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CUARTA SEMANA

TEMA 1: LOS SISTEMAS DE GOBIERNO Y CONTROL DEL


PODER JUDICIAL.

PRESENTACIÓN
La estructura administrativa del Poder Judicial tiene dos
grandes pilares: los órganos de gobierno y gestión y, de control. Los
primeros son las instancias de decisión a nivel de primera instancia,
distrito judicial y ámbito nacional, y los segundos a nivel central y en
cada distrito judicial.

Describir cada uno de estos pilares permite apreciar


globalmente el funcionamiento administrativo del Poder Judicial y,
analizarlos críticamente nos conduce a advertir sus fortalezas y
debilidades institucionales en la perspectiva de vislumbrar su
potenciación y perfeccionamiento.

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SUB-TEMA 1: ÓRGANOS D GOBIERNO DEL PODER
JUDICIAL. LOS SISTEMAS DE GESTIÓN
JUDICIAL EN AMÉRICA LATINA.

PRESENTACIÓN
Desde inicios de la presente década, el gobierno y gestión del
Poder Judicial no está a cargo de la Sala Plena de la Corte Suprema,
la que aún permanece como "órgano máximo de deliberación"
(Const., art. 144), habiendo sido reemplazada por el Consejo de
Gobierno, que luego se convirtió en el Consejo Ejecutivo, el que ha
sido reemplazado mientras dure el proceso de reforma judicial por
la Comisión Ejecutiva. Además, se han creado en el marco de dicho
proceso la Comisión Ejecutiva del Ministerio Público y el Consejo
de Coordinación Judicial.

Se trata de desarrollar el tema de la conducción del Poder Judicial


perfilando las relaciones y distribuciones competenciales entre
Comisión Ejecutiva y Sala Plena de la Corte Suprema, así como los
roles de las otras entidades creadas durante el proceso de reforma
judicial y su interrelación. Todo ello ubicando nuestro sistema de
gobierno con los vigentes en otros países de Latinoamérica.

PREGUNTAS-GUÍA:
¿Cuál ha sido la evolución de los órganos de gobierno del Poder
Judicial en la última década?

¿Cuál es su actual relación con la Corte Suprema?

c) ¿Qué rol cumplen los Consejos de la Judicatura en América


Latina?

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CAPÍTULO SEGUNDO: LOS SISTEMAS DE
GOBIERNO Y CONTROL DEL PODER JUIIICIAL

2.1.- Órganos de gobierno del Poder Judicial. Los


sistemas de gestión judicial en América Latina.

a) Regulación en la Constitución y la Ley Orgánica del Poder


Judicial.
Apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, se empiezan a
gestar principalmente en la Europa continental diversos movimientos
al interior de los Poderes Judiciales, en procura de incrementar sus
márgenes de autonomía a partir de modificaciones a sus sistemas
de gobierno y administración. Hasta entonces, las estructuras
judiciales reflejaban tres tipos de situaciones: en primer lugar, la
incardinación orgánica del Poder Judicial en el Gobierno a través
del Ministerio de Justicia, determinaba un contexto de dependencia
institucional que facilitaba la influencia política en los tribunales. En
segundo lugar, las Cortes Supremas de Justicia, máximos tribunales
en la jerarquía judicial, habían administrado secularmente los
recursos destinados por el Poder Ejecutivo al Judicial, normalmente
con ciertos índices de ineficiencia por carecer de tiempo para
dedicar a la función administrativa o por desconocimiento del manejo
de la cosa pública. Finalmente, los sistemas de nombramiento y
ascenso de los magistrados implicaba una fuerte presencia del
Gobierno y el Parlamento.

En la Europa continental se hace una distinción entre administración


y gobierno. La primera alude al manejo de los recursos presupuestales
destinados al Poder Judicial, a la conducción interna de bienes y servicios
(GARCÍA BELAUNDE, 1997: p. 24). El segundo se refiere esencialmente
al control del estatuto del juez, es decir, al conjunto de decisiones relativas
a la selección, ascensos, traslados, licencias y demás situaciones
laborales, así corno las concernientes a su régimen disciplinario (LUCAS
MURILLO DE LA CUEVA, 1995: pp. 188-189).

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En América Latina tales términos tienen un significado distinto,
pues podría establecerse una suerte de relación de género a especie
entre gobiemo y administración. El gobierno aludiría a la conducción
del Poder Judicial, con facultades para decidir su marcha institucional
en lo jurisdiccional y lo administrativo. La administración se
circunscribiría al empleo de los recursos presupuestales asignados
al PoderJudicial en el sostenimiento del servicio de administración
de justicia y el logro de los objetivos institucionales.
En todo caso, en esta parte del orbe se experimentaban
también por lo menos dos de las situaciones descritas en el primer
párrafo: por una parte, poca eficiencia en una adecuada gestión de
la Corte Suprema, explicada en las recargadas labores
jurisdiccionales de las que no estaban exentos quienes ejercían
cargos administrativos; y, por otra, activa participación en la
designación de jueces y fiscales de los Poderes Ejecutivo y
Legislativo. El primer aspecto es materia de desarrollo en el presente
capítulo, reservando el segundo para el siguiente.
Ante la permanente constatación de la problemática descrita,
agudizada con el transcurrir de las décadas, se generaron diversas
corrientes, de opinión en los países latinoamericanos, en diferentes
momentos y con desiguales intensidades, en procura de reflexionar
sobre la pertinencia de mantener el sistema hasta entonces imperante
de gobierno institucional en manos de la Corte Suprema de Justicia.
Entonces, a partir de fines de los ochenta e inicios de los
noventa, empiezan a surgir en el panorama judicial latinoamericano
diversos órganos de gobierno alternativos a la Corte Suprema de
JusRcia de la que, por mandato constitucional o legal, toman las
facul s correspondientes. Ello ocurrió en nuestro país con la actual
Ley Orgánica del Pdder Judicial que, al entrar en vigor en enero de
40 to, m2-1, el Consejo de Gobierno del Poder Judicial, luego
1992 1 establece
Consej j y actualmente Comisión Ejecutiva.

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En ese contexto, el tema es abordado por primera vez a nivel
onstitucion al en la Carta Magna de 1993. El artículo 143 de este
uerpo normativo dispone sobre el particular lo siguiente:

"El Poder Judicial está integrado por órganos jurisdiccionales que


zdministran justicia en nombre de la Nación, y por órganos que
ejercen su gobierno y administración. Los órganos jurisdiccionales
son: la Corte Suprema de Justicia y las demás cortes y juzgados
que determine su ley orgánica".

Esta norma es precursora en establecer a nivel constitucional


una clara distinción entre los órganos jurisdiccionales de los
gubernamentales y administrativos, considerando expresamente
dentro de los primeros a la Corte Suprema de Justicia. En esa
medida, en principio, ésta no podría ejercer en adelante ninguna
función de gestión institucional, sino solamente permanecer como
la máxima instancia en lo jurisdiccional. Sin embargo, el artículo 144
de nuestra Ley de Leyes precisa que:

"El Presidente de la Corte Suprema lo es también del Poder


Judicial. La Sala Plena de la Corte Suprema es el órgano máximo
de deliberación del Poder Judicial".

Es decir, la Presidencia de la Corte Suprema no sólo supone


un cargo de representación institucional, sino también de activa
participación en el gobierno del Poder Judicial, al punto de ejercer
la conducción en la gestión del mismo, en tanto implica la Presidencia
de dicho Poder del Estado.

De otro lado, la Sala Plena de la Corte Suprema se constituye


como el órgano máximo de deliberación del Poder Judicial. En esa
medida, las decisiones de mayor trascendencia en la marcha
institucional del mismo deben ventilarse.y adoptarse en el seno de
la reunión de los magistrados de la más alta jerarquía en nuestra
judicatura.

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Como puede apreciarse, nuestra Ley Fundamental no abandona
por completo el sistema de gobierno hasta entonces existente en el
PoderJudicial. Permite el surgimiento de órganos de gestión distintos
a la Corte Suprema, pero conserva en ésta la facultad de un
pronunciamiento decisorio sobre los aspectos estructurales de dicho
Poder del Estado. En ese sentido, plantea al legislador el reto de
encontrar el delicado equilibrio entre los primeros y la segunda al
momento de la conducción de la judicatura, en función de una
adecuada distribución de competencias y funciones, además de una
sistemática regulación de las interrelaciones correspondientes.

Siendo preexistente, la Ley Orgánica del Poder Judicial, que


seguramente influyó en la discusión sobre el particular en el seno
del Congreso Constituyente Democrático, preceptúa con claridad
lo siguiente en su artículo 25:

"...En esta ley se señalan los órganos encargados de administrar


justicia en nombre del pueblo y los que norman, rigen, controlan y
ejecutan su propia actividad institucional y administrativa",

Acto seguido, destina su Título Primero a los órganos


jurisdiccionales que, evidentemente, incluye a la Corte Suprema de
Justicia, para posteriormente dar contenido a su Título Segundo en
base a los órganos de gestión. Así, el artículo 72 del mismo cuerpo
normativo establece que:

"La dirección del Poder Judicial corresponde al Presidente de la


Corte Suprema, al Consejo Ejecutivo y a la Sala Plena de la Corte
Suprema. El Consejo Ejecutivo contará con una Gerencia General
para el ejercicio de las funciones que le son propias. Ejercen sus
funciorreis y atribuciones en todo el territorio nacional, de acuerdo
d
ala presente Ley y sus Reglamentos. En los Distritos Judiciales la
irección., corresppnde al Presidente de la Corte Superior, al
Consejo Ejecutivo Pisgtital y a la Sala Plena de dicha Corte, en
donde lo hubiere. Ejercen además la dirección las Juntas de

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Jueces Especializados o Mixtos en las provincias de su
competencia, siempre que no sean sede de Corte".

Entonces, los órganos de gobierno a nivel nacional son el


Presidente de la Corte Suprema, el Consejo Ejecutivo, actualmente
reemplazada por la Comisión Ejecutiva, y la Sala Plena de la Corte
Suprema. Si según la Constitución ésta es el órgano máximo de
deliberación del Poder Judicial, debería encabezar dicha relación,
siempre que haya sido estructurada por jerarquía. Pero, en tanto se
habla de los órganos de gestión, ciertamente el orden de la relación
en mención responde a la intensidad y frecuencia de su participación
en la conducción de la institución.

Además, los órganos de gobierno a nivel de los distritos


judiciales son las Presidencias de las Cortes Superiores, los Consejos
Ejecutivos Distritales, las Salas Plenas de dichas Cortes y las Juntas
de Jueces. Sin embargo, la Sexta Disposición Transitoria,
Complementaria y Final de la Ley N 2 26623 suspendió la norma antes
citada, concentrando las funciones de los órganos de gobierno antes
mencionados en la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial la que, a su
vez, ha delegado las funciones de gobierno en los distritos judiciales
en cada Presidente de Corte Superior', a quienes nombra2.

' El artículo 1 2 de la Resolución Administrativa N 2 074-CME-PJ del 1 2 de abril de 1996,


establece que los Presidentes de Cortes Superiores asumen durante el proceso de
reforma judicial la competencia y atribuciones de los órganos de gobierno distritales,
en coordinación con la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial.
2 El artículo 88 de la LOPJ dispone que el Presidente de cada Corte Superior es elegido
por mayoría absoluta en Sala Plena de los vocales superiores titulares, por un período
de dos años. Esta norma fue suspendida por el artículo 3 de la Ley N 2 26735 y 3 de la
Ley N2 27009 hasta e! 31 de diciembre del 2000. En esa medida, para el presente año
judicial la Comisión Ejecutiva ha nombrado a los Presidentes de las Cortes Superiores
mediante Resolución Administrativa N 2 "1069-CME-PJ del 30 de diciembre de 1999.

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b) La Comisión Ejecutiva y la Corte Suprema de Justicia.
Con la Ley N 2 26546 (21/11/95) se dio inicio al actual proceso
de reforma y modernización del Poder Judicial, creándose la
Comisión Ejecutiva de dicho Poder del Estado, la que concentró la
competencia y atribuciones de todos los órganos de gobierno
previstos en la LOPJ, por lo que éstos quedaron en suspenso hasta
el 31 de diciembre del 2000, fecha de término del proceso en
referencia (art. 1 2; Ley N2 26623, VI D.T.C.F.).

Desde el 1 2 de enero de 1997, la Comisión Ejecutiva del Poder


Judicial está integrada por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia,
quien la presidirá, por los vocales Presidentes de las Salas Supremas
Penal y Constitucional y Social y un Secretario Ejecutivo, quien asumirá
la titularidad del pliego presupuestal (Ley N2 26546, art. 2).

Es importante destacar que, en tanto elPresidente de la Corte


Suprema de Justicia.es el Presidente del Poder Judicial, es acertada
su incorporación en el órgano de gobiemo central también en calidad
de Presidente. Además, es notoria la fuerte y mayoritaria presencia
de magistrados (todos vocales supremos) en la Comisión Ejecutiva,
sumándose un único funcionario administrativo quien, en
contrapartida, es el titular del pliego del Poder Judicial.

Esta conformación de la Comisión Ejecutiva denota la voluntad


del legislador de que el Poder Judicial sea gobernado por sus propios
magistrados, como ocurrió con el Consejo Ejecutivo conformado por
el Presidente de, la Corte Suprema de Justicia quien lo presidía, el
vocal supremo Jefe de la Oficina de Control de la Magistratura
(0CMÁ, ) 1'un vocal designado por la Sala Plena de la Corte Suprema
de JusfiCill, que era el último ex Presidente de la misma si estaba
en funiqriet, un vocal superior titular elegido por todos los
'Presidentes e ortes Superiores y, un funcionario administrativo
quien se de' e p eñába corno gerente general (LOPJ, art. 81).

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Pero, a diferencia de la Comisión Ejecutiva, en el Consejo
Ejecutivo estaban representados también el órgano de control interno
del Poder Judicial y los vocales superiores de todo el país. Además,
la titularidad del pliego era ejercida solidariamente por todos los
miembros del Consejo Ejecutivo, estando ahora concentrada en el
Secretario Ejecutivo de la Comisión Ejecutiva.

De otro lado, la Comisión Ejecutiva no sólo tiene funciones de


gobierno, sino está facultada para calificar y evaluar al personal de
los órganos jurisdiccionales y administrativos del Poder Judicial y,
ratificarlo o cesarlo según los resultados de la evaluación; elaborar y
aprobar el Reglamento de Organización y Funciones del Poder
Judicial; elaborar y aprobar el Reglamento y Escalafón del personal
de los órganos jurisdiccionales y administrativos del Poder Judicial
sujeto al régimen laboral del sector público; aprobar los proyectos
de normas legales que presente la Comisión Consultiva de
Emergencia3; y, promover y ejecutar la política de descarga procesal
mediante la creación, conformación y reorganización de Salas
Transitorias de las Cortes Superiores y de la Corte Suprema,
Juzgados Transitorios y Especializados de los distritos judiciales
de la República (Ley N 2 26546, art. 3)4.

Como puede apreciarse, la Comisión Ejecutiva no sólo tiene


potestades de gestión estrictamente administrativas, sino también
directamente vinculadas al ámbito jurisdiccional, como la creación,
modificación o supresión de juzgados y salas a nivel nacional. En
ejercicio de esta atribución, la Comisión Ejecutiva creó el distrito
judicial y la Corte Superior del Santa (Chimbote).

3 Que, por cierto, nunca se conformó.


' La Sexta Disposición Transitoria, Complementaria y Final de la Ley N 2 26623 le
otorgó facultades adicionales ala Comisión* Ejecutiva: iniciativa legislativa en los asuntos
de su competencia y, separación de los magistrados* que no observen conducta e
idoneidad propias de su función. Estas potestades fueron declaradas inconstitucionales
por el Tribunal Constitucional en la sentencia del 6 de noviembre de 1996, recaída en
la acción de inconstitucionalidad interpuesta contra la Ley N 2 26623.

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Por su parte, la Presidencia y la Sala Plena de la Corte
Suprema tienen atribuidas también potestades de gestión al interior
del Poder Judicial. Respecto de la primera, el artículo 76 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial dispone lo siguiente:

"Son atribuciones del Presidente de la Corte Suprema:

Representar al Poder Judicial y presidir a sus integrantes.


Presidir la Sala Plena de su Corte. Tiene voto dirimente.
3. Disponer la ejecución de los acuerdos adoptados por la Sala
Plena de su Corte".

Adicionalmente, durante el período de reforma judicial, el


artículo 1 º de la Ley Nº 26695 le confiere las siguientes facultades:

"...a. Designar a los Vocales integrantes de las Salas


Especializadas Permanentes y Transitorias de la Corte
Suprema y a sus respectivos Presidentes.
Designar al Vocal Jefe del Órgano de Control de la
Magistratura.
Designar a los Vocales Supremos para cargos especiales".

Es decir, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia ejerce


como tal una serie de decisiones vinculadas al ámbito jurisdiccional,
decidir la conformación de las Salas Especializadas, de Control
Interno, designar al Jefe de la OCMA, y en principio de deliberación
de los asuntos de mayor trascendencia respecto de la marcha
institucional del Poder Judicial, al presidir la Sala Plena de la Corte
Suprema. Además, en su condición de Presidente de la Comisión
Ejecutiva, ejerce cotidianamente funciones de gobierno. Esto último
es, como dijimos, compatible con el mandato constitucional de elevar
al Presidente de la Corte Suprema al status de Presidente del Poder
Judicial.

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De otro lado, el artículo 79 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
se pronuncia sobre el carácter deliberante de la Sala Plena de la
Corte Suprema del siguiente modo:

"La Sala Plena de la Corte Suprema es el órgano supremo de


deliberación del Poder Judicial que, debidamente convocada,
decide sobre la marcha institucional de dicho Poder y sobre todos
los asuntos que no sean de competencia exclusiva de otros
órganos, de acuerdo a lo establecido en la presente Ley..".

En ese sentido, la Sala Plena de la Corte Suprema tiene


competencia para discutir y decidir sobre los asuntos más importantes
vinculados a la marcha institucional del Poder Judicial, inclusive
aquellos que pudieran implicar alguna participación de otros órganos
de gobierno, lo cual obliga a diseñar mecanismos de coordinación
intra-órganos para la toma de este tipo de decisiones. Respecto de
otra clase de materias, como las de gestión cotidiana de la institución,
la Sala Plena de la Corte Suprema no interviene, existiendo una estricta
distribución competencial a favor de otros órganos.

El artículo 80 del mismo cuerpo normativo establece las


actuales facultades de la Sala Plena de la Corte Suprema:

"Son atribuciones de la Sala Plena de la Corte Suprema:

Elegir en votación secreta, entre sus Magistrados jubilados o


en actividad, al representante de la Corle Suprema ante el
Jurado Nacional de Elecciones;
Elegir en votación secreta al representante ante el Consejo
Nacional de la Magistratura;
3. Sistematizar y difundir la jurisprudencia de las Salas
Especializadas de la Corte Suprema y disponer la publicación
trimestral de las Ejecutorias que fijen principios
jurisprudenciales que han de ser de obligatorio cumplimiento
en todas las instancias judiciales; y,
Ejercer el derecho a iniciativa legislativa".

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Como puede apreciarse, se preveen expresamente a favor de
la Sala Plena de la Corte Suprema potestades únicamente
vinculadas a aspectos de representación instituciónal, propuestas
de reforma legislativa y uniforrnización jurisprudencia,. Sin embargo,
aún hay una tarea pendiente de regulación de las potestades
gubernativas que debe tener en su condición de órgano máximo de
deliberación del Poder Judicial y, del delicado equilibrio de roles en
relación a la Comisión Ejecutiva o cualquier otro órgano de gestión.

c) Órganos de gobierno judicial en el Derecho comparado.

Según algunos autores, existen básicamente tres modelos de


gobierno del Poder Judicial: el político, el cotporativo y el institucional.
El primero implica que el gobierno del Poder Judicial depende del
poder político, principalmente del Poder Ejecutivo a través del
Ministerio de Justicia. La administración interna de los tribunales
corre por cuenta de éstos (GARCÍA BELAUNDE, 1997: p. 24). No
es que el poder político gobierne directamente el Poder Judicial,
sino que las condiciones para que en algunas ocasiones lo haga
indirectamente están dadas con su activa participación en la
designación de magistrados superiores. Este modelo, también
llamado externo, impera en países anglosajones. En Inglaterra los
magistrados superiores son nombrados por la Reina a propuesta
del Primer Ministro, una vez escuchado el Lord Canciller (Presidente
de la Cámara de los Lores). Tratándose de los magistrados de
inferior jerarquía, son nombrados directamente por aquél, quien
además dirige el Departamento de Justicia, que es el órgano
encargado de asignar a cada tribunal los fondos y el personal que
necesita (LUCAS MURILLO DE LA CUEVA, 1995: p. 190).

El modelo corporativo supone que el Poder Judicial se gobierna


y administra a sí mismo, lo cual incluye la potestad de nombrar y
remover a los magistrados (GARCÍA BELAUNDE, 1997: p. 24). Este
modelo admite dos variantes: en primer lugar, el órgano de gobierno
es la propia Corte Suprema ("juez-administrador"); y, en segundo

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lugar, el órgano de gobierno es uno creado especialmente para tal
función pero con fuerte presencia de los magistrados en su seno
(EGUIGUREN PRAELI, 1998: p. 19). Este es el caso peruano, pues
tanto el Consejo Ejecutivo como la Comisión Ejecutiva están
integrados en su mayoría por magistrados5.

Finalmente, el modelo institucional es aquel en el cual el órgano


de gobierno del Poder Judicial, especialmente creado para
desempeñar tal rol, tiene una conformación mixta, con magistrados
y representantes de diversas instancias de sociedad civil. En esa
medida, tiene una total autonomía respecto del cuerpo de jueces,
pudiendo integrar o no el Poder Judicial. Este es el contexto en el
cual surgen los Consejos de la Judicatura (GARCÍA BELAUNDE,
1997: p. 24).

Estos tienen sus antecedentes más remotos en la Europa de


post-guerra. En 1946 es creado en Francia el Consejo Superior de
la Magistratura. A partir de la Ley Constitucional 93-952 del 27 de
julio de 1993, que modificó el artículo 65 de la Carta Magna de 1958,
el Consejo está integrado por doce miembros: lo preside el
Presidente de la República, siendo su vicepresidente el Ministro de
Justicia. Tres miembros son personalidades ajenas a los Poderes
del Estado que deben ser nombradas por el Jefe de Estado y los
presidentes de la Asamblea Nacional y el Senado. El Consejo de
Estado designa su representante. Los otros seis miembros son
cinco jueces y un fiscal. Sus funciones se limitan a dar su opinión
sobre las propuestas de candidatos para plazas de magistrados
formuladas por el Ministerio de Justicia y, en otros casos, puede
proponer directamente aspirantes a jueces y fiscales (LUCAS
MURILLO DE LA CUEVA, 1995: pp. 196-200).

5 Aun cuando esta afirmación puede relativizarse respecto de la Comisión Ejecutiva,


pues la titularidad del pliego presupuestal recae sólo en su Secretario Ejecutivo.

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En Italia, la Constitución de 1947 creó el Consejo Superior de
la Magistratura (art. 104) para resolver todo lo que afecte al estatuto
personal de los jueces (art. 105), así como para asumir la dirección
y coordinación de los diversos aspectos administrativos de la
jurisdicción. Está integrado por 32 miembros: lo preside el Presidente
de la República y lo integran el Procurador General de la Corte de
Casación, veinte son elegidos por los magistrados entre sí y diez
son elegidos por el Parlamento entre catedráticos en materias
jurídicas y abogados con más de quince años de ejercicio profesional
(Ibid., pp. 201-202).

En Portugal, la Constitución de 1976 creó el Consejo Superior


de la Magistratura para encargarse del nombramiento, traslado,
ascensos y régimen disciplinario de los jueces (art. 220). Está
compuesto por 17 miembros: lo preside el Presidente del Tribunal
Supremo, siete son elegidos de entre los jueces por sus pares, siete
por la Asamblea de la República y los dos restantes por el Presidente
de la República (aunque uno debe ser juez) (Ibid., pp. 204-205).
Como puede apreciarse, ya desde esa época se elimina la
presencia del Poder Ejecutivo en el seno del Consejo.

En España, la Carta Magna de 1978 creó el Consejo General


del Poder Judicial que es el órgano de gobierno de dicho Poder del
Estado (art. 122). Está integrado por su Presidente, que es el del
Tribunal Supremo, y veinte vocales. Estos son designados del
siguiente modo: doce entre jueces y magistrados de todas las
categorías, ocho por las Cortes Generales entre juristas de
reconocida trayectoria con más de quince años de experiencia
profesional. El Consejo decide, además, todo lo relativo al estatuto
de jueces y magistrados, incluida su selección (Ibid., pp. 205-206).

Como puede apreciarse, en todos los Consejos antes


mencionadbs se aprecia la atribución de facultades de
nombramiento de magistrados y, sólo respecto de algunos el
gobierno del Poder Judicial. En esa medida, no puede afirmarse

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que en la Europa continental sea predominante el rol del Consejo
como órgano de gestión institucional. Esta función sí es nítidamente
advertible en América Latina.

En nuestra región, el Consejo ha sido recogido ya en diez


Constituciones: Venezuela (desde 1961), Perú (desde 1979), El
Salvador (1983), Brasil (1988), Colombia (1991), Ecuador (1992),
Paraguay (1992), Argentina (1994), Bolivia (1994) y México (1994).
A nivel infraconstitucional, encontramos su consagración en Panamá
(1987, Código Judicial) y Costa Rica (1993, Ley Orgánica del Poder
Judicial). De este modo existen Consejos de la Judicatura en doce
países latinoamericanos.

Sus funciones son diversas pero pueden sistematizarse


determinando cuatro clases de Consejos: en primer lugar, como
órgano de administración del estatuto profesional del juez y ejerciendo
funciones disciplinarias, como ocurre en la mayoría de los países de
Europa continental antes mencionados; en segundo lugar, como
órgano orientado a garantizar la independencia externa de la
judicatura; en tercer lugar, como órgano que completa la autonomía
con funciones institucionales extraídas de los Poderes Ejecutivo y
Legislativo; y, por último, como órgano dependiente de la Corte
Suprema, garantizando la independencia y autogobierno del Poder
Judicial (YEPES ARCILA, 1995: pp. 240-245). A continuación,
analizaremos los principales Consejos latinoamericanos.

El Consejo de la Judicatura venezolano es el decano en


América Latina, pues fue instaurado en la Constitución de 1961 (art.
217).Está compuesto por cinco miembros: tres designados por la
Corte Suprema, uno por el Congreso y otro por el Presidente de la
República. De este modo, todos los Poderes del Estado participan
en su conformación. Sus principales funciones son: designar a los
magistrados y auxiliares jurisdiccionales, fiscalizar su labor como
órgano de control, elaborar el anteproyecto de presupuesto del Poder
Judicial y presentarlo al Poder Ejecutivo ((PLANAS SILVA, 1994: p.

185
45), crear y modificar la competencia de los tribunales en función a
las necesidades del servicio judicial y crear temporalmente órganos
jurisdiccionales itinerantes (COMISIÓN ANDINA DE JURISTAS,
1998: p. 31).

El Consejo de la Judicatura boliviano fue incorporado a la


Constitución mediante una reforma producida en 1994 (art. 119),
configurándolo como el órgano administrativo y disciplinario del
Poder Judicial. Está integrado por cinco miembros, presidido por el
Presidente de la Corte Suprema y con cuatro representantes del
Congreso. Sus principales funciones son: proponer al Poder.
Legislativo nóminas para la designación de magistrados de la Corte
Suprema, proponer a la Corte Suprema aspirantes a vocales
superiores, proponer a las Cortes Superiores candidatos a jueces,
notarios y registradores públicós, administrar el escalafón judicial,
elaborar el proyecto de presupuesto del Poder Judicial para
proponerlo al Parlamento y posteriormente ejecutarlo (PLANAS
SILVA, 1994: pp. 53-54) y, crear, trasladar y suprimir juzgados,
notarías y oficinas de registros públicos (COMISIÓN ANDINA DE
JURISTAS, 1998: p. 29).

La Corporación Administrativa del Poder Judicial chilena tiene


por funciones más importantes la elaboración de los presupuestos y
la administración, inversión y control de los recursos asignados al
Poder Judicial; el desarrollo de la capacitación del personal judicial;
la administración de la infraestructura y demás servicios judiciales;
la asesoría técnica a la Corte Suprema respecto al sistema
estadístico y de información; y, la organización del personal y las
unidades que conforman la Corporación (Ibid.).

El Consejo Superior de la Judicatura colombiano fue creado


por la Constitución de 1991 (arts. 254 a 257), que está conformado
por dos Salas: una administrativa y.otra jurisdiccional-disciplinaria.
La primera está Integrada por seis magistrados: dos elegidos por
la Corte Suprema, uno por la Corte Constitucional y tres por el

186
Consejo de Estado. La segunda está integrada por siete magistrados,
todos nombrados por el Congreso en función a temas enviadas por el
Poder Ejecutivo. Un elemento a destacar es el hecho que ningún
miembro del Consejo puede pertenecer a las instituciones que los
eligen. En cada distrito judicial existen Consejos Seccionales de la
Judicatura, órganos descentralizados del Consejo Superior (PLANAS
SILVA, 1994: p. 50). Sus funciones básicas son: administrar la carrera
judicial; seleccionar candidatos para ocupar plazas de magistrados
en todas las categorías; examinar la conducta y sancionar las faltas
de los funcionarios judiciales, de los abogados en el ejercicio de la
profesión y de los auxiliares de justicia; controlar el rendimiento de los
despachos judiciales; elaborar el proyecto de presupuesto de la rama
judicial; dirimir los conflictos de competencias entre las distintas
jurisdicciones; demarcar el territorio judicial y redistribuir los despachos
judiciales; y, formular propuestas de reforma legislativa (COMISIÓN
ANDINA DE JURISTAS, 1998: p. 30).

El Consejo Nacional de la Judicatura ecuatoriano fue creado


en 1992 en función a una reforma de la Constitución de 1978 (art.
99), como el órgano administrativo y de gobierno del Poder Judicial
(art. 100) (PLANAS SILVA, 1994: p. 52).

El Consejo de la Magiátratura paraguayo aparece en la


Constitución de 1992 (arts. 262 a 264). Está conformado por ocho
miembros: uno de la Corte Suprema, uno del Poder Ejecutivo, dos
del Poder Legislativo, dos representantes de los abogados, un
representante de las Facultades de Derecho públicas y otro de las
privadas. Entre sus atribuciones destacan la de proponer las ternas
de candidatos para integrar la Corte Suprema, así como para otros
cargos inferiores de jueces y agentes fiscales (Ibid., pp. 51-52).

En Argentina, no existió nunca un Consejo de la Magistratura


federal pero sí a nivel provincial (el Chaco en 1957, Río Negro en
1958, Santiago del Estero y San Juán en 1986, San Luis en 1987 y
Tierra del Fuego en 1991) (Ibid., p. 54). Recién en 1994 aparece

187
con la Constitución de Santa Fé, teniendo a su cargo la selección en
temas de los candidatos a magistrados y la administración del Poder
Judicial, debiendo plasmar en su seno una representación
equilibrada del Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial y los gremios
de abogados (art. 114).

En México, el Consejo de la Judicatura Federal surgió a partir


de una reforma promovida en 1994 de la Constitución de 1917, como
órgano responsable de la administración, vigilancia y disciplina del
Poder Judicial Federal a excepción de la. Corte Suprema. Está
integrado por siete miembros: el Presidente de la Suprema Corte,
quien lo preside, tres magistrados, dos representantes del Senado
y uno del Presidente de la República (Ibid., p. 58).

Finalmente, en Centroamérica destacan el Consejo Superior del


Poder Judicial costarricense y el Consejo Nacional de la Judicatura
salvladoreño. El primero ejerce el gobierno del Poder Judicial
conjUntamente con la Corte Plena de la Suprema desde 1994, estando
subordinado a ella. Le corresponde ejercer la administración y
disciplina en el Poder Judicial. Nombra a los jueces hasta el nivel
superior, donde lo hace la Corte Plena. El Consejo costarricense está
integrado por cinco miembros: cuatro magistrados y uno abogado
externo (CASTILLO GONZÁLES, 1996: p. 112). Por su parte, en El
Salvador es. la Corte Suprema el órgano de gobierno del PoderJudicial.
La Constitución de 1983 dispuso la creación del Consejo Nacional
de la Judicatura, que tiene como funciones primordiales la propuesta
de candidatos para magistrados hasta de segunda instancia y la
organización y funcionamiento de la Escuela de Capacitación Judicial
(RAMÍREZ AMAYA, 1996: pp. 189-190).

Pues bien, como ha podido apreciarse, la mayoría de los


Consejos de la Judicatura latinoamericanos cumplen el rol de
órganos de gobierno y control del Poder Judicial, desarrollando
además funciones de selección de candidatos . o hasta de
nombramiento de nuevos magistrados. Como veremos en el capítulo

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siguiente, nuestro Consejo Nacional de la Magistratura sólo posee
la última de las facultades antes mencionadas. De manera que, en
tanto órganos de gestión o administración, se asemejan a nuestra
actual Comisión Ejecutiva.

Así, desde inicios de la década de los ochenta los Consejos


han comenzado a reemplazar a la Corte Suprema en la conducción
de los sistemas judiciales. Ello ha supuesto una progresiva
transferencia de atribuciones de gestión procedentes de la Corte
Suprema hacia los Consejos, que ha generado posiciones
contrapuestas. Para algunos, ha sido una decisión eficiente pues
se alivia a la Corte Suprema el continuar llevando el peso de la marcha
administrativa del Poder Judicial, demasiado gravoso teniendo en
cuenta que los magistrados de la Corte Suprema no dejaban en
ningún momento de administrar justicia, por lo que les quedaba muy
poco tiempo para la gestión institucional. Para otros, en cambio, ha
sido una decisión errada pues se pone en peligro la independencia
de los jueces con órganos de gobierno inclusive separados del
Poder Judicial (BIDART CAMPOS, 1995: pp. 495-496).
Compartimos la primera posición.

Como vimos anteriormente, nuestro país ha optado por tener


órganos de gobierno del Poder Judicial distintos a la Corte Suprema,
en base a las razones de eficiencia del sistema judicial expuestas al
inicio del presente capítulo.

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