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GUÍA DE LA TEORÍA

DE LA INTERVENCIÓN
Orientaciones metodológicas
para la evaluación
Guía de Teoría de la Intervención
Orientaciones metodológicas para la evaluación
Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica

CR
351.003
C8375gui Costa Rica. Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica. Área de
Evaluación y Seguimiento
Guía de la teoría de la intervención. Orientaciones metodológicas para la
evaluación. / Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica -- San José,
CR : MIDEPLAN, 2017.
1 recurso en línea (18 p.)

ISBN 978-9977-73-107-0

Disponible en www.mideplan.go.cr

1. EVALUACIÓN. 2. GUÍA TÉCNICA. 3. METODOLOGÍA. I. Título


Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica.


Área de Evaluación y Seguimiento (AES).
Unidad de Evaluación (AES)

Elaboración:
Karol Cruz Ugalde.
Eddy García Serrano.
Mario González Zúñiga.
Ericka Valerio Mena.(Coordinadora)
María José Vega Sanabria.

Revisión general:
Eddy García Serrano, Jefe UE, Mideplan.
Florita Azofeifa Monge, Coordinadora AES, Mideplan.
José Daniel estrada Sánchez, Asesor de Despacho, Mideplan.

Diseño y diagramación: Unidad de Comunicación, Mideplan.


Revisión filológica: Grace Castillo Navarro, Área de Análisis del Desarrollo, Mideplan.

© Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica, San José, Costa Rica.


Apdo. Postal: 10127-1000 Tel: (506) 2202-8400 E-mail: unidaddeevaluacion@mideplan.go.cr
Página web: www.mideplan.go.cr

Se permite la reproducción total o parcial, citando apropiadamente su fuente.


Impreso en Junio del 2017.

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Guía de Teoría de la Intervención

Contenido

1. Introducción.............................................................................................................................................5

2. Generalidades de la Teoría de la intervención........................................................................................6

3. Formulación de una teoría de la intervención: paso a paso....................................................................3

3.1 Definición de los objetivos de la intervención............................................................................9


3.2 Descripción del contexto de la intervención............................................................................10
3.3 Definición de la lógica causal de la intervención......................................................................11
3.4 Validación de la teoría de la intervención ............................................................................... 15

4. Referencias bibliográficas.....................................................................................................................17

LISTADO DE ILUSTRACIONES Y CUADROS

Cuadro 1. Preguntas para formular una cadena de resultados....................................................................14

Ilustración 1. Importancia de la TI...............................................................................................................7


Ilustración 2. Ejemplos de formulación de objetivos.................................................................................10
Ilustración 3. Interrogantes orientadoras sobre la lógica causal...............................................................12
Ilustración 4. Cadena de resultados..........................................................................................................13
Ilustración 5. Preguntas orientadoras para validar la TI............................................................................16

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Guía de Teoría de la Intervención

1. Introducción

El Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan) en cumplimiento de las facultades


que le otorga la Ley 5525 de Planificación Nacional, los Decretos Ejecutivos 35755 y 37735 como
coordinador del Sistema Nacional de Planificación (SNP), pone a disposición el documento denominado
“Guía de Teoría de la Intervención: Orientaciones metodológicas en una evaluación”.

La formulación de la Guía de la Teoría de la Intervención tiene como propósito brindar insumos conceptuales
y procedimentales para el abordaje (TI) como un elemento esencial para realizar evaluaciones de
intervenciones públicas (políticas, planes, programas y proyectos).

La Guía está dirigida, principalmente, a enlaces sectoriales e institucionales de los entes públicos que
conforman el SNP, personal directivo y técnico responsable de la gestión de intervenciones públicas,
así como evaluadores. Cabe su consulta o referencia en otras esferas interesadas en la materia, como
el sector descentralizado y autónomo, la academia, organizaciones no gubernamentales, organismos
internacionales y la sociedad civil, en general.

El documento, se estructura en dos apartados sustantivos. En primera instancia, se realiza una delimitación
conceptual sobre teoría de la intervención, qué es, su importancia y la utilidad en una evaluación, luego
de este recorrido y como segundo paso conceptual se describen una serie de pasos para su desarrollo
dentro de una evaluación, es decir, su reconstrucción.

Esta Guía se integra a una serie de publicaciones en materia evaluativa que Mideplan, como rector del
Sistema Nacional de Evaluación (SINE), ha elaborado dentro del período 2014-2018.

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Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica

2. Generalidades de la teoría de la intervención

Las evaluaciones desarrolladas en el SNP tienen por objeto las intervenciones públicas, entendiendo
por estas las políticas, planes, programas y proyectos. Una intervención pública surge a partir de una
necesidad o problemática sentida y expresada por un sector de la ciudadanía, ante la cual el Estado tiene
la responsabilidad de actuar para poder atenderla y en la medida de lo posible, mitigarla o resolverla.

Las instituciones, ente y organismos del Estado deben desplegar una serie de acciones para ejercer
esta función, entre las que destacan la identificación de esa problemática o necesidad y de las posibles
soluciones o alternativas existentes para resolverla, destinar recursos, organizar, planificar y ejecutar
actividades, así como verificar que lo planeado se ejecute y determinar si efectivamente se ha mitigado
o resuelto la problemática. Esto es lo que comúnmente se conoce como el ciclo de las políticas públicas.

Las intervenciones públicas son las sucesivas respuestas del Estado frente a situaciones socialmente
problemáticas, por tanto, se les puede denominar como el conjunto de acciones y decisiones llevadas a
cabo por diversos actores con la finalidad de resolver un problema definido políticamente como público, el
problema social es, desde este punto de vista, una construcción social y política (Salazar, 1995 y Subirats
et al., 2007). Estas delimitaciones dejan claro que no son un fin en sí mismas, sino un medio para dar
respuesta a una problemática social específica.

El Instituto Catalán de Evaluación de Políticas Públicas [Ivàlua] (2009) señala que las intervenciones
comparten dos atributos: i) tienen una razón de ser, tal y como se mencionó, se supone que cualquier
intervención es motivada por la existencia de un problema o de una situación social insatisfactoria
en la sociedad o en una población específica y que su implementación inducirá ciertos cambios, los
cuales mitigarán el problema o la situación; además, se originan para garantizar derechos humanos
fundamentales; ii) llevan asociada una teoría (comúnmente llamada teoría de la intervención) sobre cómo
se supone que deben inducirse los cambios que mitigarán el problema o mejorarán la situación que
origina la intervención.

La teoría de la intervención (TI) es la articulación lógica sobre la manera esperada en que los recursos
asignados a la intervención permiten desarrollar actividades que tendrán determinados productos, los
cuales, a su vez, generarán cambios (resultados/beneficios) de corto, mediano y largo plazo sobre la
sociedad. Al respecto Stockmann y Meyer (2016) indican que:

Cada programa expresa una noción de la estructura, las funciones y los procedimientos apropiados para
alcanzar sus metas. Esta noción constituye la lógica o el plan del programa, a lo que hemos llamado
teoría del programa. La teoría del programa explica por qué el programa hace lo que hace y proporciona
la razón fundamental del por qué la expectación de hacer cosas así llevará a los resultados deseados.
(p.133).

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Guía de Teoría de la Intervención

La Ilustración 1 señala cómo se puede utilizar la teoría de la intervención para la planificación, ejecución
y evaluación. Haciendo énfasis en esta última, de acuerdo a Morra y Rist (2009); Murciano (2017) y
Rodríguez et al. (2016), la teoría es importante porque:

• Permite conocer el contexto de la intervención a evaluar al facilitar una visión de comprensión común
de las metas a largo plazo, cómo se alcanzarán y qué se utilizará para medir su cumplimiento.
• Identifica los supuestos subyacentes de la intervención que pueden convertirse en una base para ser
examinados en la evaluación.
• Suele ser un insumo importante para la formulación de preguntas de evaluación.
• Se convierte en un eje vertebrador de las actividades tanto de recolección y análisis de datos, como
de la difusión de los resultados de una evaluación.
• Contribuye a una comprensión común de la intervención por parte de los actores involucrados en la
evaluación.
• Ahorra tiempo y dinero en la evaluación, ya que no hay que dedicar esfuerzos y recursos de la
evaluación en su reconstrucción.

Ilustración 1. Importancia de la TI

Fuente: Elaboración propia a partir de Comunidad Grupo de Trabajo de KU para la Salud y el Desarrollo (2014); Morra y Rist (2009); Murciano (2017); y Rodríguez
et al. (2016); Ivàlua (2009).

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Lo ideal es que la TI se elabore en las primeras etapas del ciclo de planificación; sin embargo, en la
práctica es usual encontrar que muchas de las intervenciones (políticas, planes, programas o proyectos)
no están plasmadas en documentos formales o bien no existe una descripción completa o actualizada de la
misma. También, es posible que con el transcurso del tiempo la intervención haya sufrido modificaciones,
sin que estos cambios hayan sido sistematizados y registrados formalmente.
Entre los elementos que deben ser considerados como parte de la teoría de la intervención están
(Bamberg, Rugh y Mabry, 2007):

• Contexto general de la intervención: comprende las principales características del entorno –


sectorial, institucional, normativo, organizacional- en el que se desarrolla la intervención, así como
la identificación de los resultados deseados con las prioridades nacionales u objetivos estratégicos
de la institución que sirvan como punto de referencia relevante para el objetivo de la intervención.
Además, destaca cambios esenciales que se hayan producido con el tiempo y las implicaciones de
esos cambios para la evaluación.
• Problema o necesidad que origina la intervención y sus objetivos: describe de la problemática o
necesidad a atender y el objetivo (general y específico) que fundamentan y orientan el diseño y la
implementación de la intervención pública.
• Actores claves de la intervención: identifica y caracteriza los principales actores, tales como la
población objetivo y beneficiaria, ejecutor y entes estratégicos de la intervención, entre otros.
• Lógica causal de la intervención: descripción de cómo funciona la intervención, qué bienes y servicios
genera o entrega, los resultados esperados, principales supuestos de la intervención y la ilustración
de la cadena de resultados u otra forma de modelación operativa.
• Factores externos: identifica los factores que han fomentado u obstaculizado la solución del problema
(por ejemplo, presencia de otros agentes de cambio e intervenciones dirigidos a la atención del mismo
problema).

En la medida que la evaluación visualice la teoría de la intervención como un punto de partida, serán
mucho más acertados sus aportes, ya que es a través de esta que se aproxima al conocimiento de
la intervención (qué hace, cómo lo hace y para qué lo hace) para realizar sus valoraciones1. En caso
de que la TI no cuente con un grado de sistematicidad alto, se requiere que del mismo proceso de
evaluación se pueda reconstruir, esta acción debería realizarse de manera participativa, involucrando a
personal responsable de la intervención (personal técnico-político) y hacerse acompañar por el equipo el
Equipo directivo y técnico responsable de la evaluación1 (ED y ET), así como otros actores claves de la
evaluación (población beneficiaria, socios estratégicos, entre otros).

1 Ligero (2011, p. 21) indica que “la evaluación orientada por la teoría consiste en explicitar la teoría o modelo lógico del programa y las relaciones causales entre todos sus componentes y orientar la evaluación según dicho modelo.” Para ampliar sobre este modelo se recomienda
el siguiente acceso: http://www.cecod.org/LinkClick.aspx?fileticket=VSYEl2XAhNY%3D&tabid=862&language=es-ES

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Guía de Teoría de la Intervención

3. Formulación de una teoría de la intervención:


paso a paso

Este apartado ofrece una orientación básica para la re-construcción de una Teoría de la Intervención, la
cual se realiza siguiendo una articulación lógica y secuencial de los siguientes pasos:

3.1 Definición de los objetivos de la intervención

Antes de describir las generalidades de un objetivo es importante tomar en cuenta que los objetivos que
la intervención están intrínsecamente ligados a la necesidad o problemática a resolver. En este sentido,
un objetivo representa lo que un gobierno o una organización se propone hacer para lograr el cambio
buscado mediante la implementación de una intervención pública (Mideplan, 2016b).

En muchos casos los objetivos de la intervención no son explícitos, son ambiguos, existen distintas
visiones sobre ellos por parte de los actores involucrados, no se encuentran redactados como objetivos
o bien están desactualizados con el contexto actual. Adicionalmente, junto a los objetivos oficialmente
declarados existen metas (informales) no registradas y situaciones en que no todos los actores comparten
los mismos enfoques sobre los objetivos asignados a la intervención.

Para solventar dichas situaciones, se vuelve necesario dedicar esfuerzos para reconstruir y validar los
objetivos, tomando en cuenta los siguientes elementos para su formulación (Mideplan, 2016b; Ivàlua,
2009):

• Está relacionado con el problema a resolver o la situación a mejorar.


• Se redacta como una situación a conseguir, es decir, expresa qué se quiere lograr con la intervención
y no a lo que la misma es (nueva campaña de lactancia materna) o hace (impartir charlas sobre la
importancia de la lactancia materna). (Ver Ilustración 2).
• Asimismo, específica el qué o a quién se refiere, cuánto se pretende lograr, dónde (ubicación) y
cuándo se pretende lograr el objetivo (tiempo).
• Debe existir una conexión realista entre lo que hace la intervención y la mejora que desea alcanzar.

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Ilustración 2. Ejemplos de formulación de objetivos

Fuente: Elaboración propia.

El logro de un objetivo de una intervención pública requiere de tiempo, ya que su obtención “(…) raramente
se concibe como una consecuencia automática e inmediata de las actividades” (Ivàlua, 2009, p.15).

Es recomendable que para la formulación de objetivos se realicen talleres participativos en los cuales se
identifiquen las causas y consecuencias de la problemática que originó la intervención y de este ejercicio
establecer los objetivos bajo una visión compartida y consensuada con los distintos actores.

Para ello, tradicionalmente, se utiliza la técnica de “Análisis de causalidades mediante el árbol de


problemas, causas y efectos”, esto dado su practicidad y representación visual de la causalidad. Esta
técnica identifica el problema central, sus causas y sus efectos (Mideplan, 2016b), representando en
forma de árbol un mapa causal primario sumando los indicadores asociados al problema, las causas y
efectos.

3.2 Descripción del contexto de la intervención

El segundo paso consiste en describir el contexto en el que la intervención se desarrolló y la manera en


que determinados factores del entorno influyeron en la implementación y generación de los efectos e
impactos deseados.

Para la comprensión del contexto en el que se desarrolló la intervención, es importante identificar y


referenciar los siguientes aspectos:

• Evolución histórica: identifica los principales cambios o hitos en el ciclo de vida de la intervención (por
ejemplo: modificación de los objetivos, la introducción de nuevos productos, entre otros) y las razones
principales de ello.
• Marco normativo: señala la normativa (leyes, decretos, directrices, documentos oficiales, otros) en los
que se sustenta la intervención o bien disponen su diseño y funcionamiento.
• Ámbito sectorial, institucional y organizativo: expone el contexto en el que se desenvuelve, interactúa
y ejecuta la intervención.
• Actores claves de la intervención: identifica y caracteriza los principales actores.
• Factores externos: que han fomentado u obstaculizado la solución de la problemática.
• Rasgos y características sobre la temática específica en la que se desenvuelve la intervención.
• Otras intervenciones que se complementan o traslapan en sus objetivos y la atención de la problemática
a resolver.

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Guía de Teoría de la Intervención

Respecto a los actores claves de la intervención, estos asumen diferentes posiciones tanto antes, como
durante y después de la ejecución de la intervención pública, entre ellos están (Mideplan, 2016b):

• La población que es afectada por el problema, que aportan posibles soluciones y que se convierte
en la población objetivo a la cual se dirige la intervención, en tanto se prevé obtengan un beneficio o
mejoría en función del problema.
• Los relacionados con las causas del problema y que se requiere sean partícipes en la solución.
• Las personas que cumplen funciones relacionadas con la intervención (planificación, presupuesto,
gestión, seguimiento y evaluación). Estas pertenecen a los entes públicos responsables de las
intervenciones.
• Entes o socios estratégicos en la implementación de la intervención.

Respecto a la población beneficiaria, es necesario una descripción detallada de esta, considerando para
ello, sus características socioeconómicas (Bamberguer, Rugh y Mabry, 2007), ubicación geográfica, las
particularidades de clasificación de la población beneficiaria de acuerdo con los diferentes productos
otorgados por la intervención (por ejemplo, en una intervención que busca mejorar el estado nutricional
de la población, puede haber niños y niñas, así como mujeres gestantes y lactantes) y la cobertura actual
y esperada de la intervención.

Para identificar los actores claves de la intervención, se recomienda aplicar la técnica de mapeo de
actores2, la cual brinda la posibilidad de contar con un panorama global de los mismos.

Tomando en consideración que este paso debería ser una tarea grupal -especialmente con participación
de ejecutores de la intervención o personas que han participado de una u otra manera en su diseño e
implementación- se suele recurrir a la utilización de varias técnicas para el levantamiento de información:
entrevistas, revisión bibliográfica (comunicados de prensa, memorias, informes presupuestarios, planes
estratégicos u operativos, otros), observación de algunas actividades que desarrolla la intervención, entre
otros.

3.3 Definición de la lógica causal de la intervención

Como se mencionó en el apartado anterior, la teoría de la intervención contempla una lógica causal, la
cual identifica cómo la intervención logrará los resultados planificados a partir de los insumos disponibles.
Para la formulación de la lógica causal se deben considerar las preguntas expuestas en la siguiente
ilustración:

2
Para profundizar en esta materia se recomienda el trabajo de: Tapella, E. (2007). “El mapeo de Actores Claves (…)”. Disponible en: https://planificacionsocialunsj.
files.wordpress.com/2011/09/quc3a9-es-el-mapeo-de-actores-tapella1.pdf

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Ilustración 3. Interrogantes orientadoras sobre la lógica causal

Fuente: Elaboración propia a partir de Moral et al, (2016).

Una fuente de información valiosa para describir cómo actúa la intervención es el documento donde se
detalla el diseño de la intervención, del cual puede desprenderse la descripción de insumos, actividades
y resultados.

En los casos en que sea difícil acotar la conceptualización de la intervención será necesario realizar
análisis detenidos para identificar qué actividades y recursos son los más importantes para cumplir con los
objetivos de la intervención, de manera que pueda establecer una lógica lo bastante concreta para hacer
viable la evaluación con el tiempo y con los recursos que se tienen programados (Ivàlua, 2009). Para ello,
existen diversas técnicas o formas de representarla, siendo entre las más comunes las siguientes:

“(…) Modelo lógico; (…) Mapa de carretera, mapa conceptual o mapa de senderos;
Modelo mental; Esquema para el cambio; Estructura para la acción o estructura del
programa; (…); Fundamento teórico o justificación; Cadena causal o cadena de
causalidad; (…) modelo de cambio (Comunidad Grupo de Trabajo de KU para la Salud
y el Desarrollo, 2014).

Cada una de ellas, aborda la lógica de la intervención desde un ángulo sutilmente diferente, no obstante,
“(…)todas se apoyan en una base de lógica - específicamente, la lógica de cómo ocurre el cambio.”
(Ídem).

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Guía de Teoría de la Intervención

Se opta, desde Mideplan por la utilización de la cadena causal o de resultados – en adelante cadena
de resultados- como medio para representar el orden o lógica secuencial que subyace en la teoría de
la intervención, es decir, la definición sistemática y sintética de cómo se transforman los insumos y
actividades en determinados productos y en cómo estos interactúan en la realidad para generar resultados
(efectos e impactos) (Ivàlua, 2009; y Fundación W. K. Kellogg, 1998). Esta opción es seleccionada dada
la claridad y sencillez que aporta esta técnica a la hora de describir la lógica causal de una intervención.
La Ilustración 4, muestra los cinco niveles (componentes o dimensiones) de la cadena de resultados.

Ilustración 4. Cadena de resultados

Fuente: Elaboración propia a partir de Gertler et al. (2009); OCDE (2010); Ivàlua (2009); Fundación W. K. Kellogg (1998); DNP (2012).

Básicamente, hay dos escenarios o situaciones en cuanto al grado de desarrollo de la cadena de


resultados (Roger, 2012; Morra y Rist, 2009):

• Explícita: se presenta expresamente la estructura que sostiene la lógica de la intervención o se


identifica de forma clara. Esta cadena sería “fiel reflejo de la planificación” y los objetivos están
expresados con suficiente precisión y de un modo verificable.
• Implícita: no se observa expresamente su lógica, por ejemplo: i) no hay una sincronía entre los
productos y los efectos esperados, ii) los objetivos son demasiado vagos o ambiguos.

Cuando se está en presencia de un escenario implícito, se requiere que la cadena de resultados sea
formulada, para ello generalmente se combinan diversas fuentes de información: documentos oficiales
y objetivos establecidos; investigación de intervenciones similares; evaluaciones de la intervención o
intervenciones similares o bien preguntarle a las diferentes partes interesadas (por ejemplo: planificadores,
personal que ejecuta la intervención y población beneficiaria) cómo piensan que funciona (o debería
funcionar).

En cuanto a su operacionalización, el Cuadro 1 plantea preguntas centrales que ayudaran a su abordaje.


Se recomienda considerar las “necesidades” como un elemento esencial que configura y da soporte al
contenido de la cadena de resultados.

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Cuadro 1. Preguntas para formular una cadena de resultados?

Fuente: Elaboración propia.

Una cadena de resultados puede ser abordada iniciando por el nivel de los insumos o bien por el nivel
de los impactos. Se sugiere realizarla partiendo de los impactos, esto con base en el enfoque de Gestión
para Resultados en el Desarrollo (GpRD) adoptado por el país, el cual establece como eje articulador
de las intervenciones, el logro de los resultados - productos, efectos o impactos (intencionales o no,
positivos o negativos) de una intervención-; desde esta perspectiva se facilita avanzar a una gestión que
tiene como fin contribuir a la generación de cambios sociales, económicos, culturales y ambientales que
deriven en un mayor desarrollo nacional.

Como ejemplo de lo anterior, se puede seguir la siguiente secuencia: el resultado que se quiere lograr
es que los jóvenes en desempleo obtengan empleos e incrementen sus ingresos ¿Cómo se podría
obtener ese cambio? Una de las opciones puede ser mejorando las condiciones de empleabilidad de
dichos jóvenes, ¿Cómo se mejora la empleabilidad? Puede ser a través de la capacitación (cursos de
tres meses) y la formación en temas demandados por el mercado laboral, y así sucesivamente hasta
completar todos los niveles3.

El objetivo es ir construyendo una secuencia lógica que vaya conectando impactos con efectos, estos
con los productos, cada producto con una actividad y cada actividad con los insumos. Para construir la
secuencia es importante basarse en el conocimiento de los ejecutores de la intervención, la opinión de los
actores claves y expertos en la temática, la revisión documental, la observación y todo aquel mecanismo
que sirva para obtener información confiable de la intervención.

En cualquiera de las dos formas que se utilicen (iniciando por los impactos o iniciando por los insumos)
la mayoría de las veces se debe devolver, ir hacia adelante y hacia atrás para completarla en su totalidad.
Una vez establecidos los niveles que forman la cadena de resultados, es importante definir los supuestos
(hipótesis) que condicionan la relación entre cada nivel, incluyendo los factores claves contextuales
o ambientales o los casos que posiblemente influirán en la intervención (Morra y Ritz, 2009). Estos
supuestos son importantes, pues viene a reforzar la validez de la cadena de resultados, por ello, es
aconsejable dedicar un espacio para desarrollar los supuestos que subyacen dentro de la cadena de
resultados (Ivàlua, 2009):

3
Otra forma de construir la cadena de resultados es comenzar por los insumos e ir planteando las preguntas: por ejemplo, si se tienen estos insumos, ¿qué
actividades pueden llevarse a cabo con ellos?, si se hacen esas actividades, ¿qué producto se obtendrá?, si todo funciona bien ¿qué resultado se obtiene, ya sean
efectos o impactos? (Ivàlua, 2009; Morra y Rist, 2009).

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Guía de Teoría de la Intervención

• Por ejemplo, si en los insumos se indican los recursos económicos para becas, la hipótesis sería
que estos están disponibles en una cantidad suficiente para poder cumplir con las actividades. Si se
indican cursos de capacitación, se esperan que se den los cursos, que estén disponibles.
• Una hipótesis para una actividad tiene que ver con la capacidad que tiene dicha actividad para
generar el producto que se espera, por ejemplo si la actividad es ofrecer cursos de capacitación a
desempleados, la hipótesis sería que los desempleados aceptarán los cursos.
• Igual sucede con las hipótesis de los productos, donde se debe suponer que los productos llevarán
a lograr los resultados deseados, por ejemplo, el producto de un curso de capacitación para jóvenes
desempleados es un grupo de desempleados capacitados, por lo que la hipótesis a este nivel es que
los jóvenes finalizan la capacitación.
• Para los efectos e impactos es importante establecer también las hipótesis que deben considerarse
para que estos se logren, por ejemplo, continuando con el programa de formación a jóvenes
desempleados, una hipótesis de efecto sería que los desempleados mejoraron sus condiciones de
empleabilidad gracias a la capacitación recibida y una hipótesis de impacto sería que los jóvenes
encuentran empleo debido a su mejora en la empleabilidad, lo mantienen e incrementan sus ingresos.

Los cambios esperados en cada nivel de la cadena deben ser traducidos en objetivos precisos, realistas
y medibles. Esto incluye la formulación de metas e indicadores que sean específicos que permitan valorar
los cambios esperados y los plazos en que deben lograrse.

En resumen, el análisis y la explicitación de la cadena de resultados es un pilar fundamental en esencial


para llevar a cabo cualquier evaluación. En su versión más simple, constituye un punto de partida en
una evaluación con un enfoque integral o que pretenda ser comprensiva en referencia al qué, cuánto y
porqué. Es importante que no existan saltos en la cadena de resultados, de forma que se establezca la
secuencia de causas y efectos con el mayor detalle posible. Asimismo, tener presente que los cambios
que se generan con una intervención no suelen ser lineales ni automáticos, sino que conforman procesos
y requieren de tiempo.

3.4 Validación de la teoría de la intervención

Finalmente, luego de construir la teoría de la intervención, es importante realizar un ejercicio de validación,


lo cual supone, poner en consulta con distintos actores los resultados obtenidos de los pasos anteriores,
esto con el propósito de garantizar que dicha construcción cuenta con un grado de aceptación y validez
por los agentes relacionados con dicha intervención.

La validación de la teoría de intervención genera espacios de apropiación y compromiso por parte de


los actores, a la vez, consenso sobre lo qué hace, cómo se hace y para qué se hace, lo cual se espera
contribuya a potenciar su éxito (logro de objetivos y resultados).

Es importante tener cuotas de participación en todo el proceso de construcción de la teoría de la


intervención, por lo que la validación que rescata este paso viene a ser la parte final de un proceso
sostenido y sistemático en la construcción de la teoría.

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Las siguientes preguntas que pueden ayudar a la validación de la construcción de la teoría de la


intervención:

Ilustración 5. Preguntas orientadoras para validar la TI

Fuente: Elaboración propia a partir de Ivalúa (2009).

A modo de conclusión, se destaca que ante una necesidad o problemática a resolver, se pueden
establecer varias alternativas para resolverla o mitigarla, en buen término, una teoría de la intervención
expresa una de esas alternativas, de manera clara, precisa, consistente y lógica.
A la hora de implementar dichas teorías se pueden conocer y determinar sus grados de éxito y fracaso
para resolver aquello que la origina, en este último caso, que suele ser el más común, pueden existir al
menos dos posibilidades, un fallo en la conceptualización o desvíos en su implementación; aspectos que
la evaluación logra esclarecer, a la vez, aporta elementos para su mejora:

• Falla en la conceptualización: es cuando la intervención se ejecuta de acuerdo con su diseño o


plan, pero sus bienes y servicios no producen los efectos o impactos esperados sobre la población
beneficiaria.

• Falla en la ejecución: es cuando las actividades necesarias para los cambios deseados por la
intervención no han sido ejecutadas de forma adecuada, lo que implica que la intervención no será
muy útil para lograr los resultados. Ejemplos de estas situaciones se presentan cuando no se proveen
los bienes y servicios, se proveen escasamente, son equivocados o varían en gran medida dentro de
la población beneficiaria.

Dada la importancia señalada de la TI y su cadena de resultados en el proceso de evaluación, debe ser


sometida a prueba y valorada con la finalidad de obtener recomendaciones sobre la pertinencia de la
misma como insumo estratégico para la mejora de la planificación y como vía para optimizar la eficacia
de las intervenciones.

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Guía de Teoría de la Intervención

4. Referencias bibliográficas

Bamberger, M., Rugh, J., y Mabry, L. (2006). Real World Evaluation: Working under Budget, Time, Data
and Political Constraints. Sage Publications.

Departamento Nacional de Planeación [DNP] (2012). Guía para la Evaluación de Políticas Públicas. Serie
de Guías Metodológicas Sinergia. Bogotá Colombia.

Fundación W.K. Kellogg. (1998). Manual de Evaluación. Battle Creek, MI. USA

Gertler, P., Martínez, S., Premand P., Rawlings, L. B., y Vermeersch, C. (2011). La evaluación de impacto
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Grupo de Trabajo de KU para la Salud y el Desarrollo. (2014). Desarrollar un modelo lógico o teoría de
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ctb.ku.edu/es/tabla-de-contenidos/vision-general/modelos-de-desarrollo-para-la-salud-en-la-
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evaluación: oportunidad, viabilidad. Barcelona: Autor. Recuperado en http://www.ivalua.cat

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evaluaciones de la cooperación española. Madrid: MAEC.

Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (MIDEPLAN). (2017). Manual de Evaluación


para intervenciones públicas. Unidad de Evaluación. Área de Evaluación y Seguimiento.
MIDEPLAN. San José, Costa Rica.

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políticas públicas. Área de Análisis del Desarrollo. Autor. San José, Costa Rica.

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Costa Rica.

Morra, L. y Rist, R. (2009). El camino para la obtención de resultados: Diseño y realización de evaluaciones
eficaces para el desarrollo. Grupo Independiente de Evaluación. Banco Mundial. Ed. Mayol.
Washington. DC. USA

Murciano, J. (2015). Evaluación de resultados e impactos. (Material didáctico). Módulo V: Metaevaluación,


Evaluación de resultados e impactos. VIII Máster Iberoamericano de Evaluación de Políticas
Públicas. Universidad Internacional de Andalucía. Sede La Rábida. España.

Rogers, P. (2012). Introducción a la evaluación de impacto. Notas sobre la evaluación de impacto. Inter-
Action y Rockefeller Foundation. Recuperado de: https://www.interaction.org/sites/default/
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Tapella, E. (2007). El mapeo de Actores Claves. Recuperado de: https://planificacionsocialunsj.files.


wordpress.com/2011/09/quc3a9-es-el-mapeo-de-actores-tapella1.pdf

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Stockmann, R y Meyer, W. (2016). Evaluación: una introducción teórico-metodológica. Editorial UCR.

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