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ALLANAMIENTO A CARGOS Y HABILITACIÓN DEL ARTÍCULO 349 DEL

C.P.P. EN LA ELABORACIÓN DE PREACUERDOS

Los preacuerdos y el allanamiento a cargaos se consagran como figuras


creadas por el legislador para que se obtenga un pronto cumplimiento de la ley
penal o la aplicable al caso en cuestión; es una manera expedita para una
solución a esos conflictos sociales sin dejar de lado la reparación de las
víctimas y la sanciona penal correspondiente. Así pues y en relación con lo
anterior, la Corte reafirma mayoritariamente la tesis consolidada desde el año
2017, según la cual allanamientos y preacuerdos son especies de un mismo
género y por lo tanto están sometidos a las mismas exigencias cuando el sujeto
activo del delito obtiene incremento patrimonial derivado del mismo (LEGIS,
2022)

Según la corte constitucional, en sentencia SU479 de 2019 que como


magistrada ponente tiene a la Dr. Gloria Stella Ortiz Delgado ha conceptuado
los preacuerdos como una vía judicial encaminada a la simplificación de los
procesos mediante la supresión parcial o total del debate probatorio y
argumentativo como producto del consenso entre las partes del proceso. Estas
negociaciones no implican una renuncia al poder punitivo del Estado, pues
justamente “el propósito de resolver de manera más expedita el conflicto penal
mediante la aceptación, por parte del imputado o acusado de hechos que
tengan relevancia frente a la ley penal (…) a cambio de un tratamiento jurídico
y punitivo menos severo por parte del órgano jurisdiccional” (SU479 DE 2019,
2019). Ahora bien, para tener presente la finalidad de esta vía judicial, se hace
necesario el remitirse al artículo 348 del código de procedimiento penal donde
se establece que

“Con el fin de humanizar la actuación procesal y la pena; obtener pronta


y cumplida justicia; activar la solución de los conflictos sociales que
genera el delito; propiciar la reparación integral de los perjuicios
ocasionados con el injusto y lograr la participación del imputado en la
definición de su caso, la Fiscalía y el imputado o acusado podrán llegar
a preacuerdos que impliquen la terminación del proceso (Código de
Procedimiento Penal, 2004).
Por otra parte, la celebración de preacuerdos no se circunscribe a todas las
conductas que dentro del estatuto penal se tipifican, sino que, según lo
contenido en el artículo 349 de la Ley 906 del 2004 prohíbe celebrar
preacuerdos respecto de delitos en los que el sujeto activo obtiene un
incremento patrimonial. En esos casos, la única posibilidad para acceder al
preacuerdo es que el sujeto activo reintegre, por lo menos, el 50% del valor
percibido y asegure el recaudo.

Sin embargo, en sus pronunciamientos recientes, la corte negó que solo las
conductas punibles que en su descripción típica incluyen la consecución o la
intención de obtener un beneficio patrimonial sean las idóneas para generar un
incremento en el patrimonio del sujeto activo. A su juicio, delitos como la
indebida celebración de contratos o el tráfico de estupefacientes demuestran
que conductas punibles que no tienen esa descripción pueden generar grandes
beneficios económicos.

Estos preacuerdos son celebrados entre el fiscal y la defensa del acusado o


imputado. Así pues, a los fiscales se les da un amplio margen de maniobra
para la celebración de estos actos, pero existen una serie de parámetros que
buscan la no afectación l prestigio de la administración de justicia, como el
momento procesal, el daño y reparación a las víctimas, el verdadero
arrepentimiento del procesado, su colaboración para el esclarecimiento de los
hechos y el suministro de información para judicializar a otros autores o
partícipes.

Dentro de la sentencia SP2073-2020 la Corte Suprema de Justicia recoge seis


reglas aplicables a los acuerdos en la práctica judicial:

 Enmarcar hechos jurídicamente relevantes y fundamentos probatorios


en los delitos
 Calificar la conducta según la infracción penal
 Sustentar las rebajas y beneficios bajo el principio de discrecionalidad
reglada
 Considerar los límites y prohibiciones legales en los episodios de graves
atentados contra los derechos humanos
 Cumplir los estándares de presunción de inocencia y derechos de las
víctimas
 Verificar los presupuestos legales –por parte del juez– para la emisión
de la condena.

Como con anterioridad se mencionó, para el desarrollo de preacuerdos se hace


necesario la aceptación de cargos por parte del imputado o dependiendo de la
etapa en la que se encuentre el proceso, acusado, esta aceptación, según la
normatividad vigente y el desarrollo jurisprudencial que se ha dado, cuenta con
requisitos y formalidad que a continuación se desarrollan.

El allanamiento a cargos es una modalidad de preacuerdo entre la Fiscalía y el


procesado. El allanamiento a cargos es la aceptación unilateral realizada por el
procesado respecto de los cargos que le son imputados por parte de la
Fiscalía, que, de conformidad con lo establecido en el actual Código de
Procedimiento Penal -Ley 906 de 2004-, debe ser voluntaria, libre, consciente y
espontánea. Este allanamiento debe ser verificado por el juez de conocimiento.

Esta aceptación de cargos por parte del procesado puede ser de manera total o
parcial y, puede hacerlo hasta antes del inicio de la audiencia de juicio oral, y
únicamente puede retractarse demostrando la existencia de un vicio en su
consentimiento -error o fuerza- o la violación a sus garantías fundamentales
(asuntos:legales, 2019).

El artículo 351 del Código de Procedimiento Penal -Ley 906 de 2004-, que trata
sobre las modalidades de preacuerdo, y en cuyo inciso primero establece el
beneficio de punitivo derivado de la aceptación de cargos en la audiencia de
formulación de imputación

Pertinencia, Conducencia y utilidad de los medios probatorios y su


alegación dentro de la audiencia preparatoria

La corte Suprema de justicia en providencia AP948 (51882) de 07/03/18 ha


dicho sobre estas figuras que:
Los debates en materia de pertinencia deben reducirse al análisis de la relación
de los medios de prueba con el tema de prueba, esto es, con los hechos que
deben probarse en cada caso en particular.

Ahora, la Ley 906 de 2004 consagra como regla general que las pruebas
pertinentes son admisibles. Así se desprende del artículo 357 en cuanto afirma
que el juez dará la palabra a la Fiscalía y luego a la defensa para que soliciten
las pruebas que requieran para sustentar su pretensión, y a renglón seguido
precisa que el juez decretará las pruebas solicitadas cuando ellas “se refieran a
los hechos de la acusación que requieran prueba, de acuerdo con las reglas de
pertinencia y admisibilidad previstas en este código”. En la misma línea, el
artículo 376 establece que “toda prueba pertinente es admisible”, salvo en los
eventos consagrados en sus tres literales.

Por su parte, la conducencia se refiere a una cuestión de derecho. Sus


principales expresiones son:

(i) La obligación legal de probar un hecho con un determinado medio de


prueba;
(ii) La prohibición legal de probar un hecho con un determinado medio
de prueba, y
(iii) La prohibición de probar ciertos hechos, aunque en principio puedan
ser catalogados como objeto de prueba. Por ello, quien alega falta de
conducencia debe indicar cuál es la norma jurídica que regula la
obligación de usar un medio de prueba determinado u otra de las
situaciones que acaban de mencionarse.

“La utilidad de la prueba se refiere a su aporte concreto en punto del objeto de


la investigación, en oposición a lo superfluo e intrascendente” (CSJ AP, 17 Mar
2009, Rad. 22053). Este aspecto en buena medida fue regulado en el artículo
376 en cita, en cuanto consagra la regla general de admisibilidad de las
pruebas pertinentes, salvo, entre otras, las que puedan generar confusión en
lugar de mayor claridad al asunto, exhiban escaso valor probatorio o sean
injustamente dilatorias del procedimiento (Corte Suprema de Justicia, 2018).

En relación con la solicitud probatoria, el artículo 374 de la Ley 906 de 2004


prescribe como regla general que toda prueba deberá ser solicitada o
presentada en la audiencia preparatoria, diligencia para la cual el artículo 357
ibídem contempla el siguiente trámite:

“Artículo 357. Solicitudes probatorias. Durante la audiencia el juez dará la


palabra a la fiscalía y luego a la defensa para que soliciten las pruebas que
requieran para sustentar su pretensión”.

El juez decretará la práctica de las pruebas solicitadas cuando ellas se refieran


a los hechos de la actuación que requieran prueba, de acuerdo con las reglas
de pertinencia y admisibilidad previstas en este Código (Código de
Procedimiento Penal, 2004)”.

Bibliografía
(s.f.).

asuntos:legales. (2019). Allanamiento a cargos como una modalidad de preacuerdo. Obtenido


de https://www.asuntoslegales.com.co/consultorio/allanamiento-a-cargos-como-una-
modalidad-de-preacuerdo-2925526

Código de Procedimiento Penal, Artículo 348 (Congreso de la República de Colombia 2004).


Obtenido de https://leyes.co/codigo_de_procedimiento_penal/348.htm

Colombia Legal Corporation . (17 de junio de 2020). ¿Qué es un Preacuerdo con la Fiscalía en
Materia Penal? Obtenido de https://www.colombialegalcorp.com/blog/que-es-un-
preacuerdo-con-la-fiscalia-en-materia-penal/

Corte Suprema de Justicia. (2018). Boletín Jurisprudencial- Sala de casación Penal. Obtenido de
chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://cortesuprema.gov.co/
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%202018-04-02.pdf

LEGIS. (FEBRERO de 2022). ¿Preacuerdos y allanamientos son iguales frente al requisito de


reintegro en el preacuerdo? Obtenido de
https://www.ambitojuridico.com/noticias/penal/preacuerdos-y-allanamientos-son-
iguales-frente-al-requisito-de-reintegro-en-el

SU479 DE 2019, T-7.256.420; T-6.931.099 (CORTE CONSTITUCIONAL 15 de Octubre de 2019).


Obtenido de https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2019/SU479-19.htm

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