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CENTROS CEREMONIALES
EL ÁREA MAYA-TOLTECA
Coronado Litzi
Vitale Mariano
Wanderley Sofia
ÍNDICE
Anexos
Bibliografía
escenario en un paisaje político activo. Aquí, sin embargo, se enfatiza el papel icónico y
conmemorativo de los edificios y espacios públicos, de pequeña y gran escala, tanto como el de
los monumentos con su capacidad permanente para informar acerca de las estrategias y las
contiendas políticas y sus resultados. El uso del término «monumento» implica nuestra
interpretación de que éstos fueron construidos expresamente para conmemorar y perdurar
(Bradley 1993: 5).
La monumentalidad en sí misma se considera como una conexión entre la arquitectura y
la política. De la misma manera que las pirámides de Giza o los zigurats de Mesopotamia, las
pirámides mayas se alzan sobre el observador, como recuerdos imponentes y tangibles de la
autoridad política expresada como control del trabajo y como gasto de energía y materiales
(Clancy 1994). Asimismo, las espaciosas plazas públicas fueron formalizadas específicamente
como áreas para reunir a gran cantidad de gente, para permitir que participara en los
acontecimientos que se realizaron en ellas (Abrams 1994; Carrelli 1996).
La arquitectura y su distribución en el paisaje son componentes importantes de los datos
arqueológicos básicos, son claves significativas para adentrarnos en la estructura y el cambio
político. La localización específica y la forma adquieren una mayor significación cuando son
consideradas como parte de un paisaje político elaborado, tanto a nivel regional como
macrorregional (Marcus 1992b). La apropiación de lugares tradicional y simbólicamente
poderosos y la actitud mimética hacia centros políticos reverenciados por su gran autoridad,
prestarán sin duda su papel de guías para todos aquellos centros construidos y gobernados en
periodos más tardíos.
De este modo, los muros como apoyos corridos, son el sistema de contenedores verticales
que con la interacción con distintos sistemas constructivos y de techado, predominó como
elemento estructural en la arquitectura maya. Su función estructural es la de recibir y transmitir
las cargas.
3.6.1. Características formales y expresivas
En los interiores de varios recintos, los muros se encuentran decorados con los más bellos
murales de toda Mesoamérica (Greene,1998,297). Si se trata de la conformación de plazas, se
caracteriza por la disposición de los templos que forman esquinas sin que los muros se toquen, es
decir, sugieren la existencia de esquinas cerradas sólo en la percepción del observador. Los
intentos para aprisionar el espacio, para capturarlo, sucumbieron ante la concepción espacial
exterior. La luz y las sombras son parte fundamental de la arquitectura, condición que sólo se
debe a los muros. El espacio mismo de este recinto es una consecuencia de los trazos, y
dimensiones de sus muros.
En la fachada, la repetición de mascarones recuerda las fachadas barrocas de los templos
de cantera, en las que el material constructivo es el mismo, aunque el lenguaje plástico se refiera
a distintas religiones. A los muros o apoyos corridos de las fachadas se le abren vanos que no
sólo señalaron accesos, o definieron circulaciones, sino que determinaron relaciones simbólicas
del mayor interés, por ejemplo: la muralla de Tulum define los límites de la ciudad pero las
aberturas de los lienzos permiten al observador, el ingreso del mar. Una vez más, los elementos
constructivos de la arquitectura maya forman parte del juego armónico con la naturaleza.
Los sacbeob se utilizaron para ligar centros ceremoniales y, secundariamente, sirvieron
también como diques para contener agua de lluvia. También se considera que fueron construidos
para facilitar el transporte de personas y bienes, aunque también tuvieron una importante función
ritual, que remarca su importancia en los centros ceremoniales ya que funcionaron como senderos
sagrados por donde se transportaban imágenes de dioses y sustancias sagradas. (Ardren, 2015,
22-27). La plaza de Labná que está cruzada por un sacbeob de aproximadamente un metro de
altura, que corta una plaza en dos. Igualmente, el arco de Labná, es un vano enmarcado dentro de
un muro que establece un vínculo entre los vanos del edificio y el exterior de la plaza. De trazo
curvo, los muros paralelos del Observatorio de posición fija de Chichén Itzá en Yucatán,
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Los Segundos Centros Ceremoniales Mayas - Toltecas
Arquitectura Maya y su relación con el México Central
El Arte Santuraio - Cerámica Policromada
Los muros y toda la arquitectura maya, por los materiales que en ellos se emplearon, son
parte de la evidencia que dejaron los constructores acerca de la vinculación que establecieron
entre naturaleza y tecnología: la materia prima del suelo y del subsuelo se adaptó según las
circunstancias y las capacidades técnicas, de quienes trabajaron en la creación de ciudades y
edificios. El estudio de la arquitectura maya conduce, ahora, al conocimiento de una técnica
constructiva, pero no sólo a eso, sino a la comprensión de un complejo sistema de composición
artística con el que se ensaya un método para el trazo de estos vínculos, los muros, entre el
hombre, la tierra, la naturaleza y el cielo.
3.6.2.2. Materiales y sistemas constructivos de los muros
La selección de los materiales y de los procedimientos de construcción es tan importante
como solucionar el partido de composición de cuya certeza o error dependerá el buen
funcionamiento del edificio. Así, los mayas, al ser conocedores empíricos de la resistencia de
materiales y de la técnica: constructiva, edificaron con dos tipos de muros en general el primero,
utilizado en la arquitectura doméstica que se construye con elementos perecederos a base de
morillos y varas, y soporta las techumbres de material precario, y el segundo, de mampostería de
piedra utilizado en la construcción de los centros ceremoniales.
La permanencia de los edificios estaba garantizada con el uso de la piedra y la evolución
de la edificación en la que los primeros muros estuvieron revestidos con bloques mal recortados y
burdamente pulidos. Con el tiempo, se llegaron a levantar muros más ligeros y trabajados con
piedras, finamente pulidas y con recubrimientos de estucos más delgados. Vistos de otro ángulo,
los muros de lajas y de bloques burdos de la ciudad contemporánea Mayapán contrastan con los
bien trabajados, chapeados y estucados del foco cultural que representa Chichén Itzá. Los muros,
elementos arquitectónicos cuyo fin es sostener las techumbres fueron fundamentalmente núcleos
hechos a base de relleno de piedra sin tallar, tierra y argamasa a los que se les otorgó un
revestimiento exterior definido por piedras de varios tamaños, careadas y escuadradas al exterior
y, en algunos casos, con las piezas en hiladas casi del mismo tamaño y cubiertas por estucados o
enlucidos, esto en los mejores casos.
diversas dimensiones pegados entre sí con mortero de cal. Algunos de los ladrillos
presentan dibujos que se trazaron previamente a su horneada, y que probablemente
nos indique el grupo o taller que los elaboró.
● Núcleo y exterior toscamente realizados con bloques irregulares. En estos casos no se
cuidó el despiece y las hiladas fueron irregulares, como en el Castillo de Tulúm.
corporeidad del muro que se cubría posteriormente con una ligera capa de estuco que se detalla y
pintaba para darle el terminado al mascarón otro tipo de muros se recubren con diversas formas
de estuco, ya sea moldeado o bien recubriendo elementos salientes de piedra.
precisión que mantuvieron los constructores de Chichén Itzá de la época tolteca quienes
utilizaron bloques escuadrados con los ángulos rectos. Los maya-toltecas trabajaron con piedra
caliza más dura, no obstante, las paredes interiores e incluso las bóvedas tienen incisiones
talladas. En Mayapán, y en la costa del Caribe, el contraste en la mampostería de bloques y lajas
burdos con el acabado elegantemente estucado y chapeado de Chichén Itzá es notable y sugiere el
colapso del esquema social maya en el que la perfección en la construcción ya no es un rasgo
determinante de la vida cotidiana. Como cerramientos, se utilizaron dinteles de piedra o de
madera dura.
3.6. Consideraciones generales
Los muros de la arquitectura maya, quizá más que los de otras culturas prehispánicas,
desempeñan el papel de límites visuales y psicológicos así como el de barreras físicas
contribuyen a confirmar, pero no a separar y aseguran el apoyo y la continuidad estructural, pero
no aíslan. Por medio de los muros, se van creando espacios, que a su vez tienen una secuencia,
esos recintos, ahora, invitan a un recorrido y siempre con la tendencia a buscar la emotividad, los
ambientes de misterio, la magia y el enigma. La protección que ofrecen es indispensable y su
abrigo es insustituible.
Los muros mayas forman la base de una arquitectura no sólo por sus edificios sino por
una ejemplar relación entre el medio natural y la obra constructiva. Esos elementos, cuya
verticalidad contrasta y subraya la horizontalidad del paisaje, especialmente en Yucatán,
cumplen la doble función de determinar algunas relaciones espaciales al tiempo que subrayan y
valoran la función de la escala que siempre se establece entre el edificio y el espectador.
se ve una vasija redonda con la representación de la secuencia primaria estándar que con el
nombre Regla I. Las demás vasijas del estilo Naranjo tienen texto compuesto y llevan usualmente
expresiones rituales del Clásico Tardío, inmersos en las leyendas.
Anexos
Bibliografía
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