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Resumen de Filosofía

Origen de la Filosofía
Arkhé: principio, origen, norma.
1° Origen: “Thauma” ASOMBRO. El asombro o sorpresa es el origen de la filosofía, lo
que impulsa al hombre a filosofar, es el asombro ante la totalidad del ente. ¿Por qué
existe el universo? En un primer momento se buscan explicaciones a través del mito
pero no es suficiente para el ser humano. Luego Thales de Mileto, considerado el
primer filó sofo, va a decir que el arkhe de todo es el agua. Con los añ os los filó sofos
consideraron el arke en distintas nociones.
2° Origen: DUDA. La satisfacció n del asombro comienza a fluctuar y se transforma en
duda en cuanto se observa la manera de conocer el mundo.
3° Origen: SITUACIÓ N LIMITE. Se trata de situaciones insuperables, situaciones que el
hombre no puede cambiar porque son constitutivas de su existencia; son las propias
de nuestro ser. Promueve la bú squeda a un sentido, disparan reflexiones.
Capítulo 2
“Cambio y permanencia”
Lo que movió a los griegos a filosofar fue el asombro, el asombro por el cambio, por el
hecho de que las cosas pasen del ser al no ser y viceversa.
Herá clito: afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. Todo se
transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucció n al que nada escapa.
Afirmaba que la realidad es una incesante transformació n. Plató n le atribuye una frase
a los Heraclitanos.
“Todo pasa y nada permanece”
Afirmaba que no podíamos bañ arnos dos veces en el mismo rio porque cuando
regresamos a él sus aguas son otra sal igual que el entorno. Dice que el mundo no lo
hizo ni dios ni los hombres, sino que siempre fue es y será fuego siempre vivo que se
enciende y se apaga segú n medida (de duració n infinita). Herá clito afirma que “es
fuego siempre vivo” y para ello caben dos interpretaciones:
El fuego es el principio de todas las cosas o que sea una metá fora del cambio incesante
que domina toda la realidad, la llama es el cambio continuo. “Siempre vivo” indica que
es de duració n infinita. “Se apaga y se enciende segú n medida”, esto indica que el
cambio de que se trata está sometido a un ritmo alterno
Parménides
Afirma que el fundamento de todo es el ente inmutable, ú nico y permanente. El ente es
sin transformació n alguna.
Nació hacia los añ os 510 y 505 a.C. Es el primer filosofo en creer que, con el
pensamiento, y no los sentidos, se puede alcanzar la verdad, solo lo racionalmente
pensado es. Afirmaba que la pensabilidad de una cosa prueba su existencia. Para este
filosofo el ente es ú nico, inmutable, inmó vil, inengendrado, imperecedero, intemporal
e indivisible. Parménides se coloca ante dos alternativas, hay algo (hay ente) o no hay
nada, es uno u otro sin que quepa otra posibilidad. El ente es ú nico porque si no
habría dos entes y si así fuera, tendría que haber una diferencia entre ambos. Si no se
diferenciaran en nada no serían dos, sino uno. El ente es inmutable, no está sometido
al cambio. Cualquier cambio haría que el ente se transforme en algo diferente y como
lo diferente del ente es el no ente, y este es la nada, el ente no puede cambiar. El ente
es inmó vil. Para moverse, el ente necesitaría un espacio donde desplazarse el cual
debería ser diferente del ente y como lo diferente al ente es el no ente, no puede haber
espacio alguno donde el ente se mueva. Por eso, el ente es inmó vil. El ente es
inengendrado, el ente carece de origen porque si el ente hubiera tenido origen debería
haber sido engendrado por el mismo ente o por algo diferente del ente y como lo
diferente al ente es el no ente, la nada, no hay nada que pudo haberlo engendrado. El
ente es imperecedero. El ente nunca puede dejar de ser, si se destruye deja de ser y
seria no ente, la nada. El ente es intemporal. No fue ni será , simplemente es
independiente de todo tiempo ente es indivisible porque en el ente no hay diferencias
ya que todo lo diferente al ente es el no ente Si no hay diferencias no es posible
dividirlo. Para Parménides todas las cosas que vemos, oímos y palpamos y sus
propiedades (movimientos,color) no son má s que ilusió n, nada real. Hegel señ ala que
con Parménides se inicia la filosofía en el sentido má s propio de la palabra porque
solo con él, el pensamiento se limita a lo ideal o racional. Los filó sofos anteriores como
Tales, Anaximandro, no habrían alcanzado el pensamiento en toda su pureza y por eso
afirmaban como fundamento el agua, por ejemplo. Parménides es el primer
racionalista (el conocimiento valido se logra mediante la razó n) porque descalifica el
conocimiento sensible y se atiene exclusivamente a la razó n. Esto no quiere decir que
antes de Parménides nadie uso la razó n, sino que él fue el primero en reflexionar
sobre ella.
Herá clito y Parménides
Ilustran dos modelos distintos de considerar el fundamento de los entes, representan
dos posibilidades extremas de enfocar la realidad: Como algo diná mico, en continuo
cambio, donde lo real es devenir (Heraclito) y como algo está tico, fijo, inmó vil donde
lo real es lo permanente (Parmenides).
Capítulo 3:
El saber vulgar: La palabra “saber” tiene sentido muy amplio; equivale a toda forma de
conocimiento y se opone a la ignorancia. Pero hay diversos tipos o especies de
saberes, que fundamentalmente se reducen a dos: el ingenuo o vulgar, y el crítico. El
saber vulgar o ingenuo es espontá neo: se va acumulando sin que nos propongamos
deliberada o conscientemente adquirido; se lo va logrando a lo largo de la experiencia
diaria. Se trata entonces del saber que proviene de nuestro contacto cotidiano y
corriente con las cosas y con las personas, el que nos transmite el medio natural y el
medio social. La primera característica del saber ingenuo, es su espontaneidad, el
hecho de que se constituya en nosotros sin que tengamos el propó sito deliberado de
lograrlo. En segundo lugar, se trata de un saber socialmente determinado; se lo
comparte en tanto forma parte de una comunidad dada y por el solo hecho de
pertenecer a ella. Por lo mismo es espontá neo, está dominado por la sociedad
respectiva y por las pautas que en ella rigen. Suele hablarse de “sentido comú n”: el
comú n denominador de los conocimientos, valoraciones y costumbres propios de una
sociedad determinada. El saber vulgar está todo el traspasado o teñ ido por factores
emocionales, es decir, extra teó ricos, que por lo general impiden representarse las
cosas tales como son, sino que lo hacen de manera deformada. Se trata aquí de un
saber de las cosas en funció n de los prejuicios, temores, esperanzas, simpatías o
antipatías, del grupo social a que se pertenece, o propios del individuo respectivo. El
saber ingenuo es subjetivo, porque no está determinado esencialmente por lo que las
cosas u objetos son en sí mismos, sino por la vida emocional del sujeto. La
conformació n de este saber se notará una cuarta característica: su asistematicidad.
Porque el saber vulgar se va constituyendo sin má s orden que el resultante del azar de
la vida de cada uno o de la colectividad. En él predominan los factores emocionales.
El saber crítico: “crítica” procede del griego, que significa “discernir”, “separar”,
“distinguir”. “crítica”, entonces, equivale a “examen” o “aná lisis” de algo; y luego, como
resultado de ese aná lisis, “valoració n” de lo analizado. El saber crítico domina el
esfuerzo: el esfuerzo para colocarse en la actitud crítica. Para alcanzar la actitud
crítica es preciso aplicarse, esforzarse. El saber crítico exige disciplina, y un cambio
fundamental de nuestra anterior actitud ante el mundo. En este sentido es
característica esencial del saber crítico estar presidido por un método, por un
procedimiento, convenientemente elaborado, para llegar al conocimiento, un conjunto
de reglas que establecen la manera legítima de lograrlo. El saber crítico só lo puede
admitir algo cuando está fundamentado, esto es, exige que se aduzcan los
fundamentos o razones de cada afirmació n. Es decir, no basta con que lo diga, sino que
deberá mostrar en que se apoya para afirmarlo, tendrá que dar pruebas. En el saber
crítico predomina siempre la organizació n, la ordenació n y su articulació n resulta de
relaciones estrictamente ló gicas, no provenientes del azar; en una palabra, es
sistemá tico, ló gicamente organizado. La organizació n ló gica hace que el saber crítico
no pueda soportar las contradicciones; y si estas surgen, son indicio seguro de algú n
error y obligan de inmediato a la revisió n para tratar de eliminarlas. En el saber crítico
domina la exigencia simplemente teorética, el puro saber y su fundamentació n, y
aspira a ser universalmente vá lido: pretende lograr la má s rigurosa objetividad,
porque lo que busca es saber có mo son realmente las cosas, que se revelen tal como
son en sí mismas, y no meramente como nos parece que son. El saber crítico suele
contradecir el sentido comú n. La característica que permite separar el saber vulgar
del crítico no está tanto en el contenido de los conocimientos, cuando má s bien en el
modo como lo afirman, en nuestra actitud frente a los mismos.
Ciencia y filosofía: La filosofía puede caracterizarse como el aná lisis de lo obvio, y
permite también entender má s a fondo a la afirmació n segú n la cual la ciencia es un
saber con supuestos. Basarse en supuestos es, pues, el modo de ser característico de la
ciencia. Y el conjunto de supuestos sobre que la ciencia reposa se manifiesta en el
hecho de que la ciencia nunca puede hablar de sí misma. Cada ciencia está constituida
por un repertorio de lo que Heidegger llama “conceptos fundamentales”, esto es,
conceptos que constituyen su fondo, su fundamento; conceptos que para ello son
ú ltimos, puesto que se constituye a partir de tales nociones. Toda ciencia utiliza y
“comprende” el concepto de igualdad; pero no pregunta qué es la igualdad, o cuá l es
su modo de ser. “Lo que una ciencia sea, ya como pregunta deja de ser pregunta
científica”. La pregunta acerca de la esencia de la ciencia, en general, y acerca de una
ciencia determinada, en particular, no puede responderlas la ciencia; sino que son
cuestiones propias de la filosofía. La pregunta por la ciencia es una pregunta filosó fica,
y su formulació n significa la entrada en una zona diferente de aquella que le es propia
al científico; significa la entrada en el dominio filosó fico, en el cual no rigen ya los
medios y recursos de la ciencia, sino otro tipo de exigencias y formas de
“razonamiento”. Una disciplina se constituye como ciencia cuando se establece
convenientemente su sistema de conceptos “fundamentales”, que acotan o delimitan
su campo propio, su objeto de estudio, o, con otras palabras, cuando todos los que
cultivan la ciencia del caso está n de acuerdo sobre aquel sistema de conceptos. Otra
característica del conocimiento científico parecería ser el acuerdo o unanimidad entre
sus cultivadores, cosa que no parece ocurrir con la filosofía.
Capítulo 4
El descubrimiento del concepto Só crates: Nació en Atenas. Sostiene que la virtud es
conocimiento y el vicio ignorancia. El proclamaba su propia ignorancia en una época
en que todos creían saberlo todo. Querefonte, un amigo de Só crates, fue al orá culo del
dios Apolo y le pregunto quién era el má s sabio. El orá culo le dijo que Só crates. Pero
cuando este se entera queda perplejo porque no reconoce en sí mismo ninguna
sabiduría. Se siente confundido porque tiene conciencia de estar lleno de dudas, no de
conocimientos. Para tratar de entender lo que dijo el orá culo, se propone interrogar a
todos aquellos que pasan por sabios para comprobar si los demá s saben má s que él o
no. Empieza por los políticos y les pregunta que es la justicia. Los interrogados
responden mal o no saben la respuesta. Luego interroga a los profetas y no son
capaces de dar razó n de porque escriben esas cosas. Por ultimo interroga a los
artesanos y descubre que tienen un saber positivo, saben fabricar cosas ú tiles y dan
razó n de las operaciones que realizan. Lo malo es que por conocer lo referente a su
oficio creen saber también otras cosas. Una vez finalizada la encuesta, Só crates
comprende lo que el dios dijo: los demá s creen saber cuá ndo en realidad no saben ni
tienen conciencia de esa ignorancia, mientras que el posee esa conciencia de su
ignorancia que a los demá s les falta. Por eso su frase “Solo sé que no se nada”.
Só crates llega a la conclusió n de que el Dios le encomendó una tarea, la de examinar a
los hombres para mostrarles lo frá gil de su supuesto saber, para hacerles ver que en
realidad no saben nada. Convencido de su misió n, persigue a sus conciudadanos por
todos lados y los interroga constantemente para saber si llevan una vida noble y justa
o no y exigiendo que le den fundamentos. Esto resulto muy molesto para las personas,
trajo mucho odio hacia él y lo acusaron de corromper a la juventud e introducir
nuevos dioses, acusació n que lo llevo a la muerte. Su enseñ anza no consistía en
transmitir conocimientos sino en tratar de que sus interlocutores tomaran conciencia
de los problemas, que se percatasen.
Métodos Socrá ticos
-Refutació n (negativo): Consiste en mostrarle al interrogado mediante una serie de
preguntas que las opiniones que cree verdades son falsas y contradictorias. Só crates
no responde a las preguntas haciendo que ignora las respuestas y los interrogados
creen saber lo que se les pregunta, pero el interrogatorio al que los somete Só crates
pone en evidencia de que se trata de un falso saber. En el momento en que ello se hace
manifiesto, Só crates los refuto. El procedimiento de refutació n consiste en llevar al
absurdo la afirmació n del interlocutor. Só crates no comienza negando la tesis, sino
admitiéndola, pero luego mediante há biles preguntas lleva a su interlocutor a
desarrollarla hasta que se manifiesta lo absurdo o contradictorio de la respuesta. La
refutació n socrá tica termina por turbar el á nimo del interrogado hasta dejarlo en una
situació n en la cual ya no sabe qué hacer ni que decir, se encuentra paralizado
mentalmente. No debe creerse que quisiese poner en ridículo las opiniones ajenas, él
quería como purificar el alma de las ideas erró neas. Para Só crates la ignorancia y el
error equivalen al vicio, a la maldad. Solo se puede ser malo por ignorancia porque
quien conoce el bien no puede obrar sino bien.
-Mayéutica (positivo): Es el arte de partear, de ayudar a dar a luz. Trata de que el
propio interrogado, guiado por Só crates, encuentre la respuesta. Las preguntas de
Só crates ponen en marcha el pensamiento del discípulo de manera que este comience
a usar la razó n. Só crates consiste no en dar conocimientos, sino en ayudar al alma de
los interrogados a dar a luz los conocimientos, es decir, ayudar o guiar al discípulo, no
trasmitir informació n. El procedimiento que utiliza es el dialogo, porque dice que la
verdad solamente puede hallarse de manera autentica mediante el dialogo, en la
conversació n.
Los sofistas: Los primeros filó sofos griegos como Tales, Herá clito, Parménides, se
ocupaban del problema de determinar cuá l es la realidad de las cosas, se ocupaban
sobre todo por los problemas relativos a la naturaleza o al mundo y no al hombre
como tal. Por ello se denomina cosmoló gico ese primer periodo de la filosofía griega.
Con el avance del siglo V toman má s importancia las cuestiones referentes al hombre,
a su conducta y al Estado, así se habla de un periodo antropoló gico que abarca la
segunda mitad del siglo V y cuyas figuras principales son los sofistas y Só crates. La
participació n de los ciudadanos en el gobierno llega en esta época a su má ximo
desarrollo, cada vez intervienen mayor nú mero de gente en las asambleas y en los
tribunales, tareas que hasta entonces habían estado reservadas a la aristocracia. El
nú mero de intervinientes crece cada vez má s y estos recién llegados a la política
sienten la necesidad de preparase para la nueva tarea que se les ofrece, desean
adquirir los instrumentos necesarios para que su actuació n en el pú bico sea eficaz.
Buscan informació n que los capacite para enfrentarse con los problemas que tendrá n
que ocuparse. Necesitan también un instrumento con el que persuadir a quien los
escuche, un arte que permita expresarse con elegancia. Los encargados de satisfacer
estos requerimientos son los SOFISTAS. Hoy en día el termino sofista tiene un sentido
peyorativo, se llama sofista a un discutidor que trata hacer valer malas razones y no
buenas, y que intenta convencer mediante argumentaciones engañ osas. Los sofistas
eran maestros ambulantes que iban de ciudad en ciudad enseñ ando y cobraban por
sus lecciones. Protá goras y Gorgias fueron dos sofistas destacados
Só crates sostiene que el interrogado halla conocimientos que ya poseía sin saberlo. La
explicació n mitoló gica que Plató n da de la cuestió n, se encuentra en la pre-existencia
del alma. Esta ha contemplado en el mas allá el saber que ha olvidado al encarnar en
un cuerpo pero que recuerda gracias a la mayéutica.
Capítulo 5
“El mundo de las ideas”
Plató n: Nació en Atenas, en 429. A sus 20 añ os entro en contacto con Só crates, lo que
determino su pensamiento. Como su maestro, Só crates, Plató n piensa que el
verdadero saber no puede referirse a lo que cambia, sino a lo permanente; no a lo
mú ltiple, sino a lo uno. Só crates no aclaro la naturaleza del concepto y limito su
examen a la piedad, justicia, virtud, valentía. Plató n se propone precisar la índole de
los conceptos (ideas) e investigar no solo los conceptos éticos, sino también los
matemá ticos, los metafísicos. Para Plató n hay un saber que se alcanza por medio de
los sentidos y es el conocimiento sensible que en realidad no deberíamos llamarlo
conocimiento, sino opinió n porque es vacilante y contradictorio. Pero el verdadero
conocimiento debe ser diferente del que proporcionan los sentidos, por ejemplo 2+2
es igual a 4 y esto no es verdad ahora, sino siempre. La ciencia es el verdadero
conocimiento y se refiere a lo que realmente es, a lo uniforme y permanente .
Los dos mundos: Como lo permanente no se encuentra en el mundo de lo sensible,
Plató n postula otro mundo, el mundo de las ideas o mundo inteligible del que el
mundo sensible es una imitació n. El sensible está compuesto por cosas que nos
muestran los sentidos y el de las ideas es el verdaderamente real, las ideas son
eternas, inmutables, inmateriales (carecen de componente material) mientras que las
cosas sensibles son mú ltiples, perecederas, cambiantes y materiales. Segú n Plató n hay
dos ó rdenes del ser, el mundo sensible y el de las ideas, por eso hay dos modos de
conocimiento, la doxa u opinió n y la episteme o ciencia. La opinió n se refiere a lo
cambiante y su validez es variable y relativa mientras que la ciencia o episteme da
lugar a un conocimiento absoluto e indudable.
La alegoría de la caverna
Plató n utiliza esta alegoría para dar forma “plá stica” a ciertas teorías y para expresar
"dramá ticamente" la condició n y el destino del hombre.- La caverna representa
nuestro mundo, el mundo sensible; y el exterior de la caverna representa el mundo
real, es decir, el mundo de las ideas, cuya forma má s alta, el Bien, está simbolizada por
el sol.
El mundo sensible resulta ser un mundo de sombras de apariencias. Plató n cree que
quienes viven en él son prisioneros y no tienen ni libertad ni verdadero conocimiento.
La alegoría habla sobre "liberar" al prisionero para llevarlo hacia lo alto y terminar
por sacarlo de la caverna.
Plató n dice que estamos viviendo en un mundo de sombras, dominados y tiranizados
por las apariencias, etc. Los prisioneros no ven má s que las sombras que se proyectan
en el fondo de la caverna, y como éstas son lo ú nico que conocen, las toman por la
realidad. Ademá s, hablan de las sombras porque es la ú nica realidad que conocen (no
las conocen como sombras, sino como realidad). En el fondo de la caverna hay un eco,
de modo tal que la voz de los que caminan detrá s de la tapia parece brotar de las
sombras; por tanto, los prisioneros creerá n que el eco no es sino la voz de las sombras
mismas. En resumen: Los prisioneros se encuentran en el estado de espíritu que se
llamó eikasía o imaginació n, que es el inferior en la escala del "saber": de tal manera
los prisioneros, es decir, los hombres en su vida corriente, se encuentran en la forma
inferior de existencia posible, "prisioneros" de las apariencias o fenó menos, segú n se
ha dicho.
La liberació n del prisionero:Se trata de librar al prisionero de su ignorancia, de su
falta de pensamiento; y ello va a acontecer como proceso de "formació n" o cultura,
como aprendizaje del pensar.Cuando el prisionero se libera de sus cadenas y se
dirige hacia la luz, como no está acostumbrado a ella, se deslumbrará y no podrá
distinguir los objetos con que se enfrenta. Al principio estará convencido de que las
sombras eran má s reales que los objetos que ahora ve, porque las sombras las
discernía perfectamente bien. Se encuentra en un estado de completa confusió n.El
prisionero liberado se va adaptando gradualmente a la nueva situació n. Este es un
proceso gradual. Plató n dice que estos son los pasos a seguir: primero
aprenderá a discernir las sombras de las cosas exteriores a la caverna, luego sus
imá genes reflejadas, má s tarde las cosas mismas, má s adelante los cuerpos celestes de
noche, luego de día, y finalmente el sol. Luego el liberado descubre en el sol la causa
suprema, llegará a la conclusió n de que éste produce las estaciones y los añ os, etc.
Finalmente, el liberado recuerda la caverna y la vida que allí llevaba. Se alegra por
haberla dejado a pesar de que al principio estaba confundido y quería volver a la
caverna. Siente pena por quienes siguen viviendo en ella
La misió n del filó sofo: Cuando el filó sofo ha alcanzado el conocimiento supremo, no le
es lícito quedarse allí, habitando fuera de la caverna, a pesar del gozo que experimenta
en la visió n de ese nuevo mundo. Debe regresar al antro, donde está n sus antiguos
compañ eros, sus semejantes. - La misió n del filó sofo es entonces cumplir con los
demá s seres humanos. Es una misió n educativa, iluminadora, liberadora: la de
conducirlos también a ellos hacia la verdad. (Só crates creía que Dios le había confiado
esta misió n).Cuando el filó sofo regresa a la caverna se produce un nuevo
entorpecimiento de la vista(es el proceso inverso a cuando salió de ella). Quienes
habitan en ella verá n al liberado como un loco y se reirá n de él. Creen que su torpeza
es consecuencia de haber salido de la caverna, y por esa razó n quieren quedarse
dentro. Si alguien quiere librarlos, se resistirá n. El Estado perfecto es una idea.
La alegoría de la caverna concluye señ alando la inadaptació n del filó sofo al mundo de
las sombras. El filó sofo (el hombre pleno, el hombre que ha desarrollado
todas sus posibilidades) no puede realizar su vida propia en el Estado, por ello
Só crates debió morir. Plató n cree que un Estado perfecto, donde el filó sofo puede
vivir, es una idea irrealizable y si se llegara a conseguir, no sería por siempre.

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