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LA POLITICIDAD HUMANA
9. “El hombre, animal político”.
10. La hipótesis contractualista.
11. El punto de vista antropológico y sociológico.
12. Las formas políticas en el devenir histórico.
13. Especies de formas políticas.
14. La forma política moderna: el Estado.
9. “EL HOMBRE, ANIMAL POLÍTICO” puede vivir fuera de la polis”, también debe
entenderse literalmente. No es por falta
Destacábamos, en un párrafo inicial, la de sociabilidad que las bestias y los dioses
dimensión social del hombre: “el hombre están excluidos de la polis, sino porque las
es sociable por naturaleza”. Los individuos asociaciones vigentes entre las unas y los
nunca vivieron solos, sino que siempre con- otros son bien distintas, por los caracteres
vivieron. No hay estados presociales. que respectivamente les atañen, de esta
Ahora bien, ¿puede sostenerse con igual, forma de vida tan única que es la polis:
certeza la naturaleza política del hombre? organización en que intervienen tanto
En otros términos, ¿puede vivir en sociedad la razón como la coacción, y que, por lo
sin organización política? ¿Existe una etapa primero, excluye a los entes inferiores, y
prepolítica? por lo segundo, a los que son superiores.
Estas interrogantes, a pesar de ser con- Para vivir fuera de la polis es necesario ser
temporáneas a los filósofos de la antigüedad, menos que un hombre (una bestia) o más
no tienen en nuestros días una respuesta que un hombre (un dios). Pero el ámbito
definitiva, y los planteamientos que en uno natural de la vida del hombre es la polis.
y otro sentido se formulan no están exentos Sólo en ella llega a ser el que en principio
de carga ideológica. y potencia es.2
Aristóteles es el primer expositor de la El planteamiento aristotélico ha contado
politicidad natural del hombre y su célebre en todas las épocas con entusiastas seguido-
sentencia “el hombre es un animal político” res (Polibio, San Agustín, Santo Tomás, los
(zoon politikon) tiene un alcance y proyección organicistas). En el presente, los estudiosos
no siempre bien comprendidos.1 de la política –al margen de las conclusio-
A Aristóteles no le faltaban en su idio- nes de los antropólogos– admiten que el
ma vocablos suficientes para expresar la hombre no sólo es sociable, sino político;
sociabilidad del hombre si su propósito que la convivencia en que se sustenta su
sólo hubiere sido ése. Pero, como aparece sociabilidad tiene que ser, necesariamente,
de manifiesto en su obra, para Aristóteles política. “Porque si los hombres conviven,
lo privativo del hombre no es el appetitus si los hombres están juntos, necesitan una
societatis, sino que su manera de convivir ordenación, una dirección, un gobierno.
con sus semejantes en esa forma de asocia- Y con esta necesidad aparece el principio
ción tan concreta que fue la polis. Es decir, político que informa la vida societaria. La
el hombre no puede vivir en sociedad sin convivencia social se politiza, porque de otra
forma de organización política.
Su otra sentencia –tan divulgada como 2
En este punto hemos seguido la nota introductora
la anterior–, “sólo una bestia o un dios de ANTONIO GÓMEZ ROBLEDO (Política, Universidad
Nacional Autónoma de México, 1963). Una versión
con mayor proyección a lo social que a lo político
1
Es frecuente encontrar en las traducciones de se halla en la introducción de Julián Marías, para su
la Política la locución animal social en lugar de animal traducción al clásico aristotélico (Instituto de Estudios
político. Políticos, Madrid, 1961).
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manera se disolvería, sería caos, anarquía, co. El “sentido común”, inherente a todo
desorden; simplificando la noción, diríamos, hombre, contribuye a que éste supere los
para hacer plenamente comprensible la conflictos de intereses que se originan en la
idea, que la convivencia social no puede vida social. Finalmente, la visión de Rousseau
prescindir de una jefatura, de una dirección, es francamente optimista: “El hombre es
de un rectorado. Con ello aparece ya la po- bueno por condición natural y solamente
liticidad; al erigir un mando, un gobierno, las circunstancias histórico-sociales inade-
la convivencia social se torna política; en cuadas a la exigencia de su naturaleza le
cuanto ese mando y ese gobierno tienen a han viciado”.
su cargo la regencia de los hombres y pro- La diferente concepción que tienen los
curan algún yunque, es común a la misma contractualistas del “estado naturaleza” explica
totalidad: fin público”.3 consecuentemente el carácter que atribuyen
al poder político emergido del “pacto social”.
Hobbes –el pesimista– postula por un go-
10. L A HIPÓTESIS CONTRACTUALISTA bierno autocrático; su doctrina sostiene con
energía máxima el principio de la monarquía
La posición opuesta a la corriente aris- absoluta. Su pensamiento se sintetiza en la
totélica está representada por la doctrina máxima: “Gobierno absoluto o caos”.
“contractualista” o del “pacto social”, que Locke –el ecléctico– sostiene que en el
tuvo precursores en la antigüedad entre “pacto” hay una reserva de derechos para
algunos sofistas y estoicos, pero que logra los particulares, de tal modo que solamente
su mejor expresión a partir del siglo XVII se delega en el poder político aquella parte
en las obras de Hobbes y Locke, para pro- de libertad que es indispensable ceder para
yectarse, más adelante, con Rousseau.4 salvaguardar el resto. La monarquía consti-
Al margen de las numerosas diferen- tucional constituye su fórmula política.
cias entre los autores citados, hay un punto La concepción idílica de Rousseau cie-
común a todos ellos: describen una etapa rra el cuadro contractualista: del estado de
prepolítica de la sociedad. naturaleza se pasa a la sociedad, como si los
En efecto, mientras la corriente aristotéli- hombres vivieran en el estado de naturale-
ca sostiene que el nacimiento de la sociedad za, a la erección de un poder que no es el
y la organización política son simultáneos, los de un hombre, que se impone a todos los
contractualistas afirman que habría existido demás con facultades soberanas derivadas
una etapa llamada “estado de naturaleza”, del pacto, sino que es el poder de la ley,
sin politicidad. Sólo posteriormente, por obra expresión de la “voluntad general”. ¿Cuál
de la voluntad y del acuerdo humano, se es su expresión política? Para algunos la
habría celebrado el “pacto” o “contrato so- democracia directa; para otros, el absolu-
cial”, en virtud del cual la convivencia social tismo democrático.
queda políticamente organizada. Un enfoque, obviamente diferente, pero
No todos los contractualistas conciben que tiene de común con el contractualismo
el “estado de naturaleza” en los mismos el hecho de concebir una etapa prepolítica,
términos. Para Hobbes, por ejemplo, el es- corresponde al marxismo. Así, para Marx y
tado de naturaleza, previo a la constitución Engels, la organización política sólo emerge
de la sociedad política, sería un estado de cuando la sociedad se escinde en clases.
lucha general, de “guerra de todos contra Expresa Engels que el Estado es un pro-
todos”. Locke, en cambio, no tiene una ducto de las sociedades económicamente
visión tan pesimista del estado prepolíti- evolucionadas, en las que la propiedad y
los privilegios están distribuidos en forma
3
desigual. Estas sociedades son complejas,
BIDABT CAMPOS, JORGE, Derecho Político, Editorial
Aguilar, Buenos Aires, 1967, p. 194. divididas en clases. La más elevada de ellas
4
Ver textos complementarios atinentes a párrafo es la clase rectora, y se designa clase superior
10 p. 45. en virtud de su posición social y política, que
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mos, desde luego, de este estudio todas las fuerza para mantener el respeto de algunas
ideas a priori que consideran el origen del normas sociales”.13
Estado. Toda hipótesis metafísica relativa
al asunto deberá ser excluida, cuidadosa-
mente, de la ciencia social, para relegarla 12. L AS FORMAS POLÍTICAS EN EL
a su campo propio, que es la ética como DEVENIR HISTÓRICO
teoría de los fines últimos de la asociación
humana”.11 Las discrepancias entre racionalistas y
Ahora bien, al parecer los sociólogos, empiristas acerca del origen simultáneo
más que indagar sobre “el momento” en o sucesivo de la organización política, no
que aparece la organización política, pro- impiden captar una verdad que se impone
yectan su preocupación en orden a precisar con caracteres de evidencia: el hombre, para
las causas del fenómeno. Dos opiniones poder mantenerse en sociedad, para estar
–a nuestro entender representativas– así con su prójimo, requiere la organización
parecen demostrarlo. política. La politicidad de la convivencia
“Ha sido corriente hablar del origen humana es una necesidad, y tan necesi-
del Estado. Más exacto sería decir que, dad que representa un modo de ser del
en un momento determinado de la histo- hombre. Tal parece ser el real alcance de
ria, y como resultado de diversos factores, la sentencia aristotélica cuando se refería
surgieron los estados de las comunidades al hombre como zoon politikon.
o sociedades. Pero si sus historias son di- Aceptar esta premisa no conduce, obvia-
ferentes, su fundamento es similar. Los mente, a desconocer las diferencias entre las
estados se han desarrollado y han persis- organizaciones políticas que han emergido
tido porque las comunidades requieren en el devenir histórico. Identificar, pura y
organización. simplemente, la polis griega con el Estado
Si se convierten en comunidades orga- moderno –como suelen hacerlo algunos
nizadas, lo hacen con ciertos propósitos, autores– constituye un grave error. Los tiem-
para la agresión y la defensa, para el man- pos son otros, diferentes las condiciones,
tenimiento del sistema legal y el orden, diversas las cantidades y las calidades.
para conservar la norma común. Y puesto Ahora bien, ¿cuál o cuáles son los rasgos
que una comunidad organizada está mejor distintivos de estas organizaciones políti-
equipada para la lucha por la existencia que cas históricas, cualquiera que haya sido el
una comunidad no organizada, el aparato nombre que se les haya dado?
del Estado se hace universal y característico En primer lugar, la sociedad política
de las civilizaciones superiores”.12 ha de ser comprendida como un sistema
En el mismo sentido, anota Ely Chinoy: social institucionalizado, esto es, como una
“Las diferentes instituciones políticas han institución, lo que supone la convivencia
aparecido en contextos históricos muy di- de todos los elementos a que hiciéramos
versos y por muchas razones: las necesidades referencia en párrafos anteriores.
de la guerra y las campanas militares, los La segunda característica de las orga-
movimientos migratorios y las conquistas, el nizaciones políticas superiores, que viene
crecimiento y diversificación de la población, a representar, al mismo tiempo, su factor
a medida que los grupos y los individuos realmente cualificador, es la autarquía. Esta
dentro de la sociedad consideraron útil superioridad institucional atribuida a 1a
centralizar la autoridad, establecer métodos sociedad política fue ya enfatizada por
para la solución de las disputas y emplear la Aristóteles cuatro siglos antes de Cristo y
se proyecta al presente en forma casi in-
11
variable.
ANTONIO CASO, Sociología, Editorial Limusa,
México, 1964, p. 319.
12 13
J. RUMNEY, Spencer, Editorial Fondo de Cultura ELY CHINOY, La Sociedad, Editorial Fondo de
Económica, México, 1944, p. 130. Cultura Económica, México, 1966, p. 209.
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Sección Tercera: La politicidad humana
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32
JELLINEK, ob. cit., pp. 242-244.
33 34
FRANCISCO AYALA, ob. cit., pp. 198 y ss. SAMPAY, ob. cit., p. 158.
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Sección Tercera: La politicidad humana
contornos y condicionan el carácter relati- sión del poder por el pueblo que aparece
vamente estático de su estructura”.35 ya en la Edad Media. La soberanía es ante
Ejército permanente y burocracia tu- todo histórica: soberanía del príncipe con
vieron por premisas la regularidad del go- tendencia al absolutismo, el cual se asocia
bierno financiero del Estado, que exige un fácilmente con la validez exclusiva absoluta
sistema de impuestos reglados y entradas del poder estatal, pero que solamente apa-
predeterminadas. rece en países donde el territorio estatal ha
Los titulares del poder político en la sido creado de nuevo mediante la política
Edad Media desconocían completamente monárquica centralizadora”.36
los presupuestos financieros, pues nunca Admitir que los Estados modernos apare-
existió una separación entre el erario y el cen en el Renacimiento como monarquías
patrimonio de los príncipes. absolutas no implica, por cierto, pensar
La concreción del Estado como eficiente que éstas surgen de la noche a la mañana,
unidad política, militar y económica sólo brotando en el vacío, sino que más bien se
pudo adquirir realidad cuando se corporizó constituyen por una especie de desarrollo
también como unidad de decisión. En el y crecimiento que ha venido verificándose
continente europeo, ello fue obra de la desde siglos atrás en las monarquías medie-
monarquía absoluta. vales, cuyas instituciones prefiguran en algún
“Históricamente, el Estado soberano modo lo que será el Estado moderno.37
es, ante todo, un Estado autoritario, cuyo
poder está basado en un Derecho propio,
en contraposición a la teoría de la transmi- 36
OTTO HINTZE, ob. cit., p. 303.
37
Sobre la aparición de las monarquías abso-
35
HERMANN HELLER, Teoría del Estado, Editorial lutas modernas, ver OTTO HINTZE, ob. cit., pp. 293
Fondo de Cultura Económica, México, 6ª edición, y ss.; AVALA, ob. cit., pp. 201 y ss.; SAMPAY, ob. cit.,
1908, pp. 147-148. pp. 162 y ss.
TEXTOS COMPLEMENTARIOS
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Manual de Derecho Político
ni pie ni mano a no ser en sentido equívoco, útiles o nocivas, como la oveja conoce al lobo
como cuando se habla de una mano de piedra; naturalmente por enemigo; y otros animales,
algo semejante será la mano de un cuerpo en por natural industria, conocen algunas hierbas
corrupción. Todas las cosas se definen por su obra medicinales y otras cosas necesarias a su vida;
y su potencia operativa, de modo que cuando mas el hombre, de las que lo son para vivir, sólo
éstas no son ya lo que eran, no deben las mismas tiene conocimiento en común, como quien por
cosas decirse tales, a no ser que queramos hablar la razón puede de los principios universales
en sentido equívoco. Es pues manifiesto que venir en conocimiento de las cosas que son
la polis es por naturaleza anterior al individuo, necesarias para la vida humana. No es, pues,
pues si el individuo no puede de por sí bastarse posible que un hombre solo alcance por su
a sí mismo, deberá estar con el todo político en razón todas las cosas de esta manera; y así es
la misma relación que las otras partes lo están necesario vivir entre los muchos, para que unos
con su respectivo todo. El que sea incapaz de a otros ayuden y se ocupen unos en inventar
entrar en esta participación común, o que a unas cosas, y otros en otras.
causa de su propia suficiencia no necesite de Esto también se prueba evidentísimamente
ella, no es más parte de la polis, sino que es una por serles propio a los hombres el hablar, con lo
bestia o un dios. cual pueden explicar sus conceptos totalmente
En todos los hombres hay pues por natura- y otros animales declaran sus pasiones sólo en
leza una tendencia a formar asociaciones de común, como el perro, en ladrar, la ira, y otros
esta especie; y con todo, el primer fundador de por diversos modos. Así que un hombre es más
ciudades fue causa de los mayores bienes. Pues comunicativo para otro, que los animales que
así como el hombre, cuando llega a su perfec- andan y viven juntos, como las gallinas, las hor-
ción, es el mejor de los animales, asi también migas y las abejas; y considerándolo, Salomón,
es el peor de todos cuando está divorciado de dice en el Eclesiástico: “Mejor es estar dos que
la ley y la justicia, uno, porque gozan del socorro de la corres-
pondiente compañía”.
Pues siendo natural al hombre el vivir en
SANTO TOMÁS DE AQUINO39 compañía de muchos, necesario es que haya
Del gobierno de los príncipes entre ellos quien rija esta muchedumbre; porque
Editorial Losada, B. Aires, 1964 donde hubiese muchos, si cada uno procurase
para sí solo lo que estuviese bien, la muche-
EL HOMBRE SOCIAL Y POLÍTICO dumbre se desuniría en diferentes partes, si no
hubiese alguno que tratase de lo que pertenece
Pero es propio del hombre el ser animal al bien común; así como el cuerpo del hombre
social y político, que vive entre la muchedum- y de cualquier animal vendría a deshacerse si
bre, más que todos los otros animales: lo cual no hubiese en él alguna virtud regitiva, que
declaran las necesidades que naturalmente tiene. acudiese al bien común de todos los miembros;
Porque a ellos la naturaleza les preparó el man- y así dijo Salomón: “Donde no hay Gobernador,
tenimiento, el vestido de sus pelos, la defensa el pueblo se disipará”… Así que en cualquiera
de sus dientes, cuernos y uñas, o a lo menos la muchedumbre conviene que haya quien go-
velocidad para huir, y el hombre, empero, no
bierne (Libro Primero, Capítulo 1º).
recibió de la naturaleza ninguna de estas cosas,
Y además de todo lo dicho, hay otra razón
mas en su lugar fuele dada la razón, para que
para mostrar que es necesario el vivir los hombres
mediante ella, con el trabajo de sus manos, lo
juntos, y es el apetito que tienen de comunicar
pudiese buscar todo; a lo cual un hombre solo
sus obras a otros, de manera que a este apetito
no basta, porque de por sí no puede pasar la
le sería molesto hacer ninguna cosa de virtud
vida suficientemente; y así, decimos, le es natural
sin la compañía de otros hombres. De don-
vivir en compañía de muchos.
de es que dice Tulio en el libro de la amistad
Además de esto, los otros animales tienen
natural industria para todas las cosas que les son que la naturaleza ninguna cosa solitaria ama;
porque según pienso, es cierto lo que oí a los
pasados, que solía decir Archita Tarentino: Que
39
A Santo Tomás de Aquino (12271274) se lo si alguno subiese al cielo, y viese la naturaleza
considera el representante más significativo de la del mundo y la hermosura de las estrellas, si
escolástica. Fue canonizado en 1323 y proclamado fuese sin amigos y compañeros, no le sería suave
Doctor de la Iglesia por Pío V en 1567. aquella admiración. Y las mismas riquezas no
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resplandecen si no se esparcen entre muchos, distribución igual de una cosa, que el hecho de
como dice Boecio. De manera que parece que que cada hombre esté satisfecho con la porción
el hombre tiene necesidad de vivir entre mu- que le corresponde.
chos, considerando así por la parte del cuerpo De esta igualdad en cuanto a la capacidad
sensitiva, como de parte de la naturaleza racio- se deriva la igualdad de esperanza respecto a la
nal. Por lo cual naturalmente es necesaria la consecución de nuestros fines. Esta es la causa
fundación de las ciudades… Y aunque los que de que si dos hombres desean la misma cosa, y
primero las fundaron, según dice la Escritura, en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se
fueron hombres malos, como Caín, fratricida, vuelven enemigos, y en el camino que conduce
y Nembret, opresor de los hombres, el cual al fin (que es, principalmente, su propia conser-
edificó a Babilonia, y Asur, que edificó a Níni- vación, y a veces su delectación tan sólo) tratan
ve; con todo eso se movieron a ello por estas de aniquilarse o sojuzgarse uno a otro.
comodidades de los hombres encaminándole a Dada esta situación de desconfianza mutua,
la utilidad de su dominio, que para conservarla ningún procedimiento tan razonable existe para
era necesario que los hombres viviesen juntos que un hombre se proteja a sí mismo, como la
(Libro Cuarto, Capítulo 39). anticipación, es decir, el dominar por medio de
la fuerza o por la astucia a todos los hombres
que pueda, durante el tiempo preciso, hasta que
B. HIPÓTESIS CONTRACTUALISTA ningún otro poder sea capaz de amenazarle.
Además, los hombres no experimentan pla-
Textos atinentes a párrafo 10 cer ninguno (sino, por el contrario, un gran
desagrado) reuniéndose, cuando no existe un
THOMAS HOBBES40 poder capaz de imponerse a todos ellos. En
Leviathan efecto, cada hombre considera que su compa-
ñero debe valorarlo del mismo modo que él se
DE LA CONDICIÓN NATURAL DEL GÉNERO valora a sí mismo. Y en presencia de todos los
HUMANO
signos de desprecio o subestimación, procu-
ra naturalmente, en la medida en que puede
La naturaleza ha hecho a los hombres tan atreverse a ello (lo que entre quienes no reco-
iguales en las facultades del cuerpo y del espíritu nocen ningún poder común que los sujete, es
que, si bien un hombre es a veces, evidentemente, suficiente para hacer que se destruyan uno a
más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimien- otro), arrancar una mayor estimación de sus
to que otro, cuando se considera en conjunto, contendientes, infligiéndoles algún daño, y de
la diferencia entre hombre y hombre no es tan los demás por el ejemplo.
importante que uno puede reclamar, a base de Así hallamos en la naturaleza del hombre
ella, para sí mismo, un beneficio cualquiera al tres causas principales de discordia: primera,
que otro no pueda aspirar como él. En efecto, la competencia; segunda, la desconfianza; ter-
por lo que respecta a la fuerza corporal, el más cera, la gloria.
débil tiene bastante fuerza para matar al más La primera causa impulsa a los hombres a
fuerte, ya sea mediante secretas maquinaciones atacarse para lograr un beneficio; la segunda,
o confederándose con otro que se halle en el para lograr seguridad; la tercera, para ganar
mismo peligro que él se encuentra, reputación…
En lo que a facultades mentales yo encuentro Con todo ello es manifiesto que durante el
aún una igualdad más grande entre los hombres tiempo en que los hombres viven sin un poder que
que en lo referente a la fuerza… No hay, en los atemorice a todos, se hallan en la condición
efecto y de ordinario, un signo más claro de o estado que se denomina guerra: una guerra
tal que es la de todos contra todos. Porque la
GUERRA no consiste solamente en batallar, en
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(1588-1679) Filósofo inglés. Las continuas el acto de luchar, sino que se da durante el pe-
luchas políticas y religiosas que convulsionaron a riodo de tiempo en que la voluntad de luchar
Inglaterra durante el siglo XVII como consecuencia
de las rivalidades existentes entre el Parlamento y la
se manifiesta de modo suficiente.
Corona, llevaron a concebir un sistema de gobierno Por consiguiente, todo aquello que es con-
absoluto. Los fragmentos transcritos han sido tomados sustancial a un tiempo de guerra, durante el
de su obra. “LEVIATHAN”, Editorial Universitaria de cual cada hombre es enemigo de los demás,
Puerto Rico, 1968. es natural también en el tiempo en que los
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Manual de Derecho Político
hombres viven sin otra seguridad que la que mo que se dan sus sensaciones y pasiones. Son
su propia fuerza y su propia invención pueden aquéllas cualidades que se refieren al hombre
proporcionarles. En toda situación semejante en sociedad, no en estado solitario. Es natural
no existe oportunidad para la industria, ya que también que en dicha condición no existan
su fruto es incierto; por consiguiente, no hay propiedad ni dominio, ni distinción entre tuyo
cultivo de la tierra, ni navegación, ni uso de y mío; sólo pertenece a cada uno lo que pueda
artículos que puedan ser importados por mar, tomar, y sólo en tanto que pueda conservarlo.
ni construcciones confortables, ni fuerza, ni Todo ello puede afirmarse de esa miserable
conocimientos de la faz de la tierra, ni cómputo condición en que el hombre se encuentra por
del tiempo, ni artes ni letras, ni sociedad; y lo obra de la simple naturaleza, si bien tiene una
que es peor de todo, existe continuo temor y cierta posibilidad de superar ese estado, en parte
peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es por sus pasiones, en parte por su razón.
solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve. Las pasiones que inclinan a los hombres
Acaso puede pensarse que nunca existió a la paz son el temor a la muerte, el deseo
un tiempo o condiciones en que se diera una de las cosas que son necesarias para una vida
guerra semejante, y en efecto, yo creo que nunca confortable, y la esperanza de obtenerlas por
ocurrió generalmente así, en el mundo entero, medio del trabajo. La razón sugiere adecuadas
pero existen varios lugares donde viven ahora normas de paz, a las cuales pueden llegar los
de ese modo. Los pueblos salvajes en varias co- hombres por mutuo consenso (Primera parte.
marcas de América, si se exceptúa el régimen de Capítulo XIII).
pequeñas familias cuya concordia depende de
la concupiscencia natural, carecen de gobierno
en absoluto, y viven actualmente en ese estado L A GENERACIÓN DE UN ESTADO
bestial a que me he referido. De cualquier modo El único camino para erigir semejante poder
que sea, puede percibirse cuál será el género común, capaz de defenderlos contra la invasión
de vida cuando no exista un poder común que de los extranjeros y contra las injurias ajenas,
temer, pues el régimen de vida de los hombres asegurándoles de tal suerte que por su propia
que antes vivían bajo un gobierno pacífico, suele actividad y por los frutos de la tierra puedan
degenerar en una guerra civil. nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos, es con-
Ahora bien, aunque nunca existió un tiempo ferir todo su poder y fortaleza a un hombre o
en que los hombres particulares se hallaran en a una asamblea de hombres, todos los cuales,
una situación de guerra de uno contra otro, por pluralidad de votos, puedan reducir sus
en todas las épocas, los reyes y personas reves- voluntades a una voluntad. Esto equivale a decir:
tidas con autoridad soberana, celosos de su elegir un hombre o una asamblea de hombres
independencia, se hallan en estado de con- que represente su personalidad; y que cada
tinua enemistad, en la situación y postura de uno considere como propio y se reconozca a
tos gladiadores, con las armas asestadas y los sí mismo como autor de cualquiera cosa que
ojos fijos uno en otro. Es decir, con sus fuer- haga o promueva quien representa su persona,
tes guarniciones y cañones en guardia en las en aquellas cosas que conciernen a la paz y a la
fronteras de sus reinos, con espías entre sus seguridad comunes; que, además, sometan sus
vecinos, todo lo cual implica una actitud de voluntades cada uno a la voluntad de aquél, y
guerra. Pero como a la vez defienden también sus juicios a su juicio. Esto es algo más que con-
la industria de sus súbditos, no resulta de esto sentimiento o concordia; es una unidad real de
aquella miseria que acompaña a la libertad de todo ello en una misma persona, instituida por
los hombres particulares. pacto de cada hombre con los demás, en forma
En esta guerra de todos contra todos, se da tal como si cada uno dijera a todos: autorizo y
una consecuencia: que nada puede ser injusto. transfiero a este hombre o asamblea de hombres
Las nociones de derecho e ilegalidad, justicia mi derecho de gobernarme a mí mismo, con
e injusticia están fuera de lugar. Donde no hay la condición de que vosotros transferiréis a él
poder común, la ley no existe; donde no hay vuestro derecho, y autorizaréis todos sus actos
ley, no hay justicia. En la guerra, la fuerza y el de la misma manera. Hecho esto la multitud
fraude son las dos virtudes cardinales. Justicia así unida en una persona se denomina ESTA-
e injusticia no son facultades ni del cuerpo ni DO, en latín CIVITAS. Esta es la generación de
del espíritu. Si lo fueran, podrán darse en un aquél gran LEVIATHAN, o más bien hablando
hombre que estuviera solo en el mundo, lo mis- con más reverencia, de aquel dios mortal, al
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Sección Tercera: La politicidad humana
cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra encima de los demás, y que le haya conferido
paz y nuestra defensa. Porque en virtud de esta mediante un nombramiento evidente y claro,
autoridad que se le confiere por cada hombre el derecho indiscutible al poder y a la soberanía
particular, el Estado posee y utiliza tanto poder y (Capítulo II).
fortaleza, que por el terror que inspira es capaz Siendo, según he dicho ya, los hombres li-
de conformar las voluntades de todos ellos para bres, iguales e independientes por naturaleza,
la paz en su propio país, y para la mutua ayuda ninguno de ellos puede ser arrancado de esa
contra sus enemigos, en el extranjero. situación y sometido al poder político de otros
Y en ello consiste la esencia del Estado, que sin que medie su propio consentimiento. Este
podemos definir así: una persona de cuyos ac- se otorga mediante convenio hecho con otros
tos se constituye en autora una gran multitud hombres de juntarse e integrarse en una comu-
mediante pactos recíprocos de sus miembros nidad destinada a permitirles una vida cómo-
con el fin de que esa persona pueda emplear da, segura y pacífica de unos con otros, en el
la fuerza y los medios de todos como lo juzgue disfrute tranquilo de sus bienes propios, y una
conveniente para asegurar la paz y la defensa salvaguardia mayor contra cualquiera que no
común. El titular de esta persona se denomina pertenezca a esa comunidad. Esto puede llevarlo
SOBERANO y se dice que tiene poder soberano; a cabo cualquier cantidad de hombres, porque
cada uno de los que lo rodean es SÚBDITO suyo… no perjudica a la libertad de los demás, que
(Segunda parte. Del Estado, Capítulo XVII). siguen estando como lo estaban hasta entonces,
en la libertad del estado de naturaleza. Una vez
que un determinado número ha consentido
JOHN LOCKE41 en constituir una comunidad o gobierno, que-
Ensayo sobre el gobierno civil dan desde ese mismo momento conjuntados
Editorial Aguilar, Madrid, 1985 y forman un solo cuerpo político, dentro del
cual la mayoría tiene el derecho de regir y de
EL ORIGEN DEL PODER POLÍTICO obligar a todos.
En efecto, una vez que, gracias al consenti-
Para comprender bien en qué consiste el miento de cada individuo, ha constituido cier-
poder político y para remontarnos a su verdadera to número de hombres una comunidad, han
fuente, será forzoso que consideremos cuál es formado, por ese hecho, un cuerpo con dicha
el estado en que se encuentran naturalmente comunidad, con poder para actuar como un
los hombres, a saber: un estado de completa solo cuerpo, lo que se consigue por la voluntad
libertad para ordenar sus actos y para disponer
y la decisión de la mayoría. De otra forma es
de propiedades y de sus personas como mejor les
imposible actuar y formar verdaderamente un
parezca, dentro de los límites de la ley natural,
solo cuerpo, una sola comunidad, que es a lo
sin necesidad de pedir permiso y sin depender
que cada individuo ha dado su consentimiento
de la voluntad de otra persona.
al ingresar en la misma. El cuerpo se mueve
Es también un estado de igualdad, dentro
hacia donde lo impulsa la fuerza mayor, y esa
del que todo poder y toda jurisdicción son re-
fuerza es el consentimiento de la mayoría; por
cíprocos, en el que nadie tiene más que otro,
esa razón quedan todos obligados por la reso-
puesto que no hay cosa más evidente que el
lución a que llegue la mayoría. Por eso vemos
que seres de la misma especie y de idéntico
rango, nacidos para participar sin distinción de que en las asambleas investidas por las leyes
todas las ventajas de la naturaleza y para servirse positivas para poder actuar, pero sin que esas
de las mismas facultades, sean también iguales leyes positivas hayan establecido un número
entre ellos, sin subordinación ni sentimiento, fijo para que puedan hacerlo, la resolución de
a menos que el Señor y Dueño de todos ellos la mayoría es aceptada por la resolución de la
haya colocado, por medio de una clara mani- totalidad de sus miembros, y por la ley natural
festación de su voluntad, a uno de ellos por y de la razón, se da por supuesto que obliga
por llevar dentro de sí el poder de la totalidad
(Capitulo VIII).
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(1632-1704). Filósofo y médico inglés. Partidario
Por consiguiente, debe darse por supuesto
del régimen parlamentario. Es considerado el padre que quienes, saliendo del estado de naturaleza
del liberalismo político. Los fragmentos transcritos se constituyen en comunidad, entregan todo
han sido tomados de su obra Ensayo sobre el gobierno el poder necesario para las finalidades de esa
civil, Editorial Aguilar, Madrid, 1955. integración en sociedad a la mayoría de aquélla,
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Manual de Derecho Político
a no ser que, de una manera expresa, acuerden obedezca, sin embargo, más que a sí mismo
que deba estar en un número de personas su- y permanezca tan libre como antes”. Tal es el
perior al que forma la simple mayoría. Y se da problema fundamental, cuya solución da el
por supuesto que esto lo realizan por el simple Contrato Social.
hecho de unirse dentro de una sociedad políti- Las cláusulas de este contrato están de tal
ca, no requiriéndose otro pacto que ése entre modo determinadas por la naturaleza del acto
los individuos que se unen o que integran una que la menor modificación las haría vanas y de
comunidad. Tenemos, pues, que lo que inicia nulo efecto; de suerte que, aunque no hayan
y realmente constituye una sociedad política sido acaso nunca formalmente enunciadas, son
cualquiera, no es otra cosa que el consenti- en todas partes las mismas, en todas partes tá-
miento de un número cualquiera de hombres citamente admitidas y reconocidas; hasta que
libres capaces de formar mayoría para unirse, violado el pacto social, cada uno vuelve a sus
integrarse dentro de semejante sociedad. Y eso, primeros derechos y recupera su libertad na-
y solamente eso, es lo que dio o podría dar tural, perdiendo la libertad convencional por
principio a un gobierno legítimo. la que renunció a aquélla.
Estas cláusulas, bien entendidas, se reducen
todas a una sola: la enajenación de cada asociado
JUAN JACOBO ROUSSEAU42 con todos sus derechos a toda la comunidad.
El contrato social Pues, en primer lugar, dándose cada uno todo
Editorial Aguilar, Madrid, 1969, Libro I, entero, la condición es igual, para todos, y sien-
capítulo VI do igual para todos, ninguno tiene interés en
hacerla onerosa para los demás.
“ORIGEN DEL CONTRATO SOCIAL” Por otra parte, dándose cada uno sin reser-
vas, la unión es todo lo perfecta que puede ser
Supongo a los hombres llegados a un pun- y ningún asociado tiene ya nada que reclamar.
to en que los obstáculos que se oponen a su Pues si les quedaran algunos derechos a los
conservación en el estado natural vencen con particulares, como no habría ningún superior
su resistencia a las fuerzas que cada individuo común que pudiera fallar entre ellos y el público,
puede emplear para mantenerse en ese esta- siendo cada cual su propio juez, pretendería
do. Entonces, ese estado primitivo no puede en seguida serlo en todo, subsistiría el estado
ya subsistir, el género humano perecería si no de naturaleza y la asociación llegaría a ser ne-
cambiase su manera de ser. cesariamente tiránica o inútil.
Ahora bien, como los hombres no pueden En fin, como dándose cada uno a todos no
engendrar nuevas fuerzas, sino solamente aunar se da a nadie, y como no hay un solo asociado
y dirigir las que existen, no les queda otro me- sobre el cual no se adquiera el mismo derecho
dio, para subsistir, que formar por agregación que a él se le cede sobre uno mismo, se gana
una suma de fuerzas que puedan superar la el equivalente de todo lo que se pierde, y más
resistencia, ponerlas en juego mediante un solo fuerza para conservar lo que se tiene.
móvil y hacerlas actuar de consuno. De suerte que si se separa del pacto social,
Esta suma de fuerzas no puede nacer más lo que no forma parte de su esencia, resultará
que del concurso de varios; pero como la fuerza que se reduce a los términos siguientes: Cada
y la libertad de cada hombre son los primeros
uno de nosotros pone en común su persona y
instrumentos de su conservación, ¿cómo lo com-
todo su poder bajo la suprema dirección de la
prometerán sin perjudicarse y sin descuidar
voluntad general; y recibimos en cuerpo a cada
las atenciones que se debe a sí mismo? Esta
miembro como parte indivisible del todo.
dificultad aplicada a mi tema puede enunciarse
En el mismo instante, en lugar de la per-
en estos términos:
sona particular de cada contratante, este acto
“Encontrar una forma de asociación que
de asociación produce un cuerpo moral y co-
defienda y proteja con toda la fuerza común
a la persona y los bienes de cada asociado, y lectivo compuesto de tantos miembros como
por lo cual, uniéndose cada uno a todos, no votos tiene la asamblea, el cual recibe de este
mismo acto su unidad, su yo común, su vida y
su voluntad. Esta persona pública que se forma
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(1712-1778). Filósofo y escritor suizo-francés así, por la unión de todas las demás, tomaba
nacido en Ginebra. Se considera que sus doctrinas in- en otro tiempo el nombre de Ciudad, y toma
fluyeron en el proceso de la Revolución francesa. ahora el de República o el de cuerpo político,
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Sección Tercera: La politicidad humana
al cual llaman sus miembros Estado cuando se amplía su extensión. Tienden igualmente a
es pasivo. Soberano cuando es activo. Poder localizar un “rellano” a partir del cual lo político
cuando lo comparan con otros de su misma se manifiesta nítidamente. L. Mair lo recuerda:
especie. Por lo que se refiere a los asociados, “Algunos antropólogos tendrían por seguro
toman colectivamente el nombre de Pueblo, y que la esfera de lo político empieza allí donde
se llaman en particular Ciudadanos como par- acaba la del parentesco”. O bien la dificultad se
ticipantes en la autoridad soberana, y Súbditos aborda de frente, y el conocimiento del hecho
como sometidos a las leyes del Estado. Pero político se busca a partir de las sociedades donde
estos términos suelen confundirse y tomarse es menos aparente, es decir, en las sociedades
uno por otro; basta saber distinguirlos cuando llamadas “segmentarias”. Así, M. G. Smith dedica
son empleados en su sentido preciso. un largo artículo a las sociedades de linaje que
considera en un triple aspecto: en tanto que
sistema con características formales, en tanto
C. HIPÓTESIS ANTROPOLÓGICA que modo de relación distinto del parentesco, y
mayormente en tanto que estructura de conte-
nido político. Llega a considerar la vida política
Texto atinente a párrafo 11
como un aspecto de toda vida social, no como
el producto de unidades o de estructuras espe-
GEORGE BALANDIER cíficas, y a negar la pertinencia de la distinción
Antropología política rígida establecida entre “sociedades con Estado”
Editorial Península, Barcelona, 1969, y “sociedades sin Estado”. Pero también esta
pp. 171 y ss. interpretación es imputada, entre otros, por D.
Easton, en su artículo sobre los problemas de
L A ASOCIACIÓN VOLUNTARIA Y LA la antropología política: el análisis teórico de
DOMINACIÓN Smith es –a juicio suyo– de un nivel tan eleva-
Ciertos antropólogos, antiguos y modernos, do que no permite aprehender mediante qué
se sitúan igualmente entre los que impugnan rasgos los sistemas políticos se parecen, por la
la universalidad de los fenómenos políticos. mera razón de que descuida el examen de lo
Uno de los “fundadores”, W. C. Mac-Leod, que los hace diferenciarse. De modo que la
enjuicia a unos pueblos que considera –como incertidumbre sigue siendo total.
los Yurok de California– desprovistos de una
organización política y viviendo en un estado
de anarquía (The Origin and History of Politics, D. HIPÓTESIS MARXISTA
1931). B. Malinowski admite que los grupos
Texto atinente a párrafos 10-11
políticos están ausentes “entre los Vedda y los
nativos australianos” y B. Redfield subraya que las
instituciones políticas pueden faltar totalmente FEDERICO ENGELS
en el caso de las sociedades “más primitivas”. “El origen de la familia, la propiedad
Y el propio Radcliffe-Brown, en su estudio de privada y el Estado” en Obras escogidas
los Andaman (The Andaman Islanders, 1922), de Marx y Engels
reconoce que esos insulares no disponen de Editorial Progreso, Moscú, 1969, pp. 621 y ss.
ningún “Gobierno organizado”.
De hecho, la verificación negativa tiene raras EL ESTADO Y LAS CLASES SOCIALES
veces un valor absoluto; en la mayoría de los Así, pues, el Estado no es de ningún modo
casos no expresa sino la ausencia de instituciones un poder impuesto desde fuera a la sociedad;
políticas comparables a las que rigen el Estado tampoco es “la realidad de la idea moral”, “ni la
moderno. Dado este implícito etnocentrismo, imagen y la realidad de la razón”, como afirma
no puede ser satisfactoria. De ahí los intentos Hegel. Es más bien un producto de la sociedad
por romper una dicotomía demasiado simplista, cuando llega a un grado de desarrollo determi-
oponiendo las sociedades tribales a las socieda- nado; es la confesión de que esa sociedad se ha
des con un Gobierno claramente constituido enredado en una irremediable contradicción
y racional. Esas tentativas suelen operar por consigo misma y está dividida por antagonis-
diferentes vías. Pueden caracterizar el dominio mos irreconciliables, que es impotente para
político menos por sus modos de organización conjurar. Pero a fin de que estos antagonismos,
que por las funciones cumplidas; en ese caso estas clases con intereses económicos en pugna,
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