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DROGODEPENDENCIA EN LA

ESCUELA SECUNDARIA
Nos parece de vital importancia dar espacio a un tema tan complejo e importante
como la adicción a las drogas en la adolescencia. Edad crucial para la conformación
biológica, y la forja de una personalidad que implique un destino responsable en la
sociedad. La droga y su consumo problemático en la juventud es un destructor de
todo tipo de proyección y autonomía.
En principio, la adicción a las drogas -al hablar de drogas incluimos el tabaco,
alcohol y fármacos, además de ser considerados legales- es una enfermedad
declarada por la OMS como crónica, es decir, incurable. También, tiene la
característica de ser progresiva y mortal. No puede curarse, sino detenerse dentro
de un proceso de rehabilitación constante.
Es relevante dar cuenta de los mecanismos que la droga desata a nivel cerebral. La
sustancia exógena que consume el adicto trabaja en el núcleo accumbens situado
en áreas subcorticales y su relación con el sistema límbico. Este núcleo es el
encargado del sistema de habituación generada por la recompensa que se obtiene
de la recepción de distintos neurotransmisores como la dopamina, serotonina y
glutamato, etc. Estos son naturalmente administrados al comer, tener relaciones
sexuales o hacer deportes, dormir. Son hábitos naturales que permiten nuestra
supervivencia y bienestar. Es decir, comporta los sentimientos de placer, felicidad,
euforia, etc. El núcleo accumbens tiene estrecha relación con el sistema límbico.
Este se encarga de procesos de memorización, entre otros; y, además, se vincula
con el lóbulo frontal que infiere en tareas como la toma de decisiones y la
planificación.
Drogas como la cocaína elevan a un 200% la recompensa de los
neurotransmisores, siendo el sexo un 100% y la alimentación un 50%. Esta
duplicación en el sentimiento de placer la vuelve extremadamente adictiva y
descompensa el sistema de recompensa natural. El adicto se encuentra en una
verdadera trampa. Mientras los placeres cotidianos no son comparables con los de
la droga, se encuentra en una insatisfacción que exige una dosis más. Al seguir
consumiendo la capacidad para sentir placer con actividades normales disminuye, y
se necesita de la droga para conseguir niveles normales de recompensa. A su vez,
el sistema genera una resistencia a la droga por asimilación lo que obliga a tener
que consumir una dosis mayor porque no se consigue el mismo efecto.

ÍNDICE DE CONSUMO, SEDRONAR

En nuestro país, el grupo etáreo de 10 a 20 años extensivo a los 25 con la etapa


juvenil, constituye un grupo vulnerable de aproximadamente 3.400.000 personas y
representa el 8,7% del total de población.
En 2004, SEDRONAR, en adolescentes, de 12 a 15 años encontraron que el 49,7%
de ellos consumían tabaco y alcohol, el 39% alcohol. Entre los antecedentes, el 5%
de los familiares consumían alguna sustancia y el 20% de los amigos también lo
hacían.
Encontraron que el haber tenido antecedentes en la infancia y adolescencia de
trastornos de conducta, adaptación escasa a la escuela, predominio de actitudes
hedonistas y relación familiar pobre, constituyen factores predictores del consumo
de tabaco, de alcohol y de marihuana.
Observaron que el consumo de sustancias es el doble en frecuencia en la
adolescencia media y tres veces más frecuente en la adolescencia tardía.
La búsqueda del conocimiento sobre las motivaciones que llevan a los adolescentes
al consumo de sustancias psicoactivas y especialmente en este grupo etárea, por
ser la edad de inicio más frecuente con los severos daños que ocasionan hacia sí
mismos y hacia terceros, promovió la presente investigación, subsidiada por
SEDRONAR.

OBJETIVOS
Estimar la prevalencia del consumo manifiesto de sustancias psicoactivas e
identificar el perfil de consumo en base a los factores de riesgo en la población
escolarizada en escuelas de Educación Común.

POBLACIÓN OBJETIVO
Adolescentes , de 15 a 18 años de edad, de ambos sexos, estudiantes de 1º, 2º y 3º
del Polimodal del Conurbano Bonaerense.
RESULTADOS
Se encuestaron 1.755 adolescentes entre 15 y 18 años de edad, concurrentes a
escuelas Polimodales. El 61% del sector estatal y el 38,6% privado. Del total
encuestado el 56.8% fueron mujeres. La prevalencia de consumo de tabaco ha sido
del 60,1%, sin señalar diferencias según sexo. Los varones dijeron consumir alcohol
en el 88,9% y las mujeres el 81,1%, la prevalencia fue del 84,5% El consumo de
marihuana fue del 15,6%, francamente superior en los varones, 23,5% que en las
mujeres, 9,6%.

FACTORES ASOCIADOS AL CONSUMO DE ALCOHOL

Perfil de Riesgo
Los adolescentes varones cuya madre consumía tabaco o hermanos que
consumían tabaco tendrían mayores probabilidades de consumir alcohol.

Perfil Protector
Aquellos adolescentes que refirieron no hacer cosas peligrosas , no tener amigos
consumidores de tabaco o alcohol tendrían menos probabilidades de consumirlo.

FACTORES ASOCIADOS AL CONSUMO DE MARIHUANA

Perfil de Riesgo

Aquellos que referían tener alguna discapacidad o participaban de juegos prohibidos


presentaron una mayor probabilidad de consumir marihuana.

Perfil Protector

Los adolescentes que manifestaron que la “religión” era muy importante para ellos,
no hacían cosas peligrosas y no tenían amigos consumidores de drogas
presentaron menores probabilidades de consumir marihuana.

FACTORES ASOCIADOS AL CONSUMO DE LA COCAÍNA

Perfil de Riesgo
Aquellos que tenían los antecedentes de haber padecido convulsiones, y
tener hermanos que consumían tabaco tenían mayores probabilidades de
consumir cocaína.

Perfil Protector.
Los adolescentes que dijeron tener muy buenas notas, practicaban deportes
algunas veces a la semana o varias veces,estaban conformes con la relación
familiar y no tenían amigos golpeadores tenían menos probabilidad de consumo.

FUNCIÓN DE LAS DROGAS A NIVEL CEREBRAL

Las drogas actúan sobre el sistema nervioso autónomo a través del estímulo que
desencadenan los distintos neurotransmisores en la sinapsis. El SNA se divide en
dos partes. El sistema simpático que participa en los procesos de alerta, dilatación
de las pupilas, aumento de la frecuencia cardiaca e inhibición del sistema digestivo
son varios de los síntomas que presenta su activación; y, el sistema parasimpático
encargado de los procesos que involucran la relajación, al contrario, genera una
contracción de las pupilas, disminución del pulso cardíaco y estimula el sistema
digestivo.
Hay que distinguir las drogas que se asimilan dentro de un sistema endógeno del
cuerpo humano como la marihuana y los opioides, estos al ser una sustancia
externa que activa el propio sistema desencadena efectos distintos a los que
acostumbra por medio de esos sistemas; por otro lado, las drogas como la cocaína
o el alcohol directamente estimula los neurotransmisores propios al no tener una
estructura química similar que permite adherirse a la neurona como si fuesen un
neurotransmisor natural.

Alcohol
La bebida opera sobre el sistema parasimpático al incrementar la segregación del
neurotransmisor GABA que inhibe la sinapsis de glutamato disminuyendo las
neurotransmisiones que excitan el cerebro. A su vez actúa en 3 partes del cerebro: la
corteza prefrontal, el hipocampo y el cerebelo. El lóbulo frontal como antes lo
señalamos actúa sobre el autocontrol y la toma de decisiones -parte del cerebro que
todavía está en proceso de conformación en la adolescencia, por eso es mucho peor.
Las otras dos que se integran en el sistema límbico llevan a cabo tareas de
memorización y regulación emocional, el hipocampo, y funciones como la motricidad
y el equilibrio, el cerebelo. Todo esto se ve afectado por la intoxicación alcohólica. A
su vez, hay un estímulo de neurotransmisores dopaminérgicos que como explicamos
anteriormente opera sobre la recompensa, el placer y la repetición. En conjunto de la
inhibición del lóbulo frontal lleva a un consumo compulsivo por no analizar el riesgo
del trago que produce placer.
Algunos de los efectos a largo plazo del alcohol son hipertensión arterial, alteraciones
del sueño, gastritis, agresividad, úlcera gastroduodenal, depresión, cirrosis hepática
disfunciones sexuales, deterioro cognitivo, demencia, cáncer, psicosis.

Cocaína
Esta sustancia opera sobre la sinapsis neuronal activando el sistema simpático. La
conexión neuronal es dado por la sinapsis, la comunicación entre neuronas, que
funciona por medio de los neurotransmisores. Entre neurona y neurona se da un
espacio presináptico de donde viaja el neurotransmisor hacia un espacio postsináptico
adhiriéndose a los receptores. Luego, comienza un procedimientos de reciclaje donde
el neurotransmisor vuelve al espacio presináptico. La cocaína afecta bloqueando el
regreso del neurotransmisor, principalmente la dopamina; por lo tanto hay una
acumulación de dopamina, por ejemplo, en el espacio sináptico lo que genera estados
de euforia y placer. Tener en cuenta los síntomas que desencadena el sistema
simpático antes explicados. Ya que estos serán los de la cocaína en un alto grado.
Algunos de los efectos de la adicción a esta droga a largo plazo son problemas
cardíacos y respiratorios, desintegración del tabique nasal y perforación del cráneo,
estados de paranoia y psicosis, anorexia o malnutrición, entre otros.

Marihuana
El sistema endocannabinoide está compuesto de receptores cannabinoides y los
endocannabinoides que interactúan del mismo modo que lo hacen una cerradura y su
llave. Este sistema endógeno cumple funciones como la modulación de la liberación
de neurotransmisores, la regulación de la percepción del dolor y las funciones
cardiovasculares, gastrointestinales y hepáticas. También, una de sus principales
funciones es la regulación de la homeostasis en el cuerpo. Los cannabinoides y
fitocannabinoides sintéticos, la marihuana, puede funcionar como llave por
asimilación para activar este sistema. Los efectos son distintos ya que los causa un
agente exógeno. Este sistema de neurotransmisión no solo se encuentra en el cerebro,
sino está distribuido en distintas partes del cuerpo. Sus dos principales receptores
cannabinoides son el CB-1 y CB-2. Los primeros se expresan de forma elevada en el
hipocampo, los ganglios basales, el córtex y el cerebelo, y también en órganos
periféricos como los adipocitos, el hígado, los pulmones, la musculatura lisa, el tracto
gastrointestinal, las células pancreáticas ß, el endotelio vascular, los órganos
reproductivos, el sistema inmunológico, los nervios periféricos sensoriales y en los
nervios simpatéticos. La presencia de receptores CB-2 también se ha demostrado en el
sistema nervioso central (CNS), en los astrocitos, en las células microgliales y en las
neuronas del tallo cerebral. Estos median los comportamientos emocionales tales
como la esquizofrenia, la ansiedad, la depresión, la memoria y la nocicepción.
Los endocannabinoides actúan como neuromoduladores que inhiben la liberación de
otros neurotransmisores, tales como GABA -la inhibición de este neurotransmisor en
las neuronas dopaminérgicas estimula la liberación de dopamina indirectamente- y
glutamato. Este poder de modulación lo tienen al ser neurotransmisores retrógrados ya
que se liberan en la neurona postsináptica hacia la hendidura presináptica,
adhiriéndose para disminuir la actividad neuronal. No obstante, tiene implicancias
sobre el sueño, el apetito, la percepción del dolor y la reducción del estrés. La
marihuana y su componente THC colapsa y prolonga este proceso natural. Generando
efectos como la disminución de los reflejos, la perturbación de memoria a corto plazo
y los procesos mentales superiores tales como el aprendizaje. Grandes dosis de THC
puede generar efectos contrarios como el estrés, ansiedad o miedo, en vez de
reducirlos. Los efectos a largo plazo son todavía discutidos. Un experimento en ratas
demostró la afección sobre el aprendizaje y la memorización.

DOCENCIA: PREVENCIÓN, RECONOCIMIENTO Y


RESPONSABILIDAD DESDE EL AULA

Nuestra primer tarea como docentes es reconocer desde donde puedo trabajar el
problema de la drogodependencia mediante el área de conocimiento en la que me
especializo. Hay que tener en cuenta que los programas de ESI incluyen el cuidado
a uno mismo, y ver en que forma se puede relacionar. Ya que muchas
enfermedades sexuales se pueden transmitir por el consumo de drogas compartido.
El eje fundamental para la prevención del consumo de drogas es la concientización
por medio del conocimiento. Frente a la preponderancia de la curiosidad en la pre
adolescencia y la adolescencia hay que brindar en conocimiento necesario de los
riesgos que se asumen a la hora de consumir sustancias tanto legales como
ilegales.
Por otro lado, el reconocimiento del problema en un alumno es una tarea donde las
herramientas que nos brinda nuestro conocimiento sobre la drogodependencia se
pone de manifiesto. Hay que estar preparado para saber reconocer los síntomas
que presentan las distintas drogas, y siempre tener un comunicación con la
dirección y asistencia psicológica del instituto si la hay. También, es importante
reconocer los comportamientos de nuestros alumnos. El aislamiento, la irritabilidad,
dormir en clase o intentar llamar constantemente la atención son indicios de que
algo está andando mal.
La comunicación del colegio con los padres es fundamental, a veces es complicada
pero se necesita un análisis del entorno de un alumno que está pasando por un
consumo problemático. Todo asunto de drogodependencia debe ser siempre
atendido con máxima discreción y responsabilidad ya que es un tema sensible y que
la sociedad tiende a juzgar no comprendiendo que es una enfermedad.

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