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Sebastián Barros

Tras el populismo.
Comunidad, espacio e
igualdad en una teoría
del populismo

Introducción no es solamente difícil de definir, sino


que también es percibido como un obs-
El populismo ha sido presentado por táculo para el desarrollo de una institu-
las ciencias sociales como un fenómeno cionalidad democrática liberal y de una
ambiguo y difícil de definir. En este sen- estructura productiva capitalista. Esto
tido, las posibles definiciones pasaron lleva a muchos de estos estudios a adop-
por las formas de movilización de las tar una actitud peyorativa hacia el popu-
masas, por el carácter de determinadas lismo en particular, y hacia las formas
políticas públicas, por el impacto des- de identificación populares en general.
integrador de los procesos de moder- El populismo sería una distorsión de la
nización, por las formas específicas que linealidad que implicaría el desarrollo
adquirieron algunos sistemas políticos “normal” representado por el camino
como consecuencia de cambios en la recorrido de las sociedades descritas
estructura económica, etc.1 A esta difi- como avanzadas.
cultad para definir conceptualmente el Este trabajo tomará un camino distin-
populismo se suma que los fenómenos to y argumentará que el populismo sólo
que dicha noción identifica son gene- puede ser definido en su especificidad
ralmente concebidos como una pato- en tanto forma de articulación política y
logía de los sistemas políticos. Es decir, que, por lo tanto, no debe ser analizado
desde estas perspectivas el populismo como un obstáculo para la realización

1Para una revisión de las distintas interpretaciones sobre el populismo pueden verse Aboy Carlés, “Repen-
sando el populismo”, Revista Política y Gestión, vol. 4, Buenos Aires, enero de 2003, y Francisco Panizza, “Intro-
ducción. El populismo como espejo de la democracia”, en El populismo como espejo de la democracia, Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica, 2009.

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de una teleología determinada, sino que daño ejercido sobre él reclama para sí
debe ser atendido como una posibilidad la representación plena de la vida co-
articulatoria más entre otras. munitaria. Esto supone la constitución
Para ello, tomaremos como punto de de una forma particular de comunidad
partida el andamiaje teórico sostenido y nuevos criterios de legitimidad.
por la teoría de la hegemonía de matriz
gramsciana tal como es presentada en
los trabajos sobre el populismo de Er- Populismo
nesto Laclau. A partir de una revisión
de ciertos argumentos presentados allí, En resumidas cuentas, la conceptuali-
sobre todo en relación con la idea de he- zación del populismo en Laclau tiene
terogeneidad, complementaremos esta los siguientes puntos destacables. Pri-
lectura con los análisis de Jacques Ran- mero, existe populismo solo si hay una
cière sobre la política como distorsión. serie de prácticas político-discursivas
Esto nos permitirá analizar una de las que construyen un sujeto popular cuya
cuestiones que harán a la especificidad emergencia está atada a la constitución
del populismo: la aparición de nuevas de una frontera interna que divide al es-
identificaciones que ponen en duda la pacio social en dos campos antagónicos.
legitimidad de la distribución de los lu- Segundo, la lógica de esta división se ca-
gares sociales que mantiene integrada a racteriza por la creación de una cadena
una determinada forma comunitaria. de equivalencia entre una serie de de-
Luego, argumentaremos que una mandas; cadena que nace y se consolida
articulación política populista disloca con la emergencia de un elemento que
la vida comunitaria vigente a partir le da coherencia, representándola como
del desplazamiento de ciertos sujetos una totalidad. Tercero, y último, la defi-
que se salen de su lugar social legítimo. nición propuesta por Laclau (2009: 65)
Estos desplazamientos transforman es estrictamente formal porque “todos
elementos que hasta ese momento no sus rasgos definitorios están relaciona-
eran parte legítima en la definición de dos exclusivamente a un modo de arti-
la vida comunitaria, en sujetos hete- culación específico –la prevalencia de la
rogéneos al sistema de representación lógica equivalencial por sobre la lógica
comunitario. En otras palabras, una diferencial– independientemente de los
articulación populista implica cier- contenidos reales que se articulan".
tos desplazamientos identitarios que Si aceptamos esta postura que plan-
sobrevienen con independencia de la tea que el populismo es una forma y no
distribución de lugares legítimos en el un contenido, el populismo se transfor-
espacio comunitario. ma en sinónimo de política o en su de-
Por último, analizaremos los efectos rivado (Laclau, 2009: 69). Laclau ya ha-
que estos desplazamientos tienen sobre bía esbozado argumentos similares en
la forma de integración comunitaria otras discusiones. Así, en el momento de
posterior. En este sentido, una articu- discutir la importancia de entender que
lación populista tiene implícita o ex- la desigualdad de poder es constitutiva
plícitamente un rasgo igualitario cuyo de una relación hegemónica, nuestro
origen es un sujeto que en nombre del autor ya había argumentado que políti-

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ca y hegemonía “en el extremo [...] son ma, por lo que la misma “excede lo que
sinónimos, ya que ambos son maneras es diferencialmente representable den-
alternativas de designar la constitutiva tro de él”. Pero ¿cómo puede algo que
asimetría entre universalidad y parti- no pertenece al orden de lo simbólico
cularidad” (Laclau, 2001: 189). Esto nos ser aprehendido como una demanda
deja como resultado la sinonimia entre insatisfecha? Algo debería suceder para
política, hegemonía y populismo. Si que esa transformación de órdenes apa-
bien la posibilidad de darle cierta espe- rezca. Nuestro argumento se sitúa en el
cificidad a una definición del populis- momento en que ocurre esa transfor-
mo no implica la pretensión de obtener mación. Desde nuestro punto de vista,
una categoría definitiva y rígida, sí cree- la particularidad de una articulación
mos en la necesidad de tener conceptos populista de lo social tendrá como con-
claramente diferenciados en el mo- dición de posibilidad el proceso en el
mento de llegar al análisis. Si política, que aquello que carece de ubicación
populismo y hegemonía representan como elemento pasible de ser articula-
conceptualmente la misma lógica, no do políticamente dentro de ese orden
se entiende bien por qué tenemos tres comunitario se desplaza de su lugar y
conceptos para designarla, en lugar de es aprehendido como una demanda he-
uno solo. terogénea al campo de representación.
Detengámonos por un momento en
la serie de prácticas político-discursivas
que implican la aparición de un sujeto Heterogeneidad
popular. Para Laclau, el populismo su-
pone la articulación de elementos ca- Para entender mejor lo que supone este
racterizados por algún tipo de novedad conflicto generado por una demanda
al campo de la representación vigente. heterogénea al campo de representa-
Esto quiere decir que ciertos discursos ción hegemónico, debemos primero
o grupos son incorporados a una prác- repasar qué es lo que asumimos en el
tica hegemónica. Más específicamente, momento de pensar en la irrupción de
Laclau entiende que hay discursos o lo heterogéneo.
grupos que son heterogéneos respecto Laclau no está solo en el momento de
de la formación hegemónica y de al- pensar la relevancia de lo heterogéneo
guna manera son incorporados a ella a para precisar la constitución de un suje-
partir de que se dispara la articulación to popular. La noción de política presen-
de ese sujeto popular en cadenas de tada por Jacques Rancière (2006) impli-
equivalencia que parten la comunidad ca también una exploración que apunta
en dos a partir de una frontera interna en esa misma dirección. Para él, “la po-
a lo social. lítica es, ante todo, la acción del sujeto
Laclau (2005: 139) explica que lo que sobreviene con independencia de la
heterogéneo es “aquello que carece de distribución de las partes sociales”. Es
ubicación diferencial dentro del orden decir, si para Laclau la aparición de un
simbólico” y que emerge cuando “una sujeto popular depende de su inclusión
demanda social no puede ser satisfe- en un espacio simbólico, para Rancière
cha” dentro de un determinado siste- ese sujeto que irrumpe es un sujeto que

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se sale del lugar que legítimamente le nombre del daño que le provocan aque-
corresponde ocupar. llos que los empujan a no tener parte
Esa acción del sujeto, que en térmi- en nada, se identificará con el todo de
nos de Laclau podríamos describir como la comunidad. “Es así como, para gran
demandas insatisfechas, para Rancière escándalo de la gente de bien, el demos,
tiene una particularidad ya que se ori- el revoltijo de la gente sin nada, se con-
gina en partes de la sociedad que hasta vierte en el pueblo” (Rancière, 2006:
ese momento no contaban como par- 23). Esa ahora-parte se apropia de ese
te de la comunidad. El no contar como espacio de comunalidad en nombre del
partes implica que, dentro de la forma daño que la misma comunidad le infli-
comunitaria vigente, no son sujetos ca- ge al no contarla. Este conflicto es sobre
paces de discutir y de decidir acerca de la constitución de las partes como par-
los asuntos de la comunidad. Para Ran- tes en tanto cuestiona quiénes pueden
cière, la política tiene como elemento hablar y ser escuchados, tema al que vol-
constitutivo este desacuerdo sobre el veremos avanzado este trabajo.
carácter y la cualidad de quienes hablan, La noción de víctima de un daño de
antes que el contenido de la argumen- Rancière no está lejos de lo que Laclau
tación política en sí misma. El conflic- llama underdog. En ambos casos en-
to, carácter esencial de la política, tiene contramos una parte de la comunidad
para Rancière una doble cara. Por un que interrumpe el orden de las cosas
lado, hace al litigio sobre lo que efecti- provocando una dislocación de las ló-
vamente se discute, al objeto de la dis- gicas sociales sedimentadas. Mientras
cusión. Pero, por el otro, el desacuerdo que Laclau parece pensar la figura de
también abarca la discusión sobre la “los de abajo” como la constitución de
cualidad de quienes participan en él. una identidad producto de un discurso
Esta noción de política se contrapone a que los incorpora a través de su inter-
la noción de policía, que para Rancière pelación en tanto underdogs, la noción
representa la lógica de contar y asignar de víctima en Rancière se refiere a un
lugares diferenciales a la población. modo de subjetivación que genera una
De este modo, no habría política sino nueva representación del campo de la
por una interrupción del orden de la experiencia. Un modo de subjetivación
distribución policial “que instituye a no crea sujetos de la nada, sino que
la política como el despliegue de una transforma identificaciones definidas
distorsión o un litigio fundamental” en el orden natural policial, los arran-
(Rancière, 2006: 27). Rancière mues- ca del lugar evidente que les otorga la
tra cómo la comunidad existe en tanto constitución policial en la distribución
comunidad política dividida por este de las partes de la comunidad. En sus
litigio que refiere a la cuenta de las palabras: “toda subjetivación es una
partes, antes incluso que a la forma de desidentificación, el arrancamiento de
escucharse entre las partes. la naturalidad de un lugar, la apertura
Allí donde había una parte que no de un espacio de sujeto donde cual-
era tenida en cuenta como capaz de quiera puede contarse porque es el es-
hablar y ser escuchada en los asuntos pacio de una cuenta de los incontados,
públicos, ahora habrá una parte que, en de una puesta en relación de una par-

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te y una ausencia de parte” (Rancière, rricada, en tanto consumidora o clienta,
1996: 53).2 etc. Esa nueva identificación se articuló
Esto es relevante para pensar la con otras previas o posteriores –su iden-
naturaleza de lo identitario, ya que la tificación en tanto integrante de una fa-
constitución y el sostenimiento de una milia, de un sindicato, de una entidad
subjetividad incluye una diversidad de deportiva, de un partido político, de
procesos de identificación y desidenti- una organización no gubernamental,
ficación parciales y contingentes que etcétera. Esta diversidad y multiplicidad
incluyen prácticas y valores que ope- es lo que llamamos, quizás equivocada-
ran de formas particulares. Estos pro- mente y por comodidad, una identidad.
cesos de identificación estructuran la Cada una de esas identificaciones
percepción del mundo que tienen los diversas y parciales incluye ciertas prác-
sujetos. Esta noción de identificación ticas y valores compartidos en los que se
supone una concepción de sujeto par- materializa. Esas prácticas y valores ope-
ticular que asume una subjetividad a la ran de manera diferente en cada caso y
que le es imposible adquirir una iden- sería muy difícil distinguir específica-
tidad. No existe un sujeto que pueda mente cómo cada sujeto se identifica
tener una identidad única (Stavraka- con ellos. Lo que sí se puede distinguir
kis, 2008). Por lo tanto, hablar sobre es la manera en que esos diversos conte-
estudios identitarios implica prestar nidos de las prácticas y los valores que
atención a la multiplicidad de identifi- constituyen los procesos identificatorios
caciones y desidentificaciones que sos- se van articulando entre sí. Es decir, en
tienen la subjetividad. Se trata de ins- el momento del análisis político surgen
tancias precarias y dinámicas en las que dos posibilidades que no son excluyen-
el sujeto se ve envuelto al enfrentarse a tes pero que pueden ser analíticamente
diversas situaciones. Esas situaciones, diferenciadas. Podemos centrar nuestra
externas y hasta cierto punto indepen- atención en los contenidos de las prác-
dientes de esa subjetividad, son las que ticas y los valores o podemos hacerlo en
disparan esos procesos (des)identifica- las formas de articulación. Tendríamos
torios. Supongamos el caso de una co- así dos posibles registros analíticos de
munidad como la de Punta Arenas en la estos modos de identificación.
Patagonia chilena, que ante el anuncio En un primer registro, esa multipli-
del alza de las tarifas de gas se movilizó cidad de procesos identificatorios ad-
cortando caminos y se enfrentó a las au- quiere un sentido cuando una de esas
toridades, en enero de 2011. Fue ante el identificaciones comienza a funcionar
anuncio de aumentos que esa subjetivi- como el espacio de representación para
dad se identificó en tanto damnificada, las demás; en otras palabras, cuando sus
en tanto ciudadana, en tanto ciudadana significados comienzan a dar sentido
opositora y movilizada, en tanto parti- a otras prácticas y valores. Tomemos el
cipante de una manifestación o una ba- caso de un grupo de personas que ocu-

2 Retomando la distinción de Laclau entre sujeto y posición de sujeto, podemos decir que posición de sujeto

sería así el sujeto que ocupa su lugar legítimo en tanto parte incontada, mientras que sujeto sería aquel que se
desplaza ilegítimamente dentro de ese espacio y ocupa un lugar que no le corresponde en la cuenta.

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pó tierras pertenecientes al Estado para contexto y de la relativa estructuralidad
construir sus viviendas en Río Gallegos, que este supone.
en la Patagonia argentina. Allí, a fines Pero también existe la posibilidad de
de 2007, formaron el Barrio “Madres a la pensar en un segundo registro, que si
Lucha”. Este grupo es liderado por muje- bien asume presupuestos similares pres-
res que reclaman tierras ante el alza de ta más atención a los modos posibles de
los precios de las rentas. Allí se podrían articulación hegemónica antes que a la
identificar prácticas y valores que resca- propia articulación entre contenidos. Es
tan la igualdad como premisa para acce- decir que se puede prestar más atención
der a la tierra. Es posible que esas prácti- al tipo de articulación hegemónica an-
cas y valores acaben contaminando, por tes que a la articulación particular en
ejemplo, las prácticas de la vida familiar sí misma. Desde este punto de vista, no
en términos de la igualdad de género. O nos interesará tanto si la maternidad tra-
viceversa, una situación en la que pre- dicional prevalece sobre la lucha por el
domine en un grupo la aspiración a la acceso a la tierra, sino que prestaremos
maternidad de acuerdo a patrones más atención al modo de articulación entre
tradicionales puede llevar a la desactiva- contenidos diversos y sus efectos.
ción de la movilización por el acceso a la En este segundo registro, el contexto
tierra, promoviendo que las mujeres se y la relativa estructuralidad que implica
vean a sí mismas como madres antes que también serán fundamentales para en-
como militantes por la igualdad. tender mejor lo que supone una articu-
Esto significa que la articulación lación populista.3 El contexto no opera
que se va dando entre las diversas iden- solamente como un espacio inocuo en
tificaciones posibles se basa en un pro- el que se desenvuelven estas identifica-
ceso por el cual esas identificaciones se ciones sino que limita estructuralmente
van solapando y contaminando mutua- las posibilidades identificatorias.4 Más
mente y de manera bastante dispersa. específicamente, el contexto impone
Esa dispersión alcanza su límite porque límites en dos sentidos. Por un lado,
habrá una identificación que prevalece- estructura los lugares que esos sujetos
rá sobre las otras. Es decir que, en este ocupan dentro del espacio comunita-
primer registro, al analizar procesos de rio. Por el otro, demarca cuáles son las
identificación nos colocaremos en un condiciones que hacen a la ocupación de
plano de análisis hegemónico. El hecho esos lugares.
de que prevalezca una u otra identifica- Como hemos dicho, la especificidad
ción, como es el caso de la articulación de una articulación populista se carac-
entre maternidad tradicional y lucha teriza por el conflicto que transforma
por el acceso a la tierra, depende del ciertos discursos, prácticas y valores en

3 Esta relativa estructuralidad incluye lo que Balsa (2010: 23) señala como un “olvido” de Laclau, “las bases

materiales para la constitución de una hegemonía populista”.


4 Esto ha sido argumentado de distintas maneras por la teoría política. Nos referimos, por ejemplo, a la

noción de partición de lo sensible en Rancière, a la idea de espacio de representación en Laclau, a la idea de


población en Foucault, etc., todas ellas precisiones sobre la forma en que cierta estructuración de la vida comu-
nitaria impone límites a las posibilidades identificatorias de los sujetos inmersos en ella.

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algo heterogéneo a la representación todos sus integrantes comparten o de-
hegemónica vigente. Dada la manera en ben compartir, sino más bien como una
que proponemos entender una identi- definición de aquello que permite ha-
ficación popular, el populismo sería el blar de algo común. En este sentido, lo
modo de articular una forma específica común no es algo esencialmente defini-
de ruptura de la institucionalidad comu- do a priori, sino fruto de articulaciones
nitaria vigente a través del planteamien- contingentes que definen la legitimidad
to de un conflicto por la distribución de de la pertenencia. Esa pertenencia está
los lugares y la ocupación de los mismos asociada a las capacidades y cualidades
dentro de esa institucionalidad. De este necesarias para la participación en eso
modo, el populismo debe ser entendido que tiene de común la comunidad. Si la
como un tipo de articulación que pone política es entendida como aquello que
en juego el espacio de representación da forma a lo comunitario, la cuestión
como tal y desajusta el carácter común primordial será la definición de quiénes
de la comunidad. Estas dos característi- pueden legítimamente tener la palabra
cas marcan entonces la especificidad del en el momento de expresar lo común.
populismo: la transformación de una La comunidad categoriza y clasifica a
no-parte en heterogeneidad social y la los sujetos en este sentido; lo común es
puesta en duda del espacio común de re- la medida utilizada para esa categoriza-
presentación que da forma a lo social. ción y clasificación.
La irrupción de lo heterogéneo en los Una articulación particular estruc-
términos planteados aquí implica en- tura entonces lo que es posible decir y
tonces una distorsión de la distribución hacer en una determinada comunidad.
de “las ocupaciones, las funciones y los Por lo tanto, podemos definir la idea
lugares” (Rancière, 1996: 51). Es decir, de comunidad que proponemos como
el populismo se refiere a un modo de las redes articuladas de distinciones
articulación que desplaza esos lugares que informan sobre las capacidades y
y transforma las identificaciones defi- cualidades de quienes pueden legíti-
nidas en el orden institucional vigente, mamente poner el mundo en palabras.
arrancándolas del lugar que les otorga Esa será entonces la base sobre la que se
la constitución de la comunidad. Por lo distribuyen los lugares sociales y a cada
tanto, pensar en la especificidad de un lugar le corresponderá una capacidad y
modo de articulación populista presen- una función. Por ejemplo, la zona sur de
ta dos cuestiones adicionales. La prime- la provincia del Chubut en la Patagonia
ra es la cuestión de cómo entender la co- argentina, caracterizada por la explota-
munidad. La segunda es la cuestión de ción petrolera, es percibida como una
la distribución de lugares en ese espacio “zona de trabajo” que no “tiene tiempo
comunitario. para la política”, actividad que se desa-
rrolla en la zona norte de la provincia,
donde se encuentra la capital, Rawson.
Comunidad Eso se pone en juego de manera cons-
tante en la política provincial y muestra
La idea de comunidad no debe ser pen- cómo la distribución de esas capacida-
sada como una serie de atributos que des, cualidades y funciones opera como

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criterio para la participación de aquello mónica es así una articulación parti-
que estructura los significados y los cular que consigue imponer su propia
sentidos de la vida comunitaria. La “re- red de distinciones en el sentido expre-
pública posible” de la fórmula alberdia- sado más arriba. Cabe preguntarse si
na en el siglo xix fue otro ejemplo de lo no es esta la tarea política más básica
que argumentamos: una combinación que todo discurso hegemónico debe
de “república abierta” en la cual ciertas llevar adelante: la de definir quiénes y
libertades y derechos eran respetados, en base a qué capacidades pueden po-
y una “república restringida” en la cual ner el mundo en palabras. Es más, qui-
sólo los notables votaban. La razón de zás es este el registro más primario de
esta restricción al voto era clara para Al- la hegemonía ya que lo que se pone en
berdi (1956: 100): juego allí es la existencia misma de las
diferencias pasibles de ser articuladas
La inteligencia y la fidelidad en el ejerci- hegemónicamente.5
cio de todo poder depende de la calidad
de las personas elegidas para su depósito;
y la calidad de los elegidos tiene estrecha Espacio
dependencia de la calidad de los electo-
res. El sistema electoral es la llave del go- ¿En qué sentido esta red de distinciones
bierno representativo. Elegir es discernir puede ser entendida como un espacio?
y deliberar. La ignorancia no discierne, La noción de espacio que proponemos
busca un tribuno y toma un tirano. La se refiere entonces a la distribución de
miseria no delibera, se vende. Alejar el su- elementos en determinados lugares.
fragio de manos de la ignorancia y de la Estos elementos son definidos por el
indigencia es asegurar la pureza y acierto lugar que ocupan en una serie que los
de su ejercicio. clasifica y jerarquiza sin otorgarles una
posición fija, sino distribuyéndolos y
Una articulación hegemónica impone haciéndolos circular en un entramado
entonces una determinada distribu- de relaciones.
ción de lugares sociales que hace a las Como dijimos, la estructuración
capacidades para su ocupación. Esa que implica lo común de la comunidad
distribución nunca es completamente nunca es totalmente estable, sino que
estable ya que sufre de inconsistencias, es constantemente desafiada, puesta
resistencias, dislocaciones parciales, en cuestión, resistida de alguna forma.
etc., pero al mismo tiempo opera de La presencia de externalidades (consti-
manera constante. Una práctica hege- tutivas) genera tensiones constantes a

5En este sentido, el texto de Gramsci, “Algunos temas sobre la cuestión meridional”, puede ser leído en
estos términos. Al reclamar el abandono de demandas corporativas al proletariado del norte, Gramsci hacía de
los campesinos del sur una diferencia potencialmente hegemonizable, antes que pensarlos como grupos a ser
excluidos o reeducados en una matriz socialista. Así también, la importancia de tener en cuenta la espontaneidad
popular y la idea de que “todos somos filósofos” muestran la confianza gramsciana en la igualdad de capacida-
des. Este puede ser el hilo argumental que señale un vínculo posible entre una articulación populista, como es
entendida aquí, y la postura socialista gramsciana.

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esa estructuración (Staten, 1984). Di- momento no eran parte legítima en la
chas tensiones dislocan las estructuras definición de lo común en sujetos hete-
forzando rearticulaciones y conexiones rogéneos al sistema de representación
entre diferentes elementos de ese siste- comunitario. Es decir, desplazamientos
ma de significados. En ese juego entre que sobrevienen con independencia de
la dislocación y las nuevas lecturas que la distribución de lugares legítimos en
ella dispara es que se puede hablar de el espacio comunitario. Aquí también
espacio. La forma en que se enfrentan se pondrá en juego la idea de una nue-
esas dislocaciones es a través de la re- va subjetividad. Ante estos desplaza-
petición y la serialización de respuestas mientos se abre un lugar para un nuevo
que se van sedimentando en estructu- sujeto que no es simplemente un lugar
ras que van construyendo un espacio político para una subjetividad pre-
(Laclau, 1990) en el que el sujeto ocupa constituida, sino que es un lugar en el
los lugares que legítimamente le co- que la posibilidad misma de la subje-
rresponden. tividad emerge. En este sentido, debe-
Ese espacio admite desplazamien- mos descartar la consideración de esos
tos por parte de los sujetos identifica- casos como situaciones de ampliación
dos en determinadas posiciones que de la ciudadanía o inclusión política.
les son legítimas. Sin embargo, hay Por el contrario, la posibilidad de sub-
momentos en que esos desplazamien- jetivación desarticula la representación
tos operan ellos mismos como dislo- comunitaria vigente. Este nuevo sujeto,
cación de la distribución de lugares. arrancado de su posición previa, recla-
En ese caso, los sujetos se desplazan ma y afirma su lugar en una comunidad
ilegítimamente y surgen nuevas iden- distinta. Por lo tanto, la particularidad
tificaciones que implican la ocupación de estos desplazamientos es que dislo-
de lugares que no les corresponden. can la distribución de lugares sociales
¿Cuál es la particularidad de esos des- por la emergencia de un sujeto que so-
plazamientos que tienen efectos dis- breviene con independencia de esa dis-
locatorios sobre la distribución de los tribución.
lugares sociales? Esto no significa que el espacio que
En primer lugar, no todos los despla- abren estos desplazamientos sea un es-
zamientos operan con efectos dislocato- pacio que tiende al consenso racional,
rios iguales. De aquí que podamos ha- todo lo contrario. En esos momentos de
blar de distintos modos de articulación. ruptura la comunidad se parte en dos y
Puede pensarse en desplazamientos que existe en tanto comunidad política di-
impliquen una relación de contigüidad vidida por un litigio fundamental que
que no ponga en cuestión de manera ge- parte en dos la cuenta de las partes le-
neralizada el discurso hegemónico y la gítimas. La emergencia de una identifi-
distribución de lugares que este implica. cación popular parte así el campo de la
Los desplazamientos que nos interesa representación entre aquellos que ocu-
remarcar, en tanto relevantes para pen- pan lugares a los que legítimamente no
sar la constitución de identificaciones tienen derecho y aquellos que rechazan
populares, son desplazamientos que dicha ocupación, creando una frontera
transforman elementos que hasta ese interna a lo social.

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Esto nos lleva a pensar en una se- Igualdad
gunda particularidad de esos despla-
zamientos, que muestra que el carác- La forma de articulación que emerge
ter de un espacio específico dependerá del tipo de desplazamiento que estamos
del modo en que estén articulados los analizando se inscribe en un nuevo es-
elementos que lo componen. Los des- pacio de representación, oponiendo la
plazamientos pueden tener un carác- presuposición de igualdad a los hechos
ter distinto porque cada modo de ar- de desigualdad. Es decir que si en una
ticulación tendrá efectos particulares. articulación democrática lo que se pone
Por ejemplo, en el texto citado Norval en juego es la demanda por ocupar un
muestra muy bien la manera en que lugar dentro de una multiplicidad, en
en el caso de una articulación demo- una articulación populista la demanda
crática la demanda por afirmar un lu- reclama igualdad en la capacidad de
gar en una comunidad distinta tiene decir y escuchar el mundo común. Re-
como efecto un reclamo por ocupar clamar la capacidad de poner el mundo
una posición, antes que un reclamo en palabras implica que hay alguien que
por ocupar la posición en sí misma. tiene que escuchar y no escucha. Esto
En este caso, la aparición de una nueva no consiste solamente en una simple
subjetividad tendría como resultado exigencia al otro o en ejercer presión
la emergencia de una particularidad para satisfacer demandas. El efecto más
que asumiría de manera consciente importante reside en probar que esas
y contingente la representación cir- demandas pertenecen a la comunidad,
cunstancial de una nueva comunidad. que tienen algo para decir en la defini-
La conciencia de la multiplicidad de ción de lo que es común. Esto marca una
identificaciones políticas tendría como diferencia importante con una articula-
resultado un sujeto (democrático) que ción democrática, que ya presupone ló-
estructura una forma comunitaria que gicamente esa igualdad en la definición
incluye a la multiplicidad de particu- de lo común.
laridades. El rasgo igualitario de la articula-
El caso de una articulación populis- ción populista implica una igualdad
ta es distinto ya que tendrá efectos di- que está relacionada con la estima.
ferentes a esa inclusión de la pluralidad Como bien lo dice Rancière (2003: 104),
de particularidades. Una articulación esta identificación pone en tensión “la
populista tiene, implícita o explícita- estima de sí y la estima de los otros”.
mente, un rasgo igualitario específico, Es un cambio en la estima de sí y de los
distinto al pluralismo democrático, ya otros lo que genera una obligación de
que supone un sujeto que, antes que ser escuchar. La necesidad de ser escuchado
un sujeto consciente de su particulari- es presentada como una obligación por-
dad dentro de una multiplicidad, es un que hay alguien que no escucha lo que
sujeto que en nombre del daño ejercido otro legítimamente tiene para decir. En
sobre él reclama para sí la representa- este sentido, es un sujeto aporético. Tie-
ción plena y total de la vida comunita- ne un derecho que no tiene, a la vez que
ria. Pasemos ahora a analizar ese rasgo no tiene un derecho que tiene: el dere-
igualitario. cho a ser escuchado como parte legíti-

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Tras el populismo. Comunidad, espacio e igualdad en una teoría del populismo
ma de ese común de la comunidad.6 Es sujeto que caracteriza al modo de iden-
la tensión entre la estima de sí y la esti- tificación populista. El principal efecto
ma de los otros lo que lleva a la identifi- ya fue resaltado por Aboy Carlés (2006:
cación populista a presentarse como la 15) y es “la tensión irresoluble entre
representación del todo comunitario.7 una ruptura fundacional y la aspira-
El desplazamiento dentro de un es- ción a representar al conjunto”. Si bien
pacio provoca la dislocación del mismo esta tensión está presente en todo dis-
y desestructura la representación de la curso y en todo modo de articulación,
comunidad, revelando que no todos en el populismo la tensión se perpetúa.
los elementos forman parte de la vida En tanto el populismo comparte con
comunitaria. Esto, implícita o explíci- una articulación democrática la con-
tamente, tiene un rasgo igualitario que ciencia de la multiplicidad, al mismo
promueve la creación retrospectiva de tiempo, y en nombre del daño al que
una nueva representación de la comu- nos hemos referido, pretende la repre-
nidad. Ese desplazamiento hacia lo he- sentación plena de la vida comunitaria.
terogéneo de ciertos elementos implica No es este el caso de una articulación
entonces un grado de insatisfacción, democrática en la que la tensión inicial
como apunta Laclau. Pero no estaremos ante la emergencia de un nuevo sujeto
frente a una identificación populista se resuelve en la transformación de ese
hasta que esa insatisfacción sea retroac- sujeto en una particularidad que asu-
tivamente significada como un daño en mirá de manera consciente la repre-
relación con la obligación de escuchar. sentación circunstancial del espacio
Es en nombre del daño que esa comu- comunitario. Lo mismo sucede con el
nidad ejerce que este sujeto reclamará modo de articulación autoritario. La
para sí la representación del todo comu- tensión se resuelve en la aparición de
nitario. El sujeto que irrumpe se identi- un sujeto que fundaría un orden uni-
ficará con ese todo que está, al mismo versal que esencial y necesariamente
tiempo, compuesto por una multiplici- representaría al conjunto, sin particu-
dad que provoca el daño. En nombre del laridades. En otras palabras, la posibi-
daño sufrido se apropia de aquello que lidad de resolver la tensión en los mo-
hace a la comunidad una comunidad de dos democrático y totalitario se debe a
iguales en las capacidades de hablar y que en su extremo lógico ninguna de
ser escuchado.8 ellas hace lugar a una heterogeneidad
De aquí por tanto se derivan los que se desplaza de sus posiciones legí-
efectos de la emergencia de este nuevo timas. La democrática porque una vez

6 Rancière (2004) muestra esta aporía en relación con los derechos humanos.
7 Por ejemplo, en los orígenes del peronismo estas transformaciones en la estima de sí se expresaban en el
“derecho a ser considerado como gente” que resumía explícitamente el efecto que adquiría la emergencia de
este nuevo sujeto. Se encuentran referencias de este tenor no sólo en las fuentes de la época, sino también en
las reconstrucciones posteriores que realizan esos sujetos al ser interpelados por su experiencia política en tanto
miembros de la clase trabajadora. Puede verse Barros (2011, en prensa).
8 Creemos que este aspecto de una identificación populista es lo que explica las usuales acusaciones que se

hacen al populismo sobre autoritarismo y falta de respeto a las instituciones.

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producida la articulación tiende a par- géneo al campo de la representación en
ticularizar las diferencias fijándolas el momento en que son arrancados o se
en un lugar según su capacidad y fun- desplazan de esos lugares legítimos, re-
ción. La autoritaria porque niega esas clamando ser parte de la definición de
particularidades y fija los elementos lo común que tiene la comunidad.
articulados en un orden esencial y ne- En tercer lugar, entender los procesos
cesario. En ambos casos, la tensión de identificatorios populares de esta forma
la que habla Aboy Carlés aparece como nos llevó a problematizar la propia idea
resuelta. de comunidad en tanto redes articula-
das de distinciones que informan so-
bre las capacidades y las cualidades de
Conclusiones quienes pueden legítimamente poner el
mundo en palabras. Esta sería la tarea
Las conclusiones tentativas de este tra- política más básica que todo discurso
bajo son entonces las siguientes. hegemónico debe llevar adelante, ya
En primer lugar, a partir de desa- que define cuáles serán los elementos
rrollar la noción de identidad evitan- pasibles de ser articulados por él.
do pensar en una subjetividad única En cuarto lugar, propusimos enten-
y completa, pudimos argumentar que der a esas redes de distinciones como un
es posible correrse de las formas más espacio en tanto estructuran, es decir
usuales de entender al populismo como limitan y facilitan a la vez, las posibili-
una patología, tanto para la democracia dades identificatorias de los sujetos in-
liberal como para el desarrollo capita- mersos en las prácticas articulatorias en
lista. Pensar el populismo de esta forma cuestión. La repetición y serialización
nos permite centrarnos en la diversi- de respuestas frente a la dinámica de la
dad y la complejidad de los procesos de vida social hace a la espacialización de
identificación populares, y los efectos la vida comunitaria, y fija, en mayor o
que tienen para la vida política de la co- menor medida, a los sujetos en los luga-
munidad. res que esas prácticas les asignan.
En segundo lugar, planteamos que el En quinto lugar, los desplazamien-
modo de articulación populista implica tos de esos lugares legítimos implican
la irrupción de elementos heterogéneos la pérdida de eso que la comunidad te-
a la representación vigente de la vida co- nía de común. Al desplazarse del lugar
munitaria. Esa heterogeneidad no debe que les corresponde ocupar, esos sujetos
ser pensada en términos de algo exter- terminan con la normalidad de la vida
no o interno al campo de la representa- comunitaria, dislocando la distribución
ción, sino como elementos que ocupan de lugares vigente y volviéndose hetero-
una determinada posición en la distri- géneos. Esa dislocación es producto de
bución legítima de los lugares sociales. la aparición de un sujeto que reclama
A esos lugares se asocia además una para sí la representación plena de la
capacidad, que en el caso de las identi- vida comunitaria en nombre del daño
ficaciones populares es la capacidad de ejercido sobre él.
poner el mundo en palabras. Estos ele- Por último, argumentamos que el
mentos se transforman en algo hetero- modo de identificación popular se ins-

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Tras el populismo. Comunidad, espacio e igualdad en una teoría del populismo
cribe en un nuevo espacio de represen- que representa al conjunto desparticu-
tación que presupone igualdad. Esto larizado. En estos dos últimos casos, la
distingue a una articulación popular de articulación hegemónica tiende a fijar
una democrática y de una autoritaria, los elementos articulados en un lugar
en tanto la primera presupone la igual- según su capacidad y su función, a di-
dad de la pluralidad de particularida- ferencia de la forma de articulación po-
des, mientras que la segunda asume la pulista que describimos a lo largo del
igualdad dentro de un orden universal trabajo.

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[Evaluado el 4 de mayo de 2012.]

Sebastián Barros
Tras el populismo. Comunidad, espacio e igualdad en una teoría del populismo 149 revista de ciencias sociales, segunda época
Nº 22, primavera de 2012, pp. 137-150
Autor

Sebastián Barros, PhD in Government (University of Essex), es profesor en la unpsjb y en la unpa, e


investigador del conicet. Su tema actual de investigación es la constitución de identidades populares y
el peronismo en la Patagonia.
Publicaciones recientes:
—— “La crisis de la deferencia y el estudio de las identidades políticas en los orígenes del peronismo”,
Papeles de trabajo, Nº 8, idaes-unsam, 2011.
—— “Identificaciones populares, populismo y democracia”, Nuevo Topo, Nº 8, 2011.
—— “Identidades populares y relación pedagógica. Una aproximación a sus similaridades estructura-
les”, Propuesta Educativa, año 19, Nº 34, Buenos Aires, flacso Argentina, 2010.

Cómo citar este artículo:

Barros, Sebastián, “Tras el populismo. Co-


munidad, espacio e igualdad en una teoría
del populismo”, Revista de Ciencias Sociales,
segunda época, año 4, Nº 22, Bernal, Univer-
sidad Nacional de Quilmes, primavera de
2012, pp. 137-150.

revista de ciencias sociales, segunda época


Nº 22, primavera de 2012, pp. 137-150 150 Sebastián Barros
Tras el populismo. Comunidad, espacio e igualdad en una teoría del populismo

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