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en las provincias
Derecho
Público
Provincial y
Municipal
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La independencia del Poder Judicial es una condición indispensable para su buen funcionamiento.
Con ella se hace referencia a:
La mejor forma de garantizar la independencia del Poder Judicial es, sencillamente, que los actores
políticos entiendan que la justicia es un órgano que tiene que generar equilibrio. Y la conducta de
los órganos políticos del Estado tiene que cuadrar en ese respeto y no invadir con decisiones atadas
a la conveniencia política, las facultades del Poder Judicial. Como esto, obviamente, no suele
suceder, hay que institucionalizar algunos mecanismos básicos como, por ejemplo, generar
procesos de selección de miembros del Poder Judicial que garanticen el máximo grado de
objetividad en la elección de quienes administrarán la justicia.
En los autos “Grimberg, Marcelo Pablo c/ PEN Dto. 1570/01 s/ Amparo ley 16.986”, de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso-Administrativo y Familia (25/06/2001), la Sala II
estableció:
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“[…] Conviene recordar que la división del Gobierno en tres grandes departamentos,
el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, independientes y soberanos en sus esferas,
constituye un principio fundamental de nuestro sistema político. De ello se sigue
forzosamente que las atribuciones de cada uno le son peculiares y exclusivas, pues el
uso concurrente o común de ellas haría necesariamente desaparecer la línea de
separación entre los tres altos poderes políticos, y destruiría la base de nuestra forma
de gobierno.
“Puntualmente, nuestro más Alto Tribunal señaló que los otros poderes del Estado
carecen de atribuciones para modificar, mediante el ejercicio de sus funciones
específicas, las previsiones constitucionales impuestas para asegurar la independencia
del Poder Judicial.
“Ello así, cualquiera sea la naturaleza y fin específico del control legislativo de actos
jurisdiccionales, éste atenta contra el principio de división de poderes ínsito en el
esquema republicano de gobierno.
“Desde esta perspectiva, la norma bajo análisis establece una clara injerencia en el
ámbito decisorio propio del Poder Judicial, pues resulta competencia exclusiva de los
jueces apreciar en cada caso concreto qué medida de las articuladas por el Código de
rito, resulta ser la más adecuada en su aplicación a la controversia específica, a fin de
asegurar la eventual ejecución de la sentencia.
“Más aún, a fin de evitar perjuicios o gravámenes, el juez puede disponer una medida
precautoria distinta de la solicitada o limitarla teniendo en cuenta la importancia del
derecho que se intentare proteger.
“Tal función, que hace a la esencia del Poder Judicial y, tal como se explicara, a nuestro
sistema republicano de Gobierno, no puede ser limitada por el Poder Legislativo para
un determinado grupo de casos, según la materia en litigio, con posterioridad a la
iniciación de los procesos, sin que ello suponga un avasallamiento a los principios de
nuestra Ley Fundamental […]”.
Consejo de la Magistratura
En 1999 se dictó la ley 8802, que creó el Consejo de la Magistratura de la Provincia de Córdoba,
cuya misión principal es asistir al Poder Ejecutivo según los fines establecidos en el art. 144, inc. 9
para la designación de los magistrados de los tribunales inferiores del Ministerio Público Fiscal,
asesores letrados, etcétera.
Dicho organismo está compuesto por nueve miembros: el presidente del Tribunal Superior de
Justicia, el ministro de Justicia de la Provincia, un legislador, el fiscal general, dos jueces o fiscales
de la Provincia (uno de la Primera Circunscripción y otro de una restante), un integrante de la
Academia de Derecho y dos abogados.
Como requisitos, los mismos se establecen en el Art. 158 y dice: “Para ser miembro del
Tribunal Superior de Justicia se requiere tener doce años de ejercicio de la abogacía o de la
magistratura, para Vocal de Cámara ocho, para Juez seis y para Asesor Letrado cuatro. En
todos los casos, ciudadanía en ejercicio, treinta años de edad para los miembros del Tribunal
Superior de Justicia y veinticinco para los restantes”.
Durante la América española no hubo independencia de funciones, por lo que en este período la
potestad judicial quedaba compartida. De esta manera, la autoridad encargada de la función
gubernativa, de hacienda o militar, era la que juzgaba cuándo surgía un conflicto. No era necesario
ser letrado para administrar justicia, lo importante era que el funcionario tuviera conciencia recta,
porque la justicia era siempre administrada en nombre del rey.
Con la llegada del gobierno patrio, las funciones gubernamentales fueron distinguidas en
legislativas, ejecutivas y judiciales, aunque la división no era del todo exacta. El papel de los jueces
tuvo gran importancia en las constituciones de la época, desde donde se comenzó a establecer el
principio de independencia. En 1812 se sustituyó la Audiencia Real por la Cámara de Apelaciones,
que estaba integrada por jueces criollos que duraban en sus puestos mientras durara su buena
conducta.
Los cabildos fueron abolidos y con ellos la justicia capitular, estableciéndose juzgados de primera
instancia para dar mayores garantías a los ciudadanos, y los jueces de paz para los asuntos
menores, que funcionaban en las parroquias.
El Poder Judicial provincial tiene una característica organizativa particular: no se agota en un solo
órgano, tal como lo hacen los poderes Ejecutivo (su órgano es el Gobernador de la Provincia) y
Legislativo (su órgano es la Legislatura de la Provincia), sino que lo conforman los jueces y
tribunales de las distintas instancias, que forman una estructura piramidal, cuyo órgano máximo es
el Tribunal Superior de Justicia.
Son auxiliares del Poder Judicial: los abogados, procuradores, martilleros, peritos, traductores e
intérpretes y, como órganos auxiliares, cuenta con el Boletín Oficial, el Archivo de los Tribunales, la
Mesa de Atención Permanente y el Cuerpo Técnico de Asistencia al Poder Judicial.
“El Tribunal Superior de Justicia está integrado por siete miembros, y puede dividirse en
salas. Elige anualmente entre sus vocales un Presidente” (Art. 164).
Todos los años, entre los siete integrantes, se elige quién lo presidirá.
En los cuatro apartados del inc. 1 se establece que el máximo Tribunal provincial actúa como única
instancia en juicio pleno, al igual que en el supuesto del inc. 4.
El Tribunal Superior de Justicia tiene las siguientes atribuciones, que son establecidas por el
Art. 166:
1. Dictar el reglamento interno del Poder Judicial de la Provincia que debe atender a
los principios de celeridad, eficiencia y descentralización.
2. Ejercer la superintendencia de la Administración de Justicia sin perjuicio de la
intervención del Ministerio Público y de la delegación que establezca respecto de los
tribunales de mayor jerarquía de cada circunscripción o región judicial.
3. Crear la escuela de especialización y capacitación para magistrados y empleados,
con reglamentación de su funcionamiento.
4. Preparar y elevar el cálculo de recursos, gastos e inversiones del Poder Judicial al
Gobernador para su consideración por la Legislatura dentro del presupuesto general de
la Provincia.
5. Elevar a la Legislatura por intermedio del Poder Ejecutivo proyectos de leyes
sobre organización y funcionamiento del Poder Judicial.
6. Aplicar sanciones disciplinarias a magistrados, funcionarios y empleados
judiciales, de conformidad al régimen y procedimiento que se fije.
7. Designar a su personal en base a un procedimiento que garantice la igualdad de
oportunidades y la selección por idoneidad.
8. Remover a los empleados judiciales.
9. Informar anualmente al Poder Legislativo sobre la actividad de los tribunales.
10. Supervisar con los demás jueces las cárceles provinciales.
El Tribunal Superior podrá delegar en su Presidente las atribuciones previstas en el
inciso 2 de este artículo.
Las constituciones provinciales otorgan al Tribunal Superior una serie de facultades tendientes al
ejercicio del Poder Judicial.
A través del inc. 4 se dispone que el Tribunal Superior de Justicia es quien prepara y eleva el
cálculo de recursos, gastos e inversiones del Poder Judicial al Gobernador para su consideración
por la Legislatura, dentro de los términos presupuesto general de la Provincia. Lo cual colabora en
asegurar la independencia del Poder Judicial.
Eleva proyectos relacionados con la administración de justicia a la Legislatura de la Provincia,
debido a que el órgano del Estado encargado de aplicar las leyes procesales, es quien tiene más
conocimiento de las reformas necesarias, tanto a los procedimientos establecidos como a la
organización misma del Poder Judicial. Sin embargo, al igual que en el inciso anterior, debería
considerarse la posibilidad de elevación de los proyectos mencionados sin el previo paso por el
Poder Ejecutivo provincial.
En el inc. 7 se establece que el Tribunal Superior de Justicia es quien nombra a sus empleados.
Vemos así que ésta es una función propia de la Administración Pública por lo cual, para el ejercicio
de esta facultad, se deben tener en cuenta los principios de idoneidad e igualdad de oportunidades.
Recordando que el Poder Legislativo es el órgano que más fidedignamente representa al pueblo de
la provincia, se dispone que debe informar anualmente de la marcha de los tribunales provinciales,
a fin de que la Legislatura pueda ejercer el control correspondiente.
Por último, en el inc. 10 se obliga a los jueces a visitar las cárceles, como una de las garantías
establecidas en pos de respetar la dignidad de la persona humana, brindándole condiciones dignas
—valga la redundancia— de vida.
Los arts. 167, 168, 169 y 170 de la Constitución de la Provincia de Córdoba ser refieren, los tres
primeros a la Justicia de Faltas y el último a la Justicia Electoral, en tanto el contenido de los
mismos, dispone que:
“Justicia de Paz
CARACTERES
Artículo 167.- La ley determina el número de los jueces de paz, el período de sus funciones, el sueldo del
que gozan, su competencia territorial, conforme al principio de descentralización de sus asientos, y material,
en la solución de cuestiones menores o vecinales y contravenciones o faltas provinciales. El procedimiento
es verbal, sumarísimo, gratuito y de características arbitrales.
REQUISITOS
Artículo 168.- Para ser designado juez de paz se requiere tener veinticinco años de edad, ciudadanía en
ejercicio, tres años de residencia en el distrito, título de abogado en lo posible, y las demás condiciones de
idoneidad que establece la ley.
NOMBRAMIENTO
*Artículo 169.- Los jueces de paz son nombrados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de la Legislatura, la
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que no puede otorgarlo antes de los quince días de haberse publicado el pedido correspondiente. Durante
el período de su ejercicio, sólo pueden ser removidos por el Tribunal Superior de Justicia si concurren las
causales enumeradas en el artículo 154.
CAPÍTULO CUARTO
Justicia Electoral
Artículo 170.- La justicia electoral está a cargo de un juez que tiene la competencia y atribuciones que le
establece una ley especial dictada al efecto.”
Los poderes judiciales provinciales no sólo deben verificar la adecuación constitucional de las
normas dictadas por el congreso de la nación con la constitución nacional, sino que deben efectuar
idéntica labor en lo que respecta a las legislaciones locales, efectuando su confronte con la
Constitución Nacional y con las respectivas constituciones provinciales.
Se ha adoptado en los ordenamientos provinciales un sistema mixto con diversos matices en los
cuales coexiste el control difuso con el concentrado.
En general las constituciones provinciales han asignado a los superiores tribunales locales una
competencia originaria para intervenir en las acciones declarativas de inconstitucionalidad de
normas de alcance general locales, cuando tales disposiciones fueran contrarias a las constituciones
de las respectivas provincias. esta vía no es apta para cuestionar actos de alcance individual (actos
administrativos).
Este artículo se relaciona con el art. 154 de esta Constitución donde se establecen las causales por
las que un integrante del Poder Judicial puede ser removido de su cargo. Estas son: mal
desempeño, negligencia grave, morosidad en el ejercicio de sus funciones, desconocimiento
inexcusable del derecho, supuesta comisión de delitos o inhabilidad física o psíquica.
El Jurado de Enjuiciamiento está integrado por un Vocal del Tribunal Superior de Justicia, cuatro
legisladores, letrados —si los hubiere—, dos por la mayoría y dos por la minoría. Se trata de valorar
la responsabilidad específica.
Ministerio Público
Tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de los intereses sociales. Ejerce la
acción pública, controla la competencia jurisdiccional y defiende la legalidad.
La Ley Orgánica del Ministerio Público con sus modificaciones, en su art. 1º establece que el
mencionado órgano forma parte del Poder Judicial y que goza de independencia funcional y
orgánica.
Tiene como misión actuar en defensa del interés público y de los derechos de las personas, como
así también procurar la satisfacción del interés social ante ante los tribunales, siendo el custodio de
la normal prestación del servicio de justicia.
Se determina que a fin de cumplir con los preceptos establecidos en esta Constitución como en la
ley que lo reglamenta, el Ministerio Público dispone de una cuenta especial dentro del presupuesto
que está destinado al Poder Judicial.
La misma ley, en su art. 10, establece que en el ejercicio de sus funciones el Ministerio Público
cuenta con las siguientes atribuciones:
- Concurrir a los lugares de detención cuando estime conveniente y asistir a las visitas que
efectúe el Tribunal Superior de Justicia.
- Requerir el auxilio de las autoridades provinciales y de la fuerza pública.
- Impartir órdenes e instrucciones generales a los inferiores jerárquicos y a los integrantes de la
Policía Judicial.
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Referencias en Bibliografía
Anderson, George, Una introducción al federalismo. Editorial Marical Pons.
Madrid. España. 2008.