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seminario

edición
gráfica
experimental
2022

Relaciones entre imagen y palabra


a partir de problemáticas de
Relato, Montaje, Ritmo y Circulación.

Docentes:
Jéssica Agustina Gómez
Lucas Di Pascuale

Ayudantes alumnas:
Clara Galletti Baldi
Naira Vallejos Mihotek

Universidad Nacional de Córdoba


Facultad de Artes
Departamento de Artes Visuales
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! ) ! OROZCO, Olga, Poesía completa. Adriana
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0! '&%&!6"!&)*"'!D+',&%"'!6"%!E"(+&! E&6&!8),(5!'"!()"'"#*&!"'$58+"#65! GARRAMUÑO, Florencia, La experiencia opaca.
1! ! ,#&!(,F%+$&$+7#!<!$59"#*;#65%&!&%! Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, 2009.
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! @-!!4)"'"#*&$+7#!6"!8),(5'! DIDI-HUBERMAN, Geroges, Ante el tiempo.
G! -H! ,-!951*#/0&(5/)5! I5!"J(")+9"#*&%!6"'6"!"%!K"%&*5:!"%! Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2011.
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RAMACCIOTTI, Javier y MACCIONI, Franca,
3! CN! ,-!951*#/0&(5/)5! O#*)56,$$+7#!&!()58)&9&'!6"!6+'"P5! Hacer el movimiento, presentación del libro
! "6+*5)+&%M! Montajes. Arte, filosofía y psicoanálisis en la
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encrucijada. Editores Fernando Fraenza, Luis
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N! ! -! ,-!B&<<#/!+#!<#$(8/&! 2&%%")!&!(&)*+)!6"!%5'!*"J*5'!6"%! García y Pablo Moyano. Editorial Brujas.
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S! 4! H! ,-!'1A<)0)0!+#!:/5:8#0(&0! 4)"'"#*&#!8),(5'!(5)!*,)#5! CARRERA, Arturo, Misterio Ritmo. Espacio
2! ! ! Hudson, Lago Pueblo, 2017.
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T! L! -N! ,-!C)0)(&!&!)4:/#1(&DE/A?)$&! ! MECHOSNIC, Henri, Manifiesto del Ritmo en
R! ! Revista Panagruelica:
K! http://www.revistapantagruelica.com/index.php?op
H! CU! ! !
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,-!'1A<)0)0!+#!:/5:8#0(&0! 4)"'"#*&#!8),(5'!(5)!*,)#5! tion=com_k2&view=item&id=245:manifiesto-por-
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2! 6-!95::#/;#<+! K",#+7#!6"!!E59+'+5#"'!
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DI PASCUALE, Lucas Perdida, Texto curatorial de
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--! R! CW! ./#0#1(&$)51#0!")1&<#0!! 4,F%+$&$+7#!+9()"'&!! la exposición «Diario de una escultura y otros re-
-C! K! CT! <!*"J*5!'5F)"!&'("$*5'! latos» Julia Levstein. Crudo Arte Contemporáneo,
Q! Rosario, 2021
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YO! -T! "#/)&!95::#/;#<+!F!G&/&(&!+#!H)I8J50!
ROMERO, Juan Carlos. Unidad serial, 1971.
QL! Volante, impresión offset, 28 x 22 cm.
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Poesía completa El narrador
En paz es un relato descriptivo el que repite paso a paso el cuerpo,
Olga Orozco
una enumeración de llanuras y ocasos, de barcas y colinas,
que no tiene comienzo ni final,
lo mismo que un fragmento entresacado del texto de otra historia.
¿Pero quién permanece como un lagarto inmóvil bajo el sol?
En cuanto cunde el miedo, la penuria o la peste,
la narración se altera en esos puntos donde se quiebra el orden,
y entonces aparecen crónicas de invasiones y derrotas,
episodios oscuros donde hay fieras ocultas y algún otro es el rey
y uno es un fugitivo debajo de la piel,
tal como si habitara en el párrafo intruso de una leyenda negra.
Igual hay que perder hasta concluir sin conocer jamás el verdadero desenlace.
Pero llega el amor, su séquito de estrellas y el ala inalcanzable del deseo,

Olga OROZCO
sobrepasando siempre los límites de toda separación, de todo abrazo,
Poesía Completa y el cuerpo se hace altura, precipicio, vértigo, desvarío,
Adriana Hidalgo Editora,
Buenos Aires, 2013. dispuesto a transgredir y a ser atajo hacia lugares en los que nunca estuvo,
él, el protagonista de una fábula única,
el que se prueba por primera vez el corazón, los ojos y las manos,
y es la respuesta exacta y el espejo donde alguien recupera el paraíso.
Aunque al final apenas permita traslucir la puñalada del destino:
así agoniza cada vez el mundo,
con un cuerpo que sobra y con una novela interrumpida.
No habrá tregua después ni siquiera en el sueño,
ni siquiera tratando de dormir sobre el costado ileso,
porque ya no lo hay -nada más que capítulos deshechos, vidrios rotos,
el inventario de la soledad, hueso por hueso-,
porque no hay aridez como la que se narra con un cuerpo que termina en sí mismo,
un cuerpo que se lee lo mismo que un adiós borroneado en la arena.
Y no hablemos ahora de temblores ni de perplejidades ni de alertas
con los que ilustra el cuerpo sus cuentos fantasmales,
episodios ambiguos donde las sombras crujen y no hay nadie
o se siente avanzar el porvenir a través de la escarcha de otro mundo,
como si no supiéramos que el cuerpo no es de aquí,
que viene de muy lejos y se va,
sin aclararnos nunca si es reverso del alma, una opaca versión de lo invisible,
una trampa superflua,
¿o un nudo, sólo un espeso nudo en la gran transparencia?
¿Y a qué modelo alude con su muerte final ese intérprete ciego,
el mártir, el incauto, el que no sabe,
el que apaga las luces y cierra el escenario de este lado?
Relato en un vitral

Se rompió de una vez el afiebrado vitral de tu recuerdo.


En menudos fragmentos cayó como el granizo rebelde nuestra historia
desde un alto verano hasta la alcantarilla de los sueños.
Fue imposible rehacer este relato, disputarlo a la arena,
lograr que coincidieran las miradas, los colores, los tiempos.
Nada volvió a su siempre, a su errante sopor.
El sol es un agujero en todas partes
y los más bellos años no son más que una irreconocible polvareda
donde una sombra impía dibujó el laberinto del error, del engaño y del olvido.
Se perdió todo el oro junto con los pedazos del hechizo,
las brillantes escenas que un día encandilaron a las constelaciones del amor,
a los protagonistas ejemplares del mito.
Rojo avasallador, rojo implacable,
el torrente insensato de tu sangre enmascara mi rostro,
lo transforma en eclipse, en nebulosa.
El púrpura violento muere tras el telón de un granate enlutado;
mi cuerpo no soy yo; es un cuerpo sin nadie,
decapitado a ciegas por los tigres guardianes de las tentaciones
a cambio de otros cuerpos, vanos, siempre inconclusos, siempre deshabitados,
en el altar del viento, de los cantos rodados de las nubes.
Se avergüenza el azul, se desvanece, se borra en el cielo
justo donde trocaste la eternidad por una llamarada
y el éxtasis por hambre, por una endemoniada y acuciante jauría.
¿Y en nombre de qué ley nuestra casa es apenas un desván, una jaula, un farol,
o esa blanca pared que se prolonga sola en el intemperie,
mientras fundas tus casas sobre raíces negras,
sobre falsas alianzas y ligaduras rotas?
La respuesta es de astillas.
No alcanza ni siquiera para forjar mi asombro y tu ignorancia,
como no alcanza el verde sombrío, venenoso,
el mismo que fue jade y esmeralda en los follajes del mañana,
para resucitar ninguna primavera.
Apenas si algún rastro de lo que fue un fulgor violeta y es arena
me recuerda el adiós y aquel crepúsculo del alma ensimismada.
Lo demás es silencio y turbia confusión.
Nada más que residuos. Esplendores trizados.
Dichas y desvaríos, ceremonias y encuentros, fascinación y abrazos,
se deslizan en polvos de todos los colores
como en un arcoiris que anunciara el fin de la tempestad
y el fin del sortilegio.
Porque con esas crueles partículas radiantes se trazó el desenlace de la gran aventura.
No hubo eterno retorno del tiempo enamorado,
Salvo como castigo.
La narración de la
experiencia (extracto)
Florencia Garramuño
Conocimiento por
montaje
Georges Didi-Huberman

Didi-Huberman Georges, 2011,


Ante el tiempo. Buenos Aires:
Adriana Hidalgo Editora.
Hacer, el movimiento artes. Este libro traza ese desplazamiento, acompaña
la migración del término exponiendo, al mismo
efectúa una decisión, un Acto, siempre, al mismo
tiempo, sostenido en el desfondamiento de las
tiempo, su productividad para pensar las razones e instituyente de otros campos de posibles.
Clac, Clac, Clac/ hacen los huesos / modificaciones en el transcurso de la historia de las Por eso, quizá, se trata siempre de un acto, a la vez,
relampagueantes del futuro prácticas artísticas, así como también las apuestas subjetivo y al borde de la locura que pone en cuestión
M. Gambarotta
singulares y sus contribuciones inéditas en las escena ambas instancias; un acto que interrumpe la
del arte contemporáneo. Pero no sólo eso. Profanado soberanía del sujeto y de la decisión. Un acto sin
del horizonte específico de emergencia del término, orillas, podríamos decir ya que, el montaje, en tanto
Hace poco más de 20 años, y en su intento de pensar
el montaje ocupa en este libro una posición de encrucijada, es siempre la respuesta al acoso de la
la poesía de Whitman, Deleuze deslindaba dos formas
pensamiento y lectura privilegiada que atraviesa y situación de peligro, y la apertura al instante de
de experiencias respecto del Todo y el fragmento que
tensa los límites del saber y sus especificidades, salvación posible no se cifra (solamente) en la
eran, a su vez, dos modos de intervenir en el mundo,
despejando el espacio para la producción de voluntad o arbitrio del artista, pensador, o sujeto
en la historia y el arte. Los europeos, por una parte,
tendrían un sentido innato de la totalidad orgánica y conceptos impensables, acaso, sin su aporte. cualquiera.
su tarea sería la de conquistar el sentido del En esta coreografía doble del montaje, se Pero entonces, ¿qué es lo que resulta del Acto
fragmento y sólo pueden hacerlo por medio de una trata en todos los casos, sin embargo, de sostener el que es el corazón vacío del montaje? Así como en la
reflexión trágica o una experiencia del desastre; los frágil pero obstinado enlace entre estos dos tragedia el suceso ocurrido en el cruce de caminos
norteamericanos, por la otra, cargarían un sentido momentos. Cada uno de los artículos que lo funda la estructura del relato en tanto historia, así
natural del fragmento y lo que tendrían que componen ensaya modos de sostener este vínculo también el montaje como acto en la encrucijada es
conquistar es el sentimiento de la totalidad, de la entre un pensamiento del montaje y un pensamiento una decisión sobre lo real, el saber, el arte y la
composición hermosa. Nos encontramos, hoy, acá, en por montaje. El arte, la filosofía y el psicoanálisis, se historia. Es decir, el montaje no sucede en lo real, en
la intersección de estas dos formas de experiencia, piensan, entonces, en esa encrucijada. O, mejor, cada el saber, en el arte y en la historia solamente, sino que
entre nuestra herencia europea y el despliegue global montaje no es sólo doble, no solo piensa la le sucede a lo real, al saber, al arte y a la historia,
de lo americano, entre la experiencia trágica y la encrucijada, sino que es en sí mismo una encrucijada. recomenzándolos en un golpe de dados, cada vez.
búsqueda de la composición hermosa; Latinoamérica Pero ¿qué significa pensar en la encrucijada, En este libro, arte, filosofía y psicoanálisis
quizá sea el nombre de ese clivaje ambiguo, de esa ser la encrucijada? ¿y que significa eso hoy, aquí? no sostienen una cómoda interdisciplinariedad que
encrucijada, y el espacio en el que haya que intervenir Este libro no cesa de insistir en que el montaje apela dejaría inmune cada uno de sus campos específicos y
para radicalizar los puntos de articulación de estos a la colisión de temporalidades discontinuas que sin sus procedimientos. Puestos en encrucijada por el
dos modos de acceso al presente que Deleuze embargo comparecen en su actualidad. En este montaje, puestos en la encrucijada que es el montaje,
presentaba disyuntos. Montajes. Arte, filosofía y sentido nada mejor que pensar el aquí y el ahora del cada una de estas disciplinas es conducida a su punto
psicoanálisis se hace cargo de esa tarea y es por ellos montaje remontándonos a la tragedia griega y, en ella, singular de delirio, es decir, puesta fuera de surco. De
un libro atravesado por las figuras del pliegue, de lo a una imagen recurrente: aquella del cruce de este modo, alejadas de su imperativo de
doble, de la fractura y el encastre, tal como lo es el caminos y la decisión. Sabemos que en la tragedia se reconocimiento en nombre del imperativo de
concepto clave sobre el que giran los escritos ahí haya siempre un punto crítico en el que un personaje aventura, es posible encontrar en ellas una potencia
reunidos. En efecto, cada montaje es, al menos, doble, se encuentra en una disyunción de caminos donde de renovación, de salvación de lo creado, para decirlo
polar, escindido en su estructura. Es al mismo tiempo acontece el acto decisivo que funda la historia y la con Agamben. Este libro confirma en acto que es
un procedimiento de composición artística y un acción del relato en cuestión. Estar en la encrucijada, posible otorgar por el montaje una chance de
principio de inteligibilidad, un dispositivo de ser en la encrucijada, es, por ello, estar en una sobrevida a las disciplinas en el momento de su
pensamiento que excede, incluso, el ámbito de las situación de peligro en la que indefectiblemente se agotamiento disciplinario.
Pero insistamos entonces, en la imagen. Si el dispositivo de pensamiento. Deber de saber estar a la inequivalente, quizás, una encrucijada, tal vez un
montaje es, siempre, una encrucijada para su época o altura de las encrucijadas, deber de atender a la punto ciego de la academia. Una configuración de
una puesta en encrucijada de la época, ¿cuál sería, constelación de puntos ciegos en los que la época se acontecimientos y encrucijadas que desafían la huelga
entonces, nuestra encrucijada? Comencemos abisma y desfonda, y efectuar ahí el acto, la generalizada de eventos y decisiones; en suma, “una
advirtiendo que la nuestra ya no puede tener el configuración de acontecimientos que hace el victoria de la vida sobre la muerte, puesto que – como
sentido que tuvo, acaso, para Edipo ese movimiento por el que todo se relanza, sin culpa ni dijera Deleuze– no hay más vida que aquella que
extemporáneo. Porque si aún conservamos el pathos causa, nuevamente. El montaje sería el nombre de conecta y hace converger entornos”.
de la tragicidad, es a condición de haber perdido el este lugar vacío entre dos formas de clausura a la En resumen: un Acto. “El acto es la razón […
sentido de la tragedia, su posibilidad de salvación del diferencia pero que en tanto lugar vacío de resistencia ] cada vez que se instauran relaciones humanas en
sentido por la catarsis y de la restitución de la es inmanente a la época; es, para decirlo de otro una materia cualquiera, en un conjunto cualquiera,
identidad tras la catástrofe. Quizás por eso, para modo, el punto ciego de la época. “Hay un punto en en una multiplicidad cualquiera”, para decirlo
nosotros, por primera vez, la encrucijada se expone que la sangre es una filiación cualquiera”, reza un nuevamente con Deleuze. Una relación, siempre
en tanto que tal, sin garantías y, por ello, verso de Martín Rodriguez. Y, podemos agregar, hay política que prolonga “una singularidad hasta el
efectivamente trágica. Una encrucijada no crucificada un punto, este punto ciego, en que todas las entorno de otra, a fin de producir una configuración
en el sentido (esto es, no estaqueada, no simbolizada, filiaciones son filiaciones cualquiera, enlaces sin de acontecimientos, es decir, el conjunto más rico o
no salvada por ninguna significación ulterior); una presupuestos, alianzas que ensayan la prefiguración más consistente posible”. Actualizar una potencia,
encrucijada profana, digamos y, por eso, devuelta al de comunidades por venir, secuencias de devenir activo, producir una relación, prolongar
uso común. A un lado y otro del camino disyunto se discontinuidades que hacen un movimiento en singularidades, es decidir; es, en suma, hacer el
expone, hoy, una misma imposibilidad para la dirección al movimiento. Y allí entonces, de lo que se movimiento. Montajes, este libro, es entonces un acto
singularidad inequivalente. Sea por la continuidad del trata, en última instancia, es de producir una que hace el movimiento y expone, a la vez, los medios
camino moderno y su unificación teleológica, diferencia compuesta, composibilitada; una para continuarlo.
identitaria y representacional, sea por la continuidad singularidad inequivalente que, por ello, se resiste a
soterrada que oculta en nuestros días la equivalencia la valorización del valor y a la apropiabilidad del
general en la proliferación de pequeñas diferencias régimen equivalencial del capitalismo actual. Javi y Fran.
resistentes a la relación, el acto se encuentra Una imagen, en suma. Esa es su promesa.
expropiado por una elección que no se sostiene en la Una imagen, la imagen de una comunidad de
diferencia. Situados allí, entonces, en la encrucijada extraños habitando en una temporalidad mestiza y RAMACCIOTTI, Javier y MACCIONI, Franca (2015) Hacer el
frente a la modernidad, el montaje menta por un comunicándose en todas las lenguas sobre el fondo de movimiento, presentación del libro Montajes. Arte, filosofía y
psicoanálisis en la encrucijada. Editores Fernando Fraenza, Luis
pensamiento de la discontinuidad y la contradicción la vacancia de toda herencia, o lo que es lo mismo, García y Pablo Moyano. Editorial Brujas. 2015. Córdoba
de lo real; frente al fetichismo de las particularidades, teniendo como única herencia las hilachas flotando
opone en cambio un pensamiento de las relaciones y en el aire de las filiaciones cualquiera. Esa es, quizás,
del desclausuramiento del autismo liberal de los la imagen que nos devuelve este libro. La imagen-
saberes. montaje que desclausura facultades poniendo en
Entre dos formas de parálisis, entre la relación personas, instituciones y epistemologías que
disciplina y el control, entre la cárcel y la empresa, nada llamaría a cruzarse. Este libro exhibe la difícil
entre El Todo y la metamorfosis anárquica, el montaje convivencia, la tensión interna, la discontinuidad de
sería el nombre de un deber y una promesa; ya no todos esos operadores. Este libro es, en ese sentido,
sólo de un procedimiento técnico ni siquiera de un una diferencia compuesta, una singularidad
Misterio Ritmo
Arturo Carrera

Arturo Carrera
Misterio Ritmo
Editorial: ESPACIO HUDSON
Buenos Aires 2017
El día de hoy necesito, para ser un sujeto, vivir como En lugar que la actividad de todo lo que es poema

Manifiesto por un un sujeto, hacer un lugar para poemas. Un lugar. Lo


que yo veo alrededor de mí por la mayoría llamar la
contribuya, como sólo ella puede hacerlo, a consti-
tuirlas como sujetos. Nada de sujeto sin sujeto del
Partido del Ritmo poesía tiende a rechazar extrañamente, insoportable- poema.
mente, un lugar, su lugar, a lo que llamo un poema.
Henri Meschonnic Pues si el sujeto del poema falta a los otros sujetos de
Hay, en la poesía francesa, por razones que no son los que cada uno de nosotros es la resultante, hay a
ajenas al mito del genio de la lengua francesa, la ins- la vez una falta específica, y la inconsciencia de esta
titucionalización de un culto rendido a la poesía que falta, y esta falta toca a todos los otros sujetos. Los
produce una ausencia programada del poema. trece en la docena de sujetos que somos. Y no es el
Modas, que siempre ha habido. Pero esta moda ejerce sujeto freudiano el que va a salvarlo. O el que va a sal-
una presión, la presión de varios academicismos acu- var al poema.
mulados. Presión atmosférica: el aire del tiempo.
Sólo el poema puede unir, tener el afecto y el concepto
Contra este sofocamiento del poema por la poesía, en un solo bocado de habla que actúa, que transforma
hay una necesidad de manifestar, de manifestar el las maneras de ver, de oír, de sentir, de comprender,
poema, una necesidad que algunos sienten periódi- de decir, de leer. De traducir. De escribir.
http://www.revistapantagruelica.com camente, para dejar salir una palabra sofocada por el
poder de los conformismos literarios que no hacen En lo cual el poema es radicalmente diferente del re-
sino estetizar esquemas de pensamiento que son es- lato, de la descripción. Que nombran. Que permane-
quemas de sociedad. cen en el signo. Y el poema no es signo.

Una idolatría de la poesía produce fetiches sin voz El poema es lo que nos enseña a no servirnos más del
que se ofrecen y se toman como poesía. lenguaje. Está solo para enseñarnos que, contraria-
mente a las apariencias y a las costumbres de pensa-
Contra todas las poetizaciones, digo que hay un miento, no nos servimos del lenguaje.
poema solo si una forma de vida transforma una
forma de lenguaje y si recíprocamente una forma de Lo que no significa, según una reversibilidad mecá-
lenguaje transforma una forma de vida. nica, que el lenguaje se sirve de nosotros. Lo que, cu-
riosamente, tendría mayor pertinencia, a condición
Digo que es solamente por eso que la poesía, como
de delimitar esta pertinencia, de limitarla a manipu-
actividad de los poemas, puede vivir en la sociedad,
laciones tipos, como proceden comúnmente la publi-
hacer a las gentes lo que sólo un poema puede hacer
cidad, la propaganda, el todo-comunicación, la
y que, sin eso, ni siquiera sabrán que se desobjetivan,
no-información, y todas las formas de la censura.
que se deshistorizan para no ser ellas mismas más
que producto del mercado de las ideas, del mercado Pero entonces no es el lenguaje el que se sirve de no-
de los sentimientos, y de los comportamientos. sotros. Son los manipuladores, que agitan las mario-
netas que somos en sus manos, son ellos quienes se
sirven de nosotros.
Pero el poema hace de nosotros una forma-sujeto es- de la lengua a través de las cuales se representa. El sujeto. No deja de hacer sujeto. De usted. Cuando es
pecífica. Nos practica un sujeto que no seríamos sin vínculo impensable entre el genio del lugar y el genio una actividad, no un producto.
él. Esto, por el lenguaje. Es en este sentido que nos de la lengua.
enseña que no nos servimos del lenguaje. Pero nos Manera más rítmica, más lenguaje, de transponer lo
volvemos lenguaje. Ya no podemos contentarnos con Un poema no celebra, transforma. Es así como tomo que Mallarmé llamaba “autenticidad” y “estancia”.
decir, sino como una condición previa, pero tan vaga, lo que decía Mallarmé: “La Poesía es la expresión, por Estancia, término aún demasiado estático para decir
que somos lenguaje. Es más justo decir que nos vol- el lenguaje humano reducido a su ritmo esencial, del la inestabilidad misma. Pero “la única tarea espiri-
vemos lenguaje. Más o menos. Cuestión de sentido. sentido misterioso de los aspectos de la existencia: así tual”, sí, diré todavía sí, en este mundo conducido por
De sentido del lenguaje. provee de autenticidad nuestra estancia y constituye la vulgaridad de los conformistas y el mercado del
la única tarea espiritual”. Allí donde algunos creen signo, o entonces renunciar a ser un sujeto, una his-
Pero sólo el poema que es poema nos lo enseña. No que es anticuado. toricidad en curso, para no ser más que un producto,
aquel que se parece a la poesía. Del todo hecha. Por un valor de cambio entre las otras mercancías. Lo que
adelantado. El poema de la poesía. Él, no se encuentra Para el poema, reservo el mayor papel del ritmo en la la tecnización del todo-comunicación no hace más
más que con nuestra cultura. Variable, también. Y a constitución de sujetos-lenguaje. Porque el ritmo ya no que acelerar.
medida que nos engaña, haciéndose pasar por un es, incluso si algunos desletrados no lo han percibido,
poema, es un dañino. Ya que confunde a la vez nues- la alternancia del pan-pan sobre la mejilla del métrico No, las palabras no están hechas para designar las
tra relación con nosotros mismos como sujeto y nues- metrónomo. Sino que el ritmo es la organización-len- cosas. Están allí para situarnos entre las cosas. Si las
tra relación con nosotros mismos volviéndonos guaje de lo continuo de que estamos hechos. Con toda vemos como designaciones, mostramos que tenemos
lenguaje. Y los dos son inseparables. Este producto la alteridad que funda nuestra identidad. Adelante, la idea más pobre del lenguaje. La más común tam-
tiende a hacer y rehacer de nosotros un producto. En métricos, les basta un poema para perder el pie. bién. Es el combate, pero desde siempre, del poema
lugar de una actividad. contra el signo. David contra Goliat. Goliat, el signo.
Porque el ritmo es una forma-sujeto. La forma-sujeto.
Es por eso que la actividad crítica es vital. No destruc- Que renueva el sentido de las cosas, que es por el que Es por eso que también creo que nos equivocamos al
tora. No, constructora. Constructora de sujetos. accedemos al sentido que tenemos de deshacernos, relacionar ahora y siempre, en el caso de Mallarmé,
que todo alrededor de nosotros se hace de deshacerse, “la ausente de todo ramo” con la banalidad del signo.
Un poema transforma. Es por eso que nombrar, des- y que, acercándonos a esta sensación del movimiento El signo ausenta cosas. Sobre todo cuando se opone a
cribir no valen nada en el poema. Y describir es nom- de todo, nosotros mismos somos una parte de ese mo- la “verdadera vida” de Rimbaud. Permanecemos en
brar. Es por eso que el adjetivo es revelador. vimiento. lo discontinuo del lenguaje opuesto a lo continuo de
Revelador de la confianza en el lenguaje, y la con- la vida. Mallarmé, él sabía que sobre una piedra “las
fianza en el lenguaje nombra, no cesa de nombrar. Y si el ritmo-poema es una forma-sujeto, el ritmo ya páginas se volverían a cerrar mal”.
Miren los adjetivos. no es una noción formal, la forma misma ya no es una
noción formal, la del signo, sino una forma de histo- Es aquí que el poema puede y debe derrotar al signo.
Es por eso que celebrar, que tanto se ha tomado por rización, una forma de individuación. Abajo el viejo Devastar la representación convenida, enseñada, ca-
la poesía, es el enemigo del poema. Porque celebrar par de la forma y del sentido. Es poema todo lo que, nónica. Porque el poema es el momento de una escu-
es nombrar. Designar. Contar sustancias según el ro- en el lenguaje, realiza ese recitativo que es una subje- cha. Y el signo no hace más que dejarnos ver. Es
sario de lo sagrado tomado por la poesía. Al mismo tivación máxima del discurso. Prosa, verso, o línea. sordo, y vuelve sordo. Sólo el poema puede darnos
tiempo que aceptar. No únicamente aceptar el mundo voz, hacernos pasar de voz en voz, hacer de nosotros
como es, el innoble “no tengo sino bien por decir de” Un poema es un acto de lenguaje que no tiene lugar una escucha. Darnos todo el lenguaje como escucha.
de Saint-John Perse, sino aceptar todas las nociones sino una vez y que recomienza sin cesar. Porque hace Y lo continuo de esta escucha incluye, impone un con-
tinuo entre los sujetos que somos, el lenguaje que nos permite continuar viéndolo como un poeta difícil, el para retomar a Mallarmé, pues primero hay uno, y
volvemos, la ética en acto que es esta escucha, de allí poeta de lo difícil. El oscuro. Ningún cambio, o tan sólo el poema puede darnos lo que es único en hacer,
una política del poema. Una política del pensamiento. poco, desde Max Nordau. Siempre los imbéciles del es la escucha de todo lo que no se sabe que se oye, de
El partido del ritmo. presente. todo lo que no se sabe que se dice y de todo lo que no
se sabe decir, porque se cree que el lenguaje está
De allí lo irrisorio que retoman de Hölderlin indefini- Replegando a Mallarmé en su época. Doblemente en- hecho de palabras.
damente poetas del poetismo torre de marfil, que “el cerrado, Mallarmé: en el signo, y en el simbolismo.
hombre habita [o vive] poéticamente sobre esta tierra Antigualla, “la explicación órfica de la Tierra”. El Orfeo ha sido uno de los nombres de lo desconocido.
—dichterisch wohnt der Mensch auf dieser Erde”, un medio complaciente de continuar sin pensar en el Un error vulgar y común es creerlo enganchado al pa-
Hölderlin pasado por la esencialización Heidegger, en poema. A la vez sacralizando la poesía. sado. En lugar de que lo que designa continúe en cada
que se sitúa un pseudosublime de moda. No, por su- uno de nosotros.
puesto. El hombre vive semióticamente en esta tierra. La apuesta, de hacer oír la oralidad y la claridad de Ma-
Más que nunca. Y no se piense que me la agarro contra llarmé, es el poema. Contra la babosada sabia del signo. Y la Odisea, la “Odisea moderna” de que habla Ma-
Hölderlin. No, me la agarro contra el efecto Hölderlin, llarmé, otro error vulgar ha sido, y aún es, confundirla
no es la misma cosa. Contra la esencialización en ca- La apuesta del sugerir contra el nombrar como un con los viajes y sus relatos, con la calcomanía de las
dena del lenguaje, del poema (con el neopindarismo universal del poema. Luego un universal del lenguaje. epopeyas y de la idea asumida que de ellas se tenía.
que resulta, y que está de moda), y la esencialización No se puede ser más claro, como él decía: “trabajar Tanto como confundir lo monumental y lo sobredi-
de la ética y de la política. con misterio con vistas a más tarde o jamás”. mensionado. El poema muestra que la odisea está en
la voz. En toda voz. La escucha es su viaje.
El poetismo es la coartada y el mantenimiento del Entonces, al contrario de quienes ya no creen en la
signo. Con su cita cliché de rigor, el molino de plega- palabra de Mallarmé sobre “la explicación órfica de la Y si la escucha es el viaje de la voz, entonces queda
ria de la poetización: “¿y para qué poetas en tiempos Tierra”, y sin perder más tiempo con algunos descrip- abolida la oposición académica entre el lirismo y la
de miseria — und wozu Dichter in dürftiger Zeit?”. tivistas enumeradores de nombres de ciudades, diré epopeya. Tanto como la definición, ya tomada por
que el poema, el más pequeño poema, una copla es- Poussin de un italiano del siglo XVI, antes de ser
Es —ajá sí, así es — contra eso que falta poema, poema pañola, es el relevo del desafío aplazado, eludido en dicha otra vez por Maurice Denis, de la pintura como
todavía, siempre poema. Ritmo, todavía ritmo, siem- la no realización por Mallarmé de su “Libro”, que “colores en un cierto orden ensamblados” anula por
pre ritmo. Contra la semiotización generalizada de la esencializa la poesía, en lugar de oír las formas inde- anticipado la oposición entre lo figurativo y lo abs-
sociedad. De lo cual algunos poetas han creído esca- finidamente renovadas de la “Odisea moderna” en tracto.
par, o dan la impresión, con lo lúdico. El amor de la Mallarmé mismo, en lo que escribió más que en lo
poesía, en lugar del poema. Cavando su fosa con sus que no escribió, y en todas las voces que fueron su Queda únicamente: es pintura, o no es pintura. Como
rimas. Miseria poética más que tiempos de miseria. propia voz. ya decía Baudelaire. Es un poema, o no es un poema.
Eso parece. Eso hace todo por parecerse. Parecerse a
Hay que pensar en la claridad del poema. De allí la Porque, en cada voz, Orfeo cambia, y recomienza. la poesía. Parecerse al pensamiento. Ya que hay un
apuesta, en la necesidad de liberar a Mallarmé de las Una Odisea recomienza. Hay que oírla, hombres de poema del pensamiento, o entonces no hay más que
interpretaciones que continúan replegándolo al signo, poca voz. símil. Mantenimiento del orden.
al aislar desde hace cuarenta años las mismas pala-
bras, la “desaparición elocutoria del poeta”. Pero Con un poema, no es una videncia lo que actúa, como Sí, en un sentido nuevo, todo poema, si es un poema,
jamás “el poema, enunciador”. Mallarmé-síntoma. toda una tradición poética primero, poetizante des- una aventura de la voz, no una reproducción variable
Reducido únicamente a asuntos de sentido. Lo que pués, lo ha creído. Sino “el único deber del poeta”, de la poesía del pasado, tiene epopeya en sí. Y deja en
el museo de las artes y tradiciones del lenguaje la no- No a esta pobreza ampulosa que confunde el lenguaje Vivir no basta. Todo el mundo vive. Sentir no basta.
ción de lirismo que algunos contemporáneos han in- y la lengua, y no habla más que de la lengua sin saber Todo el mundo es sensible. La experiencia no basta.
tentado poner otra vez al gusto del día, haciéndolo lo que dice, de una memoria de la lengua, como si la El discurso sobre la experiencia no basta. Para que
decir su rosario de tradicionalismos: las confusiones lengua fuera un sujeto, y de una relación de esencia haya un poema.
entre el yo y el yo mismo, entre la voz y el canto, entre del alejandrino con el genio de la lengua francesa. No
el lenguaje y la música, en una común ignorancia del olviden respirar cada una de las doce sílabas. Tengan No a la ilusión de que vivir precede a escribir. Que ver
sujeto del poema. Confusiones, es verdad, que el pa- el corazón métrico. Mitología que sin duda no es ajena el mundo modifica la mirada. Cuando es al contrario:
al retorno interpretado por lo lúdico a la moda de la la exigencia de un sentido que no existe, y la transfor-
sado mismo de la poesía contribuyó a originar.
versificación académica. Y si era para hacer reír, está mación del sentido por todos los sentidos que cambia
Pero el poema da signo de vida. Lo que se le parece, malogrado. Ya Aristóteles había reconocido a quienes nuestra relación con el mundo.
porque quiere tener la poesía, tener el aire de, si no escribían en verso para ocultar que no tienen nada
Si vivir precede a escribir, la vida no es más que la
es que tener el ser de, da signo de libro. que decir.
vida, la escritura no es más que literatura. Y eso se ve.
Consecuencia: esta oposición recuerda a aquella que No al consenso-signo, en la semiotización generali- Al menos hay que aprender a reconocerlo. La ense-
ordinariamente se hace entre la vida y la literatura. Y zada de la comunicación-mundo. ñanza debería servir para eso.
un poema es lo que más se opone a la literatura. En
No no se va a las cosas. Puesto que no se para de No al ver tomado por oír. Poetas han creído que ha-
el sentido del mercado del libro. Un poema se hace en
transformarlas o de ser transformado por ellas, a tra- blaban de poesía poniendo todo en el ver, en la mi-
la reversibilidad entre una vida vuelta lenguaje y un
vés del lenguaje. rada. Falta del sentido del lenguaje. Las revoluciones
lenguaje vuelto vida.
de la mirada son efectos, no causas. Una manera de
No a la fraseología poetizante que habla de un con- hablar que esconde su propio impensado. La oposi-
Fuera del poema abunda el da igual de los preten-
tacto con lo real. A la oposición entre la poesía y el ción fuerte pasa entre el pensamiento por ideas asu-
sionismos, esos montajes que continúan repitiendo
mundo exterior. Que no conduce más que a hablar de. midas, y pensar su voz, tener la voz en su
el contrasentido tan extendido sobre la frase de
Enumerar. Describir. Nombrar aún. No es el mundo pensamiento.
Rimbaud: “Hay que ser absolutamente moderno”.
Definitivamente, nada más actual que el “Replicaré el que está allí, es la relación con el mundo. Y esta re-
No al rimbaldismo que ve a Rimbaud-la poesía en su
ante la agresión que los contemporáneos no saben lación se transforma con un poema. Y la invención de
partida fuera del poema.
leer”, de Mallarmé. Todavía el imbécil del presente un pensamiento es ese poema del pensamiento.
que habla, en ese contrasentido. El mismo que es No cuando se opone interior y exterior, lo imaginario
No la poesía no está en el mundo, en las cosas. Con-
imbécil del lenguaje. y lo real, esta evidencia aparentemente indiscutible.
trariamente a lo que poetas han dicho. Imprudencia
Ella impide pensar que no somos más que su relación.
de lenguaje. Ella no puede estar más que en el sujeto
Un poema se hace de ese verso al que se va, que no se
que es sujeto en el mundo y sujeto en el lenguaje No a la metáfora tomada por el pensamiento de las
conoce, y de ese del que se retira, que es vital reconocer.
como sentido de la vida. Se había confundido el sen- cosas, cuando no es más que una manera de girar al-
Para un poema, hay que aprender a rechazar, a tra- timiento de las cosas y las cosas mismas. Esta confu- rededor, lo bonito, en lugar de ser la única manera de
bajar en toda una lista de rechazos. La poesía no cam- sión arrastra a nombrar, a describir. Ingenuidad decir.
bia más que si se la rechaza. Como el mundo no pronto castigada. La prueba, si hacía falta, de que la
cambia más que por quienes lo rechazan. poesía no está en el mundo, es que los no poetas en él No a la separación entre el afecto y el concepto, ese
son como los poetas, y no hacen un poema. Un caballo cliché del signo. Que no sólo hace el símil-poema, sino
En mis rechazos pongo: no al signo y a su sociedad. da la vuelta al mundo y sigue siendo un caballo. el símil-pensamiento.
No a la oposición entre individualismo y colectivi- Manifestar no es dar lecciones, ni predecir. Hay un no puede decirse. Pero justamente un poema no
dad, este efecto social del signo, este impensado del manifiesto cuando hay algo intolerable. Un mani- dice. Hace. Y un pensamiento interviene.
sujeto, luego del poema, que gira en la literatura, en fiesto ya no puede tolerar. Es por eso que es intole-
la poesía como juego de sociedad, este refrito rengo rante. El dogmatismo fofo, invisible, del signo, él no Estos rechazos, todos estos rechazos son indispen-
del renga —esos supuestos poemas que se hacen pasa por intolerante. Pero si todo en él fuera tolera- sables para que venga un poema. A la escritura. A la
entre varios. ble, no habría necesidad de manifiesto. Un mani- lectura. Para que vivir se transforme en poema. Para
fiesto es la expresión de una urgencia. Deja de pasar que un poema transforme vivir.
No a la confusión entre subjetividad, esta psicología, por incongruente. Si no hubiera riesgo, tampoco ha-
en que el lirismo queda preso, esos metros que ha- El colmo, en lo que adquiere el aspecto de una para-
bría manifiesto. El liberalismo no muestra que es la
cemos cantar, y la subjetivación de la forma-sujeto doja, es que no es más que cuestión de truismos.
ausencia de libertad.
que es el poema. Pero desconocidos. Es lo cómico del pensamiento.
Y un poema es un riesgo. El trabajo de pensar tam-
No, no cuando se opone, tan cómodamente, la tras- Pero es únicamente por estos rechazos, que son las
bién es un riesgo. Pensar lo que es un poema. Lo que
gresión a la convención, la invención a la tradición. pulsaciones del pensamiento, para respirar en lo
hace que un poema sea un poema. Lo que debe ser
Porque hay, desde hace tiempo, un academicismo de irrespirable, que siempre ha habido poemas. Y que
un poema para ser un poema. Y un pensamiento
la trasgresión como hay un academicismo de la tra- un pensamiento del poema es necesario al lenguaje,
para ser pensamiento. Esta necesidad, pensar inse-
dición. Y porque, en los dos casos, se opone lo mo- a la sociedad.
parablemente el valor y la definición. Pensar esta in-
derno a lo clásico, mezclando lo clásico con lo separación como un universal del poema y del Nota bene: esto constituye, el dos de noviembre de
neo-retro, y en los dos casos se ha desconocido el su- pensamiento. Su historicidad, que es su necesidad. 1999, la segunda y provisoriamente definitiva ver-
jeto del poema, su invención radical que desde siem-
sión.
pre ha hecho el poema, y que remite esas oposiciones Pero si este pensamiento es particular, ha tenido
a su confusión, a su impensado, que oculta lo peren- lugar siempre por principio en una práctica, será ne- Agosto/noviembre de 1999
torio del mercado. cesariamente verdadero siempre. No es pues una
lección para lo que se llama el siglo por venir. Tam-
No además a la facilidad que opone lo fácil y lo difí- poco el balance académico del siglo. Este efecto de
cil, la transparencia a la obscuridad, a los clichés lenguaje, el efecto-temporalidad del signo. El discon-
sobre el hermetismo. El signo está allí por mucho, tinuo del siglismo.
que irracionaliza su propio impensado, que en efecto
vuelve oscuro. Es su claridad la que es oscura. Como En suma, el poema manifiesta y hay que manifestar
la claridad francesa. Pero al poema, no le hacemos por el poema el rechazo de la separación entre el len-
esa vieja jugada de nuevo. guaje y la vida. Reconocerla como una oposición no
entre el lenguaje y la vida, sino entre una represen-
No a la poesía como mira del poema, ya que en se- tación del lenguaje y una representación de la vida.
guida es una intención. De poesía. Que pues no Lo que restituye el impedimento pretendido de
puede dar más que literatura. La poesía de poesía Adorno (que es bárbaro e imposible escribir poemas
que ya no es poesía como el sujeto filosófico no es el después de Auschwitz), que algunos piensan invertir
sujeto del poema. interpretando ese papel de invertidor en Paul Celan,
aunque permanezcan en el mismo impensado, que
mostraba Wittgenstein con el ejemplo del dolor. Él
Perdida La materia prima de un trabajo editorial El sentido es el de la circulación
puede ser pensada de manera similar a un
Lucas Di Pascuale material escultórico, pictórico, performá- Este fragmento de la unidad serial permite
Texto curatorial de la exposición que Ud. tenga un grabado que forma parte
tico o instalativo. Al hacer una publicación
«Diario de una escultura de la experiencia que fue siendo percibida
podemos habitarla como el espacio de una por espectadores-Actores de distintos
y otros relatos»
Julia Levstein. experiencia que nos sucede ahí mismo, lugares: Buenos Aires, Santa Fe,
Crudo Arte Contemporáneo entre sus páginas. Con Julia imaginamos Avellaneda y La Plata – La obra continúa
ensayar Diario de una escultura y otros relatos creciendo.
Rosario, 2021
de manera parecida a un fanzine. En nuestra Ahora se expone en Rosario –El resto del
año en nuevos lugares. Si le interesa saber
maquetación van a descubrir elementos que
qué otros espectadores-Actores se
se repiten a lo largo de las páginas pares e relacionan con Ud. a partir de futuras
impares. Van a encontrar pliegos que mon- muestras, solicite información a: J. C.
tados a caballo conforman dobles páginas. ROMERO – M. OCANTOS 235 –
Hay algunos acentos tímbricos y cierto én- AVELLANEDA.1
fasis en nuestro pliego central. Hay silen-
Repartir este grabado-volante es para Juan Carlos Ro-
cios. Va haber momentos de lecturas y de mero el fragmento de una producción artística. La to-
presentación. La portada es vidriada y da a talidad está compuesta por cada uno de esos impresos
la calle, su anverso es parecido a ella misma. y sus lectores-Actores. Romero enfatiza la expectación
En sus manos tienen la contratapa, les pro- como un acto, la acción como un movimiento expan-
sivo, la reproducción como posibilidad de una red múl-
ponemos que la hagan circular. tiple y el espacio público como lugar de diálogo,
encuentro y choque.

Hay algo particular sobre el momento de la lectura


del volante, ese momento que siempre es posterior al
de la recepción. Inmediatamente posterior o lejano en
el tiempo. Puedo encontrarme con ese papel impreso
1
ROMERO, Juan Carlos. Unidad serial, 1971. Volante: en mi casa y no recordar de dónde es. Lo que nos inte-
impresión offset, 28 x 22. En: DAVIS, Fernando Juan
resa es que esa lectura ocurre en una relación íntima
Carlos Romero. Cartografías del cuerpo, asperezas de la
palabra, Fundación OSDE, Buenos Aires, 2009. entre pieza y espectador-Actor. Y como tal, forma parte
de una constelación de relaciones íntimas. Mientras leo,
alguien más está leyendo en otro sitio, exactamente lo
mismo que yo leo.
Esa contingencia que hoy es la obra de arte –perdido el desde un afuera. La pieza, como dupla, se sitúa en el es- desde una situación protagónica: el diálogo entre la pá-
sostén de un fundamento esencial, la obra de arte se vuelve con- pacio expositivo al tiempo que lo hace en ese otro espa- gina par y la impar. Esas dos que se encuentran unidas
tingente: pasa a depender de las circunstancias que la condi- cio-tiempo que queda en manos del espectador, mixtura y separadas justamente por el montaje –montadas a ca-
cionan, las posiciones que asume y las miradas que la acechan así la gobernabilidad contextual de esa contingencia. ballos decimos al armar una revista o el cuadernillo de
(que, por un instante, la atrapan). Escobar (2021: 48)– se La escultura que tiene un diario está compuesta por un libro– proponen una relación iniciática que luego
convierte así en una multiplicidad de singulares con- dos conos receptores de agua, los conos también pro- se expande en la totalidad de la publicación, poten-
tingencias, lecturas situadas en espacios diversos, o en ponen un adentro y un afuera. El primero es de metal ciando la co-presencia de distintos aspectos, distintas
el gran espacio que es la ciudad. La contingencia ocurre y está situado en el exterior de la sala, su misión es re- significaciones, distintos orígenes, distintas prácticas.
entonces en un espacio-tiempo propiciado por fuera de cibir agua de lluvia. Un conducto de plástico transpa-
las jerarquías y distinciones que propone el campo. rente –por donde el agua circula– lo conecta con el En varios trabajos de Julia ocurre un desmontaje desde
segundo cono que es de papel reciclado multicolor. Este la fragmentación del papel, esos papeles que tienen un
La práctica artística editorial expande, desde su multi- segundo cono es también receptor de ese misma agua, antes, fueron otra cosa, borrador, facturero, apunte, y
plicidad, el territorio de esa contingencia; ese encuentro aunque a partir de aquí la circulación continua en que han sido rasgados, desunidos. Y que ahora confor-
entre pieza artística y espectador puede suceder tanto en forma de humedad. man una nueva presencia, una nueva densidad y una
la sala de exposiciones como en la cama, la calle, el co- nueva funcionalidad. Tal es el caso del cono en la escul-
lectivo, el baño, el sillón, en solitario, en pareja, en tura sin nombre. Y de los vasos, también de de papel
grupo, de mañana, a la siesta, por la noche. El sentido es el del Montaje reciclado multicolor, donde Julia planea verter agua,
para que ese agua se escurra mientras la voz de una in-
La circulación de la pieza artística editorial sale del con- El montaje como procedimiento supone en vitada o invitado se hace oír, se hace relato, ocupa el es-
trol de quien la produce, de quien la pone a circular y efecto el desmontaje, la disociación previa pacio, constituye la exposición.
de quien la comercia; algo común para la práctica edi-
de lo que construye, de lo que en suma no
torial en general, pero que en el campo de las artes vi-
hace más que remontar, en el doble sentido Mis cicatrices no permanecen en la sombra se trata también
suales toma particular relevancia. Aquí el encuentro
de anamnesis y de la recomposición de papeles rasgados, aunque aquí los papeles fueron
entre pieza y público, distante de los contextos de visi-
estructural. Didi-Huberman (2011: 174) desmontados y vueltos a montar en un intento imposi-
bilidad donde usualmente ocurre, potencia lo contin-
gente de esa contingencia. ble por recuperar –con ayuda de cinta de pegar– su for-
La pieza editorial, decíamos, propone un espectador- malidad previa. La forma igualmente se concreta y en
Julia Levstein realizó una escultura que no tiene nombre, Actor desde su circulación. También lo hace desde su la presencia de las rasgaduras relata su historia de vida.
pero que tiene un diario. Una escultura por donde circula montaje, en la posibilidad que tenemos de manipular,
agua, y que en su Diario de una escultura relata situaciones de desmontar, de ir de atrás para adelante, de un frag- Julia también desmontó llaves de diversas casas que
de su vida –la de la escultura que ya no es igual a como era mento hacia otro fragmento. El montaje no sucede aquí habitó, para volverlas a montar modificando el trayecto
antes. En el diario encontramos un fragmento pequeñísimo en el espacio arquitectónico, sino que es hacia el interior entre agarre y doble paleta. Enredó esas rectas que nos
de material escultórico, referencias a otras prácticas, poe- de la pieza. La publicación propicia convivencias diver- permiten ingresar desde lo público a lo privado. Otros
mas y desvíos de esa escultura más parecida a un paisaje. Más sas, diálogos de múltiples fragmentos, relaciones de encuentros entre el espacio privado y el espacio público
parecida a un germen. Más parecida a una gota que cae. continuidad, de choque y de vacío. –también entre dibujo y fotografía ya que conocemos
la acción a través de su registro fotográfico– ocurren
Esta relación entre la escultura y su diario está habi- Al disponerse para ser leída desde sus diversas páginas, cuando Julia dibuja a gran escala el plano de una casa
tando el lugar de la contingencia desde un adentro y la pieza editorial contiene esa potencia del montaje en el afuera de esa casa.
Hay encuentros también entre lo permeable y lo im- No conocemos todavía esas voces invitadas a tomar la El sentido es el del Ritmo
permeable. El papel rugoso, el metal y el conducto de palabra mientras el agua se escurre. ¿Leerán poesías?,
plástico, la poesía impresa en la publicación y la poesía ¿contarán también historias de su cotidiano?, ¿compar- El ritmo es la organización-lenguaje del
escrita con nylon transparente sobre nylon transparente. tirán algunas de sus lecturas recientes?, ¿leerán una continuo del que estamos hechos. Con toda
Se expande, circula, humedece, fluye, gotea. Entre lo carta?, ¿vendrán voces de un pasado remoto? Lo que sí
la alteridad que funda nuestra identidad.
permeable y lo impermeable habla nuestro cuerpo, sabemos es que la voz de Julia tendrá compañía.
Meschonnic (1999)
habla el agua.
No estará sola la voz que cuenta la vida de la escultura.
En Misterio Ritmo, Arturo Carrera propone una variedad
Tampoco se sentirá solo el poema en conserva. Esos dos
de definiciones de la cuales optamos por traer la de
El sentido es el de la Palabra cilindros, el primero: una lata de tomate desfondada;
Maiakovski: El ritmo es la fuerza básica y la energía básica
el segundo: un papel enrollado que contiene un poema
de la poesía. No puede ser explicado, sólo puede ser descripto,
y un dibujo, y que dentro de la lata está ubicado de ma-
como los efectos del magnetismo o la electricidad. Carrera
que recorra el agua nera perpendicular a ella. La pieza es un video donde
(2017: 23). No podemos definirlo, solamente describir
nuestro cuerpo observamos –como si se tratara de un conejo que sale cómo se manifiestan esas relaciones entre partes y todo.
de la galera de una maga– un poema que haciendo caso Algo similar sucede con la vida. Parecería que en nuestra
hasta llegar a la otra orilla
a la mano de Julia, brota desde el hueco negro del des- cultura, la vida fuese lo que no puede ser definido, pero, pre-
...
fondamiento. cisamente por esto, lo que debe ser incesantemente articulado y
esa espuma que no sirve
para nada dividido. Agambem (2016: 31). La escultura sin nom-
Tampoco estarán solas las poesías transparentes, esas de bre de Julia Levstein tiene su propio diario, su propia
que no calma la sed intimidad radicalizada, escritas con letras de nylon re- vida, sus propios ritmos.
yo la quiero cortadas sobre un soporte del mismo material. Palabras
Levstein (2020: 21) que quieren ser susurro, visibles y no tanto, y que encar- Está también el ritmo de Julia que camina en solitario
nan la utopía de correrse del boom de la escritura en las y acompañada. Solo alcanzamos a ver las piernas y los
artes visuales. pies. Se mueven desde el límite superior o inferior de
La palabra implica un acercamiento distinto al de la la pantalla, entran y salen del campo visual. Caminan
imagen. Son las sílabas ejerciendo su amabilidad. Acer- La palabra trae relato, esa narración que también sobre el tiempo del trayecto y el tiempo de las superfi-
camiento de un cuerpo que descuida su alrededor. Las puede ser convocada en la soledad de la imagen. Relato cies de ese trayecto. El cuadriculado de las veredas, las
palabras nos producen un detenernos en el tiempo. de vida, relato de historias que acontecieron –o no– en grietas de las veredas, los montículos que algunas raíces
Julia trabaja con el tiempo, le interesa el transcurrir y otro tiempo y lugar. Historias que están a la vista en lograron en las veredas.
le seduce particularmente ese detenimiento en las pa- detalle o que simplemente dejan traslucir su presencia.
labras. Ocurre también ahí en el escrito, incluso dentro Historias que afloran en la distancia del espectador. La Puede que hacer artístico y ritmo comiencen juntos y
del espacio expositivo, una intimidad con la pieza. In- presencia del relato es estimulada por soportes y for- que tengan una vida en común. Que ese ritmo acontezca
timidad que propicia otra intimidad, la de un texto que matos que juegan con el aparecer del tiempo, ese jugar fuertemente en el dar a conocer, en el hacer pública la
trae lo cotidiano, la narración de una atmósfera que toca que propone Julia. El relato siempre sucede solidario pieza. Quizás la práctica artística se dispone ante otras
nuestra cercanía. al ritmo. presencias solo a través de su ritmo. Puede que el ritmo
suceda como un encuentro entre presencias. ¿Será que
una pieza tiene tantos ritmos como presencias?
Volviendo a la descripción, me sucede con el trabajo de Para hacer público nuestro trabajo debemos recurrir
Julia un ritmo ida y vuelta, un ritmo de poros que res- al montaje como posibilidad de agrupamiento y poten-
piran, un ritmo caminata, un ritmo vulnerable, un ritmo cia de nuestros fragmentos. Aunque también podría-
sol de otoño, un ritmo mancha de humedad, un ritmo mos ir dejando esos retazos –como miguitas de pan–
en voz alta pero no tan alta, un ritmo derivado, un ritmo por diversos sitios. Dejar, con la esperanza o sin ella, de
murmullo, un ritmo hormiga, un ritmo perdido. que los fragmentos se vinculen como si albergaran sus
propias zonas imantadas.
Sea como fuere, esas relaciones entre fragmentos y de
El sentido es el de Perderse fragmentos con el todo, ocasionarán un ritmo que será
particular para cada quien, incluso particular y nuevo
El mundo es azul en sus extremos y en sus y sorprendente para nosotros autores-espectadores-Ac-
profundidades. Este azul es la luz que se ha tores.
perdido. La luz del extremo azul del
A veces también sucede que ese ritmo entra en con-
espectro no recorre toda la distancia entre tacto con nuestro cuerpo, con nuestra piel, y de una ma-
el sol y nosotros. Se disipa entre las nera radical con la línea que divide nuestro cuerpo en
moléculas del agua, se disipa en el aire. dos. Sabemos que hay algo en ese ritmo que nos modi-
Solnit (2020: 29) fica. Tomados por el ritmo somos otros.

Hay un perdernos en nuestra práctica artística, un per- A veces también sucede que junto con el ritmo nos
dernos propio de quien investiga, un perdernos pariente viene la palabra o la huella de la palabra. Algo que
de la incerteza. Nos perdemos gracias a la posibilidad desde la humedad de la lengua nos retumba dentro y
de seguir huellas que se bifurcan y se bifurcan y se bi- nos describe siendo otros. Y puede ser que ese retumbar
furcan. También estamos perdidos en el azul oscuro, se convierta en relato, sea compartido con aquellas per-
casi negro de nuestra pulsión, ese no saber por qué ni sonas que queremos. Puede que incluso escribamos
para qué, aquello que a veces sentimos como una simple sobre ese ritmo y lo hagamos circular.
necesidad. Perdernos, buscarnos. Reconocernos, aunque
sea por un milésima de segundo, en nuestro hacer. estoy perdida
me dijo, me dije
Hay una pérdida también en el dar a conocer, en el quiero ensayar
soltar, en el poner en común, es la pérdida del dominio ver que pasa si
sobre nuestro trabajo cuando este se torna de carácter quiero también la espuma
público. Nos deja de pertenecer, distingue autoría de y ver esos pasos
propiedad. Los autores somos convertidos, quizás hay cuadriculados y
algo de magia aquí, en público. Arribamos a nuevos camaradas
descubrimientos en la distancia de nuestro hacer. desde
lo alto
de mí
En: DAVIS, Fernando
Juan Carlos Romero.
Cartografías del cuerpo,
asperezas de la palabra
Fundación OSDE,
Buenos Aires, 2009.

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