Sigue Las Huellas

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Stamateas, Bernardo
Sigue las huellas : ocho días experimentando el cantar de los cantares /
Bernardo Stamateas. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Presencia
de Dios, 2020.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga

ISBN 978-987-1338-89-4
1. Crecimiento Espiritual. 2. Dios. 3. Biblia. I. Título.

CDD 248.4
SIGUE LAS HUELLAS

Ocho días experimentando el Cantar de los cantares.
Bernardo Stamateas
- 1ª edición -
2020
Presencia de Dios
José Bonifacio 332, Caballito,
Buenos Aires, Argentina
Tél.: (54011) 4924-1690
www.presenciadedios.com
Edición: Silvana Freddi / María Stamateas

Diseño de tapa y diagramación: Creativos Presencia
No se permite la reproducción parcial o total de este libro, en cualquier forma o por

cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u
otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada
por las leyes 11.723 y 25.446.

ÍNDICE
¡Bienvenidos! 7
Introducción 9
Capítulo 1 15
Capítulo 2 27
Capítulo 3 41
Capítulo 4 47
Capítulo 5 57
Capítulo 6 65
Capítulo 7 73
Capítulo 8 79
Conclusión 87
-3-
-4-
Hay innumerables comentarios sobre “Cantares”. Aquí te
recomiendo estos autores, entre tantos que hay. En este li-
bro se incluyen muchas de sus ideas, revelaciones, inspira-
ciones e, incluso, interpretaciones. Vaya para todos ellos, el
crédito y la honra. Estamos en deuda con estos hombres y
mujeres que nos abrieron el libro para poder ver al “Amado”.

Uno de los más profundos es el clásico “El Cantar de los
cantares” de Watchman Nee, L.S.M., 1997.

Luego seguí con estos tres de Witness Lee:
Estudio Vida: Proverbios-Eclesiastés-Cantar de los can-
tares, L.S.M., 2001;
La vida y la edificación: cómo se presentan en Cantar de
los cantares, L.S.M., 2013; Estudio de cristalización de
Cantar de los cantares, L.S.M., 1998.

Todos los libros de Andrew Murray, como su obra La vida
interior de editorial Vida (1998), hablan sobre intimidad y
comunión. Debés leerlos también junto a estos otros clási-
cos:

Ironside, H. A., Estudio sobre Cantar de los cantares, Ed.
Clie, 1989.

Murray, Andrew, La vida interior, Ed. Vida, 1998.
Pacios, Antonio, El amor, Ediciones Acervo, 1982.
-5-
Patterson, Paige, Comentario bíblico Portavoz Cantar de
los cantares, Ed. Portavoz, 1986.

Simpson, A. B., La vida del amor del Señor, Ed. Clie, 1984.

Taylor, Hudson, Unión y comunión, Ed. Betania, 1975.

Buscá y leé también los sermones de Charles Spurgeon y los
libros de Madame Guyon y F. J. Huegel, quienes también
nos dieron bellezas sobre el libro de “Cantares”.
-6-
¡BIENVENIDOS!
¡Hola! ¡Qué bueno estar juntos otra vez!

Vamos a pasar ocho días juntos recorriendo las pisadas de
la Amada de Cantar de los Cantares. Te cuento cómo lo ha-
remos. Seré tu guía por el camino de la Amada. Primero
voy a compartirte cada día un capítulo; veremos versículo
por versículo. Lo haremos despacio; nos centraremos en el
contenido del Espíritu más algún que otro significado con-
textual del pasaje. Y luego de aprender y disfrutar de cada
capítulo, ¡pasaremos a vivirlo!
Harás la experiencia de cada capítulo; irás siguiendo las

huellas de la Amada casi versículo por versículo. ¡Haremos
su misma experiencia! ¡Será glorioso!
Cuando pases al ejercicio, te guiaré. Hay mucho para leer en
voz alta y luego, donde aparezcan los puntos suspensivos,
allí permitirás que el Espíritu te guíe a qué decir.

Es muy importante que leas el ejercicio en modo espíritu. Y
lo hagas directamente en tu primera lectura (es decir: no lo
leas para luego hacerlo, sino ¡hacelo directamente!).
Cada capítulo, la Amada experimentó cosas repetidas y
otras nuevas. Seguiremos ese recorrido; verás al final, cuan-
do lleguemos al capítulo 8, que se trata de la experiencia de
todo creyente.

-7-
Este libro nació después de 40 Cartas de Amor. El Señor me
regaló esta nueva experiencia del libro más profundo y her-
moso, porque es la canción de amor de Él para cada uno.
Cuando estés listo, empezamos.
-8-
INTRODUCCIÓN
“El lenguaje de Él es la poesía del amor”

Lo primero que te quiero hacer notar es el “lenguaje poéti-
co”.
-Es un leguaje bello (en lo natural), hay imágenes, metáforas, com-
paraciones, etc. Frente a cada imagen que la Amada utiliza
para describir al Amado, se da cuenta de que no alcanza
para expresar la inmensidad de Él. De allí que salta de una
metáfora a otra (te hablé de eso en Cartas de Amor).
-El lenguaje no “alcanza”, así como cuando le compartís a otro tu

experiencia y luego pensás: “No pude expresar todo lo que vivo...
lo que conté no alcanza a expresar lo hermoso de mi comunión con
Dios”.

Pero te quiero mostrar algo nuevo aquí:
“La delicadeza del lenguaje del amor”. ¿Qué quiero decir
con esto? Muchas veces, cuando uno da una frase, o com-
parte una idea de La Palabra, la escucha o la lee, dice “ok”,
“entendido” o “muy bueno”, expresiones normales de ha-
ber capturado la letra, lo discursivo, el lenguaje; mas no la
luz de esa palabra.
Te doy un ejemplo. Yo te digo: “Dios creó un plan eterno,
diseñado a la perfección con tu vida y Él lo llevará a cabo” y
-9-
vos decís: “Perfecto, entendido” o: “Amén, muy bueno”. Lo
capturaste en la dimensión del alma, de lo discursivo.
Ahora entenderás por qué Cantares debe ser el primer libro
a leer. ¡Porque allí entrarás en la belleza del lenguaje del
amor!
Si te digo: “Nadá en el océano infinito de Su amor”, estás

“obligado” a detenerte en ese lenguaje, a contemplarlo; a
disfrutarlo; a ser “tocado” por la belleza del lenguaje. O leés
que el Amado te dice: “Toda tú eres bella, muéstrame tu ros-
tro; hazme oír tu dulce voz”. No hay manera de decir “ok”,
“entendido”. Sino que te impele a entrar en el lenguaje de
Dios. ¡Es por eso que Dios elige la poesía para enseñarnos
de Él! Es por eso que Cantares es la canción de Dios. Es por
eso que este libro es el Lugar Santísimo de La Biblia.

Porque si disfrutás y capturás la belleza de Él, si “nadás en
lo profundo de Su amor”, entendés todo lo demás que leas
de La Biblia. No solo te será “conocimiento a aprender”, sino
un lenguaje bello lleno de la hermosura de Él. Saldrás del
“vicio” de muchos de leer La Biblia rápidamente, como el
diario o un libro de texto, o un saber humano. Ahora en-
tendés por qué la gente con grandes experiencias con Él
eran poetas, escribían en símbolos; ellos tenían la belleza
del lenguaje de Dios en sus bocas.
“Bajo su sombra me senté y su grito fue dulce a mi paladar”.

Leé eso despacio... repetilo cada vez que lo leas y enfatizá
una palabra... cuando veas el “tirón” allí, orá eso... nadá...
-10-
Introducción
sumergite en Él... ¡es Su dulce voz! Su luz se suelta en vos; un
aumento de Cristo sucede en tu vida.

“Si Él me besara con besos de Su boca…”.

“Mi Amado es resplandeciente…”.

“Tus amores son mejores que el vino…”.

Leé despacio, repetilo... orá cada palabra con lo espontáneo
de tu boca... miralo a Él, está aquí, está en ti... Su amor te
envuelve...
Permití que tu corazón hable y salga de vos el amor de Él
que te ha llenado...
Hacelo...

Leer poesía humana es bello; es un símbolo natural del len-
guaje de Su voz eterna. Recordá que solo Su Palabra, Su voz,
tiene vida, luz, paz; tiene todo lo que Él es.

Una característica de esta poesía es que es diálogo, es decir,
el Amado y la Amada hablan y también hay otros perso-
najes que intervienen. No es “un monólogo poético”, sino
que es un ida y vuelta entre ambos. Así es como Dios quiere
que hablemos con Él, y disfrutemos Su hablar amoroso con
nosotros.
-Recordá: es el lenguaje de la intimidad; no el de la popularidad.

-11-
Los profetas tenían ya en su lenguaje la prosa, el símbolo,
la poesía. ¿Hay algo más bello que los Salmos? Poesía más
música.
Si te digo: “La belleza es la manifestación de lo infinito en lo
finito... Dios es todo belleza”.
El lenguaje poético tiene una característica y es que te “de-
tiene”; no podés repetir mecánicamente, sino solo contem-
plar el lenguaje para capturar sus imágenes, la voz de Él; al-
canza con decirle: “Señor, abro mi espíritu a Tu luz... quiero
contemplarte y ver Tu hermosura”.
Pero no te quedes solo en la belleza del lenguaje en sí, sino

recordá siempre que es “Su voz, la voz de mi Amado”, ha-
blando a mi ser.
Así como el lenguaje íntimo de una pareja no significa nada
para quien escucha de afuera, dado que no participa del
amor; sin embargo, significa tanto para aquellos que están
envueltos en el amor. Imaginate haciendo “exégesis” de
una carta de amor, estudiando el origen de cada palabra,
el contexto y lo que otros han de discutir de esa carta... ¡No!
El lenguaje de Cantares es para aprender el lenguaje del
amor, volvernos sensibles a Él, salir de la repetición vana y
entrar en aguas más profundas de Su amor.

Las Palabras que le decís de corazón siempre
serán poesía de amor para Dios.

-12-
Puedo escribir una bella poesía, o tocar una canción con ex-
celencia profesional, o darles de comer a los pobres, o saber
los misterios; pero, si no tengo amor, nada soy. Solo es ruido.
Tenemos un lenguaje caído; sí, el natural, el cotidiano, el
de la “lucha diaria”, pero cuando el amor de Él nos llena,
nuestra boca comienza a hablar el lenguaje del cielo que nos
refresca, nos llena. El lenguaje del amor.

Cada palabra tiene peso.
Cada palabra expresa algo.
Cada palabra tiene vida Zoé.
Cada palabra se repite.

Dice bellamente el Salmo 130:
Esperé yo en Jehová,
esperó mi alma;
en su palabra he esperado.
La palabra “cantar” significa canción y también, poema. Un
Dios que canta... que le habla poemas de amor al hombre.

Recordá:
Todo lo que hables de corazón es el lenguaje del amor; de
allí, la espontaneidad, la imaginación, la soltura al hablar.
Y cada palabra que leas y oigas de Él con amor será la poesía
de Él hacia vos.
Te invito a que puedas expresar tu amor ahora.
-13-
CAPÍTULO 1
L
uego de capturar en el espíritu el lenguaje de Dios,
¡estamos listos para comenzar! Sería bueno que
también, en cada capítulo, puedas subrayar o mar-
car en tu Biblia aquello que Él te muestre.
Dice 1:1: Cantar de los Cantares, el cual es de Salomón.

Dice el versículo que este es el Cantar de los Cantares. La
palabra cantar también significa poesía; es la poesía de Dios,
es la canción de Dios, es el canto de amor de Dios para noso-
tros. ¡Gloria al Señor! Debe conmovernos saber que Él nos
canta su mejor canción, que es Su amor, a nosotros. En los
Salmos, nosotros le cantamos a Dios, pero en Cantares Él
nos canta.
De allí que este libro se ha considerado como el Lugar San-
tísimo. Dice luego, “el cual es de Salomón”. Salomón es un
símbolo de Cristo; Cristo es quien ha compuesto la mejor de
las canciones para nosotros.

Vamos ahora a ver el versículo 2: ¡Oh, si Él me besara con besos
de su boca!, porque mejores son tus amores que el vino.
Observá aquí que la Amada toma la iniciativa; nosotros
debemos dar el primer paso. Ella expresa el lenguaje poé-
-15-
SIGUE LAS HUELLAS
tico en el lenguaje del amor; su deseo de que Él venga y la

bese. Prestá atención, por favor, que ella expresa el deseo de
unión; el beso habla de intimidad y de unión. Ella le pide;
está anhelando que Él venga con su boca a besarla. Cristo es
todo boca; los besos de Él son sus palabras. Fijate, querido
amigo, que está en plural: “besos”, porque son muchas las
palabras a las que nosotros debemos unirnos y besarlas en
amor. Inmediatamente después de que ella lo hace, toma
esta iniciativa. ¿Por qué ella pide inmediatamente ser besa-
da? Porque sabe en su espíritu que primero fue amada. Dios
está esperando que demos el primer paso; el primer paso de
pedirle a Él palabras que nos besen. Es la evidencia de que
hemos descubierto que fuimos amados primero por Él.

¡El término amor aparece en cada capítulo!
1:2-5,7,10
2:4,5,7,14
3:1-5
4:3,10
5:1,8
6:4,7

Ahora la Novia hace un cambio y ya le comienza a hablar al
Amado. Le dice: “tus amores”. Primero hace la declaración,
y luego le pide a Él. Nuevamente aquí miremos que está en
plural. Son muchas las palabras, son muchas las experien-
cias de amor. ¡Ella está declarando que estos amores son
mejores! Nuestra comunión con Él es mejor que el trabajo,
mejor que la familia y mejor que cualquier experiencia hu-
-16-
SIGUE LAS HUELLAS
mana. Ella va, de manera directa, a querer experimentar y

a declarar que lo mejor que le puede suceder son Sus amo-
res. El vino era un elemento propio de la realeza, símbolo
del placer de este mundo; ella está diciendo: “Tu presencia,
para mí, es mejor que cualquier otra experiencia humana”.

Fijémonos ahora en lo que dice en el versículo 3: A más del
olor de tus suaves ungüentos. Tu nombre es como ungüento derra-
mado; por eso las doncellas te aman.
Ahora no solo dice: “mejores son tus amores”, sino también:
“tus perfumes, tus suaves perfumes, son el mejor de los olo-
res”. Nuevamente, ella está declarando que la fragancia de
Cristo es la mejor fragancia. También aquí habla en plural:
besos, amores, ungüentos. Querido amigo, las experiencias
que tenemos para disfrutar con el Señor son inconmensu-
rables y muchas. Expresa luego: “Tu nombre”; sigue hablán-
dole a Él. El nombre representa a la persona. Dice: “Tu per-
sona”. Ella no fue detrás de las bendiciones, ella fue detrás
de Él; es como perfume derramado, la presencia de Cristo
es un perfume que todo el mundo puede experimentar. Por
eso, “las doncellas te aman”. La gente que ama al Señor es
porque ha experimentado Su perfume. En estos versículos
ella nombra cuatro sentidos: el gusto, la visión, el tacto y el
olfato. Es que las experiencias con el Señor son múltiples en
nuestro espíritu.
En este libro vemos cómo ella y Él recurren a muchas imá-

genes para lograr expresar el amor. En el libro hay citadas
-17-
SIGUE LAS HUELLAS
veintiún especies de plantas, quince especies de animales

y quince referencias a lugares geográficos.
Miremos ahora el versículo 4: Atráeme; en pos de ti correre-

mos. El rey me ha metido en sus cámaras; nos gozaremos y alegra-
remos en ti; nos acordaremos de tus amores más que del vino; con
razón te aman.
La Novia ahora hace un pedido: “Atráeme y correremos”.
Nuevamente ella le está pidiendo a Él que ejerza la fuerza
de atracción, lo que provocará en ella el movimiento. Siem-
pre que uno tiene comunión con el Señor, hay un correr
interno, hay un mover, hay una fuerza divina que comienza
a hacernos experimentar deseos de servir, de leer La Bi-
blia, etc. Ahora, inmediatamente, sin mediar palabra, el Rey
dice que la introdujo a sus cámaras. Él respondió a su deseo
y su expresión; nuevamente aquí es “cámaras” en plural.
Muchas son las habitaciones de las experiencias de la inti-
midad con el Rey; es lo que le sucede a la Novia cuando es
introducida en las cámaras. Como ella, nosotros tendremos
alegría y gozo. ¡Siempre que hay comunión con Dios, hay
experiencia de alegría!

Luego dice: “Nos acordaremos de tus amores”.
Observá algo interesante: ahora, esta experiencia de alegría
y de intimidad genera un recuerdo, un recuerdo de amor;
y estos amores nuevamente son mejores recuerdos que las
experiencias del vino, símbolo del placer de esta Tierra.
“Con razón” —termina el versículo— “te aman”. La gente
-18-
SIGUE LAS HUELLAS
que ha experimentado comunión diaria siempre tiene un

aumento de amor.
Ahora sucede algo interesante. Miremos los versículos 5

y 6: Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable como las
tiendas de Cedar, como las cortinas de Salomón, no reparéis en
que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se
airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que
era mía, no guardé.
Ella, ahora que ha experimentado comunión tan íntima con
el Señor, descubre que es morena. Quiere decir esto que,
al trabajar en las viñas de la familia al aire libre, el sol la
quemó; ella se reconoce y se ve quemada. Ahora tiene una
experiencia de autoobservación, como si esas recámaras de
intimidad fuesen un espejo que le hacen ver una debilidad,
¡y aun así se ve codiciable!
Ella les expresa a las hijas de Jerusalén, que representan a

los creyentes inmaduros, que se da cuenta de que está que-
mada. A diferencia de las mujeres de la corte que tenían la
piel blanca porque no trabajaban al aire libre, ella descubre
una debilidad; esta debilidad se debe a que el sol la quemó.
Las tiendas de Cedar se hacían con tela curtida negra de
cabra; con ese material se hacían las cortinas, de allí la com-
paración que hace. Al final del versículo 6, expresa que ella,
al cuidar las viñas de los demás, descuidó la propia; siem-
pre que uno está mirando o cuidando a los otros, terminará
descuidando su propia vida espiritual.
-19-
SIGUE LAS HUELLAS
Miremos ahora el versículo 7: Hazme saber, oh tú a quien ama

mi alma; dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; pues ¿por
qué había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus com-
pañeros?
La Amada, ahora, a pesar de verse quemada, le pide un sa-
ber; le dice en el versículo 7: “Hazme saber”. Ella ahora ve
que el Rey es Pastor y le pregunta dónde pastorea al medio-
día.
Sestear significa descansar. Hay un lugar del Pastor que ella
no conoce; conoce las recámaras, pero no dónde pastorea al
mediodía. Quiere conocer ese lugar; no quiere estar errante,
y sabe que con Él hay otros rebaños con otros compañeros.
No es la única que está con el Pastor, hay muchos más ahora.

Él le va a responder en el versículo 8: Si tú no lo sabes, oh her-
mosa entre las mujeres, ve, sigue las huellas del rebaño, y apacienta
tus cabritos junto a las cabañas de los pastores.
Por primera vez, la Amada escucha la voz, y la voz es la del
Pastor. Le dice que ella es hermosa entre las mujeres; a pesar
de que ella se veía quemada, Él le habla de la belleza que ella
tiene. La Novia debe aprender a verse como Él la ve. Le da
una indicación: “sigue las huellas del rebaño”. Las huellas
son las marcas, las pisadas, los ejercicios, las experiencias
de aquellos que van delante de nosotros en el camino. Hay
gente que ha dejado una huella, especialmente personas
con más de treinta años de servicio al Señor, a los que no-
sotros debemos imitar y seguir. No idealizar al rebaño,
sino solo seguir las huellas para que nosotros, al seguirlas,
también dejemos huellas a los que vienen detrás. Y luego
-20-
SIGUE LAS HUELLAS
le dice: “apacienta tus cabritos”. Ella, además de viña, tenía

cabritos. La Novia debe también aprender a discipular a
sus cabritos junto a las cabañas de los pastores. Nada en el
Reino sucede en solitario, todo es en equipo.

Ahora sigue hablando el Pastor y le dice en los versículos
9,10 y 11: A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amiga
mía. Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello
entre los collares. Zarcillos de oro te haremos, tachonados de plata.
Antes de que ella siga las huellas, recibe la primera trans-
formación de la voz del Pastor. Siempre que lo seguimos
y queremos conocerlo más, habrá una transformación. Le
dice: “A yegua de los carros de Faraón”; los caballos son ani-
males veloces, fuertes, rápidos. El Novio la ve ahora con
ganas, con velocidad y con fuerzas y le expresa: “Tus me-
jillas son hermosas, entre los pendientes”. La Amada tenía
trenzas en su pelo, con piedras preciosas que le caían en las
mejillas. Le está diciendo: “Tus mejillas son hermosas con
hileras de joyas. Tu cuello ahora tiene collares o cadenas de
oro”; es decir, que el Rey le ha puesto adornos. Y hay zarci-
llos (aretes) de oro, tachonados con plata; es decir, que esa
cadenita o arete tenía una tachuela de plata. Ella ahora reci-
be adornos y se ha transformado por el poder del Amado.
Ahora miremos el versículo 12: Mientras el rey estaba en su

reclinatorio, mi nardo dio su olor.
La Amada ahora ve al Rey y, mientras Él estaba en su sofá,
el perfume de ella fue liberado. Ella observa que el Novio
está recostado en su sofá o reclinatorio de descanso y ella,
-21-
SIGUE LAS HUELLAS
sin ningún tipo de esfuerzo, descubre que el perfume que

ella había declarado en el versículo 3 —“tu nombre como
perfume”— le ha sido añadido a ella.
Entonces, al respirar su olor que era el perfume del Amado,

ella exclama los versículos 13 y 14: Mi Amado es para mí un
manojito de mirra, que reposa entre mis pechos. Racimo de flores
de Alheña en las viñas En-gadi. Es para mí, mi Amado.
Recordá que, cuando la Novia lo llama “mi Amado”, ella
le está diciendo: “Es mi Pastor, mi Rey, mi Salvador”. La
expresión “mi Amado” concentra todas las expresiones de
amor juntas. En esta expresión amorosa, ella utiliza una fra-
se que quiero que notes: “Es para mí”. Ese “para mí” habla
de lo que ella ha descubierto que es el Amado: un manojito
de mirra; el manojito significa que ella ha juntado, como que
fue buscando parte por parte del Señor. Cada día, nosotros
debemos buscar y armar nuestro manojito: aprender algo
de Él. La mirra es un símbolo de la muerte; ella descubre
lo que va conociendo de la muerte, del amor entregado de
Cristo. ¡Ella lo pone en sus pechos y lo abraza en su corazón!

V. 14: Racimo de flores de Alheña en las viñas En-gadi. Es para
mí, mi Amado.
Watchman Nee explica el símbolo del racimo de flores
de las viñas de En-gadi; la mirra representa la muerte; las
flores de Alheña representan la resurrección. Ella une la
muerte y la resurrección y descubre nuevamente que eso
es, para ella, el Amado. ¿Qué es para vos el Señor? Ahora, al
declarar lo que es Él para ella y al descubrir que se ha libera-
-22-
SIGUE LAS HUELLAS
do un perfume que ella ahora está disfrutando, recibe una

nueva visión del Amado.

V. 15: He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí eres bella;
tus ojos son como palomas.
Él le da una nueva transformación: “He aquí eres hermosa,
amiga mía”. La expresión “hermosa, amiga mía” se repite
constantemente a lo largo del libro. Ella ahora es bella y ya
no es solo una yegua que tiene fuerza y velocidad, sino que
se le ha añadido que sus ojos (símbolo de visión) son ahora
como los de las palomas. Su visión ha sido renovada.
Entonces ella, como interrumpiéndolo, expresa en los ver-

sículos 16 y 17: He aquí que tú eres hermoso, Amado mío, y dulce;
nuestro lecho es de flores. Las vigas de nuestra casa son de cedro, y
de ciprés los artesonados.
Ella le devuelve la expresión: “Tú eres hermoso, Amado
mío y dulce”. Ella nunca escatima expresiones de amor es-
pontáneas. “Nuestro lecho es de flores”. La Novia descubre
que están acostados en las flores, símbolo de la belleza, del
descanso, de la paz, de la tranquilidad; y en el versículo 17
descubre que no solo tiene un lecho (una cama), sino que
además tiene una casa y esa casa tiene dos materiales: cedro
y ciprés. Nuevamente árboles altos, bellos, fuertes. Nos ha-
bla de que está construyendo su espíritu, su mundo interior,
con materiales fuertes como cedro y ciprés; nuevamente la
muerte y la resurrección. Entendido todo esto, orado, dis-
frutado, hagamos ahora la experiencia práctica del camino
de Cantar de los Cantares, capítulo 1. ¿Están listos?
-23-
SIGUE LAS HUELLAS
Ahora vamos a pasar a la experiencia.

Hacelo de corazón, despacio, disfrutando.
Como un guía, te expliqué antes la “geografía de cada lu-
gar”. ¡Ahora vas a ir al lugar! Hacé tuya cada oración y,
cuando veas los puntos suspensivos en el texto, completa-
los; allí tu boca debe abrirse espontáneamente y de corazón.
Recordá que estás caminando y siguiendo las huellas de la
Amada.
Oro por vos:

“Señor, gracias por poder caminar tras las huellas del que
nos ama. Tu Espíritu nos guía a un aumento de Cristo. En
Tu nombre, Señor. Amén”.
Experiencia del Capítulo 1
Señor, ¡te invocamos! ¡Tu nombre es grande!

Señor, dame besos de Tu boca; Tus amores son mejores que
el vino. Quiero experimentar este tiempo con Vos.

Señor, Tu nombre es perfume derramado; dame un mo-
mento de experiencia maravilloso en este tiempo (quedate
en silencio y disfrutá de Él, experimentá Su amor. Cuando
el Señor te guíe, seguí con el próximo ejercicio).
Señor, me gozo y te disfruto; te canto esta canción espon-

tánea de mi corazón:______________________________

-24-
SIGUE LAS HUELLAS
Me estoy acordando, Señor, de muchas bendiciones que me

has dado; la que viene ahora a mi espíritu es cuando Vos__
________________________________________________
¡Por eso, te doy gracias!
Señor, veo que estoy lastimado; que hay errores, pecados,

heridas. Los deposito en la cruz para su muerte. Esto quiero
dejar ahora en la cruz______________________________
________________________________________________

Gracias por las huellas, por los hombres de Dios que me
bendijeron. Recuerdo ahora a_______________________
________________________________________________

Me han bendecido todas estas personas; oro por ellos y pido
Tu bendición sobre:________________________________

Señor, veo cuántas cosas has transformado en mi vida; lo
has hecho por Tu gracia; me has cambiado en___________
________________________________________________
Nombráselas al Señor.

Para mí, Vos sos___________________________________
Para mí, Vos sos___________________________________
Para mí, Vos sos___________________________________
Señor, declaro que soy amado, capacitado, bello, ungido.

Estoy declarando que yo soy lo que Vos decís que yo soy:
-25-
SIGUE LAS HUELLAS
estoy próspero y fuerte, camino en victoria y todo lo que

hago me sale bien.

Vos sos, Señor, mi Amado, el Todopoderoso, grande______
________________________________________________

“Señor, estoy construyendo una casa fuerte, con cedro y ro-
ble. Nada me puede derribar. Gracias por esta experiencia
hermosa; he construido mi espíritu, mi cuerpo y mi alma y
toda mi casa está llena de bendición. En el nombre de Jesús.
Amén”.
Te canto esta alabanza de mi corazón.
-26-
CAPÍTULO 2
E
l capítulo 2 comienza con una descripción de cómo
ella se ve. Observemos el versículo 1: Yo soy la rosa de
Sarón, y el lirio de los valles.
Ella se describe como una rosa y como un lirio. Esta per-
cepción que ella tiene es ahora mejor que la que tuvo en el
capítulo 1 donde se veía quemada. Ahora, ella se ve como
una rosa, indirectamente está diciendo que posee espinos;
y se ve como un lirio, lo cual también está diciendo que está
en los valles, símbolo de las dificultades. Hay un aspecto en
el que ella fue transformada y otro aspecto que aún sigue
sin transformación.
Es ella quien se está describiendo como alguien hermosa,

como una rosa. El lirio representa también que ha entrado
en un tiempo de quietud. Jesús dijo: Mirá los lirios del campo
que no trabajan; ella ahora ve que ha tenido un aumento de
Cristo en su vida. Se describe como dos flores silvestres bas-
tante comunes.
Habla de que no se ve mejor que los demás ni como alguien

especial o superior a otros, sino con belleza y sencillez.
-27-
SIGUE LAS HUELLAS
Frente a esta descripción, el Amado le va a decir en el ver-

sículo 2: Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las
doncellas.
Él reafirma la visión que ella tiene. Le expresa que ella es
como el lirio que crece en los espinos; es decir, que ella co-
mienza a verse a sí misma como el Amado la ve y se percibe
como un lirio, el cual la hace única entre todas las demás.
San Agustín dijo: “Él nos ama como si no hubiese nadie más
a quien amar”.
Ella ahora hace una devolución y expresa espontáneamen-

te como lo ve a Él.
El v. 3 dice: Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi
Amado entre los jóvenes; bajo la sombra del deseado me senté, y su
fruto fue dulce a mi paladar.
Describe al Amado como un manzano entre árboles del
bosque. Ella es una flor bella y común; sin embargo, su
Amado es un árbol noble, fructífero, que produce.
Hay un ida y vuelta de mutua exclamación y de mutua ex-

presión. A esta altura, no solo lo mira a Él como un árbol
que produce frutos, sino como un árbol que produce una
experiencia en ella. Es por ello que ella se sienta debajo de
Su sombra y experimenta el fruto de Él: un fruto siempre
dulce. Nuevamente, ella quiere tener una experiencia con
su Amado y no solamente una teoría. Cuando se refiere a
dulce está hablando de la experiencia del disfrute, del sabor
del paladar de su boca, de un mutuo disfrute. Ella descansa
y disfruta de la experiencia del Señor.
-28-
SIGUE LAS HUELLAS
Y otra vez, algo imprevisto sucede en el v. 4: Me llevó a la casa

del banquete, y su bandera sobre mí fue amor.
Sin que ella lo pida es llevada a la casa del banquete. ¿Re-
cordás el capítulo 1:4? El Rey la había llevado a sus cámaras
íntimas; una vez más, el Amado toma la iniciativa y la lleva
a la casa del banquete; literalmente, la conduce al lugar don-
de se producía el vino y donde estaban las copas de oro. Este
salón era un sitio de encuentro, de disfrute y de alegría. Era
el lugar donde estaban las jarras, los barriles, y allí el Ama-
do puso la bandera del amor. Dios pone elementos visibles,
que son las banderas, en cada bendición que Él nos da; y esa
experiencia es una experiencia de amor. Cada bendición de
Él es una señal de Su amor por nosotros.
Aquí vemos alegría, disfrute, bendiciones, intimidad.
Ahora, ella hace una declaración en el versículo 5: Susten-

tadme con pasas, confortadme con manzanos; porque estoy enfer-
ma de amor.
Ya había probado del fruto del manzano; sin embargo, aho-
ra ella declara que necesita ser sustentada con pasas y con
manzanos, símbolos de la muerte y la resurrección. Ella
quiere alimentar la experiencia que está teniendo, quiere
seguir comiendo de la presencia del Amado; no cree que ha
llegado a ninguna cumbre, sino que recién está empezando
a disfrutar aspectos nuevos que no conocía del Señor.
Ese “estoy enferma de amor” está describiendo que, al no

poder entender la grandeza y el misterio del Amado, ella lo
vive como una enfermedad. Es decir, como una limitación y
-29-
SIGUE LAS HUELLAS
como un dolor “pasivo” de sorpresa y de aceptación que no

puede ella, con su finitud, comprender totalmente la gran-
deza del amor infinito de su Amado. Es decir, por un lado,
dice: “Estoy exhausta de este amor”; y, por el otro: “Hay un
dolor propio de mi alma por no poder comprender la gran-
deza de mi Amado”.
Entonces, al declarar esto y buscar seguir alimentándose,

en el versículo 6 dice ella: Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
y su derecha me abrace.
Ahora, habla de la izquierda y de la derecha; el Amado la
abraza por completo.
Ambos están disfrutando de un encuentro íntimo.
Luego el versículo 7 continúa diciendo: Yo os conjuro, oh don-

cellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que
no despertéis ni hagáis velar al amor hasta que quiera.
Las doncellas de Jerusalén simbolizan a las personas inma-
duras. Son hijas de Jerusalén, es decir que han nacido nue-
vamente, pero aún necesitan madurar. A ellas, la Amada
les pide que no presionen al Señor, que no insistan y vivan
preocupadas, sino que permitan que sea Él quien haga la
obra y quien se despierte. Que Él se despierte significa que
el Amado haga lo que Él quiera. Para la Amada, esto tiene
mucha importancia; por eso, les pide a las doncellas que
hagan una declaración, que juren.
-30-
SIGUE LAS HUELLAS
Ella es ahora quien habla en el versículo 8: ¡La voz de mi Ama-

do! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los
collados.
Ella escucha la voz del Amado. Él está viniendo y lo simbo-
liza usando dos metáforas: montes y collados, símbolos de
los momentos lindos y de tiempos de victorias y derrotas. Él
viene a gran velocidad, salta, nada lo detiene; no existe nada
en la naturaleza que pueda detener al Amado que está vi-
niendo. Primero, ella escucha la Voz que le otorga la visión
de la velocidad con la que su Amado viene por ella.
Es por ello que en el versículo 9 dice: Mi Amado es semejante

al corzo, o al cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando
por las ventanas, atisbando por las celosías.
Lo compara con los animalitos del campo: veloces y sensi-
bles. Este versículo dice que Él está ahora observando por
la pared de la casa. Hay un muro que separa al Amado de
la Amada, pero aun en ese muro que es símbolo del alma
Él está observando por las ventanas y las celosías. Estas
últimas eran un enrejado que se colocaba en las ventanas.
Es decir que el Amado puede mirar, a través del enrejado,
nuestras limitaciones y fortalezas. Él puede vencer desde el
muro, que es lo más fuerte y duro, hasta el enrejado que son
las resistencias más débiles que tenemos.
Ahora, la Amada va a escuchar una palabra específica para

ella. Por eso, dice el versículo 10: Mi Amado habló, y me dijo;
levántate, oh amiga mía, hermosa mía, ven.
-31-
SIGUE LAS HUELLAS
El Amado le dice que se levante; usa las palabras amiga y

hermosa, expresión que más reitera en todo el libro. Él le
anuncia un cambio de temporada y estación.
Observemos los versículos del 11 al 13: Porque he aquí ha pa-

sado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las
flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro
país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos,
y las vides en cierne dieron olor; levántate, oh amiga mía, hermosa
mía, y ven.
El Amado le dice que el invierno ha pasado. El invierno
simboliza la poda de las hojas (de todo aquello que no pro-
duce) para quedar como un árbol desnudo y redescubrir así
que es el Señor el que nos da todas las cosas. Las lluvias, las
crisis, las dificultades, etc., se han ido y nombra cinco cosas
en estos versículos:
1. Han venido las flores.

2. Ha venido una nueva canción.
3. Ha venido la voz de la tórtola, que era un palomino pe-
queño que anunciaba la primavera.
4. La higuera ha producido y las vides han empezado a dar
olor por la producción que tienen.
5. Frente a todo este cambio de panorama de temporada,
el Amado le dice nuevamente: “¡Levántate, amiga mía, y
ven!”.
El Amado le dice también en el versículo 14: Paloma mía,

que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados
-32-
SIGUE LAS HUELLAS
parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la

voz tuya, y hermoso tu aspecto.
Ella está escondida en la roca. Los escarpados parajes ha-
blan de un terreno lleno de rocas que es difícil de transitar,
con fuertes desniveles que impiden el caminar. La palabra
escarpado quiere decir “desnivelado, que es muy empinado”;
mientras que paraje significa “aislado”. Ella se encuentra en
un lugar dificultoso y aislado, pero está en los agujeros de
la roca (símbolo de Cristo y de la cruz). La cruz fue rodeada
de un lugar aislado y dificultoso y ella está escondida en
la cruz de Cristo; por eso, Él le dice: “Muéstrame tu rostro
porque tu voz es dulce”. Ella ahora habla la misma voz del
Amado, ha sido transformada a la imagen del Amado. Él es
hermoso y ahora ella se ha vuelto hermosa.
Ella hace una declaración en el versículo 15: Cazadnos las

zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque
nuestras viñas están en cierne.
Ella se da cuenta de que, ahora que están sus viñas en cier-
nes, es decir que están produciendo frutos, se percibe el aro-
ma de estos. Entonces ella debe cazar las zorras pequeñas
que destruían y comían las raíces. En su buen momento
ella debe estar atenta para que esas pequeñas zorras sean
destruidas.
Frente a esta noticia, de esta nueva temporada que la en-

cuentra a ella en la cruz, dice el versículo 16: Mi Amado es
mío, y yo suya; Él apacienta entre lirios.
-33-
SIGUE LAS HUELLAS
Habla aquí de que el Amado es de ella, y ella es de Él. Esto

nos recuerda a Cristo en mí y yo en Cristo: mutua perte-
nencia. Ella descubre que está siendo apacentada entre los
lirios. Los lirios representan el descanso en la paz del Señor.
Por eso, en el versículo 17 hace una declaración profética:

Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, vuélvete, Amado
mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo sobre los montes de
Beter.
Cuando expresa: Hasta que apunte el día…, se refiere al co-
mienzo del día, a la primera luz, símbolo de la segunda ve-
nida. Cuando dice: … y huyan las sombras, está hablando de
la oscuridad. La oscuridad es la noche que está terminando
antes de que venga el día. Ella pide que Él venga, como esos
animales, rápidamente a buscarla (símbolo aquí nueva-
mente de la segunda venida).
Ella no solo ve una nueva temporada, una primavera en su
vida, sino que toda transformación en su comunión le hace
ver mucho más lejos. Le permite ver el fin de la época o de
los tiempos, la segunda venida. La expresión los montes de
Beter implica división. Este monte que dividía a ella de Él,
de una distancia como vimos antes, y de un desnivel difi-
cultoso en la distancia de la Tierra al cielo. La distancia de la
falta de unión perfecta todavía con Él. Ella está declarando
que un día esa división se terminará.
-34-
SIGUE LAS HUELLAS
Ejercicios del Capítulo 2
Querido lector, es importante que cada ejercicio lo hagas en

el espíritu, de corazón. Proponete hacerlo de corazón, y no
“leyendo un ejercicio para ver de qué se trata”.
Recordá: es un encuentro de amor con Él.
Estamos haciendo nuestras las palabras y la experiencia de
la Amada. Permití que Él te inspire para hablar, sin pensar
demasiado, solo fluyendo en Su vida. Disfrutando del ban-
quete de Su presencia.
¡Adelante!
¡Señor, aquí estoy!
¡Todo lo que soy es por Tu gracia!
Soy una rosa; la belleza me ha rodeado.
¡También soy como el lirio que no se preocupa por nada! Tu
paz me lleva a tener victoria en todo.
Yo soy__________________________________________
Yo soy__________________________________________
¡Gracias a Tu presencia es que soy quien soy! Ya no hablo

de mí como yo me veo, sino que ahora hablo de mí de la
manera en que Vos me ves. ¡Aleluya! Señor, sos lo mejor de
mi vida.
Vos sos el manzano entre los árboles silvestres.
Vos sos mi paz.
Vos sos mi refugio.
Vos sos_________________________________________
-35-
SIGUE LAS HUELLAS
Por donde mire y a quien mire a mi alrededor, ¡siempre se-

rás el mejor de todos!
Por eso, descanso en Tu presencia. Mi comunión con Vos

es una fiesta continua. Cada vez que vengo a Cristo es un
banquete. Quiero darte las gracias por las banderas visibles
de Tus bendiciones. Quiero darte las gracias por cada ben-
dición.
La bendición de___________________________________
La bendición de___________________________________
Te doy gracias porque cada bendición es una bandera visi-

ble de Tu amor sobre mí.
Hoy como Tu Palabra. Te agradezco por Tu muerte y re-

surrección. Señor, lo que sucedió en la cruz fue la victoria
eterna. Allí, en la cruz, murió el pecado, el mundo, mi vieja
naturaleza. ¡Todo! Señor, dice el himno: “Yo amo esa cruz
donde murió mi Jesús”, y yo me uno a esas palabras.
Gracias porque te levantaste de la tumba. Yo también lo
haré un día. Ahora, Tu muerte y resurrección me alientan.
Son mis “pasas y manzanas”. La obra en la cruz me alienta
cada día a ser más fuerte y a recordar que todo lo puedo en
Cristo. Y, aunque no pueda entender tan grande misterio,
¡te adoro!
Experimento Tu abrazo. Me dejo amar y abrazar por Vos.
Tus manos amorosas me rodean (permanecé en silencio
disfrutando Su presencia y abrazo).
-36-
SIGUE LAS HUELLAS
Señor, estuve ansioso por___________________________

Preocupado por__________________________________
Presionando a____________________________________
Hoy declaro que dejo de preocuparme, de estar ansioso y

de presionar. Lo suelto de mi vida y declaro que Tu amor
se despierta solo. Lo dejo a Tu querer. Sé que lo harás rápi-
do. Escucho Tu Voz. No habrá montaña ni valle que pueda
detenerte. Lo que dijiste será hecho. Vos estás mirando a
través de cada ventana, de cada corazón y, aun cuando haya
rejas, harás la obra.
Tu obra será hecha en______________________________
________________________________________________
Señor, anuncio un nuevo tiempo en mi vida. Declaro que

el invierno terminó en mi casa, mi salud, mi familia, mi
trabajo. En todas las áreas donde estuvo la lluvia, esta ter-
minó. Todo lo malo se ha ido. Todo ha pasado en el nombre
de Jesús.
Me uno a Tu promesa, hablo Tu Palabra y declaro, sobre mi

vida y mi casa, promesas divinas. Declaro y anuncio:
1. Las flores: La belleza viene a todas mis cosas.

2. La canción: Abro mi boca y canto victoria (cantale una
canción ahora al Señor).
3. Se escucha sobre todo mi país la voz que anuncia la pri-
mavera. ¡Todo mi país se lo entrego a Cristo mi Señor!
-37-
SIGUE LAS HUELLAS
4. La higuera ha traido frutos: Todo lo que no producía, todo

lo que no me sale, ahora produce en el nombre de Jesús.
5. Las vides producen: Mi trabajo produce, mis finanzas
aumentan, ¡voy de gloria en gloria porque la primavera está
en mí!
¡Señor me levanto ahora! Hablo a viva voz.

¡Soy amado y precioso para Vos!
¡Nada ni nadie podrá detener esta nueva temporada en mi
vida!
¡Santo Señor! ¡Te amo!
¡Señor, estoy escondido en la cruz, en la roca heredada por

mí, y desde allí estoy orando! Padre, sé que ves a Tu Hijo y
yo estoy en Él.
Aquí está mi rostro y aquí está mi voz, que es dulce y precio-
sa. Ya no hablo mi voz, sino Tu Palabra eterna.
Mi Señor Amado, hay pequeñas zorras que han lastimado

mi comunión con Vos, en mi hablar, mi actuar, mi pensar y
mi sentir. Espíritu Santo, mostrame ahora qué debo llevar
a la cruz. Dejá que el Espíritu Santo te muestre qué cosas
dejaste entrar en tu vida para llevarlas a la cruz para su
muerte.
Señor, sos mío y yo, tuyo. Cristo en mí, y yo en ti. Nada pue-
de separarme de Tu amor. Me estás cuidando. Sé que siem-
pre estás en mí. Nada puede destruir nuestro amor. Sé que
un día vendrá el día perfecto. La luz plena donde no habrá
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SIGUE LAS HUELLAS
más pecado, ni más dolor, ni más tristeza, ni más sombras.

Anhelo Tu Vida.
¡Ven, Señor Jesús!
-39-
CAPÍTULO 3
M
iremos qué dice el capítulo 3:1: Por las noches bus-
qué en mi lecho al que ama mi alma; lo busqué, y no
lo hallé.
Ella está buscando a su Amado durante la noche. La ex-
presión “al que ama mi alma” aparece varias veces en este
capítulo, en los versículos: 1, 2, 3 y 4.
Aquí vemos la importancia de que su mente sea transfor-

mada. El Amado no solamente debe transformarnos en
nuestro espíritu, sino que debe tomar todo nuestro ser. La
Novia comienza la búsqueda; sin embargo, el Amado no
está. Este versículo significa que hay momentos en los que el
Señor desaparece de escena. ¿Por qué? ¡Para que salgamos a
buscarlo! Oramos, cantamos, adoramos y parecería que Él
está distante. ¡Es que está en nosotros, pero está ocasionan-
do una búsqueda intensa hacia Él! ¿Por qué nos sucede? La
familiaridad hace que no valoremos aquello que tenemos
y, muchas veces, terminamos desvalorizando la presencia
del Señor; entonces Él decide esconderse para generar en
nosotros una búsqueda.
-41-
SIGUE LAS HUELLAS
Por eso dice en el versículo 2:

Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y
por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.
Ella se impulsa a sí misma a salir a buscarlo, a levantarse e ir
a la ciudad por las calles y por las plazas; está determinada
a realizar una búsqueda intensa y activa por la noche, a fin
de encontrar al Señor. Cuando nosotros lo anhelamos, lo
valoramos, lo consideramos nuestro precioso tesoro, es el
momento en el que salimos a buscar nuevamente tener una
experiencia.
Entonces sucede algo imprevisto en el versículo 3: Me halla-

ron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al
que ama mi alma?
Los guardas que rondan la ciudad la encuentran y, enton-
ces, ella les pregunta dónde está el Amado.

V. 4: Apenas hube pasado de ellos un poco. Hallé luego al que ama
mi alma; lo así, y no lo dejé, hasta que lo metí en la casa de mi ma-
dre, y en la cámara de la que me dio a luz.
Ella no encuentra la respuesta en los guardas; sigue buscan-
do hasta que lo encuentra y dice que lo mete en la casa de su
madre. Nuestra madre, la que nos dio a luz, es la gracia de
Dios. Ella lo pone en la misma cama donde nació, es decir,
en su corazón, en su espíritu.
Entonces, al encontrarlo y al volver a conectar a su Amado

con la gracia y en su espíritu, dice en el versículo 5: Yo os con-
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SIGUE LAS HUELLAS
juro, oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del
campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera.
Esta expresión que pide juramento ya la hemos analizado.
Les habla a las mujeres inmaduras, jóvenes, que represen-
tan a aquellos que están observando. Ellos no deben mo-
verse bajo presión y despertar al amor. Sí deben buscar al
Amado, pero nunca presionar ni moverse en ansiedad, es-
trés o angustia.
Ahora viene un cambio extraordinario. Miremos el versí-

culo 6: ¿Quién es esta que sube del desierto como columna de
humo, sahumada de mirra y de incienso y de todo polvo aromático?
Es interesante que la Novia está subiendo del desierto como
una columna de humo; ella está ascendiendo. Esta es la vida
del cristiano que es como una columna de humo, símbolo
de una nueva transformación. En esa búsqueda y ese anhe-
lo de experimentarlo, la Amada sigue siendo transformada;
está provista de mirra e incienso y todo polvo aromático.
La palabra sahumada significa “generar un humo con aro-
ma”; es decir, que ella ha sido transformada y envuelta en
los aromas de su Amado.
Dice ahora en los versículos 7 y 8: He aquí es la litera de Salo-

món; sesenta valientes la rodean, de los fuertes de Israel. Todos
ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada
sobre su muslo, por los temores de la noche.
Ahora ella y todos observan que es la litera de Salomón.
La palabra litera significa “sofá”. Él viene sentado en su
sofá rodeado de sesenta valientes que representan a sus
-43-
SIGUE LAS HUELLAS
guardaespaldas. Todos, dice el versículo 8, son guerreros y

cada uno tiene una espada.
Ahora, el versículo 9 expresa: El rey Salomón se hizo una carro-

za de madera del Líbano.
La Novia ahora identifica quién es que está viniendo con
majestuosidad. Es el Rey.
Él viene en una carroza y comienza a describirlo en el versí-

culo 10: Hizo sus columnas de plata, su respaldo de oro, su asiento
de grana, su interior recamado de amor por las doncellas de Jeru-
salén.
Dice que las columnas son de plata, el respaldo es de oro, el
asiento es de grana y el interior donde Él está sentado está
revestido de amor. Es decir, el Rey viene a buscarla; esto re-
presenta la Segunda Venida. El Rey viene con toda Su gloria
a buscar a una iglesia llena de perfume, transformada.
Entonces termina el versículo 11 diciendo: Salid, oh doncellas

de Sion, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su
madre en el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón.
Ahora, se exhorta a todo el mundo a que salga a ver la pre-
sencia majestuosa del Rey. En este casamiento, la Novia
está vestida de perfume y el Rey viene con todo su esplen-
dor. Entonces, el Rey es coronado por su madre en Su boda.
Como ya dijimos, simboliza la Segunda Venida en la que
Cristo viene por nosotros, donde lo veremos coronado de
gloria y de bendición.
-44-
SIGUE LAS HUELLAS
Señor, te busco con todo mi corazón; quiero en esta hora

experimentarte. Te anhelo; me levanto y te busco con inten-
sidad. Te doy gracias. Te has escondido para que yo salga a
buscarte y encontrarte. Señor, gracias por esos silencios y
ausencias donde experimenté que te habías ido para gene-
rar en mí la búsqueda del amor. ¡Gracias, Señor! Te recibo
en mi espíritu.

Señor, muchas veces he estado ansioso, preocupado y pre-
sionado por los temas de___________________________
_______________________________________________
Los dejo en la cruz para su muerte.

Señor, gracias por estar siendo transformado a Tu imagen.
Respiro Tu perfume y te disfruto. Todo lo que soy es debido
a Tu gracia. ¡Señor, quiero describir Tu hermosura!
Señor, lo que veo de ti es____________________________
________________________________________________
(nombrá todas las expresiones de belleza que vengan a tu
corazón).
¡Adoralo, cantale, solo mirándolo a Él y diciéndole todas las
cosas bellas que Él es para tu vida!

Señor, te doy gracias porque vas a venir a buscarme; ven-
drás en gloria y en majestad y, cuando eso suceda, te vere-
mos coronado de gloria y de favor.
¡Ven pronto, Señor, te anhelo! Amén.
-45-
CAPÍTULO 4
L
legamos ahora al capítulo cumbre. En todo este ca-
pítulo va a hablar el Amado. Aquí está la Canción
de las canciones. Aunque el Amado hable a lo largo
del día, esta es la Canción que Él nos canta. Es la Canción de
cómo Él nos ve. Miremos lo que dice el versículo 1: He aquí
que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; tus
ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada
de cabras, que se recuestan en las laderas de Galaad.
En el capítulo anterior vimos el casamiento y ahora aquí

vemos la consumación, la unión perfecta. Todo este capí-
tulo habla de la belleza de la Amada. Nuestro objetivo no
es mejorarnos, ni convencer, ni demostrar, ni tratar de ser
importantes, sino verlo a Él como Él nos ve. Aunque Él ha-
bla nuevamente de la belleza de la Amada, yo puedo verme
como Dios me ve, o puedo ir aún más profundo: verlo a Él y
ver lo que Él ve, es decir, cómo Él me ve.

Vemos, en esta descripción que hace que Él nombra siete ca-
racterísticas de ella, quien ha sido completamente transfor-
mada. De ahí que el siete es el número perfecto. Podríamos
resumir, antes de analizar aspecto por aspecto, tres hechos:
-47-
SIGUE LAS HUELLAS
a. Él se siente bien con ella.

b. Él es amable con ella.
c. Él demuestra que Su amor está en ella.

A Dios, nadie lo vio jamás; entonces nosotros armamos
una imagen o una representación interna de cómo es Él.
Esa imagen está viciada y contaminada por imágenes de
nuestro papá y nuestra mamá. Es por ello que recurrir a La
Palabra destruye esas imágenes para que podamos verlo a
Él, conocer Su corazón y empezar a vernos como Él nos ve.

En el versículo 1 vemos que la palabra hermosa se repite dos
veces. La repetición intensifica lo que va a describir: la mi-
rada de Dios sobre nosotros.

Aquí el Amado no le habla de la autoestima; le habla de algo
mucho más trascendente: la belleza que posee por la trans-
formación de Su amor, el amor del Amado. Cuando empe-
zamos a experimentar la belleza que produjo en nosotros,
estamos en aguas muy profundas, estamos escuchando el
Cantar de los Cantares. Miremos ahora las siete descripcio-
nes:

a. Tus ojos entre tus guedejas. Este último término significa
“cabellos” que son como un velo de la Amada y nos habla de
docilidad, de sensibilidad. Su mirada, su visión, se refiere a
calma, a paz. El Amado visualiza detrás del velo que le cu-
bre toda la cara. El velo también representa la humildad, la
-48-
SIGUE LAS HUELLAS
modestia. Los ojos simbolizan el discernimiento espiritual;

ella tiene un enfoque perfecto.

b. Tus cabellos como manada de cabras. La descripción que hace
aquí es que el cabello de ella es largo, está suelto, en movi-
miento, así como las cabras tenían el pelo negro ondula-
do. El cabello representa la consagración. Ella está entrega-
da. De allí que la compare a las cabras que eran utilizadas
como ofrenda. Ella tiene una consagración que está bien
alimentada y lista para ser ofrendada. Una disposición a la
consagración permanente.
Continuemos con la descripción y veamos lo que dicen los

versículos 2 al 5:

V. 2: Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas, que suben
del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna entre ellas estéril.
V. 3: Tus labios como hilo de grana, y tu habla hermosa; tus meji-
llas, como cachos de granada detrás de tu velo.
V. 4: Tu cuello como la torre de David, edificada para armería; mil
escudos están colgados en ella, todos escudos de valientes.
V. 5: Tus dos pechos, como gemelos de gacela, que se apacientan
entre lirios.
Tus dientes. La característica que describe aquí es que son

iguales; están limpios; su boca está completa y todo es pa-
rejo. Los dientes representan el masticar, la capacidad de
comer La Palabra. La Amada tiene un comer perfecto.
-49-
SIGUE LAS HUELLAS
Ovejas trasquiladas significa que los dientes son iguales; que

suben del lavadero quiere decir que están limpios. Todas con
crías gemelas implica que son parejas y remarca que “ningu-
na entre ellas es estéril”, lo cual nos muestra que está com-
pleta.

c. Tus labios representan aquí su hablar, su expresión; y los
compara a “hilo de grana”, símbolo de la redención. La gra-
na era un color rojo. Su hablar está bajo el gobierno de la
redención; así como sus dientes son perfectos, su comer y
su hablar también son perfectos.
Tus mejillas es la expresión de nuestro rostro. El Rey ve que
lo que expresa también está marcado por la redención.
Tu cuello simboliza el carácter; de allí que el cuello erguido

o el cuello doblado sean símbolo del orgullo o de la humil-
dad, es decir, de la voluntad del hombre. Cuando lo compa-
ra con una torre, está hablando de la libertad, de la fuerza.
Tiene una voluntad firme. “Los mil escudos de valientes
que están colgados” hacen referencia al valor, a la fuerza;
tiene una voluntad que se anima, que acciona.
Tus dos pechos representan —dice W. Nee— la fe y el amor;

ambos crecen juntos, de allí que sean gemelos. “Que ambos
se apacienten entre los lirios” simboliza el descanso. Nece-
sitamos fe y amor.

Toda la descripción implica una belleza del espíritu. La be-
lleza interna, la transformación que comienza en el espíritu
-50-
SIGUE LAS HUELLAS
y se expresa a través del alma y del cuerpo. No es una be-

lleza del tipo “me siento linda” o “me siento lindo”. Es una
belleza operativa, una belleza que produce, una belleza que
se expresa, que acciona, que impacta.
Ahora, el Amado va a hacer una gran declaración en el v. 6:

Hasta que apunte el día y huyan las sombras, me iré al monte de la
mirra, y al collado del incienso.
En estas palabras, el Amado habla de la Segunda Venida.
Hasta que apunte el día lo hemos explicado en el capítulo an-
terior. Habla del día glorioso, cuando las sombras no estén
más, cuando vivamos viéndolo a Él cara a cara. Mientras
eso sucede, dice el Rey que estará la mirra y el incienso. Es
interesante que, cuando la Novia salió del desierto, en el
capítulo anterior, estaba perfumada con mirra; pero ahora
debe ir al monte de la mirra. También anteriormente estaba
perfumada con incienso, pero ahora debe ir al collado del
incienso. Ya no alcanza un “toque”, ahora debemos vivir en
ese monte. Eso es la muerte y la resurrección del Señor, ya
no como un acto, sino como un monte, un vivir.
Nuevamente, entonces, el Amado hace un resumen de todo

lo dicho en el v. 7: Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no
hay mancha.
Y, después de esta descripción de perfección hecha por el

amor del Amado, este expresa en el v. 8: Ven conmigo desde el
Líbano, oh esposa mía; ven conmigo desde el Líbano. Mira desde la
-51-
SIGUE LAS HUELLAS
cumbre de Amaná, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde

las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.
Él ahora la llama a que se levante y vaya con Él; es decir, a
una vida de ascensión. Le dice que mire desde la cumbre
de Amaná que significa “verdad”; desde esta cima nosotros
caminamos. Luego alude a la cumbre de Senir que signifi-
ca “armadura blanca” y de Hermón que significa “destruc-
ción”. Es decir, la verdad, la armadura y la destrucción.
Está hablando aquí de cimas de victoria, de lugares celestia-
les, y dice que desde allí nosotros caminamos. “Desde las
guaridas de los leones y los montes de los leopardos” pro-
bablemente haga referencia al mundo de donde ella viene,
en el cual hay animales peligrosos.
Pero nosotros estamos en la cima de la victoria con Él. Nues-

tra visión es una visión celestial y batallamos contra anima-
les feroces con armas del espíritu. Al repetir “ven conmigo”
dos veces, hace alusión a la importancia del aumento de
comunión que ambos deben tener.
Miremos ahora los versículos 9 al 11:
V. 9: Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has apresado mi

corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.
V. 10: ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!
¡Cuánto mejores que el vino tus amores! ¡Y el olor de tus ungüen-
tos que todas las especias aromáticas!
-52-
SIGUE LAS HUELLAS
V. 11: Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y

leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor
del Líbano.
Dice el Amado que la mirada de la Amada lo derritió, lo cau-

tivó. Esta expresión sublime solo puede ser comprendida y
disfrutada por la revelación del Espíritu Santo: que el Dios
eterno se haya enamorado de nosotros.
Otro significado es también hacer que mi corazón lata más
rápido por amor.
La gargantilla del cuello representa el hecho de que un de-
talle fue suficiente; una joya de su collar, una mirada, un
detalle, alcanzó para el Amado.
Vemos aquí que no es por esfuerzo ni por la ley que nos ga-
namos el amor del Señor.
Aquí, por primera vez, el Rey la llama “hermana” aludien-
do a que ahora tienen la misma naturaleza, la misma reale-
za. La expresión prendiste mi corazón significa: “Me has dado
aliento”. Es decir, me animaste y me alentaste a acercarme a
vos para poder amarte.
Es que ella, a través del amor, abrió el corazón en el v. 10:

¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto
mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que to-
das las especias aromáticas!
Él ahora le dice que su amor es mejor que el vino; expresión
que ella utilizó en el capítulo 1:2. Nuevamente aquí vemos
-53-
SIGUE LAS HUELLAS
la unión profunda de ser uno; de allí que se reitere el olor

del perfume.
Dice el versículo 11: Como panal de miel destilan tus labios, oh

esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vesti-
dos como el olor del Líbano.
La Novia ahora tiene un hablar perfecto. Ella tiene miel
y leche; es decir, que hay riquezas en ella. De su boca, sale
alimento, palabras de victoria, y eso se ve. Por eso, compara
“el olor de sus vestidos con el olor del Líbano”. Su conducta
externa también está rodeada de la presencia del Señor. No
solo serlo, sino también parecerlo.
Dicen ahora los versículos 12 al 14:
V. 12: Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; fuente ce-
rrada, fuente sellada.
V. 13: Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves. De
flores de alheña y nardos;
V. 14: nardo y azafrán, caña aromática y canela. Con todos los ár-
boles de incienso; mirra y aloes, con todas las principales especias
aromáticas.
Ahora el Amado enfatiza que ella es un huerto y una fuente

que están cerrados al mundo. Esto habla del espíritu. Nadie
puede acceder a lo profundo de nuestro ser; hay un cartel
invisible que dice: “Prohibido entrar”. Nosotros hemos sido
separados para Él. No somos cualquier jardín.

-54-
SIGUE LAS HUELLAS
La belleza del espíritu, la interna, dicen los versículos 13 y

14, produce toda clase de perfumes. Nuestras experiencias
con Él siempre serán mucho mayores que lo que podamos
hablar, expresar y cantar.
Los granados representan el fruto, la belleza. Las otras flo-
res son notorias por su color y su fragancia; la multiplicidad
y variedad que sale de nuestro huerto es ilimitado.
Veamos entonces el versículo 15: Fuente de huertos, pozo de

aguas vivas, que corren del Líbano.
Aquí vemos que nosotros somos una fuente; es decir, lo
espontáneo, lo que fluye, lo que Dios pone en nuestro cora-
zón, la guía, lo nuevo, lo novedoso. Pero también somos un
pozo. Esto es lo que guardamos, repetimos, atesoramos y
reiteramos. Hay poder en la repetición. Repetir no es para
convencer a Dios, sino para decirle que no nos paramos en
nuestra alma, ni en lo que sentimos o pensamos, sino en lo
que Él nos dijo. Seremos fuente para regar otros huertos,
pero también tenemos aguas vivas que correrán para ben-
decir a muchos.
En este ejercicio, te invito a que coloques música de adora-

ción muy suave y que puedas decirle: “Señor, aquí estoy
para disfrutarte. Quiero verte y, al verte en silencio, ser
transformado y experimentar el capítulo 4”. Disfrutá del
Señor en silencio. Si surge una canción, cantale; permití que
-55-
SIGUE LAS HUELLAS
la transformación de Él, y cómo Él te ve, invada cada célula

de tu cuerpo, de tu alma, y que la gloria de Él inunde todo tu
ser. No te esfuerces, no trates de forzar nada.

Verás cómo Él disfruta de tu presencia, de tu mirada, de tu
fuerza, de tu voluntad. Luego de pasar un tiempo así, deci-
le: “Señor, subo al monte y desde arriba declaro victoria en
todas mis luchas. Mi visión es una visión de victoria. Mis
dientes comen Tu Palabra y mi boca habla hermosura. Mis
mejillas expresan alegría. Mi voluntad es firme, y fe y amor
crecen en mí.

Camino y vivo en el monte de la mirra y del incienso, de la
cruz y de la resurrección. Percibo Tu amor hacia mí; huelo
el perfume que sale de mí y en mi boca hay miel y leche. He
sido reservado y aislado para ti. Soy una fuente cerrada y
sellada y un huerto cerrado. Todo tipo de experiencias es-
tán en mí. ¡Señor, hoy me levanto viéndome como Vos me
ves!”.
-56-
CAPÍTULO 5
C
omenzamos con el versículo 16 del capítulo 4 que
dice: Levántate, Aquilón, ven, Austro: soplad en mi
huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi Amado a su
huerto, y coma de su dulce fruta.
Dice el Amado ahora en el versículo 5:1: Yo vine a mi huerto,

oh hermana, esposa mía; he recogido mi mirra y mis aromas; he
comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed,
amigos; bebed en abundancia, oh amados.
Aquí vemos que nombra la mirra, los aromas, el panal, la
miel, el vino, la leche; habla de la satisfacción plena. En mi
espíritu hay una producción extraordinaria. De allí que el
Amado enfatice: “mi huerto, mi mirra, mis aromas”. Noso-
tros le pertenecemos a Él. Nadie nos puede tocar. Este “mi”
aparece nueve veces.

En los capítulos 4:9-10 y 12 y 5:1-2 habla de “mi hermana,
mi Novia”; de la posesión de Él como persona. Pero ahora
habla de la producción. No solo nosotros le pertenecemos a
Él, sino que el fruto que producimos también es de Él.
-57-
SIGUE LAS HUELLAS
Podríamos representar lo expuesto en tres símbolos:

-La mirra y las especias: el olor, la unión.
-La miel y el panal: la dulzura del vínculo.
-El vino y la leche: el cumplimiento de la alegría y la satis-
facción.
Vemos que, al concluir, el Amado invita a los amigos; ellos

deben comer del fruto del Espíritu que Cristo produce en
nosotros. El aumento de Cristo es para que el Cuerpo crez-
ca, para que otros también sean bendecidos.
Ahora aparece una nueva enseñanza en el capítulo 5:2-6:

Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi Amado que
llama: ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta
mía, porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas
de la noche. Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir?
He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar? Mi Amado metió su
mano por la ventanilla, y mi corazón se conmovió dentro de mí. Yo
me levanté para abrir a mi Amado, y mis manos gotearon mirra, y
mis dedos mirra, que corría sobre la manecilla del cerrojo. Abrí yo
a mi Amado; pero mi Amado se había ido, había ya pasado; y tras
su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me
respondió.
La Novia ahora se encuentra durmiendo y el Amado la está
llamando. En el versículo 2 enfatiza: Hermana, amiga, palo-
ma, perfecta. Ha aumentado Su relación y Su intimidad con
ella. Frente al llamado, ella pone la excusa de estar desnu-
da y de no querer volver a ensuciarse. El Amado, enton-
ces, coloca Su mano por la ventana. Él insiste, quiere que
-58-
SIGUE LAS HUELLAS
ella se levante y le abra. Finalmente, cuando ella lo hace,

en el versículo cinco, sale a buscarlo, pero Él se había ido.
Esto nos enseña que hay momentos en los que el Señor nos
llama, pero nosotros, a causa de nuestra comodidad, por
nuestra distracción, por nuestra pereza, nos perdemos de
una experiencia con Él. Él insiste y coloca Su mano, símbolo
de recordar la cruz. Cuando la Novia sale a buscarlo, Él se
ha ido, pues quiere generar en ella (así como en nosotros) el
anhelo y el deseo de buscarlo.
Ella entonces sale a buscarlo intensamente y le dice en los

versículos 7 y 8: Me hallaron los guardas que rondan la ciudad;
me golpearon, me hirieron; me quitaron mi manto de encima los
guardas de los muros. Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si
halláis a mi Amado, que le hagáis saber que estoy enferma de amor.
Ella ahora no solamente lo está buscando, sino que los guar-
das de la ciudad le quitan el manto, la golpean, la hieren y la
dejan medio muerta en el camino. Es interesante como en
la parábola del samaritano también a él le quitan la ropa. El
manto representa a las personas que ya tenemos a Cristo. Es
por ello que, ahora, ella hace una declaración hablándoles a
las doncellas de Jerusalén. Ella ha entendido que está enfer-
ma de amor. Es decir, que se refiere a las limitaciones en su
alma para poder entender, disfrutar y apreciar la grandeza
de su Amado.
En el versículo 9 las doncellas de Jerusalén le responden

como símbolo de las personas inmaduras: ¿Qué es tu Amado
-59-
SIGUE LAS HUELLAS
más que otro Amado, oh la más hermosa de todas las mujeres?

¿Qué es tu Amado más que otro amado, que así nos conjuras?
Le preguntan: “¿Qué? ¿Es tu Amado más que otro? ¿Por
qué esta búsqueda tuya? ¿Por qué tanta insistencia?”. Son
preguntas de personas que aún no han experimentado su
comunión diaria con el Señor y solo observan a quienes sí
la tienen.
Así es como ella hará una descripción extraordinaria desde

el versículo 10 al 16: Mi Amado es blanco y rubio, señalado entre
diez mil. Su cabeza como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros
como el cuervo. Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de las
aguas, que se lavan con leche, y a la perfección colocados. Sus me-
jillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores;
sus labios, como lirios que destilan mirra fragante. Sus manos,
como anillos de oro engastados de jacintos; su cuerpo, como claro
marfil cubierto de zafiros. Sus piernas, como columnas de mármol
fundadas sobre basas de oro fino; su aspecto como el Líbano, esco-
gido como los cedros. Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable.
Tal es mi Amado, tal es mi amigo, oh doncellas de Jerusalén.

En el versículo 10, la expresión blanco y rubio es literalmente
“deslumbrante” y “rojizo” que hace referencia a la luz de la
transfiguración y a lo rojizo de la salvación. Señalado entre
diez mil: la palabra señalado quiere decir “levantado como
una bandera”; esto significa que Cristo es bandera sobre
toda la humanidad. Podemos verlo, identificarlo y saber
que Él es mayor y superior a cualquier ser humano.
-60-
SIGUE LAS HUELLAS
Los grandes autores nos dan el simbolismo de cada detalle.

Ahora, enumera detalladamente:

Su cabeza como oro: se refiere a Su gobierno que es un gobier-
no del máximo valor, de oro. “El oro más fino” se refiere
al más alto grado de calidad y de excelencia; “sin mezcla”
habla de Su naturaleza divina.

Sus cabellos: el cabello negro es símbolo de la consagración.
Dios está enteramente entregado y consagrado a nosotros.
El cabello negro y ondulado es un símbolo de vitalidad,
fuerza y plenitud. Él está consagrado a bendecirnos con to-
das Sus fuerzas.

Sus ojos: hablan de Su visión, Su mirada; representan Su vi-
sión ajustada, perfecta, y un conocimiento que todo lo ve.

Sus mejillas: aluden a Su rostro, el cual se veía brillante como
el bálsamo.
Es Su expresión emocional, amorosa, lo que Él experimenta
hacia nosotros. Es como fragancia o perfume; no enojo ni
deseo de lastimarnos.

Sus labios: simbolizan Su hablar dulce; el lirio representa
pureza y belleza, mientras que la mirra habla de Su muerte,
de la belleza redentora de la cruz.

-61-
SIGUE LAS HUELLAS
Sus manos: representan la acción. Hablan de las obras de Su

creación. Él tiene todo poder, su acción es divina. “Engasta-
dos de jacintos” simboliza algo costoso y hermoso.
Recordemos que la metáfora, siempre que alguien la utili-
za, está intentando transmitir un significado mucho más
profundo que lo que está diciendo en la superficie.

Sus piernas: utiliza la imagen del mármol. Esto habla de Su
propósito, Su caminar, Su belleza y Su estabilidad.

Su paladar o su boca: nos remite a las palabras, a su hablar
dulce. Todo lo que el Señor hace está impregnado de belle-
za, poder y magnificencia.

Sus pupilas: están bañadas en leche, lo cual representa lo
blanco de sus ojos.

Su cuerpo: habla de fortaleza; la Iglesia es su Cuerpo. Noso-
tros somos claro marfil cubierto de zafiros.

Entonces, concluye: “Tal es mi Amado”.

Ella puede describir, con más precisión y un aumento, la be-
lleza del Señor. Este es el desafío que tenemos: que, a medi-
da que avance nuestra comunión, podamos describirles la
belleza del Señor a quienes no lo conocen. No somos llama-
dos a predicar del bautismo, ni del ayuno, ni de la oración;
aunque esas son verdades importantes, nada se compara
con la belleza del Señor.
-62-
SIGUE LAS HUELLAS
Señor, te pido que me muestres ahora todos los cambios que

has hecho en mi carácter; que me muestres las bendiciones
que me has dado y el fruto que has producido en mí. Quiero
mostrártelos para darte gracias.

Señor, te pido que me muestres ahora, con la guía de Tu
Espíritu, las veces que me buscaste y yo no te respondí. Re-
velalo ahora en mi corazón porque quiero entregarlo en la
cruz para su muerte.

Señor, mostrame ahora a qué personas debo ir para contar-
les cómo sos Vos para mí.

Señor, te adoro. Vos sos mi Amado y sos mi bandera entre
todos los seres humanos. Tu gobierno es perfecto. Tu visión
es hermosa. Tu carácter es extraordinario. Tu hablar siem-
pre es amoroso. Lo que hacen Tus manos siempre me ben-
dice. ¡Me guiás hacia la victoria en todo tiempo y Tu Palabra
es hermosa! ¡Gracias, Señor! ¡Te adoro! Saldré a compartir
quién sos Vos para mí a_____________________________
________________________________________________

Te adoro y te doy gracias por el aumento de Cristo, al reco-
rrer el camino de la Amada.
-63-
CAPÍTULO 6
D
ice el versículo 1: ¿A dónde se ha ido tu Amado, oh la
más hermosa de todas las mujeres? ¿A dónde se apartó
tu Amado, y lo buscaremos contigo?
Luego de la descripción extraordinaria que hace, la Amada
despierta en todas las doncellas de Jerusalén el deseo de
buscarlo a Él.
Cuando nosotros aumentamos nuestra comunión con el
Señor y logramos compartir, en experiencia y en vida, lo
que Él es para nosotros, algo se despierta en el corazón de
los que nos rodean para salir también a buscar Su gloria.
Ella, la Amada, hace un descubrimiento extraordinario…
Versículos 2 y 3: Mi Amado descendió a su huerto, a las eras de

las especias, para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios.
Yo soy de mi Amado, y mi Amado es mío; Él apacienta entre los
lirios.
La Novia descubre que Él vive en su huerto, en su espíri-
tu, en su interior, en ella misma. Ve que el Amado nunca
se fue, sino que ella buscaba afuera lo que estaba adentro.
Si notamos en el v. 2, la palabra “huerto” está en singular:
es ella misma; mientras que, posteriormente, ella descubre
-65-
SIGUE LAS HUELLAS
que también Él está en los huertos. Es decir, en el corazón

de cada creyente.
Es interesante poder estudiar la palabra jardín en Cantares.

Si deseás hacerlo, te dejo aquí los pasajes: 4:12,15,16 y 5:1. La
expresión “mi Amado” aparece reiteradamente en el libro.
Si te agradara estudiarla, se encuentra en 1:13,14,16 y
2:3,8,9,10,16,17. También en 4:16 y 5:2,4,5,6.
El Amado encuentra frutos en el huerto.
Esos lirios representan la paz que Él toma de nosotros; de
allí que entonces el versículo 3 hable de que ella es de Él y Él
de ella. La unión es perfecta: Cristo en mí y yo en Él.

El versículo 2:16 dice que Él apacienta entre los lirios y aquí
en el 6:3 vuelve a repetirlo. Ha descubierto que el Señor no
cambia; que Él sigue trabajando en ella.
Si deseás estudiar el tema de los lirios, aquí te dejo los pasa-
jes: 2:1,2,16; 4:5; 5:13; 6:2,3; 7:2.

Así que ahora, el Amado hará una nueva descripción de
la belleza de la Novia. En el v. 4 expresa: Hermosa eres tú,
oh amiga mía, como Tirsa; de desear, como Jerusalén; imponente
como ejércitos en orden.
La compara a Tirsa y a Jerusalén. Tirsa era la ciudad donde
habitaban los príncipes y Jerusalén representa el esplendor.
Tirsa es donde estaba el palacio; Jerusalén, la ciudad del
gran Rey o el santuario celestial. No solamente posee belle-
za y esplendor, sino que también la compara a un ejército;
-66-
SIGUE LAS HUELLAS
ella es una guerrera. Hay belleza en nosotros, pero también

hay fuerza; hay resplandor, pero también hay valentía.

Literalmente dice “hay un ejército con estandartes” y, al
contemplarla, Él ve que esto es imponente, impresionante.
Es interesante que en el v. 10 también va a repetir que Él nos
ve como un ejército imponente.
Así que el Amado dice en el v. 5: Aparta tus ojos de delante de

mí, porque ellos me vencieron. Tu cabello es como manada de ca-
bras que se recuestan en las laderas de Galaad.
Él se encuentra vencido. ¡Qué expresión tan profunda! Él
está cautivado por el amor que nos tiene.

Versículos 5 al 9: Aparta tus ojos de delante de mí, porque ellos
me vencieron. Tu cabello es como manada de cabras que se recues-
tan en las laderas de Galaad. Tus dientes, como manadas de ovejas
que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y estéril no hay
entre ellas. Como cachos de granada son tus mejillas detrás de tu
velo. Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, y las don-
cellas sin número; mas una es la paloma mía, la perfecta mía; es la
única de su madre, la escogida de la que la dio a luz. La vieron las
doncellas, y la llamaron bienaventurada; las reinas y las concubi-
nas, y la alabaron.
El cabello representa la consagración.
Los dientes representan la asimilación; “dientes como ma-
nadas de ovejas saliendo del lavadero” significa que su
comer espiritual está radiante y “todas con crías gemelas”
representa que tiene todos los dientes parejos, su sonrisa es
-67-
SIGUE LAS HUELLAS
perfecta. Es decir, que ella tiene un deseo de comer al Cristo

perfecto.
Luego describe que sus mejillas son “como cachos de gra-

nada”, es decir, rosadas. Esto habla de la expresión de las
emociones.
Y dice en los versículos 8 y 9: Sesenta son las reinas, y ochenta

las concubinas, y las doncellas sin número; mas una es la paloma
mía, la perfecta mía; es la única de su madre. La escogida de la que
la dio a luz. La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada;
las reinas y las concubinas, y la alabaron.
Cristo tiene una sola Esposa en el aspecto individual, pero
muchas personas que lo aman; algunos como reyes, otros
como concubinas y otras en calidad de vírgenes. Es decir
que, dentro de una Esposa, hay roles distintos que todos
ocupamos. Dios posee una red perfecta con roles distribui-
dos para expresar Su belleza.
Las doncellas eran las mujeres jóvenes o vírgenes en edad

de casarse. Las concubinas eran esclavas que funcionaban
como madres sustitutas o esposas secundarias. Y las reinas
lo hacían como gobernantes. Vemos tareas distribuidas que
la Amada puede ver al entrar en el palacio.

Sin embargo, en el v. 9 va a decir que Él nos ve como uno.
Cuando Dios mira la Iglesia, no ve a muchos sino a uno.
-68-
SIGUE LAS HUELLAS
El carácter es de “paloma perfecta, única de su madre”, ya

que es la gracia la que nos dio a luz. Y cuando somos vistos
cada uno en su rol, vemos al Cuerpo de Cristo y alabamos
como uno al Rey de la gloria.

Aquí en el v. 9 vuelve a repetir lo mismo que en el 5:2; es de-
cir, Él no ha cambiado su perspectiva con nosotros. Todos
nosotros tenemos dones, llamados y tareas; pero cuando
miramos al Cuerpo como uno, debemos entender que allí
está la perfección, el amor y la victoria.

Poner por encima mi tarea, mi área, mi ministerio o mi lla-
mado es no ver que el Amado tiene una sola Amada. Por
eso, en este punto, dice el Amado en el versículo 10: ¿Quién
es esta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclare-
cida como el sol, imponente como ejércitos en orden?
En ella se ve el alba. Si te gustaría estudiar este concepto, po-
dés leer en 2:17; 4:6. No hay sombras en ella, hay un aumento
de luz y un aumento de Cristo. Hermosa como la luna, ella
es celestial y brilla en la Tierra.
El sol representa que está llena de luz de Cristo y, a la vez, es
imponente por su fuerza y su valor.
Dice el versículo 11: Al huerto de los nogales descendí a ver los

frutos del valle, y para ver si brotaban las vides, si florecían los
granados.
El huerto de los nogales es el huerto de las nueces. Él des-
ciende allí para ver frutos, para ver las vides, para ver los
-69-
SIGUE LAS HUELLAS
granados. Nuevamente la multiplicidad de frutos que

Él produce en nosotros.
Y allí entonces continúa en el versículo 12: Antes que lo supie-

ra, mi alma me puso entre los carros de Aminadab.
¿Qué significa que el corazón del Amado se puso entre los
carros de Aminadab? Aminadab significa “mi pueblo dis-
puesto”. Y termina con el versículo 13 donde la llama sula-
mita que quiere decir “hija de paz” y es la forma femenina
de Salomón. Por primera vez, ella ahora es imagen y seme-
janza del Amado; ha crecido, ha sido transformada, y ahora
ella puede ser mirada. No tiene obstáculos ni limitaciones,
todo el mundo la quiere y lo que verán es como la reunión
de dos campamentos.
Esta expresión puede traducirse como “la danza de dos

ejércitos”. La danza es una señal de victoria. Es decir, cuan-
do nos ven celebrando, bailando nuestras victorias. Para
“dos campamentos” la palabra en hebreo es un lugar geo-
gráfico: Mahanaim que significa “dos compañías o dos ejér-
citos”. Mahanaim es donde Jacob vio a los ángeles (Génesis
32:2). El sitio donde Jacob y Esaú se reconciliaron; es decir,
representa el lugar de la celebración de las victorias.
Hay un baile que haremos celebrando las victorias perso-
nales, familiares, económicas, etc.
-70-
SIGUE LAS HUELLAS
Señor, aumenta en mí Tu belleza; que cuando hable, te des-

criba y te comparta, la gente pueda preguntar como en el
capítulo 6: “¿Dónde está el Amado para buscarlo?”.
Señor, poné en mí palabras dulces, de gracia, de amor. Cada
palabra que salga de mí, describiéndote, que produzca una
pasión y búsqueda en mis amigos, familiares y compañe-
ros.

Señor, oro por____________________________________
________________________________________________
Y cuando los vea, les hablaré de Tu belleza. Gracias porque

soy un huerto que produce.

Señor, gracias por cómo me ves. Gracias porque Tu amor, Tu
corazón, es perfecto hacia mí.

Señor, me consagro plenamente; como, me alimento de Tu
Palabra; expreso todas mis emociones a ti. Y te doy gracias
porque en el Cuerpo de Cristo hay roles o tareas distintos,
pero somos uno en Vos. Te pido perdón por todas las veces
que pensé individualmente y dejé de ver que somos uno en
Cristo, el Señor.

Hoy declaro que hay luz en mi vida, belleza como la luna
y resplandor como el sol. Me levanto como un ejército de
-71-
SIGUE LAS HUELLAS
valor y de poder, Señor; y cuando vengas a mí, habrá frutos

extraordinarios.
Señor, estas son mis luchas__________________________
________________________________________________
“Ahora, declaro que terminaré sobre ellas bailando, dan-

zando y celebrando. Y cuando me vean, verán la victoria.
En el nombre de Jesús. Amén”.
-72-
CAPÍTULO 7
A
quí Watchman Nee y Witness Lee nos dan luz so-
bre la simbología de la descripción.
Sería interesante, a fin de que puedas estudiar la
primera descripción de la Novia que hace el Amado, ir a
Cantares 4:1-5.
La segunda está en Cantares 6:4 al 9.
Y esta es la tercera, en la cual el Amado continúa con la des-
cripción del aumento de Cristo en ella, en el capítulo 7 del
versículo 1 al 5.

V. 1: ¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, oh hija de prín-
cipes! Los contornos de tus muslos son como joyas, obra de mano
de excelente maestro.
V. 2: Tu ombligo como una taza redonda que no le falta bebida. Tu
vientre como montón de trigo cercado de lirios.
V. 3: Tus dos pechos, como gemelos de gacela.
V. 4: Tu cuello, como torre de marfil; tus ojos, como los estanques
de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; tu nariz, como la torre
del Líbano, que mira hacia Damasco.
V.5: Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo; y el cabello de tu
cabeza, como la púrpura del rey suspendida en los corredores.
-73-
SIGUE LAS HUELLAS
Hija de príncipes: alude a que somos parte de la familia real.

Las sandalias: nos hablan de nuestro caminar.
Tus muslos: representan la capacidad de mantenernos en
pie.
Tu vientre: se refiere al trigo, es decir, a la prosperidad.
Tu ombligo: simboliza la vida interna.
Tus dos pechos: son símbolos, dice W. Nee, de la fe y el amor
que crecen en paralelo.
Tu cuello: habla de voluntad.
Torre de marfil: indica la fortaleza.
Tus ojos como estanques: representan aguas quietas; es decir,
que su mirada está llena de reposo.
Hesbón significa “inteligencia” y Bat-rabim significa “hija de
muchos”.
Tu nariz: se refiere a la capacidad del olfato; es discernir los
ambientes, percibir los olores; representa la intuición o el
discernimiento espiritual.
Tu cabeza: representa la capacidad de pensar; la compara
con el Carmelo, donde Elías demostró el poder de la pre-
sencia de Dios.
El cabello como la púrpura del rey: simboliza la consagración.
Antes era negro (en las descripciones del 4:4 y 6:5), pero
ahora hay un aumento que refleja la realeza del Rey en su
consagración.
Suspendida en los corredores: quiere decir que el Rey está cau-
tivo por las trenzas de la mujer. Esto representa los detalles
de la consagración.

-74-
SIGUE LAS HUELLAS
Ahora, continuando con la descripción, recordemos que

estamos en un aumento extraordinario de Cristo. Dicen los
versículos 6 al 9:

V. 6: ¡Qué hermosa eres, y cuán suave, oh amor deleitoso!
V. 7: Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos a los ra-
cimos.
V. 8: Yo dije; subiré a la palmera, asiré sus ramas. Deja que tus
pechos sean como racimos de vid, y el olor de tu boca como de
manzanas…
V. 9: Y tu paladar como el buen vino, que se entra a mi Amado
suavemente, y hace hablar los labios de los viejos.
Describe la estatura: la Amada ha crecido. Se la compara

a la palmera, alta y recta, pues ha alcanzado la altura de la
plenitud de Cristo.
Tus pechos: representan la capacidad de bendecir a otros;
también en este aspecto ha aumentado. Se la compara a
racimos de uva que dan placer y satisfacción, a lo cual se
le suma que ella habla palabras que alimentan su paladar
como el buen vino.
Su hablar ha sido totalmente transformado. Algo intere-
sante para señalar es que en el versículo 9 el Amado dice:
Y tu paladar como el buen vino y lo que sigue lo dice la Novia,
como si interrumpiera al Señor. Significa que Él entra en
ella como el buen vino; sin importar la edad cronológica La
Palabra hace hablar aún a los viejos.

-75-
SIGUE LAS HUELLAS
Entonces, ahora, la Amada sigue hablando del versículo 9b

y dice del 10 al 13:
V. 10: Yo soy de mi Amado, y conmigo tiene su contentamiento.

V. 11: Ven, oh Amado mío, salgamos al campo, moremos en las
aldeas.
V. 12: Levantémonos de mañana a las viñas; veamos si brotan las
vides, si están en cierne, si han florecido los granados; allí te daré
mis amores.
V. 13: Las mandrágoras han dado olor, y a nuestras puertas hay
toda suerte de dulces frutas, nuevas y añejas, que, para ti, oh Ama-
do mío, he guardado.
Ella describe que le pertenece y Él la desea; lo invita a salir

al campo y a las aldeas, símbolo de recorrer el mundo. Le-
vantarse temprano para buscar el fruto: el crecimiento a lo
largo de todo el día.

El versículo 11 dice salgamos; ella ya no trabaja sola, ya que
ha sido unida con Él como uno. Son dos como uno que re-
corren el mundo.
Aldeas nos hablan de que somos peregrinos y estamos de
paso en este viaje.

El versículo 12 dice que ella ya no es una viña, sino muchas
viñas; ha crecido, se ha multiplicado en otras personas.

De mañana hace referencia a su búsqueda, su pasión, su
anhelo; se ha muerto en ella la vagancia, la quietud.
-76-
SIGUE LAS HUELLAS
La Amada ahora está interesada en ver que otros tengan

fruto, que crezcan, que haya señales de vida.

Ella ahora le puede dar.

Allí te daré mis amores, en el v. 12, nos dice que ella ahora ex-
perimenta el hecho de que todo lo que ha recibido lo com-
parte, lo expresa, pues quiere ver a otros crecer.
Las mandrágoras del versículo 13 son una planta relaciona-
da con el amor. El amor ha aumentado. El fruto ha crecido.
La expresión nuestras puertas habla de comienzos, de en-
tradas, donde los proyectos que iniciaron allí también ten-
drán todo tipo de victoria. Termina con “nuevas y añejas he
guardado para ti”. Es decir, que hay frutos nuevos y viejos.
Señor, estoy en Tu presencia; quiero ver ahora Tu mirada y

que me muestres cómo me ves.
Permanecé en silencio y dejá que el Espíritu te muestre la
belleza que Él ha producido en tu vida y las bendiciones que
te ha dado; que Él exprese los aspectos que ha transforma-
do. Solo estate en silencio y permití que Él te hable.

Señor, salgamos al campo; me comprometo a hablar de Tu
amor y de Tu belleza; lo haré a_______________________
________________________________________________
-77-
SIGUE LAS HUELLAS
Nombrá cinco personas que vengan ahora a tu corazón

y decile: “Señor, salimos juntos; cuando termine este en-
cuentro con Vos, saldremos a hablarles y compartiré lo que
pongas en mi corazón con cada uno. ¡Gracias! Mi amor y
mi alegría es ver a otros conocerte y crecer. En el nombre de
Jesús. Amén”.
-78-
CAPÍTULO 8
D
ice la Hermana aquí en el versículo 1: ¡Oh, si tú
fueras como un hermano mío que mamó los pechos de
mi madre! Entonces, hallándose fuera, te besaría, y no
me menospreciarían.
La Novia desea que Él fuese como un hermano. Es que en
ese entonces las parejas no podían expresar el amor públi-
camente; pero sí podían expresar el cariño los hermanos.
La Hermana anhela poder mostrarles a los demás cómo es
su Amado. Ella quiere compartir. Llegando al final del capí-
tulo, vemos la insistencia y la prevalencia de compartir con
los demás todo lo vivido en este recorrido.

En el capítulo 1, la Amada le pidió besos al Amado; pero
ahora es ella expresando sus besos públicos a Él. Entonces,
dice en los versículos 2 y 3:

V. 2: Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre; tú me enseña-
rías, y yo te haría beber vino, adobado del mosto de mis granadas.
V. 3: Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace.

-79-
SIGUE LAS HUELLAS
La casa de la madre representa la gracia. La Amada sabe

que es por gracia; que es la gracia la que dio a luz la nueva
vida del Espíritu; la gracia que es el amor del Señor.
El versículo 3 nuevamente repite el abrazo y la experiencia
de ser Amada.
Entonces, ahora comenta y cuenta a los demás lo siguiente

en el versículo 4: Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, que no
despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera.
Ella reitera lo que ya hemos analizado. No debemos presio-
nar al Señor; Él tiene tiempos, guías extraordinarias. Con
sentirnos Amados alcanza para descansar en Él.
Ahora, deja de hablar la Amada y hablan los demás en el

versículo 5: ¿Quién es esta que sube del desierto, recostada sobre
su Amado? Debajo de un manzano te desperté; allí tuvo tu madre
dolores, allí tuvo dolores la que te dio a luz.
La gente ahora se pregunta, al ver a la Novia, algunos as-
pectos interesantes. Ella está subiendo, no descendiendo;
está recostada en su Amado. Representa a la Iglesia que
siempre está hacia delante y cuya fuente y apoyo es el Señor.

Es el Señor quien le responde diciéndole y recordándole
que ella nació de una madre con dolores. Representa la gra-
cia salvadora, la paciencia del Señor, la espera de Él, el cui-
dado con el que Él nos dio a luz.
El Amado sigue hablando y dice en el versículo 6: Ponme

como un sello en tu corazón, como una marca sobre tu brazo; por-
-80-
SIGUE LAS HUELLAS
que fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos;
sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.
Él le pide a la Amada que le permita sellarle el corazón y
generar una marca en su brazo y su corazón. El corazón ha-
bla del ser y el brazo, del hacer. Porque, así como la muerte
irrumpe a todas las personas siendo esta su fuerza, también
el amor irrumpe venciendo a todas las personas.
El sello remarca que somos propiedad de Él.
Compara los celos con el Seol, que no reconoce tampoco
personas, sino que las recibe. De igual modo los celos son
fuertes, un fuego, una fuerte llama.
Sin embargo, dice el Amado en el versículo 7: Las muchas

aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese
el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo
menospreciarán.
Enfatiza que, a pesar de las muchas tribulaciones, nada
puede apagar el amor: ni los ríos, ni las dificultades, ni las
lluvias. Nada puede frenar el amor omnipotente del Señor.
Por eso, este amor no puede comprarse con ningún dinero,
no hay manera de comprarlo. Nada lo puede reemplazar ni
canjear. Tratar de comprarlo lo haría ser menospreciado.
Así, el Amado, en la conclusión de este recorrido, vuelve a

enfatizar el poder del amor.
Ahora dicen los versículos 8 al 10:
-81-
SIGUE LAS HUELLAS
V. 8: Tenemos una pequeña hermana, que no tiene pechos; ¿qué

haremos a nuestra hermana cuando de ella se hablare?
V. 9: Si ella es muro, edificaremos sobre él un palacio de plata; si
fuere puerta, la guarneceremos con tablas de cedro.
V. 10: Yo soy muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus
ojos como la que halla paz.
Esta “hermana pequeña” nuevamente hace alusión a los

otros. Dice que no tiene pechos; es decir, que no ha creci-
do. Representa al creyente inmaduro. Puede ser un muro
o una puerta: alguien firme o alguien dócil. Pero ambos
serán reconstruidos; uno como un palacio de plata y el otro
con tablas de cedro.
En el versículo 10, La Novia dice que ella ha sido muro y ha
tenido la capacidad de reproducirse en otros. Es por eso que
ella quiere compartir, formar, desarrollar a quienes aún no
han madurado en este amor.

Llegando al final del libro, nos damos cuenta de que, en
este recorrido, el acento está en los otros, en el aumento de
Cristo, en el compartir la fe y el amor a quienes no han sido
desarrollados todavía.
Ahora dicen los versículos 11 y 12:

V. 11: Salomón tuvo una viña en Baal-Hammón, la cual entregó a
guardas, cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata
por su fruto.
-82-
SIGUE LAS HUELLAS
V. 12: Mi viña, que es mía, está delante de mí; las mil serán tuyas,
oh Salomón, y doscientas para los que guardan su fruto.

Aquí hace alusión a que Salomón es dueño de las viñas. Las
personas las administran y le pagan, por ley, mil monedas
de plata. La Novia reconoce que la viña que es del Señor
también es de ella; y ella también le da una paga, pero lo
hace por la gracia y el amor. Y no solo eso, sino que además
le da doscientas monedas para los que guardan su fruto.

Su amor, su dar, su generosidad, se ha extendido no solo a
su hermana pequeña sin desarrollar, sino también a aque-
llos que sirven. Toda la mentalidad está puesta en bendecir
a los demás.

Baal-Hammón en el versículo 11 significa “señor de todo”.
Ella reconoce que el Amado es el dueño de todas las cosas.
Entonces, el libro termina con algo extraordinario. Veamos
los versículos 13 y 14:

V. 13: Oh, tú que habitas en los huertos, los compañeros escuchan
tu voz; házmela oír.
V. 14: Apresúrate, Amado mío, y sé semejante al corzo, o al cerva-
tillo, sobre las montañas de los aromas.

En el versículo 13, le habla Él y le dice: “Tú que habitas en
los huertos”; ya no es Él habitando con ella. Él le habla desde
el cielo y le dice: “Hazme oír tu voz”: sigue clamándome y
buscándome. Entonces, ella le responde al Amado: “Señor,
-83-
SIGUE LAS HUELLAS
como el corzo y el cervatillo, ven a la montaña de los aro-

mas, al monte de la eternidad.”
Señor, te adoramos. Gracias por todo este recorrido; he ca-

minado y experimentado el camino de la Amada; he sido
reconfortado, bendecido y ungido.

Señor, Vos sos mi hermano y quiero expresarte el amor pú-
blicamente; no hay palabras para describir el amor Tuyo, Tu
abrazo y Tu poder. Hoy me levanto subiendo de mi desierto
acostado en Tu corazón, recordando que un día nací por Tu
amor eterno hacia mí.

Señor, te entrego mi vida, mi corazón, séllalos; mis manos,
séllalas. Sé que Tu amor vence todas las cosas; nada podrá
apagar nuestro amor.

Ahora, Señor, pon en mi corazón a las personas a las que, a
partir de hoy y cada día, les hablaré de Tu amor__________
________________________________________________

Señor, me comprometo a compartir todo este aumento de
Cristo en mi vida ahora. Cada día hablaré de Tu amor; no
pasará un día sin que alguien reciba de Tu amor.

-84-
SIGUE LAS HUELLAS
¡Señor, gracias! Ha sido una experiencia maravillosa. Gra-

cias porque escucho Tu voz desde el cielo pidiéndome que
siga hablando y yo, como la Amada, te digo: “Apresúrate a
venir para que nos encontremos en las montañas del perfu-
me de la eternidad”.
“Ven pronto, Señor Jesús. Amén”.
-85-
CONCLUSIÓN
Querido amigo, hemos recorrido ocho días juntos.
Hemos caminado sobre el libro más hermoso, el libro de la

Canción de Dios. Sé que Cristo ha crecido en tu vida y que
has experimentado muchísimas cosas. Pertenece ahora a tu
historia, a lo que Él ha hecho hacia ti, al trato personal y es-
pecífico. Sé que, a partir de ahora, el hambre irá en aumento
y la luz del alba resplandecerá. Muchas personas conocerán
que Cristo es nuestro Señor.
Gracias por permitirme guiarte en este recorrido. Te he

dado algunas ideas sobre el texto bíblico para que luego
puedas hacer la experiencia. Es mi anhelo y oración que
ahora vos puedas guiar a otros hacia el crecimiento en Cris-
to.
Te bendigo y nos vemos pronto.
-87-

Sigue Las Huellas - BS - 2021

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MANZORRO, email lisimanzorro@yahoo.com.ar el 2021-09-06 09:08:10 en tienda.presenciadedios.com Prohibida la copia y

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1. Crecimiento Espiritual. 2. Dios. 3. Biblia. I. Título.

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Pacios, Antonio, El amor, Ediciones Acervo, 1982.

¡Hola! ¡Qué bueno estar juntos otra vez!

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“El lenguaje de Él es la poesía del amor”

-El lenguaje no “alcanza”, así como cuando le compartís a otro tu

Si te digo: “Nadá en el océano infinito de Su amor”, estás

“Bajo su sombra me senté y su grito fue dulce a mi paladar”.

-Recordá: es el lenguaje de la intimidad; no el de la popularidad.

Pero no te quedes solo en la belleza del lenguaje en sí, sino

Te invito a que puedas expresar tu amor ahora.

Dice 1:1: Cantar de los Cantares, el cual es de Salomón.

tico en el lenguaje del amor; su deseo de que Él venga y la

mana. Ella va, de manera directa, a querer experimentar y

En este libro vemos cómo ella y Él recurren a muchas imá-

veintiún especies de plantas, quince especies de animales

Miremos ahora el versículo 4: Atráeme; en pos de ti correre-

que ha experimentado comunión diaria siempre tiene un

Ahora sucede algo interesante. Miremos los versículos 5

Ella les expresa a las hijas de Jerusalén, que representan a

Miremos ahora el versículo 7: Hazme saber, oh tú a quien ama

le dice: “apacienta tus cabritos”. Ella, además de viña, tenía

Ahora miremos el versículo 12: Mientras el rey estaba en su

sin ningún tipo de esfuerzo, descubre que el perfume que

Entonces, al respirar su olor que era el perfume del Amado,

do un perfume que ella ahora está disfrutando, recibe una

Entonces ella, como interrumpiéndolo, expresa en los ver-

Ahora vamos a pasar a la experiencia.

Oro por vos:

Experiencia del Capítulo 1

Señor, ¡te invocamos! ¡Tu nombre es grande!

Señor, me gozo y te disfruto; te canto esta canción espon-

Me estoy acordando, Señor, de muchas bendiciones que me

Señor, veo que estoy lastimado; que hay errores, pecados,

Señor, declaro que soy amado, capacitado, bello, ungido.

estoy próspero y fuerte, camino en victoria y todo lo que

Es ella quien se está describiendo como alguien hermosa,

Habla de que no se ve mejor que los demás ni como alguien

Frente a esta descripción, el Amado le va a decir en el ver-

Ella ahora hace una devolución y expresa espontáneamen-

Hay un ida y vuelta de mutua exclamación y de mutua ex-

Y otra vez, algo imprevisto sucede en el v. 4: Me llevó a la casa

Ahora, ella hace una declaración en el versículo 5: Susten-

Ese “estoy enferma de amor” está describiendo que, al no

como un dolor “pasivo” de sorpresa y de aceptación que no

Entonces, al declarar esto y buscar seguir alimentándose,

Luego el versículo 7 continúa diciendo: Yo os conjuro, oh don-

Ella es ahora quien habla en el versículo 8: ¡La voz de mi Ama-

Es por ello que en el versículo 9 dice: Mi Amado es semejante

Ahora, la Amada va a escuchar una palabra específica para

El Amado le dice que se levante; usa las palabras amiga y

Observemos los versículos del 11 al 13: Porque he aquí ha pa-

1. Han venido las flores.

El Amado le dice también en el versículo 14: Paloma mía,

parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la