Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Toda la zona que rodea el ojo es una zona con una sensibilidad extrema y muy susceptible a
las agresiones externas: enfermedades oculocutáneas, estrés diario, productos cosméticos
no adecuados, maquillaje irritante, entre otros. Por eso es fundamental que conozcamos
cada parte que la conforma y sus características, y a la hora de trabajar tratemos la zona con
extremo cuidado, responsabilidad, tiempo y dedicación.
0,5 mm es el grosor que tiene la piel del contorno de ojos. En otras palabras, esta zona
es 4 veces más fina que la piel del resto del cuerpo. ¿No te parece que se merece un
cuidado específico?
Constituyen la primera barrera mecánica de protección del ojo. Sus principales funciones
son: evitar la desecación; proteger de los traumatismos; y, por medio del parpadeo, renovar
la película lagrimal. Desde un punto de vista anatómico, se componen de piel (como ya
hemos visto, la más fina del cuerpo), músculo (responsable del parpadeo y la expresión
facial) y tarso (el «cuerpo» de los párpados, donde se encuentran las glándulas sebáceas de
Meibomio, que tienen una importante función defensiva).
Las cejas y pestañas cumplen una
función protectora frente a los
agentes externos que podrían dañar
el interior del ojo.
Las cejas protegen los ojos del sudor y evitan la entrada de agentes externos en ellos, además
de protegernos de la luz solar. Son estructuras vivas que pasan de manera continua por
distintas fases: crecimiento, maduración y caída.
Las pestañas también desempeñan una función protectora frente a los agentes externos y
participan en el reflejo de parpadeo. Su función frente a la radiación solar es mucho más
importante que la de las cejas, ya que filtran los rayos de luz y, sin ellas, los ojos sufrirían
irritaciones de manera constante.
Menos protegidos e hidratados: La piel del contorno de los ojos posee menos glándulas
sudoríparas y sebáceas, por lo que es más vulnerable en su rol de barrera protectora
externa.
Más expuestos
La microcirculación sanguínea de los ojos es más lenta, lo que favorece la acumulación de
toxinas y desechos
Demasiadas tracciones
En el contorno ocular existen 22 músculos que están en continuo movimiento debido al
parpadeo (¡más de 10 000 al día!), a los gestos, a las sonrisas, etc. Todas estas tracciones
dañan las fibras de elastina y el colágeno de la dermis, lo cual explica que sea una de las
primeras zonas donde se aprecian síntomas de envejecimiento como ojeras, bolsas y
pequeñas arrugas.
¿Cómo se manifiesta el ojo sensible? Los síntomas específicos son:
Además de por su extrema sensibilidad, los ojos pueden sufrir multitud de afecciones
causadas por su diaria y reiterada exposición a todo tipo de agresiones externas, como
tratamientos quirúrgicos, infecciones, aplicación de maquillajes irritantes o productos
cosméticos con ingredientes alergénicos o perfumes, uso de lentes de contacto, etc.
Debemos recordar que las enfermedades que afectan a la superficie ocular pueden
repercutir en la piel, sobre todo en la de los párpados (por ejemplo, la rosácea o la
dermatitis seborreica), y viceversa, muchas enfermedades cutáneas pueden tener
consecuencias oculares (especialmente si se ven afectados los párpados).
ES IMPORTANTE QUE AL RECIBIR A UNA CLIENTA PARA REALIZARLE ALGÚN TRATAMIENTO
EN LA ZONA OCULAR, CONSTATEMOS QUE NO PRESENTE NINGUNA AFECCIÓN, Y SI
PERCIBIMOS ALGUN SINTOMA DE SENSIBILIDAD EXTREMA, PROGRAMEMOS OTRO
TURNO PARA NO AGRAVAR EL INCONVENIENTE.