Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MODULO 1
A lo largo del texto toca muchos dualismos existentes, explica que lo más
complicado de entender de nuestras reflexiones, es separar lo objetivo de los
subjetivo. Hoy por hoy, lo objetivo prevalece, tiene más “verdad” que lo
subjetivo, por lo tanto, más valor. Este dualismo se asume y transmite como si
no fuera lo que hay que poner en duda.
1
algo está adentro o afuera termina siendo irrelevante para los sujetos, debido a
que hay más énfasis en los impedimentos que en la urgencia de su despeje.
Este dualismo tiene la existencia imaginaria de un límite, como bien podría ser
la piel. La piel separa uniendo y une separando. Para correr esta línea
imaginaria hay que deslizar la mirada.
La mirada contorna el propio cuerpo o el del otro, ocupa una posición en el
espacio, un transcurrir temporal, que genera una separación: lo que está de
este lado (mío) y lo que está del otro. Solo porque me pertenezco puedo
reconocerme como yo mismo, mi pertenencia se termina basando en mi
pertenencia constante. No siempre estuvimos divididos, los mapuches, por
ejemplo, no tenían concepción de la piel como un límite ya que se sentían parte
de la tierra; le pertenecían a ella y no al revés. El límite imaginario de la
existencia es la aceptación por parte del hombre de su finitud.
Las diferencias de si es mío o no, surgen por comparación, negación,
semejanza de lo que ya ha sido separado anteriormente, la barrera
adentro/afuera está instalada. Instalamos la distinción adentro/fuera partiendo
de nuestra forma de vernos y concebir al mundo, que nos lleva a diferenciar
primitivamente entre lo mío y lo del otro.
La última dualidad en la que profundiza el autor, corresponde a arriba/abajo. Da
un ejemplo muy claro de la muy usada frase “bajar el cielo”, se usa como algo
inalcanzable, un techo, cuando en realidad el cielo no es techo, ni está arriba,
ni está abajo. Es la mirada la que pone los límites y divisiones. Arriba tiene
connotación de alto y abajo de hundido, teniendo también una estatura ética
“Altos valores” vs “Bajeza moral”.
2
corriente suelen cerrarse a través de diversos modos de sustancializar lo
inconsciente.
J. Derrida, Castoriadis y Foucault son tres autores (sin excluir otros) que
pueden ser de utilidad en la construcción teórica y metodología de un campo
de problemas de la subjetividad.
3
Derrida ha puesto en marcha la llamada “estrategia general de la
deconstrucción”. Esto es desmontar, problematizar la relación inmediata y
“natural” del pensamiento unido a la verdad y al sentido. Supone una rigurosa
problematización de los supuestos hegemónicos que legitiman la búsqueda y
garantía del origen como fundamento último de la razón patriarcal. Implica
analizar en los textos las operaciones de la diferencia, y las formas en que se
hace trabajar a los significados. Articula la inversión y el desplazamiento de las
oposiciones binarias, de manera tal de hacer visible la interdependencia en
términos aparentemente dicotómicos y como su significado se relaciona con
una historia genealógica y particular construida para “propósitos particulares en
contextos particulares” Hace visible que las oposiciones no son naturales sino
construidas. Se desnaturalizan patrones de significado que son utilizados
diariamente y que los cuerpos teóricos incorporan sin advertir sus implicancias
epistémicas y políticas.
Individuo-sociedad
Interioridad-exterioridad
Inconsciente-consciente
Castoriadis dice que Elucidar es el trabajo por el cual los hombres intentan
pensar lo que hacen y saber lo que piensan, este modo de producción de
pensamiento evitará adhesión u oposición a los autores con los que se trabaje.
Problematizar es abrir a la crítica, desde sus respuestas reconstruir preguntas,
para poder así indagar impensables. Desde sus respuestas construir sus
preguntas, desde sus enunciados teóricos inferir las condiciones de posibilidad
(teórico-epistémicas, pero también institucionales y/o socio-históricas),
desplegar sus enunciados para poder sostener el desafío de pensarlos desde
otro modo. No se intenta legitimizar lo que ya se sabe, sino abrir
interrogaciones sobre los enunciados y sus prácticas, que permita pensar el
problema de otro modo. Se debe des dogmatizar el cuerpo teórico y erradicar
la “teoría completa”. Se deberá des-totalizar los sistemas teóricos.
5
las transferencias se realizan según el eje de la metáfora y no según el de la
analogía.
(otro texto)
Introducción
Otra cuestión de importancia ha sido ligar las disciplinas “psi” y las sociales al
modo de la interdisciplina donde los corpus producidos son tomados en bloque
en su totalidad conceptual, donde no quedan lugar para las fisuras (dudas) de
la tan anhelada relación.
6
espejismo de universalizar aquello que puede conservar un enorme valor si se
puede re-situarse en su localidad.
8
identificaciones con polos maternos y paternos. Se trata de sistemas de
conexión directa entre las grandes máquinas productivas, las grandes
máquinas de control social y las instancias psíquicas que definen la manera de
percibir el mundo. Las sociedades «arcaicas» que aún no se han incorporado
al proceso capitalístico, los niños aún no integrados en el sistema o las
personas que están en los hospitales psiquiátricos y que no consiguen (o no
quieren) entrar en el sistema de significación dominante, tienen una percepción
del mundo completamente diferente de la que se acostumbra a tener desde la
perspectiva de los esquemas dominantes. Eso no quiere decir que la
naturaleza de su percepción de los valores y de las relaciones sociales sea
caótica. Corresponden con otros modos de representación del mundo, sin duda
muy importantes para las personas que se sirven de ellos para poder vivir, pero
no sólo para ellas, su importancia se podría extender a otros sectores de la
vida social en una sociedad de otro tipo.
La división social del trabajo implica una cantidad enorme de trabajo asalariado
fuera de la entidad productiva (en los equipamientos colectivos, por ejemplo), y
de trabajo no asalariado, sobre todo el trabajo hecho por las mujeres. Aquello
que llamé producción de subjetividad del CMI no consiste únicamente en una
producción de poder para controlar las relaciones sociales y las relaciones de
producción. La producción de subjetividad constituye la materia prima de
toda y cualquier producción.
9
Cuando una potencia como Estados Unidos quiere implantar sus posibilidades
de expansión económica en un país del llamado Tercer Mundo, comienza,
antes que nada, a trabajar los procesos de subjetivación. Sin un trabajo de
formación previa de las fuerzas productivas y de las fuerzas de consumo, sin
un trabajo sobre todos los medios de semiotización económica, comercial,
industrial, las realidades sociales locales no podrían ser controladas.
10
Las personas que, en los sistemas terapéuticos o en la universidad, se
consideran simples depositarias de un saber científico o simples canales de
transmisión del mismo, sólo por eso, ya hicieron una opción reaccionaria. Sea
cual sea su inocencia o su buena voluntad, ocupan efectivamente una posición
de refuerzo de los sistemas de producción de la subjetividad dominante.
11
individuo. Una cosa es la individuación del cuerpo. Otra la multiplicidad de los
agenciamientos de subjetivación: la subjetividad está esencialmente fabricada y
modelada en el registro de lo social.
12
hecho social y existe el individuo hablante. Lo mismo ocurre con todos los
hechos de subjetividad.
13
Son ejemplos de «cosas» de este tipo: cierta manera de utilizar el lenguaje, de
articularse con el modo de semiotización colectiva (sobre todo de los medios de
comunicación de masas); una relación con el universo de las tomas de
corriente eléctrica, en las cuales uno puede electrocutarse; una relación con el
universo de circulación en la ciudad. Todos éstos son elementos constitutivos
de la subjetividad.
GUATTARI.
15
Ibáñez, T. (2004). El cómo y el porqué de la psicología social.
En: T. Ibáñez (comp.) Introducción a la psicología social.
Introducción
La PSS sostiene que lo psicológico y lo social son una suerte de tejido sin
costuras, por lo que resulta difícil poner un límite que marque dónde empieza
un fenómeno y dónde el otro. En consecuencia, la relación que se postula entre
procesos psicológicos y sociales es de mera interioridad y se apuesta por el
uso de métodos interpretativos para entenderla. Para esta perspectiva, la
dimensión simbólica de la realidad es crucial a la hora de comprender cómo
lo psicológico se constituye a partir de lo social.
16
3) Mostrar personas que se guían por pequeños indicadores estimulantes que
observan en el ambiente o en las otras personas como si fueran meros
receptáculos llenos de normas y sin capacidad de agencia.
4) Creer que los grupos elaboran normas de convivencia para que cada uno de
ellos encuentre su función social en un universo armonioso en el cual no hay
1. La dimensión social
Podemos afirmar que es por medio de la propia relación con los otros como lo
social interviene desde el primer momento en la construcción de los procesos
psicológicos. La dimensión social no corre paralelamente a la dimensión
psicológica, sino que es constitutiva de ésta. Desde esta perspectiva, el objeto
que define la psicología social como disciplina deja de ser el estudio del
impacto que tienen los factores sociales en los procesos psicológicos y pasa a
definirse como el estudio de la construcción social de los procesos
psicológicos.
Para Ibañez la obra Vico constituye un punto de partida interesante para ubicar
los primeros pasos de la disciplina. Vico desarrolló la idea según la cual las
sociedades presentan una dimensión histórica ineludible: se constituyen,
evolucionan y cambian en el transcurso de la historia. Vico insistió, también, en
el carácter construido de la sociedad. Para él, la sociedad es un producto
puramente humano que resulta de la actividad desarrollada por los individuos.
Investigó la manera en que se iban constituyendo las significaciones
compartidas a partir de las reacciones comunes que tenían los seres humanos
ante los acontecimientos naturales, significaciones que constituyen el
fundamento de una sociedad y sin las cuales no sería posible la interacción
entre los que la integran.
19
Se entrevén dos grandes orientaciones: una centrada en el individuo y en los
determinantes innatos de las conductas sociales y otra centrada en las grandes
colectividades humanas y en los determinantes culturales de las mencionadas
conductas. En el marco de la primera de estas orientaciones se enfatizan los
instintos sociales que empujan al individuo a desarrollarse como ser social,
buscando el contacto con sus congéneres (instinto gregario) y aprendiendo las
pautas del comportamiento social (instinto de imitación). La otra orientación
pone el acento en los factores culturales que regulan la socialización de las
personas y que marcan la vida social, prestando una atención muy particular a
la sedimentación de la historia de los pueblos en sus lenguas, en sus creencias
y en sus tradiciones culturales.
20
1) Los instintos
2) La imitación
3) La sugestión
21
3.1. El interaccionismo simbólico
3.2. El socioconductismo
3.5. El socioconstruccionismo
23
de los grupos y pronto se desarrollan descalificaciones y prejuicios mutuos que
multiplican las ocasiones de fricciones y de agresiones.
Objetivos compartidos:
Henri Tajfel, demostró que ni siquiera era necesario introducir una relación
competitiva para que naciera la hostilidad entre los grupos, basta crear el
sentimiento de pertenencia.
Conclusiones
25
Psicología social- Modulo 2
Miranda, M. (2003)
26
vista de su conducta, y especial, pero no exclusivamente, de su conducta tal
como es observable por otros.”
Esta perspectiva, Mead la plantea como más perfecta que la que plantean los
conductistas como Watson, y también lo introspeccionistas, es decir, los
psicoanalistas.
27
psicología busque una explicación que aproxime entre sí, tanto como sea
posible, esas dos fases de la experiencia, o que las traduzca a un lenguaje que
sea común para ambos campos. No queremos dos idiomas, uno de ciertos
hechos físicos y otro de ciertos hechos conscientes. (...) La psicología no es
algo que trate de la conciencia; trata de la conciencia del individuo en su
relación con las condiciones en las cuales la experiencia se da. Es psicología
social cuando las condiciones son sociales. Es conductista cuando el enfoque
de la experiencia se hace a través de la conducta.”
Así pues, Mead defiende un “conductismo social” que efectivamente, tal y como
señala Morris se diferencia del conductismo de Watson en aspectos
importantes. Él señala cuatro. En primer lugar, dice Morris, Mead consideraba
los puntos de vista de Watson excesivamente simplificados, ya que habían
abstraído el segmento del acto del individuo, separándolo del acto completo, o
social. Por el contrario, para Mead el lenguaje es un fenómeno objetivo de
interacción dentro de un grupo social, una complicación de la situación del
gesto, y aun subjetivizado para constituir el fuero interno del espíritu del
individuo, sigue siendo social”, una “complicación de la situación gestual", en
palabras de Caballero. La segunda diferencia reside en el tratamiento de lo
privado. Mead tiene esto en cuenta, considerando que el conductismo no
significa la negación de lo privado ni el olvido de la conciencia, sino el
acercamiento a toda experiencia en términos de conducta”. La tercera
diferencia surge del hecho de que Mead subraya la correlatividad de estímulo y
reacción. Los aspectos del mundo se convierten en partes del ambiente
psicológico, se hacen estímulos, sólo en el grado en que efectúan la posterior
liberación de un impulso en marcha. Por último “una diferencia básica se refleja
en la circunstancia de que el watsonismo ha aparecido a muchos, no sólo que
negaba la experiencia privada, sino que vaciaba a la “experiencia” misma de
todo significado no poseído en la "reacción”, dice Morris. Y en la “respuesta”,
afirma Caballero. Esta posición no puede ser aceptada por un pragmatista
como Mead por lo que implica para el empirismo, propio de la perspectiva
científica.
28
un acto en que la ocasión o estímulo que libera a un impulso se encuentra en el
carácter o conducta de un individuo vivo que pertenece al ambiente específico
del individuo que experimenta un impulso” El acto social tiene componentes
externos e internos. Una parte del acto es observable y en esto coincide con el
conductismo de Watson. El acto externo que observamos constituye una parte
del proceso que se ha iniciado en el interior.(...) La conducta objetivamente
observable encuentra expresión dentro del individuo, no en el sentido de
encontrarse en otro mundo, un mundo subjetivo, sino en el sentido de hallarse
dentro de un organismo. Parte de esta conducta aparece en lo que podemos
denominar “actitudes”, los comienzos de los actos. (...)
Dicho todo lo anterior tendríamos que distinguir entre acto y acto social. Como
señala Ritzer (223) mientras el acto implica una sola persona, el acto social
implica dos o más personas. El gesto es, para Mead, el mecanismo básico del
acto social en particular y del proceso social en general”. Tal y como él afirma,
“El gesto representa cierta resultante del acto social, una resultante con
respecto a la cual existe una reacción definida por parte de los individuos
29
involucrados en ella; de modo que la significación es dada o expresada en
términos de reacción” (Mead, 1993:114).
Para continuar con esta línea explicativa necesitamos hacer mención a otros
conceptos que Mead utiliza: la inteligencia, la comunicación y la significación.
En un artículo que Mead escribe en 1925: The genesis of the Self and Social
Control, se vincula el acto social al principio de organización humana y propone
esta definición del acto social:
30
“La especialización del animal humano dentro de este campo del gesto ha sido
responsable, en definitiva, del origen y desarrollo de la actual sociedad humana
y de sus conocimientos, con todo el dominio sobre la naturaleza y sobre el
medio humano que hace posible la ciencia.” (Mead,1993:60). De entre todos
los gestos significantes, los gestos vocales son particularmente importantes. Es
el lenguaje el factor más importante que hizo posible el desarrollo de la vida
humana en sociedad.
“El lenguaje es parte de la conducta social” (Mead, 1993:60). (...) “He estado
considerando el lenguaje como un principio de organización social, que ha
hecho posible a la sociedad distintivamente humana (...) Lo que el lenguaje
parece expresar es una serie de símbolos que responden a cierto contenido
mensurablemente idéntico en la experiencia de los distintos individuos. Si ha de
haber comunicación como tal, el símbolo tiene que significar lo mismo para
todos los individuos involucrados.” (Mead,1993:96).
31
génesis de la propia identidad mediante la interacción social y mediante las
acciones que realiza el individuo en el grupo del que forma parte.
32
sino que es un fenómeno social. Surge y se desarrolla dentro del proceso
social y es una parte fundamental del mismo. Así el proceso social precede a la
mente y no es, como muchos creen un producto suyo.
4.8. El self.
Al afirmar que posee un “sí mismo”, Mead quiso decir simplemente que la
persona es un objeto para sí misma. Puede percibirse, tener conceptos,
actuar y comunicar consigo misma. En suma, la posesión de “sí mismo” dota al
ser humano de un mecanismo de interacción consigo mismo que le permite
afrontar el mundo, y que utiliza para conformar y orientar su propia conducta.
Úriz señala las diferencias entre los conceptos de mind y de self en la obra de
Mead. Según esta autora, el significado de mente y sí mismo es diferente,
aunque no por ello se trata de ámbitos totalmente separados e independientes,
ni tampoco de dos estructuras mentales de las que se pueda decir –
físicamente- que hasta ahí llega la mente y aquí empieza la autoconciencia.
Mente significa incluso la organización de nuestras experiencias, de nuestras
actitudes... pero aún no significa la conciencia de sí, la autoconciencia de sí
mismo o el hacerse a sí mismo objeto para sí. La mente es esencial al sí-
mismo, es una condición para su surgimiento, pero ambos términos no son
idénticos. Sí mismo significa la capacidad de verse desde los otros, de integrar
las perspectivas de los otros en un objeto para sí mismo (Úriz, 1993:141).
4. 9. “Mí” y “yo”.
33
“El “yo” es la reacción del organismo a las actitudes de los otros; el “mí”
es la serie de actitudes organizadas de los otros que adopta uno mismo.
Las actitudes de los otros constituyen el “mí” organizado, y luego uno
reacciona hacia ellas como un “yo”. (...) El “yo” es la acción del individuo
frente a la situación social que existe dentro de su propia conducta, y se
incorpora a su experiencia sólo después de que ha llevado a cabo el acto.
Entonces tiene conciencia de éste. Tuvo que hacer tal y cual cosa, y la hizo.
Cumple con su deber y puede contemplar con orgullo lo ya hecho. El “mi” surge
para cumplir tal deber: tal es la forma en que nace en su experiencia. Tenía en
sí todas las actitudes de los otros, provocando ciertas reacciones; ése era el
“mí” de la situación, y su reacción es el “yo”. (...) El yo, pues, en esta relación
entre el “yo” y el “mí”, es algo que, por decirlo así, reacciona a una situación
social que se encuentra dentro de la experiencia del individuo. Es la respuesta
que el individuo hace a la actitud que otros adoptan hacia él., cuando él adopta
una actitud hacia ellos. (...) Siempre hay esa distinción entre el “yo” y el “mí”, el
“yo” provoca al “mí” y al mismo tiempo reacciona a él. El “mí” representa una
organización definida dada la comunidad, presente en nuestras propias
actitudes y provocando una reacción, pero la reacción es algo que simplemente
sucede... (...) Tomados juntos, constituyen una personalidad, tal como ella
aparece en la experiencia social. La persona es esencialmente un proceso
social que se lleva a cabo, con esas dos fases distinguibles. Si no tuviera
dichas dos fases, no podría existir la responsabilidad consciente, y no
habría nada nuevo en la experiencia.” (Mead, 1993:208).
34
4.10. Comunicación, sociedad humana y democracia.
“El principio que he sugerido como básico para la organización social humana
es el de la comunicación que implica participación en el otro. Esto requiere la
aparición del otro en la persona, la identificación del otro con la persona, la
obtención de la conciencia de sí a través del otro. Esta participación es
posibilitada gracias al tipo de comunicación que el animal humano está en
condiciones de llevar a cabo –un tipo de comunicación distinto del que tiene
lugar entre otras formas que no poseen ese principio en sus sociedades”
(Mead, 1993:271).
35
cierta identificación entre el orden social y el orden moral: “somos seres
sociales como seres morales”, dice Mead. Se aleja así del imperativo
categórico de Kant y de la búsqueda del deber por el deber. El deber no es
algo abstracto e inalterable, es simplemente la interiorización de las leyes
Conviene recoger aquí la definición que hace Mead del término personalidad,
una definición que nos será muy útil también más adelante. Para él, “El término
“personalidad” implica que el individuo tiene ciertos derechos y valores
comunes, obtenidos en él y por él; pero por encima de esa clase de dotes
sociales del individuo existe lo que le distingue de cualquier otro, lo que le hace
como es. Es la parte más preciosa del individuo.” (Mead, 1993:333).
Está claro que Mead dialoga, critica, modifica el Conductismo; el suyo dice él,
es otro tipo de conductismo, un conductismo social, pero no sucede lo mismo
con el Psicoanálisis.
37
Monferrer- La influencia de George Herbert Mead en las
bases teóricas del paradigma constructivista
La decisión de centrar esta comunicación en George H. Mead (1863-1931)
obedece a la constatación de que, si bien su obra es de obligada referencia
para entender desarrollos teóricos multidisciplinares, su impacto ha quedado
relegado en psicología a fundador de la escuela del interaccionismo simbólico.
38
comportamiento de un conjunto de individuos, en los que la acción de cada uno
está condicionada por la acción de los otros. De ahí que la influencia
interaccionista se haya concretado en que dentro de su espacio conceptual, lo
«social» se refiere directamente a la interacción –ya sea entre sujetos y
entorno, ya sea entre sujetos–, en tanto que el comportamiento humano
siempre implica a otros. Aunque no podemos abordarlo aquí en detalle, es
posible rastrear la huella teórica de Mead en esta disciplina en las áreas de
socialización, actitudes y conducta, identidad social, relaciones sociales,
comunicación interpersonal y cognición social (Acosta, 2006; Rizo, 2008). No
se puede obviar, en este sentido, la aportación de Mead a la fundamentación
temprana de la teoría de roles con su concepto de «Role-taking», a partir de su
razonamiento de que el individuo se convierte en un yo en el proceso de
desempeñar un rol, de desempeñar el rol del otro en una situación de
interacción.
39
denominación tiende a utilizarse indistintamente, si bien difieren en su foco de
atención.
El hecho más significativo para nuestro análisis radica en que los autores que
investigan bajo este paradigma comparten fuertes vínculos con las bases de
los postulados meadianos: parten de la convicción de que los seres humanos
son producto de su capacidad para adquirir conocimientos y para reflexionar
sobre sí mismos, lo que les ha permitido anticipar, explicar y controlar
propositivamente la naturaleza y construir la cultura.
40
La teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici-
Mora
41
Conviene señalar que alrededor del proyecto del Instituto se publicaron
algunas revistas bajo la dirección del propio Wundt. Entre 1873 y 1874 apareció
su Grundzüge der physiologischen psychologie, que fue tomada casi como
texto de la nueva ciencia psicológica que construía.
Sin embargo, según dice Robert Farr (1983), estos académicos muy
probablemente no fueron sensibles a los aspectos filosóficos y culturales de la
tradición alemana de la investigación y regresaron a sus países impresionados
más bien por los deslumbrantes instrumentos utilizados por la Psicología
experimental alemana.
42
el proceso. Desprende, por tanto, una metodología apropiada para los
procesos cognoscitivos superiores del hombre: la interpretación de los
productos de la experiencia colectiva. Los diez volúmenes publicados entre
1900 y 1920, fueron el intento de estructurar esta tendencia.
43
En conclusión y siguiendo a Pablo Fernández Christlieb (s.f.a), es posible decir
que, junto con Le Bon y Tarde, Wundt construye con su Psicología de los
pueblos el basamento de la Psicología social en este siglo y particularmente de
la Psicología colectiva.
44
interactivo no biológico sino social que es percibido en términos de
significaciones, puesto que su materia es el símbolo. Mead toma como unidad
de análisis lo que denomina el acto social. Aquí, el símbolo y su significado son
propiedad de la situación interactiva, no están fuera. Cabe decir que la
existencia de tal significado no implica necesariamente la consciencia del
mismo, puesto que ello sólo se consigue a través de la simbolización.
Todas esas reflexiones hechas por Mead y manejadas en sus cátedras, serían
publicadas de manera póstuma (en 1934) en un libro titulado Mind, Self and
Society, editado por la prensa de la Universidad de Chicago y bautizadas por
Herbert Blummer como interaccionismo simbólico. A manera de recapitulación,
pueden acotarse las aportaciones más significativas de Mead a las ciencias
sociales, incluyendo a la Psicología:
45
a) Enfatiza la noción de una realidad simbólica distinta de una probable
realidad natural; susceptible de creación, de transformación y de destrucción.
Las lagunas que George Mead dejó dentro de sus supuestos teóricos, han
dado pie a muy diversas disciplinas: sociología fenomenológica del
conocimiento (Schutz, Berger y Luckmann); etnometodología (Garfinkel); teoría
de las representaciones sociales (Moscovici).
Tuvieron que pasar varias décadas para que Serge Moscovici retomara estos
planteamientos y desarrollara una teoría en Psicología social con marcada
tendencia sociológica cuando el común denominador de las investigaciones en
Psicología era lo individual, por la influencia norteamericana. Con su teoría de
las representaciones sociales, Moscovici integra en una Psicología social las
aportaciones de diversas disciplinas, dentro de un contexto europeo de rápida
expansión.
Si, en estos textos, Durkheim simplemente quería decir que la vida social es la
condición de todo pensamiento organizado –y más bien la recíproca-, su actitud
no está libre de objeciones. Sin embargo, en la medida en que no aborda de
frente ni explica la pluralidad de formas de organización del pensamiento,
aunque todas sean sociales, la noción de representación pierde nitidez.
Quizás haya que buscar ahí otra de las razones de su abandono. Desde luego
se comprende que las huellas, tanto sociales como intelectuales, de
representaciones formadas en sociedades donde la ciencia, la técnica y la
filosofía están presentes, sufren la influencia de estas y se constituyen en su
47
prolongación o se oponen a ellas. A continuación veremos cuáles son esas
huellas.
No merece que uno se demoró en él. Por lo tanto tenemos que encarar la
representación social como una textura psicológica autónoma y a la vez como
propia de nuestra sociedad, de nuestra cultura.
48
refuerzan el sentimiento de continuidad del entorno y de las experiencias
individuales y colectivas. Con este fin se las puede recordar, revivificar en el
espíritu, así como conmemoramos un acontecimiento, evocamos un paisaje o
contamos un encuentro que se produjo hace tiempo. Siempre operan como un
filtro y provienen de filtrar informaciones que el sujeto posee o ha recibido en
vista del placer que busca o de la coherencia que necesita. Así es posible
observar que una imagen está determinada por fines y que su función principal
es seleccionar lo que viene del interior, pero sobre todo del exterior: “Las
imágenes desempeñan el papel de una pantallas selectiva que sirve para
recibir nuevos mensajes, y a menudo dirigen la percepción y la interpretación
de estos entre los mensajes que no son completamente ignorados, rechazados
o reprimidos”.
49
Exagerando apenas, cada uno de nosotros puede decir que fue testigo directo,
en una generación, de muchas ocasiones en las que la palabra y el interés
públicos se manifestaron en una escala y con una intensidad semejantes.
50
concepto, la presencia del objeto, incluso su existencia, es inútil; desde el punto
de vista de la percepción, su ausencia o inexistencia es una imposibilidad. La
representación mantiene esta oposición y se desarrolla a partir de ella: re-
presenta un ser, una cualidad, a la conciencia, es decir, las presenta una vez
más, las actualiza a pesar de su ausencia y aun de su no existencia eventual.
El “complejo de timidez”, del que se dice que una persona sufre, comprende los
índices psicológicos habituales –rubor, voz baja, temblor-, pero a esto se
agregan índices de tipo afectivo –temor, duda, conductas de preocupación-
que, al parecer, traducen experiencias de la infancia y provienen de la
represión de deseos de naturaleza sexual. Representar una cosa, un estado,
no es simplemente desdoblarlo, repetirlo o reproducirlo, es reconstituirlo,
retocarlo, cambiarle el texto. La comunicación que se establece entre el
concepto y la percepción, mediante la penetración de uno en la otra,
transformando la sustancia concreta común, da la impresión de “realismo”, de
materialidad de las abstracciones, porque podemos actuar con ellas, y de
abstracción de las materialidades, porque expresan un orden preciso.
51
un campo alejado de la vida humana adulta, sino que igualmente echa una luz
que asombra, que golpea.
Por ese motivo, estas formas de conocimiento que son las representaciones,
cuya función y estructura acabamos de ver, son, por lo menos en lo que
concierne al hombre, primeras. Los conceptos y las percepciones son
elaboraciones y estilizaciones secundarias; los primeros a partir del sujeto, y
las otras, a partir del objeto.
Cualquiera que conozca la historia de las ciencias sabe que la mayoría de las
teorías y nociones más abstractas primero llegaron al espíritu de los sabios o a
la ciencia en una forma figurativa, cargadas de valores simbólicos, religiosos,
políticos o sexuales.
53
una vez más, recorriendo un camino inverso al que ella recorrió. Este hecho,
que es muy conocido, sin embargo, no ha sido suficientemente apreciado ni
desde el punto de vista psicológico ni desde el punto de vista sociológico. Si no
fuera así, se comprendería que, al hacer presente lo ausente, habitual lo
inhabitual, los mecanismos representativos descomponen lo que es
inmediatamente evidente y reconstruyen la unidad en el universo entre los
vestigios de universos aislados y separados. Son, sin duda, “arcaicos” o
“primitivos”. Justamente por eso permiten superar y retomar mecanismos que,
por muy “recientes” o muy “refinados”, pierden contacto con lo vivido del sujeto
y el flujo de lo real.
Por otra parte, Denise Jodelet, estudiosa que se ha interesado también por el
tema de las representaciones sociales ha dicho que el campo de
representación designa al saber de sentido común, cuyos contenidos hacen
manifiesta la operación de ciertos procesos generativos y funcionales con
carácter social. Por lo tanto, se hace alusión a una forma de pensamiento
social. Uno de quienes más ha estudiado la teoría de Moscovici y que ha
indagado acerca de sus antecedentes teóricos es Robert Farr, quien ofrece su
versión de la noción de representaciones sociales señalando que, desde una
perspectiva esquemática, aparecen las representaciones sociales cuando los
54
individuos debaten temas de interés mutuo o cuando existe el eco de los
acontecimientos seleccionados como significativos o dignos de interés por
quienes tienen el control de los medios de comunicación.
55
representaciones sociales en un esquema sintético que habla de las funciones
que cumplen como forma de pensamiento natural. Cuatro son las
características esenciales:
Los datos de que disponen la mayor parte de las personas para responder a
una pregunta, para formar una idea a propósito de un objeto preciso, son
generalmente, a la vez, insuficientes y superabundantes (Moscovici, 1979 pp.
176-177) Por su parte, la diversidad de autores que han trabajado en esta
teoría, interpretan la noción de variadas formas aunque predomina el hecho de
que se considera que hay desniveles en cantidad y calidad de la información al
56
interior de un grupo, y parcialidad y desfase en relación con lo requerido para
constituir el fundamento sólido del conocimiento. Es decir, nunca se posee toda
la información necesaria o existente acerca de un objeto social que resulte
relevante. Moscovici (1979) concluye afirmando que la multiplicidad y
desigualdad cualitativa entre las fuentes de información con relación a la
cantidad de campos de interés, vuelven precarios los vínculos entre los juicios
y, por ende, compleja la tarea de buscar todas las informaciones y
relacionarlas. b) Focalización. Una persona o una colectividad -dice Moscovici
(1979)- se focalizan porque están implicadas en la interacción social como
hechos que conmueven los juicios o las opiniones. Aparecen como fenómenos
a los que se debe mira detenidamente.
57
un contexto dinámico, cambiante y conflictivo. Con el movimiento de tales
condiciones de emergencia quedaría determinada tanto la naturaleza de la
organización cognoscitiva de la representación, es decir, su estructuración
como esquema cognoscitivo; así como su misma existencia y grado de
estructuración.
58
sentido. Señala Moscovici: Se deduce que la actitud es la más frecuente de las
tres dimensiones y, quizá, primera desde el punto de vista genético. En
consecuencia, es razonable concluir que nos informamos y nos representamos
una cosa únicamente después de haber tomado posición y en función de la
posición tomada. (Moscovici, 1979 p. 49)
Pudo distinguir dos procesos básicos que explican cómo lo social transforma
un conocimiento en representación colectiva y cómo ésta misma modifica lo
social: la objetivación y el anclaje. Estos conceptos se refieren a la elaboración
y al funcionamiento de una representación social mostrando la
interdependencia entre lo psicológico y los condicionantes sociales, así como
su difícil esclarecimiento en términos exhaustivos.
59
hombre común y corriente; c) el modelo asocia diversos elementos en un foco
explicativo con una dinámica propia y suficiente; y d) permite a la
representación social convertirse en un marco cognoscitivo estable y orientar
tanto las percepciones o los juicios sobre el comportamiento, como las
relaciones interindividuales. En un primer momento, la concepción científica se
confronta con el sistema de valores sociales resultando una elección de entre
sus elementos. La naturalización otorga a la representación social el carácter
de evidencia válida: se convierte en una "teoría profana" autónoma que sirve
para categorizar las personas y sus comportamientos. Moscovici concluye con
su análisis de la objetivación apuntando hacia la realización del objeto de
representación en sus nexos con los valores, la ideología y los parámetros de
la realidad social. La actividad discriminativa y estructurante que se va dando
por medio de la objetivación, se explica precisamente por sus tintes normativos:
la representación social adquiere una armazón de valores. En estas
combinaciones incipientes de experiencias y estructuras simbólicas puede
percibirse un realismo semejante al de los niños que dibujan no sólo lo que ven
de un objeto, sino también lo que saben de él. La imagen es objetivada junto
con una carga de afectos, valores y condiciones de naturalidad. Los conceptos
así naturalizados se transforman en auténticas categorías del lenguaje y del
entendimiento. Como puede apreciarse, Moscovici (1979) presenta un análisis
complejo y sistemático del proceso de objetivación que, en muchos casos,
parece denso pero que se explica por esa preocupación constante para no
desarticular inapropiadamente un fenómeno global que no sigue una secuencia
rígida ni causal. De igual manera, tanto Jodelet (1984), como Herzlich (1979) y
Banchs (1984), señalan que la importancia de un proceso como el de la
objetivación reside en que pone a disposición del público una imagen o
esquema concreto, a partir de un ente abstracto o poco tangible como lo es una
teoría o concepción científica. Para concluir con la objetivación de una
representación social, conviene recordar que todas las definiciones intentan
explicar el paso de un conocimiento científico al dominio público (el
psicoanálisis, en la investigación de Moscovici), y que el segundo proceso de
formación de una representación social -el anclaje- se liga al primero en forma
natural y dinámica.
60
Al insertarse el esquema objetivado dentro de una red de significaciones, la
representación social adquiere una funcionalidad reguladora de la interacción
grupal, una relación global con los demás conocimientos del universo simbólico
popular. Las figuras del núcleo de la representación son teñidas de significados
que permiten utilizar a la representación como un sistema interpretativo que
guía la conducta colectiva.
62
Al estudiar la representación social del cuerpo humano (1976), encontró cuatro
fuentes globales de procedencia de la información extendidas desde lo más
personal hasta lo más impersonal: la vivencia del propio sujeto, lo que piensa el
sujeto sobre sí, lo adquirido a través de la comunicación social y la observación
(refranes y creencias populares), y los conocimientos adquiridos a través de los
medios más bien formales como estudios, lecturas, profesión.
Análisis de los actos ilocutorios (Flahault)- Es una técnica que analiza los
diálogos recogidos en textos, medios de comunicación o en observaciones. Se
buscan detectar los actos explícitos como órdenes o peticiones que definen la
relación existente entre los interlocutores, así como los actos implícitos que
claramente señalan las posiciones respectivas entre los interlocutores. Se
analizan las relaciones de poder, las reglas explícitas e implícitas, la dureza
actitudinal de la representación social. De alguna manera se establece una
fotografía de los actos de poder, sugestión o intercambio a través del lenguaje
y, sobre todo, de sus usos.
63
palabras-estímulo que aluden al objeto social a indagar. Se pide a una muestra
de sujetos que efectúe una asociación libre a partir de cada palabra hasta
desembocar en una especie de "diccionario de asociaciones" o algo parecido a
los "campos semánticos" (en realidad se trata, según Ibáñez, de "campos
lexicales"). Estos datos ayudan a la construcción de la dimensión información
de la representación. Lo siguiente consiste en recurrir al análisis de
correspondencias para establecer el grado de similitud que existe entre los
diversos campos semánticos y así generar unas representaciones gráficas en
donde es posible visualizar el grado de solapamiento o de independencia entre
los campos, según sea la zona gráfica de aglutinamiento. Lo conveniente,
como en cualquiera de las vías metodológicas, es complementarla con otros
métodos que permitan una perspectiva dinámica y no sólo una fotografía de la
representación o una mera tipología. Por su parte, Di Giacomo (1987) hace
consideraciones sobre el problema de la metodología y lo que a su juicio debe
orientar los estudios: los procesos antes que los contenidos en sí. Además,
señala tres criterios para identificar a una representación social: que esté
estructurada, que comparta elementos emocionales con el nuevo elemento que
la reactiva y que el conjunto de opiniones esté unido a comportamientos
específicos. En consecuencia, Di Giacomo extrae algunas conclusiones
metodológicas: 1) no se puede prejuzgar sobre la extensión posible del campo
figurativo del objeto; 2) las representaciones mismas son las que guían para
reconocer a grupos ideológicos diferentes o antagónicos; 3) debe disponerse
de métodos que hagan visible la estructura de opiniones en un sistema más o
menos definido; 4) toda investigación acerca de las representaciones sociales
debe contar con criterios establecidos relativos a la existencia y consistencia de
la representación, con el fin de poder enmarcarla y analizarla; y 5) deben existir
criterios mínimos: la relación de los aspectos emotivos y actitudinales y la
capacidad del modelo para integrar nuevos elementos (carácter modélico), y la
relación entre los comportamientos (carácter funcional).
En otro sentido de análisis, Jodelet (1984) señala que a medida que fue
precisándose como teoría, en las representaciones sociales se han delimitado
campos de investigación con ópticas diferentes. El énfasis en cada una de ellas
está en la manera de formular cómo se elabora la construcción psicológica y
social de la representación. La primera perspectiva, se limita a la actividad
cognitiva con la que el sujeto construye su representación. En la segunda
óptica, se considera que el sujeto es un "productor de sentido", por lo que se
acentúan los aspectos significantes de la actividad representativa. El tercer
enfoque trata a la representación como una forma de discurso y obtiene sus
características de la práctica discursiva de sujetos en la sociedad. La cuarta
visión, considera la práctica social del sujeto en tanto que derivada de las
ideologías o posiciones relacionadas con el lugar que ocupa en la sociedad.
64
Para la quinta corriente, es el juego de las relaciones intergrupales el que
determina la dinámica de las representaciones. En la sexta perspectiva, más
sociologizante, convierte al sujeto en portador de determinaciones sociales y de
visiones estructuradas por las ideologías dominantes (cfr. Jodelet, 1984 pp.
479-480).
66
las correspondencias entre situación social y modalidades de conocimiento; y
la segunda, partiendo de la hipótesis de la polifasia cognitiva, llevaría al estudio
de la transformación de esas modalidades de conocimiento, las relaciones que
se establecen entre ellas y su adaptación. La polifasia cognitiva pareció ser uno
de los hallazgos más estimulantes para Moscovici y sus colaboradores, por lo
que señalaba que convenía ocuparse del tema en algunas de las
investigaciones, hecho que ha sido explorado por la escuela suiza de las
representaciones y la cognición social con Gabriel Mugny y Willem Doise a la
cabeza.
67
conceptos. Definidas las representaciones sociales como una forma de
conocimiento de sentido común, estructural y funcionalmente se distinguen de
otras nociones cognitivas. Con la intención de clarificar dichas diferencias, se
muestran las definiciones de cada concepto cognitivo en su limitación,
siguiendo de nueva cuenta a Banchs (1984):
Por otro lado, entre quienes se han propuesto analizar la teoría de las
representaciones sociales haciendo distinciones con respecto a la cognición
68
social, está Darío Páez, quien hace una caracterización de las
representaciones sociales a nivel de estilo de presentación de sus contenidos.
71
grupo, basado en la tradición y el consenso. Siendo un conocimiento de
primera mano, es un terreno donde nace y prospera la ciencia. Segundo, en
tanto que suma de imágenes mentales y de lazos de origen científico,
consumidos y transformados para servir en la vida cotidiana (Moscovici y
Hewstone, 1984 p. 685).
72
al descubrimiento de la ideología que subyace y domina, al sentido común
como una forma de pensamiento social que puede resultar valiosa para el
análisis, descripción y desmantelamiento de la ideología como discurso de
dominación. En suma, hacer una auténtica Psicología política. Consideramos
que un primer acercamiento sería dado si se valorara el sentido común mismo,
ya que pareciera ser una máscara pública, idea o coartada a la que se aspira o
tras la que se suele esconder. No se trata de quedar en el simple
reconocimiento del sentido común, ni en su elevación a categoría moral de
comunicación popular o "de la gente". Ni se trata tampoco de dibujar las
supuestas imágenes de las representaciones, apelando a una tecnología de
investigación que desprecia el espíritu metodológico que Moscovici estableció y
que la mayoría de sus epígonos conocidos por nosotros parece ignorar o al
menos enfocarlo con el punto ciego de la retina. Lo que sí conviene es
descubrir su trasfondo para detectar las ideologías que lo utilizan como
explicaciones acríticas de la realidad. Tal como lo sugiere Fernández Christlieb
(s.f.), a la sombra del sentido común existe la colectividad efervescente en
privado. Es decir, partiendo de esta hipótesis o creencia puede argumentarse,
junto con Fernández Christlieb, que "la Psicología colectiva debe dedicarse a
romper el sentido común".
73
Psicología Social Modulo 3
74
poderes de la razón individual. Donde el educador exogénico tiende a centrarse
en el arreglo de los inputs ambientales necesarios para construir una
representación exacta, el educador endogénico pone el énfasis principal en las
capacidades intrínsecas del ser humano para el desarrollo intuitivo, lógico o
conceptual.
Por cierto, han existido intentos por unir ambas tradiciones. La teoría de Piaget
es ejemplar, ya que plantea dos procesos opuestos del desarrollo cognitivo, la
acomodación cognitiva a los objetos del mundo real (tributo a la tradición
exogénica) y la asimilación cognitiva del mundo a las estructuras cognitivas
(sosteniendo la tradición endogénica).
Desde estas dos perspectivas, los filósofos jamás han podido resolver la
pregunta fundamental de la epistemología: de qué manera adquiere la mente el
conocimiento de un mundo externo a ella. Los filósofos del presente siglo han
abandonado en gran medida la metafísica dualista, en favor del análisis lógico
de proposiciones. Y como lo argumentó Richard Rorty , el problema del
conocimiento como una relación entre la mente y el mundo no puede
resolverse, debido a que está mal concebido desde el principio. Si
comenzamos con una distinción entre lo que está afuera y adentro de la mente
75
del individuo, creamos un problema inherentemente insoluble para determinar
la manera en que la mente registra de forma precisa al mundo.
A medida que estos problemas con las visiones tradicionales del conocimiento
se han hecho evidentes, ha habido un creciente interés en los posibles
proyectos sucesores. Es también precisamente en este punto que los diálogos
socioconstruccionistas adquieren su significado contemporáneo. Muchas crí-
ticas posfundacionales se han centrado en devolver a la cultura aquello que se
ha declarado natural, es decir, reemplazar el supuesto de la verdad verificada
mediante la naturaleza por la verdad creada en comunidad. En términos de los
argumentos anteriores, esto es ver al conocimiento no como producto de las
mentes individuales sino de las relaciones comunitarias. O, más en general,
todas las proposiciones con sentido acerca de lo real y de lo bueno tienen sus
orígenes en las relaciones.
Indeterminación
76
significar, incluso si el estudiante domina los complementos apropiados dentro
de los escenarios locales de la escuela.
Polivocalidad
Contextualización
Pragmática
Variedades de construcción
Las ideas construccionistas han tomado muchas formas a lo largo del tiempo y
han sido usadas de varias maneras. Será útil explorar las diferencias entre el
construccionismo social como se lo delineó anteriormente y dos orientaciones
alternativas: constructivismo radical y socioconstructivismo. El constructivismo
radical de Von Glasersfeld está fuertemente influenciado por la teoría
piagetiana y tiene mucho en común con las orientaciones cognitivas de la
educación en general. Sin embargo, a diferencia de los cognitivos (que
irónicamente permanecen atados a una visión empirista de la ciencia), los
77
constructivistas comparten con el socioconstruccionismo fuertes dudas
respecto a la epistemología exogénica y su fuerte énfasis en el conocimiento
como reflejo exacto del mundo. El constructivismo radical suscribe un dualismo
mente/mundo y pone su interés en el proceso cognitivo (endogénico) Según
Von Glasersfeld, “la función de la cognición es adaptativa y sirve a la
organización que el sujeto tiene del mundo experiencial” (p. 83). O de nuevo,
“sin vergüenza alguna el constructivismo radical es instrumentalista... El
concepto de adaptación que se pretende aquí es el concepto biológico básico
en la teoría de la evolución. Se refiere a la adaptación al ambiente...” (p. 87).
Sin embargo, para sostener esta posición se requieren dos reconocimientos. El
primero, que hay un mundo real separado de las experiencias que uno tenga
de él, reiterando así la presunción dualista. Y el segundo, que una versión
endogénica del conocimiento es insuficiente; debe complementarse con una
preocupación exogénica por el mundo real al cual el individuo se adapta. Como
lo plantea Von Glasersfeld: “el significado de las señales, los signos, los
símbolos y el lenguaje no puede ser otra cosa que subjetivos”
78
Políticas educativas y la Práctica PedagógIca
De la jerarquía a la heterarquía:
79
tradicional proveen la “mejor” o la “última” palabra, démonos cuenta de que
todas las aseveraciones sobre el conocimiento crecen a partir de tradiciones
histórica y culturalmente situadas. Así, más que monólogos que deben
dominarse, podemos pensar en las disciplinas como ofreciendo recursos que
pueden o no ser valiosos, dependiendo de una condición de vida particular. Al
situar el conocimiento de esta manera estamos invitando a un cambio del
monólogo al diálogo, de la jerarquía a la heterarquía. Otros están invitados a
deliberar acerca de la materia de estudio de la educación, su valor y relevancia.
John Dewey una vez sentó fuertes razones para ver la educación como un
suelo de germinación para la democracia. Sin embargo, estas visiones fueron
presentadas en un tiempo en el que generalmente se creía que el conocimiento
real era objetivo y políticamente neutral. Desde una perspectiva
construccionista, todo el conocimiento es perspectivo y está saturado de
valores. En este sentido, los argumentos presentes prestan un fuerte apoyo a
los movimientos actuales hacia la plurivocalidad en la educación, los intentos
de empoderar a aquellos que tradicionalmente han sido excluidos de la
producción del conocimiento. En vez de aceptar las versiones de los expertos
para enseñar y aprender, los profesores entrenados en investigación acción
buscan sus propios datos y abordan las preguntas educativas por sí mismos.
En muchos casos, esto conduce a una utilización del conocimiento más
específica del contexto.
80
Usher y Edwards lo han dicho: “las disciplinas como cuerpos sistemáticos de
conocimiento también son regímenes regulatorios... a través de los cuales se
ejerce poder”. A medida que los estudiantes confrontan los mayores problemas
de las diversas épocas no se verán restringidos por las pocas herramientas de
una materia restringida de estudio. En cambio, serán libres de deambular a
través de cualesquiera dominios que sean necesarios en términos de sus
objetivos: escudriñar, pedir prestado, desenredar, anexar, combinar, refor-
mular y amalgamar en cualquier forma necesaria para lograr el resultado más
efectivo. Así, los estudiantes pueden trabajar individualmente o en grupos para
resolver problemas complejos y de pasos múltiples, recoger información,
analizar, integrar, interpretar y reportar sus resultados a audiencias reales.
Según los educadores, estas tareas permiten a los estudiantes “construir
significado y estructurar investigaciones” para audiencias particulares. El
énfasis de enseñanza cambia de preparar a los estudiantes para la mera
repetición de discursos reglamentados y estandarizados, al desarrollo de
habilidades para confrontar circunstancias complejas y siempre cambiantes,
por fuera de la esfera educativa. Estos argumentos a favor de “una evaluación
auténtica” —relacionados con las habilidades que, de hecho, se necesitan en el
mundo de modo general— están estrechamente relacionados con un énfasis
sobre el significado en la práctica.
81
impuestas por la industria de la moda, las formas de estilo propio, etcétera, ¿es
posible desarrollar proyectos que generen las habilidades requeridas?,
¿pueden interactuar con aquellos involucrados en estos dominios, recolectar
materiales relevantes, leer libros y artículos relacionados, discutir entre sí, y, en
últimas, formular visiones que llamen la atención de los padres, la policía, los
líderes de negocios, los funcionarios gubernamentales, y similares? Para el
construccionista, entonces, los diálogos educativos deberían estar
estrechamente ligados, en lo posible, a las circunstancias de aplicación. Bruner
(ha adelantado la visión de “conocer cómo hacer”. Argumenta que, para este
fin, “sobre la base de lo que hemos aprendido en años recientes acerca del
aprendizaje humano [lo hacemos mejor] cuando es participativo, proactivo,
comunal, colaborativo y dedicado a construir significado, más que cuando lo
recibimos”.
Este interés por la deliberación reflexiva adiciona una dimensión a las antiguas
discusiones del “currículo oculto”, un término que se refiere a las creencias y
valores que las escuelas enseñan implícitamente. Como lo sugiere el
argumento del currículo oculto, todas las prácticas discursivas cargan consigo
un rango de valores y prácticas asociados. Así, incorporar un discurso
profesional (y los modos a través de los cuales se enseña) es también absorber
indirectamente sus clasificaciones implícitas de la vida cultural. Las escuelas
producen trabajadores preparados para subordinarse a los juicios de
otros. La mayoría de quienes están preocupados con los efectos del currículo
oculto ha puesto un fuerte énfasis en una pedagogía de la crítica. La reflexión
crítica sirve a funciones emancipadoras. La crítica ciertamente es muy
bienvenida; es a través de este medio que los grupos, de otro modo
marginalizados, adquieren seguridad en sus propias posiciones.
82
Además de las pedagogías de la apreciación y la crítica, entonces, resulta
esencial desarrollar nuevos modos de intercambio creativo, prácticas que
permitan que las amalgamas creativas reemplacen al conflicto y la hostilidad.
83
Conclusión
84
La construcción social del socioconstruccionismo:
retrospectiva y perspectivas- Ibañez
A lo largo de estos últimos años la orientación socioconstruccionsita se ha
afianzado de manera muy notable en el seno de la psicología social, y esto se
evidencia de múltiples formas.
85
publicación 0en 1985 de un sonado artículo “the social construccionist
movement in modern psychology”.
86
parte al socioconstruccionismo, los grados de libertad de los que se dispone
para producir conocimientos legítimos en psico. Social se han incrementado
notablemente.
87
Se han dejado de lado los objetos que ejercen sus efectos por medio
esencialmente no lingüísticos tales como con el cuerpo, tecnologías, etc., esta
parcialidad no es grave porque nos haya privado de ciertos conocimientos
sobre objetos interesantes sino porque por decirlo de alguna manera, ha
desequilibrado el socioconstruccionismo haciéndose olvidar la importancia de
las condiciones materiales de existencia. No solo se ha ignorado aquello que
actúa con independencia del discurso, sino que se le ha invisibilizado con todas
las consecuencias que se desprenden de este tipo de operación. La segunda
línea tiene que ver con la incapacidad, las resistencias para extraer las
consecuencias explícitamente políticas de sus propios presupuestos y para
desarrollar una intervención en el plano teórico y en el de las prácticas, que
estuviese en consonancia con el carácter insoportable de las condiciones de
existencia que nuestro modelo de sociedad impone a la inmensa mayoría de
los seres humanos y con la insoslayable urgencia de construir un mundo
distinto.
88
métodos para realizar una construcción a prueba de los siglos o para realizar
un puente provisional.
Entre los científicos quizá sean los psicólogos sociales, junto con los
sociólogos, los antropólogos e historiadores, quienes tengan, o deberían tener,
una conciencia más aguda del carácter socio históricamente situado, de las
categorías de pensamiento a las que recurren para dar cuenta de la realidad. El
conocimiento que podemos producir en un período histórico dado es
dependiente del entramado sociocultural que caracteriza ese periodo. Esos
conocimientos son intrínsicamente provisionales, puesto que ninguna forma
sociocultural es invariante. Los conocimientos deben ser permanentemente
desconstruidos para poder hacer aflorar las determinaciones socioculturales
implícitas que vehiculan de forma acrítica. La combinación entre la dimensión
simbólica de la realidad social, por una pate, por otra, la dimensión agencial del
ser social, se traduce por lo que Gergen ha llamado el efecto de ilustración, es
decir por el hecho de que los conocimientos producidos acerca de su
determinado fenómeno social revisten sobre ese fenómeno, modificándolo.
90
de la conducta dibujaba de esta forma un concepto del ser humano como
agente capaz de constituirse en fuente de determinación última de sus propias
conductas, es decir, capaz de autodirigir sus conductas con base en unas
decisiones internamente elaboradas.
El ser humano cumple con cierta propiedades que lo excluyen del tipo de
objetos susceptibles de ser tratados desde los supuestos de las ciencias
galileo-newtonianas, es decir, desde el ideal de inteligibilidad de la ciencia
moderna que ha inspirado hasta el presente a las ciencias sociales .la plena
asunción de la agencia humana constituye otro de los puntos de arranque de la
nueva psicología social y la obliga a situarse en la perspectiva del ideal de
inteligibilidad de las ciencias posmodernas.
Lejos de estar constituidos de una vez por todas, los objetos sociales se
encuentran en un proceso de constante devenir, de continua creación y
recreación, de constante reproducción y transformación. El concepto de
dualidad estructural, que da cuenta del carácter simultáneamente estructurado
y estructurante de la sociedad y de prácticas sociales, debe unirse en la
agenda de la nueva psicología social, a la concepción según la cual es en el
proceso mismo de su desarrollo donde se va configurando cualquier fenómeno
social de una forma que no se encuentra enteramente predefinida por las
condiciones antecedentes. Lo ya hecho abre, pero no determina, las posibles
líneas de desarrollo de lo que acontecerá.
Existen ciertos conflictos: Las cosas son como son con independencia de lo
que podamos imaginar acerca de ellas. Esto es cierto y falso a la vez- el simple
hecho de que no se pueda sobrevivir si no se actúa de acuerdo con esa
proposición es un buen argumento para considerarla como cierta. Pero ya
91
hemos visto que en el ámbito de la realidad social nuestra imaginación tiene
una eficacia causal, o si se prefiere, que las cosas son, en parte, el resultado
de la forma en que las vemos. Otra de las proposiciones realistas: el criterio de
aceptibilidad del conocimiento científico es que dé cuenta de la realidad tal y
como es por lo menos bajo una de sus descripciones posibles. El realista
puede admitir perfectamente que no tiene ningún sentido hablar de un
supuesto acceso independiente a la realidad para comprobar si es
efectivamente como se la describe, pero seguir afirmando, no obstante que la
aceptación de la proposición arriba mencionada es necesaria para explicar de
forma inteligible el hecho de que se pueda incidir propositiva y eficazmente
sobre la realidad a partir del conocimiento científico. El problema es que esta
argumentación pone sobre pie de igualdad las teorías aceradas, las que son
falsas pero que conducen sin embargo a predicciones acertadas y a
consecuencias prácticas eficaces
92
mismo cambios internos negantópicos, mostrando también la impredictibilidad
de los cambios efectivos que experimentará el sistema.
Creo honestamente que nunca ha estado demasiado claro, sobre todo entre
sus críticos, qué es o en qué consiste eso que se llama “construccionismo”. La
crítica fácil, que ha dominado desde el inicio, lo ridiculiza desde la estrambótica
idea de que su esencia misma no es sólo que afirme que todo es una
construcción social, sino, sobretodo, que es una construcción lingüística. Tal
ridiculización utiliza como tropo retórico la celebrada idea de que los/as
construccionistas desatienden las limitaciones y constricciones que impone la
realidad material.
93
Los elementos y supuestos de esta “perspectiva” o “movimiento” constituyen
una amplia y abierta lista. Y, además, contra lo que se puede suponer a partir
de las críticas “desde fuera”, nada homogénea pues como dice Vivian Burr
(1997), no se puede afirmar que haya ningún elemento sine qua non que
determine la adscripción de un autor o autora al “construccionismo social”.
Si hay algo que se pueda identificar como característica principal, ésta sin duda
es su posición crítica, su posición de continuo cuestionamiento de aquello que
venimos considerando como obvio, correcto, natural o evidente.
Podríamos decir que los elementos que definen una posición construccionista
son: antiesencialismo(las personas y el mundo social somos el resultado, el
producto, de procesos sociales específicos); relativismo (la “Realidad” no existe
con independencia del conocimiento que producimos sobre ella o con
independencia de cualquier descripción que hagamos de ella); el
cuestionamiento de las verdades generalmente aceptadas (el continuo
cuestionamiento de la “verdad”, poniendo en duda sistemáticamente el modo
cómo hemos aprendido a mirar el mundo y a mirarnos a nosotros mismos);
determinación cultural e histórica del conocimiento, y el papel conferido al
lenguaje en la construcción social (La realidad se construye socialmente y los
instrumentos con los que se construye son discursivos).
En primer lugar hay que extraer consecuencias del carácter histórico del
conocimiento. Asumir plenamente el sentido de la historicidad y que el papel de
las ciencias y de sus objetos no se reduce a una propuesta de explicación
lineal de la constitución del presente, abre la posibilidad de pensar el presente
pero también la de construir futuros distintos.
94
colocar de una vez por todas a la Psicología Social en la mesa donde se
debaten los temas de nuestro tiempo.
97
Psicología social módulo 4
3. Criterios epistemológicos
Fase 1. Los orígenes de una identidad. Desde los orígenes hasta 1973 Esta
primera etapa se extendió desde los orígenes hasta el inicio de la dictadura.
Los primeros acercamientos a lo que llamamos PC se asocian a la extensión
Universitaria. Consiste en el desarrollo de intervenciones sistemáticas que
buscan contribuir a la solución de problemas de interés social. Se caracteriza
por el dialogo con los agentes sociales involucrados, generando un intercambio
de saberes. Por primera vez se utiliza la expresión PC en un artículo publicado
por Carrasco.
98
en las etapas posteriores. Terminó en 1980 con la derrota en las urnas del
proyecto constitucional propuesto por el gobierno dictatorial.
99
5. Relación con el Estado y sus instituciones
100
estrategia de atención primaria en salud (APS), con el énfasis en la
participación comunitaria, favoreció la implementación de experiencias de este
orden.
101
3) Ese conjunto de ideas fuerza desempeña un papel central al momento de
analizar la realidad, construir significados y definir el sentido y la dirección de
las acciones y procesos.
102
2) La jerarquización del papel que en la tensión emancipación-sometimiento
juega la cultura como actividad de producción de significados en referencia a la
realidad y a las experiencias colectivas. En ella da cuenta de la articulación
entre la dimensión sociohistórica y la subjetividad individual y colectiva,
abriendo un espacio para la inclusión de la psicología en el conjunto de
disciplinas que estudian los procesos sociales y el desempeño de los sujetos
colectivos.
Fase 4: El nuevo plan de estudios sentó las bases para el desarrollo académico
de la PC en nuestro país. Se jerarquizo el dialogo con otras disciplinas y
sectores sociales. Inicialmente, la PC se presentaba (en el marco académico)
como alternativa al modelo tradicional ligado a la práctica en el consultorio.
Esto instaló una dicotomía entre PC y Clínica. La enseñanza de la PC en este
periodo volvió a estar asociada al Extensión Universitaria.
Fase 5: En ésta última etapa, donde la PC como una inclinación más decisiva
hacia el campo de las políticas públicas, como consecuencia de las nuevas
orientaciones del primer gobierno de izquierda.
2) Estas influencias no son azarosas, sino que responden a una cierta lógica
que proponemos denominas geoepistémica.
104
Fase 1: En las actividades de Extensión, se utilizaban herramientas teóricas
propias de la psicología clásicos, los cuales fueron re pensados con aportes
desde las ciencias sociales. En este período se destacó el liderazgo intelectual
de Juan Carlos Carrasco como referente de la psicología universitaria. A fines
de los 60, llegó la influencia de Pichón-Riviere, entre otros.
105
mostró su fracaso y aparecieron gobiernos “progresistas” que introdujeron dos
nuevos elementos en Uruguay
106
internos, redefiniendo sus roles y señalando el campo compartido de su acción.
Como se ha dicho, pronto comienzan a elaborarse conceptos explicativos y
descriptivos, y con ellos se inicia la construcción teórica, a partir de la acción y
de la reflexión.
La noción de paradigma
107
Ontológica: concierne a la naturaleza y definición del sujeto cognoscente,
condición que en la psicología comunitaria no se limita a un solo tipo de
"conocedor" proveniente de una sola institución social, casi siempre la ciencia.
Como la psicología comunitaria reconoce el carácter productor de conocimiento
de los miembros de las comunidades, entonces la naturaleza de la relación
entre investigadores externos (psicólogas y psicólogos) y las personas que
forman las comunidades (aquellas que en la investigación tradicional son
llamadas "sujetos") es un aspecto fundamental en este paradigma.
108
forma de conocer)- suelen considerarse como la estructura o las instancias
básicas de un paradigma científico.
Dimensión ontológica
109
tanto, es alguien que piensa, actúa y crea, cuyo conocimiento, llamado
conocimiento popular, debe ser tomado en cuenta. Por eso, al hacer partícipe a
ese sujeto del trabajo y la investigación comunitaria, se suma su saber junto
con su acción en la construcción de nuevo conocimiento, tanto científico como
popular. Y el sujeto de conocimiento, cualquiera que sea su procedencia, es
también un sujeto que critica, actúa y reflexiona desde la propia realidad que
construye, a partir del discurso y de las acciones.
Dimensión epistemológica
Pero, además, esa construcción es social y por lo tanto relativa, pues responde
a un momento y a un espacio determinados, ya que es producida
históricamente. Con ello no negamos la existencia de la realidad, sólo nos
apropiamos de lo que nos corresponde, pues se trata de un mundo de
conocimientos que es correspondiente a nuestros esfuerzos y relatos a la vez
que responde a ellos. Así, la realidad, para esta concepción del saber, es
inherente a los sujetos que la construyen cada día activa y simbólicamente,
dándole existencia, y que son parte de ella. La realidad está en el sujeto y
alrededor de él; a su vez, el sujeto está en la realidad, es parte de ella, y no es
posible separarlos.
111
Dimensión metodológica
Dimensión ética
112
singularidad, en su carácter de dueños de una historia construida por ellos,
anteriores a la intervención comunitaria y posteriores a ella.
La ética de la relación
113
• El Otro no es un objeto creado por el Uno. Más allá de la construcción que se
haga de ese Otro, hay una existencia que a su vez se construye a sí misma y a
quienes la rodean. Esto se traduce en la psicología comunitaria en su definición
de la existencia independiente e histórica de la comunidad como forma de
grupo, y de sus miembros en su singularidad. Como ya se ha dicho la
comunidad como grupo o conjunto de grupos organizados tiene voz propia, y
sus miembros activos cuentan con capacidad para tomar y ejecutar sus propias
decisiones, tienen la capacidad y el derecho de participar. • La cultura y sus
modalidades se reflejan tanto en la comunidad y en sus agentes internos como
en los agentes externos. Y los patrones de relación para comprender y para
equivocarse, a la vez que se desarrollan culturalmente, se transforman en la
relación. • La relación es siempre dialógica y tiene un carácter discursivo. Esto
significa que las relaciones humanas tienen que ser abiertas a una multiplicidad
de voces. Imponer silencio a ciertas categorías sociales es antiético y es una
forma de suprimir o excluir al otro. • En consecuencia, la psicología comunitaria
está abierta a la pluralidad de modos de producir conocimiento y
transformación. Aceptar que el conocimiento puede darse en diferentes
ámbitos, por diferentes medios, es una noción que en la psicología comunitaria
está unida al principio de que teoría y práctica no pueden separarse (véase el
capítulo 5). • El aspecto crítico se expresa en la permanente reflexión sobre lo
que se está haciendo y lleva a la concientización sobre lo que es presentado
como una forma natural de ver las cosas.
Por otra parte, cuando se acusa a alguien de carecer de ética, de violar la ética
o de ir contra ella, aludiendo a comportamientos condenables, se está entrando
en el campo de la moral. Es decir, de lo que trata del bien en general y del
carácter malo o bueno de las acciones según la cultura en la cual se vive.
Parece entonces que la ética se refiere al sustrato sobre el cual se
fundamentan las prácticas deseadas y deseables y consideradas como buenas
114
en cada cultura (moral), y a partir de las cuales se regula el comportamiento
juzgado como óptimo para cada profesión (deontología).
Dimensión política
116
aquellos que han sido relegados al silencio puedan hablar y ser escuchados y
se establezca el diálogo. No se puede considerar que en una sociedad se es
libre cuando lo que se llama diálogo sólo puede ocurrir entre aquellos que dicen
lo mismo o hablan con la misma voz. Por eso, la relación dialógica que se
propone en la psicología comunitaria, al generar un espacio de acción
transformadora, crea al mismo tiempo un espacio de acción ciudadana que
permite la expresión de las comunidades y, por lo tanto, es ejercicio de la
democracia.
117
Guareschi define la relación como "el ordenamiento o dirección intrínseca de
una cosa en dirección a otra". Guareschi habla de personas-relación, lo cual se
explica porque la persona sólo puede existir en relación. Más allá de la relación
sólo está el mundo de las cosas, que es mundo en tanto nuestra relación con él
lo define. La no relación es el vacío, la nada. Pero iré más allá: ni la cosa, ni el
nombre, ni yo ni tú, existen sino en la relación. La relación hace a los seres que
la construyen.
118
En cada relación se produce conocimiento y el conocimiento sólo surge en las
relaciones, de tal manera que la presencia del Otro está siempre presente, aun
cuando hayamos trabajado en solitario. Y allí está la ética, porque la soledad, si
bien puede estar privada de la compañía física o afectiva de otros, no elimina la
historia, ni las experiencias ni los afectos surgidos de los contactos
socializadores. Y más aún, todo conocimiento afecta al grupo, a la sociedad,
por lo cual, al excluir a éstos de sus beneficios o al aplicarles sus aspectos
negativos, ejercemos poder sobre ellos. Y al respetar y admitir la capacidad
constructora de conocimientos de cualquier categoría social, al escuchar las
voces de los individuos que la integran, estamos respetando su derecho al
espacio público. Y eso es político.
Dicho de otro modo, toda epistemología está directamente relacionada con una
concepción ontológica que define al ser y al objeto del conocimiento, en función
de los cuales se produce una relación cognoscitiva. A su vez, el método que se
aplique refleja igualmente esos dos aspectos. Esto es particularmente
importante, por cuanto respecto del método y de las técnicas que de él se
derivan se produce lo que sólo puedo calificar de "efecto perverso", pues a
veces se independiza de las concepciones ontológicas y epistemológicas,
éticas y políticas en conjunción con las cuales surge, y se convierte en el
motivo de investigación, en lugar de ser la vía de investigación. Asimismo, al
hablar de ontología, de epistemología y de metodología no es posible dejar
fuera a la ética y a la política. El punto central de la ética reside, como hemos
visto, en la concepción del Otro, en su definición y en los alcances de su
participación en la relación con el sujeto cognoscente. Esto es, en la definición
de ese Otro como objeto o como sujeto, como ente cognoscente o como objeto
de conocimiento. A su vez, la admisión de la existencia de una carga valorativa
en la construcción del conocimiento, así como de a quiénes se incluye o se
excluye de su producción y uso, supone un ámbito o dimensión política.
119
individuos con sus necesidades y expectativas, así como de un método de
aproximación diferente.
120
Características iniciales de la psicología comunitaria desarrollada en
América Latina, Los aspectos que marcaron la psicología comunitaria en
sus inicios son:
121
Fases en el desarrollo de la psicología comunitaria-
Resumen
Introducción
Los inicios de la PSC coinciden con los años del Mayo Francés, de la
Primavera de Praga (Checoslovaquia), de la matanza en la Plaza de Tlatelolco
(México) en 1968, y del Cordobazo en Argentina un año después, todos ellos
movimientos de protesta con propósitos de transformación social que
enfrentaron la represión.
123
Estos intentos reformistas fracasan, siendo desplazados por gobiernos
autoritarios como instrumento para la instauración salvaje de una nueva fase
de la evolución capitalista: la neoliberal (Borón, 2008) Los años de la
emergencia de la PSC en América Latina eran los tiempos del Concilio
Vaticano II y de la Teología de la Liberación, en diálogo con la Educación
Popular desarrollada por Paulo Freire en Brasil y con la Sociología Militante de
Orlando Fals Borda en Colombia (Montero, 2004a). Estas corrientes se
constituían en expresión de una intelectualidad ideologizada y comprometida
con los sectores populares; campo fértil, el de las ciencias sociales de la época,
que dio lugar a la llamada crisis de la Psicología Social para constituirse luego
en una “Psicología social como crítica” (Iñiguez, 2003), cuyas principales
expresiones en nuestro continente serían la Psicología de la Liberación, la
Psicología Política y la Psicología Comunitaria (Montero, 2004b)
124
La Psicología Social Comunitaria: entre crecimientos y tropiezos
125
Psicología Social Comunitaria y el sujeto de las Políticas Públicas Sociales. O
“Porque sos pobre, sos dependiente”.
¿Cómo dialogan estas perspectivas con las transformaciones que han sufrido
las identidades sociales en las últimas décadas? Como expresamos en otro
trabajo (Rodríguez y Montenegro, 2016) algunos autores (Giddens, 1995 y
Beck, 1997, citados por Svampa, 2000) plantean que en el mundo
contemporáneo el individuo está sometido a fuertes exigencias de autonomía y
a una emancipación compulsiva, se sostiene que es responsable de su propia
biografía y que su identidad es producto de un proyecto reflexivo y autónomo
que se construye a partir de una comprensión de sí y de sus prácticas. Esto
ocurre en un contexto de crisis del lazo social y de un déficit de soportes como
resultado de la pérdida de los marcos colectivos de socialización instituidos por
la sociedad salarial.
126
“Como sos pobre, sos dependiente”, expresó una mujer vinculada a un centro
de educación inicial en un barrio de Montevideo. En relaciones mediadas por el
afecto y el reconocimiento mutuo se instituye un sujeto agradecido que con
frecuencia experimenta culpa y responsabilidad por su situación de pobreza.
En contextos de reflexividad limitada, las/os operadora/es sociales insisten
legítimamente, y en conocimiento de los principios metodológicos de la PSC,
en inaugurar intervenciones a partir de necesidades que la/el otra/o podrá
identificar, jerarquizar, y decidir sobre cuáles actuar. ¿Cuál es el resultado de la
puesta en juego de estas herramientas cuando nos encontramos con sujetos a
quines se ha arrebatado la potencia de la reflexión e incluso de la acción?
127
cotidianeidad? ¿en un marco que jerarquiza los procesos de individuación, qué
condiciones existen para la construcción de lo colectivo?
128
La tensión queda ubicada entre lo integrado y lo fragmentado, entre lo común y
lo distinto que se repele, entre el deseo de estar con otros y el de recluirse y
aislarse. Las comunidades territoriales o los llamados barrios (Gravano, 2005),
se han visto trastocados en su potencia para la producción de sentidos de
pertenencia y de sujetos colectivos, a partir de dos procesos: las
transformaciones territoriales operadas en los barrios populares como producto
de los fenómenos de desindustrialización a partir de la segunda mitad del siglo
XX, y las afectaciones que han experimentado los lazos sociales y comunitarios
como efecto de las mutaciones del capitalismo. En este contexto, el sentido de
la intervención es permanentemente cuestionado y la interrogante que surge es
cómo desprenderse de la utopía ligada a la recuperación de lo perdido y al
arquetipo de la situación ideal, y generar condiciones de posibilidad para la
construcción de lo común.
Por otro lado, entendemos, junto con Almeida y Sánchez (2014), que si bien la
crisis sistémica y civilizatoria que experimentan las sociedades
contemporáneas han impactado en los lazos comunitarios, más que de su
disolución cabe hablar de su resignificación. No sólo asistimos a la emergencia
de nuevos movimientos sociales, sino que también a múltiples formas de
resistencia y luchas por la dignidad que encontramos en los espacios micro-
sociales (Rodríguez, 2013, citada por Rodríguez y Montenegro, 2016), junto
con formas no institucionalizadas, ni formalizadas que se constituyen en
modalidades de acción colectiva diversas y dinámicas, donde opera la
multiplicidad sobre las tradicionales formas de organización y representación
(Viñar, 2018)
1) Por un lado, es necesario prestar atención a las formas que adoptan los
procesos participativos y las expresiones colectivas de los sectores
populares en la actualidad, tanto en los niveles micro como macro sociales.
En cuanto a los primeros cabe advertir que, junto con los cambios en el
mundo del trabajo experimentados a partir de la década del ´70 del siglo
pasado y las transformaciones territoriales acontecidas como consecuencia
de la urbanización neoliberal, las formas tradicionales de organización y de
participación han sufrido importantes cambios (Viñar, 2018). or otro lado,
entendemos importante considerar también a los Movimientos Sociales
(MS) propiamente dichos, algunos constituidos como experiencias
autogestionadas, de prácticas alternativas y autónomas, o bien,
organizados en torno a la protesta y la presión y disputando significados
sobre los problemas sociales. La PSC se ha abocado escasamente a este
tipo de organización.
2) La participación de los sujetos de las políticas en su diseño e
implementación. Se hace fundamental en este nivel, una reflexión crítica
acerca del carácter de las propuestas participativas que frecuentemente
incorporan los programas sociales que conforman las PP: ¿colaboración?
¿contraprestación? ¿o efectiva incidencia en la toma de decisiones? El
sujeto que la sociedad contemporánea y las propias PP construyen
(Sandominsky, 2010) son un aspecto central a considerar: sujetos
anómicos y desposeídos tenderán a generar estrategias individuales e
individualistas para la sobrevivencia; sujetos dependientes y agradecidos
generarán prácticas de colaboración y se someterán - o no, y por ello serán
sancionados- a las prácticas de contraprestación, con la dificultad de
generar procesos críticos en relación a dichas políticas. Es importante
considerar el papel de la sociedad civil organizada en la relación de los
sujetos de la política con el Estado. Los años 90' del S XX, con el auge del
neoliberalismo, instalan el modelo de co-gestión entre Estado y sociedad
civil organizada, cambiando el papel que venían teniendo las
Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) en el abordaje de los
problemas sociales en nuestra región (Midaglia, 2001; Rodríguez, 2009). El
número de ONGs. en sentido descriptivo, crece exponencialmente. Este
proceso se asocia con los lineamientos privatizadores y con la delegación
de las funciones del Estado, que genera un “nicho laboral” para
profesionales sensibilizadas/os con la pobreza, entre ellos, psicólogas/os
comunitarias/ os. “Porque existen pobres, existen ONGs, si no existieran
pobres no habría ONGs”
130
Reflexiones finales
La elección de la PSC por trabajar junto con los sujetos oprimidos, con los que
no tienen voz, quizás la haya puesto en el riesgo de reproducir relaciones
coloniales sin pretenderlo. Los desarrollos de las ciencias no son ajenos a los
aconteceres macro-económicos y políticos y mucho menos a las subjetividades
que ellos producen. Sostener esas prácticas e incorporar otras (como el trabajo
con los movimientos sociales y la investigación acerca de los mecanismos de
producción de la riqueza y de la opresión), resignificando y reinventando
conceptos , favorece la posibilidad de construir posiciones estratégicas en
relación a un análisis de coyuntura que le permita identificar los puntos de
emergencia más relevantes en cada contexto socio-histórico, en articulación
con las intencionalidades, los principios fundamentales y los valores que le
dieron origen y que mantienen total vigencia.
131
5- Psicología Social del Río de la Plata
FERNANDEZ
Capítulo III: La demanda por los grupos
Aparece por primera vez el planteo de una moral de grupo: todo el movimiento
posterior de "Relaciones Humanas" tuvo su punto de partida en esta
investigación que demostraba la relación positiva entre productividad y actitud
del grupo respecto a la empresa.
132
Habían partido de una hipótesis: la frustración ocasiona la agresión; pero al
concluir la experiencia pudo observarse que las reacciones agresivas vallaban
según los climas grupales, dependiendo esto del estilo de coordinación.
Para Kurt Lewin, el grupo es una realidad irreductible a los individuos que la
componen, más allá de las similitudes o diferencias de objetivos o
temperamentos que pudieran presentar sus miembros. Es un especifico
sistema de interdependencia, tanto entre los miembros del grupo como entre
los elementos del campo (finalidad, normas, percepción del mundo externo,
división de roles, status, etcétera). Aquí se diferencia de aquellos que plantean
el factor constitutivo del grupo, en mera afinidad entre sus integrantes.
"Descubre" que tomar una decisión en grupo compromete más a la acción que
una decisión individual; que es más fácil cambiar las ideas y las normas de un
grupo pequeño que las de los individuos aislados (costumbres alimentarlas,
rendimiento en el trabajo, alcoholismo, etc.) y que la conformidad con el grupo
es un elemento fundamental frente a la resistencia interna para el cambio. Se
plantea la necesidad de reorientar la fuerza resistencias al servicio del cambio.
En tal sentido los dispositivos grupales que diseña se le presentan eficaces
para tal objetivo.
133
La Teoría del Campo elaborada por K. Lewin ofreció una gran posibilidad de
estudio de los grupos y dio lugar a vastísimas aplicaciones en sus discípulos;
hizo posible la consolidación de las "técnicas de laboratorio social" y la
"Investigación-Acción”.
De tal manera, el dinamismo del campo estructural fue pensado por Lewin en
términos estrictamente espaciales, dejando de lado la dimensión temporal y
con ella la perspectiva histórica.
134
disciplina, la Microsociología. Más allá de sus derivaciones posteriores, están
allí, en germen, muchas de las ideas que -aun hoy- es necesario elucidar.
La pregunta por el grupo, en tanto "todo más que la suma de las partes" se ha
constituido en un interrogante clásico en la historia de la llamada Psicología de
los Grupos. Resalta la idea de totalidad; crea las bases para que pudieran
particularizarse estos conjuntos, hasta el momento diluidos entre Individuos y
Sociedades. De esta forma, a partir de estos principios de demarcación se
crean las condiciones para la producción de dispositivos técnicos y la
organización de los primeros discursos sobre la grupalidad.
135
Ya no creemos en esos falsos fragmentos que, como los pedazos de una
estatua antigua, esperan ser completados y vueltos a pegar para componer
una unidad que además es la unidad de origen. Ya no creemos en una
totalidad original ni en una totalidad de destino. Ya no creemos en la grisalla de
una insulsa dialéctica evolutiva que pretende pacificar los pedazos limando sus
bordes. No creemos en totalidades más que "al lado". Y si encontramos una
totalidad tal, al lado de partes, esta totalidad es un todo "de" aquellas partes,
pero que no las totaliza, es una unidad "de" todas aquellas partes, pero que no
las unifica, y que se añade a ellas como una nueva parte compuesta aparte.
El grupo imaginado como un todo más que la suma de las partes, constituye un
primer momento epistémico en la institucionalización de saberes y prácticas
grupales. Tal vez no fuera exagerado afirmar en ese sentido, que esta premisa
ha configurado un imaginario fundador de este campo disciplinario, es decir, ha
operado -como diría Benoist- un espacio de proposición, no necesariamente
demostrable, que ha orientado la búsqueda de la especificidad del campo. De
allí la importancia de su puntualización para una genealogía de lo grupal.
E. Análisis de la demanda
Se comenzaba a ver que detrás del efecto humano -la "holgazanería" del
obrero, según Taylor- había una respuesta que el operario dirigía a un sistema
136
de relaciones impersonales frustrantes; esta intuición pasa a considerarse una
de las claves para entender el mal rendimiento.
Surge así el encargo a Elton Mayo; demanda social que pone en evidencia un
vacío: la carencia técnico-social frente a los problemas que, en este caso, las
nuevas formas de producción generan. Los nuevos problemas ya no pueden
ser resueltos mediante las técnicas de racionalización; exigen la intervención
de nuevos especialistas, de tal modo que al ingeniero organizador suceden los
técnicos en grupos, los expertos en relaciones humanas, quienes se
adelantaron a "elaborarlas frustraciones" que la crisis de los años treinta
agravaría para las mayorías de la sociedad norteamericana.
Por otra parte, los técnicos capaces de incidir sobre los cambios de hábitos,
orientación del consumo, es decir, los técnicos de grupo, se volverán cada vez
más imprescindibles en una "cultura" industrial que implementará la sociedad
de consumo como alternativa para salir de una de sus crisis económicas más
severas.
Junto con otras formas de abordajes grupales, como por ejemplo el psicodrama
psicoanalítico, los grupos operativos fueron instrumentos claves para el trabajo
en los espacios públicos. En tal sentido, construyeron un fuerte anclaje
emblemático para aquellos jóvenes profesionales de la salud que luego se
denominaron trabajadores de la salud mental.
137
Por otra parte se hace necesario superar cierto maniqueísmo derivado muchas
veces de las posturas epistemológicas althuserianas que postularon rupturas
un tanto ilusorias entre momentos precientíficos o ideológicos Y momentos
científicos, a partir de la constitución del objeto formal abstracto de una
disciplina, subestimando la necesidad de la articulación entre ciencia y práctica
social, entre la productividad de los saberes y la eficacia de los poderes. Así
puntúa Foucault la articulación saber-poder, en tanto todo campo disciplinario
mantiene con respecto al poder efectos de eficacia y con respecto al saber
efectos de productividad.
Por lo tanto el análisis de un campo disciplinario -en este caso los discursos y
técnicas grupales- deberá pensarse en tanto conjuntos de conocimiento que
produce dicho campo, elucidando cómo se articulan -en cada caso- estas
producciones de conocimiento con los juegos de poder e interrogándose en
qué estrategias de saber-poder desarrollarán sus prácticas sociales los
técnicos de tal campo disciplinario. La conjunción de lo antedicho, crea
condiciones para poder delimitar qué zonas cobrarán visibilidad e invisibilidad
para tal campo disciplinario y cuáles se mantendrán necesariamente invisibles
y no enunciables.
F. El nacimiento de lo grupal
139
puede hablarse de dispositivos grupales psicoanalíticos, psicodramáticos, de
grupo operativo, gestálticos, etcétera. Cada uno de ellos crea condiciones para
la producción de determinados efectos de grupo –y no otros-; son en tal sentido
virtualidades específicas, artificios locales de los que se espera determinados
efectos.
Se trata de problematizar tal esencialización por cuanto se afirma que las áreas
de visibilidad abiertas y sus enunciados son producto de la compleja
articulación de la demanda social a la que responde, de su posicionamiento en
la tensión de lo singular y lo colectivo, de los dispositivos grupales montados y
de sus impensables institucionales.
Los grupos no son lo grupal. Ya Bion había intuido algo de esto cuando
señalaba que los requisitos tales como que un conjunto de personas se reúna
en un mismo lugar y al mismo tiempo son sólo necesarios para hacer posible el
estudio de los grupos, así como para que sea posible demostrar una relación
de transferencia, es necesario que el analista y el analizante se reúnan.
Esta intuición de Bion subraya que, si bien los seres humanos son impensables
por fuera de grupos, los grupos se vuelven visibles a partir del montaje de
dispositivos técnicos tales que permitan demostrar y observar las conductas de
grupo.
140
de los nacimientos a lo grupal. Antes de ella, los grupos estaban ahí, en una
inmediatez tal, que no se veían.
141
línea de organizadores, o jerarquizarlos en forma estable, se vuelve restrictivo
para pensar lo grupal. Esto, sin duda, no debe excluir que en determinados
momentos grupales se vuelven más significativos unos organizadores que
otros; por otra parte, el resaltar la singularidad del acontecimiento no implica
pensar éste por fuera de las legalidades. Más bien se plantea la necesidad de
abrir el pensamiento de lo grupal hacia lógicas pluralistas que legitiman
epistemológicamente atravesamientos disciplinarios.
142
De esta forma los cuerpos teóricos funcionan como "cajas de herramientas” es
decir, aportan instrumentos y no sistemas conceptuales; instrumentos teóricos
que incluyen en su reflexión una dimensión histórica de las situaciones que
analizan; herramienta que junto a otras herramientas se produce para ser
probada en el criterio de su universo, en conexiones múltiples, locales y
plurales con otros quehaceres teóricos. Se hace clara entonces la diferencia
con producciones teóricas que se transforman en concepciones del mundo,
que se autolegitiman en el interior de su universo teórico institucional y que por
lo mismo exigen que toda conexión con ellas implique instancias de
subordinación a la globalidad de su cuerpo teórico.
143
Este movimiento que propone el atravesamiento de diferentes áreas de
saberes, a partir de "themas" a elucidar, sostiene varias y complejas
implicancias, En primer lugar, cuando cierta región de una disciplina se
transversaliza con otros saberes, pone en crisis muchas de sus zonas de
máxima evidencia. En segundo lugar, exige la constitución de redes de
epistemología crítica abocadas a la elaboración de aquellos criterios
epistémicos que en su rigurosidad hagan posible evitar cualquier tipo de patch-
works teóricos. En tercer lugar, y ya en el plano de las prácticas, vuelve
necesaria otra forma de constitución de los equipos de trabajo; si no hay
disciplinas “reinas" tampoco habrá profesiones hegemónicas, Este pluralismo
no es sencillo de lograr.
144
duda, establece una de las especificidades de lo grupal; los enlaces
identificatorios presentes en todo fenómeno colectivo, adquieren características
propias, cuando, a diferencia de una reunión de individuos innumerables, tales
agrupamientos se constituyen en un número numerable de personas.
Vale la pena detenerse para puntualizar una cuestión que el trabajo con
escenas marca en visibilidad. El despliegue de una escena cotidiana en un
grupo que utiliza recursos psicodramáticos en el marco de la clínica, permite
explorar los juegos identificatorios poniendo de manifiesto la relación entre
resonancia fantasmática e identificación. ¿Con qué, con quién, cómo, se
produce un enlace identificatorio? En primer lugar, la pregunta no es con quién,
sino con qué, el quién, personaje sostenido por algún integrante del grupo abre
el con qué, ¿con qué singularidad de algún rasgo de ese personaje se juega un
enlace identificatorio?, con aquel rasgo que resuena por similar u opuesto,
complementario, suplementario; con aquella posición en la escena
fantasmática motivo de sus repeticiones. Resonancia fantasmática, condición
estructural para que el sujeto haga nudo. Fantasma: escena donde repite una
posición insistente. Repetición recreada en el espacio grupal. Repetición que
en el mismo acto de repetir difiere en las sutilezas de los engarces de fantasma
y cotidianeidad. Repetición que aspira, al desplegarse dramáticamente, a
explorar otras posiciones de su teatro interior.
145
de ese grupo. Puede considerarse que dicha red constituye una primera
formación grupal. Pero aquí no se agota la productividad de ese pequeño
colectivo. El grupo, en tanto espacio táctico, genera efectos singulares e
inéditos, despliega la producción de sus formaciones, la generación de
multiplicidades imaginadas e imaginarias, invenciones simbólicas y
fantasmáticas, como así también sus niveles de materialidad. En síntesis, un
grupo inventa sus formaciones, es decir inventa las formas o figuras de sus
significaciones imaginarias. Estas sostienen la tensión de inventarse en su
singularidad y en su atravesamiento socio-histórico-institucional. Es en este
cruce donde despliega sus acontecimientos, actos, relatos, intervenciones,
producciones materiales, actings, afectaciones, etcétera.
Podría decirse entonces que los mitos grupales son aquellas significaciones
imaginarias que un grupo construye, al dar cuenta de su origen novelado,
imbricados con las utopías del grupo y apoyados en la historia real de tal
conjunto de personas.
146
El componente histórico opera aquí en diferentes niveles; ya sea una
dimensión temporal significada por el tiempo de organización del grupo como
tal con su historia particular, entrecruzado por las historias propias de los
integrantes que lo componen; el momento institucional preciso en que ese
grupo se ha formado, en función del cual los impensables institucionales
inscriben sus marcas en el grupo; el momento socio-histórico-político general
en el que desplegará o inhibirá sus prácticas.
Esta es sin duda una fuerte encrucijada teórica, pero también técnica.
Intervenciones de gran efecto masa o "simultáneas de ajedrez" suelen ser las
salidas fallidas de muchos coordinadores. El desafío insiste: sostener la tensión
singular-colectivo.
147
significaciones imaginarias que operan como los organizadores de sentido de
cada época del social-histórico, estableciendo lo permitido y lo prohibido, lo
valorado y lo devaluado, lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo; dan los atributos
que delimitan lo instituido como legítimo o ilegítimo, acuerdan consensos y
sancionan disensos.
Afirma este autor que las significaciones imaginarias sociales hacen a las
cosas ser tales cosas, las coloca siendo aquello que son. De tal forma lo
imaginario se vuelve "más real que lo real". Es la institución de la sociedad la
que determina aquello que es real y aquello que no lo es, aquello que tiene
sentido y aquello que carece de sentido; toda sociedad es una construcción,
una creación de un mundo, de su propio mundo.
Si se intenta pensar esta noción en el campo grupal, podría afirmarse que las
ilusiones, mitos y utopías que un grupo produce forman una suerte de
imaginario grupal en tanto inventan un conjunto de significaciones, propias y
singulares de ese grupo, pero tributarias -a su vez- de las significaciones
imaginarias institucionales que atraviesan el nudo grupal como también de las
significaciones imaginarias de la sociedad donde se despliegan sus
dispositivos.
148
dimensión imaginaria especular y otra social, permite -a su vez- no restringir lo
imaginario a la indagación de los juegos especulares de un grupo. Sin embargo
queda aún cierta oscuridad conceptual para precisar si lo imaginario especular
y lo imaginario social actúan a través de mecanismos similares y efectos
análogos o por el contrario- será necesario indagar sus especificidades y
diferencias.
¿Cómo puede ser pensada la articulación entre todo aquello que sucede en un
grupo y el acontecer social en que tales actividades se desarrollan?
Tradicionalmente, esta relación suele expresarse también en términos
antinómicos, tales como el "adentro" y el "afuera" grupal; se propone, entonces,
la interrogación de las supuestas barreras adentro-afuera grupal.
Se piensa, en este sentido, que el llamado contexto es, en rigor, texto del
grupo; es decir que no hay una realidad externa que produce mayores o
149
menores efectos de influencia sobre los acontecimientos grupales, sino que tal
realidad es parte del propio texto grupal, en sus diversas modalizaciones; es
por ende fundante de cada grupo; más que escenografía, drama grupal.
150
entramado de las configuraciones o formas de un grupo, que en un juego
inagotable son, a su vez, generadores de otros múltiples sentidos. Sentidos
diversos que, por otra parte, operarán particularizadamente en y desde los
diferentes integrantes "abrochando" en forma singular en cada uno de ellos.
Lo que acaba de expresarse tal vez pueda resultar más claro si se piensa, por
ejemplo, en una multiplicación dramática, donde desde el lugar de la
coordinación, más que develar el sentido oculto, más que comprender aquello
que la escena representa, comunica o expresa, puede verse cómo la misma
escena es generadora de un juego de combinaciones de las distintas
figuraciones que sus significaciones imaginarias inventan. La secuencia de
escenas se ubica más allá de un nivel expresivo comunicacional; produce,
genera, dispara, inventa, diversos sentidos.
151
Se realiza la dramatización del Ateneo del Servicio Hospitalario; luego la
coordinadora pregunta si alguien tiene alguna otra escena para dramatizar.
Una participante señala que se había quedado impresionada por el chiste de la
picana. Se le solicita entonces, que dramatice la escena correspondiente a lo
que está expresando. La escena que se dramatiza consiste en un hombre que
está siendo torturado por un represor, en la escena participa un tercer
personaje que incentiva al torturador a continuar con su tarea.
Se evidencian aquí dos momentos de esta situación grupal: por una parte, un
cable, seguramente utilizado en la realidad para conectar los micrófonos,
atraviesa la escena dramatizada del Ateneo, es ahora una picana, se vuelve
texto grupal y genera sentidos; por otra, la coordinadora que dice a la persona
real que ha hecho de torturado, una vez terminada la dramatización "¿Querés
decir algo'?"; ante las miradas que se cruzan significativamente entre los
presentes, ella explica al grupo que, como el participante ni siquiera había
podido gritar pensó que podría haberse quedado muy "cargado".
Obsérvese que esta otra escena no está debajo, ni oculta. Todo acontece ahí,
texto grupal productor de múltiples sentidos. Es en ese sentido que líneas
arriba se señalaba que pensar las relaciones entre el grupo y su contexto como
relaciones de influencia constituiría un abordaje un tanto lineal del problema. Si
pueden pensarse los grupos en tanto espacios de enlaces y desenlaces de
subjetividades, se insiste en el uso metafórico de una de sus insistencias
etimológicas: nudos; de tal forma los grupos pueden ofrecerse a la indagación
en tanto anudamientos-desanudamientos de subjetividades.
D. La latencia grupal
Todo está ahí, latiendo. Con esta frase se propone provocar una primera
interrogación que permita repuntar teóricamente el sentido de un término tan
controvertido como latencia grupal. Es frecuente, en nuestro medio, pensar lo
latente -por una particular metaforización espacial- como lo que está debajo, en
las profundidades, por lo tanto oculto, y de tan oculto verdadero… Al mismo
tiempo, suele considerarse la latencia como efecto de estructura. Desde tal
perspectiva la función de la intervención interpretante es llevar a la superficie -
ilusional- las verdades que emergen de las profundidades. Como puede
observarse se construye una particular correspondencia entre lo oculto y lo
verdadero.
Se intenta reflexionar esta cuestión desde otro lugar. Pensar lo latente como lo
que late -ahí- todo el tiempo, insistiendo en la escena grupal; una latencia en
los pliegues de la superficie más que en las profundidades. Pero para ello se
hace necesario re-significar los términos profundidad y superficie. "Lo más
profundo es la piel", decía Paul Valery. Afirma Deleuze que este re-
descubrimiento de la superficie y esta crítica de la profundidad forman parte de
una constante de la literatura moderna.
Los discursos en grupo -más que otorgar alguna certeza por la cual en las
profundidades debe encontrarse un sentido oculto, uno solo, y sabiamente
escondido entre simulacros de superficie- ponen en juego la imposibilidad de
decidir si hay un secreto de verdad entre simulacros manifiestos.
153
El acontecimiento ya no corno expresión o representación de una estructura
subyacente, deseante, económica, social, institucional, sino como producción
de múltiples sentidos y algunos sinsentidos: anudando y desanudando
inscripciones deseantes, económicas, sociales, institucionales.
154
acontecimiento, sino de considerar detenidamente que existe toda una
estratificación de tipos de acontecimientos diferentes, que no tienen ni la misma
importancia ni la misma capacidad de producir efectos.
Entonces, todo está -ahí- latiendo. Sin embargo, no todo acontecer cobra igual
grado de visibilidad, ni toma forma de enunciado; tampoco sus insistencias son
registradas por todos los integrantes de la misma manera. ¿De qué depende
que en el flujo de sucesos, advenga un acontecimiento? Si acontecimiento es
producción de sentido, dependerá de las figuras que el caleidoscopio
identificatorio-transferencial invente; de las implicaciones en que se afecte la
coordinación, del momento en que se encuentre la producción de ilusiones,
mitos y utopías grupales; del contrato en tanto organizador institucional
explícito e implícito; de sus atravesamientos socio-históricos. Estas
implicancias organizan aquel universo de significaciones que será
disruptivamente atravesado por la producción de la singularidad de sentido.
155
psicoanalítico, además de abrir el campo de la clínica grupal produjeron un
importante descentramiento. Crearon las condiciones para hacer posible la
separación del lugar de la coordinación de los liderazgos superando gran parte
de los efectos de sugestión y del tipo de violencia simbólica que ella implica.
Los requisitos para tal descentramiento fueron presentados por Bauleo en 1973
cuando a las ya establecidas condiciones de neutralidad que el dispositivo
analítico había aportado acentúa la exigencia hacia el coordinador en la
devolución de los liderazgos, de la no apropiación de las producciones grupales
por parte de éste y la elaboración desde el momento mismo de la formación del
grupo, de su pérdida. Advierte asimismo que expresiones tales como “mi
grupo” por parte de un coordinador, más que alusiones identificatorias
expresaban un deseo inscripto en criterios ideologizados de propiedad.
156
Sin duda las reflexiones señaladas en el punto C de este capítulo, con respecto
a las relaciones entre las significaciones imaginarias grupal y lo imaginario
social están referidas a situaciones políticas límite, que constituyeron
verdaderos traumas sociales. Podría abrirse una pregunta: ¿tan particular
relación de texto y contexto es privativa de situaciones sociales límite o, por el
contrario, es una constante del funcionamiento de los grupos? Lo que se
interroga es si tal ligadura del grupo con los acontecimientos de la realidad
"exterior", se produce sólo cuando lo social adquiere un significativo nivel de
turbulencia, o si hace a una constante de su funcionamiento. Más bien podría
pensarse que este entramado es constitutivo de lo grupal.
Si bien esta opinión deberá fortalecerse con futuras indagaciones, aun cuando
se la mantenga como hipótesis, deberá reconocerse que ésta no es una
manera habitual de pensar la relación de los grupos con su contexto; más bien
opera con mucha frecuencia corno un impensable de lo grupal. Tal vez,
especularmente capturados en los grupos plegados sobre sí mismos sólo se
hizo visible su presencia en las formas límites de lo social.
157
efectos de confusión y pánico, que configuraron una verdadera situación
colectiva.
Aquí tal vez fuera pertinente otra reflexión. El ejemplo que antecede tiene la
impronta de lo social siniestro; sin embargo pueden encontrarse algunas
cuestiones relacionadas a lo que en él se relata en otras situaciones más
cotidianas. Cuando se implementan dispositivos grupales en instituciones
escolares primarias -y más frecuentemente secundarias- al dar la consigna de
agruparse en círculo suelen aparecer chistes, risas, miradas cómplices entre
los alumnos, etc.; éstos suelen explicitar en tales casos el riesgo que el
dispositivo montado le ofrece en tanto quedan todos bajo una mirada de control
por parte del docente. Esta significación imaginaria de “panóptico grupal", si
bien esperable en instituciones disciplinarias, no deja de tomar por sorpresa a
coordinadores de formación grupalista clínica. Se encuentran allí contrastadas
dos dimensiones diferentes del referente institucional. En el grupalismo el
propósito de la organización circular del espacio se sostiene en la intención de
favorecer determinado tipo de enlaces-desenlaces de las subjetividades que se
supone ha de propiciarse al estar todos a la vista de todos. Sin embargo, para
los alumnos-integrantes de la institución escolar- esto se inscribe en un
eventual propósito de vigilancia y control.
Se abre aquí una pregunta obligada. ¿Esta figura del "panóptico grupal" será
exclusiva de significaciones imaginarias de grupos inscriptos en instituciones
disciplinarias? ¿Se formará también en los dispositivos clínicos? De ser así,
¿qué impensables de nuestras prácticas la vuelven invisibles para el
coordinador? ¿Qué violencia intangible silencia su enunciabilidad en los
integrantes del grupo?
158
proyecto severamente contrainstitucional con respecto al manicomio pueden
sostenerse prácticas rodeadas de tanta adversidad.
Las instituciones forman parte de las redes del poder social. En circuitos macro
o micro, la institución constituye un factor de integración donde las relaciones
de fuerza se articulan en formas: formas de visibilidad como aparatos
institucionales y formas de enunciabilidad, como sus reglas. En tanto figura
intersticial, la institución será un lugar donde el ejercicio del poder es condición
de posibilidad de un saber y donde el ejercicio del saber se convierte en
instrumento de poder; en tal sentido es un lugar de encuentro entre estratos y
estrategias-, donde archivos de saber y diagramas de poder se mezclan o
interpretan sin confundirse.
159
De esta forma, se pretende inscribir lo grupal en lo institucional, sin perder lo
específico de la grupalidad. Es necesario sostener tal especificidad sin hacer
de los grupos islas y, al mismo tiempo, tomar como vector de análisis la
dimensión institucional. Se piensa más bien en un movimiento tal, donde grupo
e institución se significan y resignifican mutua y permanentemente. Porque si
bien no hay grupos sin institución, ¿qué institución podrá ser aquella que no
sea habitada por grupos por momentos aliados o antagónicos, en conflicto, o
naciendo a su vez a redes solidarias; vacilando entre los caminos de la
burocratización, repetición, disolución, invención y nacimiento de lo nuevo? En
síntesis, un grupo se inscribe en un sistema institucional dado, de la misma
manera que la institución sólo vive en los grupos humanos que la constituyen.
G. Algunos impensables
Normas de funcionamiento
160
finaliza y se abre la ronda de comentarios al respecto de los alumnos que
habían estado observando el ejercicio psicodramático, sus intervenciones
también se orientan mayormente en esa dirección. Algunos de los alumnos que
se habían mantenido como observadores de la escena se sorprenden al
registrarse a sí mismos implicados en la dramatización como si hubieran
participado de la misma. También los asombra que una misma intervención de
la coordinadora hubiera generado, tanto en los que dramatizaron como en los
que observaron, impresiones tan dispares. Como puede observarse, quien
tomaba el papel de coordinadora del grupo de obesos al explicitar las normas
de funcionamiento crea las condiciones operativas mínimas qué disponen la
posibilidad de organizar el funcionamiento futuro del grupo de obesos. Este es
sin duda un nivel de eficacia de esta normativa. Junto a estas normas se
disparan otros efectos que en el ejercicio relatado toman forma explícita dado
el soliloquio solicitado, pero que habitualmente pueden circular en forma
implícita produciendo significaciones imaginarias donde se atraviesan diversas
inscripciones.
La coordinación
Con respecto al primer punto debe señalarse que los posibles lugares de poder
que la coordinación ocupe varían según la forma de coordinación adoptada. Es
importante aclarar que la mención de este posible lugar de poder no supone
que éste sea el único lugar de poder dentro de un grupo ni el más significativo.
Es sólo uno posible.
161
En el punto E, "Lugar del coordinador", se ha señalado la importancia del
descentramiento producido por el aporte de los dispositivos psicoanalíticos en
el trabajo con grupos. Estos, al permitir la diferenciación de la coordinación de
los juegos de liderazgos crearon las condiciones para superar gran parte de los
efectos de sugestión y el tipo de violencia simbólica que caracteriza a sus
mecanismos de inducción. Se puntualiza posteriormente que la devolución de
los liderazgos al grupo debe ir acompañada de la elaboración por parte del
coordinador de la renuncia al grupo desde el comienzo mismo de la actividad.
162
Con respecto a la caracterización de los movimientos transferenciales en los
grupos es obvio que la coordinación produce efectos de eficacia induciendo y
ofreciéndose para la producción de amplios y variados movimientos
transferenciales. Pero es importante detenerse un momento en este punto
porque no sólo se mueven aquí -como se apuntaba líneas arriba- movimientos
transferenciales, en el sentido psicoanalítico que habitualmente se da a este
término. En realidad en la figura del coordinador no sólo se transfieren imagos
familiares, sino también transferencias institucionales; así muchas veces éste
es vivido como el "representante" de la institución donde el grupo inscribe su
práctica. Y lo que es más, estas transferencias institucionales no
necesariamente actualizan familiarismos edípicos sino que transfieren
dimensiones actuales del conflicto social. Este criterio amplio de transferencia
suele quedar en invisibilidad en la lectura de los acontecimientos grupales;
cuando así sucede se produce un particular reduccionismo; este “familiarismo
transferencial" suele convertirse en uno de los principales instrumentos
tecnológicos de los grupos-islas. Se instrumenta allí una noción de fantasma
"privatizado", es decir vaciado de sus posibles afectaciones institucionales,
sociales y políticas. De tal forma, se crean las condiciones para descontextuar
al grupo; para que esto sea posible ha sido necesario denegar los dimensiones
institucionales y sociopolíticas, es decir, lo público. Pero, si el contexto es texto
grupal, en realidad, de-textúan, es decir vacían, exilian, desterritorializan del
propio grupo la dimensión socio-institucional que late en él -pese a todo-
permanentemente.
163
etc. El sentido se aliena en estas configuraciones ya que la política es entre
otras cosas- la incesante reapropiación tanto del sentido como de los puntos en
los que se articula la alienación del sentido para cada cual. De alguna manera,
cuando se invisibiliza la política de los grupos -sus propios juegos de poder-
familiarizando, edipizando sus rebeliones y sumisiones, tras un aparente
tecnicismo aséptico se ejerce una violencia: la apropiación de sentido, que
politiza, despolitizando su lectura.
Sabemos que este alejamiento nos trasciende como psicoanalistas y aun como
personas, cobrando un significado que se proyecta en un contexto mucho más
amplio que el de la vida científico-institucional. Para explicitar los motivos y los
propósitos que nos animan, nos dirigimos a los trabajadores de la salud mental,
incluyendo entre ellos a nuestros colegas. Con esta comunicación, con trabajos
científicos y a través de tareas de docencia, investigación y asistencia,
aspiramos a dar una clara imagen de nuestra identidad, a todos los sectores.
En este sentido publicaremos un anteproyecto de actividades y estructura
organizativa que definirá la forma de incorporación a nuestro movimiento.
Consideramos que la Obra de Freud, el psicoanálisis, produjo una revolución
en las Ciencias Sociales con su aporte específico de conocimiento científico y
que ese surgimiento estuvo y está determinado, pese a su autonomía relativa,
por el contexto socio-económico-político en el que se practica. Entendemos
que, como más abajo detallamos, el psicoanálisis ha sido distorsionado y
detenido necesitando para retomar su línea de innovación y desarrollo, de la
imprescindible contribución de otras ciencias así como de una distinta y
explícita inscripción social, ineludible en este momento histórico.
165
directivos, cuyo efecto, más allá de las buenas intenciones de quienes también
son esterilizados científica y afectivamente por su papel, es consolidar cada
vez más la estratificación jerárquica destinada al sostenimiento del privilegio
económico de quienes están en el vértice de la pirámide. Esto se vuelve a su
vez indoctrinante para quienes están en la base aspirando a llegar a la cúspide
del poder. Mencionaremos algunos hechos que resten a este enunciado el
valor de una mera afirmación y que permitan justipreciar los pactos ideológicos
que se establecen entre Ciencia y Sistema, articulaciones entre estructura
institucional e ideología de clase dominante, que se expresan en esta
modalidad de la práctica científica: la Asociación Psicoanalítica Argentina está
compuesta actualmente por 367 personas de las cuales 194 pertenecen como
miembros a la Institución y el resto al Instituto del Psicoanálisis en calidad de
egresados y candidatos. Este sector de la población no tiene ningún acceso
legal a la política institucional, ni puede recibir información exhaustiva acerca
de la misma so pretexto del cuidado del encuadre analítico. Por otra parte, del
total de miembros aceptados en la Institución sólo los 79 Miembros Titulares
tienen voz y voto en las decisiones importantes. De los restantes, sólo los 116
Miembros adherentes tienen voz pero no poder para tomar parte en las
decisiones. Aun dentro de la minoría dirigente los subgrupos más encumbrados
excluyen con maniobras más o menos legales a los demás.
166
Este ordenamiento vertical en que la autoridad jerárquica no necesariamente
coincide con el mayor nivel científico sino con la antigüedad y la experiencia
burocrática, tiene un resultado claramente visible. No solamente desnaturaliza
la función específica de la Institución de promover la evolución teórico-técnica
del Psicoanálisis: profundizando en los conceptos, intercambiando
conocimientos con otras ciencias, inaugurando procedimientos y campos de
aplicación originales, ensayando formas novedosas en la docencia, etc., sino
que la sustituye por la búsqueda de prestigio, status y logros económicos.
Pero no es esa falta de liberalidad el punto clave de fractura que nos desliga de
la Institución. Sabemos que la verticalidad administrativa y el paternalismo es
justamente típico de las organizaciones liberales cuya máxima capacidad de
permanecer está dada por una cierta posibilidad que exhiben de hacer
concesiones. No ignoramos que esas características de modelo institucional
son efectos indicado- A. res de la necesidad del sistema socio-político-
económico de sostenerse también sobre los pilares que le representa un poder
científico prestigiado y monopolista del conocimiento que se maneja para su
producción específica con las pautas y la ideología que el mismo sistema
suministra en otros ámbitos para su perpetuación.
Así nos formamos y así hemos formado a otros. Estamos en camino de ser y
hacer otros psicoanalistas, uniéndonos a todos aquellos que deseen colaborar
en una línea afín a la nuestra. Queremos practicar el verdadero psicoanálisis.
Esta es una decisión que nos compromete en el trabajo y la denuncia
enrolándonos junto a otros científicos y profesionales que entienden que su
ciencia no puede ni debe utilizarse para construir un muro aislante que la
enajene de la realidad social ni enajene a la misma de su instrumento teórico
convirtiéndolo de esta manera en herramienta mistificante y mistificada al
167
servicio del no-cambio. Para nosotros, desde aquí en más, el Psicoanálisis no
es la Institución Psicoanalítica oficial. El Psicoanálisis es donde los
psicoanalistas sean, entendiendo el ser como una definición clara que no pasa
por el campo de una Ciencia aislada y aislante, sino por el de una Ciencia
comprometida con las múltiples realidades que pretende estudiar y transformar.
168
El espacio cultural y universitario de los sesenta se puede caracterizar
por la pasión, la convicción, la insistencia y por la fuerza de la intención
formativa. Golpeado por la dictadura de Onganía en 1966, se
reestructuró bajo una forma de resistencia intelectual que inauguró una
particular red de pensamiento alternativo a las instituciones oficiales.
Los docentes expulsados de la enseñanza oficial recompusieron sus
prácticas en una especie de red contra institucional que se conoció con
el nombre de grupos de estudio.
A principio de los setenta, se fractura la Asociación Psicoanalítica
Argentina, permitió abrir el camino para autorizar a los psicoanalistas a
pensar e inventar otras prácticas posibles en el campo de la salud.
169
La inauguración de una práctica es una de las formas de rebeldía y
resentimiento ante la religiosidad de la cultura de la Asociación
Psicoanalítica Argentina. Lo grupal se inauguró sobre un vacío y en
contra del dogmatismo que llenaba con certezas inútiles.
En esta última década predomina entre los protagonistas del campo “psi”
un particular proyecto intelectual marcado por una actitud estrictamente
profesionalista. Esto responde, al menos, a dos razones: por un lado, es
posible que se trate de una reacción contraria a la franja del pensamiento
de los sesenta-setenta que al insistir en la función social del intelectual, en
algunos casos, disolviera la especificidad de su práctica profesional; por
otro lado, creo que expresa cierta indiferencia hacia problemas que no son
vistos como propios de la actividad. Circunstancia que pone de manifiesto
la perdida de una intención transformadora y el desencanto con una
perspectiva del intelectual como crítico de la sociedad.
El rechazo de los grupos sin más, es tan inútil como el festejo irreflexivo de
lo grupal. Ambas son posiciones que no practicaban la crítica. Pero dar
cuenta de un saber no es atenerse a las fórmulas preestablecidas que
disciplinan un pensamiento. Por el contrario, es imaginar fundamentos para
acciones grupales que participen en opciones que se necesitan inventar. Lo
grupal comienza por ser declaradamente utópico: elige situarse más allá
del horizonte de posibilidades al que remiten los grupos conocidos hasta el
momento.
Según Lechner: ya vimos la valoración de la heterogeneidad por parte de la
cultura post moderna: ella permite enfrentar la complejidad social sin
170
pretender reducirla de inmediato. Hoy no se trata de fomentar una
multiplicidad de sentidos. Desde este punto de vista, la incertidumbre es
un rasgo distintivo de la posmodernidad. No obstante esa nueva
disposición por asumir la ausencia de certezas, ello tiene un límite. Más allá
de cierto punto, el desencanto deja de ser una benéfica perdida de
ilusiones y se transforma en una peligrosa perdida de sentido.
172
FREUD: PUNTO DE PARTIDA DE LA PSICOLOGIA SOCIAL
Se refiere luego Freud a las relaciones del individuo con sus padres, con sus
hermanos, con la persona objeto de amor y con su médico, relaciones éstas
que han sido sometidas a la investigación psicoanalítica y que pueden ser
consideradas como fenómenos sociales. Estos fenómenos entrarían en
oposición con aquellos denominados narcisísticos por Freud (o autísticos, por
Bleuler). Podemos observar, de acuerdo con los aportes de la escuela de
Melanie Klein, que se trata de relaciones sociales externas que han sido
internalizadas, relaciones que denominamos vínculos internos, y que
reproducen en el ámbito del yo relaciones grupales o ecológicas. Estas
estructuras vinculares que incluyen al sujeto, el objeto y sus mutuas
interrelaciones, se configuran sobre la base de experiencias precocísimas; por
eso excluimos de nuestros sistemas el concepto de instinto, sustituyéndolo por
el de experiencia. Asimismo, toda la vida mental inconsciente, es decir, el
dominio de la fantasía inconsciente, debe ser considerado como la interacción
entre objetos internos (grupo interno), en permanente interrelación dialéctica
con los objetos del mundo exterior.
En otro párrafo Freud dice: "Basta con reflexionar que el yo entra, a partir de
este momento, en la relación de objeto con el ideal del yo por él desarrollado, y
que, probablemente, todos los efectos recíprocos (que pudiéramos señalar
como regidos por el principio de acción recíproca funcionando en forma de
173
espiral) desarrollados entre el objeto y el yo total, conforme nos lo ha revelado
la teoría de las neurosis, se reproducen ahora dentro del yo."
El análisis de estos párrafos nos muestra que Freud alcanzó por momentos
una visión integral del problema de la interrelación hombre-sociedad, sin poder
desprenderse, sin embargo, de una concepción antropocéntrica, que le impide
desarrollar un enfoque dialéctico. Pese a percibir la falacia de la oposición
dilemática entre psicología individual y psicología colectiva, su apego a la
"mitología" del psicoanálisis, la teoría instintivista y el desconocimiento de la
dimensión ecológica le impidieron formularse lo vislumbrado, esto es, que toda
psicología, en un sentido estricto, es social.
174
escritos aquí prolongados, el régimen que más le conviene a la identificación es
el del verbo. Desde aquí la identidad no es otra cosa que la cristalización del
proceso identificatorio, su detención y clausura en el punto donde sutilmente se
instala la ficción moderna del individuo y su sacrosanta mismidad.
175
precisamente la de psiquismo, sino la de inconsciente. De un inconsciente que
lejos está de constituir sustancia alguna, porque es proceso de trabajo, trabajo
que genera sus formaciones específicas. Aún más: la idea de inconsciente que
Freud despliega en psicología de las masas, es la de un inconsciente que es
proceso de trabajo colectivo, un entramado de procesos identificatorios
inconscientes encamados en comunidades afectivas e inmanentes a
formaciones siempre colectivas.
176
en el campo de una teoría social que interpreta al individuo como la
resultante de la relación entre él y los objetos internos y externos.
2. Autobiografía.- Señala Pichon Rivière que su vocación por las Ciencias
del Hombre surgió de la tentativa de resolver el conflicto entre dos
culturas: la europea, su cultura de origen, y la guaraní, de la que fue
testigo desde los 4 años, cuando su familia emigra al Chaco, hasta los
18 años. "Se dio así en mí la incorporación, por cierto que no del todo
discriminada, de dos modelos culturales casi opuestos. Mi interés por la
observación de la realidad fue inicialmente de características
precientíficas y, más exactamente, míticas y mágicas, adquiriendo una
metodología científica a través de la tarea psiquiátrica".
En la cultura guaraní, la concepción del mundo es mágica y está regida
por la culpa, y la "internalización de estas estructuras primitivas orientó
mi interés hacia la desocultación de lo implícito, en la certeza de que tras
todo pensamiento que sigue las leyes de la lógica formal, subyace un
contenido que, a través de distintos procesos de simbolización, incluye
siempre una relación con la muerte en una situación triangular".
180
antropocentrismo de Freud le impidió a éste desarrollar un enfoque dialéctico, y
b) su planteo instintivista y su desconocimiento de la dimensión ecológica le
impidieron, asimismo, formularse algo que ya había vislumbrado, a saber, que
toda psicología es, en sentido estricto, social. 1. Concepto pichoniano.- Pichon
Rivière cuenta su historia con el psicoanálisis, indicando que en base a los
datos que obtuvo sobre la estructura y características de la conducta tratando a
sus pacientes, y orientado por el estudio de las obras de Freud, comenzó su
formación psicoanalítica que culminó, años más tarde, en su análisis didáctico
con el Dr. Garma. Señala asimismo que por entonces, "por la lectura del trabajo
de Freud sobre "La Gradiva" de Jensen tuve la vivencia de haber encontrado el
camino que permitiría lograr una síntesis, bajo el común denominador de los
sueños y el pensamiento mágico, entre el arte y la psiquiatría". A partir del
tratamiento de psicóticos, Pichon Rivière formula su teoría del vínculo en
sustitución de la teoría freudiana instintivista, lo que conducía necesariamente
a definir a la psicología, en un sentido estricto, como psicología social. Pichon
Rivière reconoce a Freud el haber intuído esta última formulación, que el
creador del psicoanálisis plantea en "Psicología de las masas y análisis del
Yo". Sin embargo, un análisis más detallado del mencionado artículo reveló a
Pichon Rivière que, si bien Freud alcanzó por momentos una visión integral del
problema de la interrelación hombre-sociedad, no pudo desprenderse sin
embargo, de una visión antropocéntrica que le impidió desarrollar un enfoque
dialéctico. Además, "pese a percibir la falacia de la oposición dilemática entre
psicología individual y psicología colectiva, su apego a la "mitología" del
psicoanálisis, la teoría instintivista y el desconocimiento de la dimensión
ecológica le impidieron formularse lo vislumbrado, esto es, que 'toda psicología,
en un sentido estricto, es social'" (42-43). Podemos sintetizar el análisis de
Pichon Rivière sobre la "Psicología de las masas y análisis del Yo" en los
términos siguientes. Freud comienza refiriéndose a las relaciones del individuo
con sus padres, hermanos, médico, etc., que bien pueden considerarse
fenómenos sociales. Estos entrarían en oposición con aquellos denominados
por Freud narcisistas. En este punto, Pichon Rivière refiere que, de acuerdo a
los planteos de M. Klein, se trata de relaciones externas que han sido
internalizadas (los 'vínculos internos' de Pichon Rivière) y que reproducen en el
yo las relaciones grupales o 'ecológicas'. Tales estructuras vinculares se
configuran en base a experiencias precocísimas, irreductibles a un mero
instinto. Este conjunto de relaciones internalizadas "en permanente interacción
y sufriendo la actividad de mecanismos o técnicas defensivas constituye el
'grupo interno', con sus relaciones, contenido de la fantasía inconciente". Todo
esto fue efectivamente vislumbrado por Freud, pero, sin embargo, no pudo
desarrollarlo debido a que, como fue señalado, su posición antropocéntrica e
instintivista le impidió desplazar su atención de un ser individual a merced de
sus instintos, hacia un ser social cuyo psiquismo se organiza ante todo
vincularmente. Ya fuera de la ortodoxia freudiana, del esquema conceptual de
Pichon Rivière forman parte también los planteos de Melanie Klein acerca de
181
las posiciones esquizoparanoide y depresiva, entendidas como configuraciones
de objetos, ansiedades básicas y defensas.
182
Psicología Social- Módulo 6- Institucionalismo
Este movimiento critico instituyente cuestiona el uso de una técnica que deje
fuera lo social. Cuestiona la institución, busca romper con dogmatismos.
183
Las instituciones no son formas neutras, son herramientas funcionales. Existen
en la medida de la fuerza del estado. El estado no existe más que en tanto
presente en todas sus formas sociales.
Castoriadis:
187
implicaciones de sus pertenencias y referencias institucionales, y por el
carácter objetivo de ese conjunto de determinaciones.
188
2. La práctica: indica las relaciones reales que este actor mantiene con lo que
antes se denominó la base material de las instituciones.
La sobre implicación
189
La generación del consenso social, la construcción social de la hegemonía no
es un mero hecho económico o político, sino tiene una dimensión imaginaria
fundamental.
"ya se trate de una invención absoluta, de una historia imaginada en todas sus
partes, o de un deslizamiento o desplazamiento de sentido, en el que los
símbolos ya disponibles están investidos de significaciones diferentes de sus
significaciones "normales" o canónicas..."
190
existen estando instituídas o siendo objetos de participación en un ente
colectivo impersonal y anónimo..."
"La mayor parte de los movimientos, (no todos sin embargo) sobreviven al
fracaso de la profecía, pero no sobreviven a ello como movimientos. Cambian
de estructura y se institucionalizan como secta o como Iglesia, y este cambio
de estructura, es ocasionado, entre otros factores, por el fracaso de la profecía.
No es causa accidental, sino factor estructuralmente necesario... Es entonces
cuando (el movimiento) se transforma en secta organizada.
Esto nos lleva a afirmar que entre el campo imaginario y el campo de las
prácticas sociales hay implicaciones mutuas, pues el imaginario supone
prácticas sociales previas y las prácticas sociales suponen un imaginario que
aparece en el tiempo como movilizador, como proyección hacia adelante, que
se encarna y tiene efectos visibles. En este sentido, los conceptos de
Mülhmann permiten establecer una tensión, entre imaginario y movimiento,
pues ciertamente los movimientos en su andar generan nuevos imaginarios,
191
que son negados en los procesos de institucionalización. No existe una
correspondencia automática entre los movimientos y su imaginario, no hay
continuidad entre la profecía y las prácticas que genera, pues si se cumple se
historiza, se encarna y se concreta, pierde su fuerza movilizadora, se
institucionaliza; si la profecía no se cumple, es decir, si fracasa, tampoco
moviliza, a menos que sea reinventada. Ahí se encuentra una permanente
tensión teórica entre el imaginario y las prácticas sociales.
192
Hay una creación imaginaria de la cual ni la realidad ni la racionalidad ni las
leyes del simbolismo pueden dar cuenta,... que no necesita para existir ser
explicitada en los conceptos o las representaciones y que actúa en la práctica y
el hacer de la sociedad considerada como sentido organizador del
comportamiento humano y de las relaciones sociales independientemente de
su existencia para la conciencia de esta sociedad. El esclavo es metaforizado
como animal y el obrero como mercancía en la práctica social efectiva mucho
antes que lo hicieran los juristas romanos, Aristóteles o Marx."
193
modificarse y transformarse a sí misma. Sería posible una lectura donde un
antropólogo tome las significaciones sociales imaginarias bajo un enfoque
estructuralista de corte levistraussiano, aunque Castoriadis mismo advierte de
los riesgos de una reificación del imaginario en el apartado de su obra titulado:
las significaciones imaginarias sociales.
Señala que hay tres elementos básicos que permiten el funcionamiento del
poder: la violencia o la fuerza, el discurso del orden y el imaginario social.
194
Este sistema de invención de su mundo percibe como amenazante o peligrosa
cualquier alteridad, que es vivida siempre como ataque a su identidad. Por eso
las transformaciones de sentido, lo instituyente, lo que lleva a nuevas
significaciones no canónicas, aparece siempre en primer lugar como
resistencia a lo instituido y combatiendo un orden de significación.
"La producción imaginaria es una de las tantas claves que delata cómo los
actores sociales se piensan a sí mismos, cómo conciben el mundo y cómo se
relacionan con éste ... un mosaico de usos simbólicos, de representaciones, de
195
producción diferenciada de significados... La teoría del imaginario social puede
concebirse como una propuesta para articular los análisis acerca de la acción,
los actores sociales, las motivaciones de éstos, así como sus proyectos y
posibilidades.[17]"
196
En el libro denominado Les analyseurs de l'eglise (1972), encontramos con
gran nitidez tres de los supuestos que pretende practicar esta "contrasociología
institucionalista".
197
Resumamos hasta aquí (1978). Lourau ha fluctuado —en sentido "negativo" y
"positivo"— en encontrar el objeto de esta contrasociología.
Primero, afirmó que ésta debe hacerse cargo de la "práctica social como
totalidad"; luego, cuestionó toda "tentativa de síntesis", y continuó con una
supuesta "rectificación de fronteras", constituida "desde los fragmentos del
saber social global, recortado por los sistemas de las ciencias sociales". Y
terminó dando como objeto la "desmembración" del campo de dichas ciencias.
Tanta deriva de ese campo "móvil" resulta sintomática.
El análisis institucional parte del principio que el centro está siempre presente
en la periferia [...] esto quiere decir que [...] las instituciones, lejos de ser formas
neutras, "herramientas" funcionales, no existen sino en la medida en que ellas
están basadas en la fuerza del Estado [...] El Estado no existe más que en
tanto está presente en todas las formas sociales.
En resumen, resulta más que sorprendente cómo la gran institución, con esa
densidad aparentemente descrita, se diluya en los momentos "calientes", y deje
ver abiertamente lo arbitrario de sus formas y no, como es su especialidad, a
través de un espejo oscuro.
200
problemática intersección de lo sintagmático con lo paradigmático, en la
supuesta palabra plena de lo simbólico. Veamos los restantes elementos que
conforman al dispositivo socioanalítico:
El análisis de la demanda
Ahí la palabra puede circular de otra manera, sin esperar las repercusiones que
se pueden dar por estar en una posición subordinada en la jerarquía
institucional. Los compromisos con el decir son más individuales y el poder
institucional está bastante atenuado.
202
7- Pos- estructuralismo
UN DIÁLOGO SOBRE EL PODER- Gilles Deleuze / Michel Foucault
FOUCAULT.
Un maoísta me decía:
"Comprendo perfectamente por qué está Sartre con nosotros, por qué hace
política y en qué sentido la hace; en cuanto a ti, en realidad lo comprendo
bastante, ya que siempre haz planteado el problema del encierro. Pero a
Deleuze, realmente, no lo comprendo".
DELEUZE. Tal vez es que estamos viviendo de una nueva manera las
relaciones teoría-práctica. La práctica se concebía como una aplicación de la
teoría, como una consecuencia, o bien, al contrario, como inspiradora de la
teoría. De cualquier modo, sus relaciones se concebían bajo la forma de un
proceso de totalización, tanto en un sentido como en el otro. Es posible que,
para nosotros, la cuestión se plantee de otra manera. Las relaciones teoría-
práctica son mucho más parciales y fragmentarias. Por una parte, una teoría
siempre es local, relativa a un pequeño campo, aunque puede ser aplicada a
otro, más o menos lejano. La relación de aplicación nunca es de semejanza.
Por otra parte, desde que la teoría profundiza en su propio campo se enfrenta
con obstáculos, muros, tropiezos que hacen necesario que sea relevada por
otro tipo de discurso (es este otro tipo de discurso el que, eventualmente, hace
pasar a un campo diferente). La práctica es un conjunto de relevos de un punto
teórico a otro, y la teoría, un relevo de una práctica a otra. Ninguna teoría
puede desarrollarse sin encontrar una especie de muro y se precisa de la
práctica para perforar el muro. Por ejemplo, tú comenzaste analizando
teóricamente un lugar de encierro como el asilo psiquiátrico del siglo XIX en la
sociedad capitalista. Luego, desembocaste en la necesidad de que la gente
precisamente encerrada se pusiese a hablar por su cuenta, que efectuase un
relevo (o bien, al contrario, tú ya eras un relevo a su respecto), y esa gente se
halla en las prisiones, está en las prisiones. Cuando organizaste el grupo
información prisiones, lo hiciste sobre esta base: instaurar las condiciones en
las que los mismos prisioneros pudieran hablar.
Sería completamente falso, como parece que decía el maoísta, afirmar que
pasabas a la práctica aplicando sus teorías. Allí no había ni aplicación ni
proyecto de reforma, ni encuesta en el sentido tradicional. Allí había algo
distinto: un sistema de relevos en un conjunto, en una multiplicidad de piezas y
de pedazos a la vez teóricos y prácticos. Para nosotros, el intelectual teórico ha
dejado de ser un sujeto, una conciencia representante o representativa. Los
203
que actúan y luchan han dejado de ser representativos, aunque sea por un
partido, un sindicato que se arrogarían a su vez el derecho de ser su
conciencia. ¿Quién habla y quién actúa? Siempre es una multiplicidad
incluso en la persona que habla o actúa. Todos nosotros somos grupúsculos.
Ya no hay representación, sólo hay acción, acción de la teoría, acción de
la práctica en relaciones de relevos o redes.
Estas dos formas de politización no eran ajenas una a otra, pero tampoco
coinciden forzosamente. Se daba el tipo del "maldito" y el tipo del "socialista".
Estas dos politizaciones se confundieron con facilidad en ciertos momentos de
reacción violenta por parte del poder, después del 48, después de la Comuna,
después de 1940: el intelectual era rechazado, perseguido, en el mismo
momento en que las "cosas" aparecían en su verdad, cuando no era preciso
decir que el rey estaba desnudo. El intelectual decía la verdad a los que
todavía no la veían y en nombre de los que no podían decirla: conciencia y
elocuencia. Ahora bien, los intelectuales han descubierto, después de las
recientes luchas, que las masas no los necesitan para saber: ellas saben
perfectamente, claramente, muchos mejor que ellos; y además lo dicen muy
bien. Sin embargo, existe un sistema de poder que intercepta, prohíbe, invalida
ese discurso y ese saber. Poder que no está tan sólo en las instancias superior
de la censura, sino que penetra de un modo profundo, muy sutilmente, en toda
la red de la sociedad.
Ellos mismos, los intelectuales, forman parte de ese sistema de poder, la propia
idea de que son los agentes de la "conciencia" y del discurso forma parte de
ese sistema. El papel de intelectual ya no consiste en colocarse "un poco
adelante o al lado" para decir la verdad muda de todos; más bien consiste en
luchar contra las formas de poder allí donde es a la vez su objeto e
instrumento: en el orden del "saber", de la "verdad", de la "conciencia", del
"discurso". Por ello, la teoría no expresará, no traducirá, no aplicará una
práctica, es una práctica. Pero local, regional, como tú dices: no
totalizadora. Lucha contra el poder, lucha para hacerlo desaparecer y herirlo
allí donde es más invisible y más insidioso, o lucha por una "toma de
conciencia" (hace mucho tiempo que la conciencia como saber fue adquirida
por las masas y que la conciencia como sujeto fue tomada, ocupada, por la
burguesía), sino por la zapa y la toma del poder, al lado, con todos los que
204
luchan por ella, y no en retirada para esclarecerlos. Una "teoría" es el sistema
regional de esta lucha.
Desde que una teoría penetra en tal o cual punto, choca con la imposibilidad de
tener la menor consecuencia práctica, sin que se produzca una explosión, con
la necesidad de otro punto. Es por esta razón por la que la noción de reforma
es tan estúpida e hipócrita. O bien la reforma es elaborada por gente que se
pretende representativa y hace profesión de hablar por los otros, en nombre de
los otros, con lo cual se produce una instalación de poder, una distribución de
poder a la que se añade una representación acrecentada.
O bien es una reforma reclamada, exigida por aquellos a los que concierne,
con lo cual deja de ser una reforma, es una acción revolucionaria que, desde el
fondo de su carácter parcial, se ve determinada a poner en cuestión la totalidad
del poder y de su jerarquía. Ello es evidente en las prisiones.
Reducir a alguien a pan y agua es lo que nos enseñaron cuando éramos unos
niños. La prisión es el único lugar donde el poder puede manifestarse en su
desnudez, en sus dimensiones más excesivas, y justificarse como poder moral.
"Tengo razón en castigar, puesto que tú sabes que está mal robar, matar…"
Esto es lo fascinante de las prisiones; por una vez el poder no se oculta,
no se enmascara, se muestra como feroz tiranía en los más ínfimos detalles,
cínicamente, y al mismo tiempo es puro, está enteramente "justificado", puesto
que puede formularse enteramente en el interior de una moral que enmarca su
ejercicio: su bruta tiranía aparece entonces como dominación serena del Bien
sobre el Mal, del orden sobre el desorden.
FOUCAULT. Pienso que, por debajo del odio que el pueblo tiene a la justicia, a
los jueces, tribunales y prisiones, no hay que ver tan sólo la idea de otra justicia
206
mejor y más justa, sino, en primer lugar y ante todo, la percepción de un punto
singular en el que el poder se ejerce a expensas del pueblo. La lucha
antijudicial es una lucha contra el poder y yo no creo que sea una lucha contra
las injusticias, contra las injusticias de la justicia, y una mejora en el
funcionamiento de la institución judicial. A pesar de todo, es sorprendente que
cada vez que ha habido motines, rebeliones, sediciones, el aparato judicial ha
sido el blanco, al mismo tiempo y del mismo modo que el aparato fiscal, el
ejército y las otras formas del poder. Mi hipótesis, pero no es más que una
hipótesis, es que los tribunales populares, por ejemplo, en el momento de la
Revolución, fueron, para la pequeña burguesía aliada a las masas, un modo de
recuperar, de recobrar el movimiento de lucha contra la justicia. Y para
recuperarlo, propusieron este sistema del tribunal que se refiere a una justicia
que podría ser justa, a un juez que podría dictar una sentencia justa. La misma
forma del tribunal pertenece a una ideología de la justicia que es la de la
burguesía.
Ahí nos encontramos con algo que ya anunciaste hace tiempo y que se
pensaba que no iba a poder producirse: el fortalecimiento de todas las
estructuras de encierro. Entonces, frente a esta política global del poder, se
dan repuestas locales, contrafuegos, defensas activas y a veces preventivas.
Nosotros no hemos de totalizar lo que se totaliza por parte del poder y que
nosotros sólo podríamos totalizar restaurando formas representativas de
centralismo y jerarquía. En cambio, lo que tenemos que hacer es llegar a
instaurar vínculos laterales, todo un sistema de redes, de bases populares. Y
207
esto es lo difícil. En todo caso, para nosotros la realidad no pasa totalmente por
la política en el sentido tradicional de competición y distribución del poder, de
instancias llamadas representativas al modo de PC o de la CGT. La realidad es
lo que hoy día pasa efectivamente en una fábrica, en una escuela, en un
cuartel, en una prisión, en una comisaría. De tal modo que la acción implica un
tipo de información de una naturaleza completamente diferente de las
informaciones de los periódicos.
En todo lugar donde hay poder, el poder se ejerce. Nadie, hablando con
propiedad, es su titular y, sin embargo, se ejerce en determinada dirección, con
unos a un lado y los otros en el otro; no sabemos quién lo tiene exactamente,
pero sabemos quién no lo tiene. Si la lectura de tus libros (desde el Nietzsche
hasta lo que presiento de Capitalismo y esquizofrenia) ha sido para mí tan
esencial, se debe a que me parece que van muy lejos en la posición de este
problema: bajo ese viejo tema del sentido, significado, significante, etc., por
último, la cuestión del poder, de la desigualdad de los poderes, de sus luchas.
Cada lucha se desarrolla alrededor de un lar particular de poder (uno de esos
innumerables pequeños lares que pueden ser un jefecillo, un director de
prisiones, un juez, un responsable sindical, un redactor jefe de un periódico).
208
Si discursos como, por ejemplo, los de los detenidos o los de los médicos de
las prisiones son luchas, se debe a que al menos por un instante, confiscan el
poder de hablar de la prisión, actualmente ocupado por la administración a
solas y sus cómplices reformadores. El discurso de la lucha no se opone al
inconsciente: se opone al secreto. Eso tiene el aspecto de ser menos
importante. ¿Y si lo fuese mucho más? Existe toda una serie de equívocos a
propósito de lo "oculto", de lo "reprimido", de lo "no dicho", que permiten
"psicoanalizar" a bajo precio lo que deber ser objeto de lucha. El secreto tal
vez sea más difícil de conocer que el inconsciente. Los dos temas que
todavía ayer podíamos encontrar frecuentemente: "la escritura es lo reprimido"
y "la escritura es con pleno derecho subversiva", me parece que revelan un
cierto número de operaciones que es preciso denunciar severamente
209
EMERGE DENTRO Y EN CONTRA DE LA TRADICIÓN modernista del
estructuralismo. Quizá su antecedente más cercano sea el estructuralismo
lingüístico de Ferdinand de Saussure.
210
LA DECONSTRUCCIÓN ES UN TIPO DE LECTURA QUE SE ORIGINA EN LA
obra del filósofo francés Jacques Derrida (1967). Trabajando en contra de lo
que él denomina la “metafísica de la presencia”, o el “logocentrismo”, Derrida
cuestiona ciertos axiomas fundamentales del pensamiento occidental. Algunos
de los presupuestos cuestionados son: ™ La ley de la identidad y la presencia
del ser (si un edificio es fábrica es una fábrica). ™ La ley de la no-contradicción
que establece la identidad en relación con su “otro” (si una cosa es una fábrica,
no puede ser también una no-fábrica); y ™ La ley de exclusión del medio
(fábrica y no-fábrica contienen todas las posibilidades de una situación dada)
211
sino también grabada sobre el cuerpo y re-constituida continuamente en la vida
social. Al usar el término discurso, Foucault se refiere a una práctica gobernada
por reglas, que incluye significados enmarcados dentro de un sistema de
conocimiento y en instituciones y prácticas sociales que producen y mantienen
estos significados.
Su trabajo dirige nuestra atención hacia las formas en que los conocimientos
ejercen y producen poder –por medio de aparatos de regulación; por ejemplo,
instituciones como escuelas, prisiones, casa de trabajo y fábricas en donde
prevalecen las técnicas de disciplina y vigilancia corporal–, y mediante el
desarrollo y aplicación de tecnologías para administrar el ser – por ejemplo,
presupuestos, dietas, mapas, columnas de ayuda sexual, propagandas de
productos de higiene personal– que ayudan a organizar la vida diaria. Un
análisis crítico del discurso de la industrialización podría ilustrar la manera
como los cuerpos y la producción material que se lleva a cabo en los hogares
son devaluados dentro de los sistemas de saber disciplinarios de la economía y
la geografía económica.
Tal genealogía podría comenzar, por ejemplo, con una noción fisiocrática de la
economía, en la que un excedente agrícola hace posibles las actividades no
agrícolas –estableciendo de esta forma la dependencia y estatus secundario de
la industria–. Podría virar, entonces, hacia la centralidad y estatus originario de
la industria en el discurso de la industrialización, con su visión de la economía y
el crecimiento económico –incluyendo la demanda de productos y servicios
agrícolas– siendo impulsados por los incrementos en la producción
manufacturera; y, finalmente, a la literatura sobre la economía posindustrial, en
la que instituciones y transacciones financieras de alto nivel establecen una vez
más la subordinación de la industria, esta vez a la especulación financiera y los
azares del sector financiero internacional.
Lo que emerge de este proyecto que traza los saberes cambiantes de industria
es una concepción relativamente estable de la economía como una totalidad
integrada, centrada sobre un espacio determinante que constriñe, impulsa o
dicta hacia otros sitios/actividades. Por medio del proceso de genealogía, esta
noción se ve desnaturalizada, haciéndola visible como una construcción
discursiva. La influencia de Foucault sobre el posestructuralismo ha
concentrado la atención sobre cómo las diferentes formas de poder están
entrecruzadas con la producción de conocimiento para crear ciertas
212
concepciones valorizadas del asunto en cualquier periodo histórico. Aunque
gran parte del trabajo de Foucault parece enfatizar sobre la construcción y
consolidación de discursos dominantes que someten al individuo a fuerzas
poderosas fuera de su control, su intervención abre también un espacio para
examinar la proliferación y multiplicidad de discursos que pueden crear sujetos
capaces de resistir y reconstituir el poder de diversas formas. Aquí, el trabajo
de Judith Butler y otros teóricos queer sobre la performatividad del discurso
transmite algo de lo incompleto y abierto de los procesos de subjetivación.
213
mundo, reubicando otros saberes y validando nuevos sujetos, prácticas,
políticas e instituciones.
Hablará de la crisis ecológica, que remite a una crisis más general, de lo social,
de lo político y lo existencial. Se preguntara: ¿Cómo modificar las
mentalidades, como reinventar prácticas sociales para volver a dar a la
humanidad – si es que alguna vez lo tuvo- el sentido de las responsabilidades
respecto a su propia supervivencia, sino también del porvenir de toda la vida
sobre este planeta, de los animales, las plantas, de lo incorpóreo como la
música, el arte, el cine, la relación con lo incorpóreo, el amor y la compasión
por el prójimo, el sentimiento de fusión con el seno del cosmos?
214
Toda una ecología de lo virtual resulta aquí una ecosofía (oikos, casa, habitar,
biosfera, y Sofía, sabiduría y ciencia). No es una meditación trascendental,
renuncia de lo político. Implica una refundación de las praxis políticas.
Desde fines del SXVIII se viene construyendo un eje izquierda – derecha como
suerte de referencia natural. Asistimos al hundimiento generalizado del
movimiento comunista internacional, y las social democracias se han
constituido en liberalismos. Algunos ecologistas proclaman: ni izquierdas ni
derechas. ¿No será lo social mismo lo que está llamado a borrarse?
Las masas de los países del este se han levantado por el pan y por la libertad,
pero ante todo para vivir de otro modo y no necesariamente según los modelos
occidentales.
215
Se trata de reificar una enunciación que tiene demasiada tendencia a ahogarse
en una serialidad identificatorios que la infantiliza y la aniquila.
¿Qué es la ecosofía?
- La dimensión de flujos: siempre hay flujos, por la relación con los ortos,
son heterogéneos.
- La de maquina: ofrece una dimensión cibernética, autopoietica,
autopoiesis no solo en la vida sino en todos los sistemas: etnológicos,
sociales, etc.
- Valor: este objeto ecosofico no es solo autopoietico, sino también
portador de valores.
216
- Territorio existencial: finitud existencial, aquello que llama también
territorios existenciales, y que no es una entidad eterna sino que está
fundada en coordenadas de determinación extrínsecas, independientes.
Propone este término, ecosofía para mostrar la amplitud del problema de los
valores.
217
8-. Psicología Social como campo de conocimientos
218
Supone, a su vez, desconstruir las lógicas desde donde han operado sus
principios de ordenamiento, así como también generalogizar, o al menos
realizar algunos rasteos genealógicos que permitan interrogar los a priori desde
los que un campo de saberes y prácticas ha construido sus
conceptualizaciones. Desnaturalizar sus territorios, deconstruir sus lógicas y
generalogizar sus conceptos son los procedimientos de indagación para crear
condiciones de posibilidad que permitan construir programas que tiendan a
conexiones que desborden los dominios de objeto unidisciplinarios.
Programa- Deleuze, plantea que constituye por los puntos de orientación que
conducen una experimentación que desborda nuestra capacidad de previsión y
por tanto se modifican a medida que se implementan.
219
incomodidad, de modo que lo invisible opere visibilidad, lo impensado se vuelva
enunciable. Se trata entonces de establecer una demora que instale las
condiciones de posibilidad de un pensar en un campo de problemas, que
habilita un pensar como experiencia de elucidación e indagación, desde un
criterio de problematización recursiva.
220
teórica y la esterilización de las prácticas. El resorte para ello es justamente la
caja de herramientas que habilita a pensar en situación. Así, la caja de
herramientas, dispositivos en acción, elucidación de experiencias y
reformulación conceptual permanente constituyen el circuito de
problematización recursiva que se ha considerado pertinente para el trabajo
emprendido.
No se trata aquí de una metodología que se define a priori, sino que a partir de
los problemas que necesita pensar se despiegan criterios y recaudos
metodológicos en situación que van gestando orgánicamente su propio estilo
de indagación. Así se abordarán los procedimientos por los cuales de un
magma de significaciones imaginarias sociales se produce un sentido; las
modalidades rizomáticas con que operan las lógicas colectivas de la
multiplicidad, las modalidades identitarias con que operan las lógicas de la
representación, las afectaciones diferenciales que se producen en ellas y los
juegos micropolíticos que despliegan, arriba finalmente a la elucidación de un
taller que pone en visibilidad algunas modalidades con las que operan los
cuerpos en las instancias colectivas y las consiguientes dificultades de
conceptualización que presentan.
Los tres están vinculados a posturas epistémicas. Tienen que ver con la
posibilidad de conocer y comprender lo que hay ahí, en la delimitación de un
recorte de realidad puesto a consideración. Tiene que ver con la naturaleza de
la relación entre quien pretende conocer y comprender y aquello que tiene por
destino ser comprendido o conocido.
Ámbito. La noción que se plantea Bleger es una categoría que, aunque por
momento remite al disciplinamiento propio del territorio, por otros, tiene la
capacidad de abrir el abanico a nuevas prácticas psicologías que muestran
atisbos rupturistas. Estos involucran una ampliación de los lugares de
intervención del psicólogo, al tiempo que promueven el desarrollo de nuevos
modelos conceptuales. Desde una perspectiva actual, lo entendemos como
una categoría bisagra, entre la noción ya referida de territorio y campo. Bleger
toma el concepto de Pichón-Riviere el cual dice que las ciencias del hombre
conciernen a un solo objeto único “el hombre-en-situación”, susceptible de un
abordaje pluridimensional. Se trata de una interciencia, con una metodología
interdisciplinaria, la cual permite un enriquecimiento de la comprensión del
objeto de conocimiento y una mutua realimentación de las técnicas de
aproximación al mismo”.
222
social no se encuentra definida por el número de personas ni por el lugar donde
se trabaja, sino por el enfoque que se utiliza; esto lo aleja de la restricción
positivista explicada en territorio.
Campo
Esta noción nos siguiere que no estamos ante un objeto discreto. Nos ubica en
una concepción epistemológica de la complejidad, que implica una nueva
manera de pensar y pensarnos a nosotros mismos. Campo nos aleja del objeto
discreto, nos invita a posicionarnos desde una epistemología que contemple lo
transdisciplinario, que permita generar mayor visibilidad. Poniendo en
consideración el dualismo sujeto-objeto, ya no es sujeto cognoscente y objeto a
ser conocido, sino que todo lo contrario, el signo que los separa debería ser ( : )
y no ( - ), para así plantear el “sujeto:objeto”, donde la relación que se
establece es de indeterminación, la relación no está marcada y no sabemos
cual es. Las fronteras que separan ahora son difusas. La figura se ubica en el
lugar del objeto cognoscente no sería la del técnico, asentado en formaciones y
dominación y ejercicio de violencia simbólica, sino la del investigador, ya que
como vimos, no hay nada que aplicar, donde el sujeto cognoscente esta
desterritorizalizado pero que deviene en constructor de un campo de
conocimientos, mientras que le objeto deviene en campo de problemáticas a
formular.
En el campo no hay un lugar para lo teórico por un lado y lo práctico por otro,
sino que hay relaciones de indeterminación entre teoría y práctica
(teoría:práctica). La tarea positiva apunta al desdisciplinamineto de los cuerpos
disciplinarios, cuestión que implica incurrir en procedimientos complejos, los
cuales podríamos descomponer en tres grandes líneas:
1. Desnaturalizar los dominios del objeto instituido sin por ello invalidar los
conocimientos que ellos han producido y producen
223