Está en la página 1de 6

LA EDAD DE CORONACIÓN

Por William Soto Santiago


3 de agosto de 1979
Fusagasugá, Colombia

Bueno, entonces viendo todas estas cosas que están aconteciendo, nosotros tenemos que ser
cuidadosos y no ir más allá de donde debemos de ir, tampoco quedarnos atrás sino ir al compás del
plan de Dios.

El cuarto Elías, como les estuvo diciendo nuestro hermano Bermúdez, habló acerca de que lo del
cuarto Elías lo echaron a perder por causa del fanatismo, y si por causa del fanatismo echaron a
perder lo del cuarto Elías, entonces no queremos echar a perder el plan de Dios que Él tenga para
este tiempo sino que queremos mantenernos siendo personas realistas. Cuando la persona es
realista y se enfrenta a la realidad de lo que Dios ha prometido para su tiempo y no actúa
ignorantemente, sino concientemente, y hace las cosas conforme al orden que tienen que ser hechas
las cosas, entonces esa persona es una persona sabia y entendida, y nunca causará oprobio ni echará
a perder el plan de Dios para ese tiempo.

Pero si la persona actúa ignorantemente y quiere ir más allá de donde debe de ir y entrar en
fanatismos, entonces usted sabe que echa a perder el plan de Dios; no queremos echar a perder el
plan que Dios tiene en este tiempo para todos nosotros.

Por lo tanto, yo les decía a los hermanos de Pasto en estos días pasados con relación a la experiencia
que tuvo Juan el discípulo amado cuando el Ángel le mostró todas estas cosas del libro de
Apocalipsis. Encontramos que ese Ángel, conforme a lo que el cuarto Elías nos enseña, ese Ángel es
Moisés y Elías, ese es el último Ángel o el último mensajero, u octavo mensajero; y fue algo tan
grande lo que Juan vio, porque Juan tipifica o representa la Novia del Señor pasando a través de la
diferentes edades; y cuando vio todas aquellas cosas y vio todo lo que el Ángel le mostró, y vio el
cumplimiento de las cosas que Dios había prometido, entonces, dice la Escritura, que Juan en una
ocasión se arrodilló para adorar delante del Ángel y el Ángel le dijo: “Mira que no lo hagas que yo
soy siervo contigo y con tus hermanos los profetas, por lo tanto adora a Dios.” ¿Por qué? Porque
Dios es Espíritu y el que le adora en Espíritu y en verdad es necesario que le adore. Fíjese, y Juan
representa a la Iglesia, a la Novia del Señor.

Luego, después el Ángel siguió mostrándole más cosas a Juan, el lapso de tiempo que le tomó a
Juan ver todas estas visiones fueron unos dos años, no fue una visión de un día nada más, fueron
dos años que Juan estuvo viendo estas visiones, durante ese lapso de tiempo en una ocasión veía
una parte, la escribía, en otra ocasión veía otra, la escribía; y así hasta que fue visto por Juan todo lo
que vemos aquí en el libro de Apocalipsis; y cuando él oyó los Truenos, le fue dicho que no lo
escribiera.

Bueno, usted puede darse cuenta ahí que Juan siendo tipo de la Iglesia, las etapas por las cuales la
Iglesia del Señor habría de pasar; y luego ya a lo último, en el último capítulo allá, por allá por el
verso 8, del último capítulo del libro de Apocalipsis (déjeme ver) sí en el verso 8, del capítulo 22 de
Apocalipsis, nuevamente Juan dice:
“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Ydespués que las hube oído y visto, me postré para adorar
a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de
los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.”

Bueno, ya casi terminando los dos años de experiencia, ya casi terminando de ver o terminando ya
de ver todo lo que le fue mostrado en un lapso de tiempo de dos años, nuevamente volvió a
arrodillarse, a postrarse a los pies del Ángel para adorar delante de él, y fue recibido por Juan la
misma respuesta de la primera ocasión: “Mira, que no lo hagas.”

Ya ustedes pueden ver que ese Ángel era un profeta, y ustedes pueden ver que eso está incorrecto de
ser hecho eso que Juan quería hacer, y Juan representa ¿a quién? A la Iglesia Novia del Señor. Así
que, lo mismo que Juan quiso hacer con el Ángel, sería lo mismo que algunos del pueblo de Dios
quizás tratarían de hacer pero ya saben la respuesta de parte de ese Ángel aquí en la Escritura.

Por lo tanto entonces, toda cosa que sea errónea el pueblo de Dios sabrá que no debe de hacerlo y
que debe mantenerse firme en la Palabra, en el mensaje que es traído; si no lo ha visto en el mensaje
algo que va a hacer, es mejor que no lo haga, ¿ve? Porque después puede encontrar sobre eso mismo
algo y ser contrario a lo que usted hizo y después tener que virar para atrás, arrepentirse, y decir:
“Yo hice algo que no debí haber hecho.” ¿Ve? Por eso entonces, no podemos nunca adelantarnos a
nada, no podemos hacer nada fuera de lugar. Si hay una cosa que deba de ser hecha en este tiempo
en que vivimos, está en los Truenos, está en el mensaje del Evangelio del Reino, ahí escucharemos y
aprenderemos de parte de Dios todo lo que Él quiere que sepamos para este tiempo.

Por tal razón entonces queremos caminar al compás de lo que Dios ha estado dando y esperar en
Dios que lo que falte de darnos, Él nos lo dé, Él lo ha prometido, Él lo va a hacer.

Así que, en este tiempo en que vivimos, la Edad de coronación, entonces es una Edad para nosotros
ser bien cuidadosos, ser bien sólidos, no ser fanáticos, sino ser realistas que reconocemos lo que
Dios está haciendo, pero no nos vamos al extremo del fanatismo, porque si nos vamos al extremo
del fanatismo, entonces echamos a perder el plan de Dios y si lo echamos a perder entonces de qué
nos vale haber visto lo que Dios está haciendo y luego nosotros no hacer lo que Dios quiere que
hagamos, y ponernos a hacer lo que nosotros queramos entrando en cosas de fanatismo y cosas que
no van con el mensaje del Evangelio del Reino.

Bueno, esperamos entonces que el grupo de la Edad de la Piedra Angular llegue a la perfección total
en todos los sentidos y ahí nuestros cuerpos terrenales lleguen a la perfección, teniendo un cuerpo
glorificado cada uno de los que están ahí en la Edad de la Piedra Angular.

Sabiendo y esperando estas cosas caminamos hacia adelante y con la recomendación de no entrar
nunca en fanatismo, de no entrar tampoco en herejía y cosas parecidas sino mantenernos firmes en
la palabra de Dios viviendo vidas santas y agradables a Dios.
EL SÉPTIMO SELLO
BUSCANDO A LOS ESCOGIDOS
Dr. William Soto Santiago
Viernes, 6 de marzo de 1998
(Tercera actividad)
Milipillas, Chile

Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la
nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Eso es la Venida de Cristo con Sus Ángeles, eso es la Venida del Jinete del caballo blanco de
Apocalipsis 19, es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana, en Su
Ángel Mensajero, operando a través de Su Ángel Mensajero los ministerios de Moisés por segunda
vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez.

Y aun con toda esa manifestación tan grande en el Ángel de Jesucristo, el Ángel del Señor Jesucristo
no es el Señor Jesucristo; por eso cuando Juan quiso adorarlo, el Ángel le dijo que no lo hiciera, sino
que adorara a Dios.

Tenemos que saber hacer la diferencia entre Jesucristo viniendo en Espíritu Santo, que es el Ángel
del Pacto, y el Ángel de Jesucristo, que es el instrumento de Jesucristo en el cual Jesucristo estará
manifestado; el cual será un hombre de este tiempo final, el cual será el profeta de la Dispensación
del Reino, o sea, un profeta dispensacional; la primera ocasión en que la Iglesia de Jesucristo luego
de Su nacimiento el Día de Pentecostés recibe un profeta dispensacional.

En las siete edades recibió diferentes mensajeros, entre ellos profetas como San Pablo y como
Martin también, y como el reverendo William Branham; grandes profetas de Dios pero de edades,
ninguno de ellos fue un profeta dispensacional.

Por eso cuando el precursor de la Segunda Venida de Cristo ve los siete ángeles allá en el cielo, en
esa Nube, ve que son los mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, pero luego ve otro Ángel
que era diferente a los demás; ese es el Ángel del Pacto o el Ángel de Jehová, el cual, así como los
siete ángeles mensajeros tuvieron que venir en carne humana, allí están en sus cuerpos teofánicos
en esta Nube, pero ellos tuvieron que venir en carne humana a la Tierra para tener sus ministerios
en estas edades de la Iglesia gentil; y ahora el Ángel que era diferente a los demás tiene que venir en
carne humana manifestado para poder tener el ministerio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus
Ángeles, y tiene que tener un velo de carne aquí en la Tierra; y ese es el Ángel del Señor Jesucristo
enviado para dar testimonio de estas cosas en las iglesias; porque en él estará manifestado el Ángel
del Pacto, el Ángel de Jehová, que es Jesucristo en Espíritu Santo.
EL SÉPTIMO SELLO
Y LOS SIETE TRUENOS
Dr. William Soto Santiago
Miércoles, 11 de marzo de 1998
(Segunda actividad)
Encarnación, Paraguay

Y ahora, el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Ángel del Pacto como el León
de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, será de oeste a este, porque Su Venida es
como el relámpago: que sale del oriente, de la tierra de Israel (donde fue la Primera Venida de
Cristo), y se muestra, se manifista, ¿dónde?, ¿resplandece dónde? En el occidente.

En el occidente la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles resplandece, la Venida del Ángel que
era diferente a los demás, la Venida del Ángel Fuerte resplandece en el occidente; y luego el Mensaje
de la Segunda Venida de Cristo irá hasta el pueblo hebreo; pero primero estará en medio de la
Iglesia gentil.
Eso es este Séptimo Sello: es la Venida de ese Ángel diferente a los demás y viniendo en carne
humana, en el Día Postrero, como vinieron los otros siete ángeles mensajeros de las siete edades de
la Iglesia gentil.
“Es una cosa muy extraordinaria y todavía no sabemos lo que es, porque no ha sido permitida su
apertura (hablando en el 1963, donde todavía no había sido permitida la apertura de ese misterio)”.
Y ahora, podemos ver el misterio del Séptimo Sello. Es el misterio de este Ángel que era diferente a
los demás. Este es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que para el tiempo fial estará manifestado
en carne humana en Su Ángel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder
pronto y así revelándonos el misterio de Su Venida en carne humana.

Pero ese Ángel Mensajero de Jesucristo no es el Señor Jesucristo; él solamente es el velo de carne, el
Mensajero de Jesucristo, donde el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo
estará manifestado en carne humana.

Por eso Juan quiso adorarlo y quiso adorar al Ángel de Jesucristo, y Jesucristo le dijo - y el Ángel le
dijo que no lo hiciera. ¿Por qué? Porque él no es el Señor Jesucristo, aunque en él está esa
manifestación de Jesucristo, del Ángel del Pacto, conforme a la promesa divina correspondiente a
este tiempo fial en la apertura y cumplimiento del Séptimo Sello.
LA LUZ DEL SÉPTIMO SELLO
Dr. William Soto Santiago
Martes, 5 de mayo de 1998
Minatitlán, México

Pero ese velo de carne no es el Señor Jesucristo, tampoco es el profeta Moisés y tampoco es el
profeta Elías. Ese velo de carne, llamado el Ángel de Jesucristo, es un hombre de este tiempo, el
profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular, donde estará Jesucristo en
Espíritu Santo manifestado operando los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta
vez y de Jesús por segunda vez.

O sea que el Señor es el Ángel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo, pero el velo de carne no es el
Señor; él es solamente el Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso fue que cuando Juan quiso adorarlo él no le permitió, no le aceptó esa adoración, porque él
es un profeta, un consiervo de todos los profetas, un consiervo de Juan; por lo tanto él no recibirá
adoración, él no la aceptará. “Adora a Dios”, dijo el Ángel al apóstol San Juan en dos ocasiones.
Esto es porque el Padre se requiere que sea adorado en espíritu y en verdad. Los verdaderos
adoradores adorarán al Padre (¿cómo?) en espíritu y en verdad, porque tales adoradores busca el
Padre que le adoren.

LA BENDICIÓN DEL SÉPTIMO SELLO


Dr. William Soto Santiago Miércoles, 20 de mayo de 1998
(Segunda actividad) San Juan, Sanarate, Guatemala

El llamado y recogimiento de los escogidos, la resurrección de los muertos en Cristo, la


transformación de nosotros los que vivimos y la revelación de todos estos misterios, de todas estas
cosas que deben suceder pronto, giran alrededor de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del
Ángel que era diferente a los demás viniendo en el Día Postrero en carne humana, viniendo velado
en carne humana y revelado por medio de carne humana en Su Ángel Mensajero.

Pero Su Ángel Mensajero no es el Señor Jesucristo, tampoco es el profeta Elías y tampoco es el


profeta Moisés, pero en ese Ángel Mensajero de Jesucristo estará el Ángel Fuerte que desciende del
Cielo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es este Ángel que es diferente a los demás; y
en él estará velado en carne humana, estará manifestado en carne humana, y estará operando el
ministerio de Moisés por segunda vez y el ministerio de Elías por quinta vez y el ministerio Jesús
por segunda vez. Esos ministerios estarán operándolos este Ángel del Pacto, que es Jesucristo en
Espíritu Santo, manifestado en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
Por eso fue que cuando Juan quiso adorar al Ángel de Jesucristo, el Ángel le dijo que no lo hiciera,
porque el Ángel no es el Señor Jesucristo; él le dijo que adorara a Dios.

Ahora hemos podido hacer la separación entre el Ángel del Señor Jesucristo y este Ángel que era
diferente a los demás.
LA POSICION DE LA NOVIA EN EL CUERPO DE CRISTO
Por William Soto Santiago
1 de marzo de 1974
Ponce, Puerto Rico

Yo espero que en esta noche, pues... usted haya visto y oído. No que haya oído solamente; porque
podemos oír y no ver nada.

Pero si estamos oyendo como estuvo Juan... él dice que vino al día del Señor, y vino en el Espíritu
del Señor. Si estamos en el Espíritu del Señor podemos ver y oír lo mismo que Juan oyó y vio. Juan
vio a Dios manifestado en carne, el mismo Señor nuevamente en otro cuerpo.

Y en ese otro cuerpo y esa otra manifestación estaba el nombre nuevo del Señor, y por eso él se
postró a los pies del Ángel; pero el Ángel le dijo: ―um, um, no lo hagas, yo soy siervo contigo y con
tus hermanos los profetas, yo soy un profeta también, no hagas eso Juan.‖

Y eso es lo que también yo le digo a ustedes: ―no hagan eso.‖ No lo hagan. Adoren a Dios en el
nombre del Señor Jesucristo. No adoren en la forma que Juan quiso adorar.

Yo no sé de aquí en adelante cómo Dios nos seguirá mostrando todos los secretos que hay ahí
escondidos en esa piedrecita blanca. Es una piedrecita blanca, porque mire, al lado de todo esto es
chiquitita, es una piedrecita.

Ahora, sabemos que esa piedrecita, pues, no es una piedra literal, sino que es Cristo, Dios
manifestado en carne en este tiempo, revelado a Su pueblo. Y así como en el Ángel, cuando fue
enviado al pueblo de Israel, estaba el nombre de Dios, también está el nombre de Dios puesto
nuevamente en el Ángel que ha sido enviado en este tiempo.

Ahora usted puede ver claramente por qué Juan se postró para adorar. Usted no podía saber más
que Juan, ni nadie en este tiempo podía saber más que Juan, excepto el hermano Branham.

Y ahora nosotros que podemos saber por qué Juan estaba haciendo esas cosas. Eso nada más, mire,
si no supiéramos eso, que estaba prohibido hacerlo, usted también lo hubiera hecho, usted también
lo haría, y yo también lo haría.

Mire, si cuando Juan lo fue a hacer, lo hizo, le hubiera dicho: ―sí, hazlo‖, nosotros estuviéramos
haciéndolo también. Ya lo estuviéramos haciendo al ver estas cosas; pero fue prohibido, no hacerlo.
Así que está prohibido, fue prohibido hacerlo. Así que no lo haga.

También podría gustarte