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Andrea Rene Muñoz Reyes

Matricula s18003815
Derechos fundamentales

DERECHOS HUMANOS:

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna
de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los
derechos humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a
esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre
otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna.

DERECHOS FUNDAMENTALES:

Los derechos fundamentales son todos los privilegios o garantías que son inherentes a todas las
personas, y que están plasmados en el ordenamiento jurídico de un país.

GARANTÍAS CONSTITUCIONALES:

Las garantías constitucionales se definen como los medios o instrumentos que la Constitución
Nacional pone a disposición de los habitantes para sostener y defender sus derechos frente a las
autoridades, individuos o grupos sociales.

LA DIFERENCIA ENTRE DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS FUNDAMENTALES:

Es que los derechos humanos son de carácter universal (protegen a todos los individuos), por lo
tanto, no dependen de los Estados, y al tener alcance internacional van más allá de lo dispuesto en
la constitución o las leyes de un país, por lo que son de cumplimiento obligatorio.

Por su parte, los derechos fundamentales son las garantías que aplican exclusivamente a los
ciudadanos o residentes de un territorio determinado, su alcance es nacional y sus disposiciones y
cumplimiento dependen del Estado.

Con respecto al concepto que tiene la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, siendo aquel
que los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción
alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua,
o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación
alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles. Son el conjunto de
prerrogativas sustentadas en la dignidad humana, cuya realización efectiva resulta indispensable
para el desarrollo integral de la persona.

Es así, que los derechos humanos, son esos derechos con los que cuentan todas las personas
físicas desde su nacimiento, mismos que deben ser respetados en cualquier parte de la esfera
territorial, sin importar nacionalidades, patrimonios, culturas, etc. Esto es, (González Vega, 2018)
“un individuo que reside en un determinado país se le verán respetados estos derechos humanos
en el país en el que se encuentre”, es así que, se debe manifestar que en los derechos humanos no
se debe establecer un territorio específico, sino de manera global y general, a toda la humanidad
en todo el planeta por igual. No obstante, en México, estaría limitado a lo que enmarca la Carta
Magna en sus artículos 1, 2, y 42, respecto a al ámbito espacial de protección de los Derechos
Fundamentales.

Para el Doctor en Derecho y Magistrado (Baltasar, 2015) se usa la expresión “derecho humano”
para referir un derecho que deriva directamente de la vida o la dignidad humana, universal y
absoluto. La condición de que los Derechos Humanos derivan directamente de la vida o la dignidad
humana y se reconocen a todo ser humano por el solo hecho de ser un “ser humano”, impide
lógicamente, reconocer Derechos Humanos a las personas morales, incluyendo al Estado y
personas morales oficiales.

Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna, estos derechos son
interrelacionados, interdependientes e indivisibles; La aplicación de los derechos humanos a la
que se encuentran obligadas todas las autoridades en México se rige por los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

DERECHOS FUNDAMENTALES

Para tener un concepto de Derechos Fundamentales, podemos acogernos a las doctrinas del
derecho, el iusnaturalismo y el positivismo; De donde para el iusnaturalista existen dos órdenes
normativos: el natural y el positivo. En cambio, para el positivista, no hay más Derecho que el
formulado por el Estado a través del órgano competente; el Derecho Positivo, que no es justo o
injusto, sino válido o inválido, que depende del hecho de haber sido elaborado de conformidad a
un procedimiento legislativo específico, para que sea válido, niega absolutamente la existencia de
un Derecho natural.

Para la Doctrina Positivista, los derechos fundamentales serán Derechos Positivos, serán (como


cualquier otra norma del ordenamiento) resultado de la formulación por parte del Órgano
Legislativo.

Para la Doctrina iusnaturalista, los derechos fundamentales, son prerrogativas emanadas de ese


orden objetivo de valores de carácter universal al descubrible a través de la razón o revelado por
la divinidad. Al tener vida, independientemente del orden positivo, no requieren ineluctablemente
su reconocimiento expreso, aunque tengan la vocación o demanda de ser positivizados.

En conjunto de las dos doctrinas, se puede ver ninguna de ellas, tiene suficientes explicaciones
para terminar de entender el concepto de Derechos Fundamentales, sin embargo, para algunos
Juristas (Fernández, 1991) los derechos fundamentales vienen a implicar una realidad:

Al ser una pretensión moral justificada (moralidad);


Un subsistema dentro del sistema jurídico (incorporación de la pretensión moral al orden positivo
-normatividad-); y,

Una realidad social (eficacia).

Así pues, los derechos fundamentales sólo lo serán por el reconocimiento que de las pretensiones
morales haga el ordenamiento jurídico. Ningún derecho fundamental es absoluto, se niega la
existencia de los derechos fuera del campo positivo, en cambio, la idea de que los derechos
humanos son absolutos se usa en atención a que las obligaciones correlativas a tales derechos no
tienen previstas excepciones en la norma que los reconoce de modo que, al estar expresamente
reconocidos en la legislación mexicana, en caso de alguna controversia, los derechos
fundamentales sí se pueden restringir, tan es así que la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
dictó la jurisprudencia 2/2012, que señala lo siguiente:

RESTRICCIONES A LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. ELEMENTOS QUE EL JUEZ CONSTITUCIONAL


DEBE TOMAR EN CUENTA PARA CONSIDERARLAS VÁLIDAS.

Ningún derecho fundamental es absoluto y en esa medida todos admiten restricciones. Sin
embargo, la regulación de dichas restricciones no puede ser arbitraria. Para que las medidas
emitidas por el legislador ordinario con el propósito de restringir los derechos fundamentales sean
válidas, deben satisfacer al menos los siguientes requisitos: a) ser admisibles dentro del ámbito
constitucional, esto es, el legislador ordinario sólo puede restringir o suspender el ejercicio de las
garantías individuales con objetivos que puedan enmarcarse dentro de las previsiones de la Carta
Magna; b) ser necesarias para asegurar la obtención de los fines que fundamentan la restricción
constitucional, es decir, no basta que la restricción sea en términos amplios útil para la obtención
de esos objetivos, sino que debe ser la idónea para su realización, lo que significa que el fin
buscado por el legislador no se pueda alcanzar razonablemente por otros medios menos
restrictivos de derechos fundamentales; y, c) ser proporcional, esto es, la medida legislativa debe
respetar una correspondencia entre la importancia del fin buscado por la ley, y los efectos
perjudiciales que produce en otros derechos e intereses constitucionales, en el entendido de que
la persecución de un objetivo constitucional no puede hacerse a costa de una afectación
innecesaria o desmedida a otros bienes y derechos constitucionalmente protegidos. Así, el
juzgador debe determinar en cada caso si la restricción legislativa a un derecho fundamental es, en
primer lugar, admisible dadas las previsiones constitucionales, en segundo lugar, si es el medio
necesario para proteger esos fines o intereses constitucionalmente amparados, al no existir
opciones menos restrictivas que permitan alcanzarlos; y en tercer lugar, si la distinción legislativa
se encuentra dentro de las opciones de tratamiento que pueden considerarse proporcionales. De
igual manera, las restricciones deberán estar en consonancia con la ley, incluidas las normas
internacionales de derechos humanos, y ser compatibles con la naturaleza de los derechos
amparados por la Constitución, en aras de la consecución de los objetivos legítimos perseguidos, y
ser estrictamente necesarias para promover el bienestar general en una sociedad democrática.
Tesis de jurisprudencia 2/2012 (9a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada de ocho de febrero de dos mil doce.

En definitiva, como lo expresa el Magistrado Baltazar, (Baltazar, 2015), “no debe confundirse la


identificación del contenido de los derechos con la imposición de limitaciones o restricciones a los
mismos. La identificación de su contenido es una precisión necesaria para la comprensión del
significado de cada derecho, el establecimiento de restricciones implica la aceptación de
excepciones; las restricciones así entendidas son incompatibles con la caracterización de derechos
humanos y a eso se refiere la afirmación de que son absolutos: no deben aceptarse casos de
excepción en los que los obligados a respetarlos estén autorizados a dejar de cumplir tal
obligación”.

Siendo así que los derechos humanos, se deben reconocer por sus rasgos: Universalidad;
Indivisibilidad; Interdependencia; Integralidad; a todas las personas físicas, por el simple hecho de
ser humanos, aunque esto implique que sus fuentes de derecho, no necesariamente tiene que
está expresamente en la normatividad, que se emitió por un debido proceso legislativo
constitucional. En cambio, los derechos fundamentales, para ser reconocidos, para ser
restringidos, tiene que estar pronunciados en la legislación mexicana.

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