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Instituto tecnológico Nacional de México

Instituto Tecnológico de La Paz


Contador Publico

Materia:
Economía Internacional
Docente:
Horacio Valenzuela López
Alumno:
Aran Omar Fabela Robles
Grupo:
6°K
Trabajo:
Crisis de Argentina año 2017 entre 2019

CD. Constitución B.C.S. a 21 de mayo del 2021


Introducción

En esta investigación documental lo que se hará es investigar las distintas crisis

económicas que han sucedido en el pasar de los años en el país de argentina,

esta investigación esta dirigida a las últimas dos décadas donde se logró recabar

la información de la crisis que azoto el año 2001 la cual fue devastadora para

gobierno que se encargaba del país en ese instante, tanto que su presidente tras

algunos escándalos y la presión social decidido dejar el cargo y por ende el país

sufrió de consecuencias graves.

Después de investigar esa primer gran crisis económica que sufrió el país me fui a

investigar la siguiente la cual sucedió entre el año 2017 y el año 2019 que esta no

es la más actual, pero si la de mayor durabilidad en la actualidad y de mayor grado

de dificultad para el gobierno que estuvo en turno, por ultimo se llego a la mas

actual la cual empezó a mediados del año 2019 y la cual no han logrado salir de

ella por las complicaciones mundiales que se han suscitado en la actualidad, mas

bien conocida como “Covid-19”.

Esta crisis que hasta la actualidad sigue perdurando en argentina es de las más

catastróficas y con los índices negativos mas altos nunca antes vistos, pero aun

así el país sigue implementando medidas para lograr contrarrestar esta misma y

lograr mejorar su economía, sin más preámbulo prosigamos con la investigación.


Contenido

Con el retorno a la democracia en 1983 tras ser electo Raúl Alfonsín se incluyeron

medidas para estabilizar la economía del país, entre ellas la creación de una

nueva moneda, el austral. Pero el incumplimiento en el pago de préstamos generó

en gestión una inflación que superó más del 3 mil por ciento en 1989. Con la

llegada a la presidencia del gobierno neoliberal de Carlos Menem, el ministro de

Economía Domingo Cavallo aplicó en 1991 la Ley de Convertibilidad, en que se

fijó el valor del austral, y posteriormente del peso argentino, al mismo valor que un

dólar estadunidense, conocido popularmente el “uno a uno”, generando una

enorme reducción inflacionaria, incluso a niveles de deflación, y estabilización de

los precios durante los años noventa. A pesar que se aumentó el poder adquisitivo

de la población, la deuda externa del país creció al grado de no poderse pagar por

falta de fondos, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) siguió

otorgando préstamos, situación que fue empeorando en años siguientes con el

"Error de diciembre" de 1994 de México, la crisis asiática de 1997 y la crisis

económica de Rusia en 1998, sumado a la devaluación de diversas monedas

como el real brasileño en 1999.

La deuda argentina para 1998 llegaba a representar el 49 por ciento del Producto

Interno Bruto (PIB), pero superaba los 147 mil millones de dólares, siendo

imposible sostener la paridad cambiaria y produciendo una recesión al año

siguiente en que la economía decreció 3.4 por ciento.


De la Rúa, quien había sido alcalde de Buenos Aires desde 1996, ganó las

presidenciales como líder de la agrupación Alianza (UCR-FREPASO) y tomó

posesión en 1999. Los graves desequilibrios económicos y el plan de ajuste, unido

al escándalo de corrupción que en el 2000 impulsó la dimisión del vicepresidente

Carlos Álvarez llevaron al gobierno de De la Rúa a agonizar la situación

económica provocando la salida de capitales del sistema bancario.

Te recomendamos: Realizan quinta huelga masiva en Argentina contra Macri La

operación financiera, conocida como el “Megacanje”, buscó reestructurar la deuda

con los bancos y fondos internacional con tasas de interés que superaban el 15

por ciento, causando un mayor incremento de la deuda externa. El FMI otorgó un

“blindaje” multimillonario al país para otorgar confianza a las inversiones y bajar

los intereses, medidas que fueron insuficientes para el 2001 con el aumento del

Riesgo País (la capacidad y confianza de un país en inversiones) por encima de

los mil puntos.

La interrupción del FMI en otorgarle fondos Argentina, las renuncias de los

ministros de economía José Luis Machinea, ante el fallo del “blindaje”, y de

Ricardo López Murphy, quien aplicó recortes en gasto público en educación y

salud, una reducción del dinero en pensiones y la postergación del pago de

salarios generaron mayores fugas de capitales para marzo de 2001.

Las largas filas en los cajeros bancarios y una crisis de legitimación

gubernamental generaron la victoria del Partido Justicialista, de corte peronista, en

las elecciones legislativas realizadas en octubre.


Domingo Cavallo, quien asumió nuevamente como ministro de Economía en

marzo, anunció el 1 de diciembre del 2001 en cadena nacional la imposición del

“Corralito”, impidiendo el retiro de efectivo en cajeros limitando a sólo 250 pesos

argentinos o dólares a la semana con el motivo de evitar una mayor fuga de

capitales, paralizando la economía y produciendo una crisis política.

Te recomendamos: Argentina: ¿Fernández puede capitalizar las fallas de Macri?

La sociedad salió a las calles y los sindicatos declararon una huelga general el 13

de diciembre donde varios negocios en diversas ciudades del país fueron

saqueados violentamente, aumentaron los robos en las calles y había

enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Las cifras de pobreza

superaron el 50 por ciento de la población y la desocupación llegó por encima del

21 por ciento.

El 19 de diciembre, Fernando de la Rúa anuncia un Estado de sitio en cadena

nacional, dando inicio a múltiples protestas en las calles, conocido como el

“Cacerolazo” exigiendo la renuncia del presidente bajo el lema “¡Que se vayan

todos!”. La represión policíaca en la Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada y en

las calles de Buenos Aires durante la noche del 19 y gran parte del 20 de

diciembre fue documentada por los medios, donde murieron cinco personas en la

plaza y hubo 227 heridos, mientras que a nivel nacional murieron 39. Ese mismo

día, a las 19:37 horas locales, Fernando de la Rúa presenta su renuncia como

presidente al no llegar a un acuerdo con el Partido Justicialista ante el presidente

del Senado, Ramón de la Huerta, donde abordó un helicóptero en el helipuerto de


la Casa Rosada derogando el Estado de sitio un día después. El Riesgo País llegó

a superar la barrera de los 5 mil puntos.

El fin de la crisis y el ascenso de los Kirchner Adolfo Rodríguez Saá

Asumió la presidencia de Argentina durando sólo siete días en el cargo, en que

sólo logró oficializar la suspensión de pagos del país, el default, y presentó su

renuncia tras denunciar la falta de apoyo político, en que Rodríguez Saá buscaba

extender su mandato interino hasta 2003 cuando sólo fue designado por 90 días y

recibió rechazo dentro del propio Partido Justicialista, entre ellos el gobernador de

Santa Cruz Néstor Kirchner. Eduardo Duhalde asumió la presidencia el 1 de

enero de 2002, después de la presidencia de dos días de Eduardo Camaño, aplicó

medidas económicas como la devaluación del peso argentino, que dio fin a la Ley

de Convertibilidad el 6 de enero de 2002 y aumentando el uso del peso de forma

forzosa de los depósitos bancarios en moneda extranjera.

Crisis Económica del 2017 al 2019

Existen cuatro clases de países: los desarrollados, los que están en desarrollo,

Japón y Argentina”. Esta frase, atribuida al Nobel de Economía de 1971, Simon

Kuznets, refleja hasta qué punto la declinación económica del país sudamericano

es un caso de estudio complejo para el mundo. Mientras hace un siglo, Argentina

representaba cerca de 50% del PIB de América Latina, el año pasado cayó a 9%.
Las expectativas para terminar con ese largo deterioro se renovaron a fines de

2015, cuando asumió el gobierno Mauricio Macri, quien introdujo reformas

promercado.

Sin embargo, 40 meses después, la historia de terror renació: la inflación supera el

50% anual desde febrero, el Banco Central mantiene su tasa de interés en cerca

de 70% y el producto interno bruto (PIB) está en recesión.

Macri fracasó en desactivar el explosivo que recibió de su antecesora Cristina

Kirchner. Esa herencia incluía déficit fiscal primario –excluye el pago de los

intereses de la deuda– equivalente al 5% del PIB, el tipo de cambio se contuvo

gracias al férreo control gubernamental en el mercado de divisas; las tarifas de la

electricidad y del gas fueron subsidiadas al punto que los usuarios sólo pagaban

por el 20% de los costos de generación.

Con una minoría parlamentaria y con el 30% de los argentinos –unos 12 millones–

con ingresos por debajo de una canasta básica, Macri desistió de aplicar una

estrategia de shock y apostó por corregir las distorsiones de modo gradual.

El nuevo presidente usó una de las pocas herramientas que tenía disponible: la

capacidad de tomar créditos en el exterior ante el bajo nivel de endeudamiento

con privados –equivalente a 15% del PIB–. Así, entre enero de 2016 y septiembre

de 2017, Argentina se transformó en el mayor emisor de bonos soberanos de todo

el mundo al tomar deuda por casi 42,000 millones de dólares, según la agencia

Bloomberg. Al cierre de 2018, la deuda con privados ya equivalía al 51% del PIB.
El ingreso de divisas fortaleció la moneda local y estimuló el consumo interno de

bienes con alto componente importado, además, favoreció los viajes de argentinos

al exterior. El resultado fue un crecimiento vertiginoso del déficit de la cuenta

corriente de la balanza de pagos.

Los desequilibrios generados no fueron atendidos por el gobierno de Macri: la

salida de fondos de los mercados emergentes a partir del segundo trimestre de

2018 dejó expuestas las debilidades de la economía argentina.

Sin la posibilidad de continuar financiando el déficit, el peso inició una vertiginosa

depreciación. Entre abril y septiembre del año pasado, el valor del dólar, que

incide en forma directa en los precios de varios de los productos que componen la

canasta básica en la nación sudamericana, se duplicó.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) salió al rescate y entregó un préstamo

stand-by por 57,000 millones de dólares en junio del año pasado a cambio de

medidas de austeridad.

Macri abandonó, de forma definitiva, su estrategia gradualista y decidió una

profundización del ajuste fiscal –el déficit primario pasará del 3.9% del PIB en

2017 a cerca de 0% este año–.

Con ese anticipo, el gobierno argentino procura dar garantías a los inversionistas

de que el país evitará caer en default al menos hasta el 10 de diciembre próximo,

cuando concluirá el actual mandato presidencial. Las probabilidades de que Macri

obtenga la reelección en las elecciones del 27 de octubre próximo se desvanecen.


“Mi sueldo aumenta mucho menos que los precios y me vi obligada a reducir

gastos: en el último año cambié las compras de artículos en el supermercado por

marcas más económicas y abandoné el plan de medicina privada”, señala Delia

González, una habitante de un barrio de clase media de Buenos Aires.

Las restricciones en el crédito y la pérdida de poder adquisitivo afectan a las

empresas de consumo, entre las que se encuentran varias mexicanas. En el

último trimestre de 2018, las ventas de Coca-Cola FEMSA, medidas en cajas, se

derrumbaron 27.1% anual, mientras que las de Embotelladora Arca cayeron 7.9%.

En el caso de Alsea, las ventas consolidadas sumadas a todas las operaciones

crecieron 6.6% el año pasado, pero si se excluye Argentina, hubieran saltado

12.1%. La crisis continúa golpeando, pero no todo es un tango triste en Argentina.

Sin la sequía del año pasado, la cosecha agropecuaria crecerá este año un 27%.

“La notable recuperación de la cosecha es tal que incluso permitirá poner el PIB

en terreno positivo ya en este segundo trimestre”, pronostica Ramiro Castiñeira,

economista de la consultora Econométrica, en Buenos Aires.

A eso se suma que la producción de petróleo y gas promete continuar en alza de

la mano del crecimiento exponencial de Vaca Muerta, el yacimiento que contiene

las segundas mayores reservas mundiales de hidrocarburos no convencionales. A

su vez, la fuerte depreciación del peso viene impulsando el turismo receptivo, y

allana el camino para exportaciones, como la de los vinos y las carnes.


Argentina aún mantiene indicadores sociales, educativos y culturales por encima

del promedio latinoamericano. De hecho, el país fue sólo superado en la región

por Chile en el Índice de Desarrollo Humano 2018 de Naciones Unidas.

Pero esos logros conviven con una economía que no logra salir de un círculo

vicioso. “Argentina se pasó más de una década estimulando el consumo en

desmedro del ahorro; agotado el ahorro, continuó la misma política consumiendo

sus activos y, cuando también se agotaron los activos, apeló al endeudamiento

externo”, dice Castiñeira.

“La buena noticia es que el ahorro que se está generando en 2019, y que se pone

en evidencia con la reaparición del superávit comercial en más de 10,000 millones

de dólares, busca generar los recursos para que Argentina deje de dilapidar

activos, expropiar a privados o vivir de prestado”.

Forzada por la crisis, la economía ha venido corrigiendo algunos de sus históricos

desequilibrios en el último año. Además del superávit comercial, este año se

alcanzará un equilibrio fiscal primario y el déficit de cuenta corriente caerá al 2%

del PIB.

Pero la continuidad de esos avances dependerá de cuál sea el factor que termine

pesando más en las elecciones de octubre: la frustración por las penurias del

presente o la apuesta por la lejana y aún borrosa luz que asoma en el horizonte.

Crisis económica del 2020


La tasa de pobreza en Argentina se situó el segundo semestre de 2020 en el 42

%, con un aumento de 6,5 puntos porcentuales en un año, uno de los peores

efectos de la severa recesión que vive el país sudamericano y que se ha agravado

por la pandemia de covid-19.

De acuerdo con un informe difundido este miércoles por el Instituto Nacional de

Estadística y Censos (Indec), la tasa de pobreza urbana registrada entre julio y

diciembre pasado estuvo 1,1 puntos por encima de la del primer semestre de 2020

y 6,5 puntos por arriba de la de la segunda mitad de 2019, cuando el índice había

sido del 35,5 %. En tanto, la tasa de indigencia se situó en el 10,5 %, sin cambios

con respecto al semestre anterior, pero con un avance de 2,5 puntos en la

comparación interanual.

El índice de pobreza alcanzado en la segunda mitad del pasado año no se

registraba desde 2004, momento en el que Argentina aún trataba de

recomponerse de la grave crisis económica de 2001-2002, cuando el nivel de

pobreza llegó a un máximo del 57,5 %.

La medición cuyos resultados se difundieron este miércoles tiene en cuenta el

nivel de vida en los 31 centros urbanos más poblados del país, lo que abarca a

28,5 millones de personas, sobre una población total en Argentina de unos 45

millones de personas.
La estadística oficial señala que a finales de diciembre pasado se encontraban por

debajo de la línea de pobreza 12 millones de personas, cerca de 2,1 millones más

que a finales de 2019. En tanto, 3 millones eran indigentes, unas 770.400

personas más que hace un año.

La pobreza ha crecido en Argentina en un contexto de recesión económica

iniciado hace tres años y agravado por la pandemia. La economía argentina se

desplomó un 9,9 % en 2020, uno de los peores resultados en la historia del país,

con pérdida de empleos formales y aumento del trabajo informal y por cuenta

propia y, por tanto, deterioro de los ingresos.

Los salarios de trabajadores formales y no registrados crecieron en promedio el

año pasado el 33 %, por debajo de la inflación, que fue del 36,1 %, por lo que

hubo pérdida neta del poder de compra de los hogares.

De acuerdo con el informe del Indec, los ingresos de los hogares indigentes se

encontraron en el segundo semestre de 2020 un 40,4 % promedio por debajo del

coste de la cesta alimentaria, mientras que los ingresos de los hogares pobres

estuvieron en promedio un 41,9 % por debajo de la canasta básica total.

Frente a la emergencia, el Gobierno de Alberto Fernández aumentó el año pasado

las ayudas económicas a los sectores más vulnerables y reforzó la asistencia


estatal a los comedores comunitarios, donde creció la afluencia de personas en

busca de alimentos.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, reconoció días atrás, en

declaraciones a medios locales, que "la situación social es crítica", señaló que el

principal problema es el coste de los alimentos y el alto endeudamiento de las

familias y dijo que el Gobierno no descarta adoptar nuevas medidas sociales si la

pandemia vuelve a recrudecer en Argentina.

Según datos oficiales, la afluencia a comedores sociales pasó de 8 millones de

personas a inicios de 2020 a 11 millones tras la irrupción de la pandemia, y

actualmente es de unos 10 millones de personas.

De acuerdo con un estudio de impacto de la pandemia realizado por el Indec en

Buenos Aires y su periferia, la región más poblada de Argentina, casi un tercio

(33,8 %) de los hogares se vio en la necesidad de reducir la compra de al menos

un alimento (carnes, verduras o leche) por razones económicas.

La reducción de los consumos alimentarios tuvo mayor incidencia en los hogares

de los estratos socioeconómicos más bajos y en los que hay niños y adolescentes

y es precisamente este último grupo el más afectado por la crisis, con datos

revelados este miércoles que confirman este dramático panorama: casi seis de

cada diez argentinos menores de 14 años son pobres y el 15,7 % de los niños y

adolescentes del país ni siquiera puede cubrir sus necesidades básicas de

alimentación.
Por otro lado, contó Brenda Lynch que “la preocupación por el covid-19 viene

bajando hace varios meses y coincidió con el descenso en la cantidad de casos y

la llegada del verano. Uno de los factores que pueden explicar el rebrote de casos

es justamente que la población no siente el mismo temor hacia la enfermedad y

relaja los cuidados”.

Se estima que en 2020 la economía cayó entre 10% y 11% y la inflación rondó el

36%; para este año, el Gobierno prevé un rebote del PBI del 5,5% y una inflación

del 29%, pero los analistas creen que estas cifras serán del 4,7% y el 50%,

respectivamente. Sin embargo, “la Argentina es el país con menor cantidad de

menciones en torno del covid-19: un 17%; en particular, en el último mes bajó

siete puntos porcentuales la preocupación por el virus en Argentina, que quedó

como el país con menos menciones en toda la lista”.

En este sentido, el promedio internacional es de 47%, frente al 17% de la

Argentina. Los países donde el COVID-19 aparece como la mayor preocupación

de la gente son Malasia con 69%, Gran Bretaña con 65%, Canadá con 64%,

Japón 63%, Corea del Sur 61%, España 60% y Estados Unidos con el 53 por

ciento.

Del otro lado, aparecen la Argentina con 17%, Sudáfrica con 24%, Rusia con 31%

y Hungría, Francia y Brasil con un 38% cada uno.


En el ranking de preocupaciones de los argentinos, aparece primero el desempleo

con el 46% de menciones, seguido por la inflación con el 41%, el crimen y la

violencia con 40%, pobreza y desigualdad 37%, corrupción financiera y política

con 31%, educación con 29% luego covid-19 con el 17%. Le siguen impuestos con

14%, declive moral con 11%, sanidad con 9% y amenazas al medio ambiente con

el 5 por ciento. En cuanto a las preguntas globales que realizó Ipsos en todos los

países, en la Argentina el 70% de la gente cree que la vacuna se desarrollará en

forma exitosa, frente al 19% que lo considera improbable. El promedio global de

respuestas positivas en este caso se ubicó en el 68 por ciento.

Conclusión

Para poder dar por terminado este tema se puede dar a conocer que lo

investigado y analizado es de suma importancia para conocer fondo la economía

de un país, en este caso de Argentina, donde analizando me di cuenta que la

economía de este país es una economía muy golpeada por los grandes cambios

que ah sufrido por el pasar de los años, sin importan que en algún momento el

país de Argentina era el encargado del recaudar el mayor porcentaje del Producto

Interno Bruto (PIB) de toda Latinoamérica.

En un tiempo determinado se logro ver que el simple hecho de que otros países

del mundo tuvieran una crisis o algunos problemas económicos, eso haría que

Argentina entrara dentro de esos problemas económicos por la globalización que

esta ocurre en un contexto general para todos los países, es así como este
problema se puede relacionar con la unidad antes vista que se trata sobre la

globalización, es importante recalcar que para que el país se pueda recuperar

debe tener profundos cambios en sus políticas tributarias tanto como en la

realización y ejecución de estas mismas, el gobierno es el primero que debe de

actuar en estas situaciones para poder brindar las necesidades ante su población

y así iniciar una recuperación económica en la sociedad e ir saliendo delante de

los problemas obtenidos por esta misma, por ultimo creo que grato comentar que

la responsabilidad de una economía fuerte y estable no solamente depende del

gobierno en su totalidad, sino también del gran trabajo de la población para

reactivar una economía donde posiblemente no la haya, es un trabajo en equipo.

Fuentes

https://www.milenio.com/internacional/argentina-crisis-economica-2001

https://expansion.mx/economia/2019/07/09/la-eterna-crisis-economica-argentina

https://www.swissinfo.ch/spa/argentina-pobreza

https://www.infobae.com/economia/2021/01/09/por-su-fuerte-crisis-economica-la-

argentina-es-el-pais-menos-preocupado-del-mundo-por-la-pandemia/

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