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Con el lema ¡Ni perdón, ni olvido!

Una multitud de personas avanzan hacia


el zócalo de la CDMX, conmemorando el conjunto de hechos represivos
hacia los estudiantes del 68, que da cuenta el día 2 de octubre como su
clímax.

A medio siglo de los hechos ocurridos ya mencionados, se


comienzan los preparativos, se comienzan los preparativos muy de mañana
exactamente a las 6:00 a.m , se iza la bandera a media asta, simbolizando
la caída de los estudiantes, y posteriormente se realizan los honores.

El itinerario marca a las 11:00 a.m la instalación de un memorial en la


plaza de la Constitución, el cual consistió en una pinta monumental del
contorno del país, este se lleno de objetos, recuerdos del suceso,
representando una esperanza de lucha de los vencidos y de aquellos que
continúan en lucha constante, aquellos que no se conforman y alzan la voz
por un cambio positivo en el país y en el mundo. Algunos participantes se
acostaron, mostrando una representación de la caída de los estudiantes a
manos del gobierno, de los represores. La solemnidad abarco todo el
espacio haciendo de este momento único, un recuerdo lleno de significado,
custodiado en nuestra memoria.

Entre otras actividades que se realzaron después, siendo las 4:00


p.m dio inicio la marcha conmemorativa, el punto de salida fue a partir de eje central y avenida Flores Magón, aunque cada
contingente se organizo para tomar parte de la marcha y
dar comienzo en diferentes lugares de la ciudad. Es por
ello que el transporte público de alrededores se
encontraba saturado, especialmente en algunas
estaciones del metro, el tránsito por los andenes fue muy
lento, grupos que se unirían a la marcha ya empezaban a
entonar consignas y porras, los civiles, usuarios del metro
que pasaban grababan con teléfonos celulares el paso de
aquellos marchistas, los miraban intrigados, un tanto
asombrados por la vasta cantidad.

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Esta ocasión era particular al mismo tiempo que especial,


no solo porque hayan pasado 50 años de lo sucedido,
sino debido a que existe problemáticas que se hicieron
relucir durante la marcha; situaciones que retumban en la
mente de los asistentes. Tal como lo expresa un grafo,
pintado durante la marcha, el cual dice “La memoria
presente”. Este concepto representa un eje central en la temática de la conmemoración

ya que se recalca el no olvidar lo sucedido y mucho menos el perdón de los actos represivos llevados a cabo. Tanto en lo ocurrido
el 68 como la inseguridad vivida hoy día, en lugares como la máxima casa de estudios. Estudios desaparecidos, feminicidios,
secuestros, así como la sorpresiva agresión de porros hacia un grupo de manifestantes en rectoría. Esto da muestra que nos
estamos muy alejados a la actuación de hace unos ayeres. Las demandas que ellos reclaman están muy presentes en sus
carteles, mantas, lonas, pinturas y grafitis exprés, se apoyan de ellos también para exponer su inconformidad y dar a conocer a
desaparecidos, asesinados, de los cuales se sabe
poco, o como recordatorios de situaciones un tanto
rezagadas, como lo es la situación con los
estudiantes de Ayotzinapa.

Durante la marcha se observaron diversos


contingentes principalmente jóvenes estudiantes,
en su mayoría provenían de la UNAM, el IPN,
escuelas Normales, ENAH, entre otras. Mediante
su creatividad algunos se disfrazaron, componían
consignas, así también llevaban pancartas, carteles
elaborados por ellos mismo, estos mostraban sus
pensamientos, tal fue el caso de los estudiantes de la FAD, ellos elaboraron carteles con la técnica de grabado, los cuales fueron
colocados a la salida del bajo puente de Garibaldi.

Los contingentes avanzaban a paso lento.


Varias personas se asomaban desde
comercios, barandales y ventanas de sus
departamentos, algunos estaban a orillas de la
calle observando. Mientras

que de parte de la vista de los marchistas, no


se podía pasar por desapercibido que durante
el recorrido hacia el zócalo la arquitectura
estaba fracturada a consecuencia del
terremoto del 2017.

Por otra parte, los espacios entre cada


contingente se aprovechaban de manera que
se detenían, esperaban contando
regresivamente a partir de ocho segundos, al
termino de ellos en conjunto corrían hasta
llegar al encuentro con el siguiente
contingente. Este acto llenaba de euforia a los
jóvenes y se culminaba con una serie de
consignas al unisonó.
Más tarde, dando las cinco y media de la tarde aproximadamente, los contingentes empezaron a llegar a la explanada del
zócalo capitalino, dando comienzo a la música de la banda Tlayacapan empezando con la canción Yesterday de la clásica banda
The Beatles. Una hora más tarde, y con el arribo de la mayoría de los contingentes, se guarda un minuto de silencio por los caídos
del movimiento, al término de este se pasa lista de las y los compañeros fallecidos en la represión del 68. Dentro de este mismo
contexto se retoma el tema ocurrido con los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, así como la lucha al frente con los
pueblos en defensa de la tierra y los representantes actuales del movimiento estudiantil y el representante del movimiento social
popular.

Para la culminación del evento conmemorativo se brindo un discurso enérgico por de parte de un representante, en el se
recalco el significado de la bandera a media asta que se encontraba de esta manera en diferentes puntos del país. La plaza llena
entonaba el himno nacional, era ya el final de la conmemoración.

El 68 permanece en nuestra memoria, es huella imborrable de nuestra historia, deja rastro en el pensamiento juvenil actual,
acto de ello son las representaciones llevadas a cabo en su recuerdo, así como una marcha en la que personas de todo el país
acuden, de diferentes etnias, edades y grupos sociales unidos por un solo pensamiento, recordar un hecho lamentable para no
repetirlo nunca, porque el 2 de octubre ¡no se olvida, ni se perdona!

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