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COMUNIÓN DIARIA
La práctica de la intimidad profunda con Dios
Bernardo Stamateas
- 1ª edición -
2020
Presencia de Dios
Jose Bonifacio 332, Caballito,
Buenos Aires, Argentina
Tél.: (54011) 4924-1690
www.presenciadedios.com
Bienvenidos 7
Introducción:
“Si lo ves, lo ves. Si no lo ves, no lo ves” 11
Capítulo 1:
Todo se trata de la comunión diaria 15
1. Cómo descubrí lo más importante 15
2. Voy a la reunión en la que disfruto al Señor. Y
luego, cuando me voy a casa, ¿cómo sigue mi
comunión con Él? 20
3. El problema más grande de la vida cristiana es
la falta de comunión diaria con el Señor y la
solución a ella es tener “comunión diaria”. 23
Capítulo 2:
Qué es la comunión 29
1. Comunión es un mutuo disfrute 30
2. Comunión es el fluir de la vida Zoe en mí 31
3. Niveles de comunión 32
4. La profundidad de Dios: “el lugar sercreto”, “Su
recámara”. 36
5. La pregunta clave 39
6. Palabra y experiencia 42
3
Capítulo 3:
Ejercicio 1. Invocar al Señor. Maneras de
disfrutar de Él y fluir en la vida Zoe 47
Capítulo 4:
Ejercicio 2. Compartir cada situación, a cada
instante, con Él 51
Capítulo 5:
Ejercicio 3. Parte A: Adorar al Señor 57
1. Cuando le hablamos a Él de lo que Él es, Él crece
en nosotros 57
2. Antes de hacer algo... 61
3. Hablar adoración 62
Capítulo 6:
Ejercicio 4. Parte B: Adorar al Señor 67
1. Leé unos versículos de La Biblia, agregales
música y cantalos 67
2. Te propongo también que “inventes” una
canción 68
3. Hacer un instrumental 69
4. Cantar la oración 70
5. Meditar orando una poesía 71
Capítulo 7:
Ejercicio 5. El Silencio 75
4
Capítulo 8:
Ejercicio 6. Lo entrego en la cruz para su muerte 81
Capítulo 9:
Ejercicio 7. Respirar y comer la palabra 87
1. Respirar la carga de La Palabra 88
2. Respirar la carga de La Palabra se logra orando
La Palabra 89
3. Ejemplo práctico de cómo respirar y comer La
Palabra 91
4. Comer La Palabra es metabolizarla: entra en mí
y es parte de mí ahora 94
5. Soy tan fuerte como tanta Palabra tenga en mi
corazón 95
6. Te dejo aquí para que practiques y disfrutes de Él 96
Capítulo 10:
Ejercicio 8. Experimentar a Cristo 97
1. Señor, ¿podés darme una experiencia con esto? 98
2. Conocimiento vs. conocimiento de vida 99
Capítulo 11:
Ejercicio 9. La intercesión 101
1. Interceder es que Él me diga por quién y qué 101
2. Ejemplo 103
3. Interceder por situaciones a nivel mundial 105
4. Interceder por el viaje y las condiciones
climáticas 105
5
5. Interceder por compañeros de fe 106
6. Interceder por otros que no conocen al Señor es
entregarlos en sacrificio a Él 108
7. Interceder por nuestra familia 110
8. El secreto de los 47 113
9. Algunos de mis hábitos de comunión diaria en
la oración 115
Capítulo 12:
Ejercicio 10. Contemplar Su hermosura 119
1. Dios levanta gente que “ve” para mostrarles
algo a los que no ven 121
2. Adorar con los ojos 122
3. Al respirar La Palabra, hacerlo con los ojos 123
4. Ver su hermosura en las situaciones y en las
cosas 123
5. Perdernos de ver la hermosura del Señor nos
hizo ver en el alma 125
6. Mirar atentamente 128
7. ¿Cómo lo hacemos prácticamente? 129
Capítulo 13:
Terminando para empezar 137
Bibliografía 143
6
Bienvenidos
7
rostro; a disfrutar de Su presencia cada minuto del día; a
contemplarlo en su hermosura y dejarme abrazar por Él.
8
Pastor Bernardo: —Hola, Silvana, ¿querés compartir qué te
sucedió con el libro al editarlo?
9
Amigo lector, antes de empezar, quiero decirles algo a mis
hijas de parte de Alejandra y mía:
Con amor,
Mamá y Papá
10
Introducción
¡Adelante!
¡Nuevamente tuviste éxito! La percepción es “selectiva”:
vemos aquello en lo que nos enfocamos. Fijaste tu mirada
en cosas de color azul y las viste; luego en las de color rojo
y también viste las de ese color. Así funciona el alma, ve
aquello que quiere ver o que busca.
11
Si ves a alguien en un auto, de igual manera. Donde mires,
¡buscalo a Él!
12
Te pido si ahora podés orar vos... Te escucho...
¡Amén!
13
01
Todo se trata de la
comunión diaria
Pasaron muchos años. Hoy tengo 55. Pasé toda mi vida sir-
viendo al Señor. Fui a decenas de campamentos, prediqué
15
Comunión Diaria
Con los años vi a muchos que leían cada día unos versículos
y oraban, pero les sucedía lo mismo que a mí: se sentían
secos. Muchos creyentes cantan canciones, leen pasajes
16
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Comunión Diaria
Por otro lado, leí otro concepto que me trajo luz. Andrew
Murray decía que Dios quiere revelarles cosas a sus hijos, a
la Iglesia. Pero, cuando estos no “ven” o no descubren esas
verdades que Dios quiere revelar a todos, lo que Él hace es
levantar a una persona que sí las ve. Dios lo hace notorio
para que todos vean los resultados extraordinarios de vivir
esas verdades y toda la Iglesia pueda empezar a hacer lo
que ellos hacen.
18
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Oramos:
“Señor, hoy quiero llevar a la cruz para su muerte mi………
Lo entrego en la cruz para su muerte. Más de Ti, menos de
mí. Declaro el poder de la resurrección en mi vida, un nue-
vo fluir de tu vida y un refresco en todo lo que haga. Amén”.
27
02
Qué es la comunión
¿Oramos juntos?
“Señor, sos maravilloso. ¡Te amamos!”.
Yo tenía muchas ideas acerca de la “comunión”; pensaba
que era estar quieto en un lugar cerrado sin que nadie me
viera, orando durante muchas horas.
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Comunión Diaria
3. Niveles de comunión
Observemos ahora los niveles de comunión. Tomemos dos
ejemplos de la Biblia. El primer ejemplo es lo que ocurrió
cuando Dios llamó a Moisés a tener comunión con Él. En el
libro de Éxodo podemos ver de manera clara un escenario
de tres distancias respecto a nuestra relación con Dios.
a. El ejemplo de Moisés:
La Biblia narra que Moisés subió a la cumbre del monte Si-
naí y habló cara a cara con Dios. ¿Qué pasó con el pueblo? A
continuación, tres niveles de intimidad con el Señor:
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b. El ejemplo de Ezequiel:
• El profeta Ezequiel ve en el capítulo 1, el río Quebar, un río
que representa el río, la corriente del sistema mundo. Si con-
tinuamos con la lectura de este libro llegamos al capítulo 37.
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03
Ejercicio 1
Invocar al Señor. Maneras de disfrutar
de Él y fluir en la vida Zoe.
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49
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¡A practicar!
50
04
Ejercicio 2
Compartir cada situación,
a cada instante, con Él
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No es “Él hace algo para mí”, ni “Él está al lado”. Es “Él vive
en mí”. Él no quiere ayudarme sino ser mi vida. Así que mi
foco no es “vivir una vida de éxito o victoriosa” sino vivirlo
a Él. Mi foco no es superar o vencer mis luchas, mejorar mi
carácter, o superar mis frustraciones; sino que ahora yo solo
quiero vivirlo a Él en mi caminar, compartir todo con Él.
¿Oramos?
“Señor, que seas vos a través de nosotros. Nada de nosotros;
todo de Ti. Nada de otros; todo de Ti. Te amamos y te respi-
ramos. Amén”.
Es involucrarlo a Él:
• Cuando estemos comiendo algo: “Señor, ¿qué te parece
esta comida?”.
• Cuando estemos jugando con nuestros hijos: “Señor, gra-
cias por jugar con nosotros”.
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55
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que, ante cada actividad que realices o cada tema que ha-
bles, le compartas al Señor todo. Seguramente al principio
muchas cosas pasarán de largo; pero, a medida que practi-
ques mirándolo a Él, se hará un “hábito” del espíritu invo-
lucrarlo a Él en todo.
¡Vamos a practicar!
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05
Ejercicio 3
Parte A: Adorar al Señor
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3. Hablar adoración
Dice el apóstol Pablo que hablemos entre nosotros con Sal-
mos. Te propongo que, cuando saludes a alguien y te pre-
gunte cómo estás, le respondas: “Cristo reina con poder”.
Nosotros no debemos hablar a partir de lo que sentimos, lo
que tenemos o lo que nos sucede; tenemos que hablar entre
nosotros con Salmos. El Salmo es una experiencia. David
escribió el Salmo 23 debido a una vivencia que tuvo. Dios va
a transformar nuestras situaciones en alabanzas.
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64
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“Tú, oh, Dios, estás sobre los cielos, y tu gloria cubre toda la
tierra” (Sal. 108:5).
65
06
Ejercicio 4
Parte B: Adorar al Señor
Dejate llevar. Aquí, estos dos versículos son para que les
agregues una melodía y los cantes en el espíritu. (Pensá en
el Señor y soltá tu espíritu; cantalo varias veces con distin-
tas melodías, elaborá tu propia alabanza):
67
Comunión Diaria
• Filipenses 4:13:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
¿Cómo te fue? Mientras vos lo hacías, ¡yo también lo hice! (a
solas, por supuesto).
68
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3. Hacer un instrumental
Hace un tiempo, cuando estaba meditando en La Palabra,
recibí una melodía y empecé a tararearla. Luego recibí otra
melodía, empecé a tararearla. El Señor me dijo: “Este es un
instrumental”. Comencé a reírme. “¿Qué te parece si me ha-
cés un musical?”. Solo instrumental. No se trata de cantar
un versículo o una canción, sino de soltar una melodía flu-
yendo en el espíritu. Dios busca adoradores que lo adoren
en espíritu y en verdad.
69
Comunión Diaria
4. Cantar la oración
Es añadirle música a nuestra oración. Te propongo que
durante todo este día cantes una canción nueva, que ores
cantando, que leas La Palabra cantando, y hagas un instru-
mental que fluya de tu corazón. Adorar es poderoso porque
es del Espíritu; es disfrutar al Señor. Mi foco no soy yo, mi
foco es Él.
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LLAMAME AVIVAMIENTO
TE LLAMARE A EVANGELISAR
CON AMOR DE DIOS TRIUNFAMOS
EL MUNDO VA A CAMBIAR.
LLAMAME AVIVAMIENTO
LLAMAME EVANGELISAR
CON AMOR DE DIOS SI ANDAMOS
VAMOS POR MEJOR Y MAS.
FUERZA HERMANA
FUERZA HERMANO
CRISTO SIEMPRE NOS ACOM AÑIARA.
¡Vamos a practicar!
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07
Ejercicio 5
El Silencio
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Sigamos...
Si miramos el libro de Job, veremos que es casi todo un diá-
logo entre Job y sus amigos. Ellos opinan, Job argumenta;
ellos vuelven a opinar y Job vuelve a responder. A lo largo
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¡A practicar!
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Ejercicio 6
Lo entrego en la cruz
para su muerte
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Cada vez que identificamos algo, que algo nos sucede, lo en-
tregamos en la cruz. Automáticamente experimentaremos
la transformación, la vida Zoe, y el Cristo resucitado que
crece en nosotros.
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Oremos:
“Señor, gracias por el poder de tu cruz. Pido ahora que me
muestres qué cosas debo entregarte______ (nombralas).
Las entrego en la cruz para su muerte, declaro que ahora el
poder de la resurrección está en mí, continúo transformado
y camino en victoria en el nombre de Jesús. Amén”.
¡A practicar!
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Ejercicio 7
Respirar y comer
la Palabra
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Otro ejemplo:
Leo despacio: “No os amoldéis a este siglo sino transfor-
maos en la renovación”.
Vuelvo al comienzo:
“No os amoldéis a este siglo... Señor, yo no me hago a la
forma de este siglo; este siglo no me forma a mí. Eso lo can-
celo de mí... No os amoldéis a este siglo sino transformaos...
Gracias, Señor, tu poder me transforma. Ahora estoy sien-
do transformado... estoy siendo transformado por la reno-
vación de mi mente... mi mente está bendecida... Gracias,
Señor”.
Otro ejemplo:
Leo: “Gozaos en el Señor, otra vez os digo: Gozaos”.
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Vuelvo a leer:
“Gozaos en el Señor, otra vez os digo: Gozaos… Gracias por
repetirme, Señor. Vos me repetís porque me amás… Te ado-
ro y recibo vida, recibo suministro… Amén”.
94
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¡A practicar!
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¡A practicar!
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Ejercicio 8
Experimentar
a Cristo
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¡Infinitos temas!
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Ejercicio 9
La intercesión
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2. Ejemplo
Le decimos disfrutando de Él:
“Señor, decime por quién interceder y por qué temas”.
Y esperás. Inmediatamente notarás que surgen nombres,
tareas, incluso personas que no conocés o cosas que jamás
habrías pedido, o por las que no habrías intercedido. Em-
pezamos a fluir:
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Oramos:
“Señor, estamos abiertos a tu hermosa presencia; disfruta-
mos de vos. Pedimos que coloques ahora, en nuestro espíri-
tu, a personas y situaciones por las que debemos interceder.
También que nos des el motivo exacto por el que tenemos
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Cada vez que oramos por nuestros hijos, por nuestras fa-
milias, les estamos dejando un legado de respuestas de
oración. Ese legado los seguirá todos los días de su vida;
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8. El secreto de los 47
David Livingstone (1813-1873) fue pobre de chico. Trabajaba
doce horas en una fábrica de algodón. A los 25 años quedó
cautivado por un llamado dirigido a médicos misioneros a
China. Es así que se inscribió en la carrera de Medicina y se
recibió de médico. Fue pionero en una misión en el sur de
África; se internó allí adentro para evangelizar y ¡construir
caminos para que otros lo siguieran allí! Unió así su trabajo con
las misiones; descubrió ríos, cataratas, etc. Recorrió 48.000
km de junglas y sabanas en situaciones complicadas, sobre-
vivió a todo tipo de percances, como el ataque de un león
que él mismo relató como si nada. La estrategia era ir a un
pueblo a la vez, ganar conversos, construir una iglesia y
seguir adelante solo cuando esa iglesia estuviera bien esta-
blecida. Estuvo más de veintisiete veces postrado en cama
por fiebres, pero pronto recobraba sus fuerzas y continuaba
explorando. En África central allanó el camino para que
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¡A practicar!
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Ejercicio 10
Contemplar
Su hermosura
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Oramos:
“Señor, queremos ver tu hermosura. ¡Mostranos algo de tu
belleza!”.
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6. Mirar atentamente
Querido amigo, debo compartirte que, cuando escuchaba
acerca de “contemplar”, la primera imagen que venía a mi
mente era la de alguien sentado en posición de loto, quieto
y en silencio todo el día. También me venía la imagen de
personas a las que no les gusta hacer nada y, por eso, viven
“contemplando”. Y también lo relacionaba con innumera-
bles personas que “veían y veían y veían” el cielo, el infier-
no, la ultratumba, los ángeles, etc. etc. etc. Pero tengo una
buena noticia: ¡nada de eso es contemplar en el espíritu!
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Dice Ap.4:11:
“Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el
honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por tu
voluntad existen y fueron creadas”.
¿Practicamos?
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c. Verlo en la quietud
En la oración de contemplación nos olvidamos de nosotros
mismos. Este “deshacerse del yo”, olvidarse de uno, permite
que Él nos llene. Solo después de cierto tiempo de esa ex-
periencia, volvemos a nosotros para decir: “¡Me muero, he
visto al Señor!”, como les sucedió a Isaías y al apóstol Juan,
entre otros muchos. Estate en silencio... quieto... Solo estar
con Él en quietud, sin pedirle nada, sin interrupción, sin
distracción trae un aumento de vida Zoe, aun cuando sea
solo por unos minutos. Y le decimos: “Señor, mostrame tu
hermosura una vez más”.
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Ver algo de Su gloria son los tesoros de los que habla Isaías
en el cap. 45:3 cuando dice: “Te daré los tesoros escondidos,
y las riquezas encubiertas, para que sepas que yo soy el Se-
ñor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre”.
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¿Oramos?
“Señor, te queremos pedir una visión de tu hermosura, que-
remos contemplarte y adorarte. ¡Pedimos que cada día te
nos reveles! Amén y amén.
¡A practicar!
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Terminando
para empezar
Hemos experimentado...
• Que cuando le compartimos a Él todo lo que hacemos y
lo involucramos en el diario vivir, resulta la manera más
plena de experimentar a “Cristo en nosotros”.
• Que comunión es el mutuo disfrute de Él en mí y yo en Él.
• Que un día sin comunión es un día perdido.
• Que deberíamos ver el rostro de Dios cada mañana antes
de ver el rostro de otros.
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Bibliografía
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Nee, Watchman, La fe cristiana normal, L.S.M., 2017.
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