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El documento describe cómo a lo largo de la historia se ha reconocido social, laboral, educativa y políticamente a las personas con discapacidad en Colombia, aunque todavía existen desafíos para su inclusión e integración debido a conceptos de "normalidad" que influyen en su percepción como subordinados. Además, se necesita superar las desigualdades, exclusiones y segregaciones para reconocer a las personas con discapacidad como sujetos de derechos y valorar su diferencia.
El documento describe cómo a lo largo de la historia se ha reconocido social, laboral, educativa y políticamente a las personas con discapacidad en Colombia, aunque todavía existen desafíos para su inclusión e integración debido a conceptos de "normalidad" que influyen en su percepción como subordinados. Además, se necesita superar las desigualdades, exclusiones y segregaciones para reconocer a las personas con discapacidad como sujetos de derechos y valorar su diferencia.
El documento describe cómo a lo largo de la historia se ha reconocido social, laboral, educativa y políticamente a las personas con discapacidad en Colombia, aunque todavía existen desafíos para su inclusión e integración debido a conceptos de "normalidad" que influyen en su percepción como subordinados. Además, se necesita superar las desigualdades, exclusiones y segregaciones para reconocer a las personas con discapacidad como sujetos de derechos y valorar su diferencia.
A través de la historia se ha evidenciado el fortalecimiento en el reconocimiento social,
laboral, educativo, jurídico y político de 1.319.049 personas con discapacidad en el caso Colombiano con el fin de favorecer e incrementar su calidad de vida en el contexto social en el cual se desenvuelven, pues entes gubernamentales han priorizado su desarrollo en las áreas ya mencionadas con ayuda de diferentes políticas públicas, leyes, decretos y programas que contribuyen a su inclusión e integración en la sociedad, siendo estas en muchos casos incompletas para su evolución. Partiendo de lo anterior como lo menciona Henao (2019,cap 3) existe reconocimiento institucional de aquellas personas en condición de discapacidad pero pese a ello siguen estando presentes diferentes dilemas y la incomprensión de los mismos por parte de la sociedad “Inclusora” que son quienes gozan en plenitud el funcionamiento total de sus capacidades, pues el concepto de “normalidad” influye en la sujeción, aceptación e interpretación de estos sujetos que a pesar de su condición siguen siendo políticos. El reconocimiento y su percepción a nivel social proviene de manera histórica y el cambio del mismo es ideológicamente complejo, puesto que el escenario actual obliga a partir de un conocimiento ya preestablecido alejado de la justicia social, y de las posibilidades de cambio en cuanto a integración e inclusión gracias a la idea de subordinación naciente de los límites como referente, pues es sujeto “inclusor” se nombra a sí mismo como poseedor de verdad y por ello en capacidad de nombrar al otro partiendo de sus diferencias. Por consiguiente, bajo el marco social, cultural y jurídico es necesario subsanar las diversas “falencias” que se identifican frente al accionar con estas personas por ser sujetos de derechos, es necesario reconocer la desigualdad, exclusión, segregación e integración como intento de inclusión en la recuperación y evolución del tejido social, pues como menciona Henao (2019,cap 3) La subordinación del sujeto (que también es un modo de subjetivación) se da dentro de los límites de una estructura social imaginada o inventada piramidalmente: los sujetos excluidos ocupan la base de la pirámide; los sujetos incluidos, el centro, y los sujetos inclusores (que son también incluidos), la cúpula.
Dado que es natural percibir la realidad a partir de las comodidades, facilidades y
oportunidades que se les proporciona a las personas que no poseen ningún tipo de discapacidad, haciendo evidente la ideología de superioridad y subordinación frente a quienes se les dificulta su proceso de desarrollo en cada uno de sus ámbitos por la necesidad de subordinación de algunos sectores de la sociedad “inclusora”, sin tener claridad que la presencia de estos sujetos es indispensable para el equilibrio del sistema y el poder. Por otro lado es de vital importancia reconocer la diferencia como un valor ya que el sujeto excluido o en el mejor de los casos incluido está constantemente inmerso en una relación de saber y poder a diferencia del sujeto incluso con el error de su lado, ya que este es arrojado a la realidad como menciona Henao no de una manera cognoscente ya que su presencia en la sociedad es percibida como el del sujeto investigado o sujeto de conocimiento, nunca como sujeto pensante y generador de este mismo conocimiento. Es evidente que a las personas con algún tipo de discapacidad se les prioriza la obtención y cumplimiento de derechos, sin embargo, los tratos diferenciales se desarrollan y se ejecutan a partir de la desigualdad de posiciones, pues cabe destacar que existe igualdad de oportunidades, pero ello no significa un acceso equitativo para todas las personas, donde los afectados directamente serán aquellos que son identificados en la base de la pirámide de la estructura social antes mencionada. Siendo así el desafío social y especialmente de aquellos inmersos en una profesión humana y social proviene en la potencialización de significación y eliminación de toda barrera que posibilite el aumento de la vulnerabilidad, exclusión y cualquier otro tipo de violencia hacia la diferencia, pues las personas en condición de discapacidad no han logrado su visibilidad y posicionamiento en la sociedad como parte del sistema gracias a la sujeción del mismo sistema social encargado de implantar la ideología de “normalidad” en donde como profesionales la resistencia es una obligación ética encaminada a la desujeción y desnaturalización de aquellas prácticas sociales que incrementen la desigualdad. A modo de conclusión desde la perspectiva humanista y social como de otras disciplinas como: psicología, antropología y sociología, se aproximan de manera más directa al desarrollo del ser humano como en su contexto, promueven reflexiones a partir del reconocimiento de los sujetos que son visibles bajo el marco legal pero son invisibles a nivel social, fomentando su autonomía, integración, inclusión y participación en escenarios antes percibidos como inaccesibles por alguna condición, sea esta, social, económica, religiosa, política, física o intelectual. Referencias
Henao, A (2019). CAPÍTULO 3 LA INVESTIGACIÓN CRÍTICA EN
DISCAPACIDAD: UNA APUESTA POSINCLUSIONISTA Y POSHUMANISTA. En Munevar, D (ED). LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA EN LOS ESTUDIOS SOBRE DIS/CAPACIDADES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA (43-56). Centro Editorial Facultad de Medicina Universidad Nacional de Colombia. Recuperado de: file:///C:/Users/Microsoft%20Windows%2010.DESKTOP-8RBDR0M/Downloads/ Educación%20inclusiva/La%20investigacion%20educativa%20(1).pdf Ocampo, A (2014). CONSIDERACIONES EPISTEMOLOGICAS PARA UNA EDUCACIÓN INCLUSIVA. Universidad Pedagógica Experimental Libertador Caracas, Venezuela. Recuperado de: file:///C:/Users/Microsoft%20Windows%2010.DESKTOP- 8RBDR0M/Downloads/Educación%20inclusiva/educación%20inclusiva%20y %20epistemología.pdf Minsalud (2020). Boletines Poblacionales: Personas con Discapacidad -PCD1 Oficina de Promoción Social I-2020. Recuperado de: https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/DE/PS/boletines- poblacionales-personas-discapacidadI-2020.pdf