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Filosofía

contemporánea
Cátedra Cabanchik
Comisiones 4 y 5 – Axel Cherniavsky / Verónica Kretschel


Apunte 1: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (primera parte)


Bibliografía: Nietzsche, F., Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Madrid,
Tecnos, 2012 [1873].



Introducción

• Antes de abordar Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, hay que
tener en cuenta dos dificultades.

• En primer lugar, se trata un texto de juventud, de 1873, que vio la luz
póstumamente. Por lo tanto hay que recordar que Nietzsche todavía no
escribió Así habló Zaratustra, El ocaso de los ídolos, Más allá del bien y del
mal o Aurora. En pocas palabras, Nietzsche todavía no es Nietzsche. Sólo
escribió El origen de la tragedia, que es un texto respecto del cual más tarde
va a expresar cierto arrepentimiento. Por lo tanto, si bien no hay mucho
para reponer en Sobre verdad y mentira, salvo aquellos ejemplos de la
cultura griega que nos recuerdan la precedencia del Origen de la tragedia, sí
hay que evitar el riesgo de proyectar demasiado el Nietzsche posterior que,
en 1873 todavía no existe.

• En segundo lugar, vamos a ver que el texto no tiene la forma de un tratado
por ejemplo, o de una conferencia efectivamente presentada, es decir, de un
texto en el que el autor por un motivo u otro se ve obligado a presentar de
manera explícita el problema que pretende resolver, la hipótesis para

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hacerlo, los argumentos para defenderla, los ejemplos para ilustrar esos
argumentos –todos elementos que por ejemplo la Crítica de la razón pura o
Ser y tiempo exhiben con claridad. No es que no existan en nuestro texto;
simplemente, no se presentan tan explícitamente como en otros casos y
somos nosotros quienes tenemos que encontrarlos.

El título

• Comencemos por el análisis del título. Lo primero que debería llamarnos la
atención, es la oposición inicial, “verdad y mentira”, y en particular qué es lo
que se opone a la verdad, a saber la mentira.

o Nietzsche no dice “verdad y falsedad”, no dice “verdad y error”. En
efecto, tal es la oposición clásica en la filosofía que lo precede y lo
que un lector filosófico, de alguna manera, podría esperar en 1873.
Sin embargo, Nietzsche dice “verdad y mentira”.

o Y si además consideramos la segunda parte del título, “en sentido
extramoral”, el título es todavía más intrigante: la mentira, mucho
más que la falsedad o el error, es algo malo. “No dirás falso
testimonio contra tu prójimo”, dice después de todo el noveno
mandamiento en las tablas de Moisés.

o Ambas cosas, la oposición y la aclaración, nos permiten entonces
suponer que la verdad y su opuesto no van a considerarse desde un
punto de vista estrictamente lógico, epistémico o gnoseológico, sino
desde el punto de vista de su valor, de su bondad o maldad, es decir,
desde un punto de vista moral.

• Y sin embargo la segunda parte del título dice “en sentido extramoral”. Es
curioso: de acuerdo con la primera parte del título pareciera que Nietzsche
nos va a hablar de la verdad y su opuesto desde un punto de vista moral,
pero la segunda parte parece desmentirlo. Cuando leemos el texto, no

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obstante, está claro que es cuestión de valor, de utilidad, de moral. ¿Qué
puede significar esta aclaración entonces?

o Hay que considerarla del mismo modo que los títulos Más allá del
bien y del mal o El Anticristo. Es como si Nietzsche dijese: “sobre
verdad y mentira, desde un punto de vista que está más allá del bien
y del mal”. ¿Pero qué quiere decir esto?

o Ciertamente, no que los valores van a invertirse: por eso no se trata
de un punto de vista inmoral. El Anticristo no constituye la expresión
de un satanismo.

o Tampoco que los valores se van a dejar de lado: por eso no se trata
de un punto de vista amoral, lo que para Nietzsche no existe. “Más
allá del bien y del mal” no significa más allá de toda evaluación
posible.

o “Más allá del bien y del mal” significa “más allá de lo que solemos
considerar como bueno y malo”. En el fondo, se trata de hacer una
pregunta: ¿qué es bueno y qué es malo? ¿Por qué lo bueno es bueno
y lo malo, malo? ¿Acaso podría ser un error, una mentira?

o “En sentido extramoral” significa entonces hacer abstracción del
valor moral que le solemos asignar a la verdad y a la mentira,
interrogar ese valor, cuestionarlo, pero justamente para determinar
su verdadero valor.

• Sobre verdad y mentira en sentido extramoral es un título que nos provee así
muchas informaciones. Sabemos que:

o en el texto va a ser cuestión de la verdad;
o que la verdad va a ser considerada como lo que es, a saber un valor;

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o pero no exclusivamente como un valor epistémico.

• En el fondo, con estos elementos ya podríamos formular el problema del
texto, pero tratemos de ver cómo se formula en el texto mismo. No es cosa
fácil porque, como adelantamos, el texto no posee una introducción
claramente delimitada. Sin embargo, al comienzo del texto, podemos
encontrar dos de los elementos que normalmente constituyen una
introducción:

o la justificación del problema que se va a resolver, es decir, la
demostración de por qué es necesario plantear un determinado
problema;

o y el problema mismo.

o La forma de la respuesta vamos a tener que extraerla nosotros a
partir de la estructura del texto.


La introducción del texto

El origen o justificación del problema: la fábula

• Vamos a ver que el texto presenta su problema, demuestra la necesidad de
plantear un determinado problema gracias a una fábula. En ella, se nos dice
que:

o el conocimiento constituye un solo minuto de la historia universal;

o y que ese minuto fue el más orgulloso, o “altanero”, como dice el
texto, y mentiroso, o “falaz” [verlogenste].

o ¿Qué significa esto? Se trata de una doble relativización del valor del
conocimiento –y, con él, del hombre–, de una relativización tanto en

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el tiempo como en el espacio.

§ Por un lado, Nietzsche nos está diciendo que el mundo, la
naturaleza, el universo no están en el conocimiento, sino el
conocimiento en el mundo –y por eso recurre a toda una serie
de imágenes cosmológicas (como el “universo centelleante” o
los “sistemas solares”). Cuando uno dice que la consciencia es
la condición de la experiencia, parece que la experiencia
depende de la consciencia, que está en la consciencia como si
ella fuese un contenedor de la experiencia. En cambio,
Nietzsche nos está diciendo: cuidado, no se equivoquen, es al
revés, la consciencia es un “rincón” de la experiencia.

§ Por otro, el conocimiento y lo que comprende, a saber la
verdad, las verdades, no son algo eterno. Es algo que apareció
en un determinado momento, que va a desaparecer y que en
la historia universal sólo duró un minuto.

o “Un minuto” y “un rincón”: eso es el conocimiento. Relativizados
ellos, se relativiza también al hombre: es un animal más; inteligente,
cierto, pero un animal.

§ Pensar que es algo más, es sencillamente orgullo. Es una
mentira y, podríamos decir, una fábula. Por eso, para negarlo,
basta con inventar otra.

> No es casual que el texto empiece con una fábula. Más
adelante vamos a confirmar lo que acá ya se insinúa, a saber
que entre la ciencia y el arte, entre el conocimiento y el mito,
entre teorías y fábulas, epistemológicamente, no hay una
diferencia de naturaleza. Es normal, entonces, que un texto
que pretende mostrar la relatividad del conocimiento
comience con una fábula: se trata de un texto que hace lo que

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dice.

• Y dada la estructura habitual del género y el título del texto, podríamos
decir que lo que sigue constituye la moraleja de la fábula.

o ¿Qué dice esta moraleja? Dice que si bien el hombre cree que el
intelecto es el eje alrededor del cual gira el mundo, el intelecto es
más bien algo lastimoso o “lamentable”, “sombrío”, caduco o
“fugitivo”, vano o “estéril”, y arbitrario.

o El hombre cree que es el eje alrededor del cual gira el mundo. Es
normal, dice Nietzsche. No hay nada en la naturaleza que piense lo
contrario de sí, o que su acción presuponga lo contrario: es lo que
necesita para sobrevivir, para crecer, para imponerse.

§ Es decir dos cosas al mismo tiempo:

• No creamos que es algo más que eso;

• y no pensemos que es algo excepcional. Todo en la
naturaleza procede igual. La mosca, un changador o
valijero cualquiera (“mozo de cuerda”, Lastträger),
todo se infla al igual que un odre con el más pequeño
soplo.

o Tal es la moraleja de la fábula entonces.

> Observemos, antes de seguir, cómo a la fábula inicial, se agregan
ahora metáforas, comparaciones, analogías (el mozo de cuerda, el
odre). Nosotros ya sabemos que más adelante la metáfora va a ser
promovida a verdad y el concepto degradado a metáfora, pero no
nos anticipemos al texto. Por ahora limitémonos a reformular lo que
ya adelantamos: se trata de un texto en el que la forma y el contenido

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son inseparables, en el que la forma misma es parte de la
argumentación, un texto que dice con metáforas cuál es la función de
la metáfora.

• Dada la fábula y su moraleja, Nietzsche pregunta a continuación qué es, en
verdad, el intelecto.

o El texto comienza con una fábula, es decir, con un breve relato
ficticio (pero recordemos que la distinción entre la verdad y la
ficción es lo que ya está en juego) que, como las fábulas de La
Fontaine concierne a los animales (en efecto el hombre se presentó
como un animal inteligente) y cuya moraleja afirma que el intelecto
(y con él la verdad) no es algo eterno y necesario, sino arbitrario y
provisorio. ¿Pero qué es el intelecto? En cierto sentido, Nietzsche ya
utilizó lo que previamente había que definir, pero es normal en una
introducción. Sin embargo ahora debe definir eso que ya utilizó y es
lo que hace Nietzsche a continuación cuando dice que el intelecto es
la facultad de los seres más débiles para engañar o producir ilusiones.
Vamos por partes.

§ No produce verdades, produce ilusiones. ¿Por qué?

§ Porque un soldado oculto en la selva no anda cantando a los
gritos vestido en colores fluorescentes. Porque si nos
despertamos con una serpiente encima del pecho, no tenemos
que salir corriendo. Tenemos que disimular, hacernos los
muertos, contener la respiración. Tal es la función del
intelecto: engañar. ¿A qué responde? A un instinto de
conservación.

> Fíjense entonces cómo el análisis invierte el tópico
tradicional según el cual el hombre es la especie dominante.
Quizá lo sea hoy, pero es algo que conquistó a fuerza de

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astucia, desarrollo técnico, camuflaje. No tenía “cuernos” ni
una “dentadura afilada” para hacerle partido al tigre, al oso, al
águila. Se las tuvo que ingeniar. ¿Qué fabricó? El ingenio, cuya
función consistía en fingir, engañar, adular, mentir. No está ni
bien ni mal, es lo que tuvo que hacer para sobrevivir.


El problema


• De acuerdo con la fábula y su moraleja entonces, el conocimiento es un
minuto y un rincón del universo y, el intelecto, una facultad para producir
ilusiones. ¿Pero de dónde viene entonces el impulso de verdad? Tal es la
pregunta que al final de la introducción Nietzsche extrae del comienzo del
texto y que constituye su problema central: ¿de dónde viene, qué significa,
qué es este impulso por la verdad? Sabemos que el conocimiento es un
minuto y un rincón del universo y que el intelecto es una facultad para
producir ilusiones. ¿Cómo puede ser entonces, pregunta Nietzsche, que
pensemos que hay existe un impulso hacia la verdad, que la verdad exista y
sea el resultado en un impulso? Dadas las premisas del texto, esto
constituye efectivamente un problema y por es decimos que la fábula que
Nietzsche imagine constituya el origen del problema o la justificación de
por qué plantear un cierto problema.

o Antes que nada, una precisión en cuanto al vocabulario. Nuestro
texto dice “impulso”. Y está bien, porque traduce el término Trieb.
Para instinto, el alemán tiene Instinkt. No es algo menor: Nietzsche,
como Freud, evita este término porque quiere hablar de algo que no
se reduce a la necesidad biológica.

o Ahora sí, entonces, el problema: ¿de dónde viene este impulso? No
vamos a negar que lo hay, que existe. Baste abrir la Metafísica de
Aristóteles en su primera página: “Todos los hombres por naturaleza

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desean saber.”

§ No, dice Nietzsche, sin embargo. Los “hombres”, para
empezar, son animales. Inteligentes, pero animales.

§ Para seguir, no “desean”, necesitan.

§ Y por naturaleza, en la naturaleza, no necesitan saber. No son
los más fuertes. No pueden darse lujos todavía. Necesitan
esconderse, mentir, camuflarse, engañar, pasar
desapercibidos.

o ¿De dónde viene entonces que ya en el siglo IV a.C. un hombre
escribiese lo que iba a transformarse en uno de los pilares de la
cultura occidental, que el hombre por naturaleza desea saber?

• Se trata de un problema genealógico (¿de dónde viene el impulso por la
verdad?) que surgió un análisis genealógico a su vez (¿de dónde viene el
intelecto?).

o Genealogía no es historia. Hacer genealogía consiste en preguntarse
qué interés, que perspectiva, qué punto de vista, le dio, le confirió, le
atribuyó a un fenómeno su valor.

o Con lo cual, podemos esperar que el problema central mencionado
(¿de dónde viene el impulso de verdad?) traiga aparejados los
siguientes problemas:

§ ¿qué es la verdad? ¿acaso es un valor?
§ Si lo es, ¿cuánto vale? ¿por qué vale? ¿para qué sirve?

• Y como se trata de un texto difícil, tal vez antes de seguir, convenga
adelantar ciertas tesis que son algo así como las enemigas, los blancos hacia

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los cuáles se dirige la argumentación de Nietzsche. Nos van a servir para
comprender más rápido que se quiere sostener. Diría que son tres.

o Una ya la encontramos: el hombre por naturaleza desea saber.

o La segunda: la verdad es una relación de adecuación entre una idea,
proposición o nombre y un objeto, estado de cosas o cosa.

o Y la tercera: podemos conocer la naturaleza.


La estructura


• ¿Cómo va a resolver Nietzsche su problema? No lo dice y por eso debemos
extraer la estructura de su respuesta de la estructura del texto. En líneas
generales podríamos decir que si la primera parte se ocupa de la verdad, la
segunda construye una esquemática tipología en función de la definición
previa de la verdad. En la primera parte, Nietzsche nos va a decir qué es, a
su juicio, la verdad; nos va a decir también qué no es y de dónde viene. En la
segunda, va a presentar dos tipos (el artista y el hombre de ciencia) en
función de las definiciones previas. Tendremos entonces una primera parte,
de corte epistemológico, y una segunda, de corte tipológico, por decirlo de
alguna manera.


I. La primera parte


• Hasta acá la introducción entonces, que si tipográficamente forma parte de
la primera parte del texto, argumentativamente habría que la
independizarla de lo que sigue, que constituye la primera parte de la
solución al problema del origen de la verdad, del origen del impulso por la
verdad.

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• Dividiría esta primera parte de acuerdo con tres funciones, no sucesivas,
sino superpuestas a lo largo del texto:

1. El análisis propiamente genealógico que intenta responder al
problema del origen de la verdad (¿de dónde viene la verdad?).

2. El análisis crítico que evalúa las propiedades de cierto concepto de
verdad.

3. La definición, la creación del nuevo concepto de verdad.

• ¿Por qué funciones superpuestas y no secciones sucesivas? Por que en
efecto, el texto no parece seguir un orden lógico deductivo. Pero al mismo
tiempo, empezamos a ver que tiene sus razones para no hacerlo. No nos
confundamos, sin embargo: son razones, es decir, argumentos, y no
caprichos.


1. El origen de la verdad


• ¿De dónde viene la verdad? Para contestar este interrogante Nietzsche
sigue el mismo camino que Rousseau para explicar la desigualdad en el
Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, o para explicar
la esclavitud en el Contrato social: imagina un estado de naturaleza.

o Imaginemos al hombre en el estado de naturaleza, nos propone
Nietzsche. En ese estado de naturaleza, el hombre no busca la
verdad, no quiere la verdad, no dice la verdad.

o No tiene por qué. Muy al contrario, miente, finge. “En un estado
natural de las cosas, el individuo, en la medida en que se quiere
mantener frente a los demás individuos, utiliza el intelecto y la
mayor parte de las veces solamente para fingir.” ¿Por qué? Ya lo

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sabemos, para protegerse, para sobrevivir.

• Sin embargo, le hombre tuvo que salir de ese estado. ¿Por qué?

o Nietzsche ofrece dos motivos: la necesidad y el aburrimiento. El
pasaje a un estado civil, entre otras cosas, requiere la verdad.
Requiere, en particular, premiar la verdad y castigar la mentira.

o Requiere que el comercio sea honesto, las declaraciones fidedignas,
los testimonios fehacientes. En el estado civil surge el llamado
“impulso por la verdad”, que en realidad no es un impulso, sino una
domesticación, una civilización. Entonces y sólo entonces aparece la
necesidad de la verdad.

• Ahora bien, dicho esto, fíjense que no es ni la verdad como tal ni la falsedad
como tal, lo que se premia o condena, sino sus efectos: “las consecuencias
perniciosas, hostiles, de ciertas clases de embustes” y “las consecuencias
agradables de la verdad”.

o Si el engaño fuese bueno o útil, él sería la ley, y no la verdad; y si la
verdad fuese mala o inútil, sería ella lo que estaría prohibido. De
hecho, tal es el caso con ciertas verdades. Sólo queremos las
deseables, las buenas, las útiles, nos dice Nietzsche.

o En el fondo, las puras nos son indiferentes y las peligrosas nos
generan hostilidad. Pero atendamos a que subrepticiamente ya no es
el engaño lo que genera hostilidad, sino un cierto tipo de verdad.
Ahora, el problema ya no concierne la distinción entre la verdad y la
mentira, sino entre distintos órdenes de verdad.

o Es importante esta aclaración porque adelanta la relativización de la
distinción entre la verdad y la mentira, entre la verdad y la falsedad.
Es el indicio también de que estamos ante un análisis de corte

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pragmático y no semántico, de un análisis del origen, efecto y valor
de la verdad, y no de su sentido o distinción con el error o la
falsedad. La distinción que cuenta no es entre lo verdadero y lo falso,
sino entre lo útil y lo inútil.

• Dado este análisis entonces, Nietzsche pregunta: “qué sucede con esas
convenciones del lenguaje? ¿Son quizá productos del conocimiento, del
sentido de la verdad? ¿Concuerdan las designaciones y las cosas? ¿Es el
lenguaje la expresión adecuada de todas las realidades?”

o En otras palabras: ¿qué es la verdad? ¿Efectivamente consiste en la
adecuación entre una idea, nombre o proposición y un objeto, cosa o
estado de cosas? ¿Es el reflejo fiel de la realidad, la representación
objetiva de la naturaleza, la expresión necesaria y universal de la
experiencia?

o Estas son las preguntas que Nietzsche va a contestar con la segunda
de las funciones que constituyen la primera parte del texto.


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Apéndice - Plan del apunte




Introducción .............................................................................................................................................. 1
El título ................................................................................................................................................... 2
La introducción del texto ................................................................................................................ 4
El origen o justificación del problema: la fábula .............................................................. 4
El problema ...................................................................................................................................... 8
La estructura ................................................................................................................................ 10
I. La primera parte ............................................................................................................................... 10
1. El origen de la verdad ............................................................................................................... 11

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