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PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN
PASANTE DE MEDICINA:
SOFIA SARAHI LARA SÁNCHEZ
REVISOR:
DRA. JANICE SANTOS ANTONIO
1
ÍNDICE
V. HIPÓTESIS...….………………..…….…………………………..……………..… pág. 10
VI. OBJETIVOS
6.1. OBJETIVO GENERAL.……...………………………………...………… pág. 10
6.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS.………………………………….……..… pág. 10
X. CONCLUSIONES………..……...……………………………………………...…. pág. 22
2
I. RESUMEN:
I
Médico Pasante de Servicio Social. Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Universidad Nacional
Autónoma de México.
3
Las enfermedades infecciosas han acompañado desde la antigüedad a los seres
humanos. En un comienzo no se sabía por qué ni cómo se transmitían. Cada
enfermedad, con sus trágicas consecuencias, se atribuía a castigos del cielo, a brujerías
o a las más variadas y esotéricas razones. Fue en 1530 cuando un médico italiano
llamado Girolamo Fracastoro aventuró la hipótesis de que las enfermedades se
esparcían por "semillas contagiadas". Más tarde, el mismo médico extendió el concepto
afirmando que las enfermedades podían también ser transmitidas por la ropa o por el
aire. En el hecho, con estos conceptos, Fracastoro se adelantó en 350 años a Louis
Pasteur y Robert Koch, quienes en 1870 afirmaron que esas semillas de las que él
hablaba, eran "gérmenes microscópicos". Un gran avance se debió a Anton van
Leeuwenhoek, quien en 1683 pudo observar a través de un nuevo microscopio
gérmenes recolectados de sus propios dientes.1
También por aquella época se comenzó a avanzar en la terapia de algunas
enfermedades infecciosas. A comienzos de 1796, Edward Jenner desarrolló la vacuna
contra la viruela. Había observado que las lecheras expuestas a la viruela de la vaca, no
contraían la enfermedad. Inyectó el pus de las pústulas de la viruela de la vaca a niños
sanos, observando que éstos tenían un pequeño cuadro febril, pero no contraían la
enfermedad. No supo por qué sucedía, pero la medida resultó muy eficaz. 1 Luego vino el
progreso del saneamiento ambiental, que comenzó a rendir sus frutos en la primera
mitad del siglo XIX, cuando se comenzó a constatar la disminución de las muertes por
enfermedades infecciosas.2
Sin embargo, existe quizás un factor igual o de mayor impacto en la salud del ser
humano que las medidas sanitarias de higiene personal y saneamiento ambiental; y se
trata de la nutrición. 2 Desde la concepción hasta la muerte, la nutrición es quizá el factor
más frecuente e importante que afecta la salud. Durante la gestación el estado
nutricional de la madre determina la buena evolución pre y posnatal, además de la
resistencia óptima del individuo ante las enfermedades a lo largo de su vida, en relación
3, 4
a la susceptibilidad o resistencia.
4
La nutrición, por su parte, es una necesidad que concierne a todos los seres vivos, por lo
que es lógico pensar que los problemas de exceso o deficiencia de nutrimentos han
acompañado al hombre en su proceso evolutivo. En los seres humanos el exceso o
deficiencia en la alimentación se expresa en enfermedades identificadas como obesidad
y desnutrición respectivamente.5
5
En 1988 los investigadores estadounidenses Nevin Scrimshaw, Carl Taylor y John E.
Gordon publicaron un escrito auspiciado por la OMS en la que analizaron la interacción
entre nutrición y la infección, empleando datos provenientes d de observaciones clínicas
en seres humanos. En su trabajo lograron establecer generalizaciones cuantitativas
importantes y concluyeron que la interacción entre nutrición e infección funcionan en
ambos sentidos: las infecciones deterioran la nutrición del huésped, llegando a
exacerbar y hasta causar cuadros de desnutrición; a su vez, el estado nutricional del
huésped influye en el desarrollo de las infecciones. 11, 3
De hecho, las enfermedades no solo son causadas debido a la presencia del patógeno,
deben de existir condiciones que favorezcan la instalación del agente infeccioso, como la
susceptibilidad del paciente, receptores en la membrana de las células que permitan la
entrada del microorganismo y éste debe de ser patógeno o con los mecanismos de
resistencia que permitan su adaptación y proliferación dentro del humano. 3, 4
6
La situación de México, desde la perspectiva de la transición, puede considerarse como
intermedia; de hecho, existe un traslape: los padecimientos propios de los países en vías
de desarrollo, sobre todo los de origen infeccioso, coexisten con las enfermedades de
tipo crónico y degenerativo, características de las sociedades avanzadas. Así, aunque
las enfermedades crónicas y degenerativas ocupan ya un lugar importante dentro de las
10 principales causas de muerte, existen padecimientos, como la neumonía, que siguen
infligiendo grandes daños. En 1988, la tasa de muertes por neumonía en México en
niños menores de 5 años fue de 300 por 100 000 habitantes, muy similar a la tasa que
tenía Estados Unidos en los años cuarenta y muy parecida a las tasas de Cuba,
Uruguay y Costa Rica en los años 1976 y 1977.5, 9
7
Los países en desarrollo que han sufrido un deterioro económico lo reflejan en el estado
de salud de la población, particularmente en los niños, en quienes el nivel
socioeconómico está estrechamente relacionado con la prevalencia de infestaciones
parasitarias intestinales. Esto se explica por la estrecha relación que establecen los
niños en la edad escolar con las fuentes de infección (suelo contaminado), mediante la
práctica de juegos inherentes a estas edades y a la falta de hábitos higiénicos bien
establecidos; así como la tendencia a consumir alimentos de poco valor nutritivo fuera
del hogar, por lo general preparados sin la higiene necesaria. 17, 18, 19
Como se dijo con anterioridad, México presenta dos perfiles desde la perspectiva de la
transición, ya que los padecimientos propios de los países en vías de desarrollo, sobre
todo los de origen infeccioso, coexisten con las enfermedades de tipo crónico y
degenerativo, características de las sociedades avanzadas. Las enfermedades
5, 9
infecciosas, siguen infligiendo grandes daños en la población.
En nuestro país según un reporte de la secretaria de salud del 2018 acerca de las
causas de defunción en pediátricos, arrojó los siguientes datos: el 8% de estos murió de
enfermedades infecciosas intestinales, el 7.8% de infecciones respiratorias agudas bajas
y el 4.1 de desnutrición calórico proteica lo que resulta preocupante debido a que son
padecimientos totalmente prevenibles.20 Las infecciones en niños desnutridos son una
causa frecuente de muerte, y tomar en cuenta este hallazgo ayuda a disminuir la tasa de
mortalidad por casos en pacientes con desnutrición. 15, 21
8
III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
La desnutrición interactúa con las infecciones, mientras las infecciones ejercen un efecto
en su mayoría negativo sobre la ingesta de alimentos y el estado nutricio. Además de las
deficiencias de nutrimentos únicos, la desnutrición global es un factor contribuyente
primordial de una evolución más grave sino que es fatal para varias infecciones. Las
interacciones entre las infecciones y la desnutrición son diversas y mejorar el estado
nutricio tiene un gran potencial para prevenir y manejar infecciones.
Los efectos del estado nutricional sobre las infecciones y de éstas en la malnutrición
tienen una relación muy importante. La mayoría de los niños en casi todos los países en
desarrollo sufren de malnutrición en algún período de sus primeros cinco años de vida.
Los problemas de infección y malnutrición están íntimamente relacionados, aunque los
programas para controlar las enfermedades transmisibles y para mejorar la nutrición
tienden a iniciarse en forma bastante independiente. Sería mucho más eficaz y efectivo
si ambos problemas se atacasen en conjunto.
9
IV. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN:
V. HIPÓTESIS:
VI. OBJETIVOS:
10
VII. JUSTIFICACIÓN:
Se espera que éste estudio repercuta tanto sobre nuestra población muestra de niños y
sus respectivos padres, como también al público en general, teniendo como base la
información obtenida de la investigación misma, ya que al comprobar nuestra hipótesis,
en la cual planteamos la posible relación entre la desnutrición como factor predisponente
al desarrollo de enfermedades infectocontagiosas en niños, podremos establecer de
manera definitiva la correlación entre estas dos variables y, en consecuencia, tener
información científica que nos respalde en el ejercicio de generar una cultura de
prevención, que, además de hábitos nutricionales, eduque sobre hábitos de higiene para
la prevención de enfermedades infectocontagiosas.
11
VIII. MATERIAL Y MÉTODOS:
8.3. UNIVERSO:
Pacientes masculinos y femeninos igual o menores a 5 años de edad que acudieron a la
consulta médica general en el centro de salud Emiliano Zapata, atendidos por mi
persona en el periodo de tiempo mencionado, que comprenden una población total de
64 individuos. Todos con diagnóstico y/o antecedente de patologías infectocontagiosas
(infección respiratoria aguda y/o enfermedad diarreica aguda) como motivo de consulta
médica, de los cuales 43 son de género masculino y 21 de género femenino.
12
8.5 MUESTRA:
La muestra (64 individuos en total) está conformada por dos grupos:
- Un grupo de pacientes desnutridos, representado por 19 individuos.
- Un grupo de pacientes eutróficos, representado por 45 individuos.
8.6. MUESTREO:
Se elegirá a toda la población que cumpla con los criterios de inclusión citados. Se ha
seleccionado intencionadamente a una población de 0 hasta 5 años de edad para fines
de esta investigación. Por lo tanto, no constituye un muestreo probabilístico.
8.8. VARIABLES
8.1. OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES
- Variable independiente: Estado nutricional.
- Variable dependiente: Enfermedad infecciosa transmisible (IRAs y EDAs)
13
Instrumento de
Definición Tipo de
Variable Definición conceptual medición
operacional variable
(Indicador)
14
8.9. RECURSOS
8.9.1. MATERIALES:
Consultorio médico, expedientes clínicos, báscula mecánica adaptada con estadímetro,
báscula mecánica pediátrica, infantómetro, hojas de papel, bolígrafo, escritorio,
estetoscopio, estuche diagnóstico médico, computadora con software para organización
de datos.
8.9.2. HUMANOS:
Médico de consulta (médico pasante de servicio social), personal de enfermería y
asistencial.
8.10. PROCEDIMIENTOS:
Las intervenciones realizadas para evaluar a los sujetos de estudio fueron las siguientes:
- Medición de la longitud corporal (hasta los 24 meses) por medio de un infantómetro
(tomando la longitud del vertex a los talones) con el niño tumbado.
- En el caso de los niños mayores a 24 meses se utilizó una báscula clínica mecánica
adaptada con estadiómetro de 2 metros (tomando la distancia del vertex al suelo) con
el niño de pie y en posición antropométrica, con la cabeza situada en el plano de
Frankfurt.
- El material utilizado para la toma del peso en el caso de los menores de 24 meses
consistió en una báscula mecánica pediátrica (con capacidad de hasta 16 Kg, peso
neto de hasta 9 Kg), se colocará al menor en la charola porta-bebé de la báscula,
preferentemente desprovistos de ropa y calzado.
De igual forma, en algunos pacientes menores de 24 meses (que se encontraban
irritables al momento de la revisión), se llevó a cabo el procedimiento de “doble
pesada”, es decir pesando en primer lugar a un adulto -normalmente a la madre- y
seguidamente a la misma persona con el niño en brazos. Para ello fue utilizada una
báscula mecánica, este procedimiento permitió obtener el peso del niño por
sustracción entre el peso de la madre con el niño en brazos y el peso materno.
- Para la toma de peso en los niños mayores de 24 meses, se utilizó la báscula
mecánica (con una capacidad de hasta 160 Kg), esta se encontraba en una
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INSTITUTO DE SALUD DEL ESTADO DE MÉXICO
SUBDIRECCIÓN DE RECURSOS HUMANOS
15
superficie plana, horizontal y firme. Antes de iniciar, se comprobó el adecuado
funcionamiento de la báscula y su exactitud, posterior a ello los sujetos fueron
colocados de pie en posición central y simétrica en la plataforma de la báscula, sin
calzado y preferentemente en posición antropométrica.
A partir del peso y la talla se calcularon el peso para la talla (P/T), la talla para la edad
(T/E) y el peso para la edad (P/E). La condición nutricional, se estableció tomando como
referencia los estándares de la OMS derivados del Multicentre Growth Reference Study.
Las curvas de crecimiento y tablas de crecimiento permiten comprobar si un individuo se
encuentra dentro de los parámetros de variabilidad normal y expresan de manera gráfica
y numérica los valores antropométricos que se corresponden al grupo etario
correspondiente. Para comparar al sujeto estudiado con los valores de referencia se usa
el valor Z (Valor observado-Valor esperado/ Desviación estándar).
A su vez, para esta clasificación nutricional en lo que respecta a los indicadores de P/T,
T/E y P/E se ha considerado el límite de variación normal como la media ±1 desviación
estándar (DE); con desnutrición leve cuando el sujeto analizado se encuentra entre -1 y -
2 DE, con desnutrición moderada cuando se encuentra entre -2 y -3 y con desnutrición
severa cuando está por debajo de -3 DE.
Los estándares de P/E y T/E la edad permiten inferir si el crecimiento de un niño es
normal, retrasado o adelantado para su edad.
Una vez que tengamos los datos, se confirmarán con los datos que nos proporcionen los
padres; Así, se separarán en dos grupos: desnutridos y eutróficos. Posteriormente
tendremos la información necesaria para la comparación de ambos grupos y, por lo
tanto, confirmar, rectificar o rechazar nuestra hipótesis.
16
sujetos de estudio. Para realizar el contraste de los parámetros medidos obtenidos se
visualizaron las puntuaciones Z de la OMS para evaluar los patrones de crecimiento.
IX. RESULTADOS:
33%
67%
Niños Niñas
De este total de pacientes menores de 5 años el grupo etario más frecuente durante fue
el de preescolares en un rango de edad de 37 meses a 48 meses con 18 consultas, es
decir un 28.15% del total; este grupo etario fue precedido por el de lactantes de 13 a 24
meses con un total de 15 consultas que correspondió al 23.43%; ahora bien, tanto los
pacientes lactantes de 6 a 12 meses y los preescolares de 49 a 59 meses constituyeron
el 17.18% cada uno (es decir que a cada grupo le correspondieron 11 consultas); y
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SUBDIRECCIÓN DE RECURSOS HUMANOS
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finalmente el grupo de los preescolares de 25 a 36 meses abarcaron un total de 9
consultas, traduciéndose en 14.06% del total. La media de edad fue de 30.75 meses
(Tabla1).
Tabla 1. Características demográficas de pacientes menores de 5 años. 2020
Grupo de edad (Meses) Femeninos Masculinos Total (No./%)
6 a 12 meses 4 (6.25%) 7 (10.93%) 11 (17.18%)
13 a 24 meses 6 (9.37%) 9 (14.06%) 15 (23.43%)
25 a 36 meses 2 (3.12%) 7 (10.93%) 9 (14.06%)
37 a 48 meses 6 (9.37%) 12 (18.75%) 18 (28.15%)
49 a 59 meses 3 (4.68%) 8 (12.5%) 11 (17.18%)
18
Gráfica 2. Consultas de primera vez de IRA´S y
EDA´S de pacientes menores de 5 años
7
Pacientes masculinos
22
2
Pacientes femeninos
11
0 5 10 15 20 25
EDA´S IRA´S
2
Pacientes masculinos
12
2
Pacientes femeninos
6
0 2 4 6 8 10 12 14
EDA´S IRA´S
19
Respecto a los estándares de peso para la talla (P/T), la talla para la edad (T/E) y el
peso para la edad (P/E) analizados por medio de los patrones de crecimiento con
puntuaciones Z de la OMS nos permitieron identificar por medio de las distintas
dimensiones antropométricas directas consideradas a los menores de 5 años con
desnutrición y a su vez estadificarlos en el grado que presentan.
De acuerdo con lo anterior mencionado encontramos que aproximadamente 19 (29.68%)
pacientes se encontraban desnutridos abarcando un rango de edad desde los 18 meses
hasta los 58 meses, de este subtotal, 14 (73.69%) acudieron por primera vez y el 5
(26.31%) acudieron de forma subsecuente (Gráfica 4).
26%
74%
De los 14 (73.69%) pacientes con desnutrición que acudieron por primera vez, estos
fueron los datos recopilados: 6 (31.57%) de ellos fueron pacientes femeninos en rango
de edad de 18 meses a 36 meses, estos pacientes se encontraban con desnutrición leve
de acuerdo con la clasificación establecida por la OMS, en tanto que los 8 (41.10%)
pacientes restantes fueron masculinos, 5 (26.31%) de ellos se encontraban con
desnutrición leve, en tanto que los 3 (15.78%) restante presentaron desnutrición
moderada de acuerdo con la clasificación establecida por la OMS.
20
Los 5 (26.31%) pacientes restantes que acudieron de forma subsecuente, 3 (15.78%)
fueron de sexo femenino en un rango de edad de 24 a 36 meses y las cuales
presentaron desnutrición leve, en tanto que los 2 (10.52%) pacientes restantes fueron
masculinos en un rango de edad de 48 a 51 meses y los cuales también se presentaron
con un rango leve de desnutrición.
Entonces y de acuerdo con los resultados obtenidos observamos que solamente 19
(29.68%) pacientes de los 64 pertenecientes a esta muestra presentaron grados de
desnutrición de leve a moderada y a su vez, estos casos solo se relacionaron con la
presencia de enfermedades transmisibles de tipo infecciones respiratorias agudas (IRA
´S) y ninguno fue correlacionado con la presencia de enfermedades diarreicas agudas
(EDAS), pese a ello y de acuerdo con la información recabada durante la anamnesis
dirigida a los padres de familia, la mayoría mostraba poco o nula información sobre la
importancia de mantener un adecuado estado de nutrición de los menores. (Tablas 2 y
3).
Tabla 2. Pacientes con infecciones respiratorias agudas
1ª vez Subsecuentes
Características
Niñas Niños Niñas Niños
Pacientes eutróficos 5 14 3 10
Pacientes con
6 5 3 2
desnutrición leve
Pacientes con
0 3
desnutrición moderada
21
X. CONCLUSIONES:
Según los datos estadísticos del servicio de consulta externa en la unidad de atención
médica referida, existe una evidente prevalencia de patologías respiratorias y
gastrointestinales infecciosas como principal motivo de consulta por morbilidad
pediátrica.
Así mismo, podemos constatar que la prevalencia de enfermedades infectocontagiosas
transmisibles en niños menores a 5 años de edad presenta una similitud bastante
próxima a lo que reporta la bibliografía no relacionada a estudios de asociación con el
estado nutricional en dicha población.
Del mismo modo determinamos que los niños con un adecuado estado nutricio enferman
menos, y aquellos en quienes sí se reportaron tales padecimientos infecciosos, no se les
encontró asociación a cuadros de repetición según sus antecedentes personales
patológicos.
22
comprobando la hipótesis planteada demostrar la asociación de la desnutrición con la
prevalencia de IRA´S, y dando respuesta a nuestra pregunta de investigación, pues se
concluyó que, efectivamente, los niños desnutridos enferman con mayor frecuencia de
padecimientos infectocontagiosos en relación con los niños eutróficos.
Dichos resultados, naturalmente por la relevancia de los mismos, nos orientan a enfocar
nuestros esfuerzos como personal sanitario hacia una adecuada evaluación, manejo y
seguimiento de los niños con desnutrición.
Como sugerencia, puedo mencionar que una adecuada articulación entre el trabajo
realizado por el todo el personal dentro de la unidad médica, así como el trabajo
comunitario de promoción de la salud, permitirá mejorar el estado nutricional de los niños
y niñas para disminuir el impacto en su salud, incidiendo en una menor prevalencia de
enfermedades infectocontagiosas.
De tal manera que nuestra labor como médico vaya más allá de nuestro mero ejercer,
sino, asumir un papel de educador, teniendo en consideración las acciones realizables
en la comunidad, con el fin de modificar positivamente las variables que afectan a la
población, de esta manera, nos comprometemos a compartir la responsabilidad de la
promoción de la salud con la gente, trascendiendo nuestra labor como un verdadero
servicio social.
23
XI. IMPLICACIONES ÉTICAS:
24
XIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
25
11. Carroll C. K, et al. Microbiología médica. 27 ª edición. McGraw-Hill. 2016.
14. Ayala E.A, Díaz A. Infraestructura, ingreso y desnutrición infantil en México. Salud
Pública Mex. 2015; 57: 22-28.
15. Krawinkel M. B. Interacción entre la nutrición y las infecciones a nivel global: una
revisión. Ann Nutr Metab. 2016; 61(1): 39-45.
16. Kliegman, Geme S.T, et al. Tratado de pediatría. 21ª edición. Elsevier. 2020.
17. Ordoñez L.E. Desnutrición y su relación con parasitismo intestinal en niños de una
población de la Amazonia colombiana. Rev. Biomédica. 2012; 22: 486-498.
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