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Definición de Aprendizaje
Habituación
Ejm:
Si un niño no hace caso a las frecuentes regañinas e intentos de cambio de un profesor o unos
padres descontentos con sus notas académicas, no sería justo decir que el niño es
desobediente, por el contrario seguramente se trate de que los constantes gritos y llamadas
de atención ya no sean la forma más correcta de conseguir el cambio en él, ya que ha dejado
de responder a ellas. También es el caso de la típica persona que no hace más que quejarse o
discutir cada vez que habla y cuyos intentos de queja e indignación quedan reducidos a cero
ya que los dejamos de percibir, como se suele decir “por un oído me entra, y por el otro me
sale”.
Otra fuente:
El aprendizaje por observación se basa en ver cómo se comporta otra persona o ente para
modificar tu propia conducta. Es decir, a través de observar qué hace alguien o algo externo,
podemos aplicarlo en nuestras propias habilidades y manera de comportarnos.
Este tipo de aprendizaje no suele basarse en teoría, sino en imitar lo que hace otra persona.
En otras palabras, se aprende casi sin esfuerzo e, incluso, en muchas ocasiones se hace de
manera inconsciente.
El aprendizaje por observación se basa en ver cómo se comporta otra persona o ente para
modificar tu propia conducta. Es decir, a través de observar qué hace alguien o algo externo,
podemos aplicarlo en nuestras propias habilidades y manera de comportarnos.
Este tipo de aprendizaje no suele basarse en teoría, sino en imitar lo que hace otra persona.
En otras palabras, se aprende casi sin esfuerzo e, incluso, en muchas ocasiones se hace de
manera inconsciente.
Atención
En la etapa de atención, el niño deberá ser capaz de percibir y comprender los sucesos que
están pasando en su entorno. Sobre todo será muy importante que ponga el foco en aquello
que está aprendiendo. Por ejemplo, si su madre está cocinando unas galletas, pero el niño
tiene el foco puesto en un dibujo que está pintando, no va a aprenderlo.
Retención
Si el niño pone atención en la acción, la siguiente fase será memorizar lo aprendido, ya sea
verbal o visual. Un ejemplo: quizás el niño pone atención en cómo hablan sus docentes, pero
todavía no es capaz de retenerlo con claridad.
Reproducción
En esta fase, el niño pone en práctica lo aprendido. Es probable que al inicio no le salga a la
perfección, pero es normal: el maestro hace la práctica. Por ejemplo, quizás un niño no
devuelve de manera correcta una pelota de tenis a la primera. Aun así, si observa a tenistas
profesionales, poco a poco va a mejorar su técnica.
Motivación
Y, por último, tiene que haber algo que motive al alumno. No hace falta que sea una
recompensa física o verbal, a veces la consecuencia de la acción es suficiente. Por ejemplo,
si el niño ve que cada vez devuelve mejor las pelotas de tenis a su contrincante, estará más
motivado de seguir practicando.
Otra fuente:
Siguiendo con el tema que iniciamos sobre el Aprendizaje por observación, una de las teorías
más influyentes del aprendizaje es la Teoría del Aprendizaje Social (TAS) formulada por
Albert Bandura. Abarca varios conceptos de la teoría del aprendizaje tradicional y el
condicionamiento operante de Skinner.
La TAS se basa en que hay tipos de aprendizaje donde el refuerzo directo no es el principal
mecanismo de enseñanza, sino que el elemento social puede dar lugar al desarrollo de un
nuevo aprendizaje entre los individuos. La TAS es útil para explicar cómo las personas
pueden aprender cosas nuevas y desarrollar nuevas conductas mediante la observación de
otros individuos. Así pues, esta teoría se ocupa del proceso de aprendizaje por observación
entre las personas.
Muñeca bobo. Bandura afirma que el comportamiento de las personas puede ser determinado
por su entorno. El aprendizaje observacional ocurre a través de la observación de
comportamientos negativos y positivos. Bandura cree en el determinismo recíproco en el que
el ambiente puede influir en el comportamiento de las personas y viceversa. Por ejemplo, el
experimento de la muñeca Bobo muestra que el modelo, en un ambiente determinado, afecta
el comportamiento de los niños. En este experimento Bandura demuestra que un grupo de
niños colocados en un ambiente agresivo actuaría de la misma manera, mientras que el grupo
de control y el otro grupo de niños colocados en un entorno de modelo pasivo apenas
muestran ningún tipo de agresión. En el experimento se exhibió a niños pequeños una
película en la que un adulto aparecía golpeando y pateando con total agresividad a un muñeco
inflable. Luego, se permitió a los niños jugar con el muñeco y mostraron el mismo tipo de
comportamiento agresivo que habían observado en el adulto.
Otra fuente:
1. En el primer grupo, junto con los niños, hay un adulto que se comporta agresivamente
contra un muñeco inflable, llamado Bobo, y lo golpea gritando.
2. En el segundo grupo, siempre hay un adulto que juega con las construcciones de
madera, sin manifestar ningún tipo de comportamiento agresivo contra Bobo.
A continuación, los niños son conducidos a una sala en la que están disponibles juegos
neutros (felpa, modelos de camiones) y juegos agresivos (rifles, Bobo, una pelota con una
cara pintada atada a una cuerda). De ello se desprende que los niños que habían observado
al adulto golpear a Bobo muestran una mayor incidencia de comportamientos
agresivos, tanto respecto a los que habían tenido un adulto como modelo no agresivo, como
respecto a los que habían jugado solos.
Por tanto, pueden ser ejemplos de aprendizaje por observación en el aula todas aquellas
conductas que se realizan repetidamente por parte de los adultos mientras los niños las
pueden observar. Por ejemplo, dejar la chaqueta en su percha, decir hola y adiós, recoger la
mesa...
Auto reforzamiento
El autoreforzamiento es igual de eficaz para modificar una conducta de uno mismo como el
reforzamiento administrado por el docente.
Otra fuente:
¿Alguna vez se ha dado una recompensa a sí mismo cuando cumple una tarea, como comer
un postre exquisito después de cumplir un plazo límite? Esto se denomina auto-refuerzo y
ocurre cuando los individuos seleccionan un reforzador y se recompensan por alcanzar o
superar un criterio
Las recompensas de tipo verbal (alabanzas) hacen que la persona mantenga la calidad en su
actividad por más tiempo después de eliminar la recompensa que antes de darla, y la persona
disfruta más de su actividad. Las recompensas presentadas regularmente de forma no
relevante aumentan la calidad del trabajo, la creatividad, la autoconfianza y la actitud positiva
ante las desavenencias. La gratificación personal por la actividad bien hecha es la recompensa
en sí misma. Las recompensas son más efectivas y producen mayor aprendizaje cuanto más
cercanas se aplican al acto que las originan. Exceso de premios disminuye la motivación del
premiado, porque producen saturación y no aprende a tolerar el fracaso.
Tanto los castigos como las recompensas son formas de manipular el comportamiento, y eso
siempre implica herramientas de control. Las recompensas son dañinas para mantener el
interés en la tarea, sobre todo cuando ésta ya no es para el individuo motivadora por sí misma.
Investigaciones en psicología social han demostrado que cuanto más se recompensa a alguien
por hacer algo, menos interés tenderá a tener en aquello por lo que se le recompensa. Cuanto
más se empuja a alguien a hacer algo a cambio de una recompensa, menos interés tendrá la
próxima vez que lo haga.
Para que una tarea sea motivadora, es imprescindible que esté relacionada con los intereses
personales de quien intenta ser motivado. La recompensa ha de ser el deseo mismo natural
de descubrir las cosas y el placer de hacer la actividad por sí misma.
Otra fuente;
El condicionamiento operante dice a grandes rasgos que cuando una conducta es reforzada,
esta aumentará su probabilidad de repetirse. Es decir, cuando recibimos algo positivo como
consecuencia de una determinada actuación, tenderemos a volver a actuar así en un futuro.
Con el castigo sucede todo lo contrario: cuando una conducta se castiga, esta verá reducida
su probabilidad de repetirse. La evidencia a favor del condicionamiento operante es
abundante y la teoría se ha visto demostrada ampliamente (tanto en animales no humanos
como humanos).
Ahora bien, la complejidad del aprendizaje es muy alta y no se reduce sencillamente a esas
premisas que hemos mencionado. Un aspecto clave para entender los efectos del premio y
castigo en la educación es su naturaleza instrumental. Cuando premiamos o castigamos,
modificamos la conducta porque el sujeto espera ese premio o ese castigo. Es decir, el sujeto
se mueve por una motivación extrínseca.
Cuando educamos a una persona no buscamos moldearla a nuestro antojo, sino que buscamos
que desarrolle su potencial intelectual y su visión crítica de la sociedad.
El castigo, a pesar de mostrar su eficacia a la hora de moldear la conducta, es un método
bastante deficiente en la educación. Los motivos que sustentan esta afirmación son los
siguientes:
• Educar con violencia, crea personas violentas. Cuando los castigos son violentos
(físicos o psicológicos), pueden surgir consecuencias fatídicas en la educación de las
personas. Los seres humanos aprendemos en gran medida por imitación e inmersión en
un contexto social; si nuestro alrededor soluciona los problemas con violencia,
aprenderemos a responder de la misma manera a lo que nos ocurra, además de las
secuelas emocionales que se producirán.
En los primeros años del siglo XX, Iván Pávlov, un estudioso ruso, estaba investigando sobre
la salivación de los animales, queriendo descubrir su función y composición. Durante los
experimentos que estaba realizando, notó que los perros, sus sujetos experimentales,
comenzaban a salivar cuando lo oían llegar, incluso antes de ver la comida. Este fenómeno
lo intrigó: ¿cómo podía saber que, después de los pasos de Pavlov, llegaría una comida, qué
justificaría la salivación? Impulsado por esta incógnita, comenzó a investigar en este sentido
y descubrió el condicionamiento clásico, también llamado aprendizaje asociativo. Gracias a
esto fue galardonado con el Premio Nobel.
Pavlov, pues, observando el comportamiento de los perros en sus estudios de fisiología, llegó
a teorizar los principios del condicionamiento clásico:
• Despertar en mitad de la noche te hace pensar que tienes que usar el baño para orinar.
Gracias al condicionamiento clásico, el sujeto puede llegar a proponer una respuesta reflexiva
como consecuencia de un estímulo, inicialmente neutro y luego condicionado, de nuestra
elección. Sin embargo, el límite de este procedimiento se refiere al hecho de que la respuesta
en sí no es nueva, sino que ya estaba presente antes de la condicionalidad como respuesta a
un estímulo incondicional. ¿Cómo se puede aprender un nuevo comportamiento a través del
condicionamiento?
El condicionamiento es algo que puede continuar durante toda la vida de una persona, porque
el aprendizaje del comportamiento no termina a cierta edad. Estos son algunos ejemplos de
comportamiento operante observable en niños y adultos:
• Una persona que decide tomar un camino diferente durante el paseo matutino para
evitar un vertedero y luego aumenta la velocidad de carrera y la distancia recorrida.
Es un refuerzo negativo.
• Una persona deja de molestar a su novia sobre un tema después de que le pida que se
calle. Es un castigo negativo.
En este artículo, encontrarás más información sobre los tipos de refuerzo: concepto y índices
de refuerzo.
Veamos cuáles son las principales diferencias entre el condicionamiento clásico y operante:
• Test de inteligencia verbal. Este tipo de test se encarga de medir las aptitudes verbales
que posee una persona. Estas aptitudes pueden ser en cuanto a la fluidez que tiene
para hablar y expresarse, hacer un buen uso de la ortografía y poseer un amplio
vocabulario. El uso inteligente del lenguaje comprende dos tipos de aptitudes, la
comprensión verbal y la fluidez verbal.
Más utilizados:
• Test Matrices. Este test de inteligencia tiene como objetivo conocer la inteligencia
general y puede aplicarse a personas de todas las edades. Esta basada en estímulos no
verbales y lo más interesante de esta prueba es que puede adaptarse a las personas
que tengan algún problema de audición o de comunicación ya que está basada en
ilustraciones y gestos. También es importante mencionar que puede llevarse a cabo
de manera individual o grupal.
El retraso mental, llamado también retardo mental, abarca un amplio grupo de pacientes cuyas
limitaciones en la personalidad se deben, esencialmente, a que su capacidad intelectual no se
desarrolla lo suficiente para hacer frente a las necesidades del ambiente y poder, así, establecer una
existencia social independiente.
El retraso mental puede acompañarse de cualquier otro trastorno somático o mental. De hecho, los
pacientes afectados de un retardo mental pueden padecer todo el espectro de trastornos mentales,
siendo la prevalencia de éstos al menos tres o cuatro veces mayor que en la población general. Es
importante remarcar, además, que los retrasados mentales tienen mayor riesgo de sufrir explotación
o abuso físico y sexual.
DEFINICIÓN
El término retraso mental significa "un funcionamiento intelectual por debajo del promedio, que se
presenta junto con deficiencias de adaptación y se manifiesta durante el período de desarrollo (antes
de los 18 años)". Esta definición, tomada de la Asociación Americana de Deficiencia Mental, nos
proporciona una visión dinámica del trastorno.
ETIOLOGÍA
Los modelos adaptativos, biomédico y sociocultural, representan las dos aproximaciones principales
a la definición conceptual del retraso mental. Los seguidores del primer modelo insisten en las
alteraciones básicas en el cerebro como condición primordial para su diagnóstico. Los que proponen
la segunda aproximación dan más importancia al funcionamiento social y a la adaptación general a
normas aceptadas (Freedman, 1977).
Siguiendo la clasificación de Freedman (1980), las causas y los síndromes asociados al retraso mental
pueden dividirse en:
1. Factores prenatales:
- Fenilquetonuria
- Hiperglicemia idiopática
- Degeneraciones cerebromusculares
- Enfermedad de Niemann-Pick
- Enfermedad de Gaucher
1.3 Trastornos del metabolismo de los hidratos de Carbono. Los más frecuentes:
- Galactosemia
- Intolerancia a la fructuosa
- Glucogenosis
- Hipercalcemia idiopática
- Hipoparatiroidismo
- Cretinismo bocioso
- Enfermedad de Wilson
- Dependencia de piridoxina
- Trastornos autosómicos (síndrome de Down, síndrome del maullido, trisomía 18, trisomía 22)
- Sífilis
- Rubeola
- Otras enfermedades
Son pacientes que adquieren tarde el lenguaje, aunque son capaces de mantener una conversación y,
por lo tanto, de expresarse en la vida cotidiana. Una gran parte llega a alcanzar una independencia
para el cuidado de su persona (comer, lavarse, vestirse y controlar los esfínteres). Las mayores
dificultades se presentan en las actividades escolares, sobre todo en la lectura y la escritura. Pueden
desempeñarse en labores prácticas, más frecuentemente en trabajos manuales semicualificados.
Cuando el retraso va acompañado de una falta de madurez emocional o social destacadas, pueden
presentarse dificultades para hacer frente a las demandas del matrimonio o la educación de los hijos,
así como en la adaptación a la cultura.
En sólo una minoría de los adultos afectados puede reconocerse una etiología orgánica.
F71 Retraso Mental Moderado: Llamado también imbecilidad, subnormalidad mental moderada u
oligofrenia moderada. Los pacientes con retraso mental moderado muestran una lentitud en el
desarrollo de la comprensión y el uso del lenguaje, teniendo en esta área un dominio limitado. Los
avances escolares son limitados, y aprenden sólo lo elemental para la lectura escritura y cálculo.
Tienen dificultad para su cuidado personal. Sus funciones motrices son pobres, y necesitan de una
supervisión permanente. Se considera que un cociente intelectual (C.I.) comprendido entre 35 y 49,
corresponde al retraso mental moderado. En el trabajo desarrollan labores prácticas y sencillas,
siempre y cuando estén detalladamente estructuradas y se les supervise de modo adecuado. De adultos
es difícil que desarrollen una vida social completamente independiente; sin embargo, muchos de ellos
son físicamente activos, con total capacidad de movimientos. El nivel de desarrollo del lenguaje varía,
desde la capacidad para tomar parte en una conversación sencilla, hasta la adquisición de un lenguaje
sólo para lo cotidiano. Existen pacientes que nunca aprenden a hacer uso del lenguaje y utilizan la
gesticulación manual para compensar la carencia verbal. En la mayoría se detecta una etiología
orgánica. Son frecuentes el autismo, o trastornos del desarrollo, así como también la epilepsia, los
déficit neurológicos y las alteraciones somáticas.
En la literatura psiquiátrica se consignan no pocos casos de retardo mental con memoria prodigiosa,
sobre todo con los números. Es el caso de Inaudi, que a los 6 años causaba admiración por sus cálculos
mentales y, a los 12, fue estudiado por Broca, cuando aún no había aprendido a leer; podía repetir
fácilmente al revés y al derecho 30 números con sólo verlos una vez, habiendo llegado en una ocasión
a repetir 400 números. Por otra parte, Maudsley refiere el caso de un retardado mental que después
de leer el periódico cerraba los ojos y lo repetía íntegro. Asimismo, Bleuler nos relata el caso de un
retardado mental que después de oír un sermón lo repetía textualmente, pero sin comprender su
sentido.
F72 Retraso Mental Grave: Llamado también subnormalidad mental grave u oligofrenia grave. Se
considera que un cociente intelectual (C.I.) entre 20 y 34, corresponde a retraso mental grave.
El paciente con retraso mental grave presenta un cuadro clínico mucho más severo que el anterior;
básicamente, su etiología es orgánica, asociada a otros trastornos con escaso o nulo nivel del
desarrollo del lenguaje, necesitándose, generalmente, de una anamnesis indirecta. La gran mayoría
de los pacientes presenta marcado déficit motor, o la presencia de otras carencias que dan evidencia
clínica de un daño o anormalidad del desarrollo del Sistema Nervioso Central.
F73 Retraso Mental Profundo: Llamado también idiotez, subanormalidad profunda u oligofrenia
profunda. Se considera que el C.I., es inferior a 20.
Los pacientes de este grupo poseen muy limitada capacidad para cuidar sus necesidades básicas, y
requieren ayuda y supervisión permanente. No muestran capacidad para comprender instrucciones o
reconocerlas y actuar de acuerdo a ellas. Su comunicación no verbal es muy rudimentaria; muestran
una movilidad muy restringida o totalmente inexistente, no controlan esfínteres. La etiología es
generalmente orgánica. Suelen estar acompañados de trastornos somáticos y neurológicos graves que
afectan la motricidad, así como de epilepsia o de alteraciones visuales y auditivas. Es frecuente el
autismo atípico, sobre todo en aquellos que son capaces de caminar, así como la presencia de
trastornos generalizados del desarrollo en sus formas más graves.