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CAPACIDAD
Interpreta la legítima de los descendientes
Leonardo y Gioconda son dos convivientes que a lo largo de los años han amasado
una pequeña fortuna en bienes inmuebles, dedicándose justamente al arrendamiento y
compraventa de éstos.
Fruto de su relación han procreado a sus hijos: Leonardo Jr., Donatello, Miguel Ángel y
Rafaela. Todos ellos mayores de edad, a excepción de su última hija que cuenta con
16 años de edad. En el año 2000, Leonardo dictó un testamento que lo redactó en
máquina de escribir y firmó al final del mismo. Dicho testamento fue presentado en
sobre cerrado al notario en presencia de dos testigos, en este acto jurídico dejó todos
sus bienes a favor de sus hijos.
En el año 2005 Leonardo dictó un testamento ológrafo, en el revocó parcialmente el
testamento anterior y dejaba un par de bienes inmuebles a favor de su hija Rafaela.
En el año 2015, Leonardo y Gioconda dictaron un testamento conjunto, para lo
cual escribieron en un papel, le pusieron fecha, lo firmaron y lo guardaron en su
caja fuerte. En este acto jurídico revocó el testamento del 2005.
Resulta que en el año 2016, cuando Leonardo estaba disfrutando de un crucero en el
mar mediterráneo por dos meses; dictó su testamento ante el capitán del Barco, en
presencia de testigos. En este acto realizó algunos cambios respecto de los bienes
que les debería corresponder a sus herederos. Este testamento fue presentado 35
días después de arribar a la Capitanía del Puerto del Callao.
Resulta que, a finales del 2017, se presentó Picasso, una persona que afirmaba ser
hijo de Leonardo, vástago que habría tenido en su juventud, cuando trabajó en
Barcelona, España.
Ante ello, a comienzos del 2018, Leonardo dio un nuevo testamento ante el
Consulado Peruano en París, cuando se encontraba de viaje por el viejo
continente. En dicho testamento instituyó como nuevo heredero a Picasso.
Posteriormente, Leonardo se hace la prueba de ADN y comprueba que Picasso no era
su hijo. Como producto de la impresión y el enojo, Leonardo falleció de un ataque al
corazón.
Actualmente y conmovida por el fallecimiento de su padre, Rafaela se le ha ocurrido
dictar su testamento, para lo cual ha escrito y firmado un papel en el que deja los
pocos bienes muebles que posee, en favor de sus hermanos. Ante estos hechos,
Gioconda le consulta:
barco mercante será otorgado ante quien le siga en el mando (artículo 7I7). El
testamento marítimo caduca a los tres meses de haber desembarcado
definitivamente el testador. Si muere antes del vencimiento de este plazo, sus
presuntos herederos o legatarios, pedirán al juez cuyo poder se encuentre, su
comprobación judicial y protocolización notarial, conforme a las disposiciones
de los artículos 707, segundo párrafo, a 711.