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Bobbio - Poder
Bobbio - Poder
to en estos aflos hay que considerar algunas intereses sectoriales o corporativos sobre el
que han tenido como mira principalmente Ia interés general, de las tendencias centrifugas
interpretación pluralista, como La elite del sobre las centripetas: no p. sino particula-
poder de C. Wright Mills (1956), The decline rismo
of American pluralism de Henry Kariel (1961),
El hombre unidimensional de Herbert Mar- BJBLLOGRAFIA: W.E. Connolly (comp.), The bias of
cuse (1964). Las teorias pluralistas reciben Ia pluralism, Nueva York, Atherton Press, 1969;
acusación de continuar considerando verda- R.A. Dahi, Pluralist democracy in the United Sta-
dera uria imagen de Ia sociedad norteameri- tes: conflict and consent, Chicago. Rand McNally,
cana que, en Ia mejor de las hipótesis, corres- 1967; R. Eisfeld, 11 pluralismo tra liberalismo e
ponde a una fase superada del desarrollo eco- socialismo (1972), Bolonia, 11 Mulino, 1976; W.
nómico, social y politico de Estados Unidos, Kornhauser, The politics of mass society, Nue-
y en consecuencia de continuar presentándo- Va York, Free Press, 1959; Kung Chuan Hsiao,
se como teorIas cientIficas mientras tiene ya Political pluralism: a study in contemporary poli-
solo una función ideologica, que es aquella de tical society, Londres, Kegan Paul, 1927; A.S.
hacer creer a los controlados de ser todavIa MacFarland, Power and leadership in pluralist
controladores, a los desposeIdos de poseer systems, Stanford, Stanford University Press,
por lo menos una parte de poder, al hombre 1969; R.A. Nisbet, La comunitd e lo stato (1953),
unidimensional de tener, participando en dis- Milan, Edizioni di Comunità, 1957; L.C. Webb
tintos grupos todos más o menos influyentes (comp.), Legal personality and political pluralism.
de Ia misma marlera, muchas dimensiones. Melbourne, Melbourne University Press, 1958.
En lo que se refiere a la crItica de Ia ideolo- Para Ia discusiOn del pluralismo en Italia es
gIa pluralista, es decir al p. como propuesta fundamental P. Rescigno, Persona e comunitd,
de solución del problema tradicional de los Bolonia, II Mulino, 1966.
lImites del poder, puede realizarse desde dos
arigulos diferentes, dependiendo de si del aso- [NORBERTO BOBBIO]
ciacionisino pluralista se considera Ia facha-
da dirigida contra el individualismo o aque-
Ila dirigida contra el estatalismo. Desde el
punto de vista del individuo el p. es acusado poder
de no tener en cuenta que cada grupo social
tiene una tendencia natural al endurecimien- r DERNIcION En su significado más general, La
to de sus estructuras a medida que crece el palabra p. designa La capacidad o posibilidad
nümero de sus miembros y se extiende el de obrar, de producir efectos, y puede ser
espacio de sus actividades. Una sociedad apa- referida tanto a individuos o grupos huma-
rentemente pluralista es en realidad polIcra- nos como a objetos o fenOmenos de Ia natu-
ta, vale decir con varios centros de poder, de raleza (como en Ia expresión "p. calórico" o
los cuales cada uno hace valer sus exigencias "p. absorbente"). Entendido en sentido espe-
sobre sus mienibros, con la consecuencia de cIficamente social, esto es en relación con Ia
que el individuo en el momento en el que cree vida del hombre en sociedad, el p. se precisa
haberse liberado del estado patron se convier- y se convierte de genérica capacidad de obrar,
te en siervo de muchos patrones. Desde el en capacidad del hombre para determinar Ia
punto de vista del estado, las sociedades par- conducta del hombre: p. del hornbre sobre el
ciales, por lo menos desde que Rousseau pro- hombre. El hombre no es solo el sujeto sino
nunció La condena de las mismas, son consi- también el objeto del p. social. Es p. social la
deradas culpables de impedir la formación de capacidad de un padre de impartir órdenes
la voluntad general, y por lo tanto de condu- a los hijos, o Ia de un gobierno de impartir
cir, Si no son frenadas, a La disgregacion de órdenes a los ciudadanos; mientras no lo es
la uriidad del estado. El fenomeno que juzga- La capacidad del hombre de controlar la natu-
do positivamente recibe la denominacion de raleza y servirse de sus recursos. Natural-
p., juzgado negativarnente recibe el nombre mente, existen relaciones significativas entre
de nuevo feudalismo, es decir carencia de un el p. sobre el hombre y el p. sobre Ia natura-
verdadero centro de poder, predominio de los leza y las cosas inanirnadas: frecuentemente
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el primero es condicion del segundo, o vice- hombre", se entiende con mayor precision
versa. Por ejemplo, una empresa puede como "p. de un hombre sobre otro hombre".
extraer petróleo de una determinada porción Con esta especificacion se exciuye de nuestro
del suelo terrestre porque tiene el p. de impe- campo de indagación el p. que un hombre pue-
dir que otros se apropien o usen aquella por- de ejercer sobre si mismo. Si acaso, como
cion de suelo, y un gobierno está en condicio- ejemplo, una señora se impone determinada
nes de obtener ciertas concesiones de otros dieta para adelgazar y, a pesar de las tenta-
gobiernos porque tiene en su poder determi- ciones, mantiene su próposito, podernos decir
nados recursos materiales, que se convierten que aquella señora ejerce un p. sobre si mis-
en instrumentos de presión económica o miii- ma. En este caso, como en casos anáiogos, al
tar. Sin embargo, en principio, ci p. sobre el menos considerados por si mismos, no se tra-
hombre es siempre distinguible del p. sobre ta de una reiación de p. entre hombres, sino
las cosas. Y este áltimo, en el estudio del p. de un ejercicio de p. que empieza y termina
social, es relevante solo en cuanto se convier- en el árnbito, por asI decirlo, de una sola per-
ta en un recurso para ejercitar p. sobre el sona; mientras que el p. que aquI importa ana-
hombre. lizar, en relación con el estudio de la politi-
Por ello no pueden aceptarse aquellas defi- ca, es aquel que un hombre (o grupo) tiene o
niciones que, partiendo de una que se remon- ejerce sobre otro hombre (o grupo).
ta a Hobbes, omiten este carácter relativo e Como fenómeno social el p. es pues una
identifican ci p. social con la posesión de ins- reiación entre hombres. Y se debe inmedia-
trumentos aptos para alcanzar los fines tamente afladir que Se trata de una reiación
deseados. La definiciOn de Hobbes, tal como triádica. Para definir un cierto p., no basta
se lee at principio del capItulo décimo del especificar Ia persona o el grupo que lo retie-
Leviatán, es la siguiente: "El poder de un horn- ne y Ia persona o ci grupo al que están some-
bre... consiste en los medios para obtener tidos: hay que determinar también Ia esfera
determinada ventaja futura." No de otro de actividades a la cual ci p. se refiere, es
rnodo, por ejemplo, afirmó Gumplowicz que decir la esfera del p. La misma persona o el
Ia esencia del p. "consiste en la posesión de mismo grupo pueden ser sometidos a varios
los medios para satisfacer las necesidades tipos de p. relacionados con diversos campos.
humanas y disponer libremente de tales El p. del medico se refiere a Ia salud; el del
medios". En definiciones como éstas Se con- maestro se refiere principalmente al apren-
cibe al p. como aigo que se posee: un objeto dizaje del saber; el empresario influye la con-
o una sustancia, como ha sido observado, que ducta de los subordinados, sobre todo en la
se conserva en un recipiente. Pero no hay p. esfera econOmica y en la de la actividad pro-
si no hay, junto al individuo (o grupo) que 10 fesional, y un superior militar en tiempo de
ejerce, otro individuo (o grupo) que se ye indu- guerra imparte Ordenes que comportan ci uso
cido a comportarse del modo deseado por el de Ia violencia y Ia probabilidad de dar o reci-
primero. Ciertamente, como se acaba de seña- bir la muerte. En el ámbito de una comuni-
lar, ci p. puede ser ejercido por medio de ins- dad polItica, ci p. de A (por ejemplo un cierto
trumentos ode cosas. Si tengo dinero, puedo organismo püblico o un cierto grupo de pre-
inducir a otro a tener determinada conducta sion) puede referirse a la poiltica urbana, ci
que yo deseo, a camblo de dinero. Pero si me p. de B a la politica exterior en relaciOn con
encuentro solo o si el otro no está dispuesto una determinada area geografica, ci de C a
a tener aquel comportamiento por ninguna Ia politica de ia educaciOn pñblica, y asI suce-
cifra de dinero, ml p. desaparece. Ello sivamente. La esfera del p. puede ser más o
demuestra que mi p. no reside en ninguna merios amplia ymas o menos claramente deli-
cosa (en este caso dinero), sino en el hecho de mitada. El p. fundado en una competencia
que hay otro y que éste se ye iriducido por mi particular está limitado al campo de Ia corn-
a comportarse segUn mis deseos. El p. social petencia, mientras que ci p. politico y ci del
no es una cosa, o su posesión: es una relación padre sobre ci hijo se refieren gerieraimente
entre hombres. a una esfera muy amplia, y la esfera de p. de
Debemos observar también que la expre- la persona que ocupa un cargo en ci ámbito
sión empleada antes, "p. del hombre sobre el de una organización formal (por ejemplo el
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presidente o el tesorero de una asociación) se o sea como estado de la mente de quien ejer-
define de modo más bien preciso y taxativo, cc p. Diremos entonces que ci comportamien-
mientras que la esfera del p. de un lider cans- to de A, que ejerce p., puede estar asociado,
mático no está precisada de antemano y tien- antes que a la intención de determinar ci corn-
de a ser ilimitada. partamiento de B, objeto del p., al interés que
A alimenta por tai comportamiento. Por ejem-
II. EL PODER ACTUAL. Cuando Ia capacidad de plo, las relaciones de imitación, en las cua-
determinar la conducta de otros es puesta en les falta la intención del imitado de proponer-
juego, el p. de simple posibilidad se transfor- se como modelo, vuelven a ser p. si la imita-
ma en acción, en ejercicio del p. Asi es que ción corresponde a un interés del imitado
podemos distinguir entree! p. como posibili- (como en determinadas nelaciones entre
dad, o p. potencial, y ci p. efectivamente ejer- padre e hijo), pero no si la imitación no res-
cido, a p. actual. El p. actual es una reiación ponde a un interés dci imitado (camo puede
entre comportamientos. Consiste en el cam- suceder en el caso de una señora que yea
portamiento de A (individuo o grupo) que tra- copiada por una amiga su forma de vestir).
ta de modificar la conducta de B (individuo El comportamienta de B, que soporta ci p.,
o grupo); en el comportamiento de B, en el está dotado de al menos un mInimo de volun-
cual se concreta la modificacion de la conduc- tariedad; pero nadie puede asegurar que B
ta querida por A, asI como en ci nexo que une esté consciente de actuar en la manera desea-
a estos dos campartamientas. Un examen más da por A. Por una parte, pues, se trata de un
detallado del p. actual comporta por eso un compromiso voiuntario. Ella no comporta
análisis de estos tres aspectos del fenómeno. necesariamente que el comportamiento sea
En un primer sentido se puede decir que también "libre". Por ejemplo, en ci caso del
el comportamiento de A trata de modificar la p. coercivo B tiene ci camportamiento desea-
conducta de B: A ejerce p. cuando provoca do por A solamente para evitar un mal enun-
intencionalnnente un compartamiento de B. ciado: el comportamiento no es libre, pero
En Ia literatura socio!ogica y politologica todavia lo cumple B y, por tanto, está dotado
sobre ci p. se acepta ampliamente el requisi- de un minimo de voluntaniedad. Ella permi-
to de !a intención. Sin embargo, algunos auto- te Ia distinción entre el ejercicio del p. coer-
res no lo acogen y sastienen que se puede citivo y ci empleo directo de la fuerza o yb.
habiar de p. siempre que un comportamien- lencia (v.). En este ditimo caso A no modifica
to dado provoca otro, aunque no sea de modo la conducta de B sino que altera directamen-
intencional. Tal definicion de p. parece, no te su estado fIsico: lo mata, lo hiere, io inmo-
obstante, demasiado amplia. Es carrecto vihza, lo recluye dentro de un cierto espacia,
decir que el padre ejerce p. sabre ci hijo cuan- etc. Es bien conocido que en las relaciones
do le da con éxito cierta orden, pero no pare- sociaies y polIticas se recurre frecuentemen-
cc correcto decir Ia mismo cuando ci hijo no te a la fuerza cuando no Se Ilega a ejercer p.
obedece, sino que al cantrario se rebela o Pon otra parte, pana que se tenga p. no es pana
abandona ia familia después de ia orden del nada necesario que B tenga intencionaimen-
padre. En este segundo caso, sigue siendo te el comportamiento quenido por A. A pue-
ciento que ci comportamiento del padre pro- de provocan un determinado campartamien-
voca ci del hijo, pero describiremos la rela- to de B sin pedirlo explIcitamente, e incluso
ción no como un ejercicio de p. del padre ocultando a B que él desea tal comportamien-
sobre ci hijo, sinocomo un intento fallido de to y, además, sin que B se dé cuenta de tenen
ejercer tal poder. un campartamiento deseado por A. Ella pue-
Por otra parte, puede señalarse una posi- de venificarse,por ejempio, en ciertos casas
ción intermedia, que amplIe la pasición de p. de propaganda disfrazada. Este tipo de rela-
más allá de las modificaciones intencionales cion, frecuentemente conocida coma manipu-
de la conducta de otro, sin calificar por ello lación (v.), entra cientamente en ci ãmbito del
como p. cualquier tipo de causación social no concepto de poder.
intencional. El concepto al que conviene Y llegamos finaimente a la re!aciOn que se
anciar esta ampliacion de la nocion de p. es establece entre el comportamiento de A y ci
el de interés, entendido en sentido subjetivo, de B. Sucede que, si hay p., el primer compor-
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tamiento determinara al segundo: lo cual pue- Con las restricciones que acabamos de
de expresarse también diciendo que el corn- recordar, se puede entonces afirmar que la
portamiento de A es la causa del comporta- relación de p. es un tipo de causación: en par-
miento de B. Sin embargo, es necesario ada- ticular, un tipo de causación sociai. Queda
rar el sentido segün el cual es IIcito aquI uti- todavIa abierta la cuestión de córno debe
lizar la nocion de 'causa". Ante todo, cuarido entenderse aquI, asimismo dentro de los limi-
se refiere a las relaciones de p. social, la tes mencionados, ci concepto de causa. Algu-
nocion de causa no trae consigo una perspec- nos autores interpretan ci nexo causal entre
tiva de determinismo mecanicista. Las rela- los comportarnientos en ci sentido de que ci
ciones entre comportamientos son relaciones camportamiento de A es condición necesaria
probabilistas, no relaciones "necesarias". Por dci comportarniento de B (ci comportamien-
lo tanto, en nuestro contexto el concepto de to de B solo tiene lugar si tiene lugar ci corn-
causa está desconectado del de "necesidad" portarniento de A). Otros, considerando dema-
y debe ser entendido coma "causa probabi- siado rigida Ia prirnera interpretación, entien-
lista". En segundo lugar, por lo menos en den ci nexo causal en ci sentido de que ci corn-
muchos de los casos, la nociOn de p. social sir- portamiento de A es condición suficiente para
ye para describir una determinada reiación ci comportamiento de B (si tiene lugar ci corn-
establecida entre dos comportamientos par- portarniento de A, tiene lugar ci de B). otros
ticulares, sin que esto implique que Ia rela- rnás van en dirección opuesta, y consideran
ción descrita sea an caso particular de una que debcrIa reformularse ci concepto de p.
icy universal o general. En muchos casos, de manera que se equiparara con ia noción
decir que el comportamiento a de A es causa de condición necesaria y suficiente (ci campor-
dcl comportamiento b de B no implica que tamiento de B tiene lugar si, y sOlo si, tiene
todas las veces en que A tenga un comparta- lugar ci de A).
miento del tipo a éste será seguido por un Considero, con Oppenheim, que entre estas
comportamiento del tipo b de B, ni que todas tres nociones de causa convendria escoger la
las veces que B tiene un comportamiento dcl de candiciOn suficiente, que está mayormen-
tipo b éste será precedido par un comporta- te de acucrdo con la mcncionada perspecti-
miento del tipo a de A. B es inducido par A, va probabiiista. Por una parte, un comporta-
per ejemplo, a votar por el Partido Socialis- miento a quc sea condición necesaria (pero
ta en una cierta contienda electoral; pero en no suficiente) de un comportamiento b suce-
las elecciones sucesivas B puede votar por ci sivo puede no ser un ejercicio de p. Par ejem-
Partido Liberal, a pesar de que A busque toda- plo, que ci funcionario municipai propuesto
vIa inducirlo a votar por los socialistas, o bien para cilo inciuya mi nombre en las listas dcc-
puede votar por ci Partido Socialista sin que toraies es una condición necesaria para que
haya habido intervcnción de A directa en este yo vote, e incluso para que yo vote par un
sentido. AsI, pues, decir que en un ejercicio determinado partido. Pero no puede decirse
de p. el comportamiento de A es causa del de en vcrdad que ci funcionario municipal haya
B significa solo afirmar, por lo menos en ejercido p. sabre mi, y esto —obsérvese bien-
muchos tipos de relaciones, quc a es causa de aun en ci caso de que estuviera interesado en
b en ese caso determinado. Sin embargo, otras ia victoria eiectorai de aquel partido: de
veces un determinado ejercicio de p. puede hecho, yo podria votar par otra partido a abs-
ser un caso particular de una icy o uniformi- tenerme de ello. Par otra parte, cuando un
dad general. Esto puede decirse, por ejemplo, camportamiento a es condición suficiente de
en determinadas condiciones, de una relación un compartamiento b sucesivo, es razonable
particular de mando y obediencia que liga a cahficar esta reiaciOn de ejercicia de p., aun-
un miembro de ia sociedad politica con ci que a no sea condición necesaria de b. Con las
"gobierno", por io menos en uno de los dos bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki
sentidos arriba indicados: a una orden de tipo Estados Unidos ejerció un indudable p. sabre
a dcl gobierno es par lo general probable quc Japón, en ci sentido de quc lo indujo a ren-
sigan conductas de obediencia de tipo b de dirse (condiciOn suficiente); pero no puede
aquel y de otras miembros de Ia sociedad afirmarse sin más que, sin aquellas bombas,
politica. ci Japón no se habria rendido, ya que no es
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posible excluir del todo que Japón se habrIa cional o interesada de comportamientos
determinado a rendirse de manera autónoma, ajenos.
o que lo habrIa inducido a ello un posible Ahora bien, cuándo podemos decir que
movimiento de otro actor (por ejemplo, la existe una capacidad tal? Ante todo se necc-
URSS). Concluyendo sobre ci punto, se pue- sita que A tenga a su disposición los recur-
de por ello afirmar que en un ejercicio de p. SOS que pucden llcgar a scr empleados para
el comportamiento a es la causa determinan- ejercer p. Los recursos de este tipo son innu-
te, pragmáticamente decisiva, del comporta- merabies: la riqueza, la fuerza, Ia información
miento b; esto es que es la condición "sufi- y ci conocimiento, ci prcstigio, la legitimidad,
ciente", no la condición "necesaria" y ni la popularidad, la amistad y otras rclacioncs
siquiera, con mayor razón, la condición "nece- cercanas con personas que tiencn una posi-
saria y suficiente". ción alta de p., y asI sucesivamente. Pero no
Del hecho de que entre los comportamien- basta. La susodicha capacidad de A depcnde
tos haya un nexo causal algunos estudiosos también de la habilidad con la cual está en
derivan también la consecuencia de que la condiciones de convertir en p. los rccursos
relación de p. es asimétrica, en el sentido de que ticnc a su disposición. No todos los hom-
que, si el comportamiento de A es causa del bres ricos tienen la misma habilidad de
de B, el comportamiento de B no es cauSa del emplear los recursos económicos para ejer-
de A. Ahora bien, es cierto que muchas rela- cer p., y una favorita puedc mostrar habili-
ciones de p. tienen esta caracterIstica, y por dad para emplear con fines dc p. su rclaciOn
lo tanto SOfl unidireccionales: pero existen intima con ci monarca, que no encuentra
relaciones de p. singularizadas por un grado parangón con otras figuras femeninas quc
mayor o menor de reciprocidad. Por ejemplo, han gozado de posición analoga. Esta habili-
piénsese en las relaciones de p. que median dad puede referirse no solo a ia utiiización
entre dos partidos durante Ia negociación de un solo recurso sino también a la combi-
para la formación de un gobierno de coali- nación del empleo de varios de ellos, y, en ci
ción. Cada partido usa diversos medios para caso de que A sea un grupo, la cohesion y la
influir en la conducta del otro y en ci éxito coordinación dcl grupo mismo. AsI, en las
de las negociaciones, pero es claro que no pue- rclaciones intcrnacionales los poderes red-
de menos que hacer ciertas concesiones (y en procos de dos gobiernos pueden no scr pro-
consecuencia sufrir el p. del otro partido) porcionaies a los recursos (humanos, econó-
para arrancar, a su vez, otras concesiones (y micos, militares, etc.) que los dos gobiernos
entonces ejercer p. sobre el otro partido). tienen, respectivamente, a disposición, ya sea
porque uno de los dos gobicrnos está dotado
III. EL PODER P0TENcIAL.El p. potencial es la de mayor habilidad en la utilizaciOn de un
capacidad de determinar los comportamien- recurso muy importante o en ci empico corn-
tos ajenos. Mientras el p. actual es una rela- binado de varios recursos, o bicn porque uno
ción entre comportamientos, ci potencial es de los dos gobiernos se caracteriza por un gra-
una relación entre actitudes para actuar: por do mayor de cohesion y por una coordinación
una parte A tiene la posibilidad de tener un más eficaz.
comportamiento tendiente ajnodificar la con- Por otra parte ci hecho de que A esté dota-
ducta de B; por otra, si esta posibilidad es do de recursos y de habilidades aun en máxi-
puestaen juego es probable que B tenga ci mo grado no es suficiente para hacer que A
comportamiento en el cual se concreta Ia tenga p. sobre B. A puede ser riquisimo y sin
modificación de la conducta deseada por A. embargo no tener p. sobre ci paupérrimo B
Un jefe militar ejerce p. sobre sus soldados respecto de ciertos comportamientos si el
cuando ordena el ataque y sus soldados obe- segundo no estO dispuesto a sostener tales
decen la orden; y tiene p. sobre ellos en tanto comportamientos por ningOn precio. Análo-
es probable que sus soldados pasen al ataque gamentc, un hombre que dispone de los más
si ci jefe lo ordenase. Puesto que ejercer p. poderosos medios de violencia no tiene p.
implica necesariamente tener la posibihdad sobre un hombre inerme respecto de un cierto
de ejercerlo, en su sentido más general ci p. comportamiento si ci segundo prefiere la
social es la capacidad de determinación inten- mucrte antes quc tener tal comportamiento.
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vención directa de A sino porque B prevé que pueden ser usados para ejercer p., esto es los
A adoptarla reacciones desagradables para él modos de ejcrcicio del p., son multiples: des-
Si no modificase su conducta. Naturalmente, de la persuasion hasta la manipulacion, des-
para que haya p. se necesita que A, aun no de la amenaza de un castigo hasta la prome-
provocando intericionaimente el comporta- sa de una recomperisa. Algunos autores pre-
miento de B, alimente un interés hacia tal fieren hablar de p. sOlo cuando la determina-
comportamiento. Por ejemplo, un gobierno ción de los comportamientos ajenos se fun-
sufre el p. de ciertos sectores agricolas influ- da en Ia coercion. En este sentido se distingue
yentes, aun sin la intervención directa de a veces entre p. e "influencia". Pero Ia pala-
estos ültimos, si al adoptar Ia propia poiltica bra influencia es empleada con muchos sig-
agricola tiene en cuenta las reacciones de nificados diversos, ya sea en el lenguaje
aquellos agricultores y formula un programa comOn o bien en el lenguaje técnico, y son
que no dana sus intereses. Como ha observa- numerosos los casos en los que se emplea el
do Carl J. Friedrich, que fue el primero en dar término p. para denotar relaciones no coer-
relevancia a este aspecto del p., el mecanis- citivas: se puede hablar por ejemplo de un p.
mo de las reacciones previstas constituye un basado en la persuasion. La verdad es que, en
potente factor de conservación, puesto que es este punto, el probiema definitorio corre ci
mucho más facil "valorar y por tanto cono- riesgo de convertirse en una simple cuestiOn
cer las preferencias de un individuo o de un de palabras. Más allá de los términos emplea-
grupo con relación al estado de cosas existen- dos, lo que importa es formular una clara
te que conocer sus preferencias con relación noción de la determinacion intencional o inte-
a un posible estado de cosas futuro y por ello resada de Ia conducta ajena e individualizar
eventual". Este modo de obrar del p. hace dentro de este genus Ia species particularmen-
ambiguas muchas situaciones concretas. Por te importante de la determinación de la con-
ejemplo, ci hecho de que las disposiciones ducta ajena basada en la coercion. La coer-
tomadas por un gobierno en materia indus- ción puede ser definida como un alto grado
trial encuentren notable eco en los compor- de constricción (o amenaza de privaciones).
tamientos de los empresarios de esa sociedad Ella implica que las alter-nativas de compor-
politica puede querer decir que el gobierno tamiento a las que se enfrenta B (que la sufre)
tiene un gran p. sobre ellos, pero puede tam- son alteradas por las amenazas de sanciones
bién significar, por el contrario, que los de A (que la ejerce) de tal modo que ci corn-
empresarios tienen un gran p. sobre ci gobier- portamiento que este Oltimo desea del prime-
no, consistente en Ia capacidad de impedir —a ro termina por aparecer delante de B como
través del mecanismo de las reacciones pre- la aiternativa menos penosa. Es ci caso del
vistas— que sean tomadas disposiciones que asaltado que cede la bolsa para salvar la vida.
pongan en peligro sus intereses. No estamos, En ci concepto de coercion se puede hacer
sin embargo, privados de instrumeritos para entrar también un alto grado de incentivaciOn
desembrollar la madeja. En primer lugar (o promesa de ventajas). En este sentido sufre
podemos hacer un mapa de los intereses de coerciOn, por ejemplo, ci individuo que, para
los actores del sistemay buscar la individua- salir de un estado de extrema indigencia,
lizacion por este camino de las conductas a acepta cumplir un trabajo pehgroso o degra-
las cuales se pueden anciar las previsiones de dante. Más allá de Ia etiqUeta terminolOgica
lag reacciones y lasconsecuentes relaciones hay, sin embargo, una diferencia entre el pri-
de p. En segundo lugar, debe tenerse presen- mero y ci segundo caso, pues es ci ladrón el
te que la ambigliedad depende del estado de que pone al asaltado en ia situación de ceder
equilibrio de la situación: si surgen conflic- a la amenaza, mientTas que no se puede ase-
tos relevantes entre los actores se hace posi- gurar que ci instigador sea el que ponga al ins-
ble averiguar la orientación fundamental de tigado en ci estado de inferioridad que lo fuer-
su voluntad y, por tanto, la direcciOn preva- za a ceder a la promesa.
leciente en Ia que aetna el poder El problema de la con flictividad del p. tie-
ne que ver, al menos en parte, con los modos
V. MODOS DE EJERCICIO Y CONFLICTIVIDAD DEL PODER. especificos a través de los cuaies se determi-
Los modos especificos en que los recursos na ia conducta ajena. Las relaciones de p.
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VI. LA MEDICION DEL PODER. Una vez aclarado el B Si rechazara seguir el comportamiento
concepto de p. podemos aplicarlo a Ia reali- deseado por A). Y no hay duda de que este
dad social y ver cuándo existe, de hecho, una otro planteamiento del problema enriquece
relación de p. Pero, con relación a los fenó- las posibilidades de medición dadas por las
merios reales, tenemos también necesidad de dimensiones del p. mencionadas anteriormen-
comparar entre sus diversas relaciones de p. te. Se debe agregar, en fin, que han sido
y de saber si una relación de p. es, al menos hechas también pruebas de elaboracióri de
grosso modo, mayor o menor que otra. Se métodos para Ia medición de la distribucion
plantea asI el problema de la medición de p. del p. entre los miembros de im comité de
Un modo de medir el p. es el de determinar votación cuando la decision depende exclu-
las diferentes dimensiones que puede tener sivamente de Ia votación misma y para medir
la conducta que es su objeto. En este sentido el grado de concentración del p. entre los
una primera dimension del p. está dada por actores que forman parte de un sistema
la probabilidad de que el comportamiento politico.
deseado se verifique: cuanto más es probable
que B reaccione positivamente a los manda- VII. EL PODER EN EL ESTUDIO DE LA POLITICA. El del
tos y a las directivas de A, tanto mayor es el p. es uno de los fenómenos más difurididos
p. de A sobre B. Una segunda dimension está en la vida social. Se puede decir que no exis-
constituida por el nñmero de hombres some- te prácticamente relación social en la cual no
tidos a! p. Hay poderes que se dirigen a una esté presente, de alguna manera, Ia influen-
sola persona y poderes que conciernen a cia voluntaria de un individuo o de un grupo
millares o millones de hombres. Una tercera sobre Ia conducta de otro individuo o grupo.
dimension consiste en la que he Ilamado Ia Por ello no debe causar sorpresa el hecho de
esfera del p. Con base en Ia escala de valores que el concepto de p. haya sido empleado para
prevaleciente en una cierta cultura se puede interpretar los más diversos aspectos de la
decir que un p. que concierne a una cierta sociedad: desde los pequeflos grupos hasta la
esfera tiene un peso mayor o menor que otro empresa productiva, desde la familia hasta
concerniente a una esfera diferente: por ejem- las relaciones eritre las clases sociales. Sin
plo, en nuestra cultura el p. de un grari rnodis- embargo, el campo en el cual el p. adquiere
to sobre el modo de vestir es ciertamente el papel más importante es el de la politica,
menor que el p. que concierne a Ia vida y Ia y en relación con los fenómenos politicos el
muerte, como puede ser en ciertas situacio- p. ha sido inVestigado y analizado con la
nes el p. politico. Una cuarta dimension del mayor continuidad y con Ia mayor riqueza de
p. está dada por el grado de modificación de métodos y de resultados. Esto es válido para
Ia conducta de B (o de B, C, D . .. ) que A pue- Ia larga tradición de la filosofia politica, como
de provocar dentro de una cierta esfera de lo es también para las ciencias sociales con-
actividades. Por ejemplo, dos grupos de pre- temporáneas, a partir del análisis ya clásico
sión tienen ambos un cierto p. sobre el gobier- que del p. hizo Max Weber.
no en el campo de Ia educación pOblica, pero Para Weber, las relaciones de mandato y
uno de ellos tiene la capacidad de influir obediencia más o menos continuas en el tiem-
mayormente que el otro. Una quinta dimen- pa, que se hallan tipicamente en Ia relación
sión puede estar constituida, además, por el politica, tienden a basarse no solamente en
grado en el que el.p. de A restringe las alter- fundamentos materiales o en la pura costum-
nativas de comportamiento que quedan abier- bre de obedecer que tienen los sometidos sino
tas para B. también y principalmente en un especifico
A este acercamiento para Ia mediciOn del fundamento de legitimidad. Dc este p. legIti-
p., que concentra Ia atención sobre la entidad mo, que es frecuentemente designado con la
de los efectos provocados en B, se le ha obje- palabra autoridad (v.), Weber individualizó
tado que, para medir el p. de modo adecua- tres tipos "puros": el p. legal, el p. tradicio-
do, hay que tener en cuenta también sus "cos- nal y el p. carismático. El p. legal, que Cs espe-
tos" (los costos en los cuales incurre A para cialmente caracteristico de la sociedad
tratar de ejercer p. sobre B), asi como su moderna, se [unda en Ia creencia en la legiti-
"fuerza" (los costos en los cuales incurriria midad de ordenamientos estatuidos que defi-
PODER 1199
proceso decisional püblico. Para determinar de que el método decisional, aun constituyen-
cuáles son las personas importantes algunos do una técnica indispensable para estudiar el
investigadores se limitan a considerar la par - p. que se manifiesta en el proceso de decision,
ticipación activa en el proceso de decision; no puede hallar por si solo Ia distribución
pero más frecuentemente se procede a la general del poder.
especificacion de los hombres que prevalecen Por tanto, si bien su fertilidad relativa es
en el proceso decisional, o bien porque obtie- muy diversa, niriguno de los métodos de
nen que sea tomada una decision apreciada investigación hasta ahora adoptados es capaz
o bien porque impiden que sea tomada una de especificar de modo suficientemente con-
decision inapreciada. Se trata, obviamente, de fiable la distribución conjunta del p. en la
un método mucho menos simple y económi- comunidad (o, en general, en un sistema poli-
co que los precedentes, y por ello puede ser tico). Ello parece indicar que, para estudiar
empleado solamente paa estudiar algunas empIricamente el p., no es necesario utilizar
decisiones o algunos sectores decisionales simplemente cualesquiera de los métodos
que el investigador juzga "importantes" o mencionados sino usar un arco articulado de
"claves". El grandIsimo valor de esta técni- técnicas de investigaciOn orientadas al reco-
ca está en investigar al p. en su efectivo desen- nocimiento no sOlo de los dinamismos del pro-
volvimiento. Sin embargo también se han din- ceso decisional sino también de los poderes
gido numerosas criticas al método decisio- estructurales que condicionan tales dinamis-
nal, dos de las cuales son particularmente mos en mayor o menor medida.
incisivas. La primera crItica afirma que el
estudio de pocos sectores decisionales, por BIBLIOGRAFIA: B. Barry (comp.), Power and poli-
cuanto son considerados "importarites" por tical theory, Londres, 1976; R. Bell, D.V. Edwards
el investigador, no se puede reconstruir en y R.H. Wagner (comps.), Political theory: A rea-
modo confiable Ia distribución general del p. der in theory and research, Nueva York, 1969;
en Ia comunidad. Ello es tanto más cierto Si, P.M. Blau, Intercambio y poder en la vida social
como sostiene Ia segunda critica, el proceso (1964), Barcelona, Hora, 1980; R.A. Dab!, Who
decisional pOblico es la sede no de todo el p. governs?, New Haven, 1961; Power, en Interna-
sino solamente de una parte. Ejerce p., en tional Encyclopedia of the Social Sciences, Nue-
efecto, quien propugna con éxito una cierta va York, 1968; A. Etzioni, A comparative analy-
decisiOn, y ejerce p. quien impide que sea sis of complex organizations, Nueva York, 1961;
tomada una decision propuesta; pero tambien F.W. Frey, Dimensioni del potere, en Rivista Ita-
ejerce p. quien condiciona desde el exterior liana di Scienza Politica, ii, 1972; C.J. Friedrich,
todo el proceso decisional e impide, por ejem- El hombre y el gobierno (1963), Madrid, Tecnos,
plo, que ciertas decisiones no sOlo no sean 1968; F. Hunter, Community power structure,
tomadas sino que ni siquiera sean propues- Chapel Hill, 1953; B. de Jouvenel, El poder (1945),
tas. En otras palabras, el proceso decisional Madrid, Nacional, 1974; H.D. Lasswell, Potere e
no tierie lugar en el vacio sino dentro de un personalitO (1948), en Potere, politica e persona-
determinado contexto organizativo, hecho de lità, Turin, UTET, 1975; H.D. Lasswell y A.
instituciones, reglas del juego y valores domi- Kaplan, Potere e società (1950), Milan, Etas Libri,
nantes, que preseleccionan las propuestas 1979, 2a. ed.; N. Lubmann, Potere e complessità
admisibles en el proceso de decision e impri- sociale (1975), Milan, Ii Saggiatore, 1979; R. Mar-
men una orieritaciOn general a la acciOn pObli- tin, The sociology of power, Londres, 1977; C.W.
Ca. Y la delimitacion y la orientaciOn general Mills, La elite del poder, (1956), Mexico, Fondo
del proceso decisional, a su vez, Se apoyan en de Cultura Económica, 1957; H. Morgenthau, La
una constelaciOn de otros centros de p. (eco- lucha por el poder y por la paz (1968), Buenos
nómico, religioso, etc.) que condicionan de Aires, Sudamericana; F.E. Oppenheim, Dimen-
modo relativamente estable al gobierno local. sioni della libertà (1961), MuOn, Feltrinelli, 1961;
Ahora bien, estos condicionamientos estruc- S. Passigli (comp.), Potere ed elites politiche,
turales, que son una parte decisiva del p. en Bolonia, IlMulino, 1971; T. Parsons, Sulconcet-
la comunidad, escapan por completo al méto- to di potere politico (1963), en Sistema politico
do decisional. Estas crjticas dan indudable- e struttura sociale, Milan, Giuffrè, 1975; B. Rus-
mente en el blanco y ilevan a la conclusion sell, El poder en los hombres y en los pueblos
1202 POLICENTRISMO
(1938), Buenos Aires, Losada; M. Stoppino, Potere una sustancial modificación del equilibrio
politico e stato, Milan, Giuffrè, 1968; Le forme mundial. La mariifestación más reciente y sig-
del potere, Nápoles, Guida, 1974; M. Weber, Eco- nificativa del p. estO finalmente representa-
nomlaysociedad (1922, 1962), Mexico, Fondo de da por el 'eurocomunismo", el cual, sobre
Cultura EconOrnica, 1964; D. Wrong, Power, todo en su version italiana, constituye Ia defi-
Oxford, 1979. nición en términos concretos de un modelo
socialista radicalmente distinto del soviético,
[MARIO STOPPINO] y asi un primer intento concreto de soluciOn
en Europa occidental del probiema plantea-
do por Togliatti a partir de 1956, pero que
solo en el marco de Ia distension pudo dar
policentrismo pasos reales hacia adelante.
Por lo que hace al segundo aspecto, la
La expresión p. se utiliza ya sea en referen- expresiOn se utiliza para describir un proce-
cia al fenomerio de la crisis del liderazgo ideo- so factual todavia en curso o para indicar un
logico de la URSS en el sistema de los esta- objetivo que, segdn los diversos puntos de vis-
dos de regimen comunista y en el movimien- ta, debe ser alcanzado o debe ser evitado.
to comunista internacional, ya sea para mdi- En el plano descriptivo se habla de p. para
car un equilibrio del sistema internacional indicar el resultado de la progresiva descom-
distinto del sistema bipolar. posición del sistema bipolar. Mientras funcio-
Acerca del primer aspecto, se empezó a no, este sistema era una situación que permi-
hablar de p. después de Ia defección yugosla- tIa a las dos superpotencias un control eficaz
va del bloque comunista en 1948, la cual ponIa sobre casi todo el mundo, del cual se sus-
en discusión el principio del estado-guIa y le traian, aunque sin una real capacidad de
contraponia la tesis de que, aun el ámbito de influir en Ia evoluciOn del mundo, los paises
una orientación ideologica comrn de fondo, no alineados. Esta situación entró en crisis
serian posibles diversos modelos de construc- en el transcurso de los años sesenta y seten-
ción del socialismo. Este discurso tuvo un ta precisamente a continuación de que se afir-
desarrollo teórico de importancia decisiva en maran nuevos "centros" o "polos" (de donde
las tomas de posición de Togliatti (véase en la expresión "multipolarismo", en general
particular la entrevista en Nuovi Argomenti preferida por los estudiosos de las relaciones
de 1956) frente a la vuelta representada por internacionales) más o menos eficazmente
el XX Congreso del pcus. En esa ocasiOn el autónomos respecto de las superpotencias.
lider del Pci no solo rebatio la tesis, desarro- En la esfera de influencia soviética, el hecho
llada en el giro dado en Salerno, de las diver- decisivo lo constituyó la conquista de una
sas 'vIas nacionales al socialismo" (la cual autonomIa plena por parte de China, un hecho
hasta entonces habia planteado el problema que, como se ha visto, va a la par con el fenó-
de cómo unir a todos, cada quien partiendo meno más complejo de Ia crisis del liderazgo
de las condiciones nacionales especificas pro- ideologico soviOtico. En la esfera de influen-
pias, conjugandolos en Ia sustancia polItica cia norteamericana, los hechos decisivos fue-
de la experiencia soviética), sin.o que sostuvo ron el refuerzo de la Comunidad europea (que
ademas que el modelo soviético ya no debia constituye Ia base real de las iniciativas auto-
ser considerado obligatorio y que, por lo tan- nómicas, incluso en el piano militar, de la
to, el movimiento comunista debia hacerse Francia de de Gaulle y de sus sucesores) y del
policéritrico y no someterlo más a una guIa Japón, y el despertar del tercer mundo (en
dnica. Un adelanto tangible y de enorme particular de los palses ricos en materias pri-
importancia en este sentido se verificó en mas), que en su gran lnayoria estaba sujeto
seguida con la emancipación de China de la a un control norteamericano más o menos ef i-
hegemonia soviética, es decir de una poten- caz, más o menos directo. A diferencia de
cia que ha sabido poco a poco juntar a la pro- cuanto sucedio en la URSS, no Se puede
pia critica ideolOgica hacia Ia URSS una capa- hablar por lo demas en el caso norteameri-
cidad de iniciativa autónoma en el piano inter- cano, o no puede hablarse en los rnismos tér-
nacional, hasta el punto de poner en marcha minos, de una crisis de Iiderazgo ideologico,