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UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
DERECHO DISCIPLINARIO
Muchos estudian derecho por dinero, prestigio, presión familiar, porque se dice que
es una profesión ejemplar, pero inicialmente creo que un verdadero abogado tiene las
motivaciones correctas para ejercer su profesión, busca justicia y ayudar en lo que le
compete, porque es en las motivaciones equivocadas que empiezan a quebrarse los
otros elementos como la fuerza interior, la sensación de justicia, la mora, el secreto
profesional, la sensibilidad, la defensa, entre otras más.
Ahora el carácter, como sostener el poder sin una estructura, de que te sirve
conquistar una ciudad sino puedes tener dominio de ti mismo, el contenido de un
abogado necesita un recipiente flexible y fuerte para mantenerse en medio de las crisis
inesperadas, las presiones de otros actores, la injusticia y tantas cosas más que
intentan doblarnos.
La moral, que aunque con el paso del tiempo ha ido cambiando, porque se va
adaptando a la sociedad y su desarrollo, personalmente pienso que solo permanece lo
que es verdadero, lo incorruptible, lo que cambia es totalmente pasajero, el abogado
debe encontrar esa moral incorruptible que se mantiene a través del tiempo y de los
cambios, porque los principios que rigen la tierra siempre serán los mismos.
y por última característica en este punto, la pasión, ¿Qué nos mantiene vivos si no
es la pasión que nos enciende?, sino seriamos como robots que actúan sin corazon, la
pasion en el abogado es lo que le da esa calidez humana, esa piel de oveja que acerca
a otras, pero para que el fuego no se apague hay que alimentarlo y cuidarlo.
El mismo ejercicio de ser abogado nos forma el carácter que necesitamos para
serlo, es importante tener un fuerte concepto propio, asimilar con rapidez la
información y decidir arriesgadamente, olvidar la comodidad personal para poner
primero el interés de quien confía en nosotros (así como los médicos) nuestra misión
se expresa por medio del arte del derecho.
El abogado no se hace con el título sino con las duras experiencias que lo forman,
siguiendo la comparación del médico, no es doctor quien sabe mucho, sino quien
aplica su conocimiento para sanar al paciente y para esa aplicación necesitamos de
cierta fuerza interior, cualquiera que sea tu profesión debes confiar en ti, en tus
capacidades, tus talentos, habilidades, los dones que te ha dado Dios y en el esfuerzo y
trabajo duro que te han traído hasta donde estas.
Nadie nace sabiendo, hay fuerza en saber que todos nos equivocamos, sin importar
lo mucho que nos esforcemos o estudiemos, nada es para siempre y no siempre
podemos estar en lo correcto y tener la razón, hay fuerza interior en aceptar el error
como parte de la vida y de la vida profesional.
Lo importante es fiarse de uno mismo, vivir nuestra vida, seguir nuestras propias
reglas y desatender lo demás, la responsabilidad es solo nuestra, no podemos atribuirle
a las circunstancias u otras personas nuestros errores, ahora cuando estoy claro en lo
que defiendo, no me debo alterar por la contraparte.
Aquí podemos ver al abogado como actor social que sirve a la comunidad, que
sirve a la sociedad, para adaptar el derecho a las necesidades actuales, porque hay
muchas leyes bien redactadas pero poco vividas y es aquí donde el abogado entra
como un actor que lleva las cosas de lo escrito a la realidad o de la realidad al escrito.
Por eso no sólo hay que preguntarse en consulta jurídicamente ¿que se puede hacer
aquí o que nos permiten las leyes resolver? sino ¿cuál es el propósito? ¿Qué riesgo se
corre quién es realmente esta persona? ¿ y qué es lo que se propone? ¿Qué haría yo?
¿dónde está lo justo en este caso? y ver el apoyo legal como algo secundario que rodea
todo esto.
Porque el verdadero abogado es el que encuentra el derecho en la vida y no en los
libros. ¿Qué hipocresía? es esa de buscar en la Ley soluciones contrarias a las que nos
traza nuestro convencimiento? Uno u otro lado debe ser hija de la sensación. Claro
que esta sensación es un simple reflejo de todo el cuerpo doctrinal que el jurista lleva
en su alma. Por donde la sensación es aquí el vehículo de la justicia.