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Del Instituto Peruano de Economía (IPE) la pobreza en el Perú (25.

9%) no se ha
recuperado respecto al 2019 (20.2%), según la última Encuesta Nacional de Hogares
del INEI.
En cambio, se exhibe un retroceso de nueve años, acercándose a la tasa de pobreza
del 2012. Apurímac también se ha visto afectado y, aunque ya regresó al nivel
prepandemia, todavía se ubica entre los diez departamentos con mayor pobreza a
nivel nacional.
Última década La pobreza en Apurímac se redujo en promedio 3.5 puntos
porcentuales cada año entre el 2011 (57.0%) y 2019 (29.1%). En 2020, esta aumentó
a 35.5%, rompiendo la tendencia previa, y en 2021, logró recuperarse al caer a 28.3%.

Apurímac es una de las seis regiones cuyo nivel de pobreza se ha recuperado


respecto al 2019. No obstante, esto no implica que la región no se haya visto afectada,
pues si se hubiera mantenido la tendencia prepandemia, la pobreza se hubiera
reducido a 22.1% en el 2021. Por su parte, la pobreza extrema en el 2019 (5.1%) fue
casi la cuarta parte de la cifra del 2011 (21.9%).
Sin embargo, esta aumentó a 8.2% en 2020 y al 2021 no se ha recuperado,
registrando un valor similar al del 2016 (6.2%). Caracterización de la pobreza Entre el
2019 y 2020,

La pobreza urbana en Apurímac había aumentado de 19.9% a 28.4%, y la rural de


36.3% a 41.3%. En el 2021, estos valores se redujeron de forma desigual: mientras
que la pobreza urbana (21.5%) se mantiene por encima de su nivel prepandemia, la
rural (34.0%) ya se encuentra por debajo de la cifra del 2019. No obstante, Apurímac
registra la segunda mayor tasa de pobreza urbana y rural en la macro región Sur.

La informalidad laboral en la región subió de 87.0% en 2019 a 89.4% en 2020. Para el


año 2021 este número volvió a aumentar, llegando a 91.0%. Así, Apurímac se
mantiene como el segundo departamento de la macro región sur con mayor
informalidad y el cuarto a nivel nacional.
Pobreza y educación A mayor nivel educativo se observa una menor probabilidad de
pertenecer a la pobreza. De este modo, el porcentaje de pobres entre aquellos con
educación primaria como máximo (27.4%) equivale a más de 3 veces el de los que
completaron estudios superiores (8.3%). Más aún, entre los que cuentan con maestría
o doctorado no se registran personas en estado de pobreza.
La reducción del número de personas que no han completado ningún nivel educativo
es un primer paso para la reducción de la pobreza.
En Apurímac, este grupo corresponde al 13.3% de la población mayor de 17 años,
mientras que a nivel nacional es solo el 5.0%. Por ello, es de suma importancia tomar
medidas que fomenten el acceso a la educación.

Apurímac: Desnutrición crónica y anemia


La desnutrición crónica infantil es uno de los problemas de salud pública más
frecuentes a nivel mundial, con mayor incidencia en países de ingresos bajos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta se refiere al estado en el que


el niño presenta una talla insuficiente para su edad, debido a la carencia de
nutrientes esenciales para su crecimiento. Por su parte, la anemia ocurre cuando no
se tiene una cantidad adecuada de glóbulos rojos en la sangre.

Evolución 2009 – 2020

Los resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) indican que la


desnutrición crónica en niños menores a cinco años en Apurímac alcanzó el 20.7% en
2020, evidenciando una notable reducción respecto del resultado 2009 (34.8%).
Asimismo, la prevalencia de anemia menores de cinco años en 21.2% en 2020. No
obstante, durante dicho período, las tasas de desnutrición infantil y anemia se han
mantenido por encima del promedio nacional. Más aún, en 2020, las brechas
registradas se han incrementado en el contexto de la pandemia por COVID-19.

2020: el impacto de la pandemia

Si bien la anemia se puede originar por diversas causas, la OMS estima que más de la
mitad de los casos se producen por la deficiencia de hierro en el organismo. En ese
sentido, el incremento de prevalencia de anemia en Apurímac de 21.2% en 2020
podría estar asociada con la caída en el consumo de suplementos de hierro en niños
menores a cinco años.

Asimismo, el deterioro en los indicadores de nutrición infantil podría estar reflejando


el impacto de la pandemia sobre las condiciones de vida de las familias. Esto debido
a que, como señala el Ministerio de Salud, los problemas de malnutrición están
asociados con múltiples factores como las brechas de acceso a servicios básicos y de
salud, las inadecuadas prácticas de alimentación, y la pobreza. En Apurímac.

¿Cuál ha sido el desempeño de Apurímac respecto a estos indicadores?


Consecuencias económicas

Un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe


(CEPAL) encuentra que un primer impacto económico de la desnutrición se observa
en el gasto que realizan las familias o el Estado para tratar la desnutrición o
enfermedades asociadas a esta. Además, en el largo plazo, la desnutrición afecta el
desarrollo cognitivo y los niveles de escolaridad de niños y niñas, lo que se traduce
en pérdidas de capital humano y productividad.

Por otro lado, dicho estudio señala que los costos económicos de la desnutrición
para la sociedad en su conjunto también se reflejan en los gastos en educación por
los años extra de los niños repitentes en el sistema, producto de una menor
capacidad de atención y aprendizaje. Finalmente, el estudio estima que, para el 2017,
estos costos fueron equivalentes a una disminución promedio del 5% en el ingreso
per cápita.

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