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INFORME DE TRABAJO DE CAMPO

Trabajo de campo mediante la observación participante, con una metodología de


recolección de datos, que, desde una perspectiva arqueológica, que presta
atención a los derivados materiales, en este caso, los grafitis, con los que,
algunos sectores poblacionales de la Comuna 13 ha realizado sus procesos de
afrontamiento y resignificación de las experiencias vividas durante la guerra.

Por:

Dolly Alexandra Gómez Marulanda

Auxiliar de investigación del laboratorio de Experimentación Arqueológica

Asesor académico:

Lucas Mateo Guingue

LUGAR:

Escaleras eléctricas del barrio La Independencia I Comuna 13, Medellín


Notas preliminares

En un contexto como el colombiano, cuyo proceso de paz está siempre amenazado,


resulta fundamental generar espacios de investigación y reflexión académica que apoyen
procesos de las instituciones creadas para garantizar los acuerdos, en este caso,
Comisión de La Verdad, en alianza con la Asociación de Mujeres de las Independencias
y la organización Casa Tumac.

En el plano personal, mi memoria individual es interpelada por el conflicto vivido en la


Comuna 13, pues siendo habitante de la Comuna 12 en el año 2002, fui testigo en la
distancia, de lo ocurrido durante las operaciones militares “Otoño”, “Contrafuego”,
“Mariscal”, “Potestad”, “Antorcha” y Orión, realizadas de manera sucesiva, en un corto
período de tiempo.
Mis recuerdos de estos hechos tienen dos componentes: el visual y el sonoro, donde
los protagonistas son los Black Howks que disparaban desde el aire a las casitas que,
desde niña estaba acostumbrada a observar, en la terraza del edificio de apartamentos
donde crecí, y que por mucho tiempo fue el único del barrio La Floresta.
Las memorias visuales desde mi perspectiva, en el año 2002, estaban mediadas por el
helicóptero que sobrevolaba y detonaba, las laderas del occidente de Medellín, y en las
cercanías de mi lugar de observación, fueron registradas por Pablo Jaramillo, artista
plástico que comenzó a llenar sus diarios de dibujo con helicópteros. Entre las montañas
de libretas acumuladas por este artista que nunca para de dibujar, quería avanzar en la
tarea de recuperar algunos de estos archivos, para los fines de este proyecto. Hace poco
en conversación telefónica con Pablo, también recordamos que, en aquella época de la
seguridad democrática, nadie, ni los medios de comunicación daban una explicación
clara de lo que pasaba allá, solo las imágenes televisivas de un lugar habitual y cercano
para mí, la unidad intermedia de San Javier, con una cantidad de personas heridas
afuera, esperando ser atendidas, y la narración de otro amigo que era profesor en el
sector, nos contaba como constantemente entraban las balas en el colegio y tenían que
meterse bajo las mesas.
Durante esos sucesos venían remembranzas de los años 90, cuando recorrí varias veces
esos enclaves de las laderas de la Comuna 13, donde visité a mis compañeras del
colegio, y pocos años después a Juan Esteban un parcero de la universidad.

Siempre he tenido una gran necesidad de irme de esta ciudad, lo cual en efecto he venido
haciendo desde hace mucho tiempo, sin embargo, desde el año 2017, me he establecido
de nuevo aquí, y llegando de vuelta, recorrí de nuevo la Comuna 13 de una manera que
nunca imaginé que llegaría a hacerlo: como una turista. Estaba estupefacta. Ya para el
año 2018 volví a la 13 como profesora de danza. De esa experiencia, junto con las
memorias entrecruzadas, gran parte de ellas sepultadas por los proyectos de desarrollo
que aún me generan muchos cuestionamientos, creé un paisaje sonoro llamado Los
Sonidos de la Guerra, cuya composición comparto a continuación:

Gotas de lluvia copiosamente sobre plástico (material impermeable de una chaqueta) que
cubre la cabeza, con reverberación, conversaciones y risas de turistas que hablan inglés
y música reguetón. Al final un sonido fuerte de tambores de un ritual de santería
proveniente de “Little África”.

Tengo una memoria visual de mi ciudad y de mi barrio muy diferente a lo que se puede
observar actualmente. En mi infancia, la zona del occidente de Medellín, conocida como
Otrabanda, era casi rural, con casas grandes, mucho espacio verde, sin carros … la
expansión de los sentidos en mis primeras exploraciones infantiles, me evocan la gran
amplitud de la sonósfera terrestre como música de fondo… también recuerdo la radio que
escuchaba mi madre todas las tardes, La Voz de Colombia, y del sonido de la cerradura
de la puerta en la noche, alrededor de las siete, cuando mi padre regresaba del trabajo.
Muchos años después, cuando comienzan las operaciones del metro de Medellín, 4
calles debajo de mi casa se instala una estación y desde entonces el sonido de los trenes
acercándose y alejándose hacen parte del paisaje sonoro predominante de mi barrio
natal. Mi madre aún vive allí, en La Floresta, otrora un sencillo barrio de casas grandes
de tapia con antejardines, y al día de hoy es un complejo comercial, de edificios y
avenidas, y el sonido de los trenes ha pasado a ser simplemente un componente más del
barullo diario.
Mi adolescencia transcurrió, en el auge del cartel de Medellín. Explosiones, tiroteos y
motos a gran velocidad fueron sonidos de ese entonces. Yo quería habitar la calle, y lo
hacía con mis amigos, sin embargo, el sonido de una moto nos creaba una sensación
de pánico indescriptible. Vivimos huyendo de la policía que podía retener a las personas
que estuvieran afuera después de cierta hora pues existía el toque de queda. Aun me
asusto cuando estoy caminando en un lugar solitario y siento una moto cruzar a mi lado,
simplemente se me hiela la sangre. Sin embargo, esto sería poco comparado con el
bombardeo constante, por aire y por tierra ocurrido en el 2002 en los barrios vecinos,
ubicados en las montañas circundantes del occidente del valle, La Comuna 13.
Guardadas las proporciones, en relación a los hechos victimizantes vividos por los
habitantes de la 13, gracias a la composición sonora que nace de un recuerdo que evocó
un escenario aterrador, me auto identifico como víctima del conflicto armado de mi país,
y particularmente de mi ciudad: Un día de lluvia, con el sonido copioso de las gotas
amplificado por capucha de material impermeable sobre mi cabeza, empecé a
experimentar una sensación dolorosa y agobiante. Reviví el sonido que desde mi casa
se escuchaba, a veces toda una noche, momento en el que percutía con más fuerza,
mientras sobrevolaban y disparaban desde el aire, los Black Howkes, y por tierra las
metrallas…
En el 2018, volví a recorrer las calles de los barrios de la 13 siendo profesora en este
sector empobrecido y ahora, turístico de la ciudad. Tuve una estudiante venezolana, se
llama Bárbara, en honor a Changó y de todas las cosas que ella más extraña de su barrio,
también pobre, en Caracas, es el sonido de los tambores de los rituales de santería, que
son muy comunes allá, estas memorias son parte de la sensibilidad al sonido que
tenemos las danzantes.

Introducción

Como insumo para el proyecto de apertura del Museo Casa Amiga y Contador@s de
Historias, en cabeza de la Asociación de Mujeres de las Independencias (AMI), se ha
realizó de manera parcial el inicio de un ejercicio participativo de arqueología
etnográfica concentrado en los grafitis del lugar conocido como “las escaleras eléctricas”
(barrio La Independencia 1, Comuna 13 de Medellín). En este ejercicio se comenzó tanto
la observación participativa o etnográfica en el sitio, como el registro de las obras de arte
urbano en su estado actual, y la recolección de otros tipos de información sobre su
pasado.
El enfoque de investigación que se pretendió diseñar a partir de las enseñanzas del
campo académico de la “arqueología etnográfica”, en primer lugar, reconoce que los
grafitis de las escaleras eléctricas—el objeto de estudio—tienen un valor patrimonial. Ese
valor es el mismo que tienen otro tipo de lugares de interés arqueológico—por ejemplo,
las pinturas sobre rocas hechas por grupos indígenas en la serranía del Chiribiquete,
hechas desde hace milenios en una tradición que aún hoy continúa. Ambas son muestras
de la cultura material y la cultura visual de un grupo social en un lugar específico, ambas
son dispositivos para conservar memorias del pasado, ambas se pueden comprender
como formas de pensar, de describir o de hablar sobre el mundo y sobre la vida, sobre el
pasado, el presente y el futuro, usando como herramienta básica la pintura y como lienzo
las paredes. Cada muro cuenta historias a través de los grafitis con que se interviene, y
cada pared tiene a la vez una historia: la de su creación o construcción y su existencia
desde entonces, y los eventos que tuvieron lugar en donde se encuentran, y la historia
de los distintos grafitis que se han hecho en él, uno sobre el otro, y la historia de los
artistas que los pintaron y de las formas de organización colectiva en que trabajan.

En tanto patrimonio cultural e histórico, la aproximación de “arqueología etnográfica”


implica una necesidad de pensar tanto el pasado como el presente del objeto de estudio,
pues a la vez que este se legitima patrimonialmente como conmemoración, se trata de
una gran obra de arte urbano construida de forma colectiva que está en continua
actualización, se pintan nuevos grafitis sobre viejos grafitis de forma continua. En ese
sentido, el sitio arqueológico está vivo. Y también lo está porque es el eje de las
actividades culturales y económicas de distintos tipos de personas y organizaciones del
barrio, de la vida cotidiana de los habitantes del barrio que usan las escaleras como
infraestructura de transporte (para subir a la casa, y bajar de ella), de los visitantes que
alimentan la economía cultural del “graffitour”, y de habitantes del barrio para quienes las
escaleras es un lugar de socialización, ocio, disfrute, o de contemplación del barrio, los
grafitis y la ciudad que se ve abajo en el valle.
La aproximación de “arqueología etnográfica” buscó involucrar la comunidad en el diseño
y en la implementación de una investigación. Las tareas específicas se pueden organizar
en los dos componentes literalmente sugeridos. El arqueológico se ocupa de la
materialidad, registrando el estado actual de los grafitis con fotografías, mapas e
inventarios, y buscando la posibilidad de observar el pasado a través de archivos
fotográficos. El etnográfico, con observación participativa y a través de diálogos y
entrevistas, se ocupa de describir el comportamiento humano actual en torno al sitio de
estudio, de recoger las distintas versiones y narrativas que existen sobre su pasado, y
también las posiciones, debates y discursos en torno a su valor como patrimonio cultural
e histórico.
Gracias al trabajo de campo que se pudo adelantar, encontramos que varios de los
presupuestos iniciales deben ser replanteados:
Si bien, en el marco del conflicto armado vivido por los habitantes de la Comuna 13,
fueron muy recurrentes las acciones de resistencia pacífica hacia la recuperación del
espacio público que se encontraba bajo control de los actores armados, y se buscaba
una resignificación de las calles, paredes, casas y los lugares públicos mediante la pintura
de los murales (CNMH; 2012p.220) el grafiti de las escaleras eléctricas surge en otros
contextos, con nuevas intencionalidades y otros discursos, que hemos identificado en el
ejercicio etnográfico y que de alguna manera nos llevan a re direccionar los presupuestos
iniciales.
Aunque, sin lugar a dudas, la memoria histórica del barrio sigue siento leitmotiv, los
objetos, las cosas, artefactos, paisajes y la materialidad con la que interactúan
diariamente los habitantes del barrio la independencia sector 1, y las miles de personas
que a diario recorren sus calles, son actores en las prácticas sociales del presente, a la
vez que tienen valiosas propiedades mnemotécnicas y sensoriales sobre el conflicto
armado, y sobre las formas de afrontamiento, de resistencia, dignificación y han sido
configuradas desde la multivocalidad.
Algunos podrían mencionar un efecto de gentrificación, pero para mí, por el estado al que
llegó la investigación y las nuevas trayectorias que iban emergiendo, interesa más la
forma en cómo la comunidad se ha ido insertando en esta industria cultural, apropiándose
de los espacios públicos y de los discursos en torno a éste, articulando su espacio
doméstico al público y haciendo sus propios emprendimientos que le dan una distinta
visión de futro a este lugar, como difícilmente la podría tener, otro sector periférico de la
ciudad. Todo esto con miras a que el Museo Casa Amiga, de la Asociación de Mujeres
de las Independencias, que se convirtió en el objetivo primordial de éste laboratorio, y
que imaginamos, próximo a abrir sus puertas, pudiera insertarse exitosamente a esta
cadena de valor generada por el turismo comunitario, con el sello de la Comisión de la
Verdad.

Hablando de esta organización de mujeres, cuyas miembras sufrieron hechos


victimizantes muy fuertes durante la guerra, y de cara a los primeros hallazgos del
ejercicio etnográfico, podríamos decir que en parte la ruptura del diálogo social en torno
al asunto de la memoria, las víctimas, los proyectos de desarrollo y el turismo, está
relacionada con la problemática que, en nuestra sociedad, presenta el diálogo
intergeneracional, y el machismo. Las personas adultas, en especial las mujeres, se ven
avocadas a la necesidad de escribir y publicar libros, (muchas ya lo han hecho), de salir
de sus espacios domésticos a corregir a los guías turísticos que “cambian la historia”
durante sus narraciones en el grafitour. Respecto a tema del grafiti y la memoria, la voz
de una líder social Socorro Mosquera, víctima directa del conflicto armado nos plantea
que un grafiti no necesita ser explicado, que un grafiti debe ser inteligible a simple vista,
se siente excluida por el nivel de abstracción del grafiti actual y agrega: que la lectura sea
legible, entendible, la lectura del mural, del grafiti … ¡cual tercera dimensión! (haciendo
alusión a las nuevas galerías de autor que cada día surgen en el barrio) …a mí no me
importa nada, ni los miro, ¡ni los miro! …algo que escriba y que diga: la guerra me oprime
y la memoria me libera y me sana. (haciendo alusión a lo que ella comprende y recuerda
de los primeros grafitis del barrio pintados como acción de resistencia) finaliza haciendo
referencia a que el grafiti debe ser entendido por una persona de la tercera edad, y
también por un niño. En ese sentido, y por los objetivos más específicos de esta
investigación, se abre la necesidad de hacer recomendaciones a la AMI para la curaduría,
apertura y sostenibilidad en el tiempo del museo comunitario. (Escuchar entrevistas
enviada como evidencia en los ajustes del primer informe técnico)

DIARIO DE CAMPO DE DOLLY ALEXANDRA GÓMEZ

Día Uno
Viernes 2 de abril de 2021
Asistentes: asesor académico y auxiliar Alexandra Gómez
LUGAR: Escaleras Eléctricas barrio la Independencia 1, Comuna 13, Medellín
10 am – 2 pm

Aprovechando las festividades de semana santa, decidimos hacer la salida de campo el


viernes santo, durante la cual se hizo un reconocimiento general, pues el asesor
académico estaba por primera vez en terreno. Se toma la decisión de hacer este primer
recorrido sin hablar con nadie. Solo observando con todos los sentidos despiertos, y
poniendo especial atención a los grafitis, y a las firmas que son las improntas del autor,
que para este tipo de manifestación artística resultan fundamentales, en los contextos en
los que el grafiti se ha convertido una industria cultural asociada al turismo, como este
que estamos observando.
Hay una gran actividad turística lo cual nos permite pasar desapercibidos como dos
turistas más, grabar, tomar fotos son actividades normales que nos permiten hacer
mucho registro en campo.
Por motivos de la pandemia, encontramos que el gran porcentaje de turistas es local, de
diferentes regiones de Colombia. Por los acentos que escuchamos identificamos gente
de Bogotá y del sur de Colombia (Pasto), hay familias, parejas, grupos de jóvenes y
algunos extranjeros, que antes de la pandemia eran el segmento que más visitaba este
espacio. El ambiente es definitivamente festivo, hay música, baile, ventas de todo tipo, y
muchos rincones donde comer, beber, fumar, este sitio es lo que en términos coloquiales
conocemos como un muy buen parche, lo que contrasta bastante con los presupuestos
iniciales ya que lo que conocemos hasta este momento, ha sido el relato de las mujeres
de AMI, personas que durante el conflicto sufrieron fuertes actos victimizantes, y quienes
se supone, deberían tener centralidad en el relato histórico. Claramente resulta un punto
complejo, pues los jóvenes también fueron víctimas, pero sus maneras de reelaboración
son diferentes, así mismo, son diferentes a las reelaboraciones que podría hacer una
madre que perdió a sus hijos, o una víctima de un falso positivo judicial, como es el caso
de las mujeres con quienes trabajamos. Frente a esta contradicción como antropólogos
nos situamos en una mirada histórica que no se queda en el pasado, si no que considera
a esta misma como el proceso que desde un punto inicial (conflicto armado) deviene
hasta el momento actual, hacia la comprensión de por qué esto es así.
Cuando pasamos a la observación de grafitis, en un primer acercamiento, de manera
desprevenida, encontramos algunos de ellos con alusiones a las operaciones militares y
el conflicto. Es notable la ausencia de texto escrito, lo que contrasta con las demandas
de la lideresa social entrevistada, Socorro Mosquera, pues para ella el texto político
explícito es importante.

Imagen 1: el detalle del hombre que sujeta un arma, cuyos cartuchos son aerosoles y aerógrafo es directa
en hacer alusión a la presencia de hombres armados.
Imagen 2

Justo al lado de este grafiti (imagen nro. 1)


encontramos otro que, por el contrario, nos
muestra desde otro ángulo lo que para mí es un
vaciamiento de sentido como lo denota a la
imagen número 2. Eso nos deja entrever, que
estas llamadas galerías de arte urbano, quizá no
cuentan con una curaduría o una distribución en
secciones, temas etc., sino que lo prima es la
firma del autor y a quien le pertenece ese muro
según los códigos internos de los grafiteros.
Dentro de las variables de análisis arqueológico
que pueden guiarnos consideramos la visibilidad
arqueológica, mirando el grafiti como arte
rupestre. Esta variable maneja algunos componentes que pueden resultar de interés en
nuestra investigación, en clave de arqueología etnográfica, revisando los códigos de la
cultura hip hop, y sobre lo que podría ser evidencia de cómo esta cultura que nació en el
barrio y que se ha auto identificado como popular y callejera se está convirtiendo cada
vez más en un fenómeno de marketing convencional. El grafiti de la imagen número 2, lo
encontramos curiosamente en una tienda de artículos que hace alusión al parlache del
barrio, y la costumbre muy paisa de enseñárselo a los gringos. La imagen 3 nos muestra
la imagen de los artículos de la mencionada tienda:
La variable de visibilidad también hace referencia al flujo de personas que circulan por el
lugar y que pueden captar con la mirada la intervención. El flujo de personas que circula
por la zona de grafitis de las escaleras eléctricas en la comuna es muy alto, y está
compuesto por personas de todo el mundo. ¿Dentro del área puede llegar a ser
interesante detectar cuales grafitis se encuentran en zonas más visibilidad y por qué?
Además del flujo de circulación, los factores que afectan esta visibilidad requieren
diferentes lecturas del paisaje, como la contaminación visual, el emplazamiento, la
incidencia de la luz día-noche, la obtrusividad.
Esto nos puede también ayudar a entender la ubicación según la calidad de la obra.
En esta misma línea de reflexión, transitando nuevamente a los códigos de la cultura hip
hop, encontramos evidencia de lo que podría ser una competencia entre grafiteros por
un soporte (Guerra de aerosoles) ubicado en la parte alta, después del último tramo de
escaleras eléctricas en el lugar dónde comienza el descenso hacia la independencia 2.
Imagen 3

Aquí podemos ver cómo un elemento del grafiti ha sido rayado con aerosol negro por encima.
Imagen 4: aquí podemos ver que el grafiti con los rostros anulados está superpuesto sobre otro, posiblemente de otro autor y quien
raya los rostros es posiblemente el primer autor. Llama la atención también que la grafía, que muy posiblemente es la impronta del
segundo autor (quien usurpa el soporte). También el hecho de que esta evidencia es tomada en un sector muy lejano a las galerías
de arte urbano,donde no acceden los turistas. En la observación de hoy, no se evidenció algo así en el área de turismo.
En la imagen 4 de el mismo soporte podemos ver como los elementos anulados
pertenecen a un grafiti que fue hecho encima de otro que estaba en ese soporte,
posiblemente de otro autor.

Entendiendo el ejercicio de la memoria no como una vuelta al pasado, si no como el


proceso del devenir del tiempo y los sucesos para llegar al momento actual, también
incluimos variables arqueológicas como la estratificación, sabiendo que es un concepto
difícil manejar debido al escaso grosor de las capas, hoy hicimos algunas observaciones,
intuyendo que un análisis así nos permita revisar las creaciones en proceso y la aparición
de nuevos espacios rayados que ocurre todo el tiempo, sobre todo en los espacios por
fuera del circuito turístcio donde a su vez, volvemos a encontrar el rayón de pared con
tintes políticos (en la imagen 6)

Imagen 5: aquí se observan imágenes estratos que corresponden a capas muy finas desde el cemento, la
superficie blanqueada, la grafía y las líneas rojas que se encuentran tanto en la primera capa como en la
última. Otra variable de análisis arqueológico que podría ser útil es el palimpsesto(superposiciones) que
permiten observar variaciones en el tiempo. Aquí también las capas de tiempo en efecto son
extremadamente reducidas por lo cual, la arqueología etnográfica y su atemporalidad, la consulta de
archivos personales o informantes, sobre los soportes, su ubicación y lo que había antes allí puede darnos
pistas sobre las nuevas preguntas y trayectorias que surgen de las visitas en campo.
Imagen 6

Así, en el entorno no turístico de las escaleras eléctricas, hacia el sector de


independencia 2 encontramos un hombre que escribe versos en la pared de su casa, y
sueña con revocarla para poner más letreros y quizá también un grafiti en su fachada.

Retomando mi propia memoria, plasmada en el paisaje sonoro expuesto en el portafolio


anterior, estuve muy conmovida al encontrar una gran escultura de un helicóptero, casi
que la única alusión referida a mi memoria individual, (con algunos otros grafitis que he
escuchado de un gran sector de la población y de los guías, son considerados
amarillistas). Para mi tuvo mucha fuerza esta imagen, ubicada en un mirador desde el
que se observa la panorámica del barrio, y desde cierto ángulo parece sobrevolarlo de
nuevo, sin embargo, casi ningún visitante parece empatizar con este aspecto de la
memoria que conlleva este objeto. De hecho, justo al lado hay unas letras grandes que
dicen COMUNA 13, donde la gente se toma fotos saltando y gritando, en una completa
desconexión en relación al objeto que las acompaña, la representación del maldito (por
lo menos para mí) blackhowk. A su vez, detrás del helicóptero están las imágenes más
desgarradoras de los sucesos de las operaciones militares, fotocopias de foto reportajes
de prensa, pegadas en la pared del establecimiento comercial de este balcón.
En el subsiguiente ejercicio, con mayor participación comunitaria, se esperaba llegar a
una comprensión desde las voces de quienes participaran en el laboratorio, de cómo
e combinaron todos esos elementos en un mismo lugar, sin que, a simple vista, nadie se
percate de ello.
Imagen 6: se superpusieron dos imágenes en el mismo lugar

Anexo - Recomendaciones basadas en la primera salida de campo, Abril 2, Viernes


Santo:
 Se debe pensar también que está en juego un diálogo entre generaciones
diferentes: la de las madres y la de los hijos. ¿En qué difieren y en que convergen
sus visiones, posiciones y actitudes frente a distintos temas?: entre ellos la
importancia de la memoria, la verdad, el pasado, el trauma y el dolor causados
por la violencia armada, la reparación, el presente, y el futuro.
 Incluir varios artistas en la creación de grafitis para el museo Casa Amiga, no uno
solo. En su conjunto, los grafitis de las escaleras eléctricas son un patrimonio
construido de forma colectiva, son un documento visual caracterizado por
conformarse mediante la participación de múltiples artistas. En ese sentido, es
pertinente pensar que el componente de grafiti que se diseñe y se produzca para
el museo no incluya una sola persona. Retos: definir cuántas personas; decidir
cuáles.
 En relación con el segundo de estos retos, parece pertinente pensar en generar
un espacio de visibilidad para mujeres grafiteras. ¿Solamente mujeres, o mayoría
de mujeres? ¿Un lugar donde eliminar las fronteras invisibles?
Día 2
Jueves 8 de abril de 2020 8-10 am
Lugar: Escaleras eléctricas barrio la Independencia 1
Asistentes: Asesor académico y auxiliares María Eugenia Morales y Alexandra Gómez

Hablo mucho con el asesor sobre los problemas personales que se presentan con
miembros del equipo, habitantes del barrio. Un poco más desahogada esperamos a que
llegue la segunda auxiliar y en todo esto transcurre más de una hora. También mientras
hablamos podemos captar la muy diferente atmósfera que se vive en el lugar en horas
de la mañana y la dinámica cotidiana en ausencia de turistas. Hay también pocos guías
a esa hora, pero es evidente que la baja afluencia se debe también a que hay alertas
recientes por los temas de la pandemia en la ciudad. Después de un tiempo de espera,
los guías se apiñan en los colectivos que van para el metro, seguro tratando de enganchar
la gente que circula alrededor de la estación San Javier. No atraviesan la registradora, lo
que evidencia la solidaridad entre transportadores y guías. Por el tema de pandemia y
otras diligencias urgentes del proyecto, el tiempo en campo hoy es reducido.

El asesor comienza a delimitar zonas de estudio proponiendo la división en zonas, como


se haría en cualquier sitio arqueológico. Hoy suponemos que alcanzamos a delimitar la
zona 1, el criterio es geográfico y posiblemente encontraremos alguna otra regularidad,
en los hallazgos que hagamos en esta área (soporte, visibilidad, temas, autores), y que
apoyen la metodología de trabajo a diseñar para hacer el ejercicio arqueológico con la
comunidad. En esta demarcada zona, caracterizada por estar atravesada por el último
tramo vial que conecta el barrio con el resto de la ciudad, tuvimos la oportunidad de hacer
fotografías completas de los grafitis de la parte baja, que frecuentemente se encuentran
obstruidos visualmente por la cantidad de automóviles muchos de los cuales se parquean
tapándolos. Respecto a esta zona de circulación vehicular cabe anotar que en días de
alto flujo presenta muchos inconvenientes, accidentes, y alto nivel de contaminación
atmosférica, sonora y visual. Incluso un día tranquilo como este, la sola permanencia del
bus esperando las personas, siempre con el motor encendido resulta bastante molesta a
nivel respiratorio.
Finalmente, empiezan a llegar los guías con sus grupos de turistas, y nos unimos a estos
grupos y escuchamos un poco de los discursos.
Una de las estaciones es el grafiti llamado la igualdad. Una vez allí, ya no nos moveremos
de esa locación. La igualdad es uno de los grafitis más fotografiados del recorrido, se
puede ver en casi todos los post en internet. Por la geometría del soporte solo puede ser
fotografiado desde un punto específico para que la imagen salga completa.
Imagen 6 La Igualdad

Contiguo a este soporte, se encuentra la casa de Luz Mila Chaparro, quien nos explica
que uno de los autores de éste grafiti es un médico neurocirujano. Y que a eso se debe
la referencia a lo anatómico en el dibujo. Aquí de nuevo como en el primer día, lo
arqueológico se cruza con lo etnográfico sorpresivamente. Luz Mila nos comienza a
hablar de su vida y su experiencia de manera espontánea y hace anotaciones importantes
sobre lo que se dice en el tour sobre la realidad. Ella es una mujer de casi 80 años y
fundadora del barrio, y es frecuente encontrar este tipo de comentario en las mujeres de
su edad. En el momento, no tenemos contacto con un hombre que espontáneamente
opine, exponga algo o se extienda en el uso de la palabra. Normalmente responden lo
que se les pregunta en forma puntual. Muy contrario a Luz Mila quien finalmente nos
invita a su casa, y nos da una charla completa sobre su llegada a la ladera del 20 de julio,
que en el 79 fuera parte de la finca de un señor Arroyave. Aquí vuelve a tocar mi memoria
individual y configuro el mapa de mi propio territorio cuando tenía 3 años, sobre cómo
eran habitadas las colinas circundantes. Luz Mila, quiere publicar un libro de a partir de
su diario, y es de resaltar, que no es la primera mujer adulta que plantea esta necesidad,
y que trabajan sobre sus notas con el fin de algún día, publicarlas. Así las cosas, hasta
el día de hoy, podemos intuir que casi todo el barrio participa, o quiere participar de esta
industria cultural que genera el grafitour, además en que su propia versión de la historia
sea difundida y reconocida. Quizá la casa de Luz Mila en este momento se ha convertido
en un libro abierto a quienes transitamos a la espera la llegada de alguien dispuesto a
escuchar su historia, y que apoye la versión impresa de su diario.
Así mismo, la lideresa social Socorro Mosquera de AMI nos dice:
Yo me veo representada como contadora de historias. El tema de las escalas
eléctricas…no me interesa, el tema de grafitis…entre comillas, pero es que la persona
lee lo que está escrito, lo que está plasmado tiene diferentes lecturas y diferente enfoque,
diferente persona. Cada cual lee como lo entiende, entonces yo no le explicaría a nadie
un mural. Aquí vemos de nuevo la necesidad de Socorro Mosquera porque su versión,
su historia esté representada de manera explícita en las paredes. Lo cual comprendo
perfectamente cuando vi las escenas al lado del helicóptero blackwowk.

Día 3
Jueves 15 de abril de 2021
Asistentes: asesor académico y auxiliar Alexandra Gómez
LUGAR: Escaleras Eléctricas barrio la Independencia 1, Comuna 13, Medellín
9 am – 2 pm

La división geográfica del sitio en zonas hoy quedó mejor delimitada, pues pudimos hacer
el recorrido completo del circuito e identificar mejor ciertas variables que más allá de lo
geográfico le den sentido a esta división.
Zona 1: Tramo vehicular de la carrera 109, empezando en los límites con el 20 de julio
hastala base de las escaleras eléctricas.
Zona 2: Tramos de las escaleras eléctricas
Zona 3: Viaducto vehicular desde donde termina el tramo tres de escaleras eléctricas, en
límites con la independencia 2 hacia el occidente, y hacia el oriente en dirección a Villa
Laura (Belencito).
Zona 4: El callejón, la escala del barrio realizada en convite por las personas, construida
por la gente donde cada uno sacó un bulto de cemento o la mano de obra para mejorar
la movilidad del barrio (Aún no mapeada)-
Imagen 7

Imagen 8

En la primera parte del grafituor que hemos denominado zona 1 hemos tenido varias
observaciones interesantes, el día de hoy con spot en un negocio de emprendimiento
local llamado Coffee Shop, como punto de un interesante ejercicio etnográfico, así como
de observación de un conjunto de grafitis llamado El Origen. La exégesis del grafitti en
ese lugar es muy interesante y es explicada por Jaime (se expone más adelante), el
propietario del café, emprendimiento local especializado en café, té, chocolate e historia,
por supuesto. Antes de la observación de grafitis también se hace un ejercicio etnográfico
en este lugar.
Aún no puedo creer que estoy en la Comuna 13, aquel lugar desde donde mis
compañeras del bachillerato, caminaban durante una hora por caminos de barro para
llegar al colegio que aunque era público, por estar en un sector de la clase media, era
escogido por sus madres para que sus hijas estudiaran allá y se juntaran con otro tipo de
gente, como menciona Lía, la esposa de Jaime y copropietaria de este negocio, quien
estudió en mí mismo colegio, removiendo de nuevo mis memorias infantiles y de la
adolescencia frente al contacto que tenía con este sector por la vecindad. El “cofi sho”,
como pronuncia Jaime el nombre de su propio negocio fue diseñado y construido por el
mismo, con un criterio exquisito en el diseño, la decoración, y la calidad de los productos
que allí se venden. (Imágenes 10 y 11)

Imagen 10
Imagen 11
En este último tramo de la vía vehicular, hay un automóvil estacionado descargando
materiales, y Lía y Jaime recuerdan su infancia cargando materiales para las casas en
construcción, trabajo por el cual, aún hoy se desempeñan los niñ@s, y podemos ver, en
la escena, que hay un niño ayudando a cargar para conseguir dinero. Luego nos cuentan
su etapa de vendedores ambulantes llevando empanadas y bolsas de basura a los barrios
de la parte baja. (me pregunto si alguna vez habrán pasado por mi casa de la infancia
con sus ventas). Jaime había llegado de Urabá, desplazado con su familia, y con estas
ventas y la carga de ladrillos, ayudaba a su madre viuda pues su padre, trasportador, fue
asesinado por paramilitares, motivo del desplazamiento. Luego, evitando ser reclutado
por los grupos armados en los tiempos de la guerra en el barrio, es desplazado por
segunda vez, y llega al municipio de Andes, Antioquia, y allí aprende todo sobre el café.
Con el boom del turismo, en compañía de su esposa, en la casa familiar deciden abrir
este café, cuyos proveedores son los contactos que hizo durante sus múltiples andanzas
en su segundo desplazamiento forzado. Sueñan con adecuar el segundo piso, y reabrir
el restaurante que tenían antes de la pandemia.
Tienen la suerte de que su casa estuviera justo en la parte baja de las escaleras
eléctricas, la cual no tuvo que ser demolida para semejante obra, como muchas otras.
Allí se encuentra el conjunto de murales llamado El Origen (imágenes 12 y 13) que fue
una intervención de muralismo concertada entre varios artistas y patrocinada por una
compañía de pinturas. Antes de esta intervención todo el lugar (donde termina la zona 1,
en una rotonda o rebosadero y es allí donde comienza el primer tramo de escaleras
eléctricas), tenía una sola obra llamada Pachamama.

Imagen 12, sitio El Origen.


1. Palenques: Hace referencia a los primeros habitantes del barrio que según lo narrado, fueron
esclavizados fugados de Santa Fe de Antioquia, que llegaron por el occidente atravesando Boquerón y
se instalaron en la quebrada El Salado por las minas de sal y de donde extrajeron también materiales
con el que fabricaban ollas. Autores: Chota y Yes Graff
2. Materiales: Hace referencia a los materiales de las casas y a los convites a través de los cuales se
construyeron las primeras invasiones en los 70s
3. Falsos Positivos: Hace alusión al desplazamiento forzado, los rituales de muerte y los dolores de la
guerra. Autor: Nukak
Imagen 13

4. Arturo Holguín: Conmemoración al líder Arturo Holguín, quien fue reconocido por convocar los
primeros convites de construcción.
5. Transformación a través del arte y la cultura. Con alusiones a la cultura Hip-Hop. Autor: Perograf

Entender la perspectiva desde personas más jóvenes, y quizá, con menos heridas en su
memoria, has resultado muy interesante, y más aun regresando a la sede de la AMI, pues
volvemos a hablar con Socorro Mosquera, que después de una conversación sobre un
evento que tuvimos en la última semana, recordaba, como un niño del barrio, con una
capucha puesta fue quien la señaló, antes de ser recluida en la cárcel del Buen Pastor,
como un falso positivo judicial, durante las operaciones militares en 2002. Una semana
después este niño, quien fuera parte del plan de alimentación que ella misma lideraba, y
a quien ella misma sirviera la comida en el comedor comunitario, y con alrededor de 10
años, fue hallado muerto. Socorro Mosquera, recibió la noticia estando en la cárcel. Luego
seguimos con el tema de la infancia, ella recuerda que muchos de los niños jugaban
durante las balaceras y lo disfrutaban de alguna manera, describió aquellos momentos
en que no se detenían las detonaciones, y las reacciones de las personas ante ello.
Luego agrega: Ustedes no me van a creer, pero es que eso era como en las películas de
este…como es que se lama… Schwazeneguer, donde las ráfagas no cesan, a lo que le
respondí, yo si le creo, porque yo desde mi barrio lo escuché todo.

Días 4, 5,6
FECHAS: 27 de abril, 10 y 14 de mayo
Asistentes: Informante, Asesor Lucas Guingue, Auxiliar Alexandra Gómez, Esteven
Mosquera.
LUGAR: Biblioteca de San Javier y Escaleras Eléctricas Independencia 1

Para estas fechas la ejecución del proyecto está bajo riesgo, el estado de ánimo del
equipo es bajo.

Afortunadamente a la fecha, en el contexto del grafitour, siempre encontramos personas


ávidas por hablar, de ser vistas y escuchadas, publicar libros con su versión o con sus
propias biografías, y que difícilmente paran de hablar sobre sus vivencias. Igualmente
sabemos que esto puede tener también sus complicaciones por la cantidad de
información sobre este lugar hipernarrado, sin embrago, por fortuna tenemos una fuente
confiable que es el producto de la cultura material representado en los grafitis, y suficiente
material de archivo, en especial sobre el conflicto armado. También toca revisarlo con
pinzas, pues muchos de ellos no son estudios sociales, si no libros escritos y publicados
artesanalmente por gente del barrio, y organizaciones sociales del mismo, lo que en todo
caso hace aún más interesante esta investigación- Hasta ahora, en 4 salidas de campo,
hemos encontrado 5 publicaciones que se venden en el garfitour, sin contar con que
nuestras informantes, ambas mujeres adultas mayores, quieren publicar los propios
(Socorro Mosquera y Luz Mila Chaparro). De lo revisado hasta el momento, ninguna de
las narraciones ha entrado en conflicto con las otras, tanto las orales como las que se
han verificado en los textos, salvo con algunas imprecisiones significativas de lenguaje,
que responden más a los sesgos de quien habla y que son fácilmente identificables. Por
ejemplo, en el caso de un líder asesinado cuyo nombre es Arturo Holguín, cuya línea de
tiempo empezamos a rastrear gracias a información recopilada de un grafiti, nuestro
informante en campo, aseguraba que este líder fue asesinado por la guerrilla, mientras
que el reportero Ricardo Aricapa, en su libro menciona que cayó en medio de los
conflictos por dominio territorial entre las milicias urbanas y los paramilitares, segunda
narrativa que es a todas luces más imparcial. Lo es aún más el grafiti pintado en su
nombre que, a grandes rasgos nos da una sensación de su trascendencia como ser
humano ya en otros planos de existencia. Esta imagen se encuentra en el sitio
denominado El Origen, y las aves que vuelan en la parte superior lo conectan con la pieza
anterior llamada Falsos Positivos, y la siguiente llamada Transformación. En todo caso
con el trabajo realizado hasta este punto es difícil dar imágenes certeras de todo esto.

Nos reunimos con un informante anónimo, quien se desempeña como guía turístico. La
principal motivación para haberlo citado es que nos llamó la atención su guion. La
conversación arrojó información interesante sobre la recurrente forma gráfica del elefante
en los grafitis, como tema principal o secundario. Luego la conversación gira en torno a
los problemas organizativos y de los liderazgos en el sector, en relación al grafitour. El
panorama es desalentador, tanto desde lo que nos plantea este informante sobre las
organizaciones, pero también respecto al rol de actores armados en esta zona. Así las
cosas, los problemas de comunicación al interior del equipo del proyecto, más que
asuntos personales hacen parte también de un mayor entramado que en la Comuna 13,
ha obstaculizado el diálogo transformador desde donde se podrían encontrar los
intereses comunes, colectivos, solidarios e ideales de construcción participativa, hacia
una caída en picada de la organización social, ya afectada por el conflicto, hacia el control
de la estrategia dominante, alterando todos los significados de la acción social colectiva
y operando hacia el beneficio individual por encima de lo colectivo. Más adelante, Esteven
Mosquera nos confirmaría esta situación, pero también con él, hemos podido retomar las
reflexiones y diálogos en torno al grafitti, y se comienzan a redondear ideas respecto a la
metodología de trabajo que tendrá el laboratorio, ahora con su participación permanente,
pues él es representante de una nueva organización que entraría en la alianza. Así mismo
pudimos hacer una revisión de archivo fotográfico, y el impacto de este archivo en la
memoria de algunos de los participantes, a través de las locaciones geográficas, los
sucesos y personajes que aparecen en las imágenes. Comenzamos a trabajar
perspectivas históricas a través de líneas de tiempo- A pesar de la crisis al interior del
equipo que sigue afectando significativamente al proyecto, realizamos algunas
proyecciones en torno al museo, el guion, las instalaciones, la metodología del trabajo
con los grupos, pues él es un gran conocedor del proceso histórico y del grafitour, lo que
nos permite abordar más profundamente el entorno social y cultural construido en torno
al grafitour en el sector de las escaleras Eléctricas de La independencia I, la curaduría
del Museo Casa Amiga y la capacidad del mismo para captar rentas de la actividad
turística, lo cual, con base también en las preocupaciones expresadas por las mujeres de
AMI, se había convertido en una categoría de reflexión central en el análisis del
Laboratorio de Exploración Arqueológica, y en el diseño de la metodología de la etapa
siguiente de este laboratorio que incluiría la participación de la comunidad.

Con Esteven, teníamos que trabajar muy fuertemente hacia la comprensión de este
ejercicio piloto de una arqueología comprometida, y una arqueología del conflicto, donde
se estudia el grafiti de las escaleras eléctricas del barrio la Independencia 1, Comuna
13, Medellín, como artefacto cultural portador de la memoria del conflicto armado. Las
pretensiones de unicidad y autenticidad de una verdad totalizante, que compartían tanto
Esteven como las mujeres de AMI, debían reevaluarse, hacia una visión más integradora,
basada en el dialogo intergeneracional, y participativo. Si bien, existen muy justificadas
críticas al modelo que actualmente opera en el garfitour, por parte de AMI y
UNITURISMO, organización que Esteven representa, desde el trabajo adelantado en las
primeras salidas de campo, cabe resaltar que, en las distintas prácticas sociales y
comerciales contingentes a esta industria cultural, hay varios elementos importantes que
son evidencias de que, el sello de esta industria cultural, son los artefactos y prácticas
culturales construidas sobre las memorias colectivas del conflicto y la resistencia pacífica,
de los habitantes de la Comuna 13.

Paralelo a ello, la marca de ciudad Medellín, se sigue convirtiendo en un gran plan de


negocios, y para este posicionamiento, el capital simbólico colectivo aportado por la
Comuna 13 es de suma importancia: La tenacidad de muchos colectivos, organizaciones,
y sujetos en sostener la memoria colectiva de este sector, sumado a los distintivos rasgos
de vida de los habitantes de la comuna, sus historias y narraciones (No solo las del
conflicto), los libros publicados, los grafitis, el espacio público de las escaleras eléctricas
y los diferentes emprendimientos en sus tramos y alrededores, las diferentes exhibiciones
y otras instalaciones artísticas, las conmemoraciones y eventos culturales; aportan desde
todos los ángulos a este posicionamiento, y sus protagonistas merecen ser beneficiados
de las rentas que genera la marca Medellín, de manera más equitativa. Sin embargo,
muy al contrario de esta expectativa, lo que evidenciamos en el trabajo de campo es que
el precio de las viviendas y servicios públicos aumentan, el tráfico vehicular y degradan
el espacio público delos habitantes y visitantes y este bien cultural compartido puede
llegar a ser banalizado y destruido por la sobrecarga…pero aún hay más: siguen
existiendo carencias en el cubrimiento de necesidades básicas y las violaciones a los
Derechos Humanos son el pan de cada día. Así mismo, la marca de distinción local es
muchas veces falseada por el discurso institucional, pero también por los mismos guías
y habitantes del barrio, y existen muchos tabúes para nombrar ciertas memorias, que son
tildadas como amarillistas. Consideramos de gran valor el marco del mandato de la
Comisión de la Verdad en este proceso, tanto para la superación de esas problemáticas
y como un factor diferencial importante para un público específico, hacia la elaboración
de un futuro plan de negocios para el museo.

Los reclamos de las mujeres de AMI, (y de muchas personas adultas de la comunidad,


especialmente mujeres) en torno a la legitimidad de los discursos y guiones de los
diferentes operadores turísticos; y sobre aspectos, formales, estéticos y simbólicos de los
grafitis, requieren de diálogo con diferentes actores sociales, y muy especialmente con la
población juvenil y en el marco del mandato de la Comisión de la Verdad. Para ello,
resulta importante abrazar todas aquellas propuestas que apunten a la generación de
espacios neutrales, a la flexibilización de las fronteras invisibles, y a la escucha de
diversas posiciones políticas frente al pasado, presente y futuro. Esta mencionada
flexibilización se traduce en una apertura de la perspectiva hacia una visión que
contemple un horizonte común con la Comisión de la Verdad, con el equipo de trabajo
vinculado a la propuesta de Verdad poética y principalmente con la comunidad. Una
visión estrecha y que no dialogue con los demás actores sociales, puede ser un obstáculo
para la creación de un producto turístico fácilmente comercializable, pero esto es lo que
se percibe actualmente.
En conclusión, el campo la memoria histórica, la cultura, lo estético y sus significados,
actualmente, generan una renta importante para esta Comuna 13 y es importante que
AMI participe en ello, pero no solo eso; frente a una posibilidad de una gestión patrimonial
de este bien compartido, que tiene la singularidad de coincidir con el espacio público del
barrio, y un amplio espectro de intereses y discursos, atravesados por la competitividad
de una lucrativa generación de rentas, resulta importante, en primer plano un muy
asertivo dialogo social comunitario, basado en la negociación e interacción con los
diferentes actores sociales del territorio, y de ahí establecer convenios y alianzas que
trasciendan la esfera local, y que puedan insertarse en planes de desarrollo urbano, y
alianzas con el sector privado, en sistemas de “ gobernanza policéntricos” , lo cual
trasciende los objetivos de esta intervención, pero se deja planteada la recomendación
para la organización. Como valor agregado, las singularidades de AMI, pueden ser
potencializadas con una apertura a la visión de futuro, y en concordancia con el mandato
de la Comisión de la Verdad, puede generar una propuesta única que de valor a sus
particularidades, y su autenticidad, en un producto que además de ser comercializable,
estaría basado en unos valores sociales que consoliden la no repetición, el
esclarecimiento y la construcción de paz, como un espacio abierto al pensamiento y la
acción política.

CONCLUSIONES

Para finalizar y con una gran frustración de que este trabajo haya quedado suspendido,

y con el ánimo de esbozar una sistematización / conclusión del Laboratorio de

Experimentación Arqueológica, verifico que, hasta la fecha, en el trabajo de campo del

laboratorio, se han escuchado las declaraciones de: Socorro Mosquera (64 años), Luz

Mila Chaparro (81 años), Anónimo (hombre adulto 35-40 años), Jaime y Lía (pareja de

esposos jóvenes), y una charla de Trece (30- 35 años) grafitero del barrio. Todas estas

declaraciones han sido analizadas tomando como punto de partida los objetivos y
presupuestos iniciales del proyecto, reorientándolos hacia la problematización sobre

cómo el grafiti de la Independencia 1 se configura como un dispositivo tanto para la

memoria, como para la expresión artística juvenil, y para la participación en una economía

cultural. Los aspectos teóricos que orientaron la investigación, fueron a saber: arte

rupestre, cultura material, cultura visual, análisis iconográfico y como método la

arqueología etnográfica, hacia un diseño metodológico de trabajo comunitario y

participativo que no se logró diseñar, pues como auxiliar de investigación este diseño

está fuera de mis alcances. Sin embargo, desde mi compromiso ético, político y

profesional, tanto con el equipo de trabajo participante, organizaciones aliadas, Comisión

de la Verdad y PNUD, con la modestia que me corresponde por ser auxiliar, aun

estudiante, y no una arqueóloga formada, enuncio tres ejes de reflexión y producción de

conocimiento que pudieron explorarse hasta el punto en que avanzó el laboratorio:

1. Guerra y Acciones de resistencia

Los distintos intereses de control total de territorios, rutas, recursos, poblaciones, en la


Comuna 13, y las banderas de guerra que levantadas tantas veces en nuestro país, han
creado al enemigo y proclamando la legitimidad de su anulación, sumados a los ya
existentes conflictos generados por la desigualdad y la pobreza, que históricamente ha
vivido esta comunidad, produjeron situaciones de violencia crecientes, desembocando
en un conflicto armado de alta intensidad, con su pico más alto en el año 2002, cuando
en el Estado intervino con fuertes y reiteradas operaciones militares, durante las cuales,
las personas más afectadas fueron la población civil, y que por demás, no lograron el
monopolio de la fuerza por parte del Estado, y donde actualmente vemos una
reconfiguración de grupos armados como Combos y BACRIM. (CNMH, 2013)

En medio de esa situación enrarecida y caótica, generada por la guerra, surgieron


importantes acciones colectivas de resistencia pacífica en pleno conflicto armado, que
aún hoy persisten. Así mismo en el marco del posconflicto ha habido una enorme
proyección de obras de desarrollo infraestructural en la comuna 13, o cercanas a este
entorno. El caso de las escaleras eléctricas de la Independencia 1, propuestas
inicialmente como un modelo que buscaba mejorar la movilidad, llevó a otro en el que se
consolidó una economía cultural, que en medio de muchas contradicciones ha sido
también un referente para la memoria histórica del conflicto armado. Nunca fue el objetivo
central de este proyecto de desarrollo solucionar problemáticas básicas de la comunidad
como empleo, salud, educación, vivienda, servicios públicos domiciliarios, sin embargo
gracias a la apropiación de este espacio público -que finalizadas las escaleras dejó un
paisaje gris con amplios muros de concreto - por parte de los grafiteros del barrio, se
consolidó una economía cultural que aportan ingresos importantesa quienes han logrado
insertarse exitosamente en ella, y a la que se ha integrado la producción de historias,
narrativas de toda índole, galerías de arte y publicación de libros.

Las exclusiones socioeconómicas y sociopolíticas, que históricamente ha vivido esta


comunidad, no terminan aquí, así como tampoco la presencia de actores armados que
alimentan también sus economías a través de vacunas a todos los participantes de esta
cadena de valor generada en torno al turismo, como una de las más fuertes
contradicciones frente a ciertos discursos que se han tejido en este sitio en torno a la
resistencia pacífica y la No Violencia. Según se documentó, los artistas no pagan vacuna,
pero si lo hacen todos los operadores turísticos que se benefician del grafitour. La
investigadora Mary Luz Alzate definió el proceso colectivo de resistencia pacífica en la
comuna 13 como inacabado, discontinuo y ambiguo en sus alcances. Se va configurando
y recreando conforme van surgiendo conflictos y alteraciones de los significados
compartidos colectivamente. (Alzate, 2012, p. 444), y esta dinámica puede ser prueba de
ello.

Pese a esta contradicción, las llamadas Galerías de Arte Urbano, han tenido importantes
alcances a nivel de la apropiación de los habitantes del barrio sobre la memoria histórica,
teniendo en cuenta temporalidades más allá del conflicto armado, y la elaboración de
múltiples discursos sobre la paz, la identidad, la diversidad, la interculturalidad. En todo
caso pasado, presente y futuro se cruzan aquí. Cuando se habla de futuro, Lucas el
asesor, y yo, quienes crecimos en la generación No Futuro que produjo Medellín en los
tiempos del narcotráfico, lo hacemos desde la perspectiva de que las nuevas
generaciones de la Comuna 13, gracias al entorno del grafitour, tiene posibilidades de
proyectarse de formas distintas, como emprendedorxs, y también, como artistas. Estiven
Mosquera lo afirma explicando que ya muchxs niñxs sueñan ser grafiterxs, cantantxs o
bailarinxs. Esto tiene muchas aristas, pues, durante un juego de mapa de sueños con
una niña de 11 años del barrio 20 de julio, ella manifiesta que sueña tener un bebé de
ojos azules. Si bien este estereotipo de belleza y privilegio es muy difundido por los
medios y a través de los juguetes y las muñecas “para niñas”, también podemos pensar
que es un ideal que se ha ido construyendo al constante flujo e influjo de personas con
este fenotipo en el barrio en los últimos años.
En todo caso, no son desdeñables las posibilidades para músicxs, bailarinxs, grafiterxs,
escritorxs, fotógrafxs, realizadorxs de audiovisual, narradorxs y escritorxs etc., de
establecer proyectos de vida en torno al arte, al contar con una vitrina internacional en su
propio barrio, alrededor de la cual se han creado escenarios, galerías de autor, y todo
tipo de objetos de diseño para vender como camisetas, mugs, llaveros, agendas, etc.

2. Arte y transformación social


Es sin duda, el título de éste aparte, la frase más escuchada en el grafitour y alrededores.
Si bien es cierto, las escaleras eléctricas emplazadas en el barrio la Independencia sector
1, desde muchas perspectivas responden a un modelo de desarrollo de ciudad
“impuesto”, a través del cual se ofertan bienes y servicios domiciliarios, y entre ellos la
“seguridad”, que sin duda los termina pagando la misma población, y que como
evidenciamos, este último ni siquiera lo garantiza el Estado.

El espacio creado con la alteración que hizo la mega obra, después de haber dejado a
los habitantes de la Independencia 1 inmersos en un paisaje de altos muros de concreto
absolutamente gris, fueron usados como lienzo por los grafiteros, y propiciaron un
ejercicio de apropiación por diversos actores sociales, en donde adquiere relevancia el
tema de memoria histórica del conflicto, relacionada a el emprendimiento en turismo
comunitario e inscritos en una resignificación de la historia del barrio a través del arte; en
especial las expresiones promovidas por el movimiento hip hop, materializadas a través
del grafiti, como un bien cultural compartido con la comunidad internacional, que día a
día llega masivamente a las galerías de arte que los grupos de grafiteros han configurado
a lo largo de los diferentes tramos de las escaleras construyendo un sistema emergente
de cultura que se teje con la vida cotidiana, y brinda nuevas expresiones de identidad,
economía y políticas culturales. Esta expresión hace parte de las acciones colectivas que
se posicionaron en el territorio como experiencias políticas alternativas, en un sector en
el que las dinámicas de la guerra generaron fuertes bloqueos a los espacios de
convivencia social, lo cual no es un asunto menor, y que, de varias maneras, sigue
obstaculizando los alcances de la acción colectiva, como evidenciamos también, en las
dificultades para implementar la iniciativa del cual este laboratorio hacía parte.

3. Emprendimiento en Turismo Comunitario

El turismo es una actividad altamente competitiva y que moviliza gran cantidad de


recursos. Parte de ellos, no olvidemos, van a los grupos armados. Es un segmento de la
economía, que demanda alta calidad en los servicios, autenticidad del producto, la
satisfacción de grandes expectativas ante la promesa de vivir experiencias únicas e
irrepetibles. Sin duda, la Comuna 13 tiene todas las características para ofrecer esta
experiencia. Lo que conocemos parcialmente, (y lo poco conocido no es muy alentador)
es el bajo nivel de preparación que tiene la comunidad, especialmente los guías, para
darle valor a este tipo de servicio, con varias excepciones.
Por su componente histórico, desde la aproximación que hacemos, recomendamos hacer
una gestión patrimonial del sitio, que en las condiciones actuales es bastante utópico,
sobre todo por el desconocimiento general de los habitantes, por las divisiones internas
de organizaciones y colectivos, y por la ausencia de programas y oferta institucional
efectiva en lo concerniente a esta temática. Nuestro deseo, fue que este laboratorio
ayudara a avanzar en ello y era en este punto, donde se pretendía articular la
investigación con el Museo Comunitario de la Memoria Casa Amiga y L@s Contadoras
de Historias. Así las cosas, pretendimos dejar a lxs guías turísticos dotadxs de un guión
que involucrara nuevos recursos e innovadoras formas de exposición. La arqueología
etnográfica sería el soporte metodológico. Idealmente lxs guías deberían sentirse muy
interpelados conevncidxs y dispuestxs, desde su decisión personal a manejar un buen
guion, pero además de ello deben conectar con un sentido histórico centralizado en las
víctimas, como reza el mandato de la Comisión de la Verdad, en ese mismo sentido, ser
objetivx es menester. En un entorno donde muchas personas hacen su rebusque diario
con esta actividad, resulta muy complejo. Se esperaba fortalecer a AMI, pues esta
herramienta de trabajo, un guion bien construido, es lo mínimo en cualquier centro cultural
de visita turística.
Así el sistema de clasificación del grafiti de las escaleras eléctricas, que quedó en
construcción, debe inducir al público a ir más allá de las categorías simples basadas en
formas, y buscaba incluir un modelo que además permitiera el acceso a imágenes
abstractas, para que lxs guíxs y habitantes del barrio recabaran información, que
finalmente podría ser bien entregada a lxs turistas.

ANEXO
Este cuento que hace parte de la experiencia del trabajo de campo del Laboratorio de
Experimentación Arqueológica y del conocimiento previo sobre el contexto. Fue
entregado como material didáctico con el fin de articular las demás líneas de trabajo al
Laboratorio. No se logró implementar.

País Vasco
Autora: Dolly Alexandra Gómez
Inspirado en el la Investigación Grafitis de guerra. Un estudio arqueológico de los fortines
republicanos de Ketura (Araba/Álava), 2017, Autores: Josu Santamarina Otaola, Xavier Herrero Acosta,
Pedro Rodríguez Simón, José María Señorán Martín.

I El barrio de Ollerías

La ciudad de Álava, en el País Vasco, en 1936 era reconocida


como una una ciudad de “curas y militares”, pero … ¿qué
significa esto? ¿Qué nos imaginamos cuando nos dicen esto de
una ciudad?
También es cierto que esta ciudad tuvo un barrio llamado
Ollerías, que era un centro de producción alfarera, pero esta
actividad, despareció ¿por qué? ¿cómo? … la guerra…en una
fuerte batalla, los ejércitos arruinaron las casas y los hornos
donde se cocía en barro, que los habitantes de ollerías
extraían del fondo del valle cercano a su barrio, mezclaban con
agua, amasaban y luego torneaban, para hacer unas lindas
ollas y vasijas de arcilla.
Al poco tiempo de haber finalizado la guerra, el gobierno de
España quiso construir en un embalse que traería energía
eléctrica a la ciudad, y mucha prosperidad, pues podrían
venderla también a otras ciudades, gracias a este
megaproyecto. Para construir el embalse, debían inundar el
valle, y los lugares de extracción de arcillas quedaron bajo las
aguas. Con las casas y los hornos destruidos y el valle
inundado, los habitantes de ollerías no tenían nada más que
hacer ¿Qué crees que hicieron? Solamente los curas y
militares se encontraban a gusto, viviendo a sus anchas. Sin
embargo, un día, una señora, llamada Blanca, que había
crecido en el barrio de Ollerías tuvo la maravillosa idea de
abrir un museo, para recordar lo que las personas hacían en
el pasado, antes de que la guerra destruyera todo.
Actualmente, gente de todo el mundo, visita el museo de doña
Blanca, para aprender de la historia de Ollerías, donde pueden
observar muchos lindos objetos de barro, y aprender sobre
cómo y por qué desapareció este modo de vida, y también
cómo gracias a las historias de Doña Blanca, y otros habitantes
del barrio lo están volviendo a recuperar. Este Museo se llama
Museo de Alfarería Vasca, y gracias a este lugar y a las
personas que trabajan allí, los turistas de todo el mundo y
ellos mismos, han aprendido a reconocer que el pueblo no era
solo de curas y de militares. En este museo se pueden ver
muchos tipos diferentes de ollas de barro, algunos de mucho
valor, solo están expuestos, otros en forma de réplicas son
vendidos a los turistas, quienes cuando vuelven a sus casas,
cuentan a sus familias, amigos y vecinos, todo lo que
aprendieron sobre el barrio de Ollerías, cómo y por qué los
ejércitos destruyeron las casas y, la mejor parte, con Doña
Blanca y el museo, donde pudieron ver como los recuerdos
ayudaron a reconstruir algunas pérdidas, y ahora son un
pueblo pacífico. Por esta razón el barrio de ollerías es
conocido y valorado en todo el mundo.
II
¿Qué pasó, cómo y cuándo pasó todo esto?

En Ollerías, los hornos estuvieron encendidos durante siglos


hasta que, precisamente la Guerra Civil y la Dictadura
trajeron consigo el fin de este modo de producción, durante la
conocida Batalla de Villarreal. El barrio de Ollerías estaba
atravesado por una carretera por donde tenían que cruzar
todas las tropas, pues esta carretera unía a la capital del País
Vasco, Bilbao con otros pueblos y provincias. También tenía
una entrada a un importante parque natural, muy grande que
es considerado el mayor pulmón verde de esta zona y que les
permite a todos los habitantes respirar… y que es un lugar que
también les gusta mucho a los turistas… hablando de turismo,
también a ellos les gusta mucho visitar la represa, pues es un
gran espejo de agua entre montañas y árboles creando un
maravilloso paisaje. Sin embargo, a algunas personas
lugareñas, en especial, a los hijos y nietos de los antiguos
alfareros no les gusta mucho, pues saben que debajo de toda
el agua, está la arcilla que sus ancestros sacaban de allí para
fabricar las ollas. Con esta inundación desparecieron también
casas, parcelas y bosques, y con ellos, muchos recuerdos.
Otra vez hablando de turismo…bueno hay que hacerlo, pues
además de que a través de esta actividad muchas familias de
Ollerías comparten sus historias, también ayuda a la
economía de muchas familias…pero volvamos… al tiempo
pasado, antes de la represa, los habitantes de Ollerías y de
todos los pueblos a lo largo de esta importante carretera,
habían construido unas trincheras y otras estructuras, para
defenderse de las tropas guerreras que los tenían
azotados…¿Pero quiénes eran estos temibles guerreros?...
Estos eran los ejércitos fascistas dirigidos desde la capital de
España por un Terrible general, llamado Francisco Franco,
que no podía soportar que el País Vasco, y muchos de los
pueblos que lo formaban, no quisieran seguir sus órdenes,
pues él era un dictador. Esta situación dividió al pueblo, pues
algunos habitantes estaban de acuerdo con el general Franco
y en el barrio se formaron dos ejércitos. Esto hizo que el
ambiente del barrio se fuera complicando, y el 20 de octubre
de 1936, un grupo de milicianos opositores a Franco, salieron
por la carretera liderados por Marcelino Urquiola, apodado
“El Buey”. Llegaron a Elosu, una pequeña aldea, muy próxima
a la ya mencionada Ollerías y situada en tierra de nadie. «El
Buey», al parecer alentado por rencores e inquinas
personales, elaboró una lista de vecinas y vecinos. Éstos
fueron sacados de sus viviendas, detenidos y llevados a un
caserío en Ollerías. Tras celebrar la hazaña con el botín
capturado con las detenciones, este grupo de milicianos asesinó
al grupo de diecisiete vecinos y vecinas. Sus cuerpos
fueron enterrados en una fosa común. Estos fueron los
momentos iniciales de la guerra. Según testimonios orales de
la zona, en la posguerra, las autoridades del Régimen
Franquista exhumaron los cadáveres y les dieron sepultura
en el cementerio de Elosu. Durante décadas, una placa
recordaba a estas personas asesinadas por «las hordas
marxistas». Hace unos diez años, en el pueblo se acordó
poner una nueva placa sobre la anterior, con un mensaje
formalmente más neutral: «víctimas de la barbarie de la
guerra». De esta forma, se intentó deslegitimar la posición
oficial del Régimen Franquista ante los hechos, pero sin
renunciar a la memoria del hecho más trágico en la historia
reciente del pueblo. Todas estas historias han sido contadas
en el Museo de doña Blanca. También están en algunos libros
y grabadas en internet.
En el tiempo de la masacre de los 17, cerca de Ollitas, el
ejército vasco se estaba organizando, y construyeron
carreteras hacia el parque natural que les permitían
internarse en la montaña. Este era conocido como el Camino
de los Rojos (o los marxistas). También siguieron
construyendo trincheras y fortificaciones, pero de poco les
sirvieron cuando se desató la gran ofensiva franquista sobre
el frente vasco, pues como Franco, quería todo el poder, envió
tropas desde la capital, para acabar con quienes no estuvieran
a favor del fascismo que era la ideología de éste dictador. Se
dice que los combatientes franquistas llevaban flechas
blancas pintadas en sus espaldas, de tal forma que se echaban
al suelo y marcaban los puntos de resistencia vascos para que
así fuesen bombardeados por la aviación. Pero este
impresionante despliegue no fue la única muestra de guerra
total…

III
Población Civil
Los habitantes de los pequeños pueblos y aldeas se
escondieron en las trincheras y fortificaciones que habían
construido, y estando allí adentro con miedo, frio y hambre
empezaron a rayar las paredes. Pues, aunque algunos de ellos
estaban armados, el ejército del dictador Franco tenía todo el
poder militar del país a su lado, y por tierra y aire, junto con
los ejércitos italiano y alemán, que también tenía la ideología
fascista, con aviones artillados bombardearon aquellos
pequeños pueblos rebeldes del País Vasco. Sólo quedaron en
pie algunos de los muros detrás de los que infructuosamente
se escondían indefensos los niños, niñas, ancianos, hombres y
mujeres. Los que más sufrieron eran los de los pueblos más
alejados, pero en los muros y fortificaciones de sus trincheras
dejaron escritos sus nombres y algunas palabras que nos
ayudan a entender lo que pensaron en ese momento, en medio
del terror… ah no sólo de ollas de barro se habla en el museo
de Doña Blanca, pues estas escrituras encontradas en las
paredes después de la guerra ¡también tienen muchas
historias que contar!

FIN
GLOSARIO
alfarero, alfarera
nombre masculino y femenino
Persona que tiene por oficio hacer recipientes y otros objetos de barro.
"los alfareros producen cuencos, platos, botijos, fuentes y todo tipo de cacharros de
barro
que sirvan para cocer, para guardar líquidos, para ornamentar la casa o para servir de
distracción"
tornear
verbo intransitivo
Dar forma redondeada a una cosa con un torno.
"el ceramista torneaba el jarrón pacientemente"
valor
nombre masculino
1.Cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona o cosa es apreciada o
bien
considerada.
"una estatua de gran valor"
2. Alcance de la significación, importancia o validez de una cosa.
"el valor de una palabra"
3. Precio de una cosa.
"¿cuál es el valor de estas tierras?"
guerra civil
Guerra entre dos o más bandos de una misma nación.
"la guerra civil norteamericana enfrentó a confederados y unionistas"
dictadura
nombre femenino
1. Régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse
a
ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su
voluntad.
"el régimen autoritario que empezó a disolverse en 1975 era una dictadura militar"
2.Estado que tiene este régimen político.
"Chile, en 1973, se convirtió en una dictadura"
3.Tiempo que dura este tipo de régimen político como forma de gobierno de un Estado.
"la organización de las Abuelas de la Plaza de Mayo hablará sobre los múltiples casos
de
niños secuestrados durante la dictadura argentina"
4. Poder o dominio excesivo o absoluto que una cosa o una persona ejercen sobre
alguien.
"la humanidad no podrá encontrar la vía de la supervivencia y de la salud si no consigue
liberarse de la dictadura de lo inmediato"
trinchera
nombre femenino
1. Zanja excavada en la tierra dentro de la cual quedan los soldados protegidos del
fuego
enemigo o parcialmente cubiertos para poder disparar.
"la tierra que se extrae al hacer una trinchera suele utilizarse como parapeto"
fascista
adjetivo
1.Del fascismo o relacionado con él.
"simbología fascista"
2. adjetivo · nombre común
[persona] Que es partidario del fascismo.
"después de la guerra civil, los fascistas publicaron en España un libro en honor de las
víctimas asesinadas por los rojos"
3. [persona] Que es reaccionario.
"lo acusan de fascista e incluso de estalinista"
Origen
Préstamo del italiano fascista, derivado de fascio ‘haz’. La denominación procede del
nombre del régimen establecido en Italia de 1922 a 1945, fundado por Mussolini, que
empleó el haz como símbolo. De la familia etimológica de haz (V.).
testimonios orales
En la vida diaria recurrimos al uso de narrativas para relatarle a otros sucesos
específicos,
contar nuestras experiencias y recordar y relacionar una serie de eventos de una
manera
particular. Cuando narramos algo sucedido, bien sea porque lo vivimos o porque nos lo
contaron, lo organizamos en una secuencia específica para describir qué, cómo, dónde
y por
qué sucedió.
posguerra, postguerra
nombre femenino
Período de tiempo inmediatamente posterior a una guerra y durante el cual se sufren
sus
consecuencias.
"la Europa de posguerra"
régimen
nombre masculino
1. Conjunto de normas o reglas que reglamentan o rigen cierta cosa.
"régimen de prisión"
2. Forma de gobierno por el que se rige un país.
"régimen constitucional"
exhumar
verbo transitivo
1. Sacar a una persona o cosa del lugar en el que estaba enterrada; especialmente un
cadáver.
"el juez ha ordenado exhumar el cadáver y practicar la autopsia"
2.FORMAL
Desenterrar o traer de nuevo a la memoria el recuerdo de alguien o algo.
"el crítico afirma que existe un movimiento progresivo en nuestra cada vez más inquieta
musicología tendente a exhumar obras perdidas"
horda
nombre femenino
1. Comunidad nómada que se distingue de la tribu por el carácter rudimentario de los
vínculos sociales y espirituales que unen a los que la integran.
"las hordas bárbaras comenzaron a invadir el imperio romano en el siglo V d. C"
2. Grupo de gente armada que no pertenece a un ejército regular.
3. Grupo numeroso de personas, especialmente si viven y actúan sin disciplina ni
moderación o actúan de manera violenta.
"una horda de mendigos"
marxismo
nombre masculino
1. Sistema filosófico, político y económico basado en las ideas de Karl Marx (1818-
1883) y
de Friedrich Engels (1820-1895), que rechaza el capitalismo y defiende la construcción
de
una sociedad sin clases y sin estado; aporta un método de análisis conocido como
materialismo histórico e influyó en movimientos sociales y en sistemas económicos y
políticos.
"el socialismo y el comunismo se basan en el marxismo"
2.Conjunto de movimientos políticos que se basan en esta doctrina.
"al desplomarse el marxismo, las izquierdas se han quedado sin sustancia propia, sin
señas
de identidad"
neutral
adjetivo · nombre común 1.Que no se inclina en favor de ninguna de las partes
opuestas o enfrentadas en una lucha o
competición.
"el autor del libro se mantiene neutral, reservando al lector el derecho de opinar quién
de
los entrevistados tiene más razón"
2.[país, territorio] Que no interviene en un conflicto armado ni beneficia a ninguna de las
partes enfrentadas.
"el país permaneció neutral durante la Segunda Guerra Mundial, pero padeció las
consecuencias de la situación internacional"
fortificación
nombre femenino
1. Acción de fortificar, especialmente un lugar.
"la fortificación de Itálica por los romanos duró decenas de años"
2.Obra de construcción o conjunto de obras destinadas a fortificar un lugar.
"la ciudad mexicana de Veracruz tuvo, en ciertos momentos de su historia, un sistema
de
fortificaciones bastante complejo"

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