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BLOQUE 3.

LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y


SU EXPANSIÓN MUNDIAL (1474-1700).

3.1.- LOS REYES CATÓLICOS: UNIÓN DINÁSTICA E INSTITUCIONES DE GOBIERNO.


El reinado de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, marca el principio de una nueva época para la historia
española. Muchos cambios tendrán lugar durante su mandato, dando lugar a la formación de un estado nuevo.
1492 es la fecha que en historia se considera como de cambio entre la Edad Media y la Edad Moderna,
prolongándose ésta hasta 1789, año de la Revolución Francesa.

El matrimonio en 1469 de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón abrió la posibilidad de la unión de ambas
coronas, que sería una realidad tras la victoria de Isabel en la Guerra de Sucesión castellana (1474-79) y la
muerte en 1479 de Juan II, padre de Fernando, lo que convierte a ambos en monarcas. No se produce, sin
embargo, una unificación política de ambos reinos, ya que se trata sólo de una unión matrimonial. Tanto Isabel
como Fernando son reyes en su reino y en el de su cónyuge, pero sólo mientras exista el matrimonio (cuando
muera Isabel en 1504, Fernando dejará de ser automáticamente Rey de Castilla). Es una unión dinástica en la
que cada reino mantiene sus instituciones y sus leyes.

La La Guerra de Sucesión castellana que eleva a Isabel al trono


Península enfrenta a esta con su sobrina e hija del anterior rey, Juana
a finales “la Beltraneja”; la nobleza castellana se divide entre ambas
del siglo candidatas a reina, aunque lo que de verdad manifiesta esta
XV. lucha es el deseo de los nobles de continuar teniendo
influencia en política, llegando a poner o quitar reyes. La
guerra se cierra con la paz de Alcaçovas-Toledo, por la que
Isabel es proclamada reina.

Una de las líneas de actuación fundamentales de los Reyes


Católicos se encaminará, precisamente, a apartar a la
nobleza del poder político, buscando evitar en el futuro
situaciones similares a ésta.

Una

A pesar de ello, Isabel y Fernando tratarán de seguir una política común en todos sus territorios, en línea con el
concepto de “monarquía autoritaria”, en la que el poder político está en manos de los reyes, apartando de él a
nobles y clérigos, a cambio de consolidarles su poder económico y social. Los Reyes Católicos establecerán así las
bases de un ESTADO MODERNO, aumentando las competencias estatales y creando una administración central
más compleja, en la que se hace necesaria una burocracia más numerosa y especializada de juristas y letrados.
Dicha administración se basa en:

- La potenciación del Consejo Real (Consejo de Castilla). Antes estaba formado por nobles y era solo consultivo.
Desde 1495 lo formarán letrados y adoptará funciones de gobierno y judiciales.

- La creación de nuevos CONSEJOS especializados: Inquisición (común a ambos reinos), Órdenes Militares (en
manos del rey Fernando, que controlará sus enormes posesiones), Aragón, Santa Hermandad (milicias de los
concejos que se encargan del orden público y el cobro de impuestos). Los Secretarios Reales (nuevo cargo) serán
el enlace entre los reyes y los Consejos.

- El desarrollo de las instituciones de justicia: en Castilla, se establece una organización territorial, con Corregidores
para las ciudades, Audiencias, Chancillerías y el Consejo de Castilla como tribunal supremo. En Aragón se crea una
Audiencia para cada reino.

- La ampliación del ejército real, creándose los TERCIOS.

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Para lograr la unidad que pretendían en sus reinos, los RR.CC. considerarán imprescindible lograr la unión religiosa,
lo que lleva a una política encaminada a eliminar a las minorías. En 1492 se expulsa de ambos reinos a los judíos
(lo que será nefasto para la economía, ya que eran la mayor parte de la clase media), y en 1502 a los mudéjares
(musulmanes). A ambos grupos se les dio la posibilidad de convertirse al cristianismo, aceptando una mayoría de
mudéjares (que pasan a denominarse moriscos) y una minoría de judíos. Ya en 1478 se había traído a la Península
la Inquisición para vigilar la sinceridad de las conversiones, convirtiéndose, con su política de terror, en un
organismo clave en la implantación de la monarquía autoritaria.

3.2.- EL SIGNIFICADO DE 1492. LA GUERRA DE GRANADA Y EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA.


1492 es una fecha extraordinariamente simbólica en la historia de España, al confluir en ella tres importantes
acontecimientos: la conquista de Granada, que supone el fin de la Reconquista, el descubrimiento de América y la
expulsión de los judíos.

La Guerra de Granada permite a los reyes cubrir diversos objetivos: dar protagonismo a una nobleza apartada
ahora de la política, desarrollar una empresa común a Aragón y Castilla, y lograr la unidad peninsular y la unificación
religiosa. Castilla inicia la guerra en 1481, tras la toma de Zahara por los musulmanes, y dura de forma discontinua
hasta 1492, muy marcada por las disensiones internas de la familia real nazarí y caracterizada en lo militar por los
asedios, el principal el de la ciudad de Granada, que se rinde el 2 de enero de 1492. La capitulación fue muy
respetuosa con la población, a la que se respetaron bienes, leyes y costumbres, y así fue hasta 1499, cuando
Cisneros endureció esta política, llegándose en 1502 a decretarse la conversión forzosa o la expulsión de los
mudéjares.

El descubrimiento de América se enmarca en la expansión castellana y portuguesa por el Atlántico a lo largo del
siglo XIV, propiciada por los avances técnicos en la navegación, el deseo de extender el cristianismo y la aspiración
de controlar la ruta de las especias1. El proyecto de Colón de navegar hacia las Indias por el oeste fue rechazado
primero por Portugal, y luego por las Cortes castellanas y por los propios reyes 2. Sin embargo, su insistencia logrará
que finalmente la reina Isabel decida financiar la aventura una vez que acabe la Guerra de Granada. Finalizada
ésta, el 17 de abril de 1492 se firman entre Colón y los Reyes las CAPITULACIONES DE SANTA FÉ, en las que se
establece que las posibles tierras descubiertas serían posesión de la Corona, siendo nombrado Colón Almirante,
Virrey y Gobernador de esas posibles tierras, y recibiendo el 10% de todos los beneficios económicos obtenidos.

La expedición llegó a la isla de Guanahaní el 12 de octubre. Colón regresa, triunfal, sin especias, pero con plantas,
animales, nativos... que animan a los reyes a financiar un segundo viaje, realizado entre 1493 y 1496, que llega a
Puerto Rico y Jamaica. En 1498 se toca por primera vez el Continente, y entre 1502 y 1504 se recorren las costas
de América Central. En este último viaje surgieron diversas acusaciones contra Colón y, a su vuelta, es encarcelado.
Morirá en la prisión de Salamanca en 1506, sin saber que había descubierto un nuevo continente.

1
Ya desde época griega, las especias o condimentos alimentarios fueron uno de los productos más valiosos y caros existentes. Eran uno
de los escasos medios para conservar alimentos, enmascaraban el sabor de alimentos no bien conservados, y eran materia prima esencial
para la fabricación de medicinas y perfumes. Durante la Edad Antigua y la Edad Media, la mayor parte de las especias llegan a Europa desde
Oriente, atravesando Asia a través de la peligrosa “Ruta de las Especias”. La toma de Constantinopla por los turcos en 1453 dificultó el
recorrido de esta ruta, por lo que las potencias europeas, sobre todo Portugal y Castilla, intentarán buscar alternativas para llegar a Asia.
Para Portugal, la alternativa será la circunnavegación de África; para Castilla, una posible ruta por el Atlántico.

2
Hay que tener en cuenta que la pretensión de llegar a Asia por el oeste (obviamente, se ignoraba la existencia de América) se
consideraba, cuanto menos, una aventura de final incierto, al no estar asentada la teoría sobre la esfericidad de la Tierra.

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El descubrimiento de América,
pensándose aún que es a Asia a donde se
ha llegado, obliga a Castilla y Portugal a
firmar un tratado para delimitar las áreas
de expansión de cada país. En el Tratado de
Tordesillas (1494) se establece una línea a
370 leguas (una legua = 5.572 metros) al
oeste de Cabo Verde; el este queda en
manos portuguesas, y el oeste, castellanas.

Los viajes de Colón

División del mundo por


el Tratado de Tordesillas

¡Ojo con el mapa, que es


el actual, no el de 1494!
Ni se había descubierto
Oceanía, ni la Antártida,
ni se sabía que forma
tenía América (en
realidad, aún no se sabía
que América era un
continente nuevo)

AUNQUE NO SE PIDE EN EL TEMARIO, ES INTERESANTE ECHAR UN VISTAZO AL SIGUIENTE ÁRBOL GENEALÓGICO Y


SU EXPLICACIÓN, YA QUE PERMITE COMPRENDER MUCHAS COSAS QUE OCURRIRÁN EN LOS AÑOS SIGUIENTES.

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Isabel y Fernando tuvieron cinco hijos, a los que unieron en matrimonio con reyes o herederos de otras potencias europeas,
buscando alianzas y el aislamiento de Francia, el país enemigo en este momento.

A su hija mayor, Isabel, se la casa con el heredero de Portugal, Alfonso; este muere con 16 años (se había casado con 15), y
a Isabel se la casa en segundo matrimonio con Manuel, el nuevo heredero de Portugal (que era primo de su primer marido).
Isabel morirá al dar a luz a su primer hijo, y su viudo se casará con la hermana de la fallecida, María, la cuarta hija de Isabel
y Fernando. Tuvieron 11 hijos. Cuando María murió, Manuel se volvió a casar, en este caso con Leonor, nieta de los Reyes
Católicos (hija de su tercera hija, Juana).

El único hijo varón y heredero de Isabel y Fernando, Juan, se casa con Margarita de Austria. Muere muy joven.

La tercera hija de Isabel y Fernando, Juana, se casa con Felipe de Austria, hermano de Margarita de Austria (la que se había
casado con su hermano). Juana acabará por ser la heredera, ya que sus dos hermanos mayores fallecen pronto.

A la cuarta hija de Isabel y Fernando, María, ya la hemos mencionado; se casará con su cuñado Manuel de Portugal después
de que este quede viudo de su hermana.

Catalina, la hija menor, se casará con Arturo, heredero de Inglaterra; este fallece pronto, y a Catalina la casan con el hermano
del fallecido, y nuevo heredero de Inglaterra, Enrique. Este reinará como Enrique VIII, famoso, entre otras cosas, por crear
el “divorcio” moderno (se casará seis veces, y condenó a muerte a dos de sus esposas; Catalina fue la primera, pero a ella
se “limitó” a repudiarla).

Esta complicadísima política familiar continuará con los nietos de Isabel y Fernando. Solo dos ejemplos: una hija de Juana
será la tercera esposa de Manuel de Portugal (si, el que se había casado antes con dos tías de esta tercera esposa), y una
hija de este Manuel, Isabel, se casará con un hijo de Juana y por lo tanto primo suyo, Carlos (el futuro rey de Castilla y Aragón
Carlos I, también conocido como Carlos V, emperador de Alemania).

3.3.- EL IMPERIO DE LOS AUSTRIAS: ESPAÑA BAJO CARLOS I. POLÍTICA INTERIOR Y


CONFLICTOS EUROPEOS.

Carlos de Habsburgo, I de España y V de Alemania, es el monarca más importante de su época gracias a su


herencia familiar: de su madre, Juana “la Loca”, hereda el reino de Castilla y sus posesiones del norte de África
y América, y el reino de Aragón, con sus territorios italianos; de su padre, Felipe “el Hermoso”, hereda Flandes,
el Franco Condado, Austria y la candidatura al Sacro Imperio Romano Germánico.

El Sacro Imperio fue la unión política de


un conglomerado de estados
centroeuropeos que, con diferentes
fronteras, se mantuvo desde el siglo X
hasta 1806.
Nunca fue un Estado-nación, sino más
bien una confederación de estados
independientes, unidos por los
propósitos comunes de hacer frente a
enemigos comunes, de la defensa de la
fe católica (aunque en su seno nacerá
el protestantismo), y de aprovechar el
extraordinario prestigio exterior que
daba el título de Emperador.
Ese título no era hereditario, sino
electivo (votaban los príncipes
alemanes), aunque ayudaban para ser
elegido tanto los antecedentes
familiares como los sobornos.

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Carlos llega a la península en 1516, para hacerse cargo de la regencia de su madre sobre Castilla y Aragón. Viene
sin conocer nada sobre estos reinos, incluido el idioma, y rodeado de un gran número de nobles flamencos que
acaparan todos los altos cargos y sacan fuertes sumas de dinero del país; además, desde el principio actúa como
rey y no como regente. Todo esto le hace muy impopular, lo que se ve agravado por la presentación, en 1519, de
su candidatura al Imperio, lo que exigía unos enormes gastos que fueron financiados por nuevos impuestos sobre
Castilla. La marcha del rey a Europa pone además de manifiesto el problema de que posiblemente vaya a ser un
rey más europeo que español.

Por todo ello, en ausencia del monarca estallan dos rebeliones en la Península. La de las COMUNIDADES DE
CASTILLA (1520-22) está protagonizada por los burgueses de las ciudades, que reclaman la “españolización” del
rey, que no se saque dinero de Castilla, y el favorecimiento de la economía castellana. Casi en paralelo estallan en
Aragón las GERMANÍAS (1519-1522), que enfrentan a los burgueses de los gremios contra la nobleza y el
campesinado. Ambas rebeliones serán sofocadas por el Rey con el apoyo de la nobleza, aunque servirán para que,
desde entonces, el monarca adopte una política más españolista. A partir de aquí la situación en el interior de
España será bastante tranquila, lo que permite al Emperador dedicarse a su complicada política exterior.

Esta se basa en la idea de lograr la “universitas cristiana”, es decir, la unión de la Europa cristiana bajo su mando.
Tres serán los problemas del emperador durante todo su reinado: el nacimiento en Alemania del
PROTESTANTISMO, la lucha con Francia por la hegemonía europea y la lucha contra los turcos en el Mediterráneo,
dirigidos por Barbarroja. Las guerras con Francia tendrán lugar en su mayoría en la zona de Milán, clave para qyue
el Emperador tenga una ruta fácil entre sus diferentes dominios (Nápoles / Imperio)

Las hostilidades con los protestantes empiezan en 1525, pero en 1531 el Emperador debe acudir a defender Viena
de los turcos, firmando con los protestantes la paz de NUREMBERG. También en 1525, Francisco I de Francia es
derrotado y firma la PAZ DE MADRID; dos hijos de este rey serán rehenes del Emperador como garantía de esta
paz. Inmediatamente después de la liberación de los príncipes (1540), los franceses se alían con los turcos, quienes,
con esta ayuda, consiguen ocupar Hungría en 1541, el mismo año en que destrozan una flota española en Argel.
Este es también el momento elegido por Francia para volver a la guerra, en la que vencerá España, firmándose en
1544 la PAZ DE CREPY, por la que los franceses se comprometen a abandonar su alianza con los turcos y a ayudar
al Emperador en su guerra contra el protestantismo.

Carlos centrará entonces todos sus esfuerzos en la guerra en Alemania contra los protestantes, consiguiendo en
1547 la espectacular victoria de MÚLHBERG. Este acontecimiento coincide con la muerte de Barbarroja, con lo que
remite el poderío turco. Es el punto culminante del poderío de Carlos, pero no durará mucho. En 1548 muere
Francisco I, y su sucesor, Enrique II, se alía con los protestantes y contraataca a Carlos. Esta nueva alianza es
demasiado poderosa para un emperador ya gravemente enfermo, y en 1555 ll Carlos firmará la PAZ DE
AUGSBURGO, en la que se ve obligado a reconocer la legalidad del protestantismo y dar libertad para elegir religión
a los habitantes del Imperio.

Abrumado por esta derrota, en 1556 el emperador abdica, dividiendo sus posesiones entre su hermano Fernando
(Austria) y su hijo Felipe (el resto), retirándose al monasterio de Yuste, donde muere en 1558.

En resumen, demasiadas guerras para un país no excesivamente rico como era España. Las guerras no hicieron
sino arruinar el país, como se demostrará en el reinado de Felipe II. Ni siquiera la plata que llegaba de América
pudo evitar la bancarrota, ya que, de hecho, en la mayor parte de las ocasiones esta plata ni siquiera llegaba a
España, sino que iba directamente a Europa para pagar a los tercios.

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3.4.- LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE FELIPE II. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN. LOS
PROBLEMAS INTERNOS. GUERRAS Y SUBLEVACIÓN EN EUROPA.

Felipe II (1556 – 1598) hereda los territorios de Carlos I a excepción del reino de Austria. A diferencia de su padre,
es un rey puramente hispano. Su reinado, marcado por una fuerte intolerancia religiosa, representa la culminación
de la monarquía absoluta y de la Contrarreforma Católica. Durante el mismo se lleva a cabo un importante proceso
de centralización política, reforzando la burocracia, y fijando una capital estable para el reino, Madrid, en 1561.

El sistema de gobierno se basa en los Consejos, que estudian los problemas y presentan informes al rey para que
éste decida, y resuelven asuntos de su competencia por delegación real. El principal es el Consejo de Estado, que
se encarga de los temas más importantes (política exterior, guerras…). Por debajo de este, los Consejos
Territoriales se encargan de asuntos específicos de cada reino. Por último, los Consejos Técnicos se encargan de
funciones concretas sobre asuntos particulares (Inquisición, Órdenes Militares, Hacienda…). Aparte, en cada reino
había instituciones propias: el Virrey, que suple al monarca en su ausencia, las Cortes, y las Audiencias.

Felipe II tendrá que enfrentarse durante su reinado a varias y graves crisis internas. La primera, y constante, la
mala situación económica, declarándose la bancarrota del Estado en cuatro ocasiones. Como problemas puntuales,
destacan la Guerra de las Alpujarras y la sublevación de Aragón. La primera se inicia en 1567 por una sublevación
de los moriscos de la zona, que son derrotados tres años después, siendo dispersados por España. La sublevación
aragonesa, iniciada por el asesinato del Justicia Mayor de Aragón en 1590 al negarse a entregar a un reo huido de
Madrid, será duramente reprimida, y como consecuencia, se suprimirán los fueros y organismos de gobierno de la
zona.

En Europa, el reinado comienza cerrando problemas que habían quedado abiertos en el de Carlos V. En 1557 se
derrota a Francia en la batalla de San Quintín, cerrándose el conflicto con las paces de Gravelinas (1558) y Cateau-
Cambresis (1559). Respecto a los turcos, en 1570 se forma una alianza entre Venecia, el Papado y España que
derrota completamente a los turcos en la Batalla de Lepanto (1571). Otro gran triunfo del reinado fue la
consecución de la UNIDAD IBÉRICA tras la anexión de Portugal en 1580, que se mantendrá hasta 1641; el pueblo
portugués nunca aceptó a los monarcas españoles como reyes, viéndolos como invasores.

Felipe II se enfrentará, sin embargo, a nuevos problemas: en los Países Bajos se acoge al rey como a un extranjero,
que toma además una medida tan impopular como implantar allí la Inquisición. Las protestas por esto provocará
la durísima represión ejercida por el Duque de Alba, con miles de muertos. Aunque la situación se tranquilizó con
los gobiernos en la zona de Juan de Austria y Alejandro Farnesio, quedó claro que la zona se independizaría de
España a la menor ocasión. Por otra parte, también son pésimas las relaciones con Inglaterra, por su condición de
país luterano, por la ayuda que presta a los rebeldes holandeses y por los ataques a los barcos españoles por parte
de los corsarios ingleses. Todo ello llevó a Felipe II a imaginar un descabellado plan que, a la larga, acabaría en
desastre: la invasión de la isla. Se prepara para ello la llamada “Gran Armada” o “Armada Invencible”, que en 1588
registra uno de los mayores desastres navales de la Historia de España.

3.5.- EXPLORACIÓN Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA. CONSECUENCIAS DE LOS


DESCUBRIMIENTOS EN ESPAÑA, EUROPA Y AMÉRICA.

Las primeras grandes expediciones de exploración son las de Vasco Núñez de Balboa (1513), en la
que se descubre el océano Pacífico, y con ello que esas nuevas tierras no son Asia, y la de Magallanes
y Elcano (1519-22), en la que se da la primera vuelta al mundo y se confirma la esfericidad de la
Tierra.

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Ruta de la primera vuelta al mundo

Con esta expedición se buscaba


una conexión por mar entre el
océano Atlántico y el Pacífico.
La expedición estuvo
compuesta por 239 hombres
que viajaron en cinco naves, de
los que sobrevivieron 18 y una
nave.

Puesto que en América no hay especias, el


proyecto comercial original será sustituido
por uno militar de conquista de los
territorios y su posterior colonización y
evangelización. Dicha conquista se hará por
etapas, desde Centroamérica hacia el sur,
en su mayor parte durante el reinado de
Carlos I: Hernán Cortes conquistará el
Imperio Azteca (1519 – 1521), y Pizarro y
Almagro el Imperio Inca (1531 – 1533).

Conquista de Sudamérica

Para la COLONIZACIÓN se usará el sistema de “Capitulaciones”, que eran contratos entre los reyes y personas
privadas. La tierra pertenece a la Corona, que con este sistema la reparte entre conquistadores y colonizadores
para su explotación. Los nativos son puestos bajo la tutela de un colonizador, el encomendero, que deberá
evangelizarlos, civilizarlos y ponerles a trabajar (sistema de Encomienda). Para la explotación minera se utilizará el
trabajo indígena forzoso, la mita. Este proceso dio lugar a múltiples abusos y produjo condiciones similares a la
esclavitud entre los nativos, provocando entre estos un fuerte descenso demográfico y la pérdida de sus formas
de vida tradicionales.

Las posesiones coloniales americanas convirtieron a la monarquía hispánica en una gran potencia económica,
gracias a la explotación de las minas y al monopolio comercial (solo España podía comerciar con América). Sin
embargo esta riqueza no fue aprovechada, pues a finales del siglo XVI la hacienda real estaba en bancarrota, ya
que el oro y la plata no se invertían en la riqueza de la Península, sino que se gastaban en mantener al ejército en
Europa, a pagar préstamos, y a comprar productos europeos.

Otras consecuencias de la colonización fue la emigración, que despobló algunos territorios peninsulares y favoreció
el proceso de mestizaje, y la aparición nuevos productos que fueron muy importantes para la economía europea:
patata, banana, tabaco, maíz, tomate, cacao, piña… También se puede hablar de consecuencias intelectuales e
ideológicas, derivadas por la fuerte controversia generada por el trato dado a los indios, en torno a si se les debía
considerar o no seres humanos con derechos naturales.

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3.6.- LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII: EL GOBIERNO DE VALIDOS. LA CRISIS DE 1640.

La Europa del siglo XVII sufre una profunda crisis que será más acusada en los Estados del sur. Mientras que la
economía, la política y la sociedad sufren esta decadencia, el arte experimenta uno de sus momentos más
brillantes.

Los reyes españoles del siglo XVII no tuvieron interés en el gobierno, que recayó en los VALIDOS, personajes que
gozaban de la plena confianza de los monarcas. Gobiernan sin los Consejos (los organismos que hasta ahora
asesoraban a los reyes), acaparando cargos, y creando redes de clientelismo3 y corrupción. Son odiados por todos
los sectores de la población.

FELIPE III (1598-1621) dejo el gobierno en manos, sucesivamente, de dos validos: el DUQUE DE LERMA (hasta su
caída en desgracia en 1518), y su hijo, el DUQUE DE UCEDA. Los hechos más destacados del reinado fueron la
expulsión de los moriscos en 1609 y la consecución de una cierta paz exterior, tendencia que se rompe al final del
reinado con la entrada en 1618 en la Guerra de los Treinta Años.

La reina Margarita, esposa de Felipe III, era muy crítica con los grandes abusos políticos y económicos que el valido estaba llevando a
cabo, por lo que promovió una investigación contra él. Se descubrió una enorme red de corrupción, y personajes como Rodrigo Calderón,
mano derecha del Duque de Lerma, fueron condenados y ejecutados. El valido utiliza la retorcida estratagema de solicitar a Roma que le
fuera concedido el rango de Cardenal, lo que le libraría de la pena de muerte. El cargo le es concedido, y el Rey le permite retirarse a sus
posesiones de Burgos. Se hizo muy popular en Madrid una coplilla que decía “Por no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se viste
de colorado” (el color del que visten los cardenales).

Una buena muestra de la extremada corrupción que impone el Duque de Lema es lo que podríamos denominar el primer gran “pelotazo”
urbanístico de la historia de España. El valido compró una gran cantidad de terrenos en Valladolid, a precio muy bajo. Tras esto, convenció
al rey para trasladar la capital de España (1601) a esta ciudad, con lo que el valor de dichos terrenos se multiplicó, mientras que el de las
propiedades de Madrid bajó muchísimo. Con parte de las ganancias obtenidas en Valladolid, adquirió gran cantidad de propiedades en
Madrid, ahora a precio bajo… que volvieron a subir muchísimo cuando la capital volvió a esta ciudad en 1606. Es decir, se enriqueció dos
veces con la operación.

FELIPE IV (1621-1665) tuvo como principal valido al CONDE DUQUE DE OLIVARES, que inició una política reformista
que pretendía, por una parte, lograr la unión real de los diferentes reinos de la monarquía desde una perspectiva
centralista y absolutista; para ello, realizó proyectos como la “Unión de Armas” por la que todos los reinos
peninsulares debían aportar hombres al ejército, y no solo Castilla, como hasta entonces; por otra, mantener la
hegemonía exterior, lo que conducía a la guerra. El fracaso de sus proyectos se evidencian con la revoluciones de
Cataluña y Portugal, en lo que se conoce como la crisis de 1640.

CATALUÑA.- Existía entre la población un gran descontento por la guerra contra Francia iniciada en 1635, tanto
por los reclutamientos forzosos y la exigencia de dinero como por el comportamiento de las tropas, que generaba
constantes enfrentamientos en Gerona entre soldados y campesinos. También porque la guerra paralizaba el
comercio. Esta situación estalla en el “Corpus de Sangre” de Barcelona. Durante las fiestas del Corpus se producen
graves enfrentamientos entre los campesinos venidos a estas (“segadors”) y los soldados. Los segadores se hacen
con el control de la ciudad y asesinan al virrey. Para recuperar el control, la Generalitat ofrece Cataluña al rey
francés Luis XIII, por lo que el Principado pasa a ser un virreinato francés. La guerra durará doce años, hasta que
en 1652 Barcelona capituló. La principal consecuencia de esta guerra es la pérdida del Rosellón y la Cerdeña, que
pasan a Francia en la Paz de los Pirineos de 1659.

3
Práctica ilegal consistente en, desde una posición de poder, beneficiar a determinados grupos o personas, garantizándose así su apoyo.

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PORTUGAL.- Existía un gran descontento en la zona por la marginación política del reino, la falta de protección
sobre las colonias y el comercio, muy perjudicado por los holandeses, y por los proyectos del Conde-Duque
(subidas de impuestos, sostenimiento del ejército…). La rebelión estalla en 1640 ante el reclutamiento de soldados
portugueses para sofocar la revuelta catalana, dando lugar a la proclamación de independencia portuguesa y la
“Guerra de Restauración”. En el conflicto, Inglaterra ayudará a Portugal y preservará su independencia hasta que
España debe reconocerla en el Tratado de Lisboa en 1668.

3.7.- LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS Y LA PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA ESPAÑOLA EN


EUROPA.

Durante el siglo XVII, los objetivos de la política exterior del Imperio Español fueron defender su extenso territorio,
el monopolio comercial con América y el catolicismo en Europa. Sin embargo, había graves dificultades para lograr
estos objetivos: la escasez de dinero, lo que provocaba motines entre las tropas, la escasez de estas, lo que obligaba
a levas forzosas, y las revueltas internas.

El reinado de Felipe III es un periodo de paz exterior, debido al desgaste originado por las guerras del periodo
anterior y a la muerte de los príncipes enemigos (Isabel I de Inglaterra y Enrique IV de Francia). En 1598 se firma la
paz con Francia, en 1604 con Inglaterra, y en 1609 la Tregua de los Doce Años con Holanda, lo que en la práctica
supone casi reconocer la independencia de esa zona.

Durante el reinado de Felipe IV, sin embargo, se establece una política militarista para recuperar la hegemonía, lo
que hace que la monarquía se implique en la Guerra de los 30 años (1618 – 1648). En origen, este conflicto es una
disputa entre protestantes y católicos, dirigidos por los Habsburgo de Viena, del imperio Alemán. Pero la
implicación de otras potencias acabó convirtiéndola en una guerra europea en la que se dirimirá la futura
hegemonía del continente, y en la que los Habsburgo de Viena y Madrid luchaban contra los protestantes
alemanes, Holanda, Dinamarca, Suecia y Francia.

La guerra acaba con la Paz de Westfalia (1648) que significó la perdida de la hegemonía de los Habsburgo (derrota
de Rocroi) y el ascenso de Francia. España reconoció la independencia de Holanda. Westfalia, sin embargo, no
trajo la paz al maltrecho Imperio español, ya que Francia y España siguieron en guerra hasta la Paz de los Pirineos
(1659), cuando se acordó la entrega de algunas plazas de Flandes, el Rosellón y la Cerdaña, así como el matrimonio
de Luis XIV con la hija mayor de Felipe IV, Mª Teresa. Además, siguieron los ataques corsarios y el contrabando
inglés. Este reino, en 1657 arranca del imperio Jamaica, Belice, Guayana y varios archipiélagos del Caribe, entre
ellos las Bahamas.

3.8.- PRINCIPALES FACTORES DE LA CRISIS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA DEL SIGLO XVII Y


SUS CONSECUENCIAS.

El siglo XVII es una época de crisis económica en toda Europa (salvo en Holanda e Inglaterra) y más específicamente
en España, donde se produce un descenso demográfico y un agotamiento económico.

CRISIS DEMOGRÁFICA.- Se produce un descenso de la población debido a:

- Epidemias (las peores desde 1348). Hubo tres oleadas de peste que mataron a 1.250.000 personas. Las regiones
más afectadas fueron Levante y Andalucía.
- Expulsión de los moriscos (1609-11), unos 300.000, afectando más a Valencia y Aragón.
- Guerras constantes que provocaba mortandad a los jóvenes.
- La crisis económica, que originaba crisis de subsistencias que aumentaban la mortandad, y mayor inmigración a
América, especialmente desde Andalucía.

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CRISIS ECÓNOMICA.- Originada por:

- Caída de la producción agraria por la disminución de campesinos (por la crisis demográfica y la presión fiscal).
- Disminución de la ganadería ovina por la menor demanda de lana desde Flandes.
- Crisis de la industria textil castellana ante la escasa demanda, los impuestos elevados y la escasa inversión debido
a la consideración denigrante que se tiene de las actividades industriales.
- Acaparamiento por extranjeros del comercio con América. Dos terceras partes de las mercancías son extranjeras.
- Endeudamiento de la Hacienda Real que empeoró desde el siglo XVI por el aumento de guerras y la disminución
de la llegada de los metales preciosos de América. Esto originó seis bancarrotas (suspensión de pagos) entre 1607
y 1678. Para paliar este problema se buscaron nuevas fuentes de ingresos, sobre todo en Castilla, como alterar el
contenido metálico de las monedas, implantar nuevos impuestos, vender cargos públicos y títulos nobiliarios…

Todas estas medidas, sin embargo, solo sirvieron para enfrentarse a las necesidades inmediatas.

3.9.- CRISIS Y DECADENCIA DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA: EL REINADO DE CARLOS II Y EL


PROBLEMA SUCESORIO.

El reinado de Carlos II (1665-1700) marca el cenit de la crisis española, tanto interior como exterior. El rey estuvo
aquejado de todo tipo de enfermedades desde niño, y tenía una inteligencia muy limitada. Dada su incapacidad
para gobernar, lo harán los validos de su madre (Mariana de Austria), regente hasta 1675, el Padre Nithard (jesuita
austriaco), y Valenzuela. Serán sustituidos en su reinado personal por Juan José de Austria (hijo bastardo de Felipe
IV, quien intentará llevar a cabo intentos de reforma para frenar la crisis, que fracasan. Las revueltas se extenderán
por todo el reino: Cataluña, Valencia, Madrid…

La extrema debilidad de la monarquía hispana durante el reinado de Carlos II obliga al reconocimiento de la


independencia de Portugal en 1668. Esta situación de debilidad es aprovechada por Francia para atacar al Imperio
en varias ocasiones obteniendo siempre concesiones. Así, por la Paz de Aquisgran (1668) y la Paz de Nimega (1678)
hay que ceder a Francia el Franco-Condado y otra serie de plazas de Flandes. Pero Francia quiere más, ambiciona
los territorios italianos, todo Flandes (Bélgica) y Cataluña. De hecho, a final de siglo los antiguos enemigos de
España, Inglaterra y Holanda, van a tener que apoyarla en la Liga Augsburgo, junto con Austria, para frenar el
expansionismo francés.

Carlos II muere sin sucesores y lega la Corona a su sobrino-nieto Felipe de Borbón, duque de Anjou y nieto de Luis
XIV de Francia, sucesión que nos será admitida por las restantes potencias europeas por el temor a una posible
unión entre Francia y España, dando lugar a la Guerra de Sucesión.

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TEXTOS.

CAPITULACIONES DE SANTA FE (1492)

"Las cosas suplicadas es que Vuestras Altezas dan y otorgan a don Cristóbal de Colón (…)

Primeramente que Vuestras Altezas como Señores que son de las dichas Mares Océanos hacen desde ahora al
dicho don Cristóbal Colón su almirante en todas aquellas islas y tierras firmes que por su mano o industria se
descubrirán o ganarán en las dichas Mares Océanos para durante su vida, y después de muerto, a sus herederos y
sucesores (…)

Otrosí que Vuestras Altezas hacen al dicho Cristóbal su Virrey y Gobernador General en todas las dichas tierras
firmes e Islas que como dicho es él descubriere o ganare en las dichas mares [...].

Que de todas y cualesquiera mercadurías, sean perlas, piedras preciosas, oro, plata, especiería, y otras
cualesquiera cosas y mercadurías de cualquiera especie, nombre y manera que sean, que se compraren, trocaren,
hallaren, ganaren y hubieren dentro en los límites de dicho Almirantazgo, que desde ahora Vuestras Altezas hacen
merced al dicho don Cristóbal para sí la decena parte de todo (…)

Yo el Rey. Yo la Reina. Por mandato del Rey y de la Reina. Juan de Coloma.

DECRETO DE EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS DE ARAGÓN Y CASTILLA (1492)

“Los Reyes Fernando e Isabel, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, León, Aragón y otros dominios de la corona,
al príncipe Juan, los duques, marqueses, condes, órdenes religiosas y sus Maestres, señores de los Castillos,
caballeros y a todos los judíos hombres y mujeres de cualquier edad y a quien quiera esta carta le concierna (…)
Bien es sabido que en nuestros dominios existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido
apostasía contra la Santa fe Católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos. Por lo
tanto, en el año de 1480, ordenamos que los judíos fueran separados de las ciudades y provincias de nuestros
dominios y que les fueran adjudicados sectores separados, esperando que con esta separación la situación
existente sería remediada, y nosotros ordenamos que se estableciera la Inquisición en estos dominios; y en el
término de doce años ha funcionado y la Inquisición ha encontrado muchas personas culpables además, estamos
informados por la Inquisición y otros el gran daño que persiste a los cristianos al relacionarse con los judíos, y a su
vez estos judíos tratan de todas maneras a subvertir la Santa Fe Católica y están tratando de obstaculizar cristianos
creyentes de acercarse a sus creencias.

Estos Judíos han instruido a esos cristianos en las ceremonias y creencias de sus leyes, circuncidando a sus hijos y
dándoles libros para sus rezos, y declarando a ellos los días de ayuno, y reuniéndoles para enseñarles las historias
de sus leyes, informándoles cuando son las festividades de Pascua y como seguirla, dándoles el pan sin levadura y
las carnes preparadas ceremonialmente, y dando instrucción de las cosas que deben abstenerse con relación a
alimentos y otras cosas requiriendo el seguimiento de las leyes de Moisés (…)

Nosotros ordenamos en este edicto que los judíos y judías de cualquiera edad que residan en nuestros dominios
o territorios partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades al fin de
julio de este año y que no se atrevan a regresar a nuestras tierras (…) y que si algún judío no acepta este edicto y
es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes.

Y hemos ordenado que toda persona en nuestro reinado sin importar su estado social incluyendo nobles que
escondan o guarden o defiendan a un judío o judía ya sea públicamente o secretamente desde fines de julio en sus

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hogares o en otro sitio en nuestra región tengan riesgo de perder como castigo todos sus feudos y fortificaciones,
privilegios y bienes hereditarios.

Hágase que los Judíos puedan deshacerse de sus hogares y todas sus pertenencias en el plazo estipulado por lo
tanto nosotros proveemos nuestro compromiso de la protección y la seguridad de modo que hasta final del mes
de julio ellos puedan vender e intercambiar sus propiedades y muebles y cualquier otro artículo y disponer de ellos
libremente (…) Damos y otorgamos permiso a los anteriormente referidos judíos y judías a llevar consigo fuera de
nuestras regiones sus bienes y pertenencias por mar o por tierra exceptuando oro y plata, o moneda acuñada u
otro artículo prohibido por las leyes del reinado”.

Dado en esta ciudad de Granada el Treinta y uno día de marzo del año de nuestro señor Jesucristo de 1492.

Firmado Yo, el Rey, Yo la Reina, y Juan de la Colonia secretario del Rey y la Reina quien lo ha
escrito por orden de sus Majestades.

FERNANDO II DE ARAGÓN.

“Tenemos en nuestros tiempos a Fernando de Aragón, actual rey de España. A éste se le puede llamar casi príncipe
nuevo, porque de rey débil que era se convirtió, guiado por la astucia y la fortuna más que por el saber y la
prudencia, en el primer rey de la cristiandad. Si consideramos sus acciones, las encontraremos todas sumamente
grandes y algunas extraordinarias. Al principio de su reinado, atacó Granada; y esta empresa fue el fundamento
de su Estado. La comenzó sin pelear y, sin miedo de hallar estorbo en ello, tuvo ocupados en esta guerra los ánimos
de los nobles de Castilla, los cuales, pensando en ella, no pensaban en innovaciones; por este medio, él adquiría
reputación y dominio sobre ellos sin que ellos lo advirtieran. Con el dinero de la Iglesia y del pueblo pudo mantener
ejércitos y formarse, mediante esta larga guerra, sus tropas, que le atrajeron mucha gloria [...] Bajo esta misma
capa de religión atacó África, acometió la empresa de Italia, últimamente ha atacado Francia; […] Estas acciones
han nacido de tal modo una de otra que, entre una y otra, nunca han dado a los hombres espacio para poder urdir
algo tranquilamente contra él”.

Maquiavelo, El Príncipe, XXI, 1.

LAS COMUNIDADES DE CASTILLA

“Que después de Carlos no le pueda suceder mujer ninguna en el reino, pero que no habiendo hijos, le puedan
sucder hijos e hijas y nietos y nietas siendo nacidos y bautizados en Castilla (…) Que el rey no pueda poner
Corregidor en ningún lugar, sino que cada ciudad y villa elijan el primer día del año tres personas de los hidalgos y
otras tres de los labradores, y los que estos escojan sean alcaldes de lo cicil y lo criminal por tres años (…) Que los
oficios de la Casa real se hayan de dar a personas que sean nacidas y bautizadas en castilla (…) Que el Rey no pueda
sacar ni dar licencia para ques e saque moneda ninguna del reino, ni oro ni plata, y que en Castilla no pueda valer
moneda ninguna que no fuese fundida y marcada en el reino (…)”

Peticiones de los comuneros en la Junta Santa de Ávila, 1521

DECRETO DE EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS

"Entendido tenéis lo que por tan largo discurso de años he procurado la conversión de los moriscos de ese reino
de Valencia y del de Castilla, y los edictos de gracia que se les concedieron y las diligencias que se han hecho para
convertidos a nuestra santa fe, y lo poco que todo ello ha aprovechado (...), he resuelto que se saquen todos los

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moriscos de ese reino y que se echen en Berbería. Y para que ejecute lo que S.M. manda, hemos mandado publicar
el bando siguiente:

Primeramente, que todos los moriscos de este reino, así hombres como mujeres, con sus hijos, dentro de tres días
de como fuere publicado este bando en los lugares donde cada uno vive y tiene su casa, salgan de él y vayan a
embarcarse a la parte donde el comisario les ordenare, llevando consigo de sus haciendas los muebles, los que
pudieren en sus personas, para embarcarse en las galeras y navíos que están aprestados para pasarlos en Berbería,
adonde los desembarcarán sin que reciban mal tratamiento ni molestia en sus personas. Y el que no lo cumpliere
incurra en pena de la vida, que se ejecutara irremisiblemente.

Que cualquiera de los dichos moriscos que, publicado este bando, y cumplidos los tres días, fuese hallado fuera de
su propio lugar, pueda cualquier persona, sin incurrir en pena alguna, prenderle y desvalijarle, entregándole al
Justicia del lugar más cercano, y si se defendiere lo pueda matar.

Que cualquiera de los dichos moriscos que escondiere o enterrase alguna de la hacienda que tuviere o no la poder
llevar consigo o pusiese fuego a las casas, sembrados, huertas o arboledas, incurran en la dicha pena de muerte
los vecinos del lugar donde esto sucediere, por cuando S.M. ha tenido por bien de hacer merced de estas haciendas
que no pueden llevar consigo a los señores cuyos vasallos fueren...”

Bando general de expulsión de los moriscos, 22 de septiembre de 1609.

GRAN MEMORIAL DEL CONDE-DUQUE DE OLIVARES A FELIPE IV.

“Tenga Vuestra Majestad por el negocio más importante de su monarquía el hacerse rey de España; quiero decir,
Señor, que no se contente Vuestra Majestad con ser rey de Portugal, de Aragón, de Valencia, conde de Barcelona,
sino que trabaje y piense con consejo maduro y secreto por reducir estos reinos de que se compone España al
estilo y las leyes de Castilla [...].

Tres son, Señor, los caminos que a Vuestra Majestad le puede ofrecer la ocasión y la atención en esta parte, y
aunque muy diferentes, podría la disposición de Vuestra Majestad juntarlos y que sin parecerlo, se ayudasen el
uno al otro.

El primero, señor, y el más dificultoso de conseguir, pero el mejor pudiendo ser, sería que Vuestra Majestad
favoreciese los de aquellos reinos introduciéndolos en Castilla, casándolos en ella y los de acá allá. [...] por la
admisión a los oficios y dignidades de Castilla se olvidasen de los corazones de manera que aquellos privilegios
que, por entrar a gozar de los de este reino igualmente, se pudiese disponer con negociación esta unión tan
conveniente y necesaria.

El segundo sería si hallándose Vuestra Majestad con alguna gruesa armada y gente desocupada introdujese el
tratar de estas materias por vía de negociación, dándole la mano a aquel poder con la inteligencia y procurando
que, obrando mucho la fuerza, se desconozca lo más que se pudiere, disponiendo como sucedido acaso, lo que
tocare a las armas y al poder.

El tercer camino, aunque no con medio tan justificadero pero el más eficaz, sería que, hallándose Vuestra Majestad
con esta fuerza que dije, fuera en persona como a visitar aquel reino donde hubiere de hacer el efecto y hacer que
se ocasione algún tumulto popular grande, y con este pretexto meter la gente, y con ocasión de sosiego general y
prevención en adelante, como por nueva conquista, asentar y disponer las leyes en la conformidad de las de
Castilla, y de esta misma manera irlo ejecutando en los otros reinos.”

Memoriales y cartas del conde-duque de Olivares (1624).

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