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Traumatismos del parto en el recién nacido

FACTORES DE RIESGO:

FETALES

1. Prematuridad: Un RN prematuro se considera cuando tiene una EG < 36 semanas. Cuanto menos en su periodo
de gestación más propenso es a lesiones durante el parto debido a que su cuerpo no se desarrolla por completo.
2. Macrosomía: Fetos grandes para su EG (por sobre los 4,5 kg).
3. Embarazos múltiples: Contracciones del primer nacido podrían desgarrar la placenta, dándole complicaciones
a los fetos restantes.
4. Presentaciones anormales: Podrían llevar a complicaciones como hinchazón y lesiones.

MATERNOS

1. Embarazo precoz o tardío: La edad materna presenta un riesgo debido al alargamiento del trabajo de parto.
2. Gran multiparidad: Provocaría hemorragia postparto.
3. Estrechez del canal vaginal: Dilatación incompleta que dificulta la salida del feto.
4. Alteraciones de la dinámica uterina: Alteraciones en la actividad de la musculatura uterina durante el parto.

OVULARES

1. Oligohidramnios: Baja cantidad de líquido amniótico.

IATROGÉNICAS: MANIOBRAS OBSTÉTRICAS INADECUADAS, INOPORTUNAS O MAL REALIZADAS

1. Maniobra de Kristeller: Se ejerce presión sobre el abdomen de la madre (fondo uterino) durante el período
expulsivo.
2. Uso de fórceps en el parto: Principalmente produce desgarros vaginales y, en el RN, lesiones.

FACTORES EXTERNOS

Utilización de anestesia: Podría generar depresión neurológica en el neonato, por ello, se extrae rápidamente con
probabilidad de equimosis en el mismo.
TRAUMATISMOS MÁS FRECUENTES ASOCIADOS AL PARTO

CABEZA Y CUELLO

1- CEFALOHEMATOMA:

El cefalohematoma corresponde a una zona de hemorragia entre el hueso y su cobertura fibrosa. La incidencia de este
traumatismo se estima entre 0,5% y 1,5% de los nacidos vivos y es muy raro en aquellos nacidos antes de las 36
semanas. No suelen ser aparentes hasta algunas horas e incluso pueden pasar días hasta después del parto.

2.- FRACTURAS CRANEALES:

Las fracturas craneales en su mayoría son lineales, parietales y asintomáticas. Éstas no requieren tratamiento, pero
conviene recordar que se han producido en un contexto traumático capaz de causar a la vez contusión cerebral y roturas
vasculares con la posibilidad de hemorragias a nivel subcutáneo o intracraneal. Posee una incidencia de 1,7 a 59 por
cada 10000 nacimientos.

3.- FRACTURAS FACIALES Y MANDIBULARES:

Las fracturas faciales y mandibulares son muy poco frecuentes, pudiéndose sospechar ante asimetría facial, equimosis,
edema local y crepitación. Tienen una incidencia de aproximadamente 0,25% de los nacidos y deben ser tratadas pronto
por cirujanos plásticos u otorrinolaringólogos expertos porque pueden producir deformidades craneofaciales diversas. Si
afectan los senos o el oído medio, se planteará el tratamiento con antibióticos.

4.- LESIONES OCULARES:

Las lesiones oculares más frecuentes son las hemorragias retinianas y subconjuntivales y las equimosis palpebrales, que
se resuelven de forma espontánea en 24 a 48 horas sin secuelas. En los demás casos en que se sospeche una lesión
ocular deberá realizarse una consulta urgente al oftalmólogo. Tiene una incidencia aproximadamente de un 0.19% de los
nacidos y suele ser causada al mal uso de fórceps.

5.- LESIÓN AL ESTERNOCLEIDOMASTOIDEO:

Se conoce la posibilidad de lesión del esternocleidomastoideo por "traumatismo de parto", aunque la tortícolis
congénita es más frecuente por malposición intrauterina con una incidencia del 0,4% de los recién nacidos. La masa
palpable (hematoma de la vaina) puede ser palpable al nacer o puede tardar 2 a 3 semanas en mostrar evidencias. Este
tipo de traumatismos deben tratarse con fisioterapia, sin embargo, el 20% pueden requerir cirugía para evitar la
asimetría facial secundaria.

LESIONES NERVIOSAS

1.- NERVIOS CRANEALES:

Puede producirse la afectación de los nervios craneales. La más común es la unilateral del par VII (facial). La afectación a
este nervio puede causar parálisis temporal o permanente y puede ser traumática con una incidencia del 0,7% de los
nacidos.
2.- PARÁLISIS FACIAL PERIFÉRICA:

La parálisis facial periférica puede ser consecuencia de la compresión intrauterina o intraparto del nervio facial y suele
afectar frente, ojo y boca. Comúnmente se debe a la aplicación de fórceps con pinzamiento del nervio contra los relieves
óseos (en el trayecto mastoideo o a la salida por el foramen esternomastoideo), pero también existen los casos en
donde puede no tener relación alguna con traumatismo de parto. El pronóstico es bueno si no hay rotura de las fibras,
mejorando en 1-2 semanas tras el nacimiento, aunque la curación completa puede tardar varios meses.

3.- PARÁLISIS FACIAL CENTRAL:

La parálisis facial central es por afectación o agenesia del núcleo del nervio y no tiene relación con el traumatismo de
parto. Una forma benigna de llanto asimétrico que puede confundirse con la parálisis facial es la ausencia del músculo
depresor angular de la boca.

4.- NERVIOS PERIFÉRICOS:

La afectación de los nervios periféricos suele darse a nivel de las raíces cervicales, afectando el nervio frénico (C3-C4-C5)
y el plexo braquial (C5-C6-C7-C8-T1). Estas lesiones se producen en general por hiperextensión del cuello al tirar de la
cabeza, cuello, brazo o tronco. Son más frecuentes en los partos de nalgas y en la distocia de hombros, y en niños
grandes e hipotónicos.

5.- MÉDULA ESPINAL:

La lesión de la médula espinal puede presentarse en partos con hiperextensión del cuello y en partos de nalgas. A veces
durante el parto se oye un chasquido por la rotura de la duramadre, el neonato aparece alerta pero flácido. La lesión
consecutiva más frecuente es la hemorragia epidural con edema y afectación neurológica temporal. Puede haber
inestabilidad térmica por interrupción del control del flujo periférico. Si la sección es completa, habrá también un nivel
sensitivo. Siempre que se sospecha la existencia de este tipo de lesiones, en la sala de partos se inmovilizaron la cabeza y
la columna sobre un plano duro para el transporte. Se comprobará la existencia de alguna compresión (luxación o
fractura), procediendo a la resolución quirúrgica cuando sea preciso.

LESIONES ÓSEAS

1.- CLAVÍCULA:

La clavícula es la que se fractura más frecuentemente en relación con el parto. En ocasiones se percibe un chasquido
cuando se produce la fractura. El neonato presenta "pseudoparálisis" del brazo correspondiente, con reflejo de Moro
asimétrico y crepitación a la palpación. A veces el tacto es doloroso y permite apreciar la alteración de la forma de la
clavícula. No suelen requerir tratamiento, pero se recomienda cuidado al cambiar de ropa al niño para evitar el dolor
(empezar por el brazo afectado).

2.- HUESO LARGO:

Las fracturas de huesos largos son mucho menos frecuentes. La falta de movilidad de un brazo o de una pierna pueden
ser los primeros signos de fracturas de húmero o fémur. La inflamación local y el dolor a la movilización pasiva
completan el cuadro. Las que se producen intraparto pueden oírse a veces como un chasquido. Se deben tratar
inmediatamente. Las de húmero, más frecuentes, pueden tratarse con buen resultado inmovilizando el brazo con
vendaje pegado al tórax durante 2 a 4 semanas. En las de fémur se suele realizar tracción-suspensión de ambas
extremidades, aunque la fractura sea unilateral.
LESIONES INTRAABDOMINALES

1.- HEPÁTICAS:

Se suele asociar a niños grandes y/o a partos de nalgas. Pueden jugar papel las maniobras forzadas de reanimación. Las
roturas hepáticas suelen "sellarse" por la cápsula de Glisson, determinando la aparición de un hematoma subcapsular.
Puede haber clínica generalmente el primer y tercer día con anemia variable e ictericia por reabsorción del hematoma.
En ocasiones hay decaimiento, palidez, toman mal, tienen taquipnea y taquicardia. Si la cápsula se rompe, la clínica suele
ser más severa, pudiendo producir anemia aguda, shock e incluso la muerte del paciente.

LESIONES A TEJIDOS BLANDOS

1.- CORTES:

Ocasionalmente pueden producir cortes de profundidad variable por un bisturí durante una cesárea, que pueden
precisar sutura. Hay que tener en cuenta estas lesiones como posibles puertas de entrada de infección, en especial si
hay debajo un caput o un cefalohematoma.

2.- MARCAS POR MONITORIZACIÓN FETAL:

Más frecuentes son las marcas que se ocasionan por la monitorización fetal. El control cardiotocográfico con registro
directo supone la implantación de un electrodo en la zona de presentación. Los errores de colocación pueden afectar
lugares de la cara o los ojos.

3.- PETEQUIAS/EQUIMOSIS:

Las marcas más comunes como consecuencia de las fuerzas del parto sobre el feto son las petequias y equimosis. El
interés de su reconocimiento (historia, localización, aparición precoz, no progresión y ausencia a otros niveles) estriba
en su diagnóstico diferencial con cuadros de coagulopatía o vasculitis. Suelen recuperarse con rapidez. En todo caso
pueden colaborar a la producción de una ictericia por sobrecarga.

4.- NECROSIS GRASA SUBCUTÁNEA:

Causadas por compresión durante el parto sobre los relieves fetales (carrillos, brazos, espalda, nalgas y muslos). No
suele verse al nacimiento sino al cabo de 1-2 semanas, la zona afectada se presenta como una placa o nódulo duro,
adherente a planos superficiales y profundos y con coloración oscura o rojiza, no dolorosa a la palpación. (17)

CONDICIONES DE LA MADRE:

Hay condiciones de la salud de la madre que pueden aumentar el riesgo de lesiones en el nacimiento. Estas condiciones
pueden hacer un embarazo de ‘alto riesgo’, lo que significa que la madre y el bebé puede necesitar un control adicional
y posibles intervenciones adicionales para evitar lesiones durante el parto.

Estas condiciones incluyen:

• Diabetes y Diabetes Gestacional: Causante directo de hiperglucemia e hiperinsulinemia fetal, conllevando a


una macrosomía.
• Embarazo Post-Término: El principal riesgo del embarazo post- término radica en el ciclo vital de la placenta y
cómo esta puede dejar de funcionar en cualquier momento, dejando al feto sin irrigación y con hipoxia.
• Presión Arterial Alta y Preeclampsia: Se asocia a otros factores de riesgo a traumatismo, como la prematurez
y la rotura precoz de la placenta.
• Obesidad: Se asocia al riesgo de otros factores que propician condiciones para traumatismo, como la diabetes
que deriva en macrosomía y preeclampsia.
• Edad mayor a 35 años.

Ciertas condiciones de salud, tales como:

1. Síndrome de ovario poliquístico: Entre sus síntomas está la obesidad y como se mencionó, está ligada a otros
factores de riesgo.
2. Enfermedad renal, trastornos autoinmunes y problemas de tiroides: Se asocia con hipertensión, preeclampsia y
prematuridad. (18)
3. VIH / SIDA: Si bien las probabilidades de transmisión vertical intrauterina son bajas (19), si llega a suceder el feto se
expone a un conjunto de infecciones que pueden propiciar lesiones como microcefalia y calcificaciones
intracraneales. Además de favorecer otros factores de riesgo, como prematuridad, bajo peso, rotura prematura de
membranas

ALTERACIONES DE LA DINÁMICA UTERINA:

Estas se describen como alteraciones en la actividad de la musculatura uterina durante el parto, tales como:

• Hiposistolia: Cuando las contracciones se producen a una baja intensidad, por sobre el tono basal, pero sin
superar los 30 mm Hg.
• Hipersistolia: Intensidad de las contracciones muy aumentada, suelen sobrepasar los 70 mm Hg (8)

Condiciones de la madre que aumentan el riesgo de lesiones/traumatismos:


RECOMENDACIONES PARA LA MADRE Y FAMILIA

En los embarazos de alto riesgo se deben tener consultas frecuentes para asegurarse del estado de la madre y el bebé.
Para el bebé, es necesario hacer exámenes de NST y BPP (perfil biofísico), los que reflejarán su estado de salud. Todo esto
para asegurarse de que el bebé está recibiendo suficiente flujo de sangre, oxígeno y nutrientes.
En algunas circunstancias, un parto planificado tempranamente es recomendado, especialmente en casos de infecciones,
problemas de presión arterial alta o diabetes.

RECOMENDACIONES MATRÓN/A

Realizar un control prenatal que cuente con una una buena valoración obstétrica (identificar a madres y fetos que sean
de alto riesgo y realizar una valoración de la pelvis materna) que pueda identificar oportunamente si existen factores de
riesgo que puedan producir un traumatismo en el parto. Además, al momento de asistir el parto se debe evitar realizar
maniobras externas bruscas que puedan provocar algún traumatismo en el recién nacido.

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