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El documento presenta un resumen del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V). Explica que el DSM V provee criterios diagnósticos para trastornos mentales con el fin de facilitar un diagnóstico más preciso y el tratamiento. También reconoce que los síntomas de los trastornos mentales no siempre encajan perfectamente en las categorías y que algunos síntomas como la depresión y ansiedad aparecen en múltiples trastornos. El documento luego presenta la definición formal
El documento presenta un resumen del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V). Explica que el DSM V provee criterios diagnósticos para trastornos mentales con el fin de facilitar un diagnóstico más preciso y el tratamiento. También reconoce que los síntomas de los trastornos mentales no siempre encajan perfectamente en las categorías y que algunos síntomas como la depresión y ansiedad aparecen en múltiples trastornos. El documento luego presenta la definición formal
El documento presenta un resumen del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V). Explica que el DSM V provee criterios diagnósticos para trastornos mentales con el fin de facilitar un diagnóstico más preciso y el tratamiento. También reconoce que los síntomas de los trastornos mentales no siempre encajan perfectamente en las categorías y que algunos síntomas como la depresión y ansiedad aparecen en múltiples trastornos. El documento luego presenta la definición formal
Texto: DSM V, Prefacio y Definición de trastorno mental
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) es una clasificación de
trastornos mentales con criterios asociados que se diseñó para facilitar un diagnóstico más fiable de estos trastornos. Ya que no es posible una descripción completa de los procesos patológicos subyacentes en la mayor parte de los trastornos mentales, es importante destacar que los criterios diagnósticos actuales son la mejor descripción que existe sobre cómo se presentan los trastornos mentales y cómo pueden los clínicos reconocerlos. El DSM pretende servir de guía práctica, funcional y flexible para organizar la información que pueda ayudar en el diagnóstico preciso y el tratamiento de los trastornos mentales. La información es valiosa para todos los profesionales relacionados con distintos aspectos de la atención de la salud mental. Los criterios son concisos y explícitos y pretenden facilitar una evaluación objetiva de la presentación de los síntomas en los diferentes ámbitos clínicos y en los estudios epidemiológicos de los trastornos mentales en la población general. El DSM V es además una herramienta para la recogida y la comunicación de estadísticas precisas de salud pública sobre las tasas de morbilidad y mortalidad de los trastornos mentales. Finalmente, sirve de manual a los estudiantes que se inician en su profesión y que necesitan un método estructurado para entender y diagnosticar los trastornos mentales, y a los profesionales expertos que se encuentran con trastornos raros. La clasificación de enfermedades está coordinada con la CIE de la OMS. Reconoce que las dolencias mentales no siempre encajan totalmente dentro de los límites de un determinado trastorno. Algunos dominios de síntomas, como la depresión y ansiedad, aparecen en múltiples categorías diagnósticas y podrían reflejar una vulnerabilidad común que subyacería en un mayor grupo de trastornos. Así, los trastornos que se incluyen en el DSM V se han reordenado con una estructura organizativa revisada con el fin de estimular nuevas perspectivas clínicas. Otras mejoras han sido introducidas, como: representación de aspectos del desarrollo relacionados con el diagnóstico; integración de hallazgos científicos de investigación genéticas y de técnicas de neuroimagen; consolidación del trastorno autista, el trastorno de Asperger y del trastorno generalizado del desarrollo dentro del trastorno del espectro autista; clasificación perfeccionada de los trastornos bipolares y depresivos; reestructuración de los trastornos por consumo de sustancias por motivos de coherencia y claridad; mejora de la especificidad de los trastornos neurocognitivos mayor y leve; transición en la conceptualización de los trastornos de la personalidad; nuevos trastornos y características en sección III; mejoras en el material de acceso online.
Definición de trastorno mental
Cada uno de los trastornos identificados en la sección II del manual debe cumplir la definición de trastorno mental. Por lo cual, debe cumplir los siguientes elementos: un trastorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración significativa clínicamente del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento del individuo que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental. Habitualmente, van asociados a un estrés significativo o discapacidad. Una respuesta predecible o culturalmente aceptable ante un estrés usual o una pérdida, no constituye un trastorno mental. Los comportamientos socialmente anómalos y los conflictos existentes principalmente entre el individuo y la sociedad no son trastornos mentales, salvo que se deban a una disfunción del individuo como las descritas anteriormente. El diagnóstico del trastorno mental debe tener una utilidad clínica: debe ser útil para que el médico determine el pronóstico, los planes de tratamiento y los posibles resultados terapéuticos en sus pacientes. Sin embargo, el diagnóstico de un trastorno mental no equivale a una necesidad de tratamiento. La necesidad de tratamiento es una decisión clínica compleja que debe tomar en consideración la gravedad del síntoma, su significado, el sufrimiento del paciente asociado al síntoma, la discapacidad que implican dichos síntomas, entre otros factores. El hecho de que algunos individuos no presenten todos los síntomas característicos de un diagnóstico no se debe utilizar para justificar la limitación de su acceso a una asistencia adecuada. Para aumentar la especificidad diagnóstica, el DSM V incluye las designaciones “otro trastorno especificado” y “trastorno no especificado”. La primera categoría sirve para que los clínicos puedan comunicar la razón específica por la que la presentación no cumple los criterios de ninguna categoría específica dentro de una clase diagnóstica, y se puede utilizar si existen datos para poder especificar la naturaleza de la presentación clínica. Si el clínico no es capaz de especificar y describir en más profundidad la presentación clínica, puede escoger el segundo diagnóstico.