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- 1. Introducción, 2. Clases de testamentos, 2.1. Testamentos ordinarios, 2.1.1. Testamento por escritura
pública, 2.1.1.1. Definición,2.1.1.2. Formalidades del testamento por escritura pública, 2.1.1.3. Testigo testamentario a
ruego, 2.1.1.4. Suspensión de la facción de testamento, 2.1.2. Testamento cerrado, 2.1.2.1. Definición, 2.1.2.2.
Formalidad del Testamento, 2.1.2.3. Revocación del testamento cerrado, 2.1.2.4. Custodia y presentación judicial de
testamento cerrado, 2.1.2.5. Apertura de testamento cerrado, 2.1.2.6. Modificación de testamento cerrado por ológrafo,
2.1.3. Testamento ológrafo, 2.1.3.1. Definición, 2.1.3.2. Testamento ológrafo. Formalidades, 2.1.3.3. Presentación de
testamento ológrafo ante Juez, 2.1.3.4. Apertura judicial de testamento ológrafo, 2.1.3.5. Traducción oficial de
testamento, 2.1.3.6. Protocolización del expediente, 2.2. Testamentos especiales, 2.2.1. Testamento militar, 2.2.1.1.
Personas ante quienes se puede otorgar testamento militar, 2.2.1.2. Trámite del testamento militar, 2.2.1.3. Caducidad
del testamento militar, 2.2.2. Testamento marítimo, 2.2.2.1. Personas que pueden otorgar testamento marítimo, 2.2.2.2.
Formalidades del testamento marítimo, 2.2.2.3. Protección del testamento marítimo, 2.2.2.4. Trámite del testamento
marítimo, 2.2.2.5. Caducidad del testamento marítimo, 3. Conclusiones, 4. Bibliografía.
1. Introducción:
El testamento es aquel negocio jurídico sui generis, personalísimo, unilateral, revocable, solemne, complejo, mortis
causa por el que una persona dispone de sus bienes para después de su muerte. Asimismo, admite varios tipos o
clases.
2. Clases de testamentos
El Código Civil (en adelante CC) clasifica a los testamentos atendiendo a sus formas, en
testamentos comunes u ordinarios y testamentos especiales, extraordinarios o privilegiados. Los primeros se otorgan
en circunstancias normales, en que la persona si lo desea podría acudir a un notario; mientras que los especiales solo
pueden ser otorgados en las circunstancias especiales para las cuales la ley ha previsto su otorgamiento por implicar
cierto riesgo para la vida del otorgante. (Zárate del Pino, 1999, p. 154)
En resumidas cuentas, nuestro CC regula cinco tipos de testamentos y los clasifica en ordinarios (testamento por
escritura pública, cerrado y ológrafo) y extraordinarios (testamento militar y marítimo). En los primeros, el testador
decide de motu propio ir ante un notario, mientras que en los segundos, son las circunstancia especiales, es decir,
aquellas que implican un riesgo para la vida del testador, las que lo obligan a otorgar un testamento siguiendo un
procedimiento particular.
La doctrina admite que no hay un orden jerárquico entre las diversas formas testamentarias, de modo que nada impide
que un testamento ordinario pueda ser revocado por uno especial y viceversa, es decir, los testamentos están
sometidos a las mismas reglas en lo que concierne a la naturaleza y extensión de las disposiciones que contengan y
que gozan de la misma eficacia jurídica. (Zárate del Pino, 1999, p. 154)
Es decir, la calificación de ordinario o extraordinario nada tiene que ver con la idea de mayor importancia, valor o
trascendencia de un tipo de testamento respecto de otro. Debido a ello, un tipo de testamento puede revocar al otro y
viceversa. Eso sí, lo que varía de testamento a testamento es el contenido aunque sea de forma mínima.
El complejo formal vinculado a cada tipo testamentario, como observa, Orosimbo Nonato, no constituye un obstáculo a
la facultad de testar, pero se orienta fundamentalmente a preservar la voluntad del testador, y se cultiva como garantía
y salvaguarda de esta facultad. (Da Silva Pereira, 2013, p. 200)
Cuando el legislador crea las exigencias de la forma, tiene como objetivo preservar la idoneidad psicológica del
testador, protegiendo la autenticidad de la manifestación volitiva contra las insinuaciones cautivas, la deformación y la
falta de armonía entre el querer auténtico y la exteriorización de ese querer. (Ídem)
Es, por tanto, imprescindible seguir el guion solemne que exige la ley vigente al momento de su creación, para cada
modalidad. Aquí no hay lugar para el eclecticismo. El incumplimiento de las solemnidades impuestas a un tipo de
testamento no puede cumplirse con la obediencia a las de otras formas. (Ídem)
Esto quiere decir que independientemente del testamento que quiera otorgarse, ya sea ordinario (por escritura pública,
cerrado u ológrafo) o extraordinario (militar o marítimo), para que sea considerado válido deberá observar
ineludiblemente las formas esenciales que cada tipo le exija, que podrían considerarse los requisitos de validez de
cada negocio jurídico testamentario. Asimismo, si bien podrán existir distintas formalidades esenciales para cada tipo
de testamento, en ninguno de ellos podrá faltar la manifestación de voluntad del otorgante ya que después de todo se
trata de un negocio jurídico testamentario.
Comencemos por desarrollar, escuetamente, cada uno de los testamentos ordinarios para posteriormente hacer lo
mismo con los extraordinarios.
2.1.1.1. Definición
Conocido también como testamento auténtico, nuncupativo, público o abierto, es el que otorga personalmente el
testador en presencia de dos testigos, ante un notario que lo escribe en su registro. Para el conocimiento de este
instituto, así como para el de los
impedimentos del notario y testigos testamentarios y el testamento cerrado, la legislación civil debe ser complementada
con la notarial. (Ferrero Costa, 2012, p. 361)
Entonces, el testamento por escritura pública contiene tres sujetos o elementos: El testador, los dos testigos y el
notario. Si bien el testamento es otorgado por el primero es el tercero quien lo escribe en su registro de escrituras
públicas. Es de carácter público precisamente porque el contenido de las disposiciones del testamento va a ser
conocido, además del testador, por los dos testigos y el notario al momento de la lectura del acto jurídico en mención.
1. en caso que el testador no sepa leer o escribir (analfabeto), deberá leérsele el testamento dos veces,
una por el notario y otra por el testigo testamentario que el testador designe
2. en caso que el testador no sepa o no pueda firmar, lo hará a través del uso de la huella dactilar, de
todo lo cual se mencionará en el testamento
3. o en caso que el testador no tenga huella dactilar, el notario debe hacer uso de cualquier otro medio de
verificación que permita acreditar la identidad del testador
2.1.2.1. Definición
Se trata de la voluntad del testador consignada en un papel, el cual se introduce en un sobre, el que se cierra, sobre
que, en presencia de dos testigos, se entrega al notario, refiriéndole que allí se encuentra su declaración de última
voluntad. El notario levanta un acta en la portada del sobre y guarda el mismo hasta que, producido el deceso del
causante, sea solicitado por el juez o notario a quienes debe entregarles el sobre aludido, o también deberá devolverlo,
si quien lo solicita es el mismo testador, con lo cual automáticamente se produce la revocación del testamento cerrado.
(Aguilar Llanos, 2011, p. 335)
Aquí además del testador, los dos testigos y el notario (los mismos sujetos intervinientes en el testamento por escritura
pública) tenemos al sobre que encierra y mantiene en reserva la declaración de voluntad del testador, es decir las
disposiciones que haya decidido hacer sobre sus bienes para después de su muerte.
En esta clase de documentos podemos distinguir por consiguiente dos documentos, uno de ellos privado que es el
llamado pliego interior en el cual el otorgante expresa clara y privadamente su voluntad de testamentaria bajo su firma,
y el segundo que le confiere el elemento de la publicidad, que es el sobre cerrado o lacrado sobre el cual se extiende el
acta notarial que autentica su otorgamiento y da fe de su recepción por el Notario (Zárate del Pino, 1999, p. 160)
Es por ellos que se conoce a este testamento como una forma híbrida o mixta de testar, entre la escritura pública y el
ológrafo pues participa de las características de ambas. La intervención notarial en la cubierta del sobre proporcionado,
mantiene el secreto o reserva de las disposiciones testamentarias que se encuentran en el pliego interior y que no
llegan a ser conocidas antes de la muerte del otorgante, salvo que el mismo las divulgue. (Ibídem, pp. 160-161)
Frente al testamento en escritura pública, este testamento tiene la ventaja de que no requiere que persona alguna
distinta del testador se entere de su texto. Su contenido es Secreto, resultando útil, por lo tanto, en determinadas
circunstancias en que no se quiere que se conozcan las disposiciones testamentarias mientras viva el causante, como
puede ser, por ejemplo, para el reconocimiento de hijos, para favorecer a un heredero con la cuota de libre disposición
u otorgar un legado, evitándose discusiones entre los herederos. Es también provechoso para la gente tímida que tiene
dificultad de expresar su voluntad en público, así como para las personas que no pueden escribir por alguna razón pero
sí pueden firmar. (Ferrero Costa, 2012, p. 373)
2.1.3.1. Definición
Es aquel otorgado en documento privado íntegramente manuscrito, fechado y firmado por el propio testador. Esta clase
de testamento se diferencia de los anteriores en que es otorgado en privado, sin la presencia de Notario o la
intervención de testigos, pero no obstante su privacidad no deja de ser un acto jurídico solemne en cuanto su validez
está supeditada al cumplimiento de formalidades cuya inobservancia puede traer consigo la nulidad del acto, y ellos
son que el texto, la fecha y la firma del testamento hayan sido hechas de puño y letra del testador. (Zárate del Pino,
1999, p. 166)
Las ventajas de este testamento están reflejadas en la simplicidad para otorgarlo, así como en la reserva y facilidad
para revocarlo. No hay testigos que puedan hablar, ni conflictos entre los familiares del causante. Permite a las
personas tímidas expresar libremente su voluntad, así como rehacer su testamento cuantas veces fuere necesario. Se
puede revocar simplemente destruyéndolo. Además, es de gran utilidad en caso de urgencia. (Ferrero Costa, 2012, p.
390)
un oficial
el jefe del destacamento, puesto o comando al que pertenezca el testador, aunque dicho jefe no tenga la
clase de oficial
el médico o capellán que asistan al testador herido o enfermo pero en presencia de dos testigos
Observamos nuevamente que al ser el testamento militar uno extraordinario por las circunstancias que rodean su
otorgamiento, en este caso un conflicto de naturaleza bélica dónde inevitablemente se perderán vidas humanas, el
derecho, debido a estas vicisitudes le franquea la posibilidad al oficial; al jefe del destacamento, puesto o comando al
que pertenezca el testador, aunque dicho jefe no tenga la clase de oficial; o al médico o capellán que asistan al
testador herido o enfermo, de dar fe o constancia de la autenticidad del testamento otorgado como si fuese un notario.
3. Conclusiones
El testamento es aquel negocio jurídico sui géneris, personalísimo, unilateral, revocable, solemne, complejo, mortis
causa por el que una persona dispone de sus bienes para después de su muerte. Asimismo, admite varios tipos o
clases.
Nuestro CC regula cinco tipos de testamentos y los clasifica en ordinarios (testamento por escritura pública, cerrado y
ológrafo) y extraordinarios (testamento militar y marítimo). En los primeros, el testador decide de motu propio ir ante un
Notario, mientras que en los segundos, son las circunstancia especiales, es decir, aquellas que implican un riesgo para
la vida del testador, las que lo obligan a otorgar un testamento siguiendo un procedimiento particular.
La calificación de ordinario o extraordinario nada tiene que ver con la idea de mayor importancia, valor o trascendencia
de un tipo de testamento respecto de otro. Debido a ello, un tipo de testamento puede revocar al otro y viceversa. Eso
sí, lo que varía de testamento a testamento es el contenido aunque sea de forma mínima.
Independientemente del testamento que quiera otorgarse, ya sea ordinario (por escritura pública, cerrado u ológrafo) o
extraordinario (militar o marítimo), para que sea considerado válido deberá observar ineludiblemente las formas
esenciales que cada tipo le exija, que podrían considerarse los requisitos de validez de cada negocio jurídico
testamentario.
Si bien podrán existir distintas formalidades esenciales para cada tipo de testamento, en ninguno de ellos podrá faltar la
manifestación de voluntad del otorgante; ya que después de todo se trata de un negocio jurídico testamentario.