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Con el tratamiento

adecuado, pacientes
con asma grave sí
pueden practicar
deportes
El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles
(ENT), tanto en niños como adultos. Esta dolencia comprime los
bronquios, haciendo que el intercambio de oxigeno no ocurra
correctamente, provocando pitidos en el paciente, y que
presente dificultad respiratoria con fatiga, que si ocurre por
mucho tiempo, se torna grave.

En el mundo afecta a más de 339 millones de personas y puede presentarse en


cualquier etapa de la vida, debido a factores como predisposición genética,
irritantes químicos, contaminación atmosférica y exposición ambiental a
sustancias y partículas inhaladas que pueden provocar reacciones alérgicas o
irritar las vías respiratorias.

De acuerdo a la inmunóloga española Victoria del Pozo, un paciente con asma


grave tiene dificultades para llevar una vida normal.

“Algunos pacientes tienen un deterioro de su calidad de vida, solo porque su


asma es muy grave. Si es un asma controlada y leve no tiene dificultad de llevar
una vida normal, sin dejar de hacer deporte”, afirmó la especialista previo a su
participación en el Summit de Asma Severa, desarrollado en el hotel Jaragua.

Un asma severa, sin un debido tratamiento, puede reducir la función pulmonar


a un 60 % y en casos graves provocar la muerte.
La doctora precisó que los individuos con asma grave sí pueden hacer deporte,
solo requieren un tratamiento previo para preparar a los pulmones para hacer
ejercicio.

Aclaró que no hay una disciplina más beneficiosa que otra, pero
contrario a la idea de que el mejor deporte para los asmáticos es
la natación, Del Pozo destaca que “justo la natación no es lo más
beneficioso, porque el cloro de la piscina no es nada bueno para
los individuos alérgicos”.
El tratamiento para el asma requiere una medicación basal con inhaladores
continua que controle los episodios.

“Cuando la mayoría de las personas se sienten bien dejan los inhaladores. El


inhalador de mantenimiento es diario, aun cuando la persona no tenga
síntomas, y ahí es cuando sufren episodios de gravedad”, comenta la
inmunoalergista sobre la principal problemática a la hora de darle seguimiento a
los pacientes.

“El asma es una patología crónica, y al ser crónica, como la diabetes o la


hipertensión, hoy en día no tenemos ningún medicamento que revierta la
enfermedad, lo único que queda es controlarla”, añadió.

Recomienda que el paciente con asma se haga chequeos periódicos cada seis
meses.

El empeoramiento es paulatino, si no se tiene tratamiento, cada vez los


episodios serán peor.

Un paciente con asma puede necesitar un tratamiento multidisciplinario


despendiendo de la gravedad del caso, visitando alergólogos, neumólogos,
otorrinos, inmunólogos y psicólogos cuando hay un alto componente de
ansiedad.

Como parte del control médico regular, se busca reducir la inflamación en las
vías aéreas, minimizar la exposición a factores proinflamatorios y vigilar las
comorbilidades que pueden empeorar

el asma, pues un mal control de la enfermedad es equivalente a crisis más


frecuentes, a un mayor impacto en la calidad de vida del paciente y a la
posibilidad de un broncoespasmo.
En el mundo, 150 millones de personas con asma podrían presentar un
broncoespasmo evitable, conociendo su condición, las implicaciones directas
que la enfermedad puede causar y con un manejo correcto de la medicación.

Por su lado, el director médico de AstraZeneca para Centroamérica y el


Caribe, Esteban Coto, afirmó que “hay una serie de brechas actuales con las
que se encuentran los asmáticos, muchos no cuentan con un acceso igualitario a
una atención médica y, además, desconocen acerca de la enfermedad y los
tipos existentes de la misma, impactando el estado general de
salud.  Hacemos un llamado para que los pacientes busquen en
sus especialistas un adecuado manejo y control del asma y evitar
complicaciones mortales en la población que vive con la
enfermedad”.

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