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^KÊMîWÊÊÊÊnÊÊÊÈÈÊÊÊÊÊ
L 23 DE ENERO
Alfredo Gosen M, M o rella Barreto,
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Caracas
FUNDARTE/ Alcaldía del Municipio Libertador
1990
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Donación ,
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para ¿a Sibüoteca N acu^l.
Fechan
El 23 de Enero
Colección Rescate
Serie "Caracas toma Caracas" N ° 4
ISBN 980-253-008-5
FUNDARTE
3) Tres in s titu c io n e s castrenses distintas fu n c io n a ro n en este e d ific io . Fue con struido para
de la esta ción de "C a ñ o A m a r illo " . Este c o n ju n to e scu ltó rico de la artista
11) Una vista desde la A v e n id a Sucre. Se observa to d a la zona de C año A m a rillo . (Foto: V. Sersa)
Alfredo Gosen M
AAorella Barreto
R. J. Lovera De Sola
Manuel López
Roberto Briceño León
Giovanna Mérola
M aria Laura Lombardi
Octavio Montiel
Orlando Hernández y
M aría Fernanda Madriz
PRESENTACION
Caracas: Agosto 7 ,1 9 9 0 .
EL PASADO:
1. M a ria n o Picón Salas. ' Caracas, a llí esta! ... en E lite , Caracas, 31
de agosto de 1957, N °\1666.
2. José O rtega y Gassef. La r e b e lió n d e las M a sas. Barcelona,
A lia nza Editorial, 1983 p. 41.
4
No es posible nom brar a todas las urbanizaciones
barrios, avenidas, autopistas, calles, puentes, viaductos,
túneles, bloques y casast que se han fabricado en sólc
cuarenta años. La ciudad se convirtió en un enorme
monstruo casi intransitable, pero aún habitable porque
nos gusta vivir en él. Se dirá que es porque nacimos aquí
y es nuestro espacio, pero también porque en alguna me
dida todos somos creadores y creación de ella. En térm i
nos de m entalidad somos la ciudad y la ciudad es lo que
nosotros hemos hecho de ella. El caraqueño de hoy es una
mezcla de añoranza de una Caracas desaparecida y sólo
en el recuerdo de los más viejos; de una ciudad cosmopo
lita altam ente expresada en su actividad nocturna~y co
mercial; un mosaico de cultiras regionales y extranjeras
qué conviven armoniosamente y en un aprendizaje per
manente de sus valores morales; una "subcultura" naci
da en los barrios que se expresa a través de su música y
que se impone al venezolano de hoy como su verdadera
y genuino expresión cultural.
ó
en sus manifestaciones más profundas, como la ciudad
ha llegado a ser la que es hoy, porque, en definitiva, no
sotros somos sus descendientes y herederos más directos.
8
grupo de arquitectos y estudiantes de arquitectura de It
Universidad Central de Venezuela.
Lo que se inauguró el 2 de diciembre de 1955 —Pére;
Jiménez siempre utilizaba la fecha para entregar al públi
co sus obras— fueron cuatro grupos de viviendas forma
das por 13 edificios de 15 pisos y 52 edificios de 4 pisos
cada uno que agrupaban un total de 2.366 apartamentos
Son los edificios ubicados en los sectores de La Cañada d¡
la Iglesia y de Monte Piedad.IfTodo el resto de bloques,
ubicados más hacia el oeste —El Mirador y Sierra Maes
tra— estaban terminados ya pero sin entregar en los día:
de la caída de la dictadura en 1958, y fueron invadidos ',
tomados por el pueblo caraqueño inm ediatam ente des
pués de la huida de la "Vaca Sagrada".
Los edificios fueron construidos en la intersección de
centro y oeste de la ciudad, frente al Palacio de M iraflo
res, al pie de la antigua sede del Ministerio de la Defensc
en La Planicie, hoy convertido en Museo Histórico Militar
con acceso por la avenida Sucre, Caño A m arillo y La Pía
nicie. El grupo de 13 edificios de 15 pisos consta de 1.95(
apartamentos y costó, en la fecha de construcción
28.558.051 bolívares, y el otro grupo de 52 edificios de k
pisos tiene 416 apartamentos y su valor fue de 4.462.791
bolívares.5
M ediante la publicidad gubernamental se ofrecieron
los apartamentos como "destinados preferentem ente o
las fam ilias que habitaban los ranchos insalubres que
existían en la zona en que fue edificada la Unidad Resi
dencial, porque al personal desalojado de los ranchos de
molidos se les están dando amplias facilidades para ad
quirir en propiedad los apartam entos",6 y promocionados
como un "com pleto sistema vecinal con zona comercial,
kindergarten, parque infantil y casa cuna o guardería con
capacidad para sesenta niños, con el objeto de guardare
los hijos de las mujeres que trabajan fuera del hogar, los
cuales están bajo el control de personal técnicamente
adiestrado y diariamente son examinados por médicos
especialistas en puericultura y pediatría, a fin de controlar
posibles irregularidades que se presenten en su desarro
llo ".7 En fin, la política del Estado era otorgar viviendas
salubres y cómodas a aquéllos' con dificultad de cons
truirlas y carentes de ellas.
Pero el mayor grupo de edificios estaba desocupado er
el momento de la caída de la dictadura. Todo el sector
que corresponde a Sierra Maestra, El M irador y el famoso
bloque "Siete M acho" estaba deshabitado. Esos fueron
los bloques tomados por la gente en el mismo día 23 de
enero de 1958.
5. Ibidem , p. 240.
6. Banco Obrero. La V iv ie n d a P o p u la r en V e n e z u e la , Caracas,
M ia n g o la n a Hnos., 1956, p. 12.
7. Idem.
10
Las tomas fueron espectaculares. Cerca de dieciséis mil
personas tomaron por asalto los departamentos y los loca
les comerciales y educativos del sector, originándose infi
nidad de incidentes entre ellos. Los camiones con
muebles iban y venían y todos trataban de entrar, forzan
do puertas y ventanas. El mismo día 23 las mudanzas más
apresuradas fueron realizadas por los propios vecinos de
superbloques que, conocedores de las tomas populares,
aprovecharon la oportunidad. Mientras se rompían las
cerraduras de los apartamentos, otras personas "inescru
pulosas" se tomaron la tarea de vender llaves, y aquellos
que las compraron, en el m omento de su mudanza, se en
contraron con que otras personas ya habían ocupado los
apartamentos. A los pocos días ya funcionaban tintore
rías, quincallas, sastrerías, bodegas, panaderías, zapate
rías y hasta carnicerías con cavas frigoríficas. Lo grave de
la situación lo constituyó la carencia de agua y luz en la
urbanización, o ^ ig a n d o a los penitentes habitantes a
suplirse de ellos a toda costa.
En la sede del Banco Obrero de El Silencio, en pasillos y
corredores, era un ir y venir de gente pidiendo y recla
mando la solución a su problema habitacional. Se es
cuchaba decir "sí, yo me anoté en El Paraíso", otros "n o
sotros también fuimos y nos anotaron los estudiantes",
■más allá otro que afirm aba que "a h í fue donde nos con
vocaron y yo que ellos tenían las llaves". ¿Quiénes eran
esos estudiantes? Miembros de la Comisión de Relaciones
Sociales de la Universidad Central de Venezuela, d irig i
dos por el "b a ch ille r Francisco José Ferrer", quien pasó a
la historia caraqueña como el estudiante que logró reunir
veinte mil solicitantes en el Estadio Nacional de El Pa
raíso, tratando de tranquilizara una multitud desesperada
por viviendas y organizándole al Banco Obrero la lista de
los nuevos ocupantes.
El 24 de enero, según cuenta el mismo Ferrer, más de
dieciocho mil personas, con llaves y sin ellas, llenaron el
Estadio Nacional, y en "ochenta cuadernos y otros tantos
lápices para efectuar las anotaciones respectivas, en tres
horas, esos ochenta cuadernos se llenaron y me fueron
restituidas unas mil seiscientas llaves que —así como los
cuadernos— entregué a funcionarios del Banco Obrero,
según recibos que obran en mi poder. Ahí nos pudimos
enterar que por las llaves se habían pagado desde treinta
hasta quinientos bolívares; pero nada pudimos hacer ni
para restituir el dinero que muchos pagaron por las llaves,
ni para desalojara los aue se habían instalado".8
Sin embargo las tomas no cesaron y, todavía hoy, existe
más de un habitante del 23 de Enero que en veintiséis
años de ocupante de algún apartamento no ha pagado
un solo bolívar.
8. "P rob lem a N ° 1: "O c h e n la m il fa m ilia s sin v ivie n d a s" en E lite ,
Caracas, 15 de fe b re ro de 1958, N ° 1.690, p. 48.
9. Banco O brero. Un a c to e je m p la r : e n tr e g a d e d ip lo m a s a
a d ju d ic a ta r io s s o lv e n te s con e l In s tit u to e n la A g e n c ia 7
(23 d e E n e ro ). Caracas, 26 de septiem bre de 1962, Banco O bre
ro, p. 4. _______________________________
11
En 1963, cinco años después de la ocupación forzosa de
la urbanización, se entregaron los primeros diplomas de
buen pagador a los adjudicatarios solventes con el Banco
Obrero. Se le llamó la "conquista administrativa de la Ur
banización 23 de Enero", y si bien ya se habían realizado
actos similares en otras zonas de la ciudad, éste cobraba
particular importancia puesto que "com o quiera que lo
mencionada urbanización ha servido de blanco para el
vilipendio y la calumnia de quienes pretenden descono
cer los auténticos valores morales que, ¿por qué no?, pri
van también entre las gentes de condición pobre y humil
de, de extracción verdaderamente popular".9 Se agrega
ba además que "u na lección esclarecedora han obtenido
aquéllos que, aunque de buena fe, dudaron consuetudi
nariamente del hecho inobjetable de solvencia de los
adjudicatarios del 23 de Enero. Y es que no se han com
penetrado de la realidad de que la situación y las con
diciones de 1958 no son las mismas de estos dos últimos
años, ya que si en aquella época es cierto que nadie pa
gaba un apartamento, en razón de una campaña irres
ponsable y dem agógica", hoy por hoy todo el mundo lo
hace.'°Es decir, sólo cinco años después empezó a dar re
sultado aquella lista y censo elaborados por los estudian
tes universitarios, que ayudaron a los habitantes y admi
nistradores del Banco Obrero a resolver un problema ¡ÍTV
perioso del sector.
10. Idem.
11. C itado por Rafael V alery en La N o m e n c la tu ra C a ra q u e ñ a .
Caracas, Ediciones de Petróleos de V enezuela, 1978, p. 30.
12
píos dieron origen después a las Cajas de Ahorro y al
fomento del ahorro en las instituciones bancarias.
Anteriormente el ahorro en las clases más pobres se
realizaba en las "sociedades de socorro m utuo" y las
"sociedades benéfico-religiosas", las que se habían fo r
mado en Venezuela desde 1840, tomando como base las
cofradías religiosas de la época colonial. El I o de sep
tiembre de 1855 se fundó el primer "M onte de Piedad"
en Venezuela promovido por José Martín'ez, con el objeto
de empeñar prendas y m uebles.'2 En 1910 se convirtió en
Instituto de Crédito M obiliario, y es posible que las casas
que se fabricaron desde 1887, en el hoy barrio M onte
Piedad, lo hayan sido con dineros del Monte de Piedad de
Martínez.
Por su parte los barrios de Colombia y Canarias apare
cen en los planos de Caracas a principios del siglo XX. Es
probable que el nacimiento de estos barrios se diera co
mo prolongación natural de La Pastora, que ya existía co
mo parroquia civil desde 1890, o como poblam iento ur
bano al lado del viejo camino de Catia. En 1929 un ramal
del tranvía de Caracas llegaba hasta el sector.
Todavía hoy se conservan algunas de estas casas, siendo
ellas testimonio leve de la Caracas de comienzos del
siglo. En Monte Piedad se recuerda aún al "Padrino Coli
n a ", quien trabajó desde 1891 en la panadería del señor
Ramella. Colina había llegado a Caracas desde La Guaira
y fue uno de los primeros habitantes del barrio. "Por las
tardes, cuando regresaba de vender dulces y pan, ya an
ciano y cansado por el peso del afanador trabajo, al cual
le había dedicado más de 50 años, una amplia sonrisa de
bondad ilum inaba su rostro, pues le iban a recibir veinte
o más niños a pedirle: "m i dulce Padrino C olina", y él a
cada uno iba dándole fracciones de dulces c rio llo s ".'3
Junto a sus hermanos construyó la que fue una de las pri
meras casas de Monte Piedad, y él mismo puso nombre a
algunas de sus calles, por ejemplo, la calle de "El Lim ón"
porque a llí estaba un limonero, o "La Vuelta de los O li
vos" frente a donde está hoy el bloque 7 del 23 de Enero..
En la década de 1930 el padre Martín Odriozola cons
truyó las primeras dos iglesiasa que tuvo Monte Piedad.
Una, la capilla de El Carmen, y luego la pequeña capilla
de "Cristo Rey" en La Cañada de la Iglesia, la cuál fue
edificada posteriormente en el 23 de Enero. Era habitual,
el día 6 de enero de todos los años, celebrar la llegada de
los reyes magos a Belén, con la "bajada de los reyes"
desde la colina Cajigal hasta la capilla de Cristo Rey. A un
12. Idem.
• 13. Erasmo C olina. "U n recuerdo para el Padrino C o lin a ", en P a tr ia ,
A m o r y S e n d a . Caracas, ab ril, mayo y ¡unió de 1985, N ° 25,
p. 60.
14
lado de M onte Piedad se alza desde 1905, cuando fue
construido, el edificio de la antigua Academ ia M ilitar
siendo, para la fecha, el mayor en su género de América
Latina.
15
región. Su vegetación eran cujíes y cardones, más la co
cuiza con la que los indígenas fabricaban mecates y a l
pargatas. A su lecho llegaban las aguas de las quebradas
de "A gua Salud" y "A gua Salada". Agua Salud era lla
mada así por los españoles, porque en ella bebían agua’
siguiendo la ruta hacia La Guaira, y la otra, Agua Salada,
porque no era tan sana como la anterior. Las dos caían al
Caroata desde el norte y, entre ambas, siglos después, se
form ó el barrio de Agua Salud.
El río Caroata se formaba al pie del Topo "Las Piñas" a
1.316 metros de altura, siguiendo la ruta desde el oeste
hasta El Calvario y desembocando en el Guaire a la altura
de El Paraíso, delim itaba toda la amplia región de Catia.
La ciudad bebió sus aguas en el transcurso del siglo XVII,
y luego tomó del río Catuche y el XIX del M acarao.'6
En los días de Gómez, el viejo camino de Catia fue
am pliado y pavimentado, y sobre el Caroata fue cons
truido un puente, muy famoso porque fue realizado por
los presos políticos del gomecismo. Al lado del puente,
Gómez hizo instalar uha estatua de Diego de' Losada, en
1911, como parte de los actos de celebración de los cien
años de emancipación venezolana. La estatua estuvo allí
hasta que fue trasladada a la escuela homónima en San
José por orden de Pérez Jiménez, a raíz de los trabajos de
ampliación de la avenida Sucre. El puente-desapareció
recientemente al ser dem olido por el Metro de Caracas
en la construcción de la estación de Agua Salud.
16
1936, fecha en la que se erige la parroquia Sucre, los
habitantes de los barrios Monte Piedad, Colombia y Cana
rias alcanzan el número de 8.676 ocupando 4.293
casas.18
El sector, en los primeros años , del siglo XX, estaba
poblado por pocos habitantes que conformaban un pe
queño caserío. Casi sin actividad económica importante,
sin producción agrícola o artesanal, sus pobladores eran
trabajadores de manufacturas y tiendas de servicio en la
Caracas provinciana de los años 1920 y 30. Fue a partir de
esta década que surgieron las pequeñas industrias que
dieron trabajo a sus habitantes, como talabarterías, zapa
terías, fábricas de telas y vestidos, que permitieron, en to
do el vasto sector de Catia, su urbanización y crecimiento
poblacional.
Influyeron en este cambio por una parte la migración
de campesinos a las zonas urbanas del país, siendo Cara
cas el primer polo de atracción, y el creciente desarrollo
manufacturero que demandaba mano de obra. El creci
miento de la población fue tan vertiginoso que en 1950 la
parroquia Sucre cuenta con 112.758 habitantes y 202.990
en 1961. Es por ello que en 1966 se decretó la creación
de la parroquia "2 3 de Enero".
La nueva parroquia tiene como límites por el norte la
tercera avenida de Nueva Caracas desde su intersección
con la calle Aguadillo hasta encontrarse con la calle Bella
Vista de Los Flores, y siguiendo hasta el sur por la ruta
principal de la misma urbanización, hasta encontrarse al
norte con la calle El Diamante, calle real de Los Flores y la
avenida Sucre hasta la calle Los Jobillos; por el sur, diviso
ria de Agua de la Loma Quintana desde la avenida M o
rón en su unión con la avenida Bolívar de Pro-Patria hasta
el estanque El Calvario, incluyendo los edificios residen
ciales del Atlántico Norte (Banco Obrero) y el edificio Ob
servatorio Cajigal; por el este, desde la intersección de la
avenida Sucre con la calle Los Jobillos hasta el Estanque
de Agua del Calvario, pasando por la calle de Caño Am a
rillo en su unión con la calle El Limón y sigue hasta el sur
por la calle real de Monte Piedad; y por el oeste, con la
calle Aguadillo desde su intersección con la tercera aveni
da de Nueva Caracas hasta la unión con la avenida Bolí
var y avenida M orán19
Un año después, el 23 de enero de 1967, se inauguró
la jefatura civil de la parroquia ubicada en el sector de El
Mirador. Desde esta fecha, el crecimiento poblacional se
ha acentuado convirtiéndose el 23 de Enero en una de las
parroquias más populosas de la ciudad. De acuerdo al
censo de 1971, su población ascendía a 113.865, en tanto
que la parroquia Sucre contaba con 322.304.20
19
EL 23 DE ENERO:
U N A C O LIN A AL OESTE:
Por: R. J. LOVERA DE-SOLA
Casi a las puertas del 23 de Enero se encuentra una coli
na. Fue denom inada El Calvario —como ahora veremos—
durante el siglo XVII. En ese lugar, poco después de 1567
—año en que fue fundada Caracas—, en momentos en los
cuales aún no se había consolidado el establecimiento de
la ciudad, se enfrentaron en los alrededores del cerro el
indio Taramaina Carapaíca1 y los soldados del capitán
poblador Rodrigo Ponce de León, un hijo del conquistador
del mismo apellido,2 quien se contó entre los fundadores
de Caracas.3 A este encuentro lo denomina Oviedo y
Baños "B atalla de La Q uebrada".4 No hay que confundir
a este Rodrigo Ponce con un homónimo suyo, quien vivió
en M argarita pocos años más tarde de los hechos que
hemos relatado.5
M IRAD O R DE LA CIUDAD Desde aquellos lejanos días el alcor era sitio desde el
cual se dom inaba todo el valle en donde está construida
nuestra capital. Era también su lim ite Oeste. La denom i
nación del sitio era ya conocida en 1603 como El Calvario
como señala M orelia Barreto.6 Para ese momento, Cara
cas sólo tenía treinta y seis años de haber sido fundada.
Durante el tiempo en que fue Obispo de Caracas, Juan
Cataneo Bohorques (1612-18) se extendieron los cultos
que allí se celebraban.7
El Calvario recibió su nombre porque hacia su loma se
dirigían las procesiones del Nazareno de San Pablo du
rante la Semana Santa. Estas rememoraban el camino
hecho por Jesús camino del Gólgota. De a llí que en 1765
se haya construido una ermita la cual fue dedicada al cul
to del Nazareno y de Nuestra Señora de Valvarena.
20
JU A N PEDRO LOPEZ: Y fue precisamente desde esta altura de El Calvario des
de donde el notable pintor Juan Pedro López (1724-1787),
abuelo materno de Don Andrés Bello, plasmó en el lienzo
"la más antigua perspectiva del centro histórico cara
que ño " como señala un cronista.8 Esta vista la realizó el
artista en 1760 y aparece en su cuadro "Nuestra Señora
de Caracas".
Y de la misma forma que para López ese montículo fue
sitio ideal para observar la ciudad, de la misma manera
se convirtió en mirador predilecto para cuantos viajeros
llegaban a Caracas. Además, muchos artistas del pincel
siguieron el ejem plo de López. Así hombres como Sir Ro-
bert Ker Porter, Joseph Thomas, Ramón Irazábal, Fritz
M elbye o Antonio Alcántara nos legaron obras en las
cuales se ven panorámicas de Caracas desde ese collado.
Otro tanto hicieron los fotógrafos. Tal fue el caso del a le
mán Federico Lessmann (1826-1886).
22
LA FEDERACION: Durante los días de la Federación (1859-64) se llevó a
cabo en la plaza situada frente a la Iglesia de San Pablo
el combate que los caraqueños denom inaron la "Sam
pablera". Este se realizó el 2 de agosto de 1859. Una vez
concluido el encuentro entre las dos facciones conten
dientes, el General Pedro Vicente Aguado huyó del lugar
hacia La Guaira a través de la colina de El C alvario.12
11. Sobre este suceso ver el lib ro de esta m ism a colección El S ile n c io
y sus a lr e d e d o r e s . Caracas: FUNDARTE, 1985, p. 36-37.
12. Luis Enrique G onzález: La G u a y r a : Dos S ig lo s ..., p. 249.
13. Raúl Díaz Legórburu: La C a ra c a s ..., p. 109.
14. Carlos Eduardo M isle: V e n e z u e la : S ig lo X IX e n F o to g r a fía s .
Caracas: CANTV, 1981, p. 173, nota 163.
15. M o re lia Barreto: C araca s e n C a to r c e ..., p. 40.
23
la Academia de Matemáticas de Caracas. La Idea del
establecimiento la tuvo el Ingeniero Jesús M uñoz Tébar.
Tuvo muchas dificultades el instituto para funcionar hasta
que lo puso en marcha el científico italiano M auricio Bus-
calioni, quien lo dirigió durante largos años.'6
24
ración fue inaugurado el 28 de octubre del mismo año en
que fue decretado. Con el tiem po se desistió de la cons
trucción del segundo.20
26
Angarita, quien fue ei prim er oficial graduado en la Es
cuela en ejercer la Presidencia de la República (1941-45).
También en sus aulas se formó, años más tarde, otro Jefe
de Estado: ei General Marcos Evangelista Pérez Jiménez.
TRES PRESIDENTES PRESOS: Hay al menos tres hechos sucedidos tras los muros de La
Planicie que no deben escapar a nuestro registro. A llí es
tuvieron detenidos —antes de ser expulsados del p a ís -
tres Presidentes venezolanos. El prim ero de estos hechos
sucedió como consecuencia de los sucesos del 18 de oc
tubre de 1945. A raíz del pronunciamiento cívico-m ilitar
de aquel día fueron llevados en calidad de detenidos tan
to el Presidente depuesto, General Isaías M edina Angari
ta, como el ya por entonces ex-Presidente General Ele-
azar López Contreras.
En ese mismo edificio fue encarcelado Rómulo G alle
gos (1884-1969) después del golpe de Estado que lo derri
bó del poder (Noviembre 24, 1948).
Desde La Planicie estos tres hombres se dirigieron a to
mar el camino del exilio. López Contreras regresó en
1951. M edina en 1952. Gallegos en 1958.23
27
en que se puso también en servicio la Estación de Caño
Am arillo. El lugar se convirtió en sitio de llegada a la
ciudad. De a llí que muchas personalidades llegaran a Ca
racas por él. Escogemos aquí sólo algunos ejemplos signi
ficativos entre los muchos que se podían elegir.
CIPR IAN O CASTRO: Allí se bajó del tren —que había tomado en Valencia-
el 22 de octùbre de 1889 el general Cipriano Castro. Este |
había conducido desde los Andes la llamada "invasión
de los sesenta", la cual tras cruzar la frontera con Colom
bia (Mayo 23), y obtener la victoria en numerosos comba
tes, lo encaminó hacia.la Presidencia, la cual asumió ese I
día. Llegaron aquel día los andinos al poder. La integra-]
ción de Venezuela se iniciaba.26
28
EL PRESENTE:
30
diante estos planes, el espectacular desarrollo alcanzado
por Venezuela durante el período dictatorial es reflejado
en form a neutral por diversas estadísticas e indicadores
económico-sociales.3
En cuanto ideología oficial del régimen, el Nuevo Ideal
Nacional pretendía " lo g r a r p a ra V e n e z u e la un
puesto de h o n or e n tr e las naciones y h ac er una
P a tria cada d ía más p ró sp e ra, d ig n a y f u e r t e " .4
Este " id e a l n a c io n a l" se alcanzaría mediante "la
tra n s fo rm a ió n n acio n al d e l m e d io físico y e l m e
jo ra m ie n to d e las condiciones m o ra le s , in te le c
tu a le s y m a te ria le s d e los h a b ita n te s d el p a ís " .5
El primado de la "transformación del m edio físico", co
mo condición previa para la felicidad posterior y motivo
justificador de los grandes programas de construcción de
la dictadura, puede explicar algunos aspectos de la políti
ca perezjimenista "clásica" sobre inversiones y gastos en
obras públicas. Pero, para comprender los fenómenos his
tóricos que siguen al glorioso "2 de D iciem bre" y conclu
yen el igualmente célebre "23 de Enero" es necesario
considerar la otra cara de la moneda, no señalada por la
copiosa crítica posterior: el nivel de mediocridad intelec
tual, de pseudo-cientificismo, de miseria teórica, que el
Nuevo Ideal Nacional perezjimenista presupone.
El nuevo recetario de la dictadura hundía sus raíces en
el viejo positivismo local, con sus llamados al "o rd e n " y
al "gendarm e necesario" como condición para el progre
so social. Bajo el ingenuo paternalismo de una camarilla
ilum inada, repartiendo dádivas sin el concurso de un
reclamo popular, se ocultaba el deseo de asegurar la per
petuación del régimen mediante un utópico consenso na
cional. Para lograrlo, la dictadura utilizó diversos factores
de tipo cohesionador o co e rc itivo , que permitieron al
sector empresarial desarrollar un proceso de acumulación
de capital sin mayores conflictos.6
31
GESTION PUBLICA Es claro el papel que las grandes obras de arquitectura
y urbanismo impulsadas por el régimen jugaron dentro
Y A C U M U L A C IO N PRIVADA de su proyecto político y la función cumplida, aunque tu
viesen ideales distintos, por los intelectuales y técnicos a
su servicio. El propio dictador se encargó siempre de ha
cer notorios tales apoyos disciplinares para avalar sus pla
nes y ratificar sus objetivos.7 Lo realmente singular es que
la gestión "social" del Banco Obrero no haya hecho más
que seguir fielmente la política del gran capital nacional.
Como ha evidenciado Clemy Machado de Acedo, el rol
del Estado venezolano durante los años '50, en cuanto
eje sobre el que rota el proceso económico del país, es
fundam ental.8 Máximo receptáculo de los crecientes
ingresos económicos derivados de la renta petrolera, el
Estado ve aumentar en forma progresiva sus disponibili
dades fiscales y sus posibilidades de intervención institu
cional, convirtiéndose en el factor prim ordial de acum ula
ción al transferir sus ingresos al sector privado de la eco
nomía nacional. La vía fundam ental de esta transferencia
es el gasto estatal en obras públicas, que alcanzará a más
d e ja tercera parte del gasto público total. La intensa acti-
"vI3ad constructora del Estado durante esos años, en don
de sobresale la construcción masiva de viviendas, se ca
naliza y ejecuta a través de empresas privadas que en
cortos plazos incrementan sus ganancias y duplican su ca
pital, especialmente las de mayor envergadura y vincula
ción con el régimen. Además, esta transmisión de recur
sos tiene un efecto multiplicador: el dinamismo inm ediato
que produce en la industria de producción de materiales
y en el comercio de insumos para la construcción, ambos
en manos del sector privado, repercute rápidamente
sobre el resto de las actividades económicas de la so
ciedad civil.
El proceso de acumulación se desarrolla a ritmos inusi
tados debido a la satisfacción por parte de la dictadura de
las demandas del empresariado en cuanto al finan-
ciamiento de la industria de la construcción, a favorables
condiciones y costos de producción, a exenciones fiscales
e incremento de las tasas de beneficio, a fijación de siste
mas administrativos y de licitación de obras favorables a
las grandes empresas y, particularmente, a una política
laboral que garantiza la disponibilidad de la fuerza de
trabajo y la "paz social". Es decir, una política de gasto
público que, por un lado, tiende a gestar y favorecer la
acumulación privada, sobre los intereses de los trabajado
res y bajo el amparo estatal y, por otro lado, que actúa
claramente en función de contención de la presión popu
lar en el mercado de trabajo y de paralizar los.enfrenta
mientos de clase, que se perfilan peligrosamente bajo el
régimen dictatorial.
7. Inclusive en sus Discursos y Exposiciones de M otivos a n te las
Camaras del Congreso N acional. (Véase. Cinco Discursos d e l
G e n e r a l M arco s P é re z J im é n e z ..., cit.).
8. C. M achado de Acedo, "El Estado y su papel en la con form ación
de la sociedad capitalista v e n e zo la n a ", en. E stado y G ru p o s
Económ icos e n V e n e z u e la , Ob. cit., pp. 19-93).
32
No vincular la gestión del Banco Obrero entre el 52 y el
58 con esta doble ofensiva contra el m ovim iento popular
significa descartar toda posibilidad de comprender la
estructura real de las operaciones de política urbanística,
exaltadas por la crítica nacional e internacional como mo
delos, aunque imperfectos o limitados en su instrumenta
ción disciplinar, de un momento estelar de la arquitectura
y el urbanismo venezolanos.
El fracaso de esa política de gastos indiscriminados sola
mente se hará manifiesto cuando el gobierno, para fin an
ciar los ambiciosos programas de obras públicas a los que
se había lanzado, y que excedían con creces su capaci
dad de pago, tenga que recurrir al otorgamiento de
nuevas concesiones petroleras como m edio de obtener
ingresos adicionales. Esta inflación del gasto público y el
consiguiente deterioro de la situación fiscal se convertirán
en factores decisivos para el desmoronamiento de la dic
tadura.9
Lo que es necesario subrayar, en todo caso, es la
estrecha vinculación entre los intereses del capitalismo
nacional y su acelerado proceso de acumulación durante
el período, y la desenfrenada política de gasto público
realizada por el Estado, a través de la labor "s o c ia l" de
organismos como el Banco Obrero.10
LA UTOPIA DEL PLAN Sobre ese telón de fondo, sé puede decir estructural,
pasaremos ahora a valorar la actuación de los gestores de
la política gubernamental en el campo de la arquitectura
y del urbanismo. Observaremos, particularmente, cómo
los intelectuales insertos en la propia institución estatal
sublimarán los equívocos de aquellas políticas inflaciona
rias para dar vida a sus modelos de intervención proyec-
tual.
Un principio que parece destacarse al respecto es la in
tención de enfrentar el grave problema de la vivienda
m arginal, de los 40.000 ranchos que a principios del '50
ocupaban cerros y quebradas del Distrito Federal, de
mostrando la capacidad organizadora y de gestión ra-
34
cional del régimen y su empeño de adelantar "la trans
formación del medio físico" postulada por el Nuevo Ideal
Nacional.
La primera ejemplificación de tal capacidad, a través
del Banco Obrero como órgano de gestión fundam ental,
lo constituye la formulación del "P la n N a c io n a l de la
V iv ie n d a , 1 9 5 1 -1 9 5 5 " . A lo largo de 1951 se de
sarrolla un proceso de cambios internos en el Banco, que
abarca desde el nombramiento como director del inge
niero Julio Bacalao Lara, antiguo contratista de obras pa
ra la institución, hasta la reestructuración de la Sala Técni
ca para adecuarla a los nuevos compromisos y tareas. A
Carlos Raúl Villanueva, único arquitecto ("consultor") del
Banco Obrero, en los primeros meses del año se le suman
los aún estudiantes de arquitectura Guido Bermúdez y
Carlos Brando y el arquitecto colombiano Carlos Celis Ce-
pero, quien se convertirá en el motor inicial del nueivo
“T a lle r d e A rq u ite c tu ra d e l Banco O b re ro " (TABÓ).
En poco tiempo el Taller ve engrosar sus efectivos con
otros arquitectos, y con un grupo de estudiantes de ar
quitectura, algunos de los cuales, como José M anuel M i
jares y José Hoffman, permanecerán ¡unto a Villanueva
en el TABO hasta el final del "2 de Diciem bre", en 1957.
De ese grupo nacen los proyectos para el "Plan Na
cional de la V ivienda", que se exponen públicamente en
noviembre de 1951 en la sede del Colegio de
Ingenieros.n El entusiasmo es general: la incorporación
de ingenieros calculistas, como José Antonio Pizzolante, o
de artistas de regreso de la m etrópoli parisina, como M a
teo Manaure, revela las ansias universalistas y de "sínte
sis" que mueven al juvenil equipo que dirige el maestro
Villanueva. Las conexiones internacionales se m ultiplican
y el propio Bacalao Lara descubre en México los grandes
bloques m ultifam iliares de M ario Pañi, inaugurados re
cientem ente.12 En ellos parece gestarse todo un mundo
de nuevas posibilidades: para el Plan de cuatro años, Ba
calao Lara proyecta construir más viviendas que las reali
zadas por el Banco durante toda su historia. En base a los
Planes Reguladores elaborados por la Com isión N a
cional de U rb an ism o , cuyo Secretario es el propio
Villanueva, el TABO produce los proyectos de conjuntos
residenciales y unidades vecinales para "so lu c io n ar el
11. Con m o tivo del "D ía Internacional del U rb a n ism o ". Véase el catá
logo de la Exposición 1 9 5 1 -1 9 5 5 - p la n n a c io n a l d e la v iv ie n
d a (Caracas, BO, 1951 ) que, ¡unto con el libro La v iv ie n d a p o p u
la r e n V e n e z u e la (Caracas, BO, 1952), constituyen inapreciadas
fuentes de docum entación sobre la arquitectura del Banco O bre
ro.
12. Véase: M ax Cetto, A r q u it e c t u r a M o d e r n a e n M é x ic o , N ew
York, F. Praeger, 1961, pp. 158-165. Tam bién en los libros de I.
Katzman, A r q u it e c t u r a c o n te m p o r á n e a m e x ic a n a (M éxico,
INAH, 1963) y -de I.E. Myers, M e x ic o 's M o d e r n A rc h ite c tu r e
(N ew York, A rchitectural Book, 1952).
35
p ro b le m a d e la v iv ie n d a en V e n e z u e la " :13 la id e
o lo g ía d e l Plan se convierte en empresa colectiva.
En el TABO se siguen atentamente los laberínticos re
corridos de la rech erch e p a tie n te de Corbusier,
viajero consecuente por diversos países latinoam erica
nos, buscando orientación en sus propuestas arquitectóni
cas y convirtiendo al Taller en una "se ccional" del m ovi
miento internacional corbusierano.14 El espíritu moderni-
zador lleva hasta a rebautizar la producción anterior del
maestro Villanueva: las alemanas s ied lu n g en de Coche
y Casalta se convierten en unidades "vecina les" y "c o
operativas".15 Bajo cambios aparentemente superficiales
se desliza una utopía que pretende rescatar, en controla
dos conjuntos residenciales de la periferia urbana, la míti
ca "unión con la N aturaleza" y el "a lm a de la Comuni
dad perdida". Ante el caos de la m etrópoli y sus rela
ciones masificadas y conflictivas, la Unidad Vecinal ofre
ce la "síntesis" entre clases, los valores comunitarios y las
cualidades subjetivas. A la irracionalidad de la gran
ciudad capitalista, con su totalizador anonimato y eficien
te extracción de plusvalía, se le opone la imagen del t r a
b ajo lib e ra d o y la fragmentación en "islas cooperati
va s".16
Una vez expuesto el Plan, queda form ulada la utopía
de la arquitectura moderna venezolana: con la construc
ción de la Comunidad "2 de D iciem bre" en 1957, será
utopía realizada. En su núcleo, como en el de la Exposi
ción de 1951 en la sede del Colegio de Ingenieros, se en
cuentra la tipología anhelada: el gran edificio m ultifam i-
liar, la U n ité d 'H a b ita tio n corbusierana, el superblo-
que.
37
LA IDEA DEL SUPERBLOQUE Le Corbusier siempre ubicó el origen de la Unidad de
Habitación (1945) en su descubrimiento de la Cartuja de
Erna, cerca de Florencia, durante uno de sus viajes de es
tudio en 1907. En esa edificación del Renacimiento vio un
m odelo de perfecta armonización entre la vida privada
(la celda donde cada monje se retira a estudiar y descan
sar) y la vida social que el colectivo religioso desarrolla
en el resto del com plejo.17 Ese modelo estará presente co
mo objetivo a lograr a lo largo de toda su obra, desde los
proyectos iniciales hasta los últimos publicados en la
O e u v re C o m p léte . En 1922 aparecería el antecedente
directo de la Unidad de Habitación: el In m e u b le -V illa s .
Se trataba de una edificación de 10 pisos, ocupando peri-
metralmente una manzana completa, con 120 aparta
mentos d ú p le x de amplias terrazas-jardín y espacios a
doble altura, y con una serie de servicios colectivos ubica
dos sobre el techo del prototipo. Tres años más tarde, Le
Corbusier am pliará su capacidad a 340 apartamentos y li
gará los grandes edificios entre sí mediante pasarelas
sobre las calles de la ciudad. La idea-base de la Unidad
ya estaba allí: proporcionar un esqueleto estructural en el
que toma form a física un montaje indefinido de células
habitables y que incorpora los servicios colectivos
necesarios.
En esta época, Le Corbusier trabaja con una noción de
ciudad "e ntra m a d a", apoyándose sobre la morfología de
la ciudad tradicional. En la V ille R adieuse (1930), los
bloques de vivienda y las autopistas se levantan del terre
no sobre p ilo tis , para perm itir un "c o n tin u u m " urbano
dom inado por las áreas verdes y la vida peatonal. Pero, a
partir de varios proyectos de mediados de los '30, la uto
pía de un tejido urbano "tre nza do ", orgánico, interconec-
tado, desaparece y e n su lugar emergen, particularmente
sobre terrenos accidentados, los grandes bloques aislados
y rigurosamente orientados en dirección norte-sur. En
ellos se concreta la idea de integrar la vivienda y los ser
vicios colectivos en una propuesta arquitectónica unitaria.
Es decir, que la concentración vertical de las viviendas en
un gran bioque aparece justificada en tanto se produce la
asociación inextricable con sus servicios primarios.
Sin embargo, para comprender el carácter de síntesis
de la Unidad de Habitación corbusierana, todavía sería
necesario observar la "búsqueda paciente" realizada
sobre otro de sus componentes: la célula de habitación.
Se trata de un apartamento d ú p le x que se desarrolla
38
"e n profundidad" a todo lo ancho del edificio, con venti
lación cruzada y doble exposición por las fachadas longi
tudinales, y al que sirve un corredor interno (la “ru é ¡n-
te r ie u r e " ) cada tres pisos. Estos apartamentos, que en la
Unidad de Marsella serán hasta de 23 tipos diversos y que
implican una form a altamente "u rba nizad a " de vida,
aparecían en los bloques de vivienda de la V ille Ra-
d ieuse en 1930 y en los proyectos de Unidades de Habi
tación de 1945, contemporáneass a la que se construirá
en Marsella a partir de esa fecha.18
La U n ité d 'H a b ita tio n , pues, como síntesis de un
conjunto de investigaciones previas. La de Marsella cons
ta de 337 apartamentos, protegidos por lo g g ias de una
orientación este-oeste, para 1.600 habitantes que cuentan
también, con 26 servicios colectivos ubicados en el
"techo-jardín" (desde gimnasio hasta "m ontañas a rtifi
ciales" para juegos infantiles) o en la "ca lle com ercial"
(peluquería, farmacia, restaurant, etc.) ubicada en el
séptimo piso a 25 metros del suelo. Sobre éste, el escultu
ral "trasatlántico" de concreto sólo apoya los p ilo tis ,
que esconden en su interior toda las canalizaciones del
edificio.
A pesar de las adversas críticas que recibió en su tiem
po, el prototipo corbusi&rano demostró que su propuesta
residencial era asequible, no para el granjero provenzal o
el proletario marsellés, sino para la educada clase m edia
(profesionales, artistas, profesores universitarios, etc.) de
grandes ciudades europeas.
Nos hemos detenido en la génesis de la U n ité d 'H a b i
ta tio n porque, m anifiestamente, constituye el m odelo
que los arquitectos del TABO intentarán trasplantar a los
cerros caraqueños. Efectuar una comparación entre el
m odelo corbusierano y los superbloques del "2 de Di
ciem bre" revelaría, de manera trágica y concluyente, el
alienante proceso de “ red ucció n" a que fue sometida la
compleja propuesta del maestro suizo, para su adapta
ción "re a lista " a las exigencias y objetivos del régimen
perezjimenista.
Reseñaremos, ahora, los puntos cardinales de ese pro
ceso reductivo que culmina en el "2 de Diciem bre".
39
luación de prototipos generados en otras latitudes, capaz
de verificar su adecuación a las condiciones locales. Por
otra parte, el ejemplo de otros arquitectos latinoamérica-
nos, como el mexicano Mario Pañi, el argentino Eduardo
Catalano o el brasileño Oscar Niemeyer, que han hecho
suyas con antelación la tesis corbusierana, refuerza las
convicciones de los arquitectos del TABO.'9
En la mencionada Exposición de 1951 del "Plan Na
cional de la V ivienda" se presentan los primeros su-
perbloques venezolanos. La "U n id a d de H a b ita c ió n
Q u in ta Crespo", proyectada por Villanueva y Celis Ce-
pero consistía en un edificio de 13 plantas y 118 aparta
mentos de varios tipos, con espacios a medios niveles y
acceso por un corredor central que se am pliaba hacía la
fachada del edificio. La doble exposición norte-sur de los
apartamentos, también protegidos por lo g g ias, permitía
visuales sobre el Avila y El Paraíso a sus 600 habitantes
que, además, contaban con servicios colectivos en el
techo-terraza (gimnasio, biblioteca, club social, etc.) y en
la planta baja (peluquería, farmacia, etc.), pues los corbu-
sieranos p ilo tis también desaparecían y el nivel del
suelo era ocupado. Desafortunadamente, su ubicación
junto al Mercado de Quinta Crespo chocó con disposi
ciones municipales para la zona y la primera Unidad de
Habitación venezolana se quedó en proyecto.
La "U n id a d de H ab ita c ió n El P a ra íso ", proyectada
también por Villanueva y Celis Cepero, tuvo m ejor fortu
na y fue inaugurada en 1956, aunque sólo se realizó uno
de los tres superbloques programados y un prolongado
proceso constructivo hiciese que al final su aspecto fuera
bastante distinto del original. Se trataba de una edifica
ción de 18 plantas (las dos inferiores destinadas a esta
cionamientos) y 182 apartamentos d ú p le x de varios ti
pos, para 1.120 personas que disponían, también, de una
serie de servicios en el techo-jardín y la planta baja del
edificio. En lugar del bloque lineal orientado en una sola
dirección, los apartamentos se organizaban en tres cuer
pos articulados perpendicularmente, con lo g g ias que
protegían su diversa orientación y brindaban a las facha
das, al igual que en Quinta Crespo, una gran riqueza plás
tica y contrastes visuales desde el exterior. Esto se pierde
en el superbloque finalm ente construido, en honor a la
exhibición del esqueleto estructural sobre fachadas pla
nas, cuya mayor innovación reside en el uso de la " p o
lic ro m ía " sobre las paredes exteriores del edificio. Se
trata de uno de los aspectos más resaltantes, tam bién, de
19. Ya m encionam os los " M u lt if a m ilia r e s " de Pañi, con los que
construyó con ju ntos re sid e n cia le s com o el " P r e s id e n te
J u á r e z " , en M éxico, D.F. C atalano proyectaba U nidades de H abi
tación, com o el " B lo q u e Río d e la P la ta " , desde 1949. Sin e m
bargo la influe ncia más im po rtan te sobre los arquitectos del TABO
la ejercerá la "to rc id a " obra de N iem e yer, qu ie n después los visi
taría en el Taller, pa rticularm en te con su curvilín eo Hotel de A p a r
tam entos " Q u it a n d in h a " para Petrópolis, de 1950. (Véase: Sta-
mo Papadaki, O scar N ie m e y e r ; W o rk s in P ro g ress , N e w
York, Reinhold, 1956, pp. 18-39).
41
los superbloques del "2 de Diciem bre" y de otra deform a
ción del m odelo corbusierano, en el cual la pintura de co
lores vivos sobre las paredes internas de las lo g g ias pre
tendía corregir los imprevistos errores de la construcción
en concreto armado, así como acentuar la autonomía
expresiva de cada célula "m o n ta d a " idealm ente en la
estructura edilicia. Pero aquí, la ¡dea de pintores y ar
quitectos es distinta y pone en cuestión la misma noción
de gran edificio m ultifam i|iar, buscando "a le g ra r" la ho
mogénea masa edificada mediante el tratamiento facial
de colores alternados al "g u sto " de los artistas.
El empeño por la "p olicrom ía " resulta altam ente signi
ficativo de la "re b e lió n " ante las limitaciones expresivas
y de la sufrida condición en que se desarrollará la labor
de los arquitectos. En principio pareciéramos estar frente
a la aceptación de un nuevo rol del trabajo intelectual, en
el que han desaparecido las componentes utópicas para
dar paso a la labor técnico-administrativa y a un compro
miso directo en la gestión concreta del ciclo ediIicio. La
institucionalización de un trabajo intelectual insertado en
la productividad conllevaría al nuevo papel del arquitecto
como o rg a n iz a d o r del ciclo económico, perdida ya toda
valencia como variable independiente de m anipulación
form al de los edificios. Sin embargo, en la obra de los ar
quitectos del TABO hay demasiados indicios de un proce
so enrarecido por la persistencia de viejos anhelos "artís
ticos" y por la ausencia de sólidas convicciones sobre los
fenómenos de la producción masiva.
Esa am bigüedad también impregna al últim o superblo-
que expuesto en el "Plan Nacional de la V ivien d a" de
1951, que es el más corbusierano de los tres a pesar de
sus evidentes diferencias con el bloque de Marsella. La
"U n id a d d e H a b ita c ió n C erro G ra n d e " , proyectada
por Guido Bermúdez como tesis para el grado de ar
quitecto, será el-punto de partida del sistema de superblo
ques para "Cerro Piloto", en 1954. Consiste en un edificio
de 15 plantas, con p iio tis en la primera y servicios colec- I
tivós en la quinta, que se proyectaban ligar mediante una
pasarela a las áreas verdes de la colina que tapa el su-
perbloque. Otros servicios comunales para sus 900 habi
tantes se localizan en el techo-jardín y en una edificación
independiente construida con posterioridad. La estructura
aporticada de concreto, con vigas en voladizo y marcos rí
gidos de dos patas en sentido transversal, sirve de soporte
a 144 apartamentos d ú p le x y s im p le x, con doble expo
sición norte-sur y acceso mediante corredores externos ca
da tres pisos, a los que sirven dos torres de circulación ver
tical independizadas del edificio.
En 1953 la tipología del superbloque se ve incrementa
da con el que proyecta Carlos Brando, también como tesis
de grado, para la "U n id a d d e V iv ie n d a D iego d e Lo
s a d a ". Su importancia radica, aparte de mostrar la facti
bilidad de los superbloques "apareados" (pues se cons
truyeron uno de 15 plantas y otro, "d o b le ", de 11
plantas), en que será el tipo utilizado masivamente en la.
42
com unidad " 2 de D icie m b re ". Se trata de un e d ific io de
casi 80 metros de largo y 12 de ancho, con una torre de
dos ascensores independizada de la estructura principal
que sirve, cada tres pisos, a los corredores externos de ac
ceso a los apartam entos. Estos se localizan diez en cada
planta, la m ayoría tien e tres habitaciones y el ingreso a
los ubicados en un piso in fe rio r o superior se realiza por
escaleras internas. Un entram ado esqueleto de concreto a
la vista, form a d o en sentido transversal por marcos rígidos
de cuatro patas, asegura el soporte del m acizo vo lu m e n
de viviendas y de los escuálidos lavaderos del techo.
20. V e n e z u e la b a jo e l N u e v o Id e a l N a c io n a l. R e a liz a c io n e s
d u r a n te e l G o b ie r n o d e l G e n e r a l M a rc o s P é re z J im é n e z :
2 d e D ic ie m b re d e 1 9 5 2 -1 9 d e A b r il d e 1 9 5 4 , Caracas, Servi
cio Inform a tivo V enezolano, 1954, p. 30.
21. "M e n s a je al C ongreso del 25 de A b ril de 1954", en: L. Tarnoi, Ob.
cit., p. 324.
22. Fue elab ora do por la nueva "Sección de Investigación Social, Eco
nóm ica y T e c n ológ ica"de l Banco, entre los meses de n o vie m b re y
dic ie m b re de 1953. Para com pren der las condiciones de urgencia
que lim ita n el alcance de estos estudios, así com o los problem as
envueltos en la arquitectura del período que estudiam os, resultan
esenciales las re flexione s críticas y la perspectiva m u ltifo ca l de
Juan Pedro Posan i en C aracas a tr a v é s d e su a r q u it e c t u r a
(Caracas, Fundación Fina G óm ez, 1969, e sp ecialm e nte pp. 374-
378 y 502-506).
43
E videntem ente, era un in fo rm e supertluo: la decisión de
in te rve n ir sobre el sector sur lla m a d o "c e rro c e n tra l", con
siderado com o lugar de ensayo o "c e rro p ilo to '' para rea
lizar un program a de vivie n d a espectacular, se había to
m ado con a n te rio rid a d y al m argen de inform es so cio ló g i
cos, económ icos o constructivos. Para el N uevo Ideal N a
cional, el p roblem a era sencillo: por un lado, existía un
p ro b le m a de vivie n d a m a rginal que afectaba dire cta
m ente a 300.000 personas (el 40% de la po b lació n de la
ciudad) y el m ayor porcentaje se concentraba en el
"c e rro c e n tra l"; por otro lado, este cerro gozaba de una
ubicación estratégica, que reforzarían las obras e dilicias y
de v ia lid a d que se proyectaban, ofre cie n d o a cam bio una
im agen d e p lo ra b le y antiestética del progreso alcanzado
por la capital bajo la dictadura m ilita r y lim ita n d o la
"tra n sfo rm a ció n del m edio fís ic o " a p a labrería sin con
tacto con la re a lid a d ; por lyltimo, tanto la industria de la
construcción com o la "clase té c n ic a " nacional parecían
dispuestos a asum ir la responsabilidad: el Plan R egulador
de 1951 recom endaba para la zona " v iv ie n d a m u ltifa -
m ilia r " y en el TABO se habían puesto a punto las tip o lo
gías para realizar tal Plan. N ingún "in fo rm e p re lim in a r"
podía contestar, sino al contrario c o rro b o ra r, el pra g m a
tism o an a lítico de los gestores de la v iv ie n d a y de la cúpu
la m ilita r.
46
ñas verdes o campos deportivos proyectados resultaban
prescindibles ante la "p rim e ra p rio rid a d " de la célula de
vivienda.
Las edificaciones de cada U nidad Vecinal se distribuyen
sobre grandes terrazas de taludes reforestados, en cuyos
bordes serpentean las vías de circulación a u tom otor y, a
su lado, los estacionam ientos procuran no in te rru m p ir la
co n tin u id a d del espacio "c o o p e ra tiv o " exterior. Este es el
tem a central que m ueve la com posición de las Unidades
Vecinales y que muestra otro aspecto del idílico sueño
perseguido por los arquitectos: el logro de un espacio ex
terno caracterizado, que se d e fin e m e diante la adecuada
disposición de los bloques, capaz de a le n ta r los en
cuentros colectivos y de procrear valores civiles y co m u n i
tarios.
47
el centro cívico se abre para los contactos sociales de los
que renuncian al inhum ano superbloque y desean recibir
un baño pu rifica d o r de "C o m u n id a d ” .
48
Para los caraqueños, la im agen del 23 de Enero como
LOS HABITANTES parroquia es, quizás, una de las más nítidas y precisas: fí
sicam ente, está perfectam ente delin e a d a en las torres de
DEL 23 DE ENERO: los apartam entos que eclosionaron sobre grandes exten
siones vacías en una ciudad aún modesta en alturas y m o
Una ra diografía social d e rnidad; socialm ente, en la com batividad de una juven
tud enfrentada a la policía de turno, im agen p rim a
riam ente construida por las gestas populares y d em ocráti
cas que le dieron su nom bre y, luego, reiteradas por unas
Por.- Roberto Briceño León acciones encapuchadas cuya fin a lid a d , las más de las ve
ces, resulta incom prensible, incluso para los iniciados en
el m undo de los partidos y las luchas sociales.
Pero... ¿cómo son los hom bres que habitan la parro
quia? Todos viven en las inmensas torres que se aparecen
en nuestra m ente; son acaso los hombres de los barrios
que luego fu eron a v iv ir a los apartam entos; cuál es su
educación; cuántos son sus ingresos; en qué tra b a ja n ; có
mo son sus fa m ilia s, hay muchos extranjeros, hay muchos
jóvenes, tienen carros...
1) GIL, ELINOR. "La integración del hom bre con su esp a cio ". El D iario
In m o b ilia rio . (El D iario de Caracas), 28 de octubre de 1981. Caracas.
49
ta sobre todo a partir de los 35 años, cuando aum entan
las m ujeres en relación a los hombres. Casi las dos terce
ras partes de la población tie n e menos de 15 años, y más
de la m itad —el 56'%— tie n e menos de 25 años, una
población bastante ¡oven. La p irá m id e de edad tie n e una
fo rm a norm al en relación a V enezuela, pero lla m a la
atención que los grupos de edad que van de 1 5 a 19 y de
20 a 24 años sean los que tengan m ayor p o b lació n , es de
cir, son in dividuos nacidos entre 1957 y 1966, el m o m e n
to de in icio del 23 de Enero com o urbanización.
50
VENEZOLANO S El 96,6% de la población de la p a rroquia 23 de Enero
son nacidos en Venezuela y de éstos el 75,5 en el Distrito
Y C ARAQ UEÑO S Federal: venezolanos y caraqueños en su casi totalidad.
Este hecho es im portante, pues siendo Caracas una ciu
dad de migrantes, hay una generación que ha nacido en
Caracas y que uno puede pensar ha crecido en el propio
23 de Enero, sobre todo si piensa en la p irá m id e de edad
y se observa que el 56% de esos habitantes tienen menos
de los 25 años. Esto es im portante para la com prensión de
la conducta de los jóvenes y, tam bién, para e n fre n ta r esa
d ifu n d id a idea de la existencia de una población rural
que fu e m etida de pronto en unos apartam entos a los
cuales trasladaron sus hábitos campesinos.
A l ser preguntados sobre cuánto tiem po tenían vivie n d o
en la localidad, el 41 % respondió que siem pre había v iv i
do a llí y el 20% declaró que tenía más de 20 años, lo cual
muestra que el 61% tie n e más de 20 años en Caracas, no
sabemos en este caso si tam bién se re fiere al 23 de Ene
ro, pero en cu a lq uie r caso nos da una p oblación p ro fu n
dam ente caraqueña.
51
la condición de an a lfa b e to , pero tam bién es cierto que
ésta es una población urbana y con tradición de vida en
la ciudad que ha p odido y tenido p o sib ilid a d de b e n e fi
ciarse de las oportunidades educativas. En conclusión, no
hay ni muchos analfabetas, ni muchos universitarios, es
una población de fines de la p rim a ria a inicios del
b ach ille ra to .
23 DE ENERO: SITUACION EDUCATIVA 1981
ANALFABETA ALGO SUPERIOR
ALGO PRIMARIA ALGO BACHILLERATO
52
res son em pleados. De ellos, el 30% están em pleados en
el sector privado y el restante, 24%, en el sector público.
Los obreros, quienes representan el 25% de la población
ocupada, se reparten en casi igual la proporción entre los
que trabajan en el sector público y quienes lo hacen en el
privado. Es im portante insistir en estas cifras, pues existe
una d ifu n d id a im agen de 23 de Enero com o zona de
obreros, lo cual, com o se ve, no es del todo verdad. Es
una población de lo que podem os lla m a r la "m o d e sta
clase m e d ia ",2 compuesta por em pleados de nivel b ajo o
m edio en la escala jerárquica de las empresas privadas y
oficinas públicas.
Los trabajadores por cuenta propia: vendedores, artesa
nos solitarios, trabajadores calificados a destajo o por
contrato, son el 9,6%; esta cifra es m enor que la que se
puede encontrar en ciudades del in te rio r o en barrios. Es
ta categoría social que muestra m ucho de las aspira
ciones laborales del venezolano —la de tra b a ja r sin
patrón y sin reglas externas— es confusa en su sim ple in-
•terpretación estadística, pues por su carácter socialm ente
polisém ico puede significar, adem ás de su d e fin ició n
exacta, un sub-em pleo o desem pleo disfrazado o un tipo
de patrono de corte pequeño burgués, que contrata per
sonal sin tener la fo rm a lid a d ni las obligaciones que
im plicaría el patronazgo. Los que declararon ser patrones
resultaron ser el 1%, cantidad pequeña pero im portante,
fu n d a m e n ta lm e n te cuando se piensa en los niveles de
ingreso a los cuales más a d e lan te nos referirem os. Los
trabajadores com o servicio dom éstico, o las trabajadoras,
pues es ése un oficio con sexo im plícito, representan m e
nos del 1% de la población ocupada. En conclusión, ni
patrones, ni obreros, sino em pleados.
53
de p rim a ria ; en la industria m anufacturera son tam bién
m ayoría, pero en m enor cantidad y d o m in a n las personas
que estudiaron los últim os años de p rim a ria ; por el contra
rio, en las entidades financieras, seguros, etc., son m a yo
ría las personas que estudiaron b a ch ille ra to . Y, por ú lti
m o, la m ayoría de las personas que hicieron alg ú n estu
d io superior se encuentran tra b a ja n d o en el área de los
servicios personales.
En cuanto a su lugar de nacim iento, la po b lació n ocupa
da resultó ser en un 51% nacidas en el Distrito Federal y
en un 43% nacidos en otros Estados de V enezuela. El 3%
extranjerosy el 1% Venezolanos por naturalización. La pro
porción en las distintas ramas de a ctivid a d económ ica es
s im ila r a la de los datos generales, salvo en dos casos-, en
las e ntidades financieras, don d e antes veíam os q u e d o
m in a b a n las personas con b a ch ille ra to , pues a h ora son
tres veces más los nacidos en Caracas q u e los nacidos en
el interior,- y, el otro caso, ta m b ié n distinto, era el de la in
dustria dé la construcción, donde antes observábam os era
m a y o rita rio el estudio exclusivo de la p rim a ria , pues a h o
ra destacam os que son más del d o b le quienes nacieron
en el interior; todo lo cual pareciera c o n clu ir en el si
g u ie n te esquem a de recurrencias: por un lado, nacido en
el interior, estudio de prim a ria , industria de la construc
ción; por otro lado, nacido en Caracas, b a ch ille ra to , e n ti
dad fin a n c ie ra o seguros.
54
nos ingresos, obsérvense estas com paraciones: el grupo
que gana entre 500 y 1.000 bolívares representa el 4% en
los hom bres y el 9% en las m ujeres; en el grupo de 1.001
a 2.000 bolívares, los hombres son el 33%, las m ujeres el
50%, hasta aquí, y en los m enores ingresos, son m ayoría
las mujeres, veamos el siguiente grupo: de 2.001 a 4.000
bolívares, los hom bres son el 40%, las m ujeres el 26% y
en el grupo de 4.000 a 6.000 bolívares, los hom bres son
el 7% y las m ujeres el 2%. Si no hay d ife re n cia sig n ifica ti
va en la educación, pues las proporciones de estudio rea
lizados son sim ilares por sexo, entonces la d ife re n cia de
ingresos debe ser a trib u id o a otras razones, im posibles de
indagar aquí.
55
usadas en el 92% de los apartam entos, en el 77% de las
casas y en el 38% de los ranchos. Obsérvese com o son
menos en las casas, lo cual puede hacernos com prender
que hay una buena cantidad de casas de condiciones no
m uy óptim as y distintas a la im agen que podríam os ha
cernos de las quintas. En los ranchos era de esperar estos
resultados: el 58% utilizaba m ateriales com o el cartón,
cinc, desechos.
56
vera y el 80% televisor. En otras oportunidades he expre
sado que si bien esto pudiera resultar poco com prensible
en una lógica de econom ía fa m ilia r estricta, es bastante
com prensible, pues, para unas personas siem pre acos-
tum bradqs a v iv ir sin nevera y sin dem asiadas cosas que
guardar dentro de e lla , es más racional a d q u irir un te le v i
sor a una nevera, pues le añade más calidad y goce a su
vida.
En referencia a los autom óviles la situación no se hace
distinta: en el 32% de los apartam entos hay un vehículo,
en el 21% de las casas y en el 9,5% de los ranchos. For
m ulado a la inversa: en un 62% de apartam entos no
tienen carro, en el 75% de las casas y en el 90% de los
ranchos. Los prom edios de habitantes por vehículo re fle
jan esta situación: 5,8 habitantes por carro en los ranchos;
5,6 en las casas y 5,5 en los apartam entos.
57
EL PARQUE DEL OESTE En el estudio de la OMPU "C aracas 2 0 0 0 ", se establece
que " la d is p o n ib ilid a d de espacios para la recreación
--------------------------------------- pública en Caracas, representa un índice inferior a 1,5
Giovanna M érola m2/h a b ." ,’ en el mismo estudio se propusieron políticas
■ en cuanto a la recreación, conducentes a solucionar, en
parte, este p ro b le m a específico,- sin em bargo, los parques
urbanos siguen siendo deficientes.
Es por esto que en lo que se re fie re a los mismos d u ra n
te el g o b ie rn o de Luis Herrera Campíns se in icia la cons
trucción del Parque del Oeste, proyecto que data de los f i
nales de los años cincuenta, cuando Burle M a rx trabaja
en el proyecto del Parque del Este. En ese tie m p o él mis
mo p re paró un anteproyecto para el Parque del O este,1 el
cual du ra n te casi veinte años no lle g ó a m aterializarse. Es
apenas en estos años que, a raíz de la presión p o p u la r de
los residentes de Catia y Pro-Patria, se vu e lve a m a n e ja r
la p o sib ilid a d de crear este parque en una zona densa
m ente p o b lad a de la ciudad, y c®n un porcentaje de
áreas verdes prácticam ente inexistentes.
58
cultural y recreacional sea una re a lid a d para el año 1983?
d e b ido a que el 90% de los terrenos son propiedad a'el Es
tado. La excusa del alto costo de la tierra en este caso no
opera, así que es posible que sí se realicen estos proyec
tos.
El "P arque del N o rte " es otro proyecto que está en vías
de ser realizado, se trata de rescatar la zona noroeste de
la ciudad, donde se construye el nuevo Edificio de la
Biblioteca y el A rchivo N acional, cercanos al Panteón N a
cional y el viejo Cuartel San Carlos.
59
m a no está en la ciudad que crece sin control, sino en la
in m o ra lid a d de ciertos grupos que la gobiernan.
61
tercera mis herm anas y yo, y en la otra una. tía que
estuvo muchos años con nosotros. Era una casa pobre,
pero había lo suficiente. Papá tra b a ja b a en la CANTV.
—¿Tu m am á?
62
—Llegó el m om ento. Empecé a leer: " M i querida
directora, usted se va y nosotros siem pre la
recordarem os...", em pecé a llo ra r y las maestras
lloraron, y la directora. Todo el m undo lloraba.
—¿Alguna vez te tocó llo ra r de verdad?
63
cucarachas por doquier, pero recuerdo sólo dos
fum ig a cio n e s en muchos años. Eso era terrible.
64
—M i p rim e r a m o r fu e un m uchacho de por a llí. Alto,
corpulento, deportista. Tenía otra novia. El no me
m iraba mucho. Ese am or, al p rincipio, no prosperaba;
después, sí. M e propuso m atrim onio, pero ya era
dem asiado tarde.
—¿Cómo te afectó de adulta la separación de tus
padres?
65
Desde el uso de razón "U so de ra z ó n ". De tanto escuchar esa frase, a los siete
años m e co m p ro m e tie ro n con e lla . Sólo una responsabili
en el 23 de Enero dad fa m ilia r y social, porque desde hacía m ucho tie m p o
ya la usaba. Una de las prim eras obligaciones, supongo,
era la de revisar mi pequeña historia: nacido en Caracas,
en el año de 1949, h ijo de A lirio M o n tie l y de A na G onzá
Por: O ctavio M o n tie l
lez de M o n tie l. El m ism o lugar com ún ese " d e fa m ilia
m u y h u m ild e ". Expresión sin sentido lógico para mí,
puesto que aún estoy pelando.
Los recuerdos, antes de ese com prom iso ra cio n a l, son
los de un c a lle jó n p lateado y negrorrójizo;qra tejas viejas,
ora sólo cinc, piedras y todo tip o de cachivaches para ase
g u ra r esos techos. A hora sé que aquel p antano seco del
que estaban construidas algunas casas se lla m a b a baha-
reque. M i casa era de tablas y cinc. Para e ntrar había que
subir un escaloncito de tierra sujeta por unos listones
viejos. En tiem pos de llu via no cesaba el compás de una
gotera cayendo dentro de una perola de leche: tip top...
66
Tomándonos de la m ano a mi herm ana y a mí, atrave
samos parte de Catia hasta lle g a r a los edificios esos que
tanto contem plábam os desde lejos.
Cam inábam os, había más recuerdo que futuro, ob
viam ente: nuestra casa de San José, el patio, las matas,
las p iedritasdel ca lle jó n , mi a b u e lia rociando el piso de
agua para no levantar mucho p o lvo m ientras barría, la se
ñora Rosina con su escuelita, donde enseñaba las p rim e
ras letras. Por cierto que a mí no me soportó ni un sólo
día.
—¿Cómo se llam a usted, m ijo?
67
m a n o y podía "a c u la rs e " al " r a y o " para sacar muchas
metras, incluso hacer la " r e n d i" y " e lim in a r " a "lo s p e
p o n e s". A dem ás, el terreno ofrecía la ve n ta ja de ju g a r
"c h o rre a o o a pepazos". "L a T ro ya " ta m b ié n era posible,
porque la tierra negruzca perm itía trazar la circunferencia
do n d e caían los trom pos que recibirían "c la v a o s ". En los
ascensores, fusilado. Claro, el g ra n ito era el más a d e
cuado para d ib u ja r el cuadrado con los nom bres de los par
ticipantes. Y de la casa de Cali, lanzábam os nuestras fichas
buscando acertar cinco caídas en c u a lq u ie r otro para
arrin co n a rlo y fu s ila rlo con la pelota.
Detrás de la escuelita, A l que le caiga la chupa, Escondi
do, La Ere y Policía y Ladrón. En este ju ego na d ie quería
ser policía, por eso se lanzaba una chapa al a ire, lata o
corcho, y los que perdían serían los policías, t i buen ju g a
d o r era aq u e l ladrón que sacara más chicha y liberara
más am igos. Para esto, los apresados de b ía n hacer una
cadeneta larga en el poste que fu n g ía de g u a rim b a , cosa
de que el único ladrón suélto tocara el d e d o del ú ltim o y
q u edaran todos libres nuevam ente. C uando todos eran
apresados los policías pasaban a ser ladrones y viceversa.;
Eso sí, la pelotica de gom a, "b a te a n d o p a 'tra s ", la jugába
mos en la parte posterior del superbloque. A llí m uy pocas
veces la pelota daba m al bote y uno podía hacer su a tra
pada con mucho a g u a je , m irando luego hacia las ve n ta
nas para saber quién lo había visto. C laro que cuando so
naban los cristales, había que correr sin ver para n ingún
lado. Era una de las pocas cosas que nos o b lig a b a n a
regresar a la casa tem prano para hacer las tareas. Tam
bién había un gran cerro virgen, el cual era visitado por la
p a n d illa a m anera de excursión. Pero estos paseos tan
sabrosos fu eron suspendidos cuando los m ayores in v a
die ro n con sus ranchos nuestra celada zona verde.
Muchos habitantes del superbloque, confesando su ina
daptación a éste, comenzaron a construir en el cerro y con
el tie m p o se fo rm ó a llí lo que hoy se conoce com o el
Barrio La Si Isa.
En la década de los 60, cuando las g u e rrilla s, una de las
parroquias más convulsionadas fu e la d e l 23 de Enero.
Recuerdo que la orden de mi m am á fu e la de d o rm ir y
pe rm a n e ce r en el piso para e vita r el ser alcanzados por
las balas. Era otra a ventura para los m uchachones un p o
co m ayores que yo, quienes se subían a la azotea, lle v a n
do piedras y botellas de refrescos re llenas de estopas y
ga so lin a para lanzarlas a los cuerpos de seguridad. Esto,
o b via m e n te , ocasionaba la respuesta de p lo m o por parte
de los últim os.
69
El punto crítico de esto fu e cuando el único id io m a vino
a ser el de la agresividad en todas sus form as; los atracos
eran cosa norm al de todos los días y d e la n te de quien
fuera. Los mismos habitantes eran asaltados por esta
nueva clase parroquiana.
70
me. Había una m arcada d iferencia entre los del pasillo
del piso cuatro y nosotros los de la planta baja. Pasaba yo
por los dom inios de nuestros antagonistas cuando e m p e
cé a escuchar cómo me gritaban im properios, mientras le
daban a la voz ese m atiz agudo que hace más hiriente la
burla.
Pues bien, me d evolví a m irar a quienes estaban a llí
m etiéndose conm igo. Al ver que eran muchos, ba jé a la
planta a buscar a los míos: César, Pepiola, Donato, Pedro,
Enrique, Correcaminos y otros que se unieron con la sola
intención de curiosear. Después de la discusión vin o la d e
cisión: m uy sim ple, M oneada sería mi contendor, p e le a
ríamos y todo quedaría resuelto.
Nos cuadramos. Al em pezar a jabear, mi vista y a te n
ción se perdió en todo el público que me rodeaba en ese
m om ento. No supe nunca desde donde escuchaba yo los
gritos de mis am igos: —¡Tú le ganas. Octavio, dale,
d a le ¡—, sentí un fuerte go lp e en la boca y el sabor de la
sangre. Todavía no sé que hacía yo fuera de mí, quizás
buscando ver la pelea.
Ahora lo que sí hice a plenitud fu e todo lo concerniente a
la música. Siem pre tuve m uy buena voz. Desde pequeño,
mis fa m ilia re s m e pedían que les cantara. Con el tiem po,
llegada la fie b re de los Beatles, m i com padre A lirio (Pe-
piola), Tulio y Nelson —herm anos del p rim e ro — fo rm a
mos un conjunto m oderno del cual yo era el cantante y
com positor. Esto ú ltim o era com o una tram pa que hacía
p o n ié n d o le letras en español a las canciones am ericanas,
ya que cuando las cantaban en su fo rm a o rig in a l, lo hacía
en lo que yo lla m a b a "¡n g lé s-ca ru p a n e ro ". Todos esos
sueños de fam a se quedaron a llí. No éram os tan malos,
sólo que nos fa ltó una buena orientación.
71
Estas lecturas fuera de a ula y el texto de filo so fía de Ig
nacio Burk, se convirtieron en una droga para mí. Era un
estoico desadaptado que la m ínim a cosa quería e x p li
carla con una parábola que siem pre resultaba confusa
para mis interlocutores. Para ese tie m p o llevaba yo el pe
lo bastante largo, cosa ésta que m e hacía parecer más
extravagante aún. He llegado a pensar que fu e ese otro
yo que se salió por com pleto en ese tiem po.
Esa actitud mía durante esos años em pezó a traerm e d i
ficu lta d en el m edio a m biente de m i parroquia. Hasta m í
llegaron rumores de las cosas que se hablaban del "F iló
s o fo ".
—¡No vale, ese tipo es loco. Tú le estás hablando de
una cosa y te sale con otra vaina rara. Q ue si Platón d ijo ,
que si yo no sé quién, zape!—.
Pero esto d ejaba de preocuparm e cuando esgrim ía el
"D é ja lo se r", de los Beatles, o a lg u na sentencia presocrá-
tica. Sin em bargo, poco a poco tuve que e q u ilib ra rm e -
cuando la re alidad del trabajo me o b lig ó a cortarm e el
pelo y a m a n e ja r códigos comunes a todo el m undo. Se
acabó la loquera, ¡qué lástim a!... por lo menos en la
calle.
Pero hay tres form as de ser: Com o se es, com o se cree
que se es y com o los demás creen que uno es. De m odo
que a actuar se ha dicho, porque la com edia del m undo
es fá cil de interpretar.
Una vez, después de haber recibido la cobranza de la
com pañía para la cual prestaba mis servicios, me paré en
una puerta a esperar a que cesara de llover. A llí escribí
un enredo endecasílabo asociando los caballitos de la llu
via con mi enduro 250 Y am aha —¡qué bueno
re co rd a rla !—M e pareció tan re g u la r aquel poem a que
m e d e vo lví a enseñárselo a mi jefe.
73
S olucionado este p ro b le m a —me costó bastante—, me
inscribí en el Instituto U niversitario de Nuevas Profesiones
con la intención de estudiar una carrera corta. M e atra jo
la Publicidad.
MI PARROQUIA 23 DE ENERO
M e basta con d e ja r la b a ta h o la
que envuelve al cita d in o , al ira cun d o
p a ra que, con mis ojos, una a u reo la
le pinte a lo más bello d e este m undo.
El Siete, d o n d e co m p ro mi e m p ó n a d a ,
sa lu d o y, con la prensa vespertina,
o bservo ensim ism ado La C a ñ a d a
en el Itinerario de rutina.
74
Bodegas en el barrio Libertad
cum pliendo una misión de pulpería
artículos de to d a va rie d a d :
farm acia, cu alqu ier cosa, barbería.
4 2, 4 3, 44,
lug ar en d o n d e h abita un servidor
y sitio sobre el cual haré un retrato
tra ta n d o de ponerle algún color.
75
Los am igo s de siem pre, algún co m p a d re ,
la gente que con chiste a p a rta el tedio
y la ce le b ra ció n que hace mi m adre
cu a n d o se me p ub lica en algún m edio.
O c ta v io M o n tie l
El P o e ta d e l 2 3 d e Enero
76
'•HV V
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S ■p a" /S
* I ,f f
-« 4- # »
■■*.»»»%« A iS r- ■
?»~¡J!S‘
CONVERSACION Don A d a lb e rto A iva re z es caraqueño. Pertenece ín
tegra m e n te al 23 de Enero, donde ha v iv id o gran parte de
CON su vida. Fabulador, cuentista, sastre, fo tó g ra fo y a lg u na
vez m ilita n te p olítico, jam ás ha creído que cu a lq u ie r tie m
ADALBERTO ALVAREZ po pasado fu e ra m ejor. Y e llo lo sabe por riesgo propio.
A h o ra se dispone a calcar la m e m o ria de su infancia
sobre papel para que, al p ublicarla, a lg u n o que otro la
lea. Pensando siem pre que le ha servido to ta lm e n te al
El 23 de Enero país com o hubiera querido.
es un barrio
—Recuerdo a La Cañada de la Iglesia estando m uy
de trabajadores m uchacho. Lo que existía era una callecita p a ra le la a una
q u ebrada de agu a que se a n egaba cuando llovía. A l fin a l
e intelectuales. había una iglesia que se lla m a b a El C arm en, creo, donde
todos los años se hacía una fiesta m uy p opular: la b a ja da
de los Reyes. A lo largo de esa calle, al m argen derecho,
Por: O rland o H ernández subiendo la a ve n ida Sucre, estaba un cerro y al lado iz
q u ie rd o la quebrada. El otro lado de la q u e b ra d a era bas
tante pintoresco porque habían puros puentecitos. Re
cuerdo q u e había una siem bra de uvas con sus trojas. Y
cerca de donde pasaba el tren, un aserradero que se lla
m aba Pichipén.
Era una época en que se vivía en casa o en una pieza.
Lo d ifíc il no era conseguir v ivie n d a , sino el d in e ro para
p agarla. La construcción de los bloques com enzó cuando
Pérez Jim énez. La gente que vivía en M o n te Piedad, al
com enzar las d e m oliciones, fu e lle va d a a los bloques de
las Lomas de U rdaneta y a otros les dab a n unos papeles
que no valían nada en la práctica. M e a cuerdo que unos
fa m ilia re s de mi esposa, estando nosotros en V a lle d e La
Pascua, nos escribieron y nos hicieron el p la n o d e l a p a rta
m ento d o n d e ellos iban a vivir. Para entonces era una co
sa sum am ente rara v iv ir en un piso a lto . A h o ra lo raro es
v iv ir en una casa.
78
El día 21 comenzó la huelga general. Y allí fue cuando
se evidenció que la gente del 23 de Enero —entonces
2 de Diciembre— era combativa. Desde el primer mo
mento salió la gente a la calle, se hicieron barricadas con
palos, piedras y cauchos prendidos. Cuando pasaban las
camionetas de la policía o el ejército, la gente les tiraba
piedras. La policía no iba mucho porque era más cobarde.
El ejército respondía con tiros. Un fam iliar de mi esposa
murió allí.
La cuestión se agravó el 22. Piedras y tiros. Esa noche
nadie durmió en el 23. El ejército sacó tanques de guerra
colocándolos en sitios estratégicos.
HACIA LOS SESENTA *-a única vez que agarré un arma fue en el 23 de Enero
para aprender a manejar un fusil; afortunadamente nunca
lo disparé. Eso fue cuando Rómulo Betancourt, que fue la
época donde la vida estaba más expuesta. Era un am
biente de guerra. Cuando Pérez Jiménez se trataba de un
gobierno aislado contra todo un pueblo. Cuando Betan
court había un gobierno respaldado por un gran sector
del pueblo en guerra contra otro sector. Pueblo contra
pueblo. Betancourt era un político con claridad en sus ob
jetivos.
Entonces, las relaciones entre los habitantes del 23 de
Enero eran bastante serias, una lucha muy cruda, sectores
enemigos viviendo en los mismos bloques. Llegaron a
quemarse puertas de algunas casas con estopas llenas de
gasolina. Y hubo mucha gente muerta con los disparos.
Existió una consigna muy famosa que pintaron en un
bloque y que, claro, yo no la comparto. Decía " P é re z J i
m é n e z, p erdó n ano s, q u e no sabíam os lo q u e h a
cíam os” . Era evidente que habían muchos que no tenían
clara conciencia política.
El 7 Machos no era el bloque más politizado, aunque sí
uno de los más tirapiedras. Pero era porque allí habían
más malandros que políticos. Donde había gente politiza
da era en el bloque 20 de La Cañada y en el bloque 7 de
Monte Piedad. Incluso en el bloque 20 se realizaban
"prácticas". En muchos sitios el malandraje desbordaba a
los políticos, pero los respetaban. Uno de los malandros
más conocidos fue el hombre de la chaqueta negra,
79
quien en un momento dado se puso al frente de una gran
masa de malandros y, como era "pico de oro", se monta
ba en un muro y agitaba a su masa. Eso duró breve
tiempo.
80
ñas. Pero por e llo no d ejó de trabajar.- cosía ropa acosta
do, boca a b a jo en su cam a, con una m áquina que se pre
paró. M ig u e l Otero Silva estuvo en su casa para docu
m entarse y lo integró com o personaje de su novela O f i
cina N ° 1. A su m uerte, Jesús Faría pronunció las pa
labras de despedida.
En el 23 de Enero se han hecho muchos murales, muy
bonitos, incluso de concepción a n tim ilitarista. M i hijo, que
es p in to r 1 realizó muchos de ellos. Hasta Diego A rria fue
al 23 y regaló una cantidad enorm e de pintura. ¡Y enton
ces la gente iba a la casa a buscarlo para pintar su aparta
m ento!
81
LOS PENULTIMOS
M a ría Fernanda M adriz ^as m u ¡eres de m¡ casa tenían la costum bre de p a rir a
______ ___________ ._____ la vez, y por eso nosotros somos de la misma edad y
guardam os los mismos recuerdos infantiles. Hacia 1957
nacimos los penúltim os —los de la dem ocracia
representativa— con la m em oria llena de un tiem po del
que nadie parece querer acordarse. Y es que las
mujeres y los hombres de mi casa se insurreccionaron
siem pre, y por eso los niños crecimos deslum brados por
la conspiración.
Nosotros —los penúltim os— nacimos con la curiosa
facultad de recordarlo todo. Recordamos incluso el
m om ento en que en las cuatro salas de parto de la
Clínica Córdoba, los médicos dije ro n no te preocupes
más M ercedes-Flora-Nelly-Alicia, que todos son
normales. Recordamos habernos oído llorar los unos a
los otros, y recordamos el escándalo del cuarto piso
donde nuestros padres brindaban con cham paña y
cantaban rancheras, mientras nosotros —los penúltim os—
nos recuperábam os lentam ente de eso que los loqueros
llam an el traum a de nacer.
La euforia que produjo nuestra venida al m undo pasó
rápidam ente a un plano secundario, porque los
hombres y las mujeres de mi casa estaban
com prom etidos todos en la conspiración antidictatorial.
Nuestros padres entraban y salían, y no me puedo
quedar a comer, Mercedes, porque tenemos una
reunión con los m ilitares que andan arrechos y quieren
dar un golpe. M i padre decía tam bién que es que a
Pérez Jim énez se le pasó la m ano y no se dio cuenta
de que las Fuerzas Arm adas ya no son la tropita de
cuando Gómez. Al ejército no le ha gustado en lo más
m ínim o que la Seguridad N acional se ande m etiendo
en sus asuntos, y los oficiales dicen que no le aguantan
ni un solo arresto más a Laureano V a lle n illa y a Pedro .
Estrada.
M ientras los penúltim os éram os rigurosam ente
am am antados cada cuatro horas, M ercedes-Flora-Nelly-
A licia com entaban que no seas tan pesimista, N elly,
que el golpe del .1 0 de enero se cayó porque el
" p e rro " Jim énez no lo tum ba solam ente el ejército. Si la
Junta Patriótica hubiera conversado con los m ilitares
antes, todos nos hubiéram os m etido en la cuestión y
otro g a llo cantaría. ¡Pero si hasta los curas andan
haciendo propaganda antid icta toria l y te la sueltan
com o quien no quiere la cosa cuando vas a confesartei
83
M i m am á estuvo a ye r en la iglesia para a rre g la r lo del
b autizo de los penúltim os, y regresó a la rm a d ísim a
po rq u e el padre H enríquez se había a b ie rto la sotana y
le había d a d o un fa jo de papeles, para q u e m e los
g uarde, por fa vo r, hasta el d o m in g o .
M ientras m i tía N e lly nos ponía cuid a do sa m e n te los
am u le to s que había preparado la noche a n te rio r para
cada uno de nosotros, y este a zu lito para tí, mi a m or, y
este ro jito para ti, mi cielo, y este a m a rillo para Javier,
porque es com o sus ojos, M e rcedes-F lora-N elly-A licia
seguían com e n ta n d o que lo que pasa es que yo ayer
m e concentré y lo que vi fu e a lg o te rrib le . Toda la
g e n te en la c a lle y m uchísim o ruido. No sé si
estábam os contentos o indignados, pero yo estoy
segura de que a lg o gordo va a pasar en estos días. Y
m ientras nos ca m b ia b a n los pañales y nos echaban el
ta lq u ito , y nos ponían los escarpines que mi m am á
había te jid o p o r docenas, pero claro que a lg o g o rdo
tie n e que pasar, N e lly, si tenem os más d e un año
m etidos en esto. Todo el m undo está conspirando, los
adecos, nosotros los comunistas, los curas, los m ilitares,
¡hasta los M endoza le están se rruchando el piso a
Pérez Jim énez! Los p enúltim os sabíam os que lo que mi
m a m á decía era cierto, porque los hom bres d e mi casa
le habían contado a mi papá, m ientras nos d a b a n el
tetero de la tarde, que el g o b ie rn o está co m p le ta m e n te
aislado, que incluso la burguesía v e n e zo la n a q u ie re
salir del d icta d o r porque el g o b ie rn o le d ebe una
ca ntidad de pla ta a los industriales y, e n cim a de que
no les paga, no los d eja tam poco m e te r las m anos en
los grandes negocios que V ene zu e la está haciendo.
El 9 de e n ero m u rió la M a m a ín a , a b u e la -b is a b u e la de
nosotros los penúltim os. Los hom bres y las m ujeres de
mí casa se vistieron de negro, porque' mi fa m ilia ha
d e c id id o negarse para siem pre a c o m p re n d e r la
m uerte. Por eso nos vestimos de n e g ro , para que e lla
sepa que no la perdonam os... Dos días después de
a q u e llo , los hom bres avisaron a las m ujeres de m i casa
que Pérez Jim énez desarm ó a la M a rin a , a H éctor le
d ie ro n orden de acuartelarse en La G u a ira , pero antes
se lo lle va ro n todo, no les d e ja ro n ni una china con
q u é defe n d e rse porque el g o b ie rn o sospecha de otro
g o lp e. Los p e n ú ltim o s nos p re ocupam os m ucho fre n te a
la n oticia, pero M e rcedes-F lora-N elly-A licia y Socorro
nos tra n q u iliz a ro n de in m e d ia to . Nos ca rg a ro n a todos
y m ientras nos decían cállate, niño, que no pasa nada;
c á lla te , mi a m or, que todavía no te toca c o m e r; cállate,
m i cielo, que su m am á la va a d o rm ir c a rg a d ita ; las
m ujeres le propusieron a los hom bres de m i casa que,
entonces, vam os a lle va rle nosotras mismcis las arm as
que necesiten.
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Y así com o los penúltim os fuim os dejados en nuestras
cunas m ientras M ercedes-Flora-Nelly-Alicia y Socorro
llegaban hasta el puerto, y venim os a avisarle al
Capitán de N avio que la m adre de su esposa m urió
ayer, y los esbirros que vieron en los ojos de las
mujeres de mi casa el d o lo r y la tristeza que sí sentían,
y que se asom aron por las ventanillas y sólo vieron
lágrim as de verdad verdad y vestidos de luto, y que
puede pasar a d e lan te con nuestro más sentido pésame,
y Héctor, abrázam e que te tengo una m ala noticia, y
di le a tus hombres que saquen del carro las granadas y
las m etralletas que traíam os debajo de las faldas, y
siéntate a llo ra r con nosotras porque la m uerte vo lv ió a
faltarnos el respeto.
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INDICE
EL PASADO:
M o re lla Barreto H isto ria de la p a rro q u ia 23 de E n e ro ......................
El 23 de Enero: alguno s sitio s, alguna s casas,
R.J. Lovera De-Sola cie rta s p e rs o n a s ............................................................
EL PRESENTE:
M a n u e l López La a rq u ite c tu ra del 2 de D ic ie m b re .........................
Los h a b ita n te s del 23 de Enero: una ra d io g ra fía
Roberto Briceño-León social ................................................................................
G iova n n a M érola El pa rq u e del o e s t e .......................................................
TESTIMONIOS DE LOS VECINOS:
H abla Flor N úñez: V iv ir en el 23 de Enero
M a ria Laura Lombardi me f o r t a le c ió ..................................................................
O ctavio M o n tie l Desde el uso de razón en el 23 de E n e ro ................
C onversación con A d a lb e rto A lv a re z :
El 23 de Enero es un b a rrio de tra b a ja d o re s
O rla n d o H ernández e in te le c tu a le s ...............................................................
M a ria Fernanda M adriz Los P enúltim os ..............................................................
L e yendo El 23 de Enero c u a lq u ie r p ersona p o d rá hacerse una im a g e n b astante
n ítid a y precisa de la s ig n ific a c ió n dé esta zona en el d e s a rro llo de la C aracas d e
nuestros días. Pero co m o la se rie "C a ra c a s to m a C a ra ca s", de la cual este lib ro
fo rm a parte, trata a la vez d e o fre c e r una im a g e n del pasado y p re se n te de
d iversas zonas d e la ciu d a d en este v o lu m e n e n c o n tra rá su le cto r e studios q u e le
d a rá n cue nta de l p re té rito d e esta fra n ja d e nuestra c a p ita l desde los días en q u e
in d io s y e sp añ oles se e n fre n ta ro n en e lla ; desde el m o m e n to en q u e en los
a lre d e d o re s d e su c o lin a p e le a ro n p a trio ta s y realistas. Podrá co n o ce r el m o m e n to
en q u e el P residente G u zm á n B lanco tra n s fo rm ó su e n tra d a c re a n d o el paseo de
"E l C a lv a rio " , el m o m e n to en q u e el G e n e ra l Jo a q u ín C respo m a n d ó a e d ific a r el
" A rc o de la F e d e ra c ió n " o c u a n d o el P residente C ip ria n o Castro o rd e n ó la
con strucción d e la Escuela M ilita r en La P la n ic ie y así su ce siva m e n te hasta estos
dícs. L e .h isto ria de esta á re a de C aracas la tra za n aqi i M o re lla B arreto y R.J.
Lovera D e-Sola. A su pre se n te nos p o d e m o s a so m a r gra cia s a v a rio s a n á lis is : el del
a rq u ite c to M a n u e l López q u ie n nos m uestra su d e s e n v o lv im ie n to u rb a n o ; el d e l
s o c ió lo g o R oberto B riceño León con q u ie n p o d e m o s o b se rva r su p ro b le m á tic a ■
social y el de la e có lo g o G io v a n n a M é ro la q u ie n p o n e a n te nuestros o jo s las
perspectiva?, d e l tie m p o lib re en esc a m p lia b a rria d a ca ra q u e ñ a . Diversos vecinos
d e l lu g a r: la a ctriz Flor N ú ñ e z — cuyas p a la b ra s re c o g ió la p e rio d is ta M a ría Laura
L o m b a rd i— , el p o e ta O cta v io M o n tie l o A d a lb e rto A lv a r e - — cuyos re cu e rd os nos
co m u n ic a n a través de l cronista O rla n d o H e rn á n d e z — p o d e m o s se g u ir la m e m o ria
q u e e llo s hacen de sus viv e n c ia s en esos lares. C ie rra este rom o un te x to d e M a ría
Fernanda M a d riz q u ie n m ira la a c titu d d e los más jó ve n es m o ra d o re s d e l 23 de
Enero.
Im p re so en la I m p r e n ta Municipal