este palio de una
ul abrigo de las vicisitudes y desgra::i.as blancura inmaculada, y te admite a elec-
<ie este mundo. Aqui no ::<e oculta Ja ·;ri\i- ción para el imperio, junto con los hijos
ción; aquí no respira la envidia; aquí de nuestro último emperador. Por consi-
n0 penetra el odio infernal; aquí ningu- guiente, quedas inscrito como candida-
na tempestad, ningún rumor turbarán tus (1); ponte este vestido y ayuda a dar
vuestro reposo; sino que gozaréis de un a Roma la cabeza ele que carece.
silencio, un sueño eternales. ¡ Repusád TrTo.-Su cuerpo glorioso pide una ca-
aquí, hij03 míos, en la paz y el honor ! beza más fuerte aue la, mía, vacilante
por la edad y la flaqueza. ¡Cómo! ¿Ha-
Entra LAVINl ñ bré de ceñirme este vestido e importu-
LAVINIA.- ¡Que el gran Tito viva largo naros? ¿Dejarme proclamar hoy empe:·ü-
tiempo en el honor y la paz ! ¡Mi noble; d.or para ceder mañana el imperio y mi·
señor y padre, vive también en la glo- vida y dejaros a todos los cuidados el.e
ria! ¡Mira! Vengo a pagar el tributo de una nueva elección? Roma, he sido tu
mi dolor en esta tumba a la memoria soldado cuarenta años, he mandado con
de mis hermanos; y me anojo a tus éxito t.us fuerzas, h e enterrado veintiún
pies, derramando sobre la tierra mis lá- hijos, todos valientes, todos armados ca-
balleros sobre el campa de batalla y
grimas de alegría poi' tu retorno a Roma.
¡Oh! Bendíceme aqui con tu victori11sa muertos honrosamente con las arma.'> en
mano, cuya fortuna aplauden Jm; mejo- la mano por la causa y el servicio de su
noble país. Dadme un bastón de honor
res .ciudadanos de Roma. para apoya:· mi vejez, pero no un cetro
TrTo.- ¡Benéfica Roma, que con amor para gobernar el mundo. Señores, con
me has consagrado el cordial de mi ve- mano firme lo sostenía el último que lo
jez para regocijar mi corazón! Vive, La- hr. llevado.
vinia. Que tus días sobrepujen a los de MARCO.-Tito, pedirás el imperio y lo
tu padre y que el elogio de tus virtudes obtendrás.
resista en fecha a la eternidad de la.
SATURNINO.-·-Orgulloso y ambicioso tri-
gloría. buno, ¿puedes hacer público ... ?
Entran MAR CO ANDRÓNICO 11 Tf 'ibunos. Vuelven T!TO.-Calmaos, príncipe Saturnino.
a entrar SATURNU.;o, B/\SS:IANO y otros SATURNINO.-Romanos, hacedme justi-
cia. Patricios, tomad l¡¡.s espadas y no
MARCO.-¡ Viva por siempre el gtan la<. envanéis hasta que Saturnino sea
Tito, mi amado hermano, hér~ triun- emperad.or de Roma. ¡ Andrónico, más
fante a los ojos de Roma! valiera que te hubieses embarcado para
TrTo.-¡Gracias, arrogante tribuno, mi ____
r;.oble hermano Marco 1 ( ¡ \ Ya es sabido oue la voz candidato tiene
MARCO.-Y vosotros, sobrinos, bien ve- 1 su origen en el vestido blanco que llevaban.

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OBRAS DRAMÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO I 869

lo:s infiernos antes que venir a robarme Trro.-Sí, mi digno soberano. Me con-
los corazones del pueblo! sidero altamente honrado poi· Vuestra
Lucrn.- ¡Presuntuoso Saturnino, inte- Majestad con esta alianza; y aqui, a Ja
rruptor del bien que quiere hacerte el viEta de Roma, consagro a Saturnino,
generoso Tito ! dueño y jefe de nuestra República, em-
TITo.-Tranquilízate, príncipe. Te res- perador del vasto universo mi espada,
Utulré los corazones del pueblo y le pri- mi carro de triunfo y mis cautivos, pre-
\'aré de su voluntad propia. sentes dignos del soberano señor de Ro-
SATURNINO.-Andrónico, no te adulo; ma, Recibe, pues, como tributo que te
pero te honro y te honraré hasta que c:ebo, las insignias de mi honor, sumisas
muera. Si quieres fortalecer mi partirlo a tus pies.
con tus amigos, te estaré agradecido por SATURNINO.- i Grní!ias, noble Tito, pa-
ello, y el agradecimiento es una noble circ; de mi exi3tencia ! Roma tendrá re-
recompensa para las almas generosa:;. cnerdo de Jo orgulloso que estoy de ti y
T!To.-Pueblo romano, y vosotros, tri- cie tus dones, y cuando llegue a olvidar
bunos del pueblo, pido vuestro:; votos y tJ menor de tus inestimables servidos,
vuestros sufra2"iOS. ¿Queréis conceclerlos olvidad vosotros también, romanos, vues-
amistosamente a Andrónico'/ tros juramentos de fidelidad para con-
Los TRrnuNos.-Para satisfacer al vale- migo.
roso Andrónico y felicitarle por su vuel- TITO.-{ A TAMORA.) Ahora, señora, sois
ta a Roma, el pueblo aceptará el empe- la prisionera del emperador; del que, en
rador que él haya nombrado. consideración a vuestra alcurnia y a
TITo.-Tribunos, os doy las gracias. Pi- vuestro mérito, os tratará con nobleza,
do, pues, que elijáis emperador al primo- así como a vuestro séquito.
génito de vuestro soberano, al príncipe SATURNINO.-Una bella princesa., por
Saturnino, de quien espero que las virtu- cierto, y de una tez de Que quisiera ele-
des se reflejen sobre Roma como los ra- gir mi esposa, si mi elección no estuvie-
yos de Titán sobre la tierra y hagan ma- ra hecha, Bella reina, desechad esas nu-
dur::tr la justicia en toda esta república.
De donde, si queréis elegir a tenor de mi bes de vuestra frente; aunque los aza-
consejo, coronadle, v gritad: «¡Viva res de la guerra os hayan hecho sufrir
nuestro emperador!» este cambio de fortuna, no venís para
MARco.-Por el sufragio y aplauso uná- ser despreciada en Roma; en todo se-
nime de la nación, los patricios y los ple- réis tratada como señora. Descansad en
beyos \elevamos a Satur.nino a la di.gni~ mi palabra, y que el abatimiento no ex-
dad de emperador soberano de Roma, y tinga todas vuestras esperanzas. Señora,
gritamos: {{ ¡ Viva Saturnino nueotro el que os consuela puede haceros más
emperador ! » { Prolor. 1ada trornpetería.) grande de lo que es la reina de los gocos.
SATURNINO.-Tito Andrónico, en n~co­ Lavinia, ¿no os desagradará esto?
nocimiento del favor de tus su'fragios de LAVINIA.-A mí, no, mi señor. Vuestras
hoy en nuestra elección, te diri.io las gra- nobles intenciones me garantizan que
cias que merecen tus servicios y quiero esas palabras son una cortesía real.
pagarte con actos ele generosidad. Y para SATURNINo.-Gracias, amable Lavinia.
comenzar, digo: Tito, para ilustrar tu Romanos, salgamos; concedemos aquí Ja
nombre y tu honorable familia, elevo a libertad a nuestros prisioneros sin ren-
Ln hija Lavinia al puesto de emperatriz, cor alguno. Vos, sef10r, haced proclamar
de soberana oe Roma y de dueña de mi nuestra elección al son de las tromp~l.:1:<
corazón, la tomo por esposa en el Pan- y tambores. (SATURNINO corteja ¡Jor !!ifl-
teón sagrado. Habla, Andrónico: ¿te pla- nos a TAMORA,)
LP esta, proposición? BASSIANO,-Gran Tito, COll v11c:;l.rn ]H'l'-

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870 WILLlAM SHAJ<ESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

miso, esta doncella me pertenece. ( Apo- para fiarme del que se ha burlado de mi
derándose de L1WINIA.) una vez. Jamás t endrás mi confianza, ni
SATURNINO. - i Cómo, sefíor ! . . . Pero tú ni tus hijos, pérfidos e insolentes, to-
¿obráis en serio, sefíor? dos confederados par a deshonrarme.
BASSANIO.-Sí, noble Tito, y estoy re- ¿Nadie habrá en Roma sino Saturnino
suelto a tomarme esa justicia por mi para que le puclieran hacer objeto de tus
mano y reclamar mis derechos. insultos? E..sta conducta, Andrónico, cua-
MARCIO.-Suum cuique es el derecho dra bien con tus insolentes alabanzas
de nuestra justicia rom ana; este prínci- cuando dices que he mendigado de tu!>
pe, en justicia, toma sólo aquello que le manos el imperio.
corresponde. TrTo.-¡ Oh monstruosidad! ¿Qué re-
Lucro.-Y será de ello poseedor mien- proches son éstos?
tras Lucio viva. SaTURNINO.- Prosigue, anda; cede esa
TrTO.- ¡Traidores, lejos de mí! ¿ Dón- criatura versátil al que ha blandido su
de está la guardia del emperador'? ¡ Trai- espada por ella; tendrás un valiente
ción, sefíor ! ¡ Lavinia ha sido arreba- yerno, un hombre adecuado para quere-
tada! llarse con tus desarreglados hijos y para
SATURNINO.-¡An-ebatada! ¿Por quién? provocar tumultos en las calles de R oma.
BASSANIO.-Por el que justamente pue- 'I'ITo.- Esta..s palabras son otras tan-
de quitar al mundo entero su prometi- tas navajas para mi corazón herido.
da. (Salen MARCO y BASSANIO con LA- SATURNINO.-Y tú, a mada Tamora, rei-
vnrnl..) na de los g·odos, que aventajas en hel'-
Mucro.-Hermanos, ayudadme a con- mosura a las más bellas damas romanas.
ducirla le.ios de este recinto, que yo, con como la augusta Febe en medio de sus
mi espada, me encargo de guardar esta ninfas, si te place la elección xepentina
puerta. ( Scilen Lucro, QUINTO v MAR- que hago ahora mismo, Tamora, te es-
CIO.) cojo por mujer y te elevo al puesto de
TITO.-Seguidme, señor, y pronto la emperatriz de Roma. Habla, reina de los
restituiré a vuestros brazos. godos : ¿aplaudes mi elección? Y aquí lo
Mucio.-Sefíor, no pasaréis de a.qui. juro por todos los dioses de Roma. Ya
TITO. - ¡ Cómo 1... ¡ Villano mozuelo! que el sacerdote y el agua sagrada se ha-
¡,Queréis cerrarme el camino de Roma? llan tan cerca de nosotros, que esas an-
(Hiere a Muero.) torchas se enciendan y que todo se pre-
Muero. - ¡ Auxilio, Lucio, auxilio ! . pare para el himeneo. No recorreré las
( Mtiere.) calles de Roma ni regresaré a mi pala-
VuelVe a entrar Luc10 cio, si no llevo ·conmigo desde este lugar
a mi esposa.
Lucro.-Señor, sois injust o, y más que TAMORA.-Y aqui, a la vista del cielo,
eso. Habéis dado muerte a vuestro hijo juro a Roma que si Saturnino eleva a
por una querella infundada. este honor a la reina de los godos, ella
TITO.-Ni tú ni él sois mis hijos. Mis será su hum.ilde servidom, la tierna no-
hijos no hubieran Querido jamás des:hon- driza y la madre de su juventud.
rarme. ¡Traidor, devuelve la joven La- S11TURNINO.-Ascended, bella reina, al
vinia al emperador! Panteón. Señores, acompañad a vuestro
Lucro.- Muerta, si lo queréis, mas no noble emperador y a su amada prome-
para ser su esposa, pues está prometida tida, enviada por el Cielo al príncipe Sa-
legítir:i.amente a las ternuras de otro. turnino, cuya prudencia repara la injus-
SATURNINO.-No, Tito, no. El empera- ticia de su fortuna. Aquí se cumplirán
dor no la necesita; ni a ella, ni a ti, ni [las ceremonias de nuestros esponsales.
a ninguno de tu raza. Me falta tiempo (Salen todos, menos TITO.)

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OBRAS DRAMÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO 1 871

T1To.-No se me invita a seguir a la Qurnro.-Yo, no, hasta que los huesos


desposada. Tito, ¿cuándo te has visto de M;ucio reciban sepultura. (MARCO y
nunca así, solo, deshonrado y provoca- los hijos de T1To se arrodillan.)
do por mil afrentas? MARCO.-Hermano, pues la Natura.Jeza
habla en el nombre ...
Vuelven a entrar MARCO, LUCIO, QUINTO Qurnro.-Padre mío, pues la Nal.ura!O?-
y MARC!O za en su nombre aboga ...
TITo.-No me hables más, si en !.olio
MARCO.- i Oh Tito! i Mira! i Oh! i Ve te atienes a tu buen éxito.
lo que has hecho! ¡Dar muerte a un MARco.-Famoso Tito, tú, que consLi-
hijo virtuoso en una querella injusta! tuyes más de la mitad de mi alma ...
TITo.~No, tribuno insensato, no! No LUCIO.-Querido padre, alma y esencia
era mi hijo. Ni tú ni estos hombres de todos nosotros ...
cómplices del atentado que deshonra a MARco.-Permite que tu hermano Mar-
toda nuestra familia. ¡ Hermano indig- co entierre aquí, en el asilo de la vir-
no! ¡ Indignos hijos! tud, a su noble sobrino, muerto en ho-
Lucrn.-Pero concededle al menos la nor v defensa de la causa de Lavinia.
sepultura conveniente. Otorgad sitio a Eres - un romano; no seas un bárbaro.
lVIucio en la tumba de nuestros her- Los griegos, con mejor acuerdo, con.sin-
manos. tieron en sepultar a Ayax, que se había
TITO.-¡ Traidores, fuera de aquí! No suicidado, y el sabio hijo de Laertes abo-
reposará en esta tumba. Este monumen- gó elocuentemente por las honras fune-
to subsiste desde hace cinco siglos. Lo rales (1). No rehuses, pues, la entrada
he reconstruido con magnificencia. Aquí en su tumba del joven Mucio, que fué tu
no descansan con gloria sino los guerre- alegría.
ros y los servidores de Roma. ¡ AquÍ no TITO. - Levántate, Marco, levántate.
hay lugar para el que ha sido muerto en Este es el día más triste que he presen-
una vergonzosa querella 1 Id a enterrarle ciado. ¡ Se1· deshonrado por mis hijos en.
donde os plazca. No entrará aquí. Roma! Vamos, enterradle, y a mí des-
MARCO.-Mi señor, esto es en vos una pués. (Mucrn es colocado en la tumba.)
impiedad. Las proezas de mi sobrino MU- Lucrn.-Caro Mucio, reposen aquí tus
cio hablan en su favor. Debe sepultársele huesos con los de tus hermanos, hasta
con sus hermanos. que vengamos a ornar con trofeos tu se-
QUINTO y MARCIO.- i y lo será, o le se- pultura.
guiremos nosotros! Tonos. - (Arrodillándose.) ¡ Que nadie
TITO.-¿ Y lo será, decis? ¿Qué inso- vierta lágrimas sobre el noble Mucio !
lente ha proferido esa palabra? Vive en la fama, pues murió por la cau-
QUINTO.-El que lo sostendrá en todo sa de la virtud.. .
lugar que no sea éste. MARco.---Beñor ... , a fin de dar una tre-
TITO.-¡ Cómo! ¿Queréis enterrarle a gua a esta pena mortal..., decidme: ¿qué
pesar mío? ha sucedido para que Ja astuta reina de
MARco.-No, noble Tito ; pero te supli- los godos se convierta repentinamente
camos perdones a Mucio y le otorgues en soberana de Roma?
la sepultura. TITO.-Lo ignoro, Marco; sólo sé q1w
TITO.-Marco, tú eres quien ha abati- es. Si fué o no premeditado, d Cielo
do mi cimera; tú quien con mis hijos puede decirlo; pero ¿no tiene rila ohli-·
has herido mi honor. A todos os teng·o
por adversarios. No me ímportunéis (1) Dice steevens QUe ésta CFi una ~·vlci1•1if.1·
má.s ; antes, marchaos. alusión al Ayax de Sófocles. dP-1 11111· 110 1·xi:.
tia. ninguna traducción inglcfia ('11 l.lc·111po:. d1·
Lucrn.-Está fuera de sí. Retirémonos. Shakespeare.

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872 WILLIAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS
gaciones con el hombre que la ha traido TAMORA.-Mi digno soberano, si alguna
de tan lejos para ascender aquí a esta vez Tamora ha podido ser grata a tus
fortuna suprema? ojos principescos, dígnate oírme hablar
MARCIO.-Sí, y e¡la le recompensará ge- imparcialmente por todos, y, a ruego mío,
nerosamente. como esposa, perdona lo pasado.
SATURNÍNO. - ¡ CómÓ, señora! ¿Verme
Trnmpeterla. Vuelven a entrar. por un lado, deshonrado en público y sufrido cobar-
SATURNINo y elséquito; TAMORA, DEMETRIO, CHI- demente sin tomar venganza?
RÓN y AARÓN; por el otro. BASSIANO, LAVINIA TAMORA.-No tal, señor. Que los diose:;
11 sus secuaces de Roma me preserven de ser nuncA. la
SATURNINO.-Así, Bassiano, tenéis vues- causante de vuestro deshonor. Pero, pm·
tra conquista. ¡Que el Cielo os haga fe- mi honor mismo, me atrevo a protestar
l!z con vuestra esposa! de la inocencia del bueno y valeroso Tito
BASSIANO.-Y a vos con la vuestra, se- en Jo que ha pasado; y su furor, que no
fíor; no digo más y no os deseo menos; ha querido disimular, testimonia su pe-
y con esto me despido de vos. na. Dignaos, pues, a solicitación mía, mi-
SATURNINo.-Traidor, si Roma tiene le- rarle con o.ios favorables; no perdáis,
yes o nosotros poder, tú y tu facción os por una sospecha injusta, un amigo tan
arrepentiréis de este rnpto. noble, y no aflijáis con vuestras miradas
BASSIANO. - ¿Llamáis rapto, señor, a iracundas su guerrero corazón. (Aparte,
tomar mi bien, a la que fué mi fiel pro- a SATURNINO.) Señor, dejaos guiar por
metida y que al presente es mi esposa? mí, dejaos ganar: disimulad vuestras pe-
Determínenlo las leyes romanas. En tan- nas y resentimientos. Apenas hace un
to, quedo en posesión de lo que me per- instante que habéis sido colocado en
tenece. el trono; temed que el pueblo y también
SATURNINO.-Muy bien, muy bien; sois los patricios, tras un profundo examen,
breve, señor; pero, si vivimos, seremos no adopten el partido de Tito y os su-
tan cortantes como vos. planten, acusándoos de ingratitud, lo que
BAssrANo.-Señor, debo responder de Roma reputa por un odioso crimen. Ce-
lo que he hecho lo me.ior que pueda, y ded a mi ruego y dejadme hacer. Yo ha-
responderé con mi cabeza. Sólo he de liaré día propicio para asesinarlos a to-
poner una cosa en conocimiento de Vues- dos y borrar de la tierra su facción y
tra Gracia; por todos los deberes que me su familia, al padre cruel y a sus pérfi-
incumben sobre Roma, este no):lle señor dos hijos, de quienes he solicitado inútil-
Tito, que aquí se halla, ha sido ultrajado mente la vida de mi hijo querido. Yo les
en la opinión de otro y en su honor; t haré conocer lo que cuesta dejar a una
él, que para entregaros a Lavinia ha da·- reina arrodillarse en las calles y pedir
do muerte con su propia mano ¡¡. su hijo 1 en vano gracia. (Alto.) Vamos, vamos,
más .ioven por celos hacia vos, e infla- mi a.mado emperador. Acercaos, Andró-
mado de cólera por verse frustrado en la nico. saturnino, exalta a este buen viejo
dádiva que 'libremente babia concedido. y consuela su corazón, que desfallece
Otórg¡¡,le, pues, tu favor, Saturnino; que bajo las amarguras de tu frente enfu-
en todos sus actos se ha mostrado padre recicla.
y amigo de Roma y tuyo. SATURNINo.-Levantaos, Tito, levantaos.
TITO.~ Príncipe Bassiano, déjame el Ha vencido mi emperatriz.
cuidado de evocar mjs acciones. Tú y TITO.-Doy las gracias a Vuestra Ma-
mis hijos sois los o.ue me habéis deshon- jestad y a ella, señor. Esas palabras y
rada. ¡ Que Roma y el justo Cielo sean esas miradas me devuelven la vid.a.
mis jueces, y digan cómo he querido y I TAMORA. -Tito, quedo incorporada a
honrado a Saturnino! Roma. Ahora me convierto en romana

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OBRAS DR/\MÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO JI 873

por esta feliz adopción, y debo aconse- dillas vuestra gracia. No los rechacéis,
jar al emperador por su bien. Todas Jas dulce esposo; dirigid vuestras miradas
querellas expiran hoy, Andrónico. Y ten- hacia ellos.
ga yo el honor, mi querido señor, de ha- SATURNINo.-M.arco, en consideración a
beros reconciliado con vuestros amigo.s. ti, a la de tu hermano Tito, y cediendo
En cuanto a vos, príncipe Bassiano, he 9, las solicitaciones de Tamora, perdono
dado al emperador mi palabra de que a estos jóvenes sus odiosos atentados.
seréis más dulce y más tratable. No te- Levantaos, Lavinia ; aunque me habéis
máis nada, señor. Y vos también, La- abandonado como a un rústico, he halla-
vinia. Guiados de mis consejos, postraos do a una amiga y he jurado por la muer-
humildemente y pedid perdón a Su Ma- te que no permanecería soltero habiendo
je.stad.
delante un sacerdote. Venid; si la Corte
Lucro. - Lo imploramos, y el Cielo y
del emperador puede festejar a dos des-
Su Majestad nos sean testigos de que
hemos obrado con toda la moderación posados, seréis mi huésped, Lavinia, así
posible, defendiendo nuestro honor y el como vuestros amigos. Este día lo consa-
de nuestra hermana. graremos al amor, Tamora.
MARCo.-Protesto de lo mismo, por mi TrTo.-Mañana, si place a Vuestra Ma-
honor. jestad que salgamos .iuntos a caza de
SATURNINO.-Retiraos y no me hgbléis panteras y ciervos, daremos a Vuestra
más. No me importunéis más. Gracia el bonjour con cuernos y jau-
TAMOR11.-No, no, generoso emperador. rias.
Es necesario que iodo.s seamos amigos. SATURNINO.-Con mucho gusto, Tito, y,
El tribuno y sus sobrinos solicitan de ro- por ende, os damos las gracias.

ACTO SEGUNDO
amarillento cuando salllda a la aurora, y
ESCENA PRIMERA (1) que, tras dorar con sus rayos el Océano,
Romn.- Delnnte del Palacio galopa por el Zodiaco en su carro radian-
te y distingue por debajo la cima de los
Entra AARÓN más altos montes, así es hoy Tamora.
Las grandezas de la tierra rinden home-
AARÓN .-Ahora asciende Tamora a las naje a s u genio, y la virtud se humilla
crestas del Olimpo, lejos del alcance de y tiembla ante el severo aspecto de su
los dardos de la Fortuna, sentada en la frente. Vamos, Aarón, arma tu corazón
cumbre, a salvo de los estallidos del true- y dispón tus pensamientos para que se
no o de las llamaradas del relámpago, eleven con tu real ama, a fin de tocar
por encima de los ataques amenazadores la misma altura que ella. Largo tiempo
ele la pálida Envidia. Semejante al sol I ~, has llevado en triunfo sobre tus pa-
sos, cargada en las cadenas del a;J10r.
(1) Dice Samuel J oh,n son que est'1 escena más fuer temente atada a Jos ojos seduc-
debe seguir al primer acto. Ya hemos indica-
d:J en las anotaciones a otni,s obras de Sha- tores de Aarón que Prometeo a las rocai;
kespeare que en las ediciones pri1nitivas la del C'tucaso. ¡Afuera estos vestidos dr
división en actos y escenas es muy imperfec- esclavo! ¡Lejos de mí los vanos prn .~ a­
ta. Indudablem ente, es~a escena se halla en
la. misma línea de acción que las anteriores;
mientos ! Quiero brillar y centellear <k
mas r equiere una 8epa raci ón y una pausa. oro y ele perlas, para servir u esta nueva

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874 WILJ.TAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS
emperatriz. ¿Qué digo? Para embriagar- Avergonzaos de vosotros mismos y en-
me de placer con esta reina, con esta vainad vuestras espadas.
diosa, con esta Semiramls, reina y sire- CHrnóN.-En modo alguno, hasta que
na que encantará al Saturnino de Roma haya horadado con mi hoja su seno y
y verá su naufragio y el de sus Estados. le haya hecho entrar en su garganta
¿Qué oigo? ¿Qué ruido es éste? todos los insultantes· reproches que ha
pronunciado aquí en mi deshonor.
DEMETRIO.-Estoy pronto y determina-
Entran DOU:IRIO y CHIRÓN, dtsputa11do do. ¡Cobarde, de intenciones rastreras,
que atruenas con la lengua y luego no
DEMETRIO.-Ohlrón, eres demasiltdO jo. osas cumplir nada con tus armas 1
ven; tu espíritu es harto novicio y le fal- AARÓN.-Separaos, os digo. Por los dio-
ta la experiencia necesaria para preten- ses que adoran los godos belicosos, este
der el corazón que busco y que puede, pequeño camorrista va a perdernos a to-
sin que tú lo Impidas, serme concedido. dos. ¡Cómo 1 Príncipe, ¿ignoráis los peli-
CHIRÓN. - Demetrio, eres demasiado gros que encierra atentar contra los de-
presuntuoso en todo, y más que nada en rechos de un príncipe? ¡Cómo 1 ¿Se halla
intentar abrumarme con tus fanfarro- Lavinia tall' abandonada o Bassiano es
nerías. No es la diferencia de un año o tan degenerado que podéis levantar se-
dos lo que puede hacerme más o menos mejantes querellas por el amor de esta
agradable y a ti más dichoso. Estoy tan C:.:.i.ma, sin contradicción, sin justicia y
bien dotado como tú para servir a mi s in venganza? ¡Cuidado, jóvenes 1 Si la
amada y merecer sus favores; y mi es- emperatriz supiera la causa de esta dis-
pada te lo probará y defenderá mis de- cordia, sería una música que no habría
rechos al amor de Lavinia, de agradarle.
AARóN.- ¡Mazas, mazas! Estos enam0- {JHIRÓN. - ¡ Nada me importa que lo
rados no podrán estar en paz. sepa, tanto ella como el mundo entero!
DEMETRIO. - ¡Cómo, muchacho 1 ¿Por- ¡Amo a Lavinia más uue al mundo en-
que nuestra madre te ha ceñido al lado tero 1
una espada de bailar:!n tienes la impru- DEMETRIO.-Niño, aprende a hacer una
dencia temeraria de amenazar a tus ami- elección más humilde. Lavinia es la es-
gos? Vamos, mete la ho.ia en su vaina, peranza de tu hermano mayor.
hasta que hayas aprendido a sab€rla ma- AARÓN.-i Cómo! ¿Estáis locos? ¿No
nejar. sabéis lo impacientes y furiosos Que son
CHIRÓN.-En tanto, con la escasa des- los romanos, y que no pueden sufrir ri-
treza que puedo tener, vas a conocer vales en sus amores? Os lo repito, prín-
hasta dónde alcanza mi valor. (Desen- cipes: tramáis vuestras propias muertes
vainan .) con designio semejante.
DEMETRIO.- ¡ Sí, muchacho 1 ¿Tan bra- CHIRÓN.-Aarón, daría mil muertes poi·
vo t e has hecho? gozar de Ja que adoro.
AARÓN. - ¡Cómo ! ¿Qué es eso, sefio- AARÓN.-¿Por gozar de ella? ¡Cómor
res? ¿Os atrevéis a sacar la espada tan DEMETRIO.-Y ¿qué tiene ello de ex-
cerca del palacio del emperador y soste- traño? Es una mujer ; por consiguiente,
ner abie1tamente semejante querella? Co- puede ser pretendida. Es una mujer;
nozco a maravilla la fuente d~ esta ani- por consiguiente, puede ser conquistada.
mosidad. Ni por un· millón de oro qulsle- Es Lavinia, poi· consiguiente, merece que
ra que la causa fuese conocida de aque- se la ame. Vamos, hombre. Pasa más
Jlos a quienes más interesa, y mucho me- agua por el molino que la que ve el mo-
nos de vuestra ilustre madre, que así que- linero; y, además, sabemos que es fácil
daría deshonrada en Ja Corte de Roma. robar una rebanada de pan sin que na-

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OBRAS DRAMÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO 11 875

die se entere. Aunque Bassiano sea el dio, o renunciad a él. Vamos, vamos;
hermano del emperador, gentes que va- instruiremos a nuestra emperatriz, y su
len más que él han llevado las insignias genio, consagrado al crimen. y a la ven-
de Vulcano. ganza, de todos los proyectos que me-
AARÓN. - (Aparte.) Sí, y tan buenas ditemos sabrá suavizar Jos resortes de
como Saturnino. nuestra empresa con sus consejos; no
DEMETRIO.-¿Por qué, pues, habrá el.e sufrirá que os querelléis, y os conduci-
dese,sperar del éxito el que sabe cortejar rá a ambos al colmo de vuestros deseos.
con dulces palabras, miradas tiernas y La Corte del emperador seméjase al tem-
ricos presentes? Qué, ¿no habéis herido plo · de la Fama; su palacio está lleno
vos con mucha frecuencia una corza y de ojos, oídos y lenguas; los bosques,
os la habéis llevado impunemente ante por el contrario, son impiadosos, espan-
los mismos ojos del guarda? tables, sordos e insensibles. Allí es don-
AARÓN.-Vamo.s, parece que algún usu- de se debe hablar, bravos jóvenes; don-
fructo en el cercado ajeno os agradaría. de se debe herir y alcanzar vuestros pro-
CHIRÓN.-En efecto. pós1t0s, saciar vuestra pasión al ab~igo
DEMETRIO. - Aarón, has dado en el de la mirada del Cielo y gozar a placer
blanco. de los tesoros de Lavinia.
AARÓN.- ¡Quisiera que vosotros hubie- CHIRÓN.-Tu consejo, amigo, no perci-
rais dado también en él! No os fatiga- be la cobardía.
ríais con este estrépito ... Bueno. Oidme, DEMETRIO.-Sit tas aut nejas, en tan-
oídme bien. ¿Estáis tan locos para que- to halle el arroyo ·que pueda aplacar mis
rellaros por ello? ¿03 oJendería que os ardores y el encanto que calme estos
propusiera un medio de conveniencia paroxismos, per stygia et manes vehor.
para los dos? (Salen.)
CHmóN.-Por mi, no, a fe.
DEMETRIO.-Ni para mí, decidido como
estoy. ESCENA II
AARÓN.-Vamos, enrojeced por vuestra
querella y sed amigos. Uníos para el ob- Un bosque
jeto mismo que os divide. La disimula-
ción y la perfidia son las que deben Oyense trompas de caza y gritos de una faurfa.
hacer lo que deseáis. Preciso es que o.s Entran TITo ANnRómco, con cazadores, "te.;
diga que Jo que no se puede hacer co- MARCO, LUCIO, QuINro y M•RCIO
mo se quiera, es necesario hacerlo como
se pueda. Aprended esto de mi. Lucre- Trro. - La cacería está animada ; la
cia no era más casta que esta Lavinia, mañana es brillante y alegre; los cam-
la amante de Bassiano. Hay que tra- pos están perfwnados, y los bosques, ver-
za¡· una marcha más rápida que estas des. soltemos aqui la traílla y hagamos
lentas languideces, y he hallado el ca- ladrar a los perros para despertar al em-
mino. Príncipes, se prepara una cacería perador y a su bella esposa y levau~ar
solemne ; las bellezas romanas van a al principe. Sonemos tan bien las trom-
concurrir en masa; las alamedas en los pas, que toda la Corte se estremezca al
bosques son largas y espaciosas; y exis- ruido. Hijos, encargaos con nosotros del
ten reductos solitarios que la Naturale- cuidado de acompafiar y de proteger la
za parece haber dispuesto para la per- persona del emperador. He sido turbado
fidia y el rapto; aislad en estas gua- esta noche en mi sueño, pero el naciente
ridas a vuestra linda corza; si las pa- día ha consolado mi corazón. (Gritos de
labras son inútiles, conseguidla por la jauria v trompas de caza resuenan con
violencia. Esperad el éxito por este me- estruendo.)

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876 WIL:::.IAM SHi\KESPEARE.-OBRAS COMPLETAS
Entran SAI URNTNO, TAMORA, EASSIANO, LAVINIA . torno de ti? Sobre cada zarz.~.1 cantan l~~
DEMEnuo, CHinóN y acornpa1lamiento ""
pájaros sus melodías. La serpiente duer-
i Mil venturÜsos días a Vuestra Majes- ~e. enroscada a los rayos del sol; un
tad ! Y a vos también, sefiora. Había cef1ro refresca.nte agita con dulzura las
prometido a Vuestra Gracia una llama- h?jas verdes, cuyas mgviles sombras se
da de cazador. dibujan sobre la tierra. Sentémonos.
SATURNINO.-Y la habéis hecho sonar Aarón, bajo su dulce umbría; y mien-
vigorosamen te, sefior. Quizá fué dema- j tras el eco parlanchín se burla de · los
siado madrugón para recién casados. perros, respondiendo con su voz aguda
BASSANIO.-¿Qué decís vos, i.avinia? a los s.onidos ruidosos de las trompas.
LAVINIA.- Digo que no; hacía ya más ~orno s1 oyera ~ la vez una doble caza,
de dos horas que me había despertado. repo_semos Y oigamos el rumor de sus
SATURNINO.-Varnos; disponed ya nues- la<lr1?os; Y tras una liza comt> la que
tros caballos y coches y partamos para se, d1~e gozaron un tlempo Dido y el
nuestra di versión. (A TAMORA.) Sefiora, prmc1pe e~rante cuando, sorprendidos
vais a presenciar nuestra ca.za romana. por una fehz tempestad, se refugiaron a
MARCO.-Señor, tengo perros que re- la sombra de una discreta gruta, pocte-
clamarán la pantera más fuerte y que mos, e_nlazados los brazos el uno al otro,
subirán hasta la cima del promontorio despues de nuestros dulces transportes,
más elevado. gozar un suefio dorado, en tanto la voz
TITo.-Y yo tengo un caballo que se- de ~os perros, las trompas y la dulce me-
guirá la caza en todos sus rodeos y ro- lod1a de los pájaros serán para nosotroo
zará la llanura como una golondrina. lú que el canto arrullador de la nodriza.
DEMETRIO.- ( Aparte.) Chirón nosotros para adormecer a su pequefiuelo.
no cazaremos con perros ni ~on caba- AARóN · - Sefiora, si Venus gobierna
llos ; sino esperaremos a forzar una bo- vuestros deseos, Saturno domina sobre
nita corza. {Salen.) los míos.. ¿Qué sig1:ifican mis ojos fe-
roces y f1.1os, mi silencio y mi tétrica
melancolía, el vellón de mi cabellera la-
ESCEJ.'l A III nuda, desenrollado como una serpiente
que avanza para cumplir una fatal eje-
Una pn-rte retirada del bosque cución? No, sefiora; ésto.s no son sínto-
mas amor.osos. La venganza está en mi
Entra AAnóN con un saco de oro corazón; la muerte en mis manos· mi
AARÓN.-Un hombre de sentido cree- cerebro no revuelve sino proyecto~ de
ría que yo no lo tengo, por enterrai· tan- sangre y de carnicería. Oyeme, Tamora,
to oro debajo de un árbol para después emperatriz de mi alma, de la que no
no poseerlo jamás. Quien conciba tan espero otro cielo sino el Que reside en
pobre opinión de mí, sepa c¡ue este oro ti: he aquí el día del ju icio para Bas-
debe fijar una estratagema que, die6tra- siano. Es preciso que su Filomela pierda
mente urdida, producirá un excelente hoy su lengua; que tus hijos roben los
rasgo de villanía. Así, reposa aqui, dul- tesoros de su castidad y laven sus ma.nos
ce oro, para quitar el descanso a los que en la sangre de Bassiano. ¿,Ves esta car-
reciban la limosna del cofre de la empe- ta? Tómala, por favor, y entrega al rey
ratriz. (Oculta el oro.) este rollo, donde se contiene un com-
plot siniestro. No me p1·eguntes más aho-
Entra TAMORA ra; se nos espía; veo venir hacia no:;-
otros una parte de nuestra venturosa
TAMORA.-Mi amado Aarón , ¿por qué presa; ellos no se imaginan siquiera la
tienes el aire triste, cuando todo ríe en destrucción de sus vidas.

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OBRAS DRAMÁTICAS.- TITO ANDRÓNICO.- ACTO JI 877
TAMORA.- ¡Ah mi querido moro, más BAsSrANO.-El rey m i h ermano será in-
querido para mí que mi vida toda! formado de esto.
AARÓN.-Ni una palabra. más, gran em- ·L AVINIA.-Sí, pues estos aislamientos
per atriz; Bassiano llega; mostraos du- se lo habrán advertido. ¡Buen rey, ser
ra con él, y yo traeré aquí a vuestros tan indignamente engafiado !
hijos, para sostener vuestras querellas, TAMORA.-¿ Cómo tengo pacienci;i pa-
sean las que fueren. (Sale.) ra tolerar todo esto?
Entran. BASSIANO y LAVINIA

BASSIANO. - ¿A quién h allamos aquí? Entran DEMETRIO y CHlRÓN


¿A la soberana emperatriz de Roma, se-
parada de su brillante cortejo? ¿O es DEMETRIO.-¿ Qué sucede, querida, sobe·
Diana, vestida como ella, Que hubie'le rana, nuestra graciosa madre, para que
abandonado sus sagrados bosques para Vuestra Majestad se halle tan pálida y
ver esta gran cacería? decaída?
TAMORA.-Es nía insolente de nuestros TAMORA.-¿ No tengo razón, decidme,
pasos particulares, si tuviera el poder para estar pálida? Estos dos enemlgos
que se atribuye a Diana, tu frente se- me han traído a este lugar, una arbo-
ría al instante coronada de cuernos co- leda horrible y solitaria, como veis. Los
mo la de Acteón, y los perros darían á rboles, en pleno estío, se hallan des-
caza a tus miembros metamorfoseados, pojados y desnudos, cubiertos de musgo
por importuno y descor tés. y de funesto muérdago. El sol no brilla
LAVINIA.--Con vuestro permiso, amable aquí jamás; nadie vive sino el nocturno
emperatriz; se os creería dotada del don buho y el siniestro cuervo; y mostrán-
de otorgar cuernos ; y aún podría sospe- dome este abismo horrible, me han di-
charse que vuestro moro y vos os ha- cho que aquí, en lo más profundo de la
béis aislado para hacer experiencias. noche, mil demonios, mil silbadoras ser-
Que Júpiter preserve hoy a vuestro es- pientes, diez mil sapos hinchados de ve-
poso de las persecuciones de su jauría. neno y otros tantos honibles erizos pro-
Sería lamentable que le tomaran por un ducen gritos tan horrendos y confusos,
ciervo. que todo mortal que los pye se vuelve
BASSIANO. - Creedme, reina : Vuestro loco al instante o muere acto seguido.
negro cimero da a vuestro honor el co- Después de haberme h echo este infe~nal
lor de SU· cuerpo; lo hace como él, mari- r elato, m e han amenazado con atarme
chado, detestado y abominable. ¿Qué al tronco de un tejo melancólico y de
hacéis aquí separada de todo vuestro abandonarme allí a tan cruel muerte.
séquito? ¿Por qué habéis descendido de Luego me han llamado infame, a<lúltera,
vuestro hermoso corcel blanco como la libertina, goda, y me han abrumado con
nieve y andáis errante en un rincón los nombres más insultantes aue ja;nás
apa rtado, acompañada de un bárbaro p ercibieron los oídos humanos. Si una
moro, si no os han traído impuros cte- feliz casualidad no os hubiese trafdo a.
seos? estos lug·ares, habrfan e.iecutado sobre
LAVINrA.-Y viéndoos interrum!Jida en mí su venganza. Vengadme, si amáis l:i
vuestros pasatiempos, es muy natural vida de vuestra madre, o renunciad ii
que tildéis a mi noble esposo de inso- ·llamaros nunca mis hijos.
lente. Por favor, abandonemos es tos lu- DEMETRro.- ¡He aquí la prueba !le qnf·
gares y dejémosla gozar a su gusto de soy tu hijo. (Hiere a BASSIANO.)
su amante negro como el cuervo. Esta CHmóN.-iY este golpe h astn. "' <·11r~t­
arboleda conviene a maravilla a sus de- zón para demostrar mi fuerza! ( J lir'r<'
signios. también a BASSIANO, que 1/11WTC.)

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878 WILLlA.M SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

LAVINIA.- i Ah Sem.íramis ! i No; bár- CHrnóN. -¡ Cómo! ¿·Querrías que pro-


bara Tamora ! ¡Pues no hay otro nom- bara con mi conducta que sov un bas-
bre que convenga a tu naturaleza! tardo? ·
T AMORA.- ¡Dame tu puñal! ¡Veréis, LAVIN!A.- ¡Es verdad! El cuervo no
niños míos, que la mano de vuestra ma- engendra a la alondra. No obstante, he
dre sabrá vengar el ultraje hecho a vues- oído decir (¡oh, si pudiese verlo com-
tra madre! probado hoy! l ctue el león, tocado de
DEMETRIO.-Detenos, señora; Je debe- piedad, sufre que se le 0orten sus rea-
mos otras venganzas. Trillemos primero les garras; se dice que lo; cuervos ali-
el grano y después quememos la paja. mentan a los niños abandonados, mien-
Esta bonita joven funda su org·uno en tras que sus propias crías tienen ham-
la castidad, en su voto nupcial, -en su bre en sus nido.s. A despecho de tu co-
fidelidad; y altiva con estas especio3as razón bárbaro, muéstrate no ya tan ge-
apariencias, desafia a Vuestra Majestad. neroso, sino, al menos, susceptible de
¿Y se llevará este orgullo a su tumba? a~guna piedad.
CHIRÓN.-Si lo lleva, consien to en que TAMORA.-No sé qué quiere decir. Lle-
se me haga eunuco. Conduzcamos a su váosla.
esposo fuera de aquí, a alguna zanja LAVINIA.- ¡Oh! Permite que te lo ex-
oculta, y ctue su cadáver sirva de almo- plique; en nombre de mi padre, que
hada a nuestros apetitos voluptuosos. te ha dado la vida, cuando hubiera po -
TMIORA.- Pero cuando hayáis saborea- dido m a tarte, no te endurezcas; abre tus
do la miel que os tienta, no dejéis que oídos sordos.
esta abeja sobreviva para picarnos con TAMORA. -Aun cuando personalmente
su aguijón. no me hubieras ofendido, el nombre de
CluRóN.-Os prometo, señora, hace•lu tu padre me habría hecho inexorable
del mejor modo. Vamos, señorita, la vio- contigo. Acordaos, hijos mios, c:iue mis
lencia nos va a hacer gozar de esa ho- lágrimas corrieron en vano para salvar
nestidad tan escrupulosamente conser- a vuestro hermano del sacrificio ; pero
vada. el cruel Andrónico no quiso enternecer-
LAVINIA.- ¡Oh Tamora ! ¡Y tienes ros- se. ¡ Lleváosla, pues ! Tratadla a vuestro
tro de mujer !,_ gusto. ·C uanto mis la ultrajéis, tanto
T AMORA. - No quiero oirla más. Lle- más os amará vuei;tra madre.
váosla leios de mí. LwINrA. - ¡ 0.-i Tamora ! Merece el
LAVINIA. - Queridos señores, rogadle nombre de una reina generosa, matán-
que me o:ga una palabra tan sólo. dome aquí con tu propia mano; pues no
DEMETRIO.-Escucha, bella reina ; te- es la vida. lo que te pido tanto tiempo.
ned a triunfo el verla verter sus lágri- ya que no esto.v muerta después de ha-
mas; pero que vuestro corazón las re· ber sido m~1erto Bassia.no.
ciba como la roca insensible las gotas TAMORA.-¿ Qué pides, entonces? Mu-
de la lluvia. jer insensata, déjame.
LAYINIA.-¿Desde cuándo los tiernos LAVINIA.-E.s la muerte inmediata lo
tigres dan lecciones a su madre? ¡Oh! que imploro; y una gracia toda1,ía, que
No le enseñes crueldad; ella es quien el pudor impide que la pronuncie mi
te la ha enseñado. La leche que ext ra- lengua. ¡Ah! Sálvame de su pasión, más
jiste de su seno se ha cambiado en ·fatal para mí que el golpe de la muer-
mármol. Has mamado de sus pechos has- te, y arrójame en algún abismo odioso,
ta tu tiranía. Y, sin embargo, todas las donde jamás los ojos del hombre pue-
madres no dan a luz hijos que se les dan considerar mi cuerpo. Haz esto y sé
pa recen. (A CHIRóN.) Ruégale que mues- un asesino lleno de caridad.
tre la piedad de una mujer. TAMORA.- ¡Robar yo así a mis queri-

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OBRAS DFAMÁTJCAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO ll 879
dos hijos su salario! No ; que sacien en AARÓN.-( Aparte.) Voy ahora en busca
ti sus deseos. del rey y a traerlo aqu í, a fín de que
DEMETRIO.- ¡Vamos! Ya ha permane- los halle. En esto verá un probable in-
cido aquí demasiado tiempo. dicio de que son ellos quienes han ase-
LAVINIA.- ¡ Ni gracia, ni piedad de mu- sinado a su hermano. ( Sale.)
Jer ! ¡Ah! ¡Bestial criatura! ¡El opr o- MARcro.-¿Por qué no me con:melas y
bio, la enemiga de todo nuestro sexo ! me ayudas a salir de esta execrable zan-
i Que la destrucción caiga ... 1 ja, toda ella manchada de sangre?
CHIRÓN.-Voy a cerrarle la boca. Coge QUINTO.-Me siento invadido de un te.
tú a su esposo. He aqltl el foso en que rror extraordinario ; un sudor hela<lo
Aarón nos ha dicho que lo ocultemos. 1 inunda todos mis miembros temblorn·
(DEMETRIO arroja el cuerpo de BAsSIANO sos. Mí corazón sospecha más cosas d t
dentro d el hoyo. Después salen DEMETRIO las que ven los ojos.
y CHIRÓN, llevándose a LAVlNIA.) MARCIO.- Para probarte que tu corazón
TAMORA.-Adiós, hijos; cuidad de lle- adivina ló cierto, asomaos ¡¡, esta caver-
varla a sitio bien seguro. Que jamás gus- na, Aarón y tú, y ved un terrible espec-
te mi corazón un verdadero sentimiento t áculo de muerte y de sangre.
hasta que la raza entera de los Andró- Qurnxo.-Aarón se ha marchado; y
nicos quede destruida. Voy a hora en mi corazón compasivo no puede permi-
busca de mi amable moro, y a dejar que tir a mis ojos contemplar el objeto cuya
mis hijos, irritados, desflort>n a esa des- sola sospecha le hace estremecer. ¡Oh,
venturada. (Sale.) dime qué es 1 Jamás hasta ahora me he
P,nt r an.. A.hUÓN con QUINTO y MARCIO
sentido tan nifio para temer sin saber
por qué.
AARÓN. - Venid, señores ; echad por MARCIO. -- El príncipe Bassiano .vace
d elant e vuestro mejor pie; voy a condu- aquí en un montón como un cordero de-
ciros en seguida al foso repugnante don- gollado, en m edio de este antro detesta-
de he descubierto la pantera profuncla- ble, t enebroso y empapado de sangre.
mente dormida. Qurnro.-Si este an tro es tan sombrío,
QurNTo.-Mi vista se halla extrema- ¿cómo puedes saber que es él?
damente oscurecida, sea cual fuere el MARCIO.-Lleva en su dedo ensangren-
presagio. tado un anillo precioso, cuyo brillo ilu-
MARcro.-Y Ja mfa también, os lo ase- mina toda esa profundid ad como una
guro. Si no constit uye una vergüenza, lámpara sepulcral resplandece sobre las
dejaría de buen grado la caza para dor- miradas terrosas de los muertos y mues-
mir algunos instantes. (Cae den t ro de za t ra las entrañas rugosas de este abis-
zanja.) mo : tal el pálido claror de la luna caf-
QUINTO. - 1Cómo! ¿Te has ca:do? da sobre Príamo yacente en la n oche y
¡ Qué peligroso precipicio, cuya aber tu- bafiado en su pma sangre. ¡ Oh herma-
ra está cubierta por espinos espesos, cu- n o mío! Ayúdame con tu mano desf a-
yas hojas se hallan tintas de sangre re- lleciente. sl el temor no te ha hecho
cientemente vertida y tan fresc a como tan débil como a mí. Ayúdame a ~ali r·
el rocío matinal d€stilado sobre las flo- d e esta cruel y devoradora madriguen1,..
res 1 Este paraje me parece fatal. Háo}a- tan odiosa como la boca oscura del Co-
me, hermano, ¿t e has h erido en la cito.
calda? QUINTO.-Tiéndeme la mano parn q 111·
MARCIO.-¡ Oh hermano mío ! ¡Estoy pueda ayudarte a subir; o, si hi fll pr.
herido por el aspecto del más triste za me falta para hacerte r.sto H"1·vi c• l11
objeto, cuya vista hace sollozar a mí seré arrastrado por t u peso c' n c'1 ::c·w ·
corazón! de este abismo, tumba cll'l pohrP Hn;.

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uso WILLIAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

siano. ¡Ah! No tengo fuerzas bastan- tmnba para él; ya nos en tiendes. Ve a
tes para traerte hacia el borde. buscar tu recompensa debajo de las or-
MARCIO.-Ni yo tampoco para s ub ir tigas, al pie del saúco que cubre con su
sin tu auxilio. umbría la abertura de esta misma zanja
QUINTO.-Dame otra vez tu mano; no donde hemos decidido enterrar a Bas-
la dejaré hasta que, o tú salgas afuera, siano. Hazlo así, y tendrás en nosotro.;;
o yo me precip ite al fondo. No puedes \,\nos amigos fieles.» ¡Oh Tamora ! ¿Se
venir a mí; yo voy a ti. (Cae dentro.) ha. oído jamás nada semej ante? He aquí
la zanja, y ahí el saúco. Mirad, amigos,
vuelve a entrar AARÓN con SA TUHNINo si podéis descubrir al cazador que debe
de haber asesinado aquí a Bassiano.
SATURNINO. - Venid conmigo. Quiero AARÓN.-Mi digno soberano, aquí es tá
ver qué agujero es éste y quién- es el el saco de oro.
que acaba de precipitarse en él. SATURNINO.- {A TITO.) Dos perros na-
MARCIO.-El desgraciado hijo del viejo cidos de ti, perros crueles y sanguina-
Andrónico, conducido aqui por el más rios, han quitado a mi h,ermano la vida.
fatal destino, para hallar dentro a tu Extraedlos del foso para ponerlos en
hermano Bassiano muerto. prisión; aue permanezcan allí hasta que
SATURNINO.-¿ Mi hermano mue1to? Tú h ayamos in ventado para su suplicio tor-
no hablas seriamente. · El y su esposa se Guras nuevas e inauditas.
hallan hacia el norte del bosque, en el TAIVIORA.-¡ Cómo! ¿Están en esta zan-
lugar de reunión de esta agradable cace- ja? ¡Oh prodigio! ¡Con qué facilidad se
ría. No hace una hora tos he dejado allí. descubre al asesino !
MARC!O.-No sabemos dónde le habréis TITO.-Augusto emperador, de rodillas
d ejado vivo; pero ¡ay!, nosotros le he- os pido una gracia, con lágrimas que no
mos hallado aquí muerto. cmren fácilmente: que este crimen atroz
de mis malditos hij os, malditos sean, si
1E11tran TAMORA, con su séquito; Tao ANDJ\6.uco se prueba su crimen.
y l<ucro SATURNINO.- j Si se prueba! i Bien a
lo, vista está! ¿Quién ha encontrado es-
TAMORA. - ¿Dónde está mi esposo? ta carta? ¿Habéis sido vos, Tamora?
¿Dónde está el emperador? TAMORA.-Ha sido el propio Andrónico
SATURNINO.-Aqui, Tamo ra; pero tras- quien la ha recogido.
pasado de una pena mortal. TrTo.-Sí, he sido yo, señor; y, sin
TAMORA.-¿ Dónde está vuestro h erm a- embargo, permitidme su caución, pues
no Bassiano? hago voto, por la tumba de mi padre ve-
SATURNINO.- ¡Oh! Tocáis al fondo de nerable, que ellos esLarán siempre dis-
mi herida. El infortunado Bassiano yace puestos a presentarse bajo las órdenes
aquí asesinado. de Vuestra Msjestad y a responder con
TAMORA.·-Entonces, os traigo d emasia- sus vidas de vuestras sospechas.
do tarde este fatal escrito. [Dándole una SATURN1No. - No tendrás su caución.
carta.): el plan de esta tragedia prema- Vamos, seguidme. Que unos se lleven el
tura; y me asombra que la mirada de cuerpo y que otros conduzcan a los ase-
un hombre pueda ocultar en los plieg ues sinos. Que no digan una palabra. La
de una sonrisa graciosa tanta crueldad culpabilidad es evidente. Por mi alma.
y barbarie. que si existiera un fin más cruel que la
SATURNINO. - (Leyendo.) .«Y caso de muerte, se lo haría sufrir.
"fUe no nos sea posible reunirle a propó- TMIORA.-Andrónico, rogaré al rey por
sito, mi buen cazador, queremos decir a , ti; no temas nada por tus hijos; sal-
B assiano, piensa tan sólo en cavar una 1 drás del apuro.

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OBRAS DRAMÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO Il 881
TITO. - Vamos, Lucio, vamos. No te tad de la ternura? ¿Por qué no me res-
detengas a hablar con ellos. (Salen por pondes? ¡Ay! Un arroyo carmesí de
.diversos sitios.) sangre humeante, como una fuente hir-
viente y agitada por el vicnLo, imle y
desciende entre tus dos labio:; di' 1'0811 y
va y viene con el aliento de la reKpirn-
ESCENA IV
ción. Seguramente algún nuevo 'J'(.!I'('º ha
Otra parte del bosque profanado tu flor y, para impedir qll<'
descubras su delito, te ha cortado la !Pll-
gua. ¡Ah ! Ahora vuelves el r03tro con-
;'Entran DEMETRIO y CHlRÓN, con LAVINIA, 1:iola-
fundida, y, a pesar de Ja sangre que r>ier-
c!a. y cortadas la lengua y las manos
des y que sale como de un conducto con
DEMETRIO.-Anda, ahora; di, si puedes tres bocas, tus mejillas se colorean toda-
vía, como la cara de Titán cuando enro-
hablar, quién te ha cortado la lengua y
jece al aparecer por entre una nube.
te ha deshonrado.
CHIRÓN. - Escribe tu pensamiento; ¿P..esponderé por ti? ¿Diré que es ver-
dad? ¡Que no logre leer en tu corazón
traiciona así tus sentimientos, y, si tus esa bestia feroz, a ;fin de que pueda abru-
ni.uñones te lo permiten, haz el oficio de
marle de injurias para desahogar mi co-
-escribano. razón 1 La pena oculta, cerrada como un
DEMETRIO.-Ve cóm8 puede manifestar ho1no cerrado, quema y calcina el cora-
.su resentimiento con signos y señales.
CHIRÓN. - Márchate a tu casa, pide zón donde se encierra. La bella Filome-
la no perdió sino la lengua y llegó a
n:;na de olor y lávate las manos. bordar sus sentimientos sobre un eno.10-
DEMETRIO-No tiene lengua pa.ra lla-
so cañamazo ; pero a ti, amable sobrina,
mar ni manos para lavarse Así, pues,
dejémosla entregada a sus paseos silen- te ha sido quitado este recurso. Has en-
contrado un Téreo más infame, que ha
·Ciosos. cortado tus lindos dedos, que habrían
CHIRÓN. - Yo, en su puesto, iría a bordado m e j o r que los de Filomela.
:ahorcarme.
¡Oh! Si el monstruo hubiera visto esas
DEMETRIO.-Sí, si tuvieras manos con
manos de lirio temblar, como las hojas
·que ayudarte a anudar la cuerda. ( sa- del álamo, sobre un laúd, y hacer vibrar
len DEMETRIO y CHIRÓN.)
sus cuerdas de seda, de placer de ser
por ellas acariciadas, no hubiera podido
Entra MARC'O tocarlas, al precio mismo de su vida. Si
hubiera oído la celeste armonía f!Ue pro-
MARco.-¿Qué es esto? ¿Es mi sobrina du.cía esa lengua melodiosa, habría de-
·.que huye tan apresuradamente? Una pa- jado escapar de sus manos el cuchillo
labra, sobrina, ¿dónde está tu esposo? cruel y quedádose dormido como Cer-
Si es un sueño, quisiera despertarme a bero a los pies del poeta de Tracia. Va-
costa de cuanto poseo. Y si estoy des- mos, ven ; ven a causar la ceguera de
pierto, que la influencia de algún astro tu padre, pues semejante vista debe vol-
fata¡ me hiera y me hunda en un sueño ver a un padre ciego. Una tempestad dt·
eterno. Háblame, querida sobrina. ¿Qué una hora basta para anegar las praderas
mano feroz y sin piedad te ha mutila- perfumadas. ¿Qué no producirán sobr<~
do así? ¿Quién ha cortado y despo,iado los ojos de tu padre años enteros de lá-
a tu cuerpo de sus dos ramas, de sus grimas? No me huyas. Lloraremos couti-
dulces huesos, a cuya sombra han de- go. ¡Oh! ¡Quisiera el cielo que n ne;;Lra.«
seado dormir los reyes, sin lograr obte- lágrimas puedan aplacar tu sHfrimiento!
ner una dicha tan grande como la mi- (Salen.)

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li82 WILUAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

ACTO TERCERO
to de su muerte y hacedme decir, a mi
ESCENA PRIMERA que nunca ha.bia llorado, c¡ue mis lágri-
mas se hallan dotadas de una eloc1.ien-
Roma.-Unfl Cfllle cia persuasiva.
Lucro.-Mi noble padre, os lamentáis
Entran Senadores, Trib1mos y Oficiales ele Jus- en vano. Los tribunos no os oyen; no
ticia, con MARcro y QUINTO, encadenados, que hay nadie aquí, y contáis vuestros dolo-
se dirigen al Zuyar de Za eiecución. TITO Zas res a una piedra.
precede, Intercediendo por ellos
TITO.-¡ Ah Lucio! Déjame intercede1-
por tus hermanos. Respetables tribunos,
TITo.-Oídme, venerables padres de la os conjuro una vez más ...
patria. Nobles tribunos, deteneos un ins- Lucro.-Mi venerable padre, no hay
tante, en consideración a mi edad, cuya tribunos que puedan oíros.
juventud empleóse en peligrosa.s gueri·a.s,
TITO.-¡ Cómo 1 No importa, hombre.
mientras vosotros dormials en paz. En s: me escuchan, no repararán en mi, o
nombre de toda la sangre afín que he bien, como les soy completamente in-
vertido por la gran causa de Roma; de útil, no me oirán sin apiadarse. Por eso
todas las noches heladas, durante las
cuales he velado ; . en nombre de las cuento tnis dolores a las piedras. Si és-
amargas lágrimas que veis cubrir mis tas no pueden responder a mis lamen-
mejillas de las arrugas de la vejez, tened tos, a lo menos son de me,ior condición
piedad de mis hijos condenados, cuyas que los tribunos. No interrumpen mi d0-
almas no son tan perversas como se ima- loroso relato. Cuando lloro, reciben hu-
gina. He perdido veintidós hijos, sin ver- mlldemente mis lágrimas y parece que
te1· jamás una lágrima, muertos en la lloran con:tn.igo. Si estuvieran tocadas de
noble lucha del honor. (Se arroja a tie- largos vestidos de luto, Roma no tendría
rra.) Es por ellos, tribunos, por ellos por t ribunos que pudieran comparárseles. Si,
quienes escribo sobre el polvo la angus- la piedra e.s blanda como la cera; los
tia profunda de mi corazón y ·las lágri- tribunos son más duros que la roca. La
mas de mi alma, que riegan la tierra piedra es silenciosa y no hiere ; los tri-
alterada. La sangre de mis queridos hi- bunos, con su lengua, condenan a las
jos la hará enrojecer de vergüenza. rSa- personas a muerte. (Se levanta.) Pero
len lo~ Tribunos, etc., con los presos.) ¿por qué te veo con la espada desnuda'?
i Oh tierra 1 Prodigaré a tu sed más lá- 'L'ucro.-Fué para arrancar de la muer-
grimas cayendo de estas dos urnas en- te a mis dos hermanos; y, por tal ten-
vejecidas, que el tierno abril te dará ro- tativa, los jueces han pronunciado con-
cíos. En los ardores del verano te rocia- tra· mi la sentencia de destierro per-
ré todavía. En el invierno fundiré tus petuo.
nieves con mis abrasadoras lágrima.o;, y Tri:o.- ¡Qué feliz eres ! Te han trata-
mantendré un eterno verdor sobre tu su- do con amistad. ¡Cómo! Lucio, insensa-
perficie, si rehusas beber la sangre de to, ¿no adviertes que Roma no es sino
mis caros hijos. (Entra Lucro, con su una madriguera de tigres? Los tigres ne-
espada desnuda.) ¡Oh reverenciados tri- cesitan una presa, y Roma no tiene otra
bunos! Buenos ancianos, libertad a mis que ofrecer sino a mí y a los míos. ¡Qué
hijos de sus cadenas; revocad el decre- venturoso eres, desterrado leios de estos

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OBR,AS DRAMÁTICAS.-Tl'CO <\NDRÓNICO.-ACTO UI 883

tigres devorado!·es ! Pero ¿quién viene se, como la tímida corza que ha recibido
aquí, con nuestro hermano Marco~ un a herida incurable.
TITO.-¡ Era mi corza querida, y quien
la ha herido me ha causad.o mús daño
Entran M<Rco y LAvrNIA que si me hubiera de!ado mue1-to ! Aho-
ra soy como un hombre sobre una roca
MARCO.-Tito, prepara tus nobles ojos rodeada de una vasta extensión de mar
.a llorar, antes que tu corazón estalle y que ve la marea ascender ola tra.o:; ola,
de dolor . . Traigo a tu ve.Jez una pena esperando el momento en que alguna en··
consumidora. vidiosa na.ve se sumer!a en sus entrañn..~
Trro.-¿Me consumirá? Muéstramela, r.aladas. ¡Este es el camino por donde
entonces. mis desgraciados hijos han marchado a
MARCO.-Esta fué tu hi~a. la muerte! He aqui a mi otro hijo, con-
TITO.-Sí, Marco, :• lo es aún. denado a destierro, :1 a mi hermano, que
Luc10.- ¡Ay de mí! ¡Este espectácu- llora mis desgracias; mas de todos mis
lo me mata! males, el que da a mi alma el golpe más
Tiro.-Muchacho de corazón débil, le- cruel es la suerte de mi cara Lavinia,
vántate y mírala. ! Habla, mi Lavinia ! que .es más querida que mi alma. Si
¿Qué mano maldita te envfa así, muti- hubiera visto tu retrato en ese estado
lada, ante las miradas de tu padre? horrible, habría bast~.do para volverme
¿Qué insensato va a llevar n,gua a l océa- loco. ¿Qué será cuando te contemplo, así,
no o a arro!ar lefüt. a Troyu en llamas? en persona, en tan terrib:e situación?
Antes ('!Ue ie viera, ya mi dolor había ¡No tienes manos para enjugar tus Iá-
l!cgado al colmo; y ahora, como el Nilo, grimas, ni lengua para decir Quién te ha
ya no conoce límites. ¡Dadme una es- martirizado! Tu esposo está muerto, y,
pada, que corte también mis manos, pues por su muerte, tus hermanos habrán si-
han combatido por Roma y combatido do condenados y ejecutados a estas ho-
vanamente ! ¡Han alimentado nú vi.da ras. ¡Ve, NDarco ! ¡Ah Lucio, mi hi.io,
y prolongado mis días para esta horren- mírala! Cuando he nombrado a ¡ms her-
da desgracia! ¡Las he tendido en balde manos, nuevas ,lágrimas han corrido por
en una plegaria inútil; y no me han sus me!illas, como un dulce rocío sobre
servido sino para usos sin resultado! un lirio cogido y ya ajado.
Ahora todo el servicio Que les pido es MARCO.-Quizá llore porque hayan ma-
que la una me ayude a cortar la otra. tado ellos a su esposo, o tal vez porque
Está bien, Lavinia, que no tengas ya ma- los sepa inocentes.
nos, pues resulta inútil tenerlas para Trro.--Si son ellos los que han dado
servir a Roma. · muerte a tu esposo, regocí!ate entonces ;
Lucro.-Habla, gentil hermana; di : la ley ha vengado su muerte. ¡ N'o, no;
¿quién te ha martirizado de ese modo? ellos no han cometido una acción tan
MARCO.-¡ Ay 1 Aquel delicioso órgano atroz! Lo indica el dolor que muestra su
de sus pensamientos, que los e xpresaba hermana. Mi querida Lavi.nia, dé )e.me
con una elocuencia tan dulce, ha sido besa1· tus labios, o hazme entender por
arrancado de su linda caja hueca, con- a lgunos signos cómo !J{)dría consolarte.
de, como pájaro melodioso, cantaba es as ¿Quieres que tu buen tío y tu hermano
dulces y agradables notas que ¡naravi- Lucio y tú y yo vayamos a sentarno~
llaban a todos los oídos. alrededor de alguna fuente, todos con
Lucro.-¡ Oh! ¡Hablas t ú por ella! los o!os inclinados hacía su onda, p:.tra
¿Quién ha cometido esa acción? ver cómo nuestras me.iillas están lll:ll"··
MARCO.-¡ Oh! La he hallado errante 1cadas por las lágrima.S, semejantes a 1:.ts
en el bosque, buscando dónde esconder- 1 praderas húmedas aún del lime> quP. 11:.i.

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884 WILLIAJV! SH1\KESPEARE.- OBRAS COMPLETAS

dejado en su superficie una inundación? de la alondra, que nos advierte con sm-
¿Iremos a unir nuestras miradas sobre cantos la salida del sol? De todo cora-
el manantial, hasta que la dulzura de zón accedo a remitir mi. mano al empe-
sus límpidas aguas se altere por el amar- rador. Buen Aarón, ¿quieres ayudarme·
gor de nuestras lágrimas? ¿O prefieres a cortarla?
que nos cortemos las manos, como han Lucro.-¡ Deténte, padre! No perderáii
sido cortadas las tuyas, o que nos cor- esa mano, esa mano gloriosa que ha
temos las lenguas con nues tros dienles aterrado a tantos -enemigos. La mía ser-
y que pasemos, sin otra voz que nues- virá para el trueque. Mi juventud tiene:
tros signos mudos, el resto de nuestros más sangre que perder que vos; y, por
execrables días? Nosotros, a.ue poseemos consiguiente, mi mano será la que salve
nuestras lenguas, imaginemos algún plan la yida de mis hermanos.
de miserias más horribles, para asom- MARco.-¿ Cuál de vuestra.s manos no•
brar al porvenir con nuestros desastres. ha defendido a Roma y blandido el
Lucro. - Mi tie1·no padre. cesad en hacha de armas sangrienta, escribiendo
vuestros lloros, pues veis como vuestra la destrucción sobre el casco de los ene-
desesperación hace llorar y sollozar a mi migos? ¡Ah! No tenéis mano que n0>
pobre hermana. sea ilustre por raras proezas. ·t,a mía
MARCO.-Ten paciencia, querida sobri- queda ociosa; que ella sirva hoy de res-
na. Buen Tito, seca tus ojos. cate para arrancar a mis sobrinos de b
TITO. - ¡Oh Marco, Marco, hermano muerte. La habré conservado entonces
mío! Sé bien que tu pañuelo no puede para un noble fin.
ya beber una sola de mis lágrimas, imes AARÓN. - Vamos, poneos pronto de
tú, hombre infortunado, lo has empapa- acuerdo sobre qué mano será sacrifica-
do todo de las tuyas ! da, no sea que mueran ellos anteR d~·
Lucro.-¡ Ah mi Lavinia ! Quiero en- llegar su perdón.
jugar tus mejillas. MARco.-Será mi mano.
TITO.-¡ Ve, Marco, ve! ¡Comprendo Lucro.-¡ Por el Cie~o, no lo será!
sus signos! Si tuviese lengua para 'ha- TITO.-Señores, no disputéis más. Hier-
blar, diría -en este momento a su her- bas tan marchitas como éstas son bue..
mano lo que yo acabo de decirte : «que nas de arrancar, y debe ser la mía.
el pañuelo todo empapado de lágrimas Luc10.-Mi dulce padre, si me tienes
de su hermano no puede servir para en - por tu hijo, déjame que redima a mi&
jugar sus húmedas me.iillas.» ¡Oh, qué dos hermanos de la muerte.
simpatía de desgracias! ¡Tan alejadas MARCO.-Por el amor de nuestro pa-
de todo remedio como el limbo está del dre, en nombre del cariño de nuestra
cielo! madre, déjame probarte en este mamen ..
Entra AARÓN to la te1nura d.e un hermano.
Tr.To. - Arreglaos entre vosotros; yo
AARÓN. -Tito Andrónico, el ero.pera.- quiero privarme de mi mano.
dor, mi a.mo, me envia a decirte que. si Lucro.-Vov en busca de un hacha.
amas a tus hijos, podéis, sea Marco, sea MARCo.-Pero a mí es a quien servirá
Lucio, seas tú mismo, anciano, cualquie- (Sa l en Lucio y MJ\Rco.)
ra de vosotros, en fin, cortaros una mano TrTO.-Acércate, Aarón; quiero enga-
Y mandársela al rey, que en pago te de- ñarles. Préstame tu m ano y te daré la
volverá tus dos hijos vivos, y que eso mía.
será el rescate de su crimen. AARÓN.-Si a ello se llama engañar,
TITO.-¡ Oh generoso emperador! ¡Oh quiero ser honrado y nunca engañar así
buen Aarón . ¿El negro cuervo ha. he-: a los hombres mientras viva. ( Aparte.j
cho jamás oir acentós parecidos a los 1 Mas yo te engañaré de otra manera, y

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OBRAS DRAMÁT1CAS. -T1TO ANDRÓNICO.-ACTO Ill 885
lo verás antes que pase media hora. s.; los vientos se enfurecen, ¿no se con-
(Corta la. mano de Tlro.) vierte la mar en furiosa, amenazando al
firmamento con su seno inflado? ¿Y
Vuelven a entrar Lucio y M•Rco quieres una razón de este tumulto? Yo
soy la mar. Oye la violencia de sus sus.-
TITo.-Cesad ahora en vuestra dispu- piros; mi hija es el firmamento en lá-
ta. Lo que debía ser, está hecho. Buen grimas, y yo la tierra. Es preciso que
Aarón, ve y entrega mi mano al empe- la mar se agite con sus suspiros. Es pre-
rador. Dile que es mi mano Ja que le ciso que mi tierra, sumergida e inunda-
ha protegido contra mil peligros; que da por su continuo llanto, se convierta
la entierre; ha merecido más; que ob- en diluvio. Mis entrafias no pueden con-
tenga esto al menos. En cuanto a mis tener mi desesperación. Necesario es,
hijos, dile que los miro como joyas com- pues, que, como un borracho, las vomi-
pradas a poco precio, y, sin embargo, te. ¡Así, dejadme en libertad 1 ¡Los que
bien caramente también, pues no he ad- pierden deben tener la libertad de des-
quirido sino lo que me pertenece. ahogarse el corazón con la malignidad
AARÓN.-Parto, Andrónico, y, al pre- de sus lenguas!
cio de tu mano, verás contigo tus hi.ios.
( Apa11te.) ¡ Sus cabezas, quiero decir! Entra un MENS.\JERO. con dos cabezas y una
¡Oh, cómo me alimenta la sola. idea mano
de esta maldad ! Que los locos hagan el
bien y Que Jos hombres bien formados MENSAJERO.-Digno Andrónico, has pa-
pretendan agradar. ¡ Aarón quiere tener gado mal con esta noble mano que re-
el alma tan negra como su rostro! mitiste al emperador. Aquí están las ca,..
(Sale.) bezas de tus dos valerosos hijos y aquí
TITO.-¡ Oh! ¡Elevo al cielo esta ma- la mano, que se te devuelve con des-
no que me qu~da y doblo hasta la tie- precio. Tus penas constituyen su diver-
rra este cuerpo caduco! SI existe po- sión; se burlan de tu valor. ¡Sufro más
tencia alguna que sienta piedad de las al pensar. en tus infortunios que al re-
lágrimas de los desgraciados, a ella im- cordar la muerte de mi padre! (Sale.)
ploro. ¡ Cómo! ¿Quieres prosternarte MARCO.-¡ Que el hirviente Etna se ex-
conmigo? ¡Hazlo, alma querida! El Cie- tinga ahora en Sicilia ! ¡Y que mi c0-
lo escuchará nuestras plegarias, u oscu- razón nutra la llama eterna de un in-
receremos con nuestros suspiros la bó- fierno! ¡Son demasiados males para po-
veda celeste, y empañaremos la cara del derlos soportar 1 ¡Llorad con Jos que
sol con un vapor semejante al de esas lloran consuela un poco; pero una pe-
nubes que le estrechan a veces contra na que es un insulto Implica una doble
su húmedo seno. · muerte!
l\f-AReo.-No, hermano; pide cosas po- Lucm. - ¡Ah! ¡Que este espectáculo
sibles, y no te arrojes a ese abismo de me infiera una herida tan profunda, y
penas. que no sucumba la odiosa vida! ¡Que
Trro.-¿Acaso mi desventura no es un la muerte permita a Ja vida usurpar su
abismo, pues carece de fondo? ¡ Que mi nombre cuando la vida no encuentra
dolor no tenga fondo como él! otro bien más que el aliento ! (LAVINIA
MARco.-Que tu corazón, no obstante, besa a TITO.)
gobierne tu dolor. , MARCO.--¡ Ay pobre corazón ! Ese beso
Tlro.-Si hubiera alguna razón para e.;; sin consuelo, como el agua helada
mis desgracias, podría contener mi su- para una serpiente transida de hamhre.
frimiento en ciertos limites. cuando el Tl1'0.-¿Cuándo dará fin este espan-
cielo llora, ¿no está la tierra inundada? toso suefio?

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886 WILLIAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

MARCO.-¡ Adiós, ahora, toda ilusión! mi noble hermana! ¡Oh! ¡ O!alá fueses
¡Muere, Andrónico; no descanses; ve lo Que antes eras! Pero, al presente, Lu-
las cabezas de tus dos hijos; tu mano cio y Lavinia no viven sino en el olvi-
guerrera cortada; tu hija, mutilada; tu do y en las penas insoportables. Si Lu-
otro hijo, desterrado, pálido e inanima- cio vive, vengará vuestros ultrajes y for-
do ante este horrible aspecto, y yo, tu zará al orgulloso Saturnino y a su em-
hermano, frio e inmóvil como una p,,sta- peratriz a mendigar a las puertas de
tua de piedra. ¡Ah! ¡No quiero yo bus- Roma, como antaño Tarquino y su rei-
car moderaciones a tu desesperación ; na. Ahora voy a los godos, y levantaré
arráncate los cabellos plateados, descar- tm ejército para vengarme de Roma y
na con tus dientes tu otra mano v que dE' Saturnino. {Sale.)
este horroroso espectáculo cierre, ei1 fin,
nuestros demasiado infortunados ojos!
TITO.- i Ja, ja, ja!
MARco.-¿Por qué te ries? No es ade- ESCEN'I\ I1
cuado el momento.
TITO.-¡ No me Queda una sola lágri- El mismo lugar.-Aposento eu la casa de Tito.
ma que verter! P. demás, esta desespe- S'e ve un banquete preparado
ración es un enemigo que quiere inva-
dir mis o!os húmedos y hacerlos ciegos, Entran Tno, MARCO, LAVINIA y el joven Lunn.
obligándoles a pagar el tributo de su un 1nozalbete
llanto. ¿Por cuál camino, 9ues hallaré
la caverna de la venganza? Porque esas TITO.-Está bien, está bien; ahora sen-
dos cabezas parecen hablarme y ame- taos, y pensad en no tomar otro ali-
nazarme para que no entre jamás en mento sino el est1·ictamente preciso pa-
la morada de la dicha hasta que todas ra conservar en vosotros las suficientes
estas desgTacias repercutan sobre los que fuerzas para vengar nuestras espantosas
las han ocasionado. Vamos, veamos qué desgracias. Marco, desata el nudo de tus
tarea he de emprender. Rodeadme, en- dolorosas caricias. Tu sobrina y yo, po-
tristecidos compañeros, para que pue- bres criaturas, estamos privados de nues-
da volverme hacia cada uno de vosotros tras manos y no podemos expresar nues-
y .iuraT a mi alma vengar tales afren- tro profundo sentimento estrechándonos
tas. El voto está empeñado. Vamos, her .. en nuestros brazos. Esta pobre mano de-
mano, coge una cabeza y yo llevaré la recha que me resta, sólo me vale para
otra en esta mano. Lavinia, tú también atormentar mi pecho; y cuando mi co-
serás empleada en esta obra ; lleva mi razón, loco ya por el sufrimento, late
mano, querid~ muchacha, entre tus dien- violentamente en esta prisión de ca.rne.
tes. En cuanto a ti, muchacho, márchate, lo reprime así con sus golpes. {A LAvr-
aléjate de mi vista;· estás desterrado y NIA.) Tú, mapa de dolores, que me ha-
no debes permanecer aQuí. ¡ Gorre al blas por seña.s, no puedes, cuando tu
campo de los godos! ¡Levanta entre elles corazón acelera sus latidos dolorosos,
un ejército! Y, si como creo, me amas, golpearle como yo, para aplacarte. Hié-
abracémonos y parte, pues tenemos mu- rele, hi.ia mía; mi tale a sollozos, o coge
cho que hacer. {Salen TITO, lV1ARco JI un pequeño cuchillo entre los dientes y
LAVINIA.) hazle una abertura allí donde palpite tu
Lucro. - ¡Adiós, Andrónico, mi noble corazón, para q_ue todas las lágrimas que
padre, el hombre más desgraciado que dejan caer tus pobrés ojos se deslicen
haya vivido jamás en Roma! Lucio de- por esta hendidura y extingan en ondas
ja aquí, hasta su retorno, las prendas amargas ese corazón insensato que se
más caras de su vida. ¡Adiós, Lavinia, lamenta.

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OBRAS DR1\MÁTICAS.- TITO ANDRÓNICO.-ACTO !II 887

MARCO.- ¡ Quita allá, hermano! Qui- con un cuchillo .) ¿Qué golpeas con el
ta! ¡No ens eñes a tu hija a llevar ma- cuchillo, Ma.rco?
nos homicidas a su frágil existencia! MARCO. - Lo que he matado, señor ;
Trro.- ¡ Cómo 1 J Cómo 1 ¿Te hace ya una mosca.
el dolor desvaria.r? Qué, Marco, ¿no es TITO.-¡ Maldición sobre Li , asesino!
a mí solo a quien corresponde estar de- Das muerte a mi corazón. Mis ojos es-
mente? ¿Qué manos homicidas puede di- tán saciados de ver la tiranía. Un acto
rigil· contra su existencia? ¡Ah! ¿Por de muerte ejercido sobre un ser inocen-
qué pronuncias el nombre de manos? Es te no cuadra. al hermano de Tito. ¡Sal
apremiar a Eneas a que cuente dos ve- de mi presencia! Veo que no estás he-
ces el incendio · de Troya y la historia cho para mi compañía.
de sus crueles infortunios. ¡Oh l Evita MARCO.-¡ Pero, señor! Sólo he mata-
tocar un tema que te obliga a hablar de do una mosca.
manos, de modo que nos recuerde que TrTo.- ¿Y qué? ¿Y si esa mosca tu-
carecemos de ellas. ¡ Guárdate, guárda- viera un padre y una madre? ¡ Cómo les
te 1 ¡Qué extravagan tes discursos! ¡ Có- veriais dejar caer sus alas doradas y fi-
mo si pudiéramos olvidarnos de que no nas y herir el aire con su doliente mur-
tenemos manos, cuando hasta. Marco nos murio! ¡Pobre e inocente mosca, que ha-
pronuncia la voz de manos l.. . ¡Vamos, bía venido aquí para divertirnos con su
demos principio 1 Prueba esto, querida zumbido melodioso 1 Tú la has matado.
hija. ¿No hay nada de beber? Oye, Mar- MARco.-Perdonadme, sefi.or. Era una
co, lo que quiere decir. Puede interpre- mosca negra y deforme, parecida al moro
tar sus señas dolorosas. Dice que no de la emperatriz. Por eso la he matado.
bebo otra bebida sino sus lágrimas re- T1To.-¡Oh, oh, oh! Perdóname, en-
vueltas con sus penas y fermentadas so- tonces, por haberte reprendido ; has he-
bre sus mejillas. Muda infortunada, yo cho una acción caritativa. Dame el cu-
interpretaré tus pensamientos, v sabré chillo; voy a ultrajar su cadáver, ha-
tanto de tus gestos mudos como los ere- ciéndome la. ilusión como si viera en él
mitas mendicantes conocen sus santas al moro, que hubiera venido expresa-
plegarias. No exhalarás un suspiro, ni mente a envenenarme. ¡Toma por ti, y
elevarás t us muñones al cielo, ni harás eso por Tamora 1 ¡ Ah malvado! Empe-
un guiño con los ojos, una señal con la ro, no me parece que hayamos caído tan
cabeza, ni te pondrás de rodillas, ni bajo que no podamos entre nosotros ma-
apuntarás un gesto, que yo no lo tras- tar una mosca que viene a ofrecernos
lade a un alfabeto y consiga, mediante parecido con ese moro negro como el
una asidua práctica, saber lo que quieres carbón.
decir MARCO.-¡Ay pobre hombre! El dolor
MozALBETE.-Buen abuelo, deja esos la- hace tales estragos en él, que toma va-
mentos profundos y amargos y distrae nos fantasmas por objetos reales.
a mi tía con algún cuento alegre. TITo.-Vamos, levantémonos. Lavinia,
MARCO.-¡ Ay 1 El pobre nifio, movido ven conmigo. Voy a tu gabinete, a leer
por nuestros dolores, llora al ver la pe- en tu compañia las tristes aventuras de
na de su abuelo. Jos tiempos pasados. Vamos, muchacho,
Tiro.-Cálmate, tierno retofi.o; estás sígueme; tu vista es joven y leerás cuan-
hecho de lágrimas y tu vida se fundirá do la mfa comience a languidecer. (Sa -
pronto con €llas. (MARco golpea el plato len.)

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1)88 WILLIAl'll SHAKESPEARE.--OBRAS COMPLETAS

ACTO CUARTO
hecho al"l"ojar los libros y huir sin razón
E S C E N A P R I M E R A quizá. Pero, perdón, querida tía. Si, se·
ñora, si mi tío Marco quiere venir, º·'
Roma.-Janlin de Tito acompafiaré con mucho gusto.
MARCO.-Sf, Lucio. (LAVINIA vuelve so-
Entran Txxo y MAn co. Inm ediatamente, el iove1• bre · los libros que ha dejado caer Lu-
Luc10~ y 1 11\VlNlA. corriendo tras de él CIO.)
TrTo.- ¡ Cómo! ¡Cómo! ¡Mi Lavinia !
MOZALBETE.-¡ Auxilio, abuelo, auxilio! Marco, ¿qué significa esto? Hay un Ii-
Mi tía Lavinia me sigue por todas p(lr- 1bro que quiere ver. ¿Cuál de ellos, hija
tes sin saber por qué. Mi querido tío mía? Abrelos, muchacho. Pero tú eres
M.arco, mirad qué aprisa corre. ¡Ay! más letrada e instruída. Ve y escoge en
Dulce tJa, yo n o sé qué queréis signi- toda mi biblioteca y engaña así tus pe-
ficar. nas, hasta que el Cielo revele al execra-
MARCO.-Quédate comnigo, Lucio; no ble autor de esas atrocidades. ¿Por qué
temas a tu tia. levanta asi sus brazos, el uno después
T1To.-Te ama demasiado, Lucio ; no del otro?
para causar m,al alguno. MARCO . ._, Creo que quiere decir que
MozALBETE.--Si, cuando mi padre es- había más de un malva<lo tul.ido contra
taba en Roma, bien me quería. ella en esta acción. Si, babia más de
Mrrnco.-¿Qué querrá decir mi sobri- uno, o es que levanta sus brazos al cie-
na Lavinia con esos signos? lo para implorar su venganza.·
TITO.-No tengas miedo de ella, Lu- T!TO.-Lucio, ¿qué libro es ese que
cio. Algo quiere decir, .. Ve, Lucio, ve agita de tal modo?
cómo te invita. Quiere que vayas a al- MOZALBETE. -Abuelo, las Metamorfo-
gún sitio con ella. ¡Ah mi niño 1 Jamás sis, de Ovidio. Me lo ha dado mi ma-
Cornelia puso más cuidado en ensefiar dre.
a leer a sus hijos que Lavinia en hacer M;mco.--Quízá por amor a la que ya
leer bellas poesías y las arengas de Tu- no existe, ha elegido ese libro entre los
lio el orador. ¿No adivinas por qué te otros.
solicita con tanta insistencia? TITO.-Silencio, silen.cio. Ved con qué
MOZALBETE. - No sé nada, señor, ni actividad vuelve las hojas. Ayudadla.
pudo adivinarlo, a menos que sea al- ¿Qué quieres hallar? Lavinia, ¿qUieres
gún acceso de frenesí que le acomete, que lea yo? (Ayudándola .) He aquí la
pues frecuentemente he oído decir a mi trágica historia cte Filomela, que narra
abuelo que el exceso de pena vuelve a la traición de Téreo y su rapto ; y el
los hombres locos, y he leído que H~cu- rapto, bien lo temo, ha sido la fuente
ba de Troya acabó loca a fuerza de de tus desgracias.
dolor. Esto es lo que me infunde miedo, MARco.-M;irad, mtrad, hermano. Ad-
aunque sé bien que mi noble tía me vertid con qué atención considera las
ama con tanta ternura como jamás mi páginas.
madre, y que no quisiera llenar de te- T1To.-Lavinia, hija querida, ¿habrás
nores mi infancia, a no ser que se ha- sido tú también sorprendida, violada y
ya vuelto loca. Y esto es 10 que me ha ultrajada como fué Filomela, cogida a

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OBRAS l)RAMÁTICllS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO IV 889

la fu erza en el vasto silencio de Jos bo:;- TITO.


ques sombl·ios e insensibles? ¡Mirad,
mirad! Sí, he aquí Ja descripción de un Maoni dominator Poli
lugar semejante a aquel donde cazamos Tam lentus audis scelcrn? ·ram lcniu• vi .
( i ah, ojalá nunca, nunca, hub iéramos tde s? 01 .
cazado allí!); es parecidísimo al que
describe el poeta y que Ja NatW'a!eza MARCO.~ Cá lmate, quel'ido Tito, aun-
füjérase haberlo .forjado para asesinos que convengo en que basta lo c:;crito
y r aptores. so?re esa arena para amotina.r a Jas
MARCO. - - ¡Oh! ¿Por qué habrá cons- m as dulces almas y armar de furor el
truído la Naturaleza un antro tan horri- corazón de los niños. Señor, arrodillaos
ble, a menos qu e Jos dioses no se com- conmigo. Lavinia, a rrodillate, y tú, jo-
plazcan en las tragedias? venzuelo_. esperanza del R ector romano
TITO. - Dame algunas señas querida arrodíllate también, y jurad todos con:
hija. Aquí no están sino t u; a miaos. migo, como antaño jurara Junio Bruto
(,Quién es el señor romano que se " ha a nte la violación de Lucrecia, con el es-
atrevido a cometer este atentado? ¿No poso desolado y el padre de esta des-
se tratará de Saturnino, como hizo va honrada Y vir tuosa, jurad que persegui-
Tarql,\ino, que abandonó el campo pa'i·a remos con prudencia una venganZ'.J.. mor-
manclllar el Jecho de Lucrecia? tal con tra esos ti-aidores godos, y que
MARCO .- Siéntate, ~ara sobrina. Her- veremos correr l.'ll sangre, o mori remos
mano, sentaos jun to á mí . Apolo Palas con esta afrenta.
Júpiter o Mercurio, inspiradm~ oar~ T1To.-Eso sería seguro si supiésemos
((UC pueda descubrir esta traición. se- có'.l1º· Si herís a esos oseznos, tened
ííor, mirad aqui; mirad aquí, Lavinia. cmda.do; su madre se despertará; y si
Este espacio de arenfL es llano; procu- O.> ventea, pensad que se halla ligada
ra gu1ai· como yo el bastón, si puedes, estr echamente con el le:'> n , que le mece
después de mí. (Escribe su nombre con Y aduerme en su seno, y que, durante
el bastón, c<ue sostiene en za boca y guía su sueño, puede realizar lo que se le an-
con sus pies.) He escrito mi nombre toje. Sois un cazador inexperto, Ma,·co .
sin el auxilio de mis manos. ¡ M:aldito De,jemos dormir esta idea y venid; voy
el infame que nos reduce a estos expe- 8, proc~rarme una hoja de bronce, y con
dientes! Escribe, cara sobrina, y reve- w1 estilete de acero escr.i.biré en ella es-
la aqu í el crimen que los dioses quieren tas palabras para ponerlas en segurn :
que se descubra para tomar de él ven- los vientos irritados del Norte van a
ganza ! ¡ ~ue el Cielo guíe este buril para esparcir en el ai re estas arenas como
que imprima netamente t us dolores, a las. ho!as ' de 1::1: Sibila. ¿Adónde 'habías
fm de que conozca1T1.os Jos traidores y d e¡ ad o tu lecc10n ? ¿Qué t e parece, mu-
la verdad! (LAVTNIA coge el bastón con chacho?
sus dient es y , guiándose con sus muño- \ MozALBETE -Digo, sefw1-, que, si fuera
nes, escribe sobre za arena.) h.o~bre . el dormitorio de su madre no
Trro. - ¡Oh ! Leed, hermano, lo que sena asilo bastante seguro p 9.nt esos mi-
acaba de escribir: Estupro. Chirón. ne- se:·ables esclavos d el yugo de Roma.
metrio. ivIAnco.- ¡Bravo! ¡He aquí a m.i niño 1
.MARCO. - ¡Cómo! ¡Cómo! ¿Los hiim Tu padre J:ia obrado frecuentemente asi
disolutos de Tamora. son los autores de para esta mgrata patria.
esta abominable y sangrienta acción? ·- - --
( 1) Pasaje alt erado de nuestro Sen cea rPILc-
dru, 67~: ilfa9ne r eynat or deu,m ... J: «Suprc-
tno dom ~n ador del mundo. ¿eres tau bajo par;1
ver y orr los crímenes que se cometen ?»

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890 WILLIAM SHAKESPEARE.--OBRAS COMPLETAS

MiOZALBETE.- Y yo, tío, haré otro tanto, DEMETRIO.-Muchas gracias, am.able Lu-
si vivo. cio. ¿Qué hay de nuevo?
TrTo.-Vamos, ven conmigo a mi ar- MOZALBETE.-{Aparte.) Que ambos ha-
senal. Voy a equiparte, Lucio; y en se- béis sido descubiertos como malhecho-
guida, muchacho, llevarás de parte mía res mancilladoo por un rapto; eso es 10
a los hijos de la emperatriz los presen- que hay de nuevo. {Alto.) Por si ello os
tes que tengo intención de enviarles a place, mi abuelo, bien aconsejado, os en-
los dos. Ven, ven; serás el portavoz del vía por nú las más bellas armas de su
mensaje, ¿no? armería, para recompensar vuestra ju-
MOZALBETE. - Sí, y de un pufial para ventud ilustre, la esperanza de Roma,
clavárselo a ambos en el pecho, abuelo. pues así me ha encargado que os llame.
TITO.-No, no es eso, muchacho. Yo te Y tal hago, presentando a vuestras sefio-
enseñaré otro medio. Vamos, La.vinia. rías estas dádivas, para que en la oca-
Marco, vigila la casa ; Lucio y yo vamos sión estéis bien armados y equipados;
a hacer de bravos en la Corte. Sí, señor; y con esto me despido de los dos { Apar-
lo haremos como lo digo, y se nos ren- te.) como de sanguinarios villanos. ( Sa-
dirán honores. (Salen TITO, LAVINIA ?/ len el MOZALBETE y el Criado.)
el MOZALBETE.) DEMETRlO.-¿Qué hay aqui? Un rollo
MARCO.-¡ Oh cielos ! ¿Podéis oír los escrito alrededor. veamos. (Lee.)
gemidos de un hombre de bien y no en-
terneceros, no apiadaros de sus males? lntever vitre, scelert:sque purtis,
Marco, sigue en s11 furor a este infor- Non eget Mauri jacu.lis, nec arcu.
tunado, que lleva en su corazón más he-
ridas causadas por el do'.or que marcas ¡Oh! Con unos versos de Horacio (1);
de golpe& del enemigo sobre su broquel los conozco bien. Hace tiempo los leí en
gastado; y, no obstante, es tan justo, Ja gramática.
que no se Quiere vengar. ¡Cielos! ¡En- AARÓN.-Sí, justamente unos versos de
cargaos vosotros de vengar al viejo An- Horacio es lo que aquí tenéis. {Aparte.)
drónico ! {Sale.) Ahora, ¡lo que es ser un asno! Esta
no es una broma de buen género; el
viejo ha descubierto su crimen, y les
ESCENA II envía estas armas envueltas en esos ver-
sos, que les hieren al vivo, sin que lo
El ruismo lugar.- Aposento en el Palacio noten. Si nuestra espiritual emperatriz
se hallase levantada, hubiera aplaudido
Entran, POI' un lado, AARÓN, CHIRÓN y DEME· la ingeniosa idea de Andrónico. Mas de-
TRIO, y por el otro, el joven Lucro y un C R1 ~00
con t¡.rt manojo de armas~ sobr~ las cuales ha.IJ
jémosla reposar al!lÚn tiempo sobre su
escritos versoa lecho sin reposo. {Alto.) Y ahora, mis
queridos se:fí.ores, ¿no es una estrella
CHIRÓN.-Demetrio, ése es el hi.io de propicia la Que nos ha traído a Roma,
Lucio. Algún mensaje trae para nos- extranjeros, y, lo que es peor, cautivos.
otros. para ser elevados a esta fortuna supre-
AARÓN. - Sí, algún mensa.ie extrava- ma? Esto rne ha permitido desa.f iar al
gante de parte de su extravagante tribuno ante la puerta del palacio, en
abuelo. presencia de liU hermano.
MOZALBETE.-Señores, con la mayor hu- DEIVIETRIO.-Y a mí hasta llegar a ver
mildad posible, saludo a vuestras gran- a un hombre tan ilustre insinuarse vil-
dezas de parte de Andrónico. (Aparte.) ,
·Y
1 ruego a los dioses romanos aue os 1 0) Odas, r. 22: •El hombre cuya vida es
~ - pura y exenta del crimen no tiene necesidnd
confundan a los do,,.1 ni del arco ni de las Hechas del moro.»

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OBRAS DRAMIÍTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO IV 891

mente en nuestro favor y enviarnos re- AARÓN.- ¡Ah! Muy bien, que sea con
galos. felicidad. Y ¿qué ha tenido?
AARÓN. - ¿No tienP. razón, señor De- NODRIZA.- i Un demonio!
metrio? ¿No habéis tratado a su hija AARÓN.- ¡Cómo! Entonces es la hem-
como amigos? bra del diablo. ¡Delicioso linaje!
DEMETRIO.--Quisiera que tuviéramos un NODRIZA. - Llamadlo desgraciado, ho-
millar de damas romanas a nuestra mer- rrendo, negro y triste linaje. He aquí el
ced para volve1· a saciar nuestros apeti- niño, tan repugnante como un sapo, en
tos voluptuosos. medio de los lindos chiquitines de nues-
CHIRÓN.-He aquí un deseo caritativo tro clima. La emperatriz os lo envía; es
y lleno de amor. vuestra imagen, sellada con vuestro sello,
AARÓN.-No falta aquí más que vues- y os ordena que lo bauticéis con la punta
tra madre para decir amén. de vuestro puñal.
CHIRÓN.-Y lo diria, aunque hubiera AARÓN.- ¡Voto va, prostituta! ¿Es el
veinte mil romanas en el mismo caso. negro un color tan villano? Precioso mo-
DEMETRIO.-Vamos, venid ; vamos a -ro- fletudo, eres un delicado capullo, cierta·
gar a los dioses por nuestra amada ma- mente.
dre, que está ahora en el trance. DEMETRIO.- ¡Miserable! ¿Qué has he-
AARÓN.-( Aparte.) Rogad más bien a cho?
todos los demonios. Los dioses nos han AARÓN.-Lo que tú no puedes desha·
abandonado. (Suenan trompetas.) cer.
DEMETRIO. - ¿Por qué suenan así las CHIRÓN. - Has perdido a nuestra ma-
trompetas del emperador? dre.
Cnm<m. - Debe de ser por la ale~ría AARÓN. - ¡Villano! Yo he encontrado
que siente de haber tenido un hijo. a tu madre.
DEMETRIO,- ¡Silencio! ¿Quién viene? DEMETRIO.- ¡ Sí, perro del infierno, y
por eso la has perdido ! ¡ Maldito sea
Entra una NODR'I1ZA~ con un niño m0ro, su fruto, maldita su detestable elección
negro y maldito el retofio de tan horrible dia-
blo!
NODRIZA.-¡ Buenos días, señores ! ¡ Oh 1 CHIRÓN . - ¡No vivirá!
Decidme: ¿habéis visto a Aarón, el moro? AARÓN.-I No morirá 1
AARÓN.-Bien; un poco más, un poco NonRIZA.-Aarón, es preciso; su madre
menos, o todo entero, éste es Aarón. lo quiere así.
¿Qué queréis con Aarón? AARÓN.- ¿Es preciso absolutamente,
NODRIZA.-¡ Oh mi querido Aarón ! Es- nodriza? En ese caso, que nadie más que
tamos perdidos. ¡Venid en nuestro au- yo atente contra la vida de mi carne y
xilio, o la desgracia os hundirá para de mi sangre.
siempre! DEMETRIO. - . ¡Espetaré ese renacm1jo
AARÓN. - ¡Cómo l ¿Qué maullido es en la punta de mi espada! Tráelo, no-
ése? ¿Qué tenéis envuelto en Jos bra- driza. Mi espada lo despachará al ins-
zos? tante.
NODRIZA.-¡ Oh! ¡Lo que quisiera ocul- AARÓN.- ¡Ese hierro te hubiera pene-
tar a los ojos del Cielo 1 ¡El oprobio de tracto más pronto en las entrañas! (TO·
nuestra emperatriz y la vergüenza de la ma al niño de los brazos d.e la NODRIZA
soberbia Roma!... ¡Alumbrada, señores. 11 desenvaina.) ¡Deteneos, asesinos co-
R1nmbrada ! ; bardes! ¿Queréis matar a vuestro her-
AARÓN.-¿Alumbrada? 1 mano? ¡Por los ardientes luminares del
NonRrzA.-Quiero decir que ha dado a 1 firmamento, que brillaban en todo su <:>S-

luz. plendor cuando este niño fué engendra-

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392 WILLl/Uli SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

do, morirá con Ja punta afilada de mi N:oDRIZ.~.-Aarón, ¿qué diré a la em-


cimitarra el Que se atreva a tocar este peratriz?
nifio, mi primogénito y heredero! Os lo DEMEIRIO.-Reflexiona, Aarón, sobre el
aseguro, jóvenes: ni Ja propia Encela:l.a, particlo que hay que tomar, y suscribi-
con toda la raza amenazadora de niños remos tu decisión. Salva al niño, asi que
de Tifón, ni el gran Alcides, ni el dios todos estemos en salvo.
de la guerra tendrán poder para arran- AARÓN. - Sentémonos y deliberemos
car este niño de las manos de su padre. juntos. Mi hijo y yo no nos colocaremus
¡Cómo, cómo! ¡Niños de rojas me.illlas al viento de vosotros. Colocaos aquí. Aho·
y corazón vacío, muros b:anqueados, pin- ra hablad a placer de vuestra seguridad.
turas de bodegón! El negro vale más que 1Se sientan.)
todos los colores. Desdeña recibir cual- DEMETRIO.-¿Cuántas mujeres har. vis-
quier otro color. Toda el agua del océa- to ya este nifio?
no no emblanquece jamás las patas ne- AARÓN. - ¡Ahora vamos bien, brJ. ve¡;
gras del cisne, aunque las lave hora a señores! Cuando estamos todos unidos,
hora ·en sus ondas. Decid de parte mia soy un cordero. Mas, si irritáis al mo:·o.
a la emperatriz que soy mayor de edad el jabalí enfurecido, la leona de las mon-
para guardar lo que me pertenece, y que ,aüas, el océano irritado no serían trm
se las arregle como pueda. terribles como Aarón. Vamos a ver dt>
DEMEIRIO. - ¿Quieres traicionar así a nuevo: ¿cuántas mQieres han visto al
tu augusta señora? niño?
AARÓN. ~Mi señora es mi señora . y NODRIZA. ~ C'ornelia la partera v yo:
este infante soy yo; el vigor y el retrato nadie más, a no ser la emperatru Eu
de mi juventud. Lo prefiero al mundo madre.
entero, y a despecho del mundo entero AARÓN.-La emperatriz, la comadrona
conservaré sus días; o Roma verá que y vos... Dos pueden guardar el secret:J
a alguno de vosotros le cuesta caro. · cuando la tercera no exista. ¡Ve a bus-
DEME:rRIO.-Ese niño deshonra a nues- car a la emperatriz y dile lo que te digo 1
tra madre para siempre. (La apuñala.) <'i Jui ! ¡ Jui ! » Así es como
CH:rRóN.-Roma la despreciará por este chilla un cochinillo cuando se le prepa-
indigno desliz. ra para asarle.
NonRIZA.-El emperador, en su rabia, DEMETRIO. - ¿Qué pretendes, Aarón?
la condenará a muerte. ¿Por qué has hecho esto?
CHIRÓN.- ¡Enrojezco cuando pienso en AARÓN. - ¡Oh querido señor; es un
esta ignominia! acto de política! ¿La dejaré vivir oara
AARÓN.-¡ He ahí el privilegio de nues- traicionar nuestro crimen? ¿Una coma-
tra raza! ¡ Huye, color traicionero, que, dre parloteando con su lengua larga? No.
al enrojecer, traicionas los pensamientos señor, no; y ahora conoced todos mis
ocultos del corazón! Ved un nene for- designios. Cerca de aquí habita un cier-
mado de otro matiz. Mirad cómo el mo- to Muli, compatriota mío; su mujer es-
rito sonrie a, su padre y parece decirle: tuvo ayer de parto. su niüo se le pare-
«Mi viejo, tuyo soy.» ¡Es vuestro her- ce; es blanco como vosotros; id a arre-
mano, señores, visiblemente nutrido de glar el asunto con él: dadle oro a la
la misma sangre que os ha dado la vi- madre e instruidla sobre todos los de-
da, y Que ha venido a !a luz y salido del talles del negocio. Decidle cómo su hijo,
mismo vientre donde, como él, habéis por este arreglo, será elevado y recibi-
estado aprisionados! No cabe duda; es do por heredero del emperador, y sus-
vuestro hermano, y del lado más cierto, tituido en lugar del mío, a fin de apla-
aunque mi sello esté impreso sobre su car esta tempestad que se forma en la
rostro. Corte: dejad que el emperador lo acari-

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OBRAS DRAMÁTICl\S.- TITO ANDRÓNlCO.- ACTO IV 893

'3ie como suyo. ¿Me entendéis, señores? liéis la justicia en el fondo del ruar; y,
.:vt:irad: he sido su m édico. ( Mostrando a sin embargo, habrá tan poca en el mar
la NODRIZA.) Es preciso que cuidéis de como en la tierra. No, Publio; no, Sem-
.-ms funerales. Los campos no se hallan pronio; tenéis que hacer esto. Sois vos-
lejos y vosotros sois bravos camaradas. otros los que debéis cavar con la azada
Hecho esto, no prolonguéis el retardo, y la espiocha y horadar el centro más
sino enviadme al campo a la comadro- recóndito de la tierra; y cuando lleguéis
na. Y una vez de>embarazados de la a ) reino ele Plutón, os ruego que le pre-
partera y de la nodriza, que charlen a sentéis esta petición. Decidle que es para
su gusto las damas. solicitar justicia e implorar su auxilio;
CHIRÓN.- Veo, Aarón, que no quieres y que es de parte del vie.io Andrónico,
.r onfiar a los aires tus secretos. a brumado de penas en la ingrata Roma.
DEMETRIO.-Por el cuidado QUe pones ¡Ah Roma 1 Bien, bien. Yo he acarrea-
.en el honor de Tamora, ella y los suyos do tu desgracia el día en que acumulé
te deben un gran reconocimiento. (Salen los sufragios del pueblo sobre el que
DEMETRIO y CHIRÓN, llevándose el cadá- así me tiraniza. Id, partid, y os lo rue-
ver de la NODRIZA.) go, estad todos bien atentos y no dejéis
AARÓN.-Corramos ahora a los godos, pasar un solo barco de guerra y haced
.con la rapidez del vuelo de la golon- una exacta pesquisición. Este malvado
ol'l rina, para depositar alli el tesoro que emperador pudiera haberla embarcado
tengo entre los l.m1zos y saludar secre- para Quitarla de aquí; y entonces, pa-
tamente a los ami'.',os de la emperatriz. rientes, apelaríamos en va.no a la jus-
Vamos, ven, csclavillo de labios espesos; t icia.
Le llevaré de aQuí, pues eres quien nos MARCO.-¡ Oh Publio ! ¿No es éste un
.embarazas. Te haré alimentar con fru- deplorable caso : ver así a tu honorable
tos silvest1·es, raíces, leche cuajada y tío en el delirio?
suero ; te haré mamar de una cabra y PusLIO.-Por ello nos importa. mucho,
.alojar en w1a caverna; y te elevaré para señor, no abandonarle, vigilarle día y
ser un guerrero y mandar un campo. noche, v tratar lo más dulcemente cosi-
rSale con el niño.) ble su locura, hasta que el tiempo tr.aiga
alg\'.m remedio salutífero a su mal.
MARCO.-Parientes, esas penas se ha-
ESCENA III llan por encima de todos los remedios.
Unámonos a los godos, y mediante una
El mj smo lugiil'.-Uua plaza pública. guerra veng-aclora, castigaremos a Roma
por su ingratitud y que alcance la ven-
;E ntra Tiro, llc va1Hlo flechas co·n car tas en s1Ls ganza al traidor Saturnino.
t?.xtrernos; detrás> MARCO, el joven L ucio, Pu. TITO.-¡ Muy bien, Publio ! ¡Muy bien,
»1.IO, SEMPRONIO, C _.\YO !/ otros Caballeros roa.estros! ¡Qué! ¿Habéis dado con ella?
c~on arcos PUBLlO.-No, mi buen señor; pero Plu-
tón os envía a decir Qlle si queréis ob-
TITo.-Ven, Marco, ven. Parientes, he tener venganza de parte del infierno, la
ca.qui el camino. Vamos, muchacho: des- obtendréis. En cuanto a la justicia, a fe
pliega ahora la destreza de tu arquería. que está ocupada, a lo que él cree, en
En verdad, 110 te falla el tiro, v la fl ~cha el cielo, con Júpiter, o en otro cualquier
llega derecha al blanco. Terrcis Astraea sit io; de manera que os veréis oblig«l.do
reliqu.it. Acordaos bien, Marco. Ella es a esperar un poco.
ida; ha partido. Sefiores, ved vuestros 'I'ITO.-Me molesta tener aue alimen-
·útiles. Parientes, iréis a sondear el océa- tarme con dilaciones. Me sumergiré en
no y echaréis vuestras redes. Quizá ha- el lag·o hirviente d el abismo y sabré

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394 WILLIAJ\'I SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

arrancar la justicia de Aquerón por los TITO. - Vaya, esto va bien. ¡ Dios dé
talones. Marco, sólo somos arbustos, no prosperidad a vuestra señoría!
somos cedros., No somos hombres de
constituición robusta, ni de la talla de Entra un RÚSTICO con una cesta y dos pichonc.-..
los cíclopes ; pero somos de metal, Mar- dentro
co, somos de acero hasta la medula de
los huesos; y, no obstante, estamos ¡Noticias, noticias del cielo! El mensa-
aplastados por más ultrajes de Jos que je ha llegado, M!arco. Picarón, ¿qué nue-
nuestra espalda puede soportar. Y pues vas traes? ¿Traes cartas? ¿Se me haní
la justicia no se halla ni sobre ia tie- justicia? ¿Qué dice Júpiter?
rra ni en el infierno, nos doblegaremos RÚSTICO.-¡ Oh! ¿Júpiter? ¿El que ha-
ante los dioses, a fin de que envíen la ce las horcas? Dice que las ha hecho ba-
justicia aquí abajo para vengar nues- jar. pues al condenado no deben ahor-
tras afrentas. Vamos, a la obra. Vos sois carle hasta la próxima semana.
un hábil arquero, Marco. (Entregándoles TITO.-Pero ¿qué dice Júpiter?, te pre-
flechas a los demás.) Ad Jovern.; ésta gunto.
para vos. Aquí, ad Apollinern ... Ad Mar- RúsTico.- ¡ Ay señor! No conozco a
tem; ésta es para mí. Ahora, al mucha- Júpiter. No he vivido con él en toda mi
cho, para Palas. La presente, para Mer- vida.
curio. Para Saturno, Cayo ; no para Sa- TITO.-¡ Cómo! Villano, ¿no eres iú el
turnino. Tanto valdría tirar contra el mandadero?
viento. Vamos a la obra, niño. Marco, Rúsnco.-Sí, señor; pero de mis pi-
tira cuando yo te lo ordene. Bajo mi pa- chones, no de otra cosa.
labra, que he escrito esta lista admi- TITO.-¡ Qué! ¿Es que no vienes del
rablemente. No queda un dios por BOli- cielo?
citar. Rúsnco.-¿Del cielo? ¡Ah señor! Nun-
ca he estado allí. ¡Dios me libre de ser
MARCO.-Parientes, lanzad todas vues- tan audaz para pretender el cielo en
tras flechas en dirección a la Corte. Mor- mi juventud! ¡Cómo! Yo voy sencilla-
tificaren:ios al emperador en su orgullo. mente con mis pichones al tribunal del.
TITO.-¡ Adelante, amigos, tirad ! ( Dis- pueblo para arreglar una especie de que-
paran.) ¡ Oh ! ¡ Bien hecho, Lucio ! Que- rella entre mi tío y uno de Jos hombres
rido muchacho, al seno de la Virgen; del imperial m.
envíalas a Palas. MARco.- ¡Cómo. señor! Eso es lo más
MARCO.-Señor, apunto una milla más a propósito que puede imaginarse para.
allá de Ja Luna. De este golpe, vuestra vuestra arenga; y que remita de vuestra.
carta visita a Júpiter. parte sus pichones al emperador.
TITO.-¡ Ah Publio, Publio ! ¿Qué has TITO. - Dime: ¿puedes entregar con
hecho? ¡Mira, mira! Has cortado uno gracia una arenga al emperador?
de los cuernos del Toro. RúsT1co.-Francamente, señor; no he
MARco.-Tal era el juego, señor. Cuan- podido nunca decir gracias en toda mi
do Publio ha lanzado su flecha, el Toro, vida.
en su dolor, ha dado un golpe tan fu- TITO. - Vamos, bribón, acércate; no
rioso a Aries, que los dos cuernos del pongas más di.ficultades. sino entrega tus
Carnero han caído en el palacio. Y pichones al emperador. Merced a mi, ob-
¿quién podrá hallarlos sino el villano tendrás de él justicia. ¡Detente, deten-
de la emperatriz? Ella ha comenzado a te 1 En tanto, he aquí el dinero por tu
reírse y ha dicho al moro que él no
debía elegir, sino entregarlos a su due- (1) El Rústico trabuca los terminas y en-
tiende por Júpiter, Gibbet-Maker: por tribu-
ño como presente. nal. tribuno: por imperial. emperador, etc.

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OBRAS DHAMtÍTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO IV 895

comisión. Dadme pluma y Linta. Ami- con sus vengan?.as, sus accesos de frene-
go, ¿podéis entregar una súplica con si y sus amargo;:; insultos? Vedle ahora
,gracia? apelar al cielo para vengarse. Mirad aquí
Rúsnco.- Si, señor. una carta para Júpiter, otra mua Mer-
TxTo.-Muy bien; he aqui una súplica curio, ésta para Apolo y la <i<' 1mís allá
uara vos. Y cuando estés introducido para el dios de la guerra. ¡ Lindos rollo¡;
cerca del emperador, desde un princi- para verlos vo lar por encima. d(' l1t~; ca-
pio te prosternas; en seguida le besas lles de Roma! ¿Qué objeto tienen si no
los pies, y acto seguido le entregas tus difamar al Senado y deshonranm·; por
pichones y aguardas inmediatamente tu todas partes con el reproche de la i11jw;.
recompensa. Yo estaré al lado, señor. ticia? ¿No es ésta una locura cómoda
Ctiidado con desempeñar bien el men- señores? Como si quisiera decir que nu
saje. existe justicia en Roma. Pero, si vivo,
Rúsnco.- Os lo garantizo, señor. De- no ha de valerle su disimulada locura d<•
jadme hacer. protección contra esos ultrajes; sino que
TITO. - Pícaro, ¿tienes un cuchillo? éi y los suyos sabrán qu,e la justicia
Veámosle. Marco, imponle en la arenga, alienta en Saturnino; y si durmiese, la
pues la has hecho con el tono de un despertará tan bien, que, en su furor,
humilde suplicante. Y cuando la hayas hará desaparecer al más imprudente de
entregado al emperador, ven a llamar los conspiradores que queden con vida.
a mi puerta y dime lo que te haya di- TAMORA. - Mi gracioso señor, mi que-
cho. rido Saturnino, dueño de mi vida, sobe-
RúsTico.- Dios sea con vos, señor. Lo rano rey de todos mis pensamientos, cal-
haré. maos v sufrid las faltas de la vejez de
'l'I1'o -Venid Marco · salg'8.mos. Sígue- Tito . Es efecto del dolor que siente poi·
me, P~blio. (Salen.) ' la pérdida de sus valerosos hi.ios, cuya
muerte le ha abrumado profundamente
y herido su corazón. Apiadaos de su mi-
ESCENA IV serable estado, antes de perseguir por es-
' tos insultos al más débil y honra.do va-
El mi::ano luga r.-DeJante del Palacio rón de Roma... (Aparte.) Sí, con viene
a la penetrante Tam,ora halagar a todos.
~·n tran SATU RNINO, T .utORA, DEMETRlO, CHIRÓ,.'3', Pero Tito te ha llegado al vivo y tu san-
Seiiore s y otros . SATURNINO lleva en. las manos g1·e vital se vierte. Si Aarón es ahora
las /lechas la11zad<is por T1To prudente, todo está a salvo, y el áncora,
en el puerto. [Entra el Rúsnco.) ¡Hola,
SATURNINO.- i Cómo! Señores, ¿qué ul- camarada! ¿Quieres hablar con nosotros?
trajes son ésto 3? ¿Se ha visto jamás un Rúsnco.-SI, a fe, si sois 13. majestad
emperador de Roma ve.iado, importuna- imperial.
do e insultado cara a cara v tratado con TAMORA.-Soy la emperatriz, pero más
menosprecio, después de haber desple- abajo está sentado el emperador.
gado una justicia imparcial? Ya lo sa- Rúsnco.-Es a él a quien busco. ¡Que
béis, señores, como también los dioses Dios v San Esteban os colmen de ven-
potentes: algunas calumnias que 103 per- tura!· Os traigo una carta y este par de
turbadores de nuestro país murmuran a pichones. (SATURNINO lee la carta.)
los oídos del pueblo no proceden sino de SATURNINO.- j Id, cogedle y ahorc<i<lll'
la declaración de las leyes contra los inmediatamente!
hijos temerarios del viejo Andrónico Y RÚSTICO.-¿ Qué dinero tendr<~ ':'
porque las penas han turbado su razón, TAMORA.- ¡Vamos, miserable·! ¡ V;~i:: a
¿, 1ramos a ser perseguidos de t.al manera ser ahorcado !

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896 WILLIAM SHAKESPEARE.--OBRAS COMPLETAS

RÚSTICO. - i Ahorcado 1 i Por la Vl f• vorecen a Lucio y se revolucionarán para


gen ! ¡ He traído entonces mi cuello para venir en su ayuda.
un buen fin! {Sale custodiado.) T AMORA.-Rey, cobrad Jos sentimientos
SATURNINO. - ¡Ultrajes sangrientos e de un emperador, como lleváis el título.
intolerables 1 ¿Aguantaré más tiempo es- ¿El sol se eclipsa porque los insectos
tas monstruosas villanías? Sé de dónd e vuelen delante de sus rayos? El águila,
procede esta carta. ¿Puede esto sopor- permite cantar a los paja-rillos, y no le
tarse? Como si sus traidores hijos, a importa lo que digan por ello, cierto co-
quieües la ley ha condenado por el ase- mo está de que la sombra de sus ala<.
sinato de nuestro herma.no, hubieran es suficiente para apagar de buen gra-
sido degollados injustamente por orden do sus voces. Otro tanto podéis hacer vo:-:
n)ía. ¡Vamos, traed aquí a ese malvado con el populacho insensato de Roma.
por los cabellos! Ni su edad ni sus ho- Cobrad. pues, valor; y sabed, empera-
nores le otorgan privilegios. Por este au- dor, que logr aré encantar al viejo Andró-
daz insulto, yo mismo voy a ser s u ver- nico con las palabras mé..s dulces, pero
dugo, pérfido y frenético miserable, qu e m ás peligrosas que el cebo para el pez
ayudaste a engrandecerme con la es- y Ja miel del trébol florecido para la
peranza de que gobernarlas a Roma y oveja. El uno muere herido por el an-
a. mí. zuel o, y la otra, emponzoñada por un de-
licioso p asto.
'SAl' ORNINO.-Pero él no querrá supli-
Entra EMILIO car a su hijo por nosotros.
T AMOR A.-'Si Tamora se lo ruega, que-
¿Qué nuevas traes, Emilio? rrá, por cua nto puedo halagar su vejez
EMILIO.-¡ A las armas, a las armas, y adormecerle con promesas doradas; y
señor! ¡Nunca ha tenido Roma para aun cuando su corazón perm.anezca in-
ello más razones! Los godos han reuni- flexible y sus viejos oídos sordos, su co-
do fuerzas, y con ejércitos de soldados razón y su oido obedecerán a mi lengua.
valerosos, intrépidos y ávidos de botín, (A EMILIO.) Id, precedednos y sed nues-
marchan a grandes jornadas en direc- tro embajador. Decídle que el emperador
ción a Roma, bajo el mando de Lucio, solicita una conferencia con el bravo Lu-
el hijo del viejo Andrónico, que, en el cio, y fija el lugar de cita en la casa de
curso de su venganza, amenaza con ha- su padre, el viejo Andrónico.
cer otro tanto como Coriolano. 'SATURNINO. - Emilio, desempeñad este
SATURNINo.-¿El belicoso Lucio es el mensa je honorablemente; y si exige re-
genera! de los godos? Esa noticia me henes para sü seguridad, decidle que pida
hiela, e inclino mi cabeza como las flo- las prendas que gus te.
res beridas por la helada o batidas por F.MILIO.-Voy a ejecutar vuestras órde-
Ja tempestad. ¡Ah! Ahora es cuando van nes. (Sale.}
a. comenzar nuestras oenas. A él es a TAMORA.-Yo voy ahora en busca dei
quien ama tanto el pueblo. Yo mismo, viejo Andrónico y a dulcificarle por to-
c uando. V"8tido de sencillo particular, dos los resortes del arte que poseo, para
me he confundido con él, le he oído de- arranca,r a los belicosos godos el orgu-
cir frecuentemente aue el destierro de llosa Lucio. Vamos, querido emperador,
Lucio era injusto, y desear que Lucio recobrad vuestra alegría y enterrad to-
fuera su emperador. . das vuestras alarmas en Ja confianza d€
TAMORA. - ¿Por qué tembláis? ¿ Vues-1 mis designios.
tra ciudad no es fuerte? SATURNINO.-Vamos. ¡Ojalá tengáis éx i-
SATURNINo.-Si, pero los ciudadanos fa- to y le persuadáis. (Salen.)

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OBRAS DRAMÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO. - ACTO V 897

ACTO QUINTO
ruinas de un monasterio, y al fi.iar con
Es e EN A PRIMER A atención los ojos sobre el edificio desmo·
ronado, repentinamente oí gritar a ur,
Llanuras cerca de Roma niño al pie de una pared. Volviéndorn1·
del lado Cie la voz, escuché que se caJ ..
nompeteria. Entra Lucio al frente d el ejer- rn aba la criatura diciéndole : « ¡ Silen..
rito de los godos, con tamb01·es y banderds cio, nene. atezado, que tienes la mitad
dP mí y la otra de tu madre! Si tu te-t
LUCIO.-Guerreros expertos, mis fie!es no declarase de quién eres hijo; si la Na-
arnigos, he recibido cartas de la orgu.. 1 turaleza te hubiese dado tan sólo la fiso-
llosa Roma que me anuncian el odio nornía de tu madre, villano, habrías PO·
que profesan los romanos a su ernpe- dicto llegar a emperador. Pero cuando el
rador y lo anhelantes que están de nues- toro y la vaca son los dos blancos como
tra presencia. Por consiguiente, nobles 19. leche, nunca engendrarán un becerro
señores, mostraos como atestiguan vues- negro como el carbón. ¡Cállate, desdi-
tros títulos, arrogantes e impacientes por chado, cállate!» y como prosiguiera llo-
vengar vuestras ofensas, y así tomad una rando el niño, se continuaba así: «Ten-
t.riple satisfacción de los males que os go que llevarte a un fiel godo, que, cuan.
tia cauado Roma. do sepa que eres hijo de la emperatriz.
Gooo l.º-¡ Valeroso retoño, salido del te tomará cariño, por afecto a tu ma·
gran Andrónico, cuyo nombre, que an- dre.» Acto seguido tiré de mi espada,
tes constituía nuestro terror, nos llena abalanzándome sobre este moro, a quien
a.hora de confianza! Vos, a quien la in- sorprendí de improviso, y os lo traigo
grata Roma paga con profundo despre- aquí para que obréis con él corno os
cio las grandes empresas y honorables plazca.
a.cciones, contad con nosotros. Os segui- Lucro.-¡ Oh digno godo 1 He aquí en
remos por todas partes, actor:ctequie~·a carne y hueso al demonio que ha pri-
que nos guiéis corno en un ardiente dia vado a Andrónico de su mano gloriosa.
de estío las abejas, armadas de sus dar- He aquí la perla que encantaba los ojos
dos, siguen a su rey por los campos flo- de vuestra emperatriz, y ése es el vil fru.
rido5, y nos vengaremos de la maldecida to de su encendida liviandad. Responde,
Tamora. esclavo de ojos zarcos: ¿dónde quería.:
Gooos.- Y lo que dice, lo subrayamos llevar a esa imagen viviente de tu infer-
todos con él, a una voz. nal rostro? ¿Por qué no hablas? Qué
Lucrn.-Humildemente, le doy las gra.- ¿estás sordo? ¿Ni una palabra? ¡Un&
cias, así como a todos vo_sotros. Mas cuerda, soldados! ¡ Cogedle de este árbol
¿quién llega, conducido por ese robusto y. al lado, su fruto de bastardía!
godo? AARÓN.- ¡No toquéis a ese niño! ¡E.'
de sangre real!
;;,,trn un Gano, llevando a AARóN y a w niiio, Luc10.-Se parece demasiado a su pa.
con sus cinnas dre para que tenga nada bueno. Vnmm,
comenzad nor ahorcar al niño n fin <k
Gono 2.º-Ilustre Lucio, me separé de que vea cóii'io se agita; espectáculo para
nuestras fuerzas para contemplar las afligir su corazón de padre. TrucLlmf

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WILLIAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

una escala. {Traen una escala, a la cual Lucro.-¡ Oh mujer impúdica y de lu-
se olJliga Ci sulJir a AARÓN.) juria insaciable!
AARÓN.-Lucio, salva al niño y llévale AARÓN.- ¡Detente, Lucio! Esa no ha
:le mi parte a la emperatriz. Si accedes sido más que una acción caritativa, en
a mi ruego, te revelaré a.sombrosos se- comparación a lo que vas a oír. Sus hi-
n.retos que te importa mucho conocer. Si jos fueron los que asesinaron a Bassia-
!o rehusas, suceda lo que quiera; yo no no; los que cortaron la lengua a tu her-
hablo más, a no ser: «¡Que la venganza mana, la violaron, le cortaron las ma-
':lS confunda a todos ! » nos y la arr·eglaron como has visto.
Lucro.-Habla, si lo que vas a decir- Lucro.-¡ Oh execrable villano! ¿ Lla-
me me satisface, tu hijo vivirá y yo me mas a eso arreglar?
encargo de que prospere. AARÓN.-Si, porque fué bañada, recor-
AARÓN .- ¡Si te satisface! ¡Oh! ¡Ten tada y arreglada, y constituyó un agra-
por cierto, Lucio, que lo que te diga afli- dable ejercicio para los que lo reali7.a-
girá tu alma, pues voy a hablar de muer- ron.
tes, violaciones y asesinatos, de actos co- Lucro. - ¡Oh! ¡Bárbaros y bestiales
metidos en las sombras de la noche, de malvados, semejantes a ti!
abominables delitos, de negras maquina- AARÓN. - Verdaderamente, yo he sido
naciones de traición y maldad, de de- el tutor que los ha instruído. El alma li-
pravaciones horribles de oír y que, sin bertina la han heredado de su madre, tan
embargo, se han ejecutado, como para seguro como el naipe que gana la par-
mover a piedad. Todos estos secretos tida. En cuanto a sus instintos sangui-
quedarán sepultos con mi muerte, si no narios, creo que Jos tienen de mi, que
me juras que vivirá mi hijo. soy un perro de presa como ninguno que
Lucro.-Revela tu pensamiento. Te digo naya atacado jamás a la cabeza de un
que tu niño vivirá. toro. Bien; que lo atestiguen mis pér-
AARÓN. - ¡Júralo, y entonces comen- fidas acciones. Yo indiqué a tus herma-
-,;aré ! no3 aquella zanja en que yacía el cuer-
Lucro.-¿Por qué jurarlo? Tú no crees po de Bassiano; escribí la carta que ha-
en ningún dios. Luego, ¿cómo puedes lló tu padre; escondí el oro de que en
harte de un juramento? ella se hablaba, de acuerdo con la reina
AARÓN.-Aun cuando no crea en dios y sus dos hijos. Y ¿qué se ha hecho
alguno, como, en efecto, no creo, no im- de que hayas tenido que lamentarte en
porta. Sé que tú eres religioso y que lle- que no interviniera mi malicia? He en-
rns dentro algo que se llama conciencia, gañado a tu padre para privarle de su
y otras veinte supersticiones y ceremo- mano, y cuando la tuve, me retiré a un
nias papistas, que cuidadosamente te he lado, porque reventaba,n mis mejillas de
visto observar. Por ello es por lo qu2 te tanto reír. Le espié a través de las hen-
exijo el juramento. Además, no ignoro diduras de un muro cuando, a cambio
que un idiota hace un dios de su vara de su mano, recibió las cabezas de sus·
y se atiene a la palabra que ha jurado dos hijos. He visto sus lágrimas y he
por este dios. TaJ es el jmamenLo que reído de tan buen grado, que mis ojos
exijo. Así, jurarás por ese dios, sea cual lloraban como los suyos. Y al contarle
fuere, al que adoras y ven° .. c •. rue sal- toda esta farsa a la emperatriz, casi se
rnrás a mi niño, le alimenLotias y cria- desvaneció de placer ante mi relato y
rás, o no descubriré nada. me pagó las noticias con veinte besos.
Lucro.-Te juro de veras por mi Dios Gooo 1. 0 -¡ Cómo! ¿Puedes decir todo
que lo haré. eso sin enrojecer?
AARÓN.-Sabe, primero, que he tenido . AARÓN.-Sí, como un perro negTo, se-
ese niño de la emperatriz. l gún dice el refrán.

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OBRAS DRAMÁTJCAS.- TJTO ANDRÓNICO. -ACTO V 899
Lucio. - ¿No sientes remordimientos
por actos tan atroces? Entra El\ut10

AARÓN.- ¡Sí, de no haber hecho mil


veces más! Y hasta en este momento ¡ Bien venido, Emilio ! ¿Qué noticias
maldigo el día (a pesar de que me pa- traes de Roma?
rece que restan pocos a los cua.les puerta EMILIO.-Valeroso Lucio, y vosotros.
alcanzar mi maldición) en qu" 110 haya príncipes de los godos, el E.mperador ro·
hecho algún gran mal, como asesinar mano os saluda a todos por mi conduc-
un hombre, o tramar su muerte, violar to; e informado de que estáis en armas,
a una doncella o imaginar el medio de pide una entrevista con vos en c¡¡.sa cit.
acusar algún inocente, o perjurarme a vuestro padre. Podéis señalar vuestro~
nú mismo, o sembrar un odio mortal rehenes y os serán remitidos con la ma-
entre dos amigos, retorcer el cuello a, los yor premura.
animales de las personas humildes, in- Gooo 1.0 -¿Qué dice nuestro gene:al'1
cendiar las granjas y las hacinas de Lucro.-Emilio, que el emperador en-
heno en la noche y decir a los propie- tregue sus rehenes a mi padre y a mi
tarios que extin~an el incendio con sus tío Marco, e iremos. ¡ En marcha ! f sa-
lágrimas. Con frecuencia he exhumado len.)
a los muertos de sus tumbas v he co-
locado sus cadáveres a la puerta de stL5
mejores amigos, cuando su dolor se ha- ESCENA lI
bía ya casi olvidado; y sobre su piel, CO· Roma. Delante de la. casa de Tito
mo sobre la corteza de un árbol, he gra-
bado con mi cuchillo, en letras roma- Entrmt TA MORA, DEi\rETni o y CHlRóN. dis jr a.·
nas: KQue vuestro dolor no muera, aun- zados
que yo esté difunto.» En una palabra:
he llevado a cabo mil cosas horribles, T AMORA.-Justamente as!, en este ex·
con la indiferencia que otro pone en ma- traño y singular traje, quiero presentar-
tar una mosca; y nada, en verdad, me me a Andrónico y decirle que soy la
ha causado dolor, sino el sentimiento de Venganza, enviada desde el fondo del
no haber podido cometer otros diez mil. abismo, para unirme a él y vengar sus
Lucro.-Bajad a ese demonio. Es pre- crueles ultrajes. Llamad a la puerta de
ciso que no muera de una muerte tan su estudio, donde dicen que se encierra
dulce como ser ahorcado en medio del a. meditar extraordinarios planes y terri-
campo. bles represalias. Decidle que la Venganza
· AARÓN.-Si existen demonios, quis\era en persona viene para coligarse con él
ser demonio, para vivir y arder en el y trabajar en la ruina de sus enemi-
fuego eterno; a condición tan sólo de gos. (Llaman.)
que tuviese tu compañía en el infierno y
que pudiera atormentarte con palabras Entra TITO, arriba
amarg;as.
Lucro.-Amigos, cerradle la boca y que Trro.-¿Por qué turbáis mis medita-
no hable más. ciones? ¿Urdís una estratagema para ha.-
cerme abrír la puerta, con objeto de (!es -
Entra un Gooo vanecer mis tristes resoluciones y dP.jar
sin efecto todos mis estudios? Os cc¡ut-
Gooo.-Sefior, aquí está un mensajero vocáis, pues tengo intención de real iz:tr·
de Roma que solicita ser admitido en los. Mirad. Lo he trazado aquí con ca..
vuestra presencia. racteres de sangre; y lo que rsk1 escri(:f_,
Lucro.-Que se acerque. se cumplirá.

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900 WILLii\M · SHAKESPEARE.--OBRAS COMPLETAS

TAMORA.-Tito, vengo a hablarte. mente en tu carro vengador v descubrir


TITo.-No, ni una sola palabra. ¿Có- s, Jos asesinos extrayéndolos de sus cul-
rno puedo dar aire a mi discurso cuan- pables cuevas. Y cuando tu carro se hallt>
do me falta una mano para imprimirle cargado con sus cabezas, descenderé y
:novimiento? Tienes ventaja sobre mí. correré a pie al lado de las ruedas todo
Por consiguiente, retírate. el largo dia como un servil peatón, des-
TAMORA. ~ 3i me conocieras, quenias de la salida de Hiperión por el Oriente
hablarme. hasta que se precipite en el océano. Y
TITO.-Yo no estoy loco. Te conozco día a día tornaré a comenzar esa pe-
oien. Testigo, este brazo mutilado; tes- nosa tarea, a condlcíón de que destruyaf
r,igos, estas líneas carmesíes ; testigos, a la Violación y al Asesinato.
estas profundas arrugas, causadas por TAJvrorrA.-Estos son mis ministrns y
la pena y los cuidados; testigos, los días me acornpafian.
fatigosos y las noches apesaradas; tes- Trro.-¿Son ésos tus ministros? ¿C<í-
tigo, toda mi desesperación, de que te mo se llaman?
conozco bien como nuestra orgullosa em- TAMORA.-La Violación y el AseSinato.
peratriz, la prepotente Tamora. ¿No vie- Llevan estos nombres porque castigan a
nes a pedirme otra mano? los ciue son culpables de esos crímenes.
TAMORA.-Sabe, dolorido anciano, que TITo.-¡Gran Dios! ¡Cómo se parecen
no soy Tamora. Ella es tu enemiga, y yo ::i, los hijos de la €mperatriz ! ¡Y vos a la
.>ay tu. amiga. Soy la Venganza, enviada emperatriz! Pero nosotrns, simples hu-
-desde las regiones infernales, para des- manos, tenemos pobres e insensatos ojos
'~argarte del buitre que te roe el corazón, que nos engañan. ¡Oh dulce Venganza!
ejerciendo horribles represalias sobre tus Ahora soy contigo. Y si el abrazo de un
adversarios. Desciende y dame la bienve- solo brazo puede satisfacerte, voy a abra-
nida en este reino de la luz. Ven a con- zarte en seguida con el que me quecla.
versar conmigo de asesinato y muerte. (Sale, arriba.)
N'o hay antro sombrío, paraje oculto, va- TAMORA. - Este pacto que establezco
na oscuridad, cañada tenebrosa en ·aue con él cuadra a su locura. cualquiera in-
el asesinato sangriento, la repugnante vención que forje para alimentar la fan-
violación puedan esconderse de espanto, tasía de su cerebro enfermo, apoyadla y
donde yo no pueda descubrirlos y hacer mantenedla en vuestra conversación.
retemblar en sus oídos mi terrible nom- Porque, no me cabe duda, me toma fir-
bre, la Venganza, nombre que hace es- memente por la Venganza. Aprovechán-
tremecer a los dioses culpables. dome de su credulidad y de su loca idea,
T!To.-¿Eres tú la Venganza? ¿Y me le induciré a que haga llamar a su hijo
has sido enviada para atormentar a mis Lucio ; y cuando esté segura de él, ha-
memigos? llaré alguna. perfidia, algún golpe de
TAMORA.-Sí ; conque desciende y recí- mano para apartar y dispersar a esos
tleme. godos inconstantes, o, al menos, para
TITo. ~Comienza por hacerme algún convertirlos en enemigos suyos. Mirad.
>ervicio antes que te reciba. A tus lados vedle venir. Es preciso que represente
están el Asesinato y la Violación. Dame mi papel.
alguna seguridad de que eres, en efecto,
la Venganza. Apuñálalos o destrózalos Entra ';li:ro
bajo las ruedas de tu carro. Entonces iré
a tu encuentro y seré tu cochero y roda- T!To.-He estado largo tiempo abando-
ré contigo alrededor del Globo. Procú. nado, y eso por ti. ¡Sé bien venida, furia
rate dos vigorosos corceles, negros como terrible, en mi casa desolada! Asesinato
el azabache, para engancharlos rápida- y Violación, sed igualmente bien venido~-

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OBRllS DRllM.l.TICAS.-TITO ANDRÓNICO.- ACTO V 901

¡ Oh ! ¡Cómo os parecéis a la empera- TITO.-¡ Miarco, hermano! ¡Es el tris-


tris y a sus dos hijos! Os encuentro en te Ti to quien te llama ! (Entra MARCO.¡
buena armonía. Unicamente es falta un Parte, querido IVrarco; sal en busca de
moro. ¿Es que el infierno junto no ha tu sobrino Lucio. Le hallarás entre los
podido procuraros un demonio semejan- godos. Dile que venga a verme y que
te? Porque sé bien que jamás se mueve traiga consigo a algunos de los principa-
la emperatriz sin que lleve en su com- les príncipes de los godos. Recomiéndale
pañía un moro; y para representar con que acampen sus soldados donde se ha-
toda verdad a nuestra reina, convenrtría llen. Comunícale que el emperador y la
que tuvierais un parecido demonio. Pero emperatriz vienen a una fiesta en ca.<;a y
,;ed bien venidos comoquiera que seáis. que él la compartirá con ellos. Haz esto
i, Qué debemos hacer? por Ja amistad que me profesas, y que
TAMORA. - ¿Qué o_uerrias que hiciéra- él haga lo oue le digo, si estima la vida
mos, Andrónico? de su anciano padre.
DEMETRIO.-Muéstrame un asesino ; yo MARco.- Haré lo que ordenas, y en se-
me encargaré de él guida estaré de retorno. (Sale.)
CmnóN .-Muéstrame un malvado que TAMORA. - Voy a abandonarte, para
haya cometido una violación, que estoy ocuparme de tus asuntos, y me llevo a
enviado para tomar venganza de él. mis ministros.
TAMORA.-Muéstrame mil infames que TrTo.~No, no; que el Asesinato v la
te hayan hecho mal, y yo te vengaré Violación se queden corunigo; de lo con-
de todos. trario, digo a mi hermano que retroce-
TrTo.-Mira alrededor de ti, en las ca. da 1 no buscará otra venganza ·sino
Hes corrompidas de Roma, y cuando ad- Lucio.
viertas un hombre que se te parece, TAMORA.-( Aparte, a su.s hijos.) ¿Qué
buen Asesinato, apuñálale; es un asesi- decís, muchachos? ¿Queréis quedaros
no. Ve tú con él, y cuando por azar ha- con él, mientros voy a informar al empe-
iles a un hombre que se te asemeje, bue- rador mi señor del modo como he lleva-
na Violación, apuñálale: es un violador. do a cabo nuestra acordada estratagema?
Slgueles tú ; hay en el palacio del empe- Ceded a su fantasía, halagadle, acariciad-
rador una reina acompañada de un mo- le y permaneced con él hasta mi regreso.
ro; podrás reconocerla fácilmente com- TITO. - (Aparte.) Los conozco bien,
parándola contigo, pues se t e parece de aunque me suponen loco. Yo cogeré en
pies a cabeza. Te conjuro a que Je hagas su propia perfidia a este par de perros
sufrir alguna muerte violenta; que vio- malditos del infierno y a su madre.
lentos han sido para mi y los míos. DEMETRIO.-( Aparte, a TAMORA.) 8efio-
T llMORA.-Nos has alecionado bien; 10 ra, partid cuando os plazca. Nos queda-
ejecutaremos; pero si quisieras, buen rnos aquí.
Andrónico, mandar a llamar a Lucio, tu TAMORA. - Adiós, Andrónico. La Ven-
valeroso hijo, Que conduce a Roma un ·ganza va urdir un plan para sorpren-
ejército de intrépidos godos, e invitarle der a tus enemigos. (Sale.)
a venir a un banquete a tu casa, cuando TrTo.-Ya sé que vas a ocuparte de
esté aquí, en medio de la fiesta solem- ellos. Adiós, querida Venganza.
ne, traeré a la emperatriz y a sus hijos, CHIRÓN.-Dinos, anciano. ¿Cómo pien-
al emperador mismo y a todos tus ad- sas emplearnos?
versarios, y ellos se arrodillarán .v se TITO.-¡ Bah l Tengo bastante trabajo
pondrán a tu merced. Y podrás desaho- para vosotros. ¡ Publio, Cayo, Valentln 1
gar sobre ellos tu corazón irritado. ¿Qué ¡Venid pronto!
respondes a esta proposición, Andró-
nico?

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tl02 WILLIAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

béis que vuestra madre regresará a to··


Entran Punuo y otro~
mar parte en mi festín, que se da e!
PUBLIO.-¿Qué deseáis? nombre de Venganza, y que me cree loco.
TITo.-¿Conoces a estos dos? ¡ E5cuchad, malvados! Reduciré a polvo
Pusuo.-Los hijos de la emperat-riz, vuestros huesos, formaré una pasta con
creo : Chirón y Demetrio. vuestra sangre, y de la pasta un pastel,
TITO. - ¡Quita allá, Publio ! ¡Quita donde haré entrar vuestras cabezas odio-
allá! Te engañas enormemente. Uno es sas. Y diré a esa prostituta, a vuestra
el Asesinato; el otro se llama Violac:ón. execrable madre, que devore, como la
Por consiguiente, amárralos, buen Publio. tierra., su propia progenitura. He ahí la
i cayo, Valentín 1 ¡Manos a ellos! i Con comida a que la he invitado, y he aquí
frecuencia me habéis oído desear este los platos en que se cebará. Vosotros ha-
instante, y, por fin, lo hallo! ¡Atadlos béis tratado a mi hija más cruelmente
bien, y cerradles la boca si quieren gri- que lo fué Filomela; yo quiero vengarla
tar! f Sale; PUBLIO, etc., se apoderan, más cruelmente que Progne. ¡Vamos,
atándolos, de CHIRÓN y DEMETRIO.) preparad vuestras gargantas! ¡Ven, La-
CHIRÓN.- ¡Atrás, villanos! ¡Somos los vinia ! (Los degiiella.) ¡Recibe la san-
hijos de la emperatriz! gre 1 Y cuando estén muertos, dejad que
PUBLIO.- ¡Y por eso hacemos lo que reduzca sus huesos a polvo impercepti-·
se nos ha mandado! ¡Cerradles la boca 1 ble; que los humedezca en este odioso
¡ Que no puedan articular una palabra ! licor y haga cocer sus cabezas en este
¿Están bien amarrados? Procurad que pastel horrible. Vamos, ayúdeme cada
vuestro lazo sea fuerte. uno a preparar el banquete. Quiero que
sea más atroz y sangriento que el festín
Vuelve ce entrar TITO con LAVINIA; el!cc lleva de los Centa.uros. Así, traedlos en segui-
1l1W jofccincc. y él. un cuchillo da. Seré el cocinero y los tendré prepa-
rados para el regreso de su madre. (Sale.
TITO.-¡ Ven, ven, Lavinia ! ¡Mira a llevándose los cadáveres.)
tus enemigos amarrados 1 Seftores, ce-
rradles bien la boca; que no me hablen ;
pero que oigan las palabras terribles que ESCENA III
profiero. ¡Oh malvado Chirón y Deme-
trio ! He aquí la fuente pura que man- El mi~1no lugar.-Patlo de la casa de Tit<.l
chasteis de barro. He aquí la bella pri- Se ve un banquete preparado
mavera que mezclasteis con vuestro in-
vierno. Habéis dado muerte a su esposo, Entran. Lucio. MARCO y Gooos, con /\ARóN.

y por esta acción vil sus hermanos han prisjonero


sido condenados al suplicio; mi mano
ha sido cortada y de ella habéis hecho Lucro.~Tío Mlarco, pues es voluntad
alegres burlas; sus dos lindas manos, su· de mi padre que venga a Roma, estoy
lengua, y Oo que era más precioso aún satisfecho.
que su lengua y que sus manos), su cas- Gono 1.0 -Y nosotros contigo, dispon-
tidad sin tacha, inhumanos traidores, las ga lo que quiera la fortuna.
habéis mutilado y violado. ¿Qué respon- Lucro.-Querido tío, encargaos de este
deríais si os dejara hablar? ¡Oíd, mise- bárbaro moro, de este tigre hambriento,
rables, cómo me propongo martirizaros! de este maldito diablo ; que no reciba
Todavía me queda esta mano para cor- alimento alguno; amarradle hasta que
taros la garganta; mientras, Lavinia se le ponga frente a frente con la em-
tendrá entre sus manos la jofaina que peratriz, para testimonio de sus horren-
va a recibir vuestra sangre. criminal. Sa- das acciones; y cuidad de que la embos-

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OBRAS DRAMÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO V 903
cada de nuestros amigos esté con las Trro. - Lo estaríais seguramente si
armas en la mano. Temo que no nos Vuestra Majestl.!.d pudiera leer en el fon-
vea con agrado el emperador. do de mi corazón. Gran emperador, re-
AARÓN.-Que algún demonio murmure solvedme este problema : el fogoso Vir-
sus maldiciones en mis oídos y me ins- ginio, ¿hizo bien en matar a su hija
pire, para que riJ.i lengua exhale todo el con su propia mano, porque había Rido
veneno que se acumula en mi corazón. violada, mancillada y deshonrada?
Lucro.-¡ Atrás, perro inhumano ! ¡Es- SATURNINO.- Hizo bien, Andrónicu.
clavo infame! Señores, ayudadle a mi TITO.-¿ Una razón de ello, podernso
tío a conducirie. (Salen Godos con AARÓN. señor?
Suenan trompetas.) Las trompetas anun- SATURNINO.-Porque su hija no debia
cian la llegada del emperador. sobrevivir a su deshonra y renovar sin
cesar con su presencia Ios dolores de su
padre.
H utran SATURNINO y T A140R .'i; cou. EMILIO ,
Senadores. Tribunos y otros
TITO.-Es una razón alta, decisiva y
convincente; un ejemplo, un preceden-
SATURNINO.- i Cómo! /,El firmamento te, un modelo para que yo, el más des-
t.iene más de un sol? graciado de los padres, lo siea. ¡Muere,
Luc10.-¿De qué te sirve llamarte a ti muere, Lavinia, y tu vergüenza conti-
mismo sol? go ! ¡ Y con tu vergfümza muera tam-
MARCO.-Emperador de Roma; y vos, bién el dolor de tu padre! (Mata a LA-
sobrino mio, entablad la conferencia. Es- VINIA.)
ta querella debe discutirse tranquilamen- SATURNINO. - ¿Qué has hecho, padre
Lc. Todo está dispuesto para el festín bárbaro y desnaturalizado?
que el cuidadoso Tito ha ordenado con TITO.-¡ Matarla, por haberme hecho
un hermoso fin, el de la paz, la a mistad, ciego, a fuerza de llorar! Yo soy tan des-
la unión y el bien de Rom a . Di gnaos dichado como fué Virgilio, y tengo mil
avanzar y cubrid vuestros puestos. razones más para esta violencia ; y la h"
SATURNINO.-Lo hacemos. Ma rco. ( Sue- cometido ahora.
nan los oboes.) SATURNINO.- i Cómo! ¿Es qué fué vio-
\ lada? Dime : ;,quién realizó tal aeto?
TITo.-¿Os place comer? ¿Place ali-
Entran TITO, vestido de cochero; LA.vINIA , -qe -
/ada; el joven Lucio y otros. TrTo co loc a lo i
mentarse a Vuestra Alteza?
platos sobre la m eso. TAMORA.-¿Por qué has matado así a
tu hija única?
TITO.-Sed bien venido, mi r esp etable TITo.-¡No he sido yo! Fueron Chi-
s oberano. Sed bien venida, temida reina. rón y Demetrio. Ellos la violaron, ellos
Salud, belicosos godos. ¡Salve, Lucio 1 le cortaron la lengua; ellos fueron, si,
Sed todos bien venidos. Aunque el ban- los que r ealizaron todo este mal.
quete sea poco espléndido, bastará para SATURNINO.-¡ Que se los traiga ante
llenar el ·estómago. Dignaos comer. nosotros inmediatamente!
SATURNINo.-¿Por qué est áis ataviado TITO.- ¡Bah! ¡Los dos están aquí, co.
a.si, Andrónico? cidos en este pastel, de que su madre SP
'l!TO.-Porque quería asegurarme de ha alimentado tan exquisitamente! Ha
.que todo estuviera en orden para feste- comido la carne que ella misma engen.
jar a Vuestra Majestad y a vuestra em- dró. Es la verdad; es la verdad. Lo ate:;-
peratriz. tiguo con la punta afilada de mi cuchi-
TAMORA. - Os esta mos agradecidos, 110. (Mata a TAMORA.)
buen Andrónico. SATURNINO. - ¡Muere, loco, miRerahl1',

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H04 WILLIAM SHAKESPEARE.-Oll){AS COMPLETAS

por esta abominable acción! (Mata a ble auditorio, que los execrables Ch!rón
TITO.) y Demetrio fueron los que asesinaron al
Lucw.~¿Pueden los o.íos de un hijo hermano de nuestro emperador y los que
mirar correr la sangre de su padre? ¡ He deshonraron a nuestra hermana, por
aquí salario por salario, muerte por acto cuyos atroces crímenes fueron decapita-
mortal 1 (Mata a SATURNINO. Gran tu- dos nuestros hermanos. Sabed que las
multo. La gente se dispersa· confusarnen- lágrimas de nuestro padre han sido me-
te. MARCO, Lucro y otros partidarios se nospreciadas; que, ;;ior un engaño vil,
dirigen a un balcón.) fué privado de aquella mano fiel que ha-
MARco.- ¡Pueblo e hijos de Roma, de bía sostenido las guerras de Roma y pre-
qllienes veo las caras tristes, aue este cipitado a sus enemigos en la tumba. sa-
tumulto dispersa como una bandada de bed, en fin, que yo he sido desterrado
pájaros separada por los vientos v el injustamente, que se me cerraron las
torbellino de la tempestad ! Dejadme en. puertas y que, llorando, he sido lanzado
señaros el modo de relUlir de nuevo en y reducido a solicitar auxilio de los ene-
un haz 1'.mico estas espigas dispersas y migos de Roma, que han sumergido su
de formar otra vez de estos miembros odio en mis lágrimas sinceras y me han
separados un solo cuerpo. Que Roma no abierto sus brazos para recibirme como
sea el azote de ella misma, y que la que un amigo. Y yo soy el desterrado, con-
ve inclinarse ante ella vastos y podero- viene que no lo olvidéis, que he protegi-
sos reinos, desde hoy, como un errante do la seguridad de Roma al precio de
proscrito en la desesperación v el aban- mí sangre y desviado de su seno el hie-
dono, ejerza sobre sí lUla justicia ver- rro enemigo para hundirlo en mi cuerpo
gonzosa. Pero si estos signos de vejez, intrépido. 1Ah! Sabéis que no soy un
estas profundas arrugas de la edad, tes- hombre que le guste alabarse. Mis· heri-
timonio serio de mi larga experiencia, das, mudas como son, pueden atestiguar
no pueden induciros a escucharme (A que mi testimonio es justo y lleno de
Lucro.) hablad vos, amigo querido de verdad. Pero, ¡ basta! Juzgo que me ex-
Roma, como un tiempo nuestro antepa- tiendo demasiado hablando aqui de mis
sado, cuando su lengua patética narró débiles méritos. ¡Oh, perdonadme! Por-
al oído atento de la enamorada y triste que los hombres han de alabarse a si
Dicto la historia de aquella noche de lla- propios cuando carecen de amigos aue
mas y de desastres en que los pérfidos lo hagan.
griegos sorprendieron a la Troya del rey MARco.-Ahora es cuando me toca ha-
Príamo. Decidnos qué Sinón habia en- blar. Mirad este nifio. Es el que dió a
cantado nuestros oídos o quién introdujo luz Tamora; la progenitora de un mo-
dentro de la casa la maquina fatal que ro impío, primer arquitecto y autor de
causó una herida fatal a nuestra Troya, todos estos males. El malvado está vivo
a nuestra Roma. Mi corazón no está for- en la casa de Tito, qispuesto a probar
mado de pedernal ni . de acero, y no pue- la verdad del hecho. Juzgad, pues, la
de expresar nuestro amargo dolor sin razón que asistía a Tito para tomar
que olas de lágrimas vengan a sofocar venganza de estos inauditos ultrajes, por
mis acentos y a interrumpir mi discur- encima de la paciencia o más allá de lo
so en el instante mismo en que excitaba que puede soportar el hombre. Ah·~ra
más vuestra atención y enternecía vues- que habéis oído la verdad, ¿qué decís,
tros corazones emocionados de piedad. romanos? ¿Hemos realizado algo injus-
He aquí un capitán: que él mismo haga to? Mostradnos ciué, y desde el sitio en
el relato. Vuestros corazones palpitarán, que nos veis, cogiéndonos de la mano.
y lloraréis al escucharle. nos precipitaremos juntos, destruiremos
Lucro.-Séaos, entonces, conocido, no- lo que resta de la triste familia de 108

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OBRAS DRAMÁTICAS.-TITO ANDRÓNICO.-ACTO V 905

Andrónicos, aplastaremos nuestros crá- como amable niño, vierte algunas lágri-
neos contra las piedras desiguales y ex- mas de tus jóvenes ojos y paga el tribu-
tinguiremos de w1 solo golpe nuestra to que pide la Naturaleza. Los amigos
{:asa. Hablad, romanos; hablad. Y, si lo asocian a sus amigos a sus dolores .v a
ordenáis, ved : Lucio y yo vamos, mano sus penas. Dale tu último adiós. Deposi-
a mano, a precipitarnos al fonclo. tale en su tumba. Ríndele este servicio
EMILIO.- Venid, venid, respetables ciu- y despídete de él.
dadanos de Roma, y conducid dulcemen- MOZALBETE. - ¡Oh! ¡Abuelo, abuelo!
te por la mano a nuestro emperador, a 1 De todo corazón quisiera estar muerto,
nuestro emperador Lucio, pues estoy se-1 y que a este pri:_cio estuvier~is .vos vivo
guro de qne todas las voces Je nombra- todavía. ¡Oh senor ! ¡ Mis lagnmas. me
rán por grito unánime. impiden hablar! ¡Mis lágrimas me aho-
ROiVIANOs.- ¡Viva Lucio, soberano· em- gan, si abro los labios!
perador de Roma!
MARCO.-( Al séquito.) Id a la triste vuelven a entrar to s del séquito de
casa del viejo Tito y traed aqui a ese AARóN
im,pío moro para condenarle a alguna
rm¡erte sangrienta y cruel, en castigo ROMANO 1.0 -Triste familia de los An-
de su abominable vida. (Salen personas drónicos, finalizad el acto con la desgra-
de¡ séquito. LUCIO y MARCO y los otros cía. Pronunciad la sentencia contra el
descienden.) execrable malvado autor de estos trági-
RoMANOS.- ¡Salve, Lucio! ¡Salve, in- cos sucesos.
signe gobernante de Roma! LucIO.-Enterradle bajo tierra hasta el
Lucw. -Grac;.21s, generosos romanos; pecho y dejadle morir de hambre. Que
asi pueda gobernar de modo que cure se quede allí y que enloquezca y grite
las dolencias de Roma y borre sus de- pidendo alimento. Si alguno le socorre
sastres. Pero, buen pueblo, concededme y se compadece de él, morirá por este
algunos instantes, pues la Naturaleza me cl'imen. Tal es nuestra disposición. Que
impone una tarea penosa. Permaneced algunos de vosotros permanezcan y cui-
tados a distancia. Y vos, tío, acercaos den de que se le amarre a tierra.
para derramar lágrimas fúnebr es sobre AARÓN.- ¡ .Oh! ¿Por qué será muda la
su cadáver. ¡Oh! ¡Recibe este beso ar- rabia y el furor guardará silencio? No
diente en tus labios pálidos y fríos (Be- soy un niño para ir a arrepentirme con
sa a TITO.) estas gotas de dolor en tu bajas plegarias de los males que he he-
rostro ensangrentado, tr.istes y postreros cho. Quisiera, si pudiese realizar mí vo-
deberes de tu noble hijo! luntad, cometer diez mil actos peores
MARCO.-- Llanto por llanto y tierno por que los Que he cometido; y si alguna vez
tierno beso deposita en t1,;s labios tu en mi vida se me ocurrió una sola acción
hermano Marco. ¡Oh! Aun cuando la buena, me arrepiento de ella con toda
suma. de Jos que debiera darte fuese mi alma.
infinita, imposible de contar, te los pa- Lucrn.~Que algunos buenos amigos se
garía~ no obstante. lleven de aquí el cuerpo del emperador
Lucrn.-Ven acá, muchacho. Ven, ven y le den sepultura en la tumba de su:-;
y aprende de nosotros a fundirte en una mayores. Mi padre y Lavinia serán en-
lluvia de lágrimas. Tn abuelo te quería terrados en el monumento de nuestra
bien. Mil veces te ha hecho bailar en familia. En cuanto a esta tigresa, est.a
sus rodillas, te ha dormido cantando, Trunora, ningunos ritos funerale:-i le sr-
mientras su tierno seno te servía de ca- rán concedidos; nadie vestirá. por rlla
becera. Te ha contado mil cuentos apro-1 de luto; ninguna campana fúnebre do-
píados a tu infancia. En reconocimiento, . blará en sus exequias; sino arrójesela a

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90(] WILLIAM SHAKESPEARE.-OBRAS COMPLETAS

las bestias salvajes y a las aves de pre- principio de todos nuestros desastres. En
sa. Su vida fué la de una bestia feroz; seguida nos pondremos a trabajar para
vivió sin piedad, y, por consiguiente, no ordenar bien el Estado, a fin de que se-
ha de hallarla. Cuidad de que se haga mejantes acontecimientos no vengan.
justicia en Aarón, en este infame moro, nunca a precipitar su ruinR. (Salen.)

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