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to en estos aflos hay que considerar algunas intereses sectoriales o corporativos sobre el
que han tenido como mira principalmente Ia interés general, de las tendencias centrifugas
interpretación pluralista, como La elite del sobre las centripetas: no p. sino particula-
poder de C. Wright Mills (1956), The decline rismo
of American pluralism de Henry Kariel (1961),
El hombre unidimensional de Herbert Mar- BJBLLOGRAFIA: W.E. Connolly (comp.), The bias of
cuse (1964). Las teorias pluralistas reciben Ia pluralism, Nueva York, Atherton Press, 1969;
acusación de continuar considerando verda- R.A. Dahi, Pluralist democracy in the United Sta-
dera uria imagen de Ia sociedad norteameri- tes: conflict and consent, Chicago. Rand McNally,
cana que, en Ia mejor de las hipótesis, corres- 1967; R. Eisfeld, 11 pluralismo tra liberalismo e
ponde a una fase superada del desarrollo eco- socialismo (1972), Bolonia, 11 Mulino, 1976; W.
nómico, social y politico de Estados Unidos, Kornhauser, The politics of mass society, Nue-
y en consecuencia de continuar presentándo- Va York, Free Press, 1959; Kung Chuan Hsiao,
se como teorIas cientIficas mientras tiene ya Political pluralism: a study in contemporary poli-
solo una función ideologica, que es aquella de tical society, Londres, Kegan Paul, 1927; A.S.
hacer creer a los controlados de ser todavIa MacFarland, Power and leadership in pluralist
controladores, a los desposeIdos de poseer systems, Stanford, Stanford University Press,
por lo menos una parte de poder, al hombre 1969; R.A. Nisbet, La comunitd e lo stato (1953),
unidimensional de tener, participando en dis- Milan, Edizioni di Comunità, 1957; L.C. Webb
tintos grupos todos más o menos influyentes (comp.), Legal personality and political pluralism.
de Ia misma marlera, muchas dimensiones. Melbourne, Melbourne University Press, 1958.
En lo que se refiere a la crItica de Ia ideolo- Para Ia discusiOn del pluralismo en Italia es
gIa pluralista, es decir al p. como propuesta fundamental P. Rescigno, Persona e comunitd,
de solución del problema tradicional de los Bolonia, II Mulino, 1966.
lImites del poder, puede realizarse desde dos
arigulos diferentes, dependiendo de si del aso- [NORBERTO BOBBIO]
ciacionisino pluralista se considera Ia facha-
da dirigida contra el individualismo o aque-
Ila dirigida contra el estatalismo. Desde el
punto de vista del individuo el p. es acusado poder
de no tener en cuenta que cada grupo social
tiene una tendencia natural al endurecimien- r DERNIcION En su significado más general, La
to de sus estructuras a medida que crece el palabra p. designa La capacidad o posibilidad
nümero de sus miembros y se extiende el de obrar, de producir efectos, y puede ser
espacio de sus actividades. Una sociedad apa- referida tanto a individuos o grupos huma-
rentemente pluralista es en realidad polIcra- nos como a objetos o fenOmenos de Ia natu-
ta, vale decir con varios centros de poder, de raleza (como en Ia expresión "p. calórico" o
los cuales cada uno hace valer sus exigencias "p. absorbente"). Entendido en sentido espe-
sobre sus mienibros, con la consecuencia de cIficamente social, esto es en relación con Ia
que el individuo en el momento en el que cree vida del hombre en sociedad, el p. se precisa
haberse liberado del estado patron se convier- y se convierte de genérica capacidad de obrar,
te en siervo de muchos patrones. Desde el en capacidad del hombre para determinar Ia
punto de vista del estado, las sociedades par- conducta del hombre: p. del hornbre sobre el
ciales, por lo menos desde que Rousseau pro- hombre. El hombre no es solo el sujeto sino
nunció La condena de las mismas, son consi- también el objeto del p. social. Es p. social la
deradas culpables de impedir la formación de capacidad de un padre de impartir órdenes
la voluntad general, y por lo tanto de condu- a los hijos, o Ia de un gobierno de impartir
cir, Si no son frenadas, a La disgregacion de órdenes a los ciudadanos; mientras no lo es
la uriidad del estado. El fenomeno que juzga- La capacidad del hombre de controlar la natu-
do positivamente recibe la denominacion de raleza y servirse de sus recursos. Natural-
p., juzgado negativarnente recibe el nombre mente, existen relaciones significativas entre
de nuevo feudalismo, es decir carencia de un el p. sobre el hombre y el p. sobre Ia natura-
verdadero centro de poder, predominio de los leza y las cosas inanirnadas: frecuentemente
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el primero es condicion del segundo, o vice- hombre", se entiende con mayor precision
versa. Por ejemplo, una empresa puede como "p. de un hombre sobre otro hombre".
extraer petróleo de una determinada porción Con esta especificacion se exciuye de nuestro
del suelo terrestre porque tiene el p. de impe- campo de indagación el p. que un hombre pue-
dir que otros se apropien o usen aquella por- de ejercer sobre si mismo. Si acaso, como
cion de suelo, y un gobierno está en condicio- ejemplo, una señora se impone determinada
nes de obtener ciertas concesiones de otros dieta para adelgazar y, a pesar de las tenta-
gobiernos porque tiene en su poder determi- ciones, mantiene su próposito, podernos decir
nados recursos materiales, que se convierten que aquella señora ejerce un p. sobre si mis-
en instrumentos de presión económica o miii- ma. En este caso, como en casos anáiogos, al
tar. Sin embargo, en principio, ci p. sobre el menos considerados por si mismos, no se tra-
hombre es siempre distinguible del p. sobre ta de una reiación de p. entre hombres, sino
las cosas. Y este áltimo, en el estudio del p. de un ejercicio de p. que empieza y termina
social, es relevante solo en cuanto se convier- en el árnbito, por asI decirlo, de una sola per-
ta en un recurso para ejercitar p. sobre el sona; mientras que el p. que aquI importa ana-
hombre. lizar, en relación con el estudio de la politi-
Por ello no pueden aceptarse aquellas defi- ca, es aquel que un hombre (o grupo) tiene o
niciones que, partiendo de una que se remon- ejerce sobre otro hombre (o grupo).
ta a Hobbes, omiten este carácter relativo e Como fenómeno social el p. es pues una
identifican ci p. social con la posesión de ins- reiación entre hombres. Y se debe inmedia-
trumentos aptos para alcanzar los fines tamente afladir que Se trata de una reiación
deseados. La definiciOn de Hobbes, tal como triádica. Para definir un cierto p., no basta
se lee at principio del capItulo décimo del especificar Ia persona o el grupo que lo retie-
Leviatán, es la siguiente: "El poder de un horn- ne y Ia persona o ci grupo al que están some-
bre... consiste en los medios para obtener tidos: hay que determinar también Ia esfera
determinada ventaja futura." No de otro de actividades a la cual ci p. se refiere, es
rnodo, por ejemplo, afirmó Gumplowicz que decir la esfera del p. La misma persona o el
Ia esencia del p. "consiste en la posesión de mismo grupo pueden ser sometidos a varios
los medios para satisfacer las necesidades tipos de p. relacionados con diversos campos.
humanas y disponer libremente de tales El p. del medico se refiere a Ia salud; el del
medios". En definiciones como éstas Se con- maestro se refiere principalmente al apren-
cibe al p. como aigo que se posee: un objeto dizaje del saber; el empresario influye la con-
o una sustancia, como ha sido observado, que ducta de los subordinados, sobre todo en la
se conserva en un recipiente. Pero no hay p. esfera econOmica y en la de la actividad pro-
si no hay, junto al individuo (o grupo) que 10 fesional, y un superior militar en tiempo de
ejerce, otro individuo (o grupo) que se ye indu- guerra imparte Ordenes que comportan ci uso
cido a comportarse del modo deseado por el de Ia violencia y Ia probabilidad de dar o reci-
primero. Ciertamente, como se acaba de seña- bir la muerte. En el ámbito de una comuni-
lar, ci p. puede ser ejercido por medio de ins- dad polItica, ci p. de A (por ejemplo un cierto
trumentos ode cosas. Si tengo dinero, puedo organismo püblico o un cierto grupo de pre-
inducir a otro a tener determinada conducta sion) puede referirse a la poiltica urbana, ci
que yo deseo, a camblo de dinero. Pero si me p. de B a la politica exterior en relaciOn con
encuentro solo o si el otro no está dispuesto una determinada area geografica, ci de C a
a tener aquel comportamiento por ninguna Ia politica de ia educaciOn pñblica, y asI suce-
cifra de dinero, ml p. desaparece. Ello sivamente. La esfera del p. puede ser más o
demuestra que mi p. no reside en ninguna merios amplia ymas o menos claramente deli-
cosa (en este caso dinero), sino en el hecho de mitada. El p. fundado en una competencia
que hay otro y que éste se ye iriducido por mi particular está limitado al campo de Ia corn-
a comportarse segUn mis deseos. El p. social petencia, mientras que ci p. politico y ci del
no es una cosa, o su posesión: es una relación padre sobre ci hijo se refieren gerieraimente
entre hombres. a una esfera muy amplia, y la esfera de p. de
Debemos observar también que la expre- la persona que ocupa un cargo en ci ámbito
sión empleada antes, "p. del hombre sobre el de una organización formal (por ejemplo el
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presidente o el tesorero de una asociación) se o sea como estado de la mente de quien ejer-
define de modo más bien preciso y taxativo, cc p. Diremos entonces que ci comportamien-
mientras que la esfera del p. de un lider cans- to de A, que ejerce p., puede estar asociado,
mático no está precisada de antemano y tien- antes que a la intención de determinar ci corn-
de a ser ilimitada. partamiento de B, objeto del p., al interés que
A alimenta por tai comportamiento. Por ejem-
II. EL PODER ACTUAL. Cuando Ia capacidad de plo, las relaciones de imitación, en las cua-
determinar la conducta de otros es puesta en les falta la intención del imitado de proponer-
juego, el p. de simple posibilidad se transfor- se como modelo, vuelven a ser p. si la imita-
ma en acción, en ejercicio del p. Asi es que ción corresponde a un interés del imitado
podemos distinguir entree! p. como posibili- (como en determinadas nelaciones entre
dad, o p. potencial, y ci p. efectivamente ejer- padre e hijo), pero no si la imitación no res-
cido, a p. actual. El p. actual es una reiación ponde a un interés dci imitado (camo puede
entre comportamientos. Consiste en el cam- suceder en el caso de una señora que yea
portamiento de A (individuo o grupo) que tra- copiada por una amiga su forma de vestir).
ta de modificar la conducta de B (individuo El comportamienta de B, que soporta ci p.,
o grupo); en el comportamiento de B, en el está dotado de al menos un mInimo de volun-
cual se concreta la modificacion de la conduc- tariedad; pero nadie puede asegurar que B
ta querida por A, asI como en ci nexo que une esté consciente de actuar en la manera desea-
a estos dos campartamientas. Un examen más da por A. Por una parte, pues, se trata de un
detallado del p. actual comporta por eso un compromiso voiuntario. Ella no comporta
análisis de estos tres aspectos del fenómeno. necesariamente que el comportamiento sea
En un primer sentido se puede decir que también "libre". Por ejemplo, en ci caso del
el comportamiento de A trata de modificar la p. coercivo B tiene ci camportamiento desea-
conducta de B: A ejerce p. cuando provoca do por A solamente para evitar un mal enun-
intencionalnnente un compartamiento de B. ciado: el comportamiento no es libre, pero
En Ia literatura socio!ogica y politologica todavia lo cumple B y, por tanto, está dotado
sobre ci p. se acepta ampliamente el requisi- de un minimo de voluntaniedad. Ella permi-
to de !a intención. Sin embargo, algunos auto- te Ia distinción entre el ejercicio del p. coer-
res no lo acogen y sastienen que se puede citivo y ci empleo directo de la fuerza o yb.
habiar de p. siempre que un comportamien- lencia (v.). En este ditimo caso A no modifica
to dado provoca otro, aunque no sea de modo la conducta de B sino que altera directamen-
intencional. Tal definicion de p. parece, no te su estado fIsico: lo mata, lo hiere, io inmo-
obstante, demasiado amplia. Es carrecto vihza, lo recluye dentro de un cierto espacia,
decir que el padre ejerce p. sabre ci hijo cuan- etc. Es bien conocido que en las relaciones
do le da con éxito cierta orden, pero no pare- sociaies y polIticas se recurre frecuentemen-
cc correcto decir Ia mismo cuando ci hijo no te a la fuerza cuando no Se Ilega a ejercer p.
obedece, sino que al cantrario se rebela o Pon otra parte, pana que se tenga p. no es pana
abandona ia familia después de ia orden del nada necesario que B tenga intencionaimen-
padre. En este segundo caso, sigue siendo te el comportamiento quenido por A. A pue-
ciento que ci comportamiento del padre pro- de provocan un determinado campartamien-
voca ci del hijo, pero describiremos la rela- to de B sin pedirlo explIcitamente, e incluso
ción no como un ejercicio de p. del padre ocultando a B que él desea tal comportamien-
sobre ci hijo, sinocomo un intento fallido de to y, además, sin que B se dé cuenta de tenen
ejercer tal poder. un campartamiento deseado por A. Ella pue-
Por otra parte, puede señalarse una posi- de venificarse,por ejempio, en ciertos casas
ción intermedia, que amplIe la pasición de p. de propaganda disfrazada. Este tipo de rela-
más allá de las modificaciones intencionales cion, frecuentemente conocida coma manipu-
de la conducta de otro, sin calificar por ello lación (v.), entra cientamente en ci ãmbito del
como p. cualquier tipo de causación social no concepto de poder.
intencional. El concepto al que conviene Y llegamos finaimente a la re!aciOn que se
anciar esta ampliacion de la nocion de p. es establece entre el comportamiento de A y ci
el de interés, entendido en sentido subjetivo, de B. Sucede que, si hay p., el primer compor-
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tamiento determinara al segundo: lo cual pue- Con las restricciones que acabamos de
de expresarse también diciendo que el corn- recordar, se puede entonces afirmar que la
portamiento de A es la causa del comporta- relación de p. es un tipo de causación: en par-
miento de B. Sin embargo, es necesario ada- ticular, un tipo de causación sociai. Queda
rar el sentido segün el cual es IIcito aquI uti- todavIa abierta la cuestión de córno debe
lizar la nocion de 'causa". Ante todo, cuarido entenderse aquI, asimismo dentro de los limi-
se refiere a las relaciones de p. social, la tes mencionados, ci concepto de causa. Algu-
nocion de causa no trae consigo una perspec- nos autores interpretan ci nexo causal entre
tiva de determinismo mecanicista. Las rela- los comportarnientos en ci sentido de que ci
ciones entre comportamientos son relaciones camportamiento de A es condición necesaria
probabilistas, no relaciones "necesarias". Por dci comportarniento de B (ci comportamien-
lo tanto, en nuestro contexto el concepto de to de B solo tiene lugar si tiene lugar ci corn-
causa está desconectado del de "necesidad" portarniento de A). Otros, considerando dema-
y debe ser entendido coma "causa probabi- siado rigida Ia prirnera interpretación, entien-
lista". En segundo lugar, por lo menos en den ci nexo causal en ci sentido de que ci corn-
muchos de los casos, la nociOn de p. social sir- portamiento de A es condición suficiente para
ye para describir una determinada reiación ci comportamiento de B (si tiene lugar ci corn-
establecida entre dos comportamientos par- portarniento de A, tiene lugar ci de B). otros
ticulares, sin que esto implique que Ia rela- rnás van en dirección opuesta, y consideran
ción descrita sea an caso particular de una que debcrIa reformularse ci concepto de p.
icy universal o general. En muchos casos, de manera que se equiparara con ia noción
decir que el comportamiento a de A es causa de condición necesaria y suficiente (ci campor-
dcl comportamiento b de B no implica que tamiento de B tiene lugar si, y sOlo si, tiene
todas las veces en que A tenga un comparta- lugar ci de A).
miento del tipo a éste será seguido por un Considero, con Oppenheim, que entre estas
comportamiento del tipo b de B, ni que todas tres nociones de causa convendria escoger la
las veces que B tiene un comportamiento dcl de candiciOn suficiente, que está mayormen-
tipo b éste será precedido par un comporta- te de acucrdo con la mcncionada perspecti-
miento del tipo a de A. B es inducido par A, va probabiiista. Por una parte, un comporta-
per ejemplo, a votar por el Partido Socialis- miento a quc sea condición necesaria (pero
ta en una cierta contienda electoral; pero en no suficiente) de un comportamiento b suce-
las elecciones sucesivas B puede votar por ci sivo puede no ser un ejercicio de p. Par ejem-
Partido Liberal, a pesar de que A busque toda- plo, que ci funcionario municipai propuesto
vIa inducirlo a votar por los socialistas, o bien para cilo inciuya mi nombre en las listas dcc-
puede votar por ci Partido Socialista sin que toraies es una condición necesaria para que
haya habido intervcnción de A directa en este yo vote, e incluso para que yo vote par un
sentido. AsI, pues, decir que en un ejercicio determinado partido. Pero no puede decirse
de p. el comportamiento de A es causa del de en vcrdad que ci funcionario municipal haya
B significa solo afirmar, por lo menos en ejercido p. sabre mi, y esto —obsérvese bien-
muchos tipos de relaciones, quc a es causa de aun en ci caso de que estuviera interesado en
b en ese caso determinado. Sin embargo, otras ia victoria eiectorai de aquel partido: de
veces un determinado ejercicio de p. puede hecho, yo podria votar par otra partido a abs-
ser un caso particular de una icy o uniformi- tenerme de ello. Par otra parte, cuando un
dad general. Esto puede decirse, por ejemplo, camportamiento a es condición suficiente de
en determinadas condiciones, de una relación un compartamiento b sucesivo, es razonable
particular de mando y obediencia que liga a cahficar esta reiaciOn de ejercicia de p., aun-
un miembro de ia sociedad politica con ci que a no sea condición necesaria de b. Con las
"gobierno", por io menos en uno de los dos bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki
sentidos arriba indicados: a una orden de tipo Estados Unidos ejerció un indudable p. sabre
a dcl gobierno es par lo general probable quc Japón, en ci sentido de quc lo indujo a ren-
sigan conductas de obediencia de tipo b de dirse (condiciOn suficiente); pero no puede
aquel y de otras miembros de Ia sociedad afirmarse sin más que, sin aquellas bombas,
politica. ci Japón no se habria rendido, ya que no es
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posible excluir del todo que Japón se habrIa cional o interesada de comportamientos
determinado a rendirse de manera autónoma, ajenos.
o que lo habrIa inducido a ello un posible Ahora bien, cuándo podemos decir que
movimiento de otro actor (por ejemplo, la existe una capacidad tal? Ante todo se necc-
URSS). Concluyendo sobre ci punto, se pue- sita que A tenga a su disposición los recur-
de por ello afirmar que en un ejercicio de p. SOS que pucden llcgar a scr empleados para
el comportamiento a es la causa determinan- ejercer p. Los recursos de este tipo son innu-
te, pragmáticamente decisiva, del comporta- merabies: la riqueza, la fuerza, Ia información
miento b; esto es que es la condición "sufi- y ci conocimiento, ci prcstigio, la legitimidad,
ciente", no la condición "necesaria" y ni la popularidad, la amistad y otras rclacioncs
siquiera, con mayor razón, la condición "nece- cercanas con personas que tiencn una posi-
saria y suficiente". ción alta de p., y asI sucesivamente. Pero no
Del hecho de que entre los comportamien- basta. La susodicha capacidad de A depcnde
tos haya un nexo causal algunos estudiosos también de la habilidad con la cual está en
derivan también la consecuencia de que la condiciones de convertir en p. los rccursos
relación de p. es asimétrica, en el sentido de que ticnc a su disposición. No todos los hom-
que, si el comportamiento de A es causa del bres ricos tienen la misma habilidad de
de B, el comportamiento de B no es cauSa del emplear los recursos económicos para ejer-
de A. Ahora bien, es cierto que muchas rela- cer p., y una favorita puedc mostrar habili-
ciones de p. tienen esta caracterIstica, y por dad para emplear con fines dc p. su rclaciOn
lo tanto SOfl unidireccionales: pero existen intima con ci monarca, que no encuentra
relaciones de p. singularizadas por un grado parangón con otras figuras femeninas quc
mayor o menor de reciprocidad. Por ejemplo, han gozado de posición analoga. Esta habili-
piénsese en las relaciones de p. que median dad puede referirse no solo a ia utiiización
entre dos partidos durante Ia negociación de un solo recurso sino también a la combi-
para la formación de un gobierno de coali- nación del empleo de varios de ellos, y, en ci
ción. Cada partido usa diversos medios para caso de que A sea un grupo, la cohesion y la
influir en la conducta del otro y en ci éxito coordinación dcl grupo mismo. AsI, en las
de las negociaciones, pero es claro que no pue- rclaciones intcrnacionales los poderes red-
de menos que hacer ciertas concesiones (y en procos de dos gobiernos pueden no scr pro-
consecuencia sufrir el p. del otro partido) porcionaies a los recursos (humanos, econó-
para arrancar, a su vez, otras concesiones (y micos, militares, etc.) que los dos gobiernos
entonces ejercer p. sobre el otro partido). tienen, respectivamente, a disposición, ya sea
porque uno de los dos gobicrnos está dotado
III. EL PODER P0TENcIAL.El p. potencial es la de mayor habilidad en la utilizaciOn de un
capacidad de determinar los comportamien- recurso muy importante o en ci empico corn-
tos ajenos. Mientras el p. actual es una rela- binado de varios recursos, o bicn porque uno
ción entre comportamientos, ci potencial es de los dos gobiernos se caracteriza por un gra-
una relación entre actitudes para actuar: por do mayor de cohesion y por una coordinación
una parte A tiene la posibilidad de tener un más eficaz.
comportamiento tendiente ajnodificar la con- Por otra parte ci hecho de que A esté dota-
ducta de B; por otra, si esta posibilidad es do de recursos y de habilidades aun en máxi-
puestaen juego es probable que B tenga ci mo grado no es suficiente para hacer que A
comportamiento en el cual se concreta Ia tenga p. sobre B. A puede ser riquisimo y sin
modificación de la conducta deseada por A. embargo no tener p. sobre ci paupérrimo B
Un jefe militar ejerce p. sobre sus soldados respecto de ciertos comportamientos si el
cuando ordena el ataque y sus soldados obe- segundo no estO dispuesto a sostener tales
decen la orden; y tiene p. sobre ellos en tanto comportamientos por ningOn precio. Análo-
es probable que sus soldados pasen al ataque gamentc, un hombre que dispone de los más
si ci jefe lo ordenase. Puesto que ejercer p. poderosos medios de violencia no tiene p.
implica necesariamente tener la posibihdad sobre un hombre inerme respecto de un cierto
de ejercerlo, en su sentido más general ci p. comportamiento si ci segundo prefiere la
social es la capacidad de determinación inten- mucrte antes quc tener tal comportamiento.
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Es el caso del mártir que rechaza renegar de seguro de p. institucionalizado. Un gobierno,


su Dios o del conspirador que rechaza la reve- un partido politico, una administración pdbli-
lación de los nombres de sus companeros. Se ca, un ejército, actüan siempre, en la socie-
trata, indudablemente, de casos excepciona- dad actual, con base en una más o menos corn-
les, pero que tienen el valor de poner en evi- pleja institucionalización del poder.
dencia que el p. potencial, como el actual, es
una relación entre hombre: una relación que IV. EL PAPEL DE LAS pERcEpcIoNEs socIALEs Y DE LAS
se quebranta si a los recursos de A y a su habi- EXPEcTATIVAS. De todo lo que se ha dicho has-
lidad de emplearlos no corresponde la dispo- ta ahora resulta evidente que el p. no deriva
sicion de B de dejarse influir. Esta disposi- simplemente de Ia posesión o del uso de cier-
ción —esto es, la probabilidad de que B ten- tos recursos sino tarnbién de la existencia de
ga el comportamiento querido por A— depen- detcrminadas actitudes de los sujetos impli-
de en dltima instancia de Ia escala de valo- cados en la relación: actitudes que se refie-
res de B. Si los instrumentos usados para ren a los recursos y su empleo, y más en gene-
ejercer el p. tienen un empleo generalizado ral al p. Entre estas actitudes están las per-
en un cierto ámbito social, como puede ser cepciones y las expectativas que se refieren
el caso del dinero, en aquel ámbito habrá tam- al p. Las percepciones o itná genes sociales del
bién una disposicion más o menos generali- p. ejercen una influencia sobre los fenómenos
zada a dejarse influir respecto de ciertas esfe- del p. real. La imagen que un individuo 0 un
ras de actividad. Segün esta suposición, si grupo Se hacen de la distribución del p. en el
para obtener sus fines A no tiene necesidad ámbito social al que pertenecen, contribuye
de modo especIfico del comportamiento de B a determinar su comportamiento con relación
(como ocurre en el caso del mártir o del cons- al p. En esta perspectiva la reputación del p.
pirador) sino del cofnportamiento de B o de constituye un posible recurso del p. efectivo.
C o de D o de E.... su probabilidad de tener A puede ejercitar un p. que excede los recur-
éxito dependera de la escala de valores pre- sos efectivos que tiene a disposición (y su
valeciente en ci ámbito social en el que Se voluntad y habilidad de transformarlas en p.)
mueve. si los que sufren su p. estiman que A tenga
Sobre la base de los conceptos desarrolla- más p. de cuanto lo justifiquen sus recursos
dos en el anáiisis del p. potencial se pueden (y de su voluntad y habilidad de transformar-
individualizar las relaciones de p. estabiliza- las en p.). En una confrontación o en una
do, que son particularmente importantes en negociaciOn internacional, si el gobierno A
la vida social y politica. El p. eStá estabiliza- cree que ci gobierno B tiene un p. mayor que
do cuando a una alta probabilidad de que B el propio, tendrá la tendencia a sufrir, de
cumpla con continuidad los comportamien- hecho, un mayor p. por parte del gobierno B,
tos deseados por A corresponde una alta pro- aunque una estimación correcta de los recur-
babilidad de que A cumpla con continuidad sos disponibles repectivamente por ambos
acciones dirigidas a ejercer p. sobre B. El p. gobiernos podria lievar a un resultado más
estabilizado Se traduce frecuentemente en favorable para el gobierno A.
una relación de mando y obediencia, y puede En lo que se refiere a las expectativas se
estar o no estar acompanado por un aparato debe decir, en general, que en un determina-
administrativo encargado de llevar a térmi- do ámbito de p. el comportamiento de cada
no los mandatos del detentador del p. (como actor (partido, grupo de presión, gobierno,
ocurre, respectivamente, en el caso del p. de etc.) es determinado en parte por las previ-
gobierno y en el del p. del padre sobre el hijo). siones del actor relativas a las acciones futu-
Además, el p. etabilizado puede basarse en ras de los otros actores y a la evolución de
las caracteristicas personales del detentador Ia situación en su conjunto. Pero el fenóme-
del p. (la competencia, la fascinaciOn, el cans- no en el cual ci papel de las expectativas es
ma, etc.) o si no puede basarse en el papel del más claramente evidente esta dado por las
detentador del poder. Cuando la relación de relaciones de p. que obran a través del rneca-
p. estabilizado se articula en una pluralidad nismode las reacciones previstas. El p. actña
de papeles claramente definidos y estabie- de este modo cuando B modifica su conduc-
mente coordinados entre ellos, se habla de ta, en el sentido deseado por A, sin una inter-
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vención directa de A sino porque B prevé que pueden ser usados para ejercer p., esto es los
A adoptarla reacciones desagradables para él modos de ejcrcicio del p., son multiples: des-
Si no modificase su conducta. Naturalmente, de la persuasion hasta la manipulacion, des-
para que haya p. se necesita que A, aun no de la amenaza de un castigo hasta la prome-
provocando intericionaimente el comporta- sa de una recomperisa. Algunos autores pre-
miento de B, alimente un interés hacia tal fieren hablar de p. sOlo cuando la determina-
comportamiento. Por ejemplo, un gobierno ción de los comportamientos ajenos se fun-
sufre el p. de ciertos sectores agricolas influ- da en Ia coercion. En este sentido se distingue
yentes, aun sin la intervención directa de a veces entre p. e "influencia". Pero Ia pala-
estos ültimos, si al adoptar Ia propia poiltica bra influencia es empleada con muchos sig-
agricola tiene en cuenta las reacciones de nificados diversos, ya sea en el lenguaje
aquellos agricultores y formula un programa comOn o bien en el lenguaje técnico, y son
que no dana sus intereses. Como ha observa- numerosos los casos en los que se emplea el
do Carl J. Friedrich, que fue el primero en dar término p. para denotar relaciones no coer-
relevancia a este aspecto del p., el mecanis- citivas: se puede hablar por ejemplo de un p.
mo de las reacciones previstas constituye un basado en la persuasion. La verdad es que, en
potente factor de conservación, puesto que es este punto, el probiema definitorio corre ci
mucho más facil "valorar y por tanto cono- riesgo de convertirse en una simple cuestiOn
cer las preferencias de un individuo o de un de palabras. Más allá de los términos emplea-
grupo con relación al estado de cosas existen- dos, lo que importa es formular una clara
te que conocer sus preferencias con relación noción de la determinacion intencional o inte-
a un posible estado de cosas futuro y por ello resada de Ia conducta ajena e individualizar
eventual". Este modo de obrar del p. hace dentro de este genus Ia species particularmen-
ambiguas muchas situaciones concretas. Por te importante de la determinación de la con-
ejemplo, ci hecho de que las disposiciones ducta ajena basada en la coercion. La coer-
tomadas por un gobierno en materia indus- ción puede ser definida como un alto grado
trial encuentren notable eco en los compor- de constricción (o amenaza de privaciones).
tamientos de los empresarios de esa sociedad Ella implica que las alter-nativas de compor-
politica puede querer decir que el gobierno tamiento a las que se enfrenta B (que la sufre)
tiene un gran p. sobre ellos, pero puede tam- son alteradas por las amenazas de sanciones
bién significar, por el contrario, que los de A (que la ejerce) de tal modo que ci corn-
empresarios tienen un gran p. sobre ci gobier- portamiento que este Oltimo desea del prime-
no, consistente en Ia capacidad de impedir —a ro termina por aparecer delante de B como
través del mecanismo de las reacciones pre- la aiternativa menos penosa. Es ci caso del
vistas— que sean tomadas disposiciones que asaltado que cede la bolsa para salvar la vida.
pongan en peligro sus intereses. No estamos, En ci concepto de coercion se puede hacer
sin embargo, privados de instrumeritos para entrar también un alto grado de incentivaciOn
desembrollar la madeja. En primer lugar (o promesa de ventajas). En este sentido sufre
podemos hacer un mapa de los intereses de coerciOn, por ejemplo, ci individuo que, para
los actores del sistemay buscar la individua- salir de un estado de extrema indigencia,
lizacion por este camino de las conductas a acepta cumplir un trabajo pehgroso o degra-
las cuales se pueden anciar las previsiones de dante. Más allá de Ia etiqUeta terminolOgica
lag reacciones y lasconsecuentes relaciones hay, sin embargo, una diferencia entre el pri-
de p. En segundo lugar, debe tenerse presen- mero y ci segundo caso, pues es ci ladrón el
te que la ambigliedad depende del estado de que pone al asaltado en ia situación de ceder
equilibrio de la situación: si surgen conflic- a la amenaza, mientTas que no se puede ase-
tos relevantes entre los actores se hace posi- gurar que ci instigador sea el que ponga al ins-
ble averiguar la orientación fundamental de tigado en ci estado de inferioridad que lo fuer-
su voluntad y, por tanto, la direcciOn preva- za a ceder a la promesa.
leciente en Ia que aetna el poder El problema de la con flictividad del p. tie-
ne que ver, al menos en parte, con los modos
V. MODOS DE EJERCICIO Y CONFLICTIVIDAD DEL PODER. especificos a través de los cuaies se determi-
Los modos especificos en que los recursos na ia conducta ajena. Las relaciones de p.
PODER 1197

son necesariamente relaciones de antagonis- la relaciOn de 'manipulación" no surge inme-


mo? Se puede hablar de conflicto entre Ia diatamente un conflicto, pero hay, por regia,
voluntad de A y Ia de B refiriéndose al mo- un conflicto potencial, que se hace actual
mento en el que A inicia la tentativa de ejer- cuando B se da cuenta de que su conducta ha
cer p. sobre B o refiriéndose al momento en sido manipuiada por A, y este conflicto pue-
ci que B tiene ci comportamiento deseado de derivar dci simple hecho de la manipula-
por A: en ci momento inicial o en el momen- ción: dcl juicio negativo y del resentimiento
to final del ejercicio del p. Ahora bien, que de B delante de la operación manipulatoria
haya un conflicto inicial entre la voluntad de de A. Aun más, en ci caso dci grado extremo
A y la voluntad de B está impiIcito en Ia defi- de instigación que he recordado antes, la con-
nición del p.: B habria actuado de otra mane- flictividad de ia relaciOn puede nacer del
ra diferente a la que está obligado a seguir hecho de que B se siente herido y nutre resen-
por A. El probiema que interesa es el de saber timiento por Ia grave desigualdad entre sus
si hay necesariamente un conflicto entre la propios recursos y los de A, como asimismo
voluntad de A y Ia de B también en ci momen- del hecho de que A saca ventaja de esta situa-
to final. Pianteada de esta manera, Ia pregun- ciOn de desigualdad. El resentimiento fruto
ta debe tener una respuesta negativa: la con- de Ia dcsiguaidad de recursos es, junto con
flictividad o no conflictividad depende del ci antagonismo de las voluntades, la segun-
modo de ejercicio del p. Consideremos por day principal matriz de la conflictividad dcl
ejemplo un ejercicio de p. basado en la per- p. Puede hallarse también en las reiaciones
suasión por un iado, y un ejercicio de p. basa- de manipulaciOn y de instigación moderada
do en la amenaza de castigo por ci otro. En y en general en todas las relaciones de p.,
ambos casos, por definición, B habrIa tenido especialmente las estabilizadas, puesto que
—en ausencia de la intervención de A— un toda forma de p. es regularmente Ia expresiOn
comportamiento (que liamamos a) diferente de una desigualdad de recursos. Y en cuanto
dci comportamiento (b) que tiene como con- ésta es sentida mayormente por ci sujeto pasi-
secuencia de tal intervención. Pero en ci caso vo como un peso molesto a coma un uitrajc
dci p. de persuasion, B, después de Ia inter- infarne, tanto más Ia relaciOn de p. tiende a
vención de A, prefiere él mismo b en vez de crear un antagorlismo de actitudes y a prepa-
a, y, teniendo b, se comporta como desea corn- rar un conflicto abierto.
portarse. En otras palabras, B atribuye mayor Sin embargo, debemos subrayar que esta
valor al comportamiento que tiene después segunda matriz de ia conflictividad del p.
de Ia intervención de A que al comportarnien- —que consiste en la desigualdad de recursos
to que habrIa tenido en ausencia de tai inter- y en ci consiguiente rcsentirnicnto social-
vención: en consecuencia podemos decir que coristituye una causa solo potencial dc con-
no hay conflicto de voiuntad entre A y B. Por flicto. En primer lugar, en efecto, la desiguai-
ci contrario, en ci caso del p. basado en Ia dad de recursos, que está en ia base de una
amenaza de un castigo, B, después de Ia inter- rclacion de p. continuado y asimétrico, pue-
venciOn de A, continOa prefiriendo a en lugar de no ser vista por quienes cstán sometidos
de b y mantiene ci segundo comportamienlo al p. En segundo lugar, puede suceder que sc
porque lo prefiere no tanto al primero, sino den cuenta de la desigualdad de recursos,
al primero menos ci castigo amenazado por pero que aI rnismo tiempo la acepten como
A (a-c). En otras palabras, B atribuye menor justa y Iegitima sobre la base dc una deter-
valor al comportamiento que tiene después minada doctrina politica o social. En tercer
de Ia intervención de A que a! comportamien- lugar, aunque la desigualdad de recursos se
to que habria tenido en ausencia de tal inter- perciba de hecho y se considere injusta, pue-
vención: en consecuencia, podemos decir que de ser atribuida a sujetos a a cntidadcs dis-
en esta relaciOn de p. hay un conflicto de tintas de los quc detentan ci p. , finaimcn-
voiuntad entre A y B. te, puedc suceder quc el sentido de injusticia
Pero ci carácter de antagonismo de las rela- o de resentimiento social —aunque dirigidos
ciones de p. puede derivar, antes que de los contra los detentadores de p.— resuiten
conflictos de voluntad que he enumerado ape- suprimidos por los oprimidos a porlo rnenos
nas, de otros aspectos del p. Por ejemplo, en no descrnboquen en un conflicto abierto.
1198 PODER

VI. LA MEDICION DEL PODER. Una vez aclarado el B Si rechazara seguir el comportamiento
concepto de p. podemos aplicarlo a Ia reali- deseado por A). Y no hay duda de que este
dad social y ver cuándo existe, de hecho, una otro planteamiento del problema enriquece
relación de p. Pero, con relación a los fenó- las posibilidades de medición dadas por las
merios reales, tenemos también necesidad de dimensiones del p. mencionadas anteriormen-
comparar entre sus diversas relaciones de p. te. Se debe agregar, en fin, que han sido
y de saber si una relación de p. es, al menos hechas también pruebas de elaboracióri de
grosso modo, mayor o menor que otra. Se métodos para Ia medición de la distribucion
plantea asI el problema de la medición de p. del p. entre los miembros de im comité de
Un modo de medir el p. es el de determinar votación cuando la decision depende exclu-
las diferentes dimensiones que puede tener sivamente de Ia votación misma y para medir
la conducta que es su objeto. En este sentido el grado de concentración del p. entre los
una primera dimension del p. está dada por actores que forman parte de un sistema
la probabilidad de que el comportamiento politico.
deseado se verifique: cuanto más es probable
que B reaccione positivamente a los manda- VII. EL PODER EN EL ESTUDIO DE LA POLITICA. El del
tos y a las directivas de A, tanto mayor es el p. es uno de los fenómenos más difurididos
p. de A sobre B. Una segunda dimension está en la vida social. Se puede decir que no exis-
constituida por el nñmero de hombres some- te prácticamente relación social en la cual no
tidos a! p. Hay poderes que se dirigen a una esté presente, de alguna manera, Ia influen-
sola persona y poderes que conciernen a cia voluntaria de un individuo o de un grupo
millares o millones de hombres. Una tercera sobre Ia conducta de otro individuo o grupo.
dimension consiste en la que he Ilamado Ia Por ello no debe causar sorpresa el hecho de
esfera del p. Con base en Ia escala de valores que el concepto de p. haya sido empleado para
prevaleciente en una cierta cultura se puede interpretar los más diversos aspectos de la
decir que un p. que concierne a una cierta sociedad: desde los pequeflos grupos hasta la
esfera tiene un peso mayor o menor que otro empresa productiva, desde la familia hasta
concerniente a una esfera diferente: por ejem- las relaciones eritre las clases sociales. Sin
plo, en nuestra cultura el p. de un grari rnodis- embargo, el campo en el cual el p. adquiere
to sobre el modo de vestir es ciertamente el papel más importante es el de la politica,
menor que el p. que concierne a Ia vida y Ia y en relación con los fenómenos politicos el
muerte, como puede ser en ciertas situacio- p. ha sido inVestigado y analizado con la
nes el p. politico. Una cuarta dimension del mayor continuidad y con Ia mayor riqueza de
p. está dada por el grado de modificación de métodos y de resultados. Esto es válido para
Ia conducta de B (o de B, C, D . .. ) que A pue- Ia larga tradición de la filosofia politica, como
de provocar dentro de una cierta esfera de lo es también para las ciencias sociales con-
actividades. Por ejemplo, dos grupos de pre- temporáneas, a partir del análisis ya clásico
sión tienen ambos un cierto p. sobre el gobier- que del p. hizo Max Weber.
no en el campo de Ia educación pOblica, pero Para Weber, las relaciones de mandato y
uno de ellos tiene la capacidad de influir obediencia más o menos continuas en el tiem-
mayormente que el otro. Una quinta dimen- pa, que se hallan tipicamente en Ia relación
sión puede estar constituida, además, por el politica, tienden a basarse no solamente en
grado en el que el.p. de A restringe las alter- fundamentos materiales o en la pura costum-
nativas de comportamiento que quedan abier- bre de obedecer que tienen los sometidos sino
tas para B. también y principalmente en un especifico
A este acercamiento para Ia mediciOn del fundamento de legitimidad. Dc este p. legIti-
p., que concentra Ia atención sobre la entidad mo, que es frecuentemente designado con la
de los efectos provocados en B, se le ha obje- palabra autoridad (v.), Weber individualizó
tado que, para medir el p. de modo adecua- tres tipos "puros": el p. legal, el p. tradicio-
do, hay que tener en cuenta también sus "cos- nal y el p. carismático. El p. legal, que Cs espe-
tos" (los costos en los cuales incurre A para cialmente caracteristico de la sociedad
tratar de ejercer p. sobre B), asi como su moderna, se [unda en Ia creencia en la legiti-
"fuerza" (los costos en los cuales incurriria midad de ordenamientos estatuidos que defi-
PODER 1199

nen expresamente el papel del detentador de y personalidad: separó la personalidad poli-


p. La fuente del p. es, pues, la "ley", a la cual tica en aquella que está orientada prevalecien-
obedecen no sOlo quienes prestan obediencia temente hacia la bOsqueda del p.; estudió su
(los "ciudadanos" o los "asociados"), sino dinámica de forrnación, que le pareció funda-
también el que manda. El aparato adminis- da en la transferencia sobre objetos pdblicos
trativo del p. es el de la burocracia, con su —racionalizada en términos de interés pdbli-
estructura jerárquica de superiores y de co— de impulsos privados reprimidos, y ana-
subordinados, en la cual las órdenes son lizó la señal dejada por los aspectos neurOti-
impartidas por "funcionarios" dotados de cos de la personalidad en la participación en
competencias especIficas. El p. tradicional se Ia vida polItica y sobre sus diferentes formas,
basa en Ia creencia del carácter sacro del p. coma la del agitador o la del organizador. De
existente 'desde siempre". La fuente del p. estos estudios lasswellianos tornaron el pun-
es, pues, la "tradicion", que impone también to de partida las posteriores investigaciones
vInculos al contenido de los mandatos que el sobre Ia personalidad autoritaria (v. autori-
"señor" imparte a los "sdbditos". En el mode- tarismo).
lo más puro de p. tradicional el aparato admi- Más recientemente, un importante intento
nistrativo es de tipo patriarcal, y está corn- de construir una teoria politica general basa-
puesto de "servidores" ligados personalmente da en el concepto de p. ha sido lievado a cabo
al señor. El p. carismático, en fin, se basa en por Talcott Parsons. Determinando en la
Ia sumisión afectiva a la persona del jefe y al "consecuciOn de los fines", o sea en Ia capa-
carácter sacro, la fuerza heroica, el valor cidad de dar eficacia a los objetivos colecti-
ejemplar o la potencia del espIritu y del dis- vos, la función propia del sistema politico, en
curso que lo distinguen de manera excepcio- el ámbito del funcionamiento complejo de la
nal. La fuente del p. se conecta con lo que es sociedad, Parsons define el p., en el sentido
nuevo, que no ha existido jamás y por ello el especIfico de p. "politico", como 'la capaci-
p. tiende a no soportar vInculos predetermi- dad generalizada de asegurar el cumplimien-
nados. El que manda es tIpicamente el "gula" to de las obligaciones vinculadoras de un sis-
(por ejemplo, el profeta, el héroe guerrero, el tema de organización colectiva, en el que las
gran demagogo) y aquellos que le prestan abe- obligaciones están legitimadas por su coesen-
diencia son los "discIpulos". El aparato admi- cialidad con los fines colectivos, y por lo tan-
nistrativo es escogido sobre la base del cans- to pueden ser impuestas con sanciories nega-
ma y de Ia entrega personal, y no constituye tivas, sea cual fuere el agente social que las
por ello ni una burocracia ni un aparato de aplica". En esta perspectiva, el p., aun con-
servidores. servando su fundamental connotación rela-
Después de Weber, el interés de los estu- cional, se convierte no obstante en una pro-
diosos por el p. se ha acentuado cada vez más. piedad del sistema; se vuelve, precisarnente,
Hacia el concepto de p. se ha dirigido en par- en el "medio circulante" politico, analogo a
ticular una de las principales corrientes que la morieda en economia, anclado por una par-
han dado vida a la ciencia polItica. Esta te en la institucionalización y en la legitima-
corriente, que ha tenido su mayor represen- ción de la autoridad, y por la otra en la posi-
tante en Harold Lasswell, se contrapuso a las bilidad efectiva del recurso a Ia amenaza y,
precedentes teorias juridicas y filosóficas por lo menos corno recurso extremo, al uso
cuyo eje era el concepto de estado, y se con- de Ia violencia.
centró el análisis de la polItica en el estudio Actualmente el p. es considerado como una
del p. como fenórneno empIricamente obser- de las variables fundamentales en todos los
vable. For una parte, Lasswell vio en el p. el sectores de estudio de la politica. Ello es váli-
elemento caracteristico del aspecto politico do, por ejemplo, para el análisis de las buro-
de Ia sociedad, y construyó un elaborado cracias y, más en general, de las organizacio-
esquema conceptual para el estudio de los nes, donde la estructura jerárquica más o
fenómenos de p. en el cuadro de toda la vida menos acentuada y las diversas formas que
social. Por otro lado, utilizando conceptos psi- ella puede asumir ponen naturalmente en pri-
coanaliticos de origen freudiano, Lasswell mer piano el fenómeno del p.; en el estudio
examinó las relaciones que existen entre p. de las relaciones internacionales, donde el
1200 PODER

concepto de p., cuando no es considerado ocupantes de los cargos más elevados en


como instrumento interpretativo privilegia- diversas organizaciones y también entre
do, aporta de todos modos un criterio de aná- diversos sectores institucionales.
lisis del cual no se puede prescindir, y en el Otro metodo de investigación que ha sido
estudio de los sistemas politicos nacionales usado preferentemente por los sociOlogos es
y locales, en donde el estudio del p. desem- el estimativo. Este se funda esencialmente en
boca en ci de la naturaleza y composición de ci juicio de algunos miernbros de la comuni-
las elites polIticas (v. elites, teoria de las) y dad estudiada que, por las funciones o misio-
de las relaciones que median entre las elites nes que desempenan, son considerados bue-
y los otros sectores de la población. En este nos conocedores de la vida politica de la
ditimo campo hay solo poquisimas investiga- comunidad misma. En otras palabras, ci
ciones empiricas dirigidas a estudiar la dis- investigador que adopta este método se con-
tribucion del p. en el nivel del sistema politi- fIa en las 'estimaciones" expresadas por un
co nacional. Existen, en cambio, numerosas cierto nOmero de "jueces" que él considera
investigaciones orientadas al estudio de la dis- particularmente confiables: los poderosos en
tribución del p. en el nivel de la comunidad la comunidad son las personas que los "jue-
politica local. Sociólogos y politologos, espe- ces" consideran corno tales. Este método es
cialmente en Estados Unidos, han elaborado relativamente económico y de fácil aplicación.
técnicas de investigación más o menos corn- Ha sido sometido a nurnerosas y mOltiples
piejas para especificar dOnde reside predorni- crIticas, pero la más importante y más radi-
nantemente el p., quién manda en esta o aque- cal objeta que ci método no indaga ci p. efec-
ha ciudad. Y a estos estudios debemos refe- tivo sino solarnente ci p. estimado. Este Olti-
rirnos para examinar los principales métodos mo puede o no corresponder al p. real y, mien-
de investigación empIrica del p. que han sido tras se mantiene en el árnbito de Ia tédnica
adoptados hasta el presente. estimativa, no es posible establecer la mcdi-
da de tal correspondencia. Más bien, desde
VIII. METODO5 DE INvE5TIGAcION EMPIRICA.Un pri- ci momento en que las estirnaciones o percep-
mer método de investigación usado, sin ciones sociales del p. son un posible recurso
embargo, sOlo como instrumento secundario del p., ci método puede ser utihizado para ia
en las investigaciones más recientes, es el averiguación de este recurso, y, en tal caso,
metodO posicional. Este consiste en identifi- este se endereza no hacia las "estimaciones"
car las personas más importantes en aquellos de un cierto ndrnero de "jueces", sino hacia
que tienen una posiciOn formal de vértice en las de individuos y grupos que participarl más
las jerarquias pOblicas yprivadas más impor- o menos activamente en el proceso del p.
tantes de Ia comunidad. El mayor valor de Como tecnica general hallar Ia distribución
esta técnica es su gran simplicidad: basta aye- del p. en Ia comunidad, ci método estimativo
riguar quién ocupa formalmente ciertas posi- debe en cambio dar lugar a otros instrumen-
ciones para establecer quién detenta el mayor tos más pertinentes que sean capaces de
p. Pero precisamente en esta simplicidad resi- investigar ci p. de una manera más directa.
de también el fundamental defecto del méto- La estimativa desciende, asi, al rango de tec-
do: no es para nada seguro que el p. efectivo nica de refuerzo y de integración. En este sen-
corresponda a la posiciOn ocupada formal- tido se ha mostrado particularmente Util para
mente. Junto a las estructuras de p. formal- especificar si y en qué medida existen en ia
mente reconocidas puede haber, y normal- comunidad fenOmenos de p. oculto, esto es
mente hay, estructiiras de p. informales, que relaciones de p. que no son visibles de una
ejercen sobre las primeras una influencia manera abierta puesto que se verifican
mayor a menor. Por ello el método no escu- "detrás de bastidores" de la escena de la vida
drina directamente al p.; aporta solamente un püblica.
indicador indirecto muy basto y ciertamen- Un tercer método de investigaciOn, que ha
te insuficiente. Sin embargo, esto no signifi- sido ernpleado sobre todo por los politologos,
ca que el método sea completamente inservi- es ci decisional. Este se basa en Ia observa-
bie. Puede ser usado Otilmente, en particular, ciOn o en Ia recoristrucción de los comporta-
para indagar las superposiciones entre los rnieritos efectivos que se manifiestan en ci
PODER 1201

proceso decisional püblico. Para determinar de que el método decisional, aun constituyen-
cuáles son las personas importantes algunos do una técnica indispensable para estudiar el
investigadores se limitan a considerar la par - p. que se manifiesta en el proceso de decision,
ticipación activa en el proceso de decision; no puede hallar por si solo Ia distribución
pero más frecuentemente se procede a la general del poder.
especificacion de los hombres que prevalecen Por tanto, si bien su fertilidad relativa es
en el proceso decisional, o bien porque obtie- muy diversa, niriguno de los métodos de
nen que sea tomada una decision apreciada investigación hasta ahora adoptados es capaz
o bien porque impiden que sea tomada una de especificar de modo suficientemente con-
decision inapreciada. Se trata, obviamente, de fiable la distribución conjunta del p. en la
un método mucho menos simple y económi- comunidad (o, en general, en un sistema poli-
co que los precedentes, y por ello puede ser tico). Ello parece indicar que, para estudiar
empleado solamente paa estudiar algunas empIricamente el p., no es necesario utilizar
decisiones o algunos sectores decisionales simplemente cualesquiera de los métodos
que el investigador juzga "importantes" o mencionados sino usar un arco articulado de
"claves". El grandIsimo valor de esta técni- técnicas de investigaciOn orientadas al reco-
ca está en investigar al p. en su efectivo desen- nocimiento no sOlo de los dinamismos del pro-
volvimiento. Sin embargo también se han din- ceso decisional sino también de los poderes
gido numerosas criticas al método decisio- estructurales que condicionan tales dinamis-
nal, dos de las cuales son particularmente mos en mayor o menor medida.
incisivas. La primera crItica afirma que el
estudio de pocos sectores decisionales, por BIBLIOGRAFIA: B. Barry (comp.), Power and poli-
cuanto son considerados "importarites" por tical theory, Londres, 1976; R. Bell, D.V. Edwards
el investigador, no se puede reconstruir en y R.H. Wagner (comps.), Political theory: A rea-
modo confiable Ia distribución general del p. der in theory and research, Nueva York, 1969;
en Ia comunidad. Ello es tanto más cierto Si, P.M. Blau, Intercambio y poder en la vida social
como sostiene Ia segunda critica, el proceso (1964), Barcelona, Hora, 1980; R.A. Dab!, Who
decisional pOblico es la sede no de todo el p. governs?, New Haven, 1961; Power, en Interna-
sino solamente de una parte. Ejerce p., en tional Encyclopedia of the Social Sciences, Nue-
efecto, quien propugna con éxito una cierta va York, 1968; A. Etzioni, A comparative analy-
decisiOn, y ejerce p. quien impide que sea sis of complex organizations, Nueva York, 1961;
tomada una decision propuesta; pero tambien F.W. Frey, Dimensioni del potere, en Rivista Ita-
ejerce p. quien condiciona desde el exterior liana di Scienza Politica, ii, 1972; C.J. Friedrich,
todo el proceso decisional e impide, por ejem- El hombre y el gobierno (1963), Madrid, Tecnos,
plo, que ciertas decisiones no sOlo no sean 1968; F. Hunter, Community power structure,
tomadas sino que ni siquiera sean propues- Chapel Hill, 1953; B. de Jouvenel, El poder (1945),
tas. En otras palabras, el proceso decisional Madrid, Nacional, 1974; H.D. Lasswell, Potere e
no tierie lugar en el vacio sino dentro de un personalitO (1948), en Potere, politica e persona-
determinado contexto organizativo, hecho de lità, Turin, UTET, 1975; H.D. Lasswell y A.
instituciones, reglas del juego y valores domi- Kaplan, Potere e società (1950), Milan, Etas Libri,
nantes, que preseleccionan las propuestas 1979, 2a. ed.; N. Lubmann, Potere e complessità
admisibles en el proceso de decision e impri- sociale (1975), Milan, Ii Saggiatore, 1979; R. Mar-
men una orieritaciOn general a la acciOn pObli- tin, The sociology of power, Londres, 1977; C.W.
Ca. Y la delimitacion y la orientaciOn general Mills, La elite del poder, (1956), Mexico, Fondo
del proceso decisional, a su vez, Se apoyan en de Cultura Económica, 1957; H. Morgenthau, La
una constelaciOn de otros centros de p. (eco- lucha por el poder y por la paz (1968), Buenos
nómico, religioso, etc.) que condicionan de Aires, Sudamericana; F.E. Oppenheim, Dimen-
modo relativamente estable al gobierno local. sioni della libertà (1961), MuOn, Feltrinelli, 1961;
Ahora bien, estos condicionamientos estruc- S. Passigli (comp.), Potere ed elites politiche,
turales, que son una parte decisiva del p. en Bolonia, IlMulino, 1971; T. Parsons, Sulconcet-
la comunidad, escapan por completo al méto- to di potere politico (1963), en Sistema politico
do decisional. Estas crjticas dan indudable- e struttura sociale, Milan, Giuffrè, 1975; B. Rus-
mente en el blanco y ilevan a la conclusion sell, El poder en los hombres y en los pueblos
1202 POLICENTRISMO

(1938), Buenos Aires, Losada; M. Stoppino, Potere una sustancial modificación del equilibrio
politico e stato, Milan, Giuffrè, 1968; Le forme mundial. La mariifestación más reciente y sig-
del potere, Nápoles, Guida, 1974; M. Weber, Eco- nificativa del p. estO finalmente representa-
nomlaysociedad (1922, 1962), Mexico, Fondo de da por el 'eurocomunismo", el cual, sobre
Cultura EconOrnica, 1964; D. Wrong, Power, todo en su version italiana, constituye Ia defi-
Oxford, 1979. nición en términos concretos de un modelo
socialista radicalmente distinto del soviético,
[MARIO STOPPINO] y asi un primer intento concreto de soluciOn
en Europa occidental del probiema plantea-
do por Togliatti a partir de 1956, pero que
solo en el marco de Ia distension pudo dar
policentrismo pasos reales hacia adelante.
Por lo que hace al segundo aspecto, la
La expresión p. se utiliza ya sea en referen- expresiOn se utiliza para describir un proce-
cia al fenomerio de la crisis del liderazgo ideo- so factual todavia en curso o para indicar un
logico de la URSS en el sistema de los esta- objetivo que, segdn los diversos puntos de vis-
dos de regimen comunista y en el movimien- ta, debe ser alcanzado o debe ser evitado.
to comunista internacional, ya sea para mdi- En el plano descriptivo se habla de p. para
car un equilibrio del sistema internacional indicar el resultado de la progresiva descom-
distinto del sistema bipolar. posición del sistema bipolar. Mientras funcio-
Acerca del primer aspecto, se empezó a no, este sistema era una situación que permi-
hablar de p. después de Ia defección yugosla- tIa a las dos superpotencias un control eficaz
va del bloque comunista en 1948, la cual ponIa sobre casi todo el mundo, del cual se sus-
en discusión el principio del estado-guIa y le traian, aunque sin una real capacidad de
contraponia la tesis de que, aun el ámbito de influir en Ia evoluciOn del mundo, los paises
una orientación ideologica comrn de fondo, no alineados. Esta situación entró en crisis
serian posibles diversos modelos de construc- en el transcurso de los años sesenta y seten-
ción del socialismo. Este discurso tuvo un ta precisamente a continuación de que se afir-
desarrollo teórico de importancia decisiva en maran nuevos "centros" o "polos" (de donde
las tomas de posición de Togliatti (véase en la expresión "multipolarismo", en general
particular la entrevista en Nuovi Argomenti preferida por los estudiosos de las relaciones
de 1956) frente a la vuelta representada por internacionales) más o menos eficazmente
el XX Congreso del pcus. En esa ocasiOn el autónomos respecto de las superpotencias.
lider del Pci no solo rebatio la tesis, desarro- En la esfera de influencia soviética, el hecho
llada en el giro dado en Salerno, de las diver- decisivo lo constituyó la conquista de una
sas 'vIas nacionales al socialismo" (la cual autonomIa plena por parte de China, un hecho
hasta entonces habia planteado el problema que, como se ha visto, va a la par con el fenó-
de cómo unir a todos, cada quien partiendo meno más complejo de Ia crisis del liderazgo
de las condiciones nacionales especificas pro- ideologico soviOtico. En la esfera de influen-
pias, conjugandolos en Ia sustancia polItica cia norteamericana, los hechos decisivos fue-
de la experiencia soviética), sin.o que sostuvo ron el refuerzo de la Comunidad europea (que
ademas que el modelo soviético ya no debia constituye Ia base real de las iniciativas auto-
ser considerado obligatorio y que, por lo tan- nómicas, incluso en el piano militar, de la
to, el movimiento comunista debia hacerse Francia de de Gaulle y de sus sucesores) y del
policéritrico y no someterlo más a una guIa Japón, y el despertar del tercer mundo (en
dnica. Un adelanto tangible y de enorme particular de los palses ricos en materias pri-
importancia en este sentido se verificó en mas), que en su gran lnayoria estaba sujeto
seguida con la emancipación de China de la a un control norteamericano más o menos ef i-
hegemonia soviética, es decir de una poten- caz, más o menos directo. A diferencia de
cia que ha sabido poco a poco juntar a la pro- cuanto sucedio en la URSS, no Se puede
pia critica ideolOgica hacia Ia URSS una capa- hablar por lo demas en el caso norteameri-
cidad de iniciativa autónoma en el piano inter- cano, o no puede hablarse en los rnismos tér-
nacional, hasta el punto de poner en marcha minos, de una crisis de Iiderazgo ideologico,

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