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A simple vista el proyecto de casas gratis brindadas por el gobierno sonaba muy bien.

El
proyecto trata de que al estar una cosa abandonada por más de 5 años, el gobierno puede
tomar posesión de esta. Al mismo tiempo, personas que nunca hayan tenido casa propia
pueden inscribirse a una lista para recibir una de las casas deseadas.

Mucha gente corrió a inscribirse al programa. Sin embargo, ser seleccionado no es tan
sencillo.

Las casas abandonadas no estaban en estado óptimo y requerirían de muchas


reparaciones, y aquí es donde se encuentra el mayor problema. Una vez una lista corta de
personas esté seleccionada, a la persona o familia se le piden unos requisitos para adquirir
la casa, dentro de estos requisitos está que la persona se haga totalmente responsable de
reparar y remodelar la casa. El segundo punto más importante es que la persona no puede
vender la casa hasta 5 años después de adquirirla, y para vender la casa tiene que estar
reparada y hay que hacer el proceso a través de una agencia de gobierno. El tercer punto
es que si la persona que adquirió la casa decide irse, puede hacerlo en cualquier momento,
pero esto significa que nunca más puede participar en ninguno de los programas de casas
gratis o préstamos para casa brindados por el gobierno.

A la familia Maldonado se les seleccionó una casa tipo granja casi en medio de la nada.
Diego Maldonado y su esposa Diana trabajan criando vacas y produciendo leche, vivir
alejados no fue un problema para ellos. Sus hijas Sara de 12 años y Catalina de 19,
estaban acostumbradas a este tipo de vida.

Cuando Camilo, el joven trabajador de la agencia de casas les entregó sus llaves, toda la
familia se alegró mucho, incluso aunque la casa estaba en necesidad de reparaciones.

Los primeros 6 meses fueron normales. No fue sino hasta que las reparaciones a la casa
estaban finalizadas que Sara, la hija menor empezó a tener pesadillas durante la noche en
las cuales una figura grande y oscura entraba a su habitación y chupaba su sangre. Al
principio lo tomó sin importancia, pero unas semanas después empezó a sufrir de anemia y
se sentía muy cansada así que decidió hablar con su madre y su hermana.

Diana, la madre de Sara no pensó nada extraordinario acerca de los sueños y simplemente
otorgó la anemia y el cansancio al mal dormir y mala alimentación. Por otra parte, Catalina,
su hermana mayor se vio algo preocupada.

Catalina le confesó a Sara que desde hace un tiempo escucha el ruido de un animal
arrastrándose fuera de su ventana en las noches. Además, mencionó que se siente
observada, como si hubiera alguien espiándola, esperando a que ella se duerma.

Las hermanas se dieron cuenta de que algo andaba mal, pero no creían que era buena idea
contarle a sus padres, ya que habían gastado mucho dinero en la casa. Así que decidieron
callar.

Al pasar otro mes, Sara se veía mucho más agotada que nunca, y no era la única, su madre
y su padre también habían empezado a verse de esta manera. La única que se veía normal
era Catalina, aunque ella tampoco la pasaba muy bien, ya que seguía escuchando ruidos
en las noches y sufría de insomnio.

Las cosas en la granja tampoco iban bien, había algún tipo de animal que semana tras
semana atacaba a una nueva vaca, hasta dejarla muerta. La familia ya había perdido 10
vacas de esta manera.

Un día las hermanas confesaron lo que habían estado viviendo desde hace un tiempo y
aseguraron que todo lo que les pasaba debía tener conexión y era también responsable por
la muerte de las vacas.

Diego decidió comunicarse con Camilo, el agente, para averiguar si tenía información
acerca de algún animal salvaje cerca al terreno, pero este le aseguro que todo estaba en
orden.

La madre de las niñas sí les creyó. Diana comentó acerca de sueños que estaba teniendo
donde también escuchaba a un animal deslizarse hacia su habitación, aunque nunca había
podido verlo.

La madre y las niñas juraron estar más atentas.

Una semana más tarde, mientras Catalina estaba despierta tarde en la noche, escuchó los
mismos ruidos, cuidadosamente salió de su cama, y fue a despertar a su madre. Esta se
levantó de su cama y decidieron ir a la habitación de Sara.

Al llegar a la habitación la cual siempre tenía la puerta abierta, encontraron un hombre de


alrededor 1,80 cm parado en el borde de la cama de Sara. Las mujeres gritaron y
encendieron la luz para avisar a Diego. Pero no fue sino hasta que la luz estaba encendida
que notaron que lo que se encontraba ahí no era un simple hombre. A pesar de tener la
figura de una persona, su cabeza era alargada, su cuerpo era verdoso lleno de escamas y
tenía una cola larga y gruesa como un lagarto. La fornida criatura volteó su cuerpo hacia las
mujeres mostrando sus largos y amarillentos ojos, acercándose hacia ellas, mientras habría
su boca, la cual revelaba una larga lengua oscura la cual emitía un sonido parecido a un
cascabel.

Por fortuna, Diego apareció rápidamente, con una escopeta y logró disparar a la criatura en
un hombro. Este emitió un grito parecido a un humano y maldijo tal cual. Después,
rápidamente se tiró al suelo y se deslizó hacia la ventana saliendo de la casa.

Al acercarse a Sara para ver si estaba bien, la familia observó que había unas jeringas
llenas de sangre en el suelo como si la criatura le hubiera estado sacando sangre. Sara se
encontraba en un trance, con los ojos abiertos pero sin reaccionar. Después de ser
sacudida por su madre despertó aunque no podía recordar nada de esa noche.

Los Maldonado decidieron llamar a la policía, pero estos rieron al escuchar lo que había
pasado y bromeando le dijeron a Diego no beber tanto.
Al día siguiente la familia fue a la estación de policía más cercana llevando las pruebas de
las jeringas encontradas y el trapeador con el que limpiaron la sangre de la criatura. Sin
embargo, la policía no quiso aceptar las pruebas por no ser “sanitarias”.

Diego intentó comunicarse con el programa de casas gratis, pero nadie se comunicó de
vuelta con él. Así que decidió finalmente ir a la oficina regional para buscar a Camilo.
Aunque al llegar allá y pedir hablar con él, la misma secretaría de siempre dijo no conocer a
ningún Camilo. Diego pidió hablar con un superior, y una persona llamada Jaime la cual
Diego nunca había visto se acercó a él, diciendo ser la persona encargada del programa, y
fingiendo conocer a Diego y su familia acertando que nunca alguien con el nombre de
Camilo había trabajado ahí.

No solo lo que decían estas personas era falso, su actitud era muy misteriosa. Diego se dio
cuenta de que algo andaba mal con el programa así que fingió que todo estaba bien y luego
decidió irse.

Diego y su familia decidieron volver a la casa de la mamá de Diana, donde antes tenían la
granja. Incluso después de todo el dinero invertido en la “casa gratis”.

La familia decidió no comentar a nadie lo que había pasado, lo cierto es que al poco tiempo
de estar lejos de esa casa su salud volvió. Lo que les aseguro que la criatura, los había
estado enfermando a propósito.

A los años de estar activo el programa de casas gratis este fue cerrado. Según el gobierno
porque había escasez de casas. Pero lo cierto, es que se murmuraba que muchas
personas, se habían enfermado y habían tenido que abandonar sus casas al igual que los
Maldonado.

Se murmura que las enfermedades se debían a asbestos, pero otras historias parecidas a la
de los Maldonado daban elución a algo más. Pero ningún noticiero parecía hablar de esto.

Mucha gente perdió dinero en las llamadas casas gratis. Y además, de eso queda la duda,
¿por qué el programa de gobierno, la policía y los medios se rehúsan a escuchar las
historias de las personas? ¿Quién o qué era la criatura vista esa noche? Los Maldonado
aseguran que la criatura de aquella noche era Camilo, del cual no hay rastro.

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