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E) Politica y Poder Bovero
E) Politica y Poder Bovero
"POLITICA Y PODER"
Michelangelo Bovero
. Politica y poder
Polstica y poder forman un binomioinescindible: EI poder es la materia o
la sustancia fundamental del univerao de llamamos
entes que polltica
Alrededor de este tipo de afirmaciones probablemente existe un ampllsim0
acuerdo, casi un consensus humantgeneris. Pero se trata de un acuerdo ficti
cio, deunconsensoaparente:y notanto porquelas más diferentes concepeio
nes del mundo humano puedan compartir la idea de una inherencia genérica
del "poder a la "políticacomo más bien porque no hay una única manera de
concebir lamencionadainherencia genérica. Tomandoen consideración la his-
toria de las doctrinas y tambien los discursos del habla común, parecen en-
contrarse.mezcladas, y frecuentemente confundidas, dosideas o nociones ge
nerales de polítice, cada una de laa cuales coresponde precisamente a una di-
terentemanera de conjugarpolítica y poder
Cuando nos sucedereferir o ver referida lacategoria poltica a una plurali-
dad de centros de poder y a sus relaciones, y estas8on consideradas esencia
mente como reluciones de fuerza, unas veces permanentes, otras veces varia-
bles, modeladas por episodios deresistencia y rendimiento, de rebelión y su-
misión, la idea de polftica que viene delineada es laidearde un coniflicto más
del contlicto
extremo, incorregible o antagonista cuyo éxito no coincide ja-
mas con una verdaderasolución, con una superación de la contradicción origi-
nal, sino con el cristalizarse de ésta en la forma de imposición. Tearías diver
gentes por muchos aspectos, y a veces opuestas en la preferencia de valores,
condividen esta referencia inmediata, aunque conceptualizada de muchaa ma-
neras, de.la noción de polftica referids a la contraposición y a l lucha, ylo a la
dominación ya la imposición del dominio del más fuerte. Sin taner que recu-
rir A las clásicasfiguras de 7rasinmaco o de Maguiavelo, puede sor interesan
te resaltar que sobre el mismo plano de esta noción genárica, aunque a distan-
cia notable, se encuentran la p0sición de AMarx, quien piensa como "politico" el
campo de la Jucha de clases, y la posición de, Carl Sehmit, quien circunacribe
como polftico el campo de la relación amigo-enemigo.
poder
un
Estado territorial de grandes dimensiones. io que para éé representa un
es suficiente para definir el problema es, ante todo, la difusión del recurso a la fuerza para resolver todo
Ya pesar de todo, si la sola coacción no
deberá ser suficiente el monopolio de la coacción? No tipo de conflictos, la proliferación de centros de poder que reivindican el "dere-
polftico, por qué no al de la legitimidad? Hay
basta el requisito de la excusividad, Birn recurrir cho de espada privada". En este orden de ideas el estado de naturaleza apare-
fuerza como
precisamente es ast; que por lado el uso dela ce como una rigurosa simplificación conceptual de la idea de potieracia, traída
quien sostiene que de
medio distinguir el poder político como poder coactivo
específico permite
de la experiencia. Cada individuo, en la hipótesis del estado de naturaleza,
exclusividad de tal ueo (en
otras formas de poder no-coactivo; por otro lado la aparece como un centro de fuerza, expuesto a la acción aislada o combinadade
el poder político, el poder dela organi- los otros centros de fuerza, y por ello legitimado por este estdo de necesidad
el sentido señaBado) permite distinguir
zación polftica, del poder coactivo ejercitado
eventualmemte por otras organi para defenderse por sí mismo. Ya que el uso indiscriminado de la fuerza de
zaciones, como los grupos subversivos o, según el ejemplo clásico de San Agus cada uno.da lugar a una condición en la cual ninguna vida de relación puede
ladrones". Pero se puede preguntar sí, cuando definimo8 subsistir,la razón aconseja o debería aconsejar a cada uno la manera de salir
tin, las "bandas de (órganos, instituciones), de
emi-
polftico al poder détentado por ciertos sujetos de esa condición. Para eliminar el difundida recurso a la füerza por parte de
tir mandatos obligatorios dentro de un determinado
contexto, social y de hacer- los centros individuales de poder no hay otra vía que concentrar la fuerza, to
decir solamente que
incluso a la fuerza, pretendemos das las fuerzas, en un 8olo punto: instituir el poder soberano como poder polf-
los respetar recurriendo
imponer sus mandato8, y que ningún otro tico.coactivo, que se vuelve el único poder "de derecho" {casi se podía usar el
estos sujetos tlenen fuerza
la para
eficazmente. Puede aer, pero en
tal
8ujeto tiene tanta fuerza para enfrentarlos
se querfa mante término kelseniano Rechtsmacht) en virtud de la autorización (casi Berechti
caso desaparece precisamente la diferencia, que en cambio. gung, Ermachtigung) obtenida mediante el pacto social. Por tanto en la pers-
la banda de ladrones. Como sostenía
ner entre el poder polstico y el poder denuevos malhechores, s1 ocupa un país
pectiva de Hobbes aparecen conjuntamente Bos requisitos de la exclusividad y
San Agustín: "Si esta compañfa recluta de la legitimidad para definir la summa potestas política: el pacto de unión ci-
y establece sedes propias. toma el nombre
de reino; título que le es conferido vil, que Hobbes imagina realizado entre los individuos en el estado de natura-
sino porque a ésta se agrega la impuni
no porque haya diaminuido su codicia, de la exclusividad. En leza, vale para ef soberano,que es el"tercero" beneficiario del pacto, como una
dad". Entonces la impunidad sería la verdadera cara
el análisis del poder polftico hacia
autorización para el uso exclusivo de la fuerza fisica.
contraposición, Weber dirige precisamenté esencial en- Desde el punto de vista de la definición del poder polftico como poder coac
en cuanta mantiene una diferencia
los principios de legitimacióntiene tivo no sólo exclusivo sino también autorizado, la clásica objeción que se suele
fuerza de constrefir, y Herrschaft, el po-
tre Macht, el poder de quien la el de hacerse
propósito,
oponer a la perspectiva iusnaturalista inaugurada por Hobbes, la objeción de
der de quien tiene el derecho, o "avanza con éxito en que no existe un pacto en el origen del Estado, pierde sentido. La fictio del
obedecer.
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dad de este poder no puede ser resuelta en la legalidad, o sea en el apego a que con el tiempo subentra la creencia en la validez de la legislación origina-
una norma superior del mismo poder político, en cuanto después es necesario ria, y junto a ella la costumbre en considerar legítimo todo poder reconducible
buscar un ulteriorfundamento de esta norma. & aquella legislación. Pero sería el caso de un "poder legal", para usar las cate-
Se llega a conclusiones análogas si el problema es considerado bajo la gorías weberianas, cuyo principio de legitimación se açerca mucho al del po-
perspectiva de Kelsen. Este autor busca fundar todo poder en elintento de re der tradicional" (ies quizás el caso más difundido en el mundo?). En conclu-
ducir la noción de Estado a la de ordenamiento juridico a todos los niveles de sión, si no es posible hacer derivar una norma revestida de poder legítimo de
la escala jerárquica, por ello también el poder ltimo equivalente al poder so- otro poder que no sea un poder de hecho, no veo otra manera de
sostener la
berano de latradición, sobre una norma superior. Tal norma "autoriza"el po- superioridad de la norma sobre el poder, y el poder legal como tipo de poder le-
der, y el poder es legtimo solamente cuandoes autorizado por una norma, se gitimo, si no es considerando la obligación de obediencia contenida en la nor-
entiende que deber ser una norma válida. Pero para todos los grados del siste- ma' como fruto de la misma Es
voluntad de los coasociados. exactamente el
caso del acuerdo que se había dejado a un lado en el comentario del fragmento
ma
de Kelsen parece valer el principio de que unanorma es válida solo en la
media que a su vez es producida por.un poder autorizado para producirla. Por de Webers
lo tanto, se corre el riesgo, como en el caso de Weber, de un retroceso al infini De esta manera se regresa a la perspectiva contractualísta. Tenía razón
to.
Como sabe, Kelser considera haber encontrado elmodo de solucionarlo
se Rousseau cuando titulaba uno de los primeros capítulos del Contrato social "es
con
el expediente de la norma fundamental. A pesar de todo aquello que se necesario retroceder siempre a üna primera convención"? De cualquier mane
presenta como solución al retroceso en Kelsen no se asemeja a un punto fijo, ra yo.no pretendia reproponer aquf ef pacto social como el único verdadero"
sino más bien a un circulo vicioso. Ya que la validez dela norma fundamental, criterio delegitimidad, sino solamente sostener que aquella legalidad a la que
que debe entenderse como la norma última que autoriza el poder último, no es se pretende reconducir la legitimidad de uria forma (moderna) de poder políti-
evidentemente reconduible a su producción, de parte de un poder autorizado co, parece que no se puede fundar de otra manera sino con base en elacuerdo
(por definición no puede existir un poder autorizado superior ala norma fun de los asociados. Sin embargo, quiero agregar que no es casualidad que en los
damental), Kelsen sugiere que ella debe ser simplementé presupuesta en to momentos crisis, en los cuales se vuelven a poner en discusión las reglas
das las ocasiones que constatemos la eficacia de un ordenamiento positivo po constitutivas de la convivencia y con ellas términos
los fundamentales de la
niendo al inicio un poder último efectivo. En otras palabras, céando observe- relaciónpolítica, reaparece la perspectiva contractualista.
mos que un ordenamiento es obedecido, debemos presuponer como válidauna
norma que autoriza el poder último del que ese ordenamiento desciende. Por
ello llegados a, este punto se puede preguntar si es verdaderamente funda- 7. Potencia e impotencia del Leviathan
mental la.norma última o el poder ültimo, en vista de que la norma iltima
pierde validez, cesa de eristir como norna y con ella el ordenamiento entero,
cuando pierde fuerza la efectividad del poder último. Atribuida semejante po- Entre Weber y Kelsen, en el tema del poder político moderno, se puede dea-
sición de prvilegio al principio de efectividad, jel poder último es todavia un cubrir más de una afinidad que justifica la comparación de sus posiciones. Es
poder de derecho (Rechtsmacht) o no se parece más bien a un poder de hecho? verdad que Ia teoría kelseniana del derecho y del Estado quiere ser una teoría
icómo aquel hecho del que segrin el vocablo latino oritur ius? Aún se puede ser válida para los sistemas juridicos de todos los
general, es decir, pretende
sostener.que la legitimidad deriva de la legalidad? tiempos. Sin embargo, comorecientemente ha sido observado, la estructura a
A las mismas dudaa se llega por otra vía sobre la base de una significativa grados" de normas y poderes juridicos delineada porKelsen encuentra una sig
afirmación textual de Kelsen: Si mantenemos la definición que hasta aquf se nificativa correspondencia en el tipo de poder legal-racional cuyodesarrollo
Weber considera característico del Estado moderno. Parece que ambas teortas
ha dado de poder político como poder-de emitir mándatos apoyados por la
Coacción, en términos keiseníanos este poder es legítimo sólo en cuanto es au se apoyan en la intención de comprender y conceptualizar aspectos decisivos
torizado, en los modos y en las formas en las que es conferido a determinados del proceso de constitucionalización, que debe entenderse como un procesode
sujetos por la norma constitucional. La constitución a su vez emana del poder
legalización de los poderes del Estado, tanto de los poderes inferiores con fun
ciones administrativas, como del poder propiamente político. Quizás puede
se
último: aquél que se ha
constituyente. Para Kelsen este es el verdadero poder el
definido hasta aquí como poder político aparece en esta perspectiva como po descubrir otra semejanza, que ya no compete a los aspectos cualitativos, ca
la constitución nos rácter legal" (Weber) del poder polstico moderno devenido completamenta ju
der penultimo Si ahora "preguntamos por quéé es válida ridico (Kelsen, en el doble sentido de poder autorizado por normas juridicas
remontamos quizás a otra constitución más antigua. Llegamos por último a la
vino dictada por urn para producir normas jurídicas), sino los aspectos cuantitativos, extens1ón
una constitución que históricamente es la primera que del poder estatal. Desde este punto de vista me parece que la imágenes del
usupador, particular o por alguna asamblea*.Pero el poder del usurpador es poder reflejadas en las dos teorías se presentan demasiado alejadas
del espíri
un poder ilegitimo por definición, es un poder de hecho0 al cual no se está obli- tu del constitucionalismo.
s e puede sostener
gado a obedecer, pero sí constreñidos a doblegarse: A lo más
W. Abdala J. Calanchini G. Maciel
El impulso al de Manual de Ciencia Polltica 231
mientos de ideas proceso constitucionalización vino en gran parte de movi-
individuo, los derechosreivindicaban
que la
de ibertad que primacta absoluta de los derechos del minante-reflejada de diversas maneras en las teorías de Weber y de Kelsen,
validez material del deberían haberse vuelto los límites de pero no s6lo en ellas- es que se vaya a un reforzamiento y potenciamiento j a
bién quería ser una poder político. En otras palabras, la
"restricción" de la
soluto de las esteras de la libertad negativaesfera del Estado, para "constitución" tam-
el provecho ab-
más visto de la política, a una super-regulación de la vida civil. El Estado om-
nirregulador parece un éxito necesario e inevitable de los procesos de moder
cuales los individuos (libertad frente al Estado) en las nización y de racíonalización. Al mismo tiempo hay quien, como Horkheimer,
propias. Prolongando habrían
idealmente
podido emprender y desarrollar
la tendencia a la las iniciativas ve en esta raciónalidad una traición de la razón, de dimensiones cósmicas: así
co, la idea de un Estado reducido a sus limnitación del poder polsti- es delineada. una imagen monolítica y uniforme del Estado contemporáneo,
da a fines del siglo
vli, con la mínimos términos había sido presenta cuyas diversas versiones, del reformísmo, al nazismo al stalinismo, son sólo
les. A Weber le parece en cambio función
de
proteger las libertades individua- aparentemente contrastantes. Sobre la escena del mundo ahora parece domi
no se que el desarrollo posterior del Estado moder- nar la única cara demoníaca del Estado autoritario, vencedor y sofocador de
dirigió en dirección contraria, hacia la éxpansión
rocrática. El cumplimiento de nuevas tareas
de la
organización bu- las esperanzas de emancipación.
por complicados y de parte del Estado, provocado Por encima de la "era de las tiranías", la dirección hacia la expansión del
numerosos factores, entre los cuales está crecimiento del
el poder del Estado, sobre la fnea de la creciente demanda de servicios, no pare
movimiento obrero y la progresiva ampliación de la participación ce cambiar Pero el encuentro y la infuencia mutua del proceso de democrati-
libertad positiva), elaumento del consumo y la polstica (la zación y el de burocratización parecen conducir un punto crítico: el punto de la
cios, sin contradecir por lo menos consecuente demanda de servi-
vidual (negativa) formalmente el principio de la libertad indi- crisis de crecimiento del E'stadó por elefantiasis de aparatos y 30brecargo de
lares, En
termina por substraer espacio la iniciativa
a de. los
particu fareas. Inevitablemente, al declinar ia potencia del Leviathan reaparece la de
alguna página weberiana
incluso parece pertilarse amenazadora Behemoth: en las fibras del tejido del poder, producidas por su mismo desarro
m eni el destino de la burocratización lo, se insertan poderes que vuelven a germinar de las diversas esferas de la
como la
integral de la sociedad, que es visto
condición de "futura servidumbre a la que un día quizás los hombres vida social. Por un. lado parece a algunos, como a Luhmann, que el poder polí
serán obligados a adaptarse impotentes, tico es usado en un juego sin fin para resanar
como los fellah del antiguo Egipto". tejidos estropeados, para
resta-
Cuanto más crecen y se multiplican los tentáculos de Leviathan, tanto más se blecer conexiones caídas, por otro lado parece, como en la imagen "microfísica"
arriesga dañar la autonomía de los individuos. de Foucault,
que el poder social difuso, definido acéfalo y anónimo, es en el
También e n Kelsen se puede ver una
especie de fondo la verdadera substancia del poder político. Más aún se presenta la idea
ción sobre el individuo (hablo del teórico "puro" del primacía
de la organiza- de que siempre ha dicho así que para entender
derecho, no del escritor po la polftica es necesario siem-
itico democrático, que está fuera de discusión). Es conocido que en el sistema pre imaginar el poder del maquiavélico príncipe sin el príncipe.
de Kelsen no hay materias de por sí mismas indisponibles al derecho: en prin- Por lo demás, ha sido puesto en evidencia la manera en
que las teorías de
cipio todo es sujetable al poder "autorizado". Pero lo que es aún másimportan Foucaulty de Luhmann, apesar de las diferentes matrices culturales,
gen significatiyamente en describir procesos carentes de subjetividad, conver
te resaltar es la posición subordinada y derivada de los derechos de libertad
en el ordenamiento delineado por Kelsen,en contraposición a la posición supe- aún procesos por los que los sujetos, por decirlo asi, son atravesados y más
riory prioritaria de ellos en el espíritu del constitucionalismo, y podemos decir dos. Por un lado, para Foucault "el" poder no es más que un nombre agita-
para indicar facetas de situaciones caracterizadas que 8irve
en
la letra del contractualismo moderno del que el constitucionalismo es el he por relaciones de fuerzä
redero. Ante todo la libertad es vista por Kelsen no como un derecho subjetivo cambiantes; para Luhmann, el poder es principalmente un medio para trans
mitir acciones en un sistema que, inmerao en el mundo de
original, sino comoun hecho que deriva de la imposíbilidad técnica pará cual-
qaier ordenamiento jurídico de regular totalmente loscomportamientos hu
las infinitas posi
lidades, replasma y redefine continuamente a sí mismo enfrentando
sin tregua en üna especie de permanente y luido estado de asedio. Por desatios
manos. Ciertamente la libertad puede ser protegida de diversas maneras fren lado, para Foucault los sujetos son ellos mismos creaciones o
otro
te al stado, y puede volverse por ello libertad de derecho; pero también los del poder, como la verdad, productos de varias técnicas de construcciones
"derechos y libertades fundamentales, garantizados constitucionalmente a los Luhmann, disciplina; para
que se pone desde el punto de vista del sistema complejo,
súbditos del Estado.. no son de por sí derechos.subjetivos, a elloe no corres- los 8uje
tos son más
ponde algin "deber del órgano jurídico", Con la consecuencia de que la garan- bien caprichosos y peligrosos "ambientes" de diversos sistema.
íaconstitucional de los llamados derechos y libertades fundamentales no sig-
nifica otra cosa sino un aumento de la dificultad de limitar legalmente estos 8. Razón
derechos.
y justificación
Alo largo del siglo KK se había producido, y consumído, el mito de la ex- De frente á perspectivas teóricas de este tipo, me parece que la teoría de la
tinción del Estado, de la política, del poder; un mito que por largo tiempo hu-
biera sobrevivido a sí mismo. Pero al inicio delnuevosiglo la impresión predo-
acción. comunicativa de Habermas y la teoría contractualista de la justicia de
Rawls, también muy diferentes entre sí en cuanto a matrices ulturales, se co-
232 W. Abdala J. J. Calanchini G. Maciel Manual de Ciencía Polftica 233
locan juntas en el lado opuesto; aquel, por decirlo.ast, de una apuesta sobre la utilizada en otras perspectivas teóricas para describir y descifrar importantes
continuidad de la razón occidental, si bien desprendida y redimensionada con fenómenos contemporáneos en términos de contratación, mercado e intercam-
extinción
respecto a ciertas intenciones de la metafisica clásica y sobre la no bio polftico. Lasimilitud, que indudablemente existe, no debe engañar: la teo-
hacer
de aquella rara especie que es el sujeto racional, el individuo capaz de ra de Rawls es normativo-prescriptiva, y no analítico-descriptiva. Y después,
juicios crticos y de establecer preferencias. desde el punto de vista de la teoría contractualista clásica, las contrataciones
No es casualidad que la controversia Habermas-Luhmann terminó en una y los compromisos entre grandes y pequeños grupos corresponden al régimen
especie de.."incomunicabilidad". El problema de la legitimación, que ocupa privado de gestión de las controversias, compuesto de acuerdos precarios y
desde hace tiempo un lugar importante en la reflexión de Habermas, en Luh provisionales siempre dependientes de las relaciones de fuerza entre las par
de lasgobernabilidad,
mann no sólo parece menos relevante que el problema tes, que es típico del estado de naturaleza. Y el estado de naturaleza e preci-
sino sobre todo esté considerado en una perepectiva contraria con respecto a samentela situación de la que "es necesario salir por medio del contrato so
la de Habermas. Desde Lutmann la.legitimación es vista, pör decirlo así er cial, el pacto constitutivo de la sociedad civil. Pero quizás también por esto,
parte priñcipis, como una prestación que el sistema polftico debe proporcionar Precisamente porque la situación actual parece por muchos aspectos compara-
al sistema jurídico para permitirle desarrollar su función como regulador ge ble a la hipótesis clásica del estado de naturaleza, la propuesta contractualis
la legitimación es
neral del sistema BOcial en su conjunto; desde Habermas ta se presenta plausible.
una justificación que sólo la comunicación y díscu- La teorfa de la justicia de Rawls, en el curso del debate, ahora ya decenal,
vista ex parte populi, como cual se han dado críticamente "intenciones de vali-
sión racional, aquella en la 8uscitado por ella en la cultura de lengua inglesa, ha provocado no pocas s o r
dez", puede proporcionar a las instituciones que pretenden ejercer el poder po- presas. Pero lo mismo ha sucedido en otros contextos a la teoría de Habermas,
}ftico. En su ensayo de 1976 Habermas aclara su concepto legitimidad
dë en podemos decir que naturalmente sucede a casi todas las teorias. Á pesar de
estos, términos: "Legitimidad significe que hay buenos argumentos para que los puntos débiles que la crítica ha ubicado en la construcción de Rawis, consi
un ordenamiento político sea reconocido como justo y equitativo; un ordena- dero quela misma riqueza de la discusión atestigua la bondad de la teoría; y
miento legítimo merece el reconocimiento. Legitimidad signif+ca que un orde sobretodo considero que la perspectiva contractualista -de la que la versión
es digno de s e r reconocido. Con esta definición Be subraya de Rawls no es la única proponible-puede lHevar a otras buenas teorías. Bue
namiento polltico contiene validez y que es (tam- nas teorías no son Bolamente aquellas que siguen la realidad en su camino
que la legitimidad es un requerimiento que
bién) del reconocimiento (por lo menos) factual de tal requerimiento que de más o menos caótico, buscando descifrar sumas de efectos no deseados y leer
pende la estabilidad de un ordenamiento de poder"de El modelo discursivo-dia en filigrana los movimientos de la historia: sino son también, y quizás sobre
la acción comunicativa, y
lógico de la racionalidad, que emerge de la teorfa todo,las que anticipan la realidad, buscando proporcionar criterios de evalua
cuya elaboración ha ocupado el último tiempo de las
investigaciones de Haber ción y orientar los comportamientos para dar a ellos dignidad de proyectos
mas, mantiene un estrecho vínculo con el tema dela legitimidad. consciente y racional.
substancialmenite
La definición proporcionada por Habermas podría ser de Rawls, cuyo pro-
adoptada también en Ia perspectiva neo-contractualista es posibles
blema es el de ubicar principios racionales a la luz los cualesde las socie-
de: